jueves, 30 de abril de 2020

ID EST

Estado forajido y fracasado
Sadio Garavini
 
El filósofo político norteamericano John Rawls acuñó el término de Estado forajido (outlaw state) refiriéndose a aquellos Estados con regímenes autoritarios que violan los derechos humanos, incumplen leyes y convenios internacionales, así como las decisiones de los organismos internacionales que tienen como finalidad preservar el orden y la paz mundial, fomentan el terrorismo y amenazan la paz, tratando de expandir su poder e influencia en el exterior.
Un Estado fracasado o fallido se tipifica en cambio por la pérdida de control físico del territorio o del monopolio del uso legítimo de la fuerza, erosión de la autoridad legítima en la toma de decisiones y colapso de los servicios básicos. Un Estado fallido se caracteriza por un fracaso social, político y económico, su gobierno es tan débil o ineficaz, que tiene poco control sobre vastas regiones de su territorio, no provee ni puede proveer servicios básicos y  presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad. En los casos más extremos el desastre socioeconómico y el desmoronamiento de las instituciones del Estado provocan la ruptura de la “ley y el orden”, la descomposición total de los servicios básicos como el agua y la electricidad, brotes de epidemia y la propagación de enfermedades. En estos casos, en mayor o menor medida, sobrevienen la anarquía, el caos y la guerra civil entre clanes, facciones, “señores de la guerra” y hasta la desintegración de la unidad territorial. Ejemplos actuales de Estados fracasados extremos son Somalia, Yemen y Congo. En el pasado, los Estados demasiados poderosos eran vistos como peligrosos para la estabilidad del sistema internacional, hoy en día son los Estados fallidos que constituyen la mayor amenaza a la paz mundial, porque se convierten en centro de operaciones de los grupos terroristas y de la criminalidad organizada.
El régimen venezolano puede evidentemente calificarse como un Estado forajido,  después de haber denunciado la Convención Americana de Derechos Humanos, irrespetado prácticamente todas las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y los  informes del Alto Comisionado de los Derechos Humano de la ONU, particularmente el más reciente redactado por la ex Presidente socialista de Chile Michelle Bachelet. También su claro apoyo a los grupos terroristas colombianos las FARC y el ELN es una  prueba adicional al respecto. Venezuela también tiene actualmente muchas de las características de  un Estado fracasado. Podríamos afirmar que se trata de un Estado “semifallido”. Buena parte del territorio al sur del Orinoco está bajo el control de las  mafias del oro y del coltán, del narcotráfico y del ELN. Pero también zonas de ciudades como Maracay y la misma Caracas están básicamente controladas por la criminalidad organizada.
Finalmente ¿no les parece que el régimen venezolano también calificaría como un Estado depredador? “Id est”: Un Estado donde sus gobernantes se dedican a preservar sus intereses particulares mediante el pillaje, el saqueo impositivo, la devastación de las instituciones y la carencia de una sana división de poderes, imponiendo su poder omnímodo con la sumisión de la justicia.

12/08/2019:

AVISOS

[Recordemos, un sencillo click sobre las imágenes, las abre].

1.- EL UNIVERSAL, Caracas 1928: Cerca de la Calle Real de Catia, la casa en venta de un precio quizá accesible. Se está a solo tres dígitos telefónicos de llamar y hasta cerrar un negocio atractivo, teniendo en cuenta que los herederos de la segunda o cuarta generación agradecerán muchísimo tan oportuna adquisición por el desarrollo del tráfico inmobiliario que impondrá la avenida Sucre, debidamente asfaltada: la otra carta de presentación para la autopista que va y viene de La Guaira.  Faltando poco, está la oferta de un taller mecánico, aunque no refiere la ubicación, porque de Dr. Paúl a Salvador de León lo dicen, o marcando los otros tres dígitos de la fortuna.

"Guanchez" tiene por carta de presentación a "La Alemania", con mucho de todo.  Dentro de setenta años es que llegará la trágica vaguada, peor que el terremoto que se sentirá de la "Mansión Charaima" en adelante. Esto es, hay razones para animarse y llegar a Macuto, tomando la carretera con sumo cuidado. Valga el dato, la comida es tan confiable que aceptan comensales no hospedados.

2.- EL FEDERALISTA, Caracas, 1866: En la imprenta del periódico se dan noticias sobre el precio de los cuatro caballos para la trilla o las diligencias que hagan falta por la ciudad. Definitivamente, la de los Bravos es una calle respetable para los negocios y, si usted es acreedor de las Rentas Municipales, con decreto en mano, Rafael Domínguez hace todo el papeleo, cubriendo los gastos necesarios: apenas, pide el 15% de comisión de la misma deuda que se reciba de la Junta de Crédito Público distrital.

¿Que marzo ya pasó? ¿Quién dijo? Mueva bien la máquina del tiempo y colóquese en situación de provecho. No serán como los bonos 2020 del siglo XXI, pero en algo ayudan bien  para adquirir los caballos e irse de vacaciones a la pensión "Guanchez" y, si queda algo, comprar la casa de Catia.

Por cierto, sólo el extranjero que llega a la ciudad, puede encontrar una "pieza de habitación" que, a la vez, gratamente recibido, le servirá la casa para perfeccionar el idioma. ZB es caueloso y únicamente en la imprenta es que puede diligenciarse la acogida familiar. No hay mejor lugar para la enseñanza y práctica del idioma que vivir en un vecindario y, es de suponer, el inmigrante - por transitorio que fuese - llega a hacer negocios, en nombre de alguna casa que requiere de algún trámite en la ciudad capital, por distante que sea el ejericio de la representación de la transnacional. El Táchira, por ejemplo.  Por ello, faltó colocar: "Favor abstenerse los curiosos".

