martes, 22 de febrero de 2011
DEL ESTADO GENERAL DE SOSPECHA
De la legitimación del cinismo
Luis Barragán
Probablemente, la más importante sospecha y exigencia planteada por la oposición en medio de las consabidas y particulares interpelaciones parlamentarias realizadas, ha sido la de auditar las cifras que expone el gobierno. Y no sólo porque la realidad cotidiana y palpable las contradice, sino por el inescrupuloso e infatigable maquillaje en el que se empeña el totalitarismo mediático.
Una poderosa maquinaria publicitaria y propagandística, se ha encargado de falsificar situaciones o acontecimientos que los sabemos nada paradisiacos. Cualquier persona puede constatarlos al acudir a los cuerpos policiales para denunciar un delito desestimado por su frecuencia, sin recibir ya constancia alguna; cerciorarse de la tergiversación de casos que se procesan en las inspectorías del trabajo, procurando una bondad estadística donde priva la injusticia; o sumirse en la perplejidad, dada la metodología del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que haya empleo o consumo diario de calorías donde no los hay.
Cuentan más las exhibiciones públicas de la venta estatal de alimentos, con sus desesperadas y muy extensas filas de personas, que el costo real de la inaccesible canasta básica y las intimidades de un negocio que no admite siquiera una investigación parlamentaria de estilo. De modo que, en ese esfuerzo de legitimación del cinismo en el que se empeñan, caben otras distorsiones, aún las más inimaginables, con el objetivo de prolongarse en el poder impunemente: no hay ni admitirán costo político alguno, por más visible que sea la sola punta del iceberg.
Recientemente, en lugar de la objetiva reseña, nada más y nada menos que la agencia de noticias del Estado respondió a las declaraciones del diputado Abelardo Díaz, denunciante de la tendenciosa actuación del canal televisivo de la Asamblea Nacional. Y, aunque no reveló el parlamentario un novedoso señalamiento, la agencia agigantó y agravó la versión.
Poco importa la pluralidad política y los matices expuestos por la dirigencia opositora, pues Díaz fue presentado como diputado del “partido de derecha Copei”, irrespetuoso de “los trabajadores y trabajadoras del canal”, del presidente de la República y de la Fuerza Armada Nacional a la que literalmente se le canta “honor y gloria”, con el debido comentario del ministro Izarra. Además de la descalificación, es obvia la distorsión procurando y avivando el desprecio el de los empleados del canal, sin que – por un instante – concretamente se diga algo en torno a una televisora más del partido de gobierno adueñado de sus horas de transmisión, la manipulación y censura de las cámaras en el hemiciclo y la radical ausencia de los diputados de la oposición en una estación a la que lógicamente pertenecen, al menos, en teoría.
Asistimos cada día a ese insólito esfuerzo de legitimación de la mentira, fraguada en el cinismo más burdo. Y, por si fuera poco, suscitando odios y revanchismos.
Fuente: http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/7338-de-la-legitimacion-del-cinismo
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