domingo, 21 de abril de 2019

CAZA DE CITAS

"No menos decisivo en la formación de la conciencia es el descubrimiento del vínculo constitutivo entre la libertad y la verdad. Como he repetido otras veces, separar la libertad de la verdad objetiva hace imposible fundamentar los derechos de la persona sobre una sólida base racional y pone las premisas para que se afirme en la sociedad el arbitrio ingobernable de los individuos y el totalitarismo del poder público causante de la muerte"

Juan Pablo II

("Carta Encíclica Evangelium Vitae", Librería Editrice Vaticana, Ciudad del Vaicano, 1995: Nr. 96)

Escultura: Maurizio Cattelan.

sábado, 20 de abril de 2019

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Arturo Sosa A. "A Dios nadie lo ha vito nunca". Últimas Noticias, Caracas, 21/02/1982. Suplumento Cultural.
- Jano Granados y los 75 años de vida de Pastor Oropeza. El Nacional, Caracas, 12/10/76.
- Pascual Venegas Filardo. "Lección de los movimientos sísmicos". El Universal, Caracas, 04/08/87.
- Amable Sánchez Vivas. "¿Se convertirá el lago de Valencia en un nuevo infierno de Dante?". El Nacional, 26/10/65.
- Angel Grisanti y la ascendencia portuguesa de Miranda. El Universa, 07/05/78.

Reproducción: Encabezamiento de la columna de Guillermo José Schael. El Universal, Caracas, 06/01/1964. Ana Cecilia Lander, Gran Ferrocarril de Venezuela, Locomotora Gavilán, Museo del Transporte, Río Tuy, Ambiente, Colonia Tovar.

EN CLAVE DE ESTOS TIEMPOS

Boris Vallejo
Jesús, superhéroe
Siul Nagarrab


Consabido, el pueblo judío esperaba al terranalísimo libertador, en clara correspondencia con el Dios de los Ejércitos. A pesar de las profecías, luego cumplidas, no imaginaban definitivamente que la túnica del mesías se rifara entre los soldados burlones que lo condujeron a la muerte.

La muerte misma, injusta y prematura, cruel y desmoralizante, supuso la cancelación del proyecto de salvación. El Viernes Santo, próximo pasado, el sacerdote reflexionaba sobre un hecho ineludible que, además, no ha de explicarse por un burdo fatalismo, pues, Jesús libre, pidiendo que lo apartara del sacrificio, finalmente aceptó hacer la voluntad del Padre.

Referido por San Pablo al escribirle a los corintios, lo plebeyo del mundo, lo que no es nada, lo eligió Dios para anular lo que es.  El sujeto debilucho de una apartada latitud del imperio, luego de arrastrarla, humillado e injuriado, muere en la cruz: paso previo,  a ella nos remite la gloria de la Resurrección, en lugar del Jesús que caminaba sobre  las aguas, como lo reclamaba Antonio Machado.

La brutal noticia ha sabido de versiones más o menos atenuadas a lo largo del tiempo y, aún teñido del drama, el imaginario renacentista cuida muy bien el paisaje y sus protagonistas, distinguiendo también en otras escenas, en la perspectiva teológica de entonces, por la consabida corona de luz, a Jesús y sus fieles seguidores de inconfundibles rasgos europeos, y – como un tributo -  vistiéndolos con las más elegantes telas en espacios igualmente ostentosos. Siglos después,  siendo la Palabra y su testimonio de una fuerza extraordinaria, el cine intenta tal realismo,  con Pier Paolo Pasolini (“Il Vangelo secondo Matteo”, 1964) y Mel Gibson (“The Passion of the Christ”, 2004), caracterizado Jesús por una fragilidad física y pobreza material que lo hizo el menos sospechoso de todos, para vencer a la muerte.

Tony Lanza
Lugo, por estos años, en las versiones atribuidas a Tony Lanza o Boris Vallejo, Jesús – en clave de historieta – se descubre con una fuerza y dimensiones que le permiten salir del cautiverio de una cruz blindada para dejar constancia de una victoria que compartirá. Quebrará el vidrio o la madera al despertar,  ahorrado el sepulcro, en un rápido ataque de ira o en el momento de una caprichosa serenidad, luego de dejarse colgar esperando tan sólo  la oportunidad de aleccionarnos.

Jesús superhéroe, a tono con estos tiempos, es el físicoculturista o fisioculturista que, por muy pesado que fuere, es capaz de las ágiles maniobras y desplazamientos que las circunstancias impongan,  capaz de pensar y hacer la guerra, o enfrentar cualquier escaramuza, por vana que sea. No por casualidad, Spiderman, Supermán o Batman, quedan para afrontar a los delincuentes comunes, aun no siendo los muy apertrechados, creativos y malévolos, aparentemente desatentos a las lides o percances sentimentales: constituyendo por sí mismos un arma estratégica, cuyos superpoderes pudieran interesar al jefe de recursos humanos de la CIA, en el peor de los casos, no compiten con los artefactos atómicos, ni les interesa la complejidad de los juegos estratégicos que requieren más de un escritorio o tablero de ajedrez que del empleo de la fuerza física.

Boris Vallejo
El superhéroe en cuestión, clavado a la cruz, antes que molido por efectos de los rayos láser o afines, al hurgar las redes, tiene más de un Flex Wheeler o Jay Cutler que del modesto y, de compararlo, anémico Charles Atlas que hizo del músculo una rentable actividad pedagógica. De acuerdo al prototipo, no hay uña ni diente que, abultado, no se descubra sin un mínimo músculo que le dé la debida prestancia a las exacerbaciones, convertidas las fibras en una contra-repuesta a las obesidades cultivadas por Fernando Botero.

A muchos les parecerá ofensiva esta versión, pero debemos aceptar que igualmente está codificada en nuestra cultura occidental, objeto real de nuestras interrogantes, frente a los integrismos o fundamentalismos orientales en expansión que insisten en la barbarie. Interrogantes que llevan forzosamente a la reflexión teológica, una ventana inevitable.

Queda la lección de la extraordinaria fuerza y fortaleza espiritual del débil, del que no es nada y es capaz de anular lo que es, resucitando. ¡Felices Pascuas!

21/04/2019:
http://www.opinionynoticias.com/opinioncultura/34739-nagarrab-s-

UN GRAN VENEZOLANO

Ciudadano Schael
Luis Barragán


Mamá guardaba en su libro de recortes, una columna – principiando los setenta del veinte - referida a la casa de Renato Belouche en París. Suscrita por Guillermo José Schael, fue inevitable relacionarlo con el antepasado materno, desde que aprendimos a leer.

El venidero  30 de abril, celebraremos el centenario del nacimiento del insigne periodista que, por cierto,  falleció un día 23 de hace treinta años. Durante cuatro décadas laboró en el diario El Universal de la Caracas que también lo tuvo por cronista, acerándose en el difícil oficio de un país turbulento, aunque jamás había atravesado un desierto minado como en el presente siglo que tantas ilusiones despertó.