¿Cobrará el pater familiae en divisas? Lo dudamos. ¿Quién las recibe y las cambia? Además, ha  de competir con las fichas de los latifundistas. Ya el Congreso ha derogado la de 1857, por lo que, desde 1865, está vigente una nueva Ley de Moneda. Refiere Arturo Uslar Pietri, en un libro de esos que en el XXI no se publican, que la particularidad de la ley en cuestión reside en haber ordenado la acuñación con la efige de Bolívar. Es la primera vez que ocurre en Venezuela ("Sumario de economía venezolana para alivio de estudiantes", Ediciones del Centro de Estudiantes, Caracas, ¿1945?: 119).

Ahora bien, entendemos mejor el término pieza. Así se le llamarán después a las msmas habitaciones, aunque por 2020 se hará ya poco uso de la expresión. Luego, la habitación es la propia casa - por lo demás - habitable. Y se confundirá con residecia o domicilio personal.

3.- LA PROPAGANDA, Caracas, 1894: "Sediento de ocupación", un joven de clara vocación por el trabajo paga el aviso para encontrarlo. No será cualquier cosa la que hará, si es que debemos tomar en cuenta la inversión previa. Quiere ganarse la vida, quizá probando a un celoso padre la opción que representa para la hija. A falta de dote, servirá el  aviso aún sin clasificar que aparece en un medio de nombre sincero. Sinceridad que también se agradece. La redacción del aiso ilustra el afán moral del aspirante.  O será el esilo del redactor del aviso que le puso inspiración y vuelo.

Según la costumbre, en la imprenta se darán detalles. No obstante, acaso tenga el aspirante razón al pagar el aviso. Le sale más barato lograr que el eventual empleador se anime al comprar el periódico. De un lado, sale leer  tene un mínimo de poer de compra (al menos, del periódico), en una sociedad de hacendado analfabetismo, por lo que su oferta debe estar por encima del promedio en una ecoomía en ruinas. Y, por el otro, ¿qué puede hacer el aspirante, recorriendo las calles del casco que será el "histórico" para 2020, y de os pueblos circunvecinos, gastando dinero al transportarse o tiempo, si anda a pie?

Un detalle. ¿Será el retrato hablado de la oveja extraviada? Tiene por nombre el collar de cascabeles. ¿La gratificación?  Es "mui bien", según la promesa. Quizá e buscador de empleo pueda hallarla en La Candelaria, ero no podrá caerse a palos con la recompensa. Tiene un firme propósito moral que no admite tamaño desliz.

4.-  LA ESFERA, Caracas, 1954: Pedir prestado, nunca ha sido fácil.  Mucho menos por la bicoca de noventa mil bolívares, toda una fortuna a mediados del siglo XX. Por ello, la garantía hipotecaria. Así será de bueno el negocio planteado. El Sr. Tovar ha de ser un dligente tramitador de este tipo de relaciones.  Además, honrada la toponimia, opera desde una casa de Bolsa a Mercaderes. Faltará muchísimo tiempo todavía para que los registros y notarías se hagan poco confiables.

5.- EL NACIONAL, Caracas, 1993: Nuestra sección no acepta publicidad política, pero la necesidad obliga al tener en cuenta que nadie nos fía y, mucho menos, podemos dar garantía hipotecaria alguna. Además, tentadora la oferta de la casa de Catia, o la de pasar un fin de semana en Macuto,  no encontramos a la oveja del collar de cascabeles  ni por mucho que lo pongamos acá, conseguimos un empleo confiale y estable. De modo que vale el aviso del técnico petrolero trastocado en exitoso político y no menos exitoso hombre de negocios, a quien - por cierto - despidieron tan injustamente de la embajada guaidosiana de Bogotá. Valga la nota: no se necesita invitación especial, ni militar en el partido citado.

(LB)

lunes, 27 de abril de 2020

LA DISCUSIÓN EN OTRAS LATITUDES

La Constitución, la peste y la economía
Santiago Muñoz Machado / El País

El problema constitucional más importante que plantea la declaración de estado de alarma para combatir la covid-19 no radica, como insisten algunos artículos periodísticos y debates de estas últimas semanas, en si hubiera sido más procedente declarar el estado de excepción, sino en los límites de los poderes gubernamentales de emergencia.

Es capital la importancia de observar los procedimientos establecidos, pero mientras se discurre sobre la corrección constitucional de lo decidido, que ya es irreversible, no debería olvidarse el examen riguroso de lo que está sucediendo: desde hace más de un mes el Gobierno ha sido habilitado con poderes de excepción, que está ejerciendo con contundencia. Pero la valoración de la legitimidad de sus decisiones se está haciendo sin criterios precisos. Menudean las críticas sobre la laminación a que se están sometiendo los derechos y libertades, lo que es innegable, pero tiene que ser explicado con fundamentos serios.

Existen dos parámetros, de manejo muy sencillo, que pueden aplicarse para evaluar la constitucionalidad de las decisiones restrictivas de los derechos que se adoptan en situaciones de emergencia. Ambos están convalidados por todos los Estados de derecho: en primer lugar, los poderes de excepción se atribuyen para combatir circunstancias de excepción y, en consecuencia, no deben mantenerse más tiempo que el que duren los hechos excepcionales que los justifican. El retorno a la legalidad ordinaria debe ser inmediato en cuanto aquellos desaparezcan. En segundo lugar, el uso de los poderes de emergencia tiene que ajustarse estrictamente al principio de proporcionalidad. La verificación de que las decisiones se acomodan a este principio puede hacerse utilizando tres test: primero, idoneidad de la medida, es decir, si es adecuada para alcanzar el fin u objetivo que se persigue. Segundo, