viernes, 30 de octubre de 2020

IMPRESIONES DESPÓTICAS


 “¿Qué te juegas?” de Inés de León (2019): pespuntea la señal y es difícil mantener el ritmo de trabajo en tiempos de pandemia. De vez en cuando, una película para distraernos. No es muy generosa la red en relación a películas gratuitas, como lo fue tiempo atrás. Recurrimos a Youtube para ello. Varias películas de Ingmar Bergman, por ejemplo, abren un abanico extraordinario.  Sin embargo, a veces,  nos contentamos con un filme más ligero y, así, corren numerosos los mediocres. El fácil acceso al trabajo de Inés de León, siendo apenas del año pasado, quizá sea el motivo para el último departamento, pero se nos antoja nada mediocre: tienes sus fallas, pero el formato nos parece interesante El inicio mismo de la película, es bueno, sugestivo.

El trabajo de Amaia Salamanca y el de sus dos hermanos, en la ficción, relevante. Hay detalles de la fotografía, mejores que muchos de los filmes que lo celebran. El pleito empresarial de  la familia pasa por el cedazo del buen humor, por un lado, debido a algunas notas sarcásticas del exceso (un shaman de consultor, el actor con complejos de alto oficial de la armada que teme a la guerra, el maltrato autoritario, la decoración sadomasoquista proyectada,  entre otros); y también del mal humor, porque Leticia Dolera es graciosa, pero no  logra reflejar suficientemente al comediante underground, o monologuista,  un oficio que se  ha extendido sorprendentemente y, en el caso venezolano, aún más de satirizar al régimen, desde el exterior,  al parecer aún más por las redes. Si algún nombre pudo tener la película es recoge tus cosas y vete”, el gesto verbal de despotismo que está integrado a la personalidad de la coprotagonista, quien buscaba sólo una amiga.

Quizá el detalle arquitectónico sea orignal en un país, como el nuestro, ya alejado de expresiones actualizadas en este y en cualsquiera ámbitos. Es demasiado evidente, el atraso y las ruindades conquistadas.  No hemos  logrado mayor informació sobre el inmueble. Quizá los créditos ayuden. Po cierto, créditos muy extensos, con un prolijo personal (incluyendo el reporte meteorológico), tiene xtensas dedicatorias. 

La crítica no le favoreció. Dolera fue celebrada. Se habla de “comedia screwball”. Gustamos, por cierto, de dos detalles: el diseño de las piezas del ajedrez y, apenas, o que se vio – sugerente – de la casa del empresario. ¿Es el “glamour” del que tanto se habla? Corrientemente, se le entiende de otro modo. Una faceta del filme, está resuelta por el guión: una decoración sobrevenida de  la casa de la protagonista, con detalles pictóricos que requieren de formación. 

Tiene la directora para llegar más lejos. Ojalá lo logre.

(https://www.youtube.com/watch?v=tH7bfo2fUXY&t=29s)

(LB)