“Brújula”, la columna en la que abrevaron distintas generaciones, retrató fielmente al apasionado fablistán Lo ocupaban a diario todos los temas, por contradictorios que parecieran y, así, tomada una muestra al azar, un día versaba y se extendía sobre la mecánica celeste, en el breve espacio disponible, a propósito del científico que vaticinaba un choque de la Luna con la Tierra, faltando algunos millones de años (El Universal, Caracas, 04/08/1953), luego de ilustrar al lector sobre los viejos automóviles, días atrás,  incluyendo el nombre del ciclista que arrolló a un niño y a un anciano en la ciudad ya remota; o, restándole la acostumbrada letra, orientaba su reflexión hacia la siquiatría (SIC) y quienes se ocupaban de ella (Ibidem, 19/05/1963).

En el último texto citado, expresaba: “Siempre hay temas de que escribir en una mesa de redacción. Sabemos que por estos tiempos presionan los de política (…) Muchos de los lectores de EL UNIVERSAL son suscriptores desde hace más de cuarenta años. Pensamos que no pocos les agradará como a nosotros evocar el tiempo viejo. A veces es la alternativa para eludir el encuentro con tantos hechos desagradables. A veces pasamos hasta dos horas en el Archivo”.

Inquieto, hurgador de noticias, calibrador de la actualidad, sabía cuáles eran las sustanciales y las banales y, seguramente los lectores más asiduos, desde siempre, le agradecían la distinción.  En perspectiva, en buena medida los hechos políticos fueron circulares y, evidentemente, los actores e intérpretes hartos repetitivos, por lo que el periodista abría una atractiva ventana para romper con el tedio.

El diario ejercicio de la escritura, en medio del imaginado bullicio de la mesa de redacción, bajo la presión del tiempo que se agotaba para encender y echar a andar la imprenta,  se tradujo en una prosa limpia, transparente, sencilla y directa.  Constante el dato histórico, respirando a la Caracas de la que fue fiel devoto,  tensaba el arco en torno a la ciencia, los medios de transporte, el arte, y cualesquiera temas abordados con responsabilidad. Sin embargo,  llama la atención el tratamiento tan respetuoso de los más cotidianos problemas de servicio (agua, vialidad, salud, etc.), planteando las soluciones que la ciudadanía esperaba, como – igualmente -  concedía el derecho a réplica a buena parte de quienes se sentían afectados por alguna alusión.

Las nuevas generaciones tienen en el ciudadano Schael, un referente esencial de la dignidad, respeto, probidad, vocación para el trabajo y talento periodístico. Por ello, quedan pendientes tres tareas importantes para actualizar su herencia cívica: la de promover académicamente el interés por biografiarlo; publicar sus obras completas, uniendo la hemerografía con sus numerosos aportes bibliográficos; y salvar el Museo del Transporte que tuvo a bien fundar junto a otros insignes venezolanos.

21/04/2019:
https://guayoyoenletras.net/2019/04/21/ciudadano-schael/

COMISIÓN DELEGADA CONSULTIVA

¿Cumple la AN como dispositivo de consenso y transición?
Luis Barragán


El martes próximo pasado, comenzando la Semana Mayor, en lugar de sesionar el parlamento, lo hizo la Comisión Consultiva De conformidad con el artículo 36 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional (RIDAN), ella ha de ocuparse de los temas de interés nacional e internacional, conocer del trabajo de las comisiones y de la agenda legislativa anual, orientando la iniciativa popular legislativa. Además, precisa,  está constituida por la junta directiva y los presidentes de las comisiones permanentes y hasta tres diputados “en representación de todas las organizaciones políticas existentes en el Parlamento”.

Eminentemente consultiva, la citada norma versa sobre las decisiones de forma que puede adoptar la comisión, aconsejándolas antes  por consenso  que por aplicación de la mayoría absoluta de los comisionados presentes, aunque éstos pueden remitir el asunto a la plenaria.  Luce demasiado obvio que la Comisión Consultiva, como la Comisión Delegada y la propia Junta Directiva de restringidas competencias,  no pueden sustituir a la Asamblea Nacional que  la componen todos los diputados legítimamente electos, calificados y juramentados, de conformidad con lo previsto en el capítulo I título V de la Constitución de 1999.

El asunto viene a colación, porque fueron enunciadas y, después, anunciadas,  materias decididas por la Comisión Consultiva que, entendiéndolas como propias de la plenaria asamblearia, sólo expresan las posturas de las comisiones de Defensa del Esequibo y Fachada Atlántica, respecto a la contramemoria de la demanda incoada por Guyana contra Venezuela en La Haya; y la de Medios de Comunicación al proponer la creación (SIC)  de una Ley de Protección del Ejercicio del Periodismo. En éste caso, aceptemos, augura un instrumento legal que, elaborado, sólo puede introducirse a cámara plena, pero en aquél, es necesario admitirlo, por las características y gravedades de un asunto de Estado, pendientes otras propuestas de Acuerdo y, faltando poco, acordada su inclusión en el Orden del Día y el diferimiento una semana antes, es la Asamblea Nacional la que debe pronunciarse, pues, la citada Comisión de Defensa ni siquiera necesitaba de la Comisión Consultiva para manifestar su postura.

El otro motivo, suscita no poca confusión, pues, no todas las fracciones parlamentarias fueron invitadas a la Comisión Consultiva y, menos, concurrieron a través de una legítima representación.  Herederos de una reglamentación de ortodoxo cuño chavista, en muy buena medida inconstitucional, no existe una instancia formal e informal  para que las mayorías y minorías puedan informarse y, en lo posible, concertar las materias que les son comunes, pues, ni siquiera la Comisión Delegada establecida en la Carta de 1999, impuesta hegemónicamente, ofrece las posibilidades que la Comisión Delegada de la Carta de1961 extendía a cualesquiera manifestaciones del hacer y pensar político de la cámara.

Ahora bien, luce innecesario y contraproducente imponer una política de los hechos cumplidos al tratarse de un órgano colegiado que, además, todo un detalle, ha asumido la responsabilidad de aplicar el artículo 233 constitucional. Por ello, en un foro organizado por FORMA en la UCAB, sostuvimos que el dispositivo por excelencia de todo consenso y transición, órgano del Poder Público sobreviviente a la devastación del Estado, es la Asamblea Nacional, y mal haríamos – precisamente – en no consensuarla interna y convincentemente.

 Fotografía: La quema de Judas, Semana Santa, Maduro Moros. Tomado de las redes.
22/04/2019:
http://www.noticierodigital.com/2019/04/luis-barragan-del-consenso-la-transicion-peligro/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=125214
http://www.ventevenezuela.org/2019/04/22/cumple-la-an-como-dispositivo-de-consenso-y-transicion-por-luis-barragan/

IRSE POR LAS RAMAS

De la encargaduría del Esequibo
Luis Barragán


Consabido, impuesto tan injustamente a Venezuela un plazo por la Secretaría General de las Naciones Unidas para la remisión a la Corte Internacional de Justicia de la controversia esequibana, propusimos a principios de 2017 y a cámara plena, la conformación de una comisión especial o mixta exclusivamente dedicada a la materia. Desoídos, nos dedicamos a trabajar con varias organizaciones de la sociedad civil para consensuar y desarrollar un programa mínimo y eficaz de la eventual comisión, además de denunciar en el transcurso de todo el año el inminente vencimiento del plazo y las actuaciones del  representante D. H. Nylander que no fue jamás el Buen Oficiante que  predicó Maduro Moros, asido a un vulgar ardid.

A nuestro juicio, la tarea fundamental consistía en la concepción y desarrollo de una Política de Estado que, de un modo u otro, ventilamos en el parlamento aproximadamente dese 2014. Lógicamente, no habrá política pública alguna en este u otros ámbitos de no superar la actual dictadura, pero resulta indispensable esbozarlas y echar sus bases.

Recibíamos frecuente información de la situación interna que atravesaba la cancillería. Particularmente, las oficinas dedicadas al Esequibo y a Guyana de un atemorizado personal, angustiado e impotente.

Finalmente aprobada y nombrada la comisión mixta, luego de la desafortunada remisión del expediente a La Haya, parecía obvio que hiciera las veces de las oficinas ministeriales, con las limitaciones de rigor, y así lo propusimos.  Los parlamentarios, asesores y personal administrativo adscritos a  la comisión, podían y pueden hacer – al menos – las tareas de seguimiento en torno al vecino país y al asunto territorial.

Ignoramos que haya una propuesta formal al respecto: no coincidimos con el nombramiento de un encargado en el tema esequibano, pues, por una parte, si fuere el caso, el parlamento cuenta con la específica área de trabajo de dedicación exclusiva; y, por la otra, supondría la creación de otras encargadurías para temas tanto o más agudos e inmediatos, olvidando que la urgencia es la del quiebre y la transición, con un gobierno de unidad y sus correspondientes ministros. No debe existir, hoy, otra encargaduría que la de la presidencia de la República, en manos de Juan Guaidó.

Imagen: https://tenemosnoticias.com/noticia/aceptamos-cij-caso-elevado-678889/1343053
21/04/2019:
https://apuntoenlinea.com/2019/04/21/de-la-encargaduria-del-esequibo-por-luis-barragan/
www.lapatilla.com/2019/04/21/de-la-encargaduria-del-esequibo-por-luis-barragan
https://www.facebook.com/lapatilla/posts/2585153474836640
https://newstral.com/es/article/es/1124710599/de-la-encargadur%C3%ADa-del-esequibo-por-luis-barrag%C3%A1n 

CREDENCIALES PARA UN ASILO ESPIGADO

Peñalver, distancia y categoría
Luis Barragán


Incontables son los acontecimientos públicos vividos desde hace veinte años, en medio de tantos disparos y lacrimógenas. E, incluso, hay quienes los ordenan, clasifican e, inventándose otros, selfiándose con los más llamativos líderes opositores en las autopistas, convierten la experiencia en una hazaña para la vanidad personal o para la solicitud de asilo político, mientras llega la transición.

Desconocemos, aunque imaginamos, las razones esgrimidas por Richard Peñalver para tramitar el asilo, recientemente negado por las autoridades españolas.  Muy quizá enfatizó una riesgosa disidencia con Maduro Moros, como pudo alegar el temor generado por una oposición que pide su cabeza, pero lo cierto es que, desestimada la petición, tampoco – a su favor – ninguna agencia policial lo aprehendió por vinculaciones con el narcotráfico o lavado de capitales, ni – en contra – pudo infiltrarse en la diáspora, una hipótesis valedera por increíble que parezca.

Probablemente, hubiésemos olvidado a  los pistoleros del Puente Llaguno de aquellos días aciagos de abril de 2002, de no contar todavía con un afortunado video delator, perdidas  miles de imágenes a favor de una formidable, calculada y perversa ingeniería de la confusión y falsedad. Otros, peores que aquéllos, ya bastante decir, gozan de un extraordinario anonimato que seguramente los convierte ahora en cínicos campeones de la causa de la  libertad, más allá o más acá de las fronteras.

Peñalver, literalmente disfrutó de una inmoral amnistía que Chávez Frías ordenó mediante una ley de buena factura técnica, por cierto. Ahora, recordamos la ocasión en la que almorzamos un amigo y el suscrito en un modesto restaurant del centro caraqueño y, celebrado como un valiente paladín del chavismo, entró el otrora concejal a quien tardamos un poco en identificar, porque nunca lo habíamos visto tan de cerca: entre cada abrazo con el resto de los comensales, fijaba cada vez más la mirada en nuestra mesa y preventivamente apuramos la marcha para salir del estrecho lugar, pues, al fin y al cabo, junto a Clemente, fueron no pocas las jornadas libradas en la calle contra el régimen.

Ícono de varios momentos, el activista parece contar con recursos para un periplo de varios países en la búsqueda de comprensión, aceptación y alojo que, suponemos, no ha hallado en Cuba o Corea del Norte, por ejemplo. Además, una búsqueda que no puede equipararse a la de millones de venezolanos forzados a huir del país.

En nada sorprendería un inmediato regreso del antes celebrado héroe de la revolución, sin preocupar en lo más mínimo a la dictadura o que, caída, pase apenas un ligero y rápido susto.  Verá, desde algún pueblo remoto, la liberación de los agentes  de la Policía Metropolitana después de quince injustos años tras barrotes, haciéndose llamar por un apodo que hoy no adivina.

El de Peñalver es un caso que, por supuesto, debe conocer la justicia, pero también merece la atención del científico social para particularizarlo e, incluso, categorizarlo. Siendo un operador que las circunstancias lo hicieron el más notable frente a otros con igual o mayor responsabilidad, intentará a toda costa sobrevivir indemne e impávido a la caída de la dictadura socialista por la que tanto abogó, aún allende los mares.

Fotografía: https://www.reportero24.com/2011/05/24/concejal-richard-penalver-fue-herido-de-bala-en-confuso-hecho/
Cfr. https://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Pe%C3%B1alver
23/04/2019:
http://www.diariocontraste.com/2019/04/penalver-distancia-y-categoria-por-luis-barragan-luisbarraganl/

VÉRTIGO

Érase el agua potable y abundante
Guido Sosola


Una rápida revisión de la vieja prensa, nos permite constatar que el proceso de urbanización en Venezuela, estimulado y soportado por el petróleo, sinceró y provocó nuevos problemas en la infraestructura y prestación de los servicios básicos.  Por mucho que los constructores intentaran garantizarlos en las casas y edificios que reemplazaban las grandes extensiones de tierras otrora cultivables, connotadas las barriadas populares por sus extraordinarias carencias, la ciudad aportaba sus dolencias sistémicas.

Impresiona que no hubiese temporadas de lluvias, sin anegar – por ejemplo – las calles de la Caracas que aún podía celebrar, como lo hizo por varias décadas para darle visado político a Pérez Jiménez,  los grandes complejos habitacionales, comerciales y burocráticos, como el Centro Simón Bolívar y los bloques del 2 de Diciembre, luego 23 de Enero. Cuarenta o cincuenta años atrás de la consabida vaguada de 1999, Carmen de Uria había desaparecido del litoral central por entera y autónoma disposición de la naturaleza.

El asunto comenzó a encararse decididamente a partir del segundo gobierno de Betancourt, cuyos mensajes presidenciales – cotejados con los medios que también les fueron adversos – daba cuenta del alcantarillado y otras obras que ganaba la capitales y las principales ciudades del país. Con  el tiempo, embalses y represas daban cuenta de la siembra del petróleo, y las dificultades trataban de subsanarse durante los días feriados, pues, la suspensión del servicio de agua era típica de la Semana Santa de los largos puentes vacacionales, progresando en la potabilidad del vital líquido.

Cumplido el programa de Puntofijo, eran otros los retos, pero la satanización de la herencia neutralizó las demandas por mejores servicios. Chávez Frías & Cia.,  hizo un vulgar  populismo del agua, obligado a quejarse de los inmensos desastres del ancien régime, con una obcecación digna de mejores causas, porque no tenían ni les interesaba tener proyectos y soluciones acordes a la novísima centuria en el deliberado esfuerzo de matarnos de hambre y de sed, como ha ocurrido.

Con todas las fallas, érase el agua potable y abundante para quien quisiera ducharse por el tiempo que le  diera la gana, a pesar de los consejos sanitarios del timonel de Sabaneta que ya adelantaba la situación de una radical escasez. Nombres, como el de José María De Viana, por citar un caso, nos fueron familiares, recordándolo por las réplicas y contrarréplica que generaba en los medios, como no lo hace hasta el sol de hoy ningún funcionario de Maduro Moros: ahora quedan las grandes cloacas para ver cómo “resolver” el drama.

20/04/2019:
www.lapatilla.com/2019/04/20/guido-sosola-erase-el-agua-potable-y-abundante
https://newstral.com/es/article/es/1124639762/guido-sosola-%C3%89rase-el-agua-potable-y-abundante
https://tenemosnoticias.com/noticia/rase-agua-sosola-abundante-679964/1344469
https://apuntoenlinea.com/2019/04/20/guido-sosola-erase-el-agua-potable-y-abundante/
https://venezuelaunida.com/guido-sosola-erase-el-agua-potable-y-abundante/
https://tenemosnoticias.com/noticia/rase-agua-sosola-abundante-679964/1344469
https://www.entornointeligente.com/guido-sosola-rase-el-agua-potable-y-abundante/
Fotografías: http://elestimulo.com/blog/caraquenos-buscan-agua-hasta-en-el-guaire/
Breve comentario de LB: Reaparece en la parrilla venezolana, Entorno Inteligente. O, al menos, en la nuestra. Al abrir la sección de opinión, aparece la gráfica de la Cruz Roja: "AME2223.CARACAS (VENEZUELA), 18/04/2019.- Miembros de la Cruz Roja reparten el kit de agua potable que forma parte de la ayuda humanitaria este jueves, en el hospital Carlos J Bello de la Cruz Roja, en Caracas (Venezuela). EFE/ Miguel Gutiérrez".

BREVE PROBLEMARIO

Del consenso y la transición en peligro (*)
Luis Barragán


La principal clave de bóveda,  reside en la necesaria discusión y, naturalmente,  el básico empleo de la racionalidad. Luce pertinente  la observación, pues, hay actores políticos de la oposición que, prepotentes, no tienen por hábito el intercambio de pareceres, adoptando unilateralmente las decisiones (la política del hecho cumplido), y el régimen impuesto por dos décadas, le ha dado carta de naturaleza al absurdo (la política del disparate): en un caso, corremos o nos encaramamos y, en el otro, parece un crimen pedir explicaciones de aciertos y fracasos.

Quizá tardíamente, entre nosotros, ha prosperado el interés por la literatura de la transición de los regímenes autoritarios a los democráticos, familiarizándonos con autores como O´Donnell, Schmitter, Stepan, Whitehead, o Linz, útil para asumir con sobriedad una materia de importantes, considerados los remotos o  recientes precedentes, exitosos o fallidos.  Además de John Magdaleno, recurrente conferencista sartoriano que ha aumentado el número de los casos estudiados, sabemos de algunos profesores de la Universidad Simón Bolívar que, yendo más allá de los foros, incluso, compartidos, están próximos a publicar un trabajo extenso y riguroso, en Chile.

Obviamente, la situación venezolana tiende a romper y rompe, con algunas convenciones, supuestos y proyecciones consagradas, ya que tratamos de superar una dictadura comunista de nuevo y sugestivo cuño, antes eficazmente enmascarada, y no del autoritarismo burocrático conocido en estas latitudes.  Mezcla de la fórmula castrista, simplista, pero eficiente, y de los referentes de un post-marxismo que legitima o dice legitimar el imaginario voluntarista del guevarismo,  constituye una experiencia extrema del sultanismo avisada desde 2014: por entonces, sectores dominantes de la oposición, dijeron democracia y no dictadura, crisis económico-social y no catástrofe humanitaria, diálogo incondicional y no afrontamiento sincero de la tragedia en camino de agigantarse.

Además de las referidas particularidades,  hay otras que renuevan el interés por el desenlace definitivo del siniestro fenómeno venezolano. Esta vez, la oposición cuenta con un eje institucional que muy antes no tuvo, la Asamblea Nacional, alejada de la debida y esperada compactación que se suma a los intereses contaminantes de las mafias creadas al amparo del régimen,  y del ahora extraviado papel de la Fuerza Armada Nacional.

Luego, pesa la incertidumbre en torno a la propia oposición que desafía a la dictadura de incontables recursos, posibles de neutralizar, como ha ocurrido con el elenco de las sanciones internacionales que la atemorizan. La misma idea del consenso, zarandeado por la propensión de varios sectores a la negociación incondicional de ya comprobado fracaso, caricaturizador de los consabidos procesos de paz, peligra. Sin embargo, formalizado por el parlamento,  hay claridad respecto a la meta empeñada: restablecimiento del orden constitucional, elecciones libres y reversión de la emergencia humanitaria compleja, según el artículo 3 del Estatuto que Rige la Transición Hacia la Democracia para Restablecer la Vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ET).

Problemas del consenso (opositor)  y la transición (democrática)

La construcción de uno es tan difícil como el comienzo del otro, confundiéndose el epílogo de la dictadura con el prólogo de la democracia. Ofrece ocasión para una discusión académica que no podrá prever enteramente el curso de lo que es y será una experiencia dura y difícil, pero útil por su vocación pacificadora, probablemente exportable como modelo, sintetizando el trágico aprendizaje: anteriormente, con curiosidad y quizá vanidad, observábamos los procesos de transición que se daban continental y extra-continentalmente, solazándolos por vivir una democracia aparentemente inexpugnable, bajo el generoso soporte de la renta petrolera.

Condicionante de la futura transición,  el consenso tiene una dimensión proselitista o partidista que apunta al actual papel de los actores claves, ineludibles y realmente representativos que no deben confundir el proceso con su propia biografía personal;  la apuesta es por las posiciones de poder, cultivado  el sectarismo clientelar, pródigo en versiones épicas de resistencia, que no concuerdan con las urgencias del país. Sugiere el burdo desarrollo de una ingeniería política, decididamente moralizante, tendiendo a realzar la destreza negociadora, por frustrada que fuese, en lugar de la clarividencia y la habilidad política  inherentes a lo que suele llamarse “hombres de Estado”.

Agotado el viejo modelo y estrategia de desarrollo, yendo más allá de detener el empobrecimiento, la desurbanización o desindustrialización,  obliga a una alternativa que la creemos centro-liberal, favorable al libre mercado, que haga útil el sacrificio.  Esta dimensión, la modernizadora, fuerza al reconocimiento de las nuevas fuerzas o movimientos sociales que, al soportar estos años de lucha, renovadas, contribuirán a la centralidad del conflicto agonal, mas no existencial, en la transformación estructural que el llamado chavismo irresponsablemente frustró, a sabiendas de los intereses, proyectos de poder y correlaciones de fuerzas que depararán el futuro.

Obviamente, corremos los riesgos de una cultura populista que puede garantizar el regreso de los sectores desplazados actualmente en el poder, procurando postergar los conflictos, promoviendo el desaprendizaje de la experiencia ganada en el presente siglo, reducida al esfuerzo terapéutico al recibir la fatal herencia chavista, bajo la presión de las demandas incrementadas con el regreso de los venezolanos hoy forzados al exilio. E, incluso, podemos perder la noción de una confrontación contra el Occidente mismo y sus valores, al cual nos adscribimos, y los retos de un derrumbe, como el de la dictadura cubana y el mito de la invulnerabilidad que ha forjado.

Agreguemos una dimensión de los desplazamientos que intentarán neutralizar o apoderarse de la transición: por una parte, las mafias generadoras del Estado Criminal, capaces de financiar y de condicionar la propia e inexorable salida de la dictadura socialista para darle continuidad, de un modo u otro, al régimen y, por ello, la importancia del comisión asamblearia que investiga o ha de investigar el caso Andrade – Gorrín. Y, por otra,  la desaparición o desintegración del fenómeno chavista, pues, excepto que persista como un movimiento y maldición que bien lo retrata Perón y el peronismo en Argentina, acabando literalmente con una nación que fue próspera, es posible esperar que las organizaciones o partidos de la izquierda marxista deseen recuperar la más elemental identidad que le fue confiscada en esta centuria por el ocupante de Miraflores, añadiendo los espacios ideológicos que ameritan de una pronta sinceración y actualización.

Peligra la transición democrática

Una sociedad compleja y plural, como la venezolana, ya no soporta la cultura de la unanimidad forzada y excluyente. Para resistir los embates de sus adversarios, oponentes y enemigos, la transición partirá en firme con un gobierno de unidad nacional previsto en el capítulo V, artículos 25 al 29 del ET que, más allá de la retórica, ha de honrar las reglas de la gobernabilidad (y gobernanza) y un programa mínimo de gobierno que lo centra en la economía de mercado, al igual  que la consulta a la sociedad civil y a los partidos (artículo 27 eiusdem).  Empero, mal  síntoma, la Fracción 16 de Julio, por lo menos, no fue requerida para tratar el Plan País y, ya adelantado, planteado como una propuesta del parlamento, no fue oportunamente debatido y aprobado en la Asamblea Nacional.

A la transición o, mejor, al gobierno de  la transición le espera un país sumergido en la más completa y brutal debacle; al tsunami de las demandas inaplazable se sumarán las del regreso de una diáspora desesperada, provocada por Maduro Moros para aliviar un poco más las pesadas cargas y tensiones que la dictadura atraviesa;  serán inmensos los traumas al saberse de la realidad profunda de la tragedia, despertando  como la Alemania de la inmediata post-guerra y los millones de judíos exterminados, que nadie podrá ocultar ni siquiera con fines terapéuticos; o de nuevo, como lo abordó Terry Lynn Karl al explorar a la Venezuela post-perezjimenista, proseguirá la interacción del petróleo y los procesos políticos, con los desafíos de una ingeniería de los pactos.  Aceptemos que las fuerzas militares que hoy ocupan el territorio nacional, más los sectores desplazados, ofrecerán una dura resistencia armada en una nueva situación que obliga a discutir y a autorizar, aún antes de la llegada de ese gobierno provisional, como refiere el artículo 29 del ET, una misión o  coalición militar extranjera de paz que debemos pedirla, en lugar de esperarla, a tenor de lo establecido en el artículo 187, numeral 11 constitucional.

Aleccionados por la valiosa, pero ya remota experiencia de la Coordinadora Democrática y de la Mesa de la Unidad Democrática, un exitoso frente electoral sin solución de continuidad,  deben consensuare las plataformas para la transición, como Soy Venezuela, Frente Amplio u otras representativas. De no hacerlo, peligra la transición democrática, pues, teniendo a la Asamblea Nacional como el dispositivo por excelencia, siendo el órgano legítimo del Poder Público que queda del Estado devastado, el cuarteto dominante de partidos (PJ, AD, VP y UNT),  impide el amplio e indispensable consenso, fundado en un Reglamento Interior y de Debates (RIDAN) de inequívoco cuño chavista;  sobrerrepresentados los partidos, como ocurrió con el PSUV y sus aliados en el pasado mandato legislativo; y la situación exigirá algo más que esa correlación de fuerzas, sintetizado en un pacto de reparto burocrático,  afectada doctrinaria y funcionalmente la corporación armada que no es lo que alguna vez fue.

Objetivos muy puntuales de la transición,  como la reintegración de la Fuerza Armada Nacional o el tema económico (artículo 6, ordinales 6 y 7 de la LT),  sensibles áreas de trabajo, exigen de un convincente compromiso parlamentario.   La actuación de la Asamblea Nacional,  innecesariamente reiterada por el Estatuto de marras, como la del control de los actos presidenciales (artículo 14), sugiere una natural polémica que, no por ahogarla, dejará de existir: será necesario reconocerla para consensuar eficazmente sus aspectos más sustanciales.

La recuperación de un mínimo de libertades públicas y democráticas, ha de partir de una doble convicción: de un lado, al  llamado chavismo-madurismo sólo le quedan las armas, pues, a lo sumo, es una minoría política que terminará de estallar apenas transcurra un minuto de desalojo del poder; y, del otro, ha sido una experiencia radicalmente antidemocrática, manipuladora vil de las apariencias.  Además, mal puede ser candidato presidencial, en futuros y libres comicios, quien fue condenado por el el legítimo Tribunal Supremo de Justicia.

(*)    Foro sobre Consenso y Transición, FORMA, UCAB, Caracas, 13/04/2019. Organizado por el Prof. Ramón Cardozo, llevamos el presente texto, pero la actividad consistió a hacer dos preguntas a cada uno de los panelistas (Stalin González, segundo vicepresidente AN; Edison Ferrer, secretario AN; y LB, miembro de la F16-J), luego sometidos a las interrogantes de la audiencia.

Fotografías: Enviadas por Adriana León, vía WhatsApp.
22/04/2019:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/34744-barragan-l

RESURRECCIÓN PENDIENTE

Evangelio Dominical: Resurrección
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado al Evangelio que se proclama el Domingo de Resurrección, ciclo A, correspondiente al domingo 21 abril 2019.  La lectura es tomada del Evangelio según San Juan 20, 19-31

"Y vio a Jesús, que estaba allí... ¡Maestro!"

¿Cómo ocurrió la resurrección de Jesús?

Muy de madrugada del domingo, varias mujeres, de las que habían acompañado a Jesús hasta su sepultura, quisieron volver al sepulcro. Eran María Magdalena, Salomé, María, la madre de Santiago (Mateo 27: 56 y Marcos 16, 1), Juana y las demás mujeres que estaban con ellas. Habían comprado bálsamos aromáticos para ungir el cuerpo de Jesús (Marcos 16:1).

Al ir camino del sepulcro, se decían una a otra: "¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?"

Pero de pronto hubo un gran terremoto. El ángel del Señor descendió del cielo, removió la piedra y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestidura blanca como la nieve. Los guardias temblaron y quedaron como muertos.

El ángel entró en el sepulcro, y se sentó.

Los soldados de la guardia fueron a la ciudad y dieron aviso a los principales sacerdotes de todas las cosas que habían acontecido. (Mateo 28, 1-11)

Mientras tanto, las mujeres llegaron al sepulcro. Ya estaba más claro, y pudieron ver que el sepulcro estaba abierto: la losa que debía tapar la boca del sepulcro, estaba rodada al lado, y por allí no se veía ningún soldado.

Algunas de las mujeres, con María Magdalena, inmediatamente pensaron: "Se han robado al Señor". Se dieron media vuelta y fueron a avisar a los discípulos.

¿Y qué hace el grupo principal de las mujeres?

Mientras tanto, las otras mujeres se acercaron al sepulcro, y vieron dentro a dos ángeles, uno a la cabecera y el otro a los pies del sepulcro. Los ángeles dicen a las mujeres:

- ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les dijo cuando estaba aún en Galilea: "Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día". Vengan y vean el lugar donde estaba puesto. Y vayan de prisa y digan a sus discípulos y a Pedro que ha resucitado de entre los muertos.

Entonces ellas salieron a toda prisa del sepulcro, y corrieron a dar la noticia a sus discípulos. Jesús les salió al encuentro, diciendo:

-¡Saludos!

Ellas se echaron a sus pies y le adoraron. Entonces Jesús les dijo:

-No teman. Vayan, den las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea. Allí me verán.

Mientras tanto, ¿qué pasó con María Magdalena y las otras mujeres?

Ellas avisaron a los Apóstoles, especialmente a Pedro, y le dicen: "Se han robado al Señor".

Inmediatamente Pedro y Juan salen juntos corriendo hacia el sepulcro. Pero Juan, que era más joven, corría más que Pedro. Así que se adelantó y llegó primero al sepulcro. Pero esperó a Pedro.

Muy educado este Juan, ¿no?

Sí. Y eso que Juan sabía que Pedro había negado al Señor tres veces durante la Pasión. Él en cambio había acompañado a Jesús y a su madre hasta el Calvario. Esto de esperar a Pedro es un gesto de aceptación y reconciliación.

Pero una vez que llegó Pedro, entraron los dos al sepulcro.

Vieron las vendas en el suelo (Juan 20, 6). "Y el sudario, que había estado sobre su cabeza, no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte" (v. 7).

Los dos quedaron muy impresionados. En concreto Juan comenzó a creer algo: "vio y creyó". Y se volvieron a casa.

A Pedro se le apareció Jesús después, dice el evangelista Lucas (24, 34) y Pablo (1 Corintios 15, 1-5).

¿Y qué hizo María Magdalena?

María no se quedó tranquila. Ella volvió al sepulcro. Vio a Pedro y a Juan que se iban del sepulcro, pero ella se quedó allí llorando frente a él.

Entonces miró dentro del sepulcro. Y vio dos ángeles en ropas blancas que estaban sentados, el uno a la cabecera, y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. Pero ella no los reconoce como ángeles.

Ellos le preguntan a María: "¿Por qué lloras?", y ella explica con las lágrimas en sus ojos: "Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto" (v. 13).

Entonces María se vuelve, miró atrás, y vio a Jesús que estaba allí; mas no sabía que era Jesús. Creía que era el jardinero.

Pero Jesús la llama por su nombre: "María". Al oír la voz de Jesús, María lo reconoce, lo llama "Rabboni" (Maestro), y se lanza a sus pies.

Jesús le dice: "Déjame, pero vete a mis hermanos, y diles: 'Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios'".

Por eso a María Magdalena se le llama "Apóstol de los Apóstoles".

Los judíos tenían el sábado como el día de descanso semanal, pues en la Creación del mundo, Dios descansó al séptimo día. Los cristianos lo cambiaron al domingo, porque la resurrección de Jesús, el hecho más importante de la humanidad, ocurrió en domingo.

Decimos "Felices Pascuas" (de Resurrección). Y en Navidad decimos: "Felices Pascuas" (de Navidad). Cristo ha resucitado. Cristo vive. Aleluya.

Éste fue el primer grito de fe, de vida nueva, y de victoria definitiva.

En Venezuela se tiene hoy la costumbre popular de la "Quema de Judas".

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-resurreccion
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/itemlist/user/43-fraymarcos.html
Interesante:
Leandro Area Pereira: https://www.elimpulso.com/2019/04/20/opinion-hoy-me-atrevo-a-escribirte-senor-20abr/
Iconografía: http://www.christianiconography.info/resurrection.html
Fotografía: LB, Plaza Altamira, Caracas. Recuerdo de los cañidos durante la protesta (27/08/2014).
Ilustración: Alonso López de Herrera.

viernes, 19 de abril de 2019

ACTOS OFICIALES

EL UNIVERSAL, Caracas, 1914. 19 de Abril, Independencia, 1914, Actos oficiales.


19 de abril de 1810: conquista de la autonomía
Ángel R. Lombardi 

El 19 de abril de 1810 representa el inicio formal de la Independencia de Venezuela, o en todo caso, el primer paso autonomista.

En esa histórica jornada un grupo de venezolanos del sector blanco criollo y algunos españoles alrededor del Cabildo en la ciudad de Caracas, se aliaron para organizar un movimiento conspirador cívico/militar que depuso a las autoridades realistas que estaban al frente de la Capitanía General de Venezuela. Esta conspiración, que devino en un “Golpe de Estado”, según el punto de vista de algunos historiadores españoles  que han estudiado el proceso, ha sido un acontecimiento emblemático dentro de la historiografía de Venezuela. Venezuela en esa jornada dio su primer paso como república y nación independiente; por ello es obvio que esa jornada haya sido convertida en casi un mito fundacional más que un acontecimiento histórico percibido dentro de un proceso de larga duración que entronca directamente con el período colonial y el pasado indígena, y lo que hemos sido posteriormente desde que accedimos a la vida republicana.

Desde el punto de vista de los contemporáneos partidarios del realismo, el 19 de abril de 1810 inauguró una era de horror y males sobre todas las provincias de Venezuela. Hecatombe política que puso en cuestión la legitimidad de la unidad imperial entre España y sus colonias. Las antiguas previsiones y alertas de Abalos, Aranda y otros funcionarios reales que conocían y habían mostrado preocupación sobre el futuro y permanencia de España en América venían a cumplirse. El sentimiento autonomista criollo imbuido de una identidad americanista propia, encontró en la usurpación napoleónica el pretexto adecuado para manifestarse de una manera decidida.

Las autoridades realistas más importantes en ese entonces, con el capitán general en ejercicio, don Vicente Emparan, a la cabeza, fueron expatriadas hacia distintos destinos, entre ellos los Estados Unidos y las otras posesiones españolas vecinas a Venezuela.

El movimiento secesionista fue llevado a cabo por algunos de los antiguos conspiradores del fallido intento de crear una Junta en el año 1808. Fue un golpe bien orquestado, que contó con la colaboración de civiles y militares que ante las noticias negativas que se recibieron sobre el curso de la guerra en la Metrópoli, decidieron actuar para asumir el control del Gobierno por sus propias manos y en representación del mismo rey Fernando VII. No hubo ni derramamiento de sangre ni la necesidad de militarizar a la sociedad caraqueña. La mayoría de los líderes criollos invocaron razones y principios jurídicos para hacer recaer la legítima autoridad del Gobierno en una Junta bajo los auspicios del Cabildo caraqueño como genuino representante de la soberanía popular ante la ausencia del Rey.

La disolución de la Junta Central debido a la invasión de la región de Andalucía en España por parte de los franceses en los primeros meses del año 1810, trajo como consecuencia el nacimiento de la Regencia,  órgano facultativo, integrado por cinco personas, encargado de mantener el funcionamiento del gobierno español dentro de una nación prácticamente ocupada por fuerzas extranjeras y de unas posesiones ultramarinas completamente incomunicadas. Precisamente, el principal argumento de los juntistas caraqueños para hacerse con el control del Gobierno colonial, fue el de considerar a la Regencia y las distintas corporaciones que le precedieron en España como ilegítimas en garantizar la representación popular y americana.

Ni los criollos ni los españoles que se sumaron a la acción del 19 de abril sospecharon las desastrosas consecuencias que traería para el país semejante paso. La mayoría pensó y creyó que lo que se estaba haciendo era lo correcto ante las delicadas circunstancias que atravesaba la Madre Patria. Se temía que los franceses luego de ocupar España se trasladasen a las Américas y reclamaran para sí estos territorios; tampoco se quería que los ingleses sustituyeran a la antigua Metrópoli ni que el orden social interno quedase alterado. El movimiento autonomista caraqueño pretendió hacer un cambio de administración y de gobierno a través de los cauces más pacíficos y sin sobresaltos. El orden tenía que mantenerse inalterable resguardando la paz y la seguridad. Los bandos y proclamas emitidos por la Junta caraqueña estuvieron orientados en ese sentido en los días posteriores al suceso.  Los españoles de nacimiento no fueron percibidos como enemigos ni rivales, sino por el contrario, se les pidió su más ferviente colaboración ante la nueva situación;  de igual manera se hicieron rápidos llamamientos a los cabildos de las otras provincias que integraban la Capitanía General de Venezuela para que reconocieran las nuevas autoridades caraqueñas y evitar, con ello, las disensiones internas que pudiesen alterar la paz.

En el plano internacional los caraqueños se apresuraron a buscar el reconocimiento diplomático y para ello enviaron embajadores a los Estados Unidos e Inglaterra. La actividad económica/comercial se liberalizó y se orientó hacia los “Amigos y Neutrales”.  Los “revolucionarios” caraqueños hicieron todos los esfuerzos posibles para disimular cualquier actitud sospechosa de radicalismo tanto en lo interno, con relación a la población civil, como en la arena internacional. Pero las agujas del reloj de la Historia se activaron y de manera irreversible. El acto autonomista llevó a los criollos de Venezuela a asumir un protagonismo siempre aspirado, pero pospuesto y desalentado por las autoridades realistas de procedencia peninsular. El ingreso a la modernidad política tuvo para los criollos un costo terrible en ese momento insospechado.

Venezuela, dentro del ámbito colonial, para los momentos en que ocurre el movimiento juntista, era un espacio económicamente próspero y relativamente tranquilo de paz social;  y esto, en vez de contribuir a la inhibición de los criollos en asumir algún tipo de protagonismo político, lo que hizo fue generar un efecto contrario. Los criollos, blancos en su mayoría, dueños de las más importantes fortunas del país y herederos de los primeros conquistadores del siglo XVI, llegaron a interiorizar un sentimiento de identidad y orgullo alrededor del propio terruño. España cada vez se volvía algo remoto y difuso; sus pesados controles burocráticos, las largas distancias y las lentas comunicaciones, la arbitrariedad y el despotismo de sus funcionarios, las trabas al comercio, la inmoralidad en el comportamiento de muchos sacerdotes y, sobre todo, el relajamiento en las costumbres y la disciplina social por el abandono de la Metrópoli, hicieron creer a los criollos que había llegado el momento histórico para actuar. Aunque hay que reconocer que en un primer momento la ruptura con la Madre Patria se aspiró a que fuese algo pactado y sin traumas.

Ya desde España los movimientos juntistas se habían desarrollado con una vitalidad impresionante desde el mismo año 1808, constituyéndose en los principales focos de la resistencia contra el invasor francés. La Junta Central Gubernativa del Reino instalada el 25 de septiembre en Aranjuez, hizo esfuerzos por reunirlas a todas bajo una única dirección, intentando con ello establecer la unidad en el esfuerzo de la guerra. Entre lo más destacable hay que señalar que orientó sus principales proclamas y manifiestos en reconocer el protagonismo popular ante la ausencia del Monarca. Igualmente anunció en abril del año 1809 el llamado a la elección de diputados, tanto en la península como en América, para las Cortes Nacionales que se abrirían en 1810. Los españoles, impulsados por las circunstancias, estaban llevando a cabo una auténtica revolución política, aunque sin plantearse aún sus dirigentes una radical ruptura con las principales instituciones del Antiguo Régimen; estos cambios no pasaron desapercibidos entre los súbditos americanos de ultramar.

En los primeros meses del año 1810 la situación política y militar en España fue de completa confusión. La Junta Central se había disuelto en enero dando paso a una Regencia de cinco miembros  y la guerra se consideró perdida. Las noticias que los americanos pudieron recibir desde el año 1808 fueron completamente fragmentadas e irregulares; se impuso un filtro que distorsionó la preciada información sobre asuntos tan vitales como la misma supervivencia de la Metrópoli. Y a pesar del aislamiento, los americanos se mantuvieron pendientes, preocupados y atentos sobre el destino final de España. Fue precisamente en esos dos años cuando más se discutió sobre la conveniencia de los criollos por asumir un mayor protagonismo dentro de la sociedad colonial. Entre esas escasas noticias hubo una que causó especial impacto sobre los criollos, y no fue otra que la proclama de la Junta Central que consideró a los “Dominios Americanos como partes integrantes y esenciales de la Monarquía Española”.

En Venezuela la elección del representante a las Cortes españolas de 1810 estuvo cargada de polémica ya que la elección recayó en el regente Joaquín de Mosquera, considerado por los criollos como enemigo de su clase social. Todo nos indica que esta elección no fue algo transparente y que se hizo fraudulentamente con la complicidad del capitán general en ese entonces, don Juan de Casas. Los balbuceantes decretos democráticos españoles tuvieron que enfrentar unas fuertes resistencias de parte de las autoridades monárquicas en América, renuentes a compartir las prerrogativas tanto del poder como de la autoridad que emanaba de sus investiduras. Para los criollos estos agravios se sumaban a muchos otros y les sirvieron para justificar su irrupción el 19 de abril de 1810.

La jornada del 19 de abril estuvo justificada tanto por los hechos militares en España, como por toda una argumentación de carácter histórico como de principios jurídicos, llevados a cabo por los líderes políticos e intelectuales criollos que decidieron actuar. 

 Para los caraqueños las noticias que conocieron sobre la disolución de la Junta Central en Andalucía como efecto de la invasión de esta región por las tropas napoleónicas, fue el hecho determinante para la toma del poder. Las autoridades realistas se volvieron de pronto ilegítimas y por lo tanto su autoridad precaria. El “pueblo”, reunido alrededor del Ayuntamiento, asumió la soberanía popular como fundamento de la representación política de la sociedad ante la ausencia del Monarca.

El capitán general don Vicente de Emparan y otros colaboradores de su entorno habían sido nombrados por Murat, en el momento de la Capitulación de las autoridades españolas ante las francesas a su entrada en Madrid en el mes de mayo del año 1808.  Esta acusación hecha por los criollos juntistas no sólo buscó desacreditar a la principal autoridad de la Provincia, sino que con ello hizo alarde de patriotismo. No hay que olvidar que el principal argumento de los criollos caraqueños fue preservar con el nuevo gobierno los derechos secuestrados del rey don Fernando VII, ante la sospecha de afrancesamiento de las principales autoridades españolas en Venezuela y la amenaza de invasión por parte de Napoleón al país

Fuente:

En torno al 19 de abril de 1810
Luis Alberto Buttó 

Oprobiosa es la tarea de quien se dedica a ideologizar la interpretación de los hechos históricos al tergiversar deliberadamente la lectura

que de ellos debe hacerse con la aviesa intencionalidad de estructurar una falsa conciencia de la realidad vivida y por vivirse. Oprobiosa e inútil al mismo tiempo; esto último porque se desperdicia irremediablemente el intelecto involucrado en tan vergonzosa faena. El erotizado y/o tarifado que se desliza a la condición de peón del veneno que de este comportamiento se desprende olvida con torpeza que, por su limitada condición humana, le es menester imposible negar, ocultar y/o modificar la real esencia de los sucesos pasados, en tanto y cuanto no hay entre nosotros semidiós alguno con la suficiente capacidad de alterar el significado y alcances de lo ya acontecido. Sin embargo, hay quienes no sienten prurito en trascender los linderos de la verdad y se empeñan en arrogarse el papel de arcángeles de la historia, en aras de alterar desembozada y siniestramente la exactitud de lo ocurrido. Inexactos e insinceros; doble acto de maledicencia frente a lo que salta a la vista.      

Así las cosas, no extrañan ciertas apreciaciones radicalmente equivocadas, cuando no palmariamente falseadas, sobre hechos históricos desencadenados en el período republicano venezolano. Ejemplo vivamente ilustrativo de lo dicho lo constituye la reiterada alusión que plumíferos al servicio de poderes despóticos de ayer u hoy hicieron y hacen de la desafortunada convicción asumida por Simón Bolívar en torno al supuesto alumbramiento de la patria en el seno de un vivac y acerca de que la Venezuela de su época debía caracterizarse recurriendo a la simbología de un cuartel. Nada más desbarrado en el ideario bolivariano, pero, al mismo tiempo, nada tan recalcado en los intentos de los círculos asociados al espíritu y prácticas pretorianas por deformar la historia, a través de sus tristes amanuenses, con el objetivo de justificar, impúdicamente, la extensión ad infinítum y ad náuseam del opresor proyecto político emprendido por aquellos que desde siempre y por siempre han representado y representarán la antiestética cara del poder.

Se equivocó de plano Bolívar en la infeliz afirmación traída a colación porque, en verdad, la patria venezolana fue engendrada en el alma, corazón y mente de lo más granado de la elite civil políticamente activa a principios del siglo XIX. La rebeldía manifestada el 19 de abril de 1810, la posterior declaración de independencia de julio de 1811 y la consecuente creación de la república única e indivisible que ha prevalecido hasta la contemporaneidad en el territorio sito al norte del subcontinente sudamericano, fue, sin lugar a dudas posibles, un proceso netamente civil. No hay de otra. En consecuencia, es cuestionable y repudiable que a estas alturas del estado del arte se pretenda presentar cualesquiera interpretaciones contrarias a esta característica definitoria de los hechos fundacionales de nuestra nación.

Para puntualizarlo en la única dimensión posible: amén de la expuesta, no cabe ninguna otra interpretación sobre el origen, esencia y significado de la autodeterminación asumida en abril de 1810 y concretada con todas las de la ley en julio de 1811. Los auténticos padres de la patria fueron mayoritariamente civiles y, como tal, el proyecto que echaron a andar nació siendo civil por los cuatro puntos cardinales y desde cualquier punto de vista. Ése fue su signo distintivo. Esa cualidad está esculpida de manera indeleble en el ADN del proceso republicano.

Fenómeno histórico completamente distinto es la circunstancia de que la independencia haya tenido que sostenerse y/o defenderse con la acción de hombres a caballo y lanza en ristre. Por supuesto que ayuda a definir un hecho el derrotero que éste sigue una vez iniciado, pero eso, bajo ningún concepto, se traduce en que irresponsablemente se pueda trabucar el contenido intrínseco que condujo a su gestación. Como ante a cualquier evento histórico, la guerra de liberación venezolana sólo puede ser estudiada y comprendida de manera integral al ubicarla en el contexto exacto en que se produjo; es decir, evitando incurrir en anacronismo, el más vergonzoso de los errores cometidos por «historiadores» que desvirtúan el legado de su formación, o por aprendices de brujo que se lanzan al ruedo autoproclamándose pomposamente cultores de la ciencia histórica. La ignorancia, al igual que la mentira, es por definición atrevida.

Hay que dejarlo en claro y repetirlo hasta la saciedad cuantas veces sea necesario: la masa crítica que con su ánimo, ideas y esfuerzo soñó, impulsó y definió la colocación de la piedra liminar de la autodeterminación venezolana se gestó en el politizado sector civil de principios del siglo XIX. Argumentar en contrario y pontificar que los iniciales y decisivos pasos de nuestra caminata emancipadora los guiaron hombres de uniforme es no entender y/o trabucar el legado histórico concreto de esos días definitorios. La Venezuela que hoy conocemos es el resultado de la audacia, voluntad y decisión de próceres auténticos (por civiles), inexplicable y tendenciosamente marginados de la historiografía oficial u oficiosa. Gústele a quien le guste y disgústele a quien le disguste, la patria que siempre hemos tenido fue procreada por civiles y para entender y explicar de manera cabal aquel alumbramiento es absolutamente inapropiado recurrir al eufemismo-falacia «movimiento cívico-militar». Quien así procede es porque posee mentalidad subalterna pretoriana, manifiesta o subyacente.  Su condenable objetivo es avalar en los días que corren, como lo hicieron otrora, la inconveniente y abusiva intervención militar en política, secular y desafortunada constante histórica presente en estos lares.

El 19 de abril de 1810 el Capitán General de la época contaba con los armas, pero los ideólogos de la libertad, inteligentemente, se apuntalaron en la gente para vencer la resistencia del representante del orden establecido de ir a Cabildo; inevitable era que la ecuación se resolviese en contra de la legitimidad perdida. Es harto conveniente no olvidar esa magistral lección de cómo se gestó y concretó aquel gigantesco salto hacia lo que terminó siendo la definitiva independencia político-territorial de esta tierra, en especial porque pasadas dos centurias todavía hay quienes persisten, de manera absurda e infantil, en invocar héroes de chistera que, valga la aclaratoria, nunca han existido. Ya debería haberse aprendido que los proyectos corporativos no desembocan en proyectos nacionales. Cuando amanece, el cielo es azul, no de otro color.     

En su especificidad, los hechos históricos no se repiten, pero, ¡vaya que enseñan!

Fuente:

HOY, UNA Y OTRA COSA

EL NACIONAL, Caracas, 01/05/1948. Juan David García Bacca, Civilización Occidental, Democracia Cristiana, Asalto, Democracia, Cristo, Bandolerismo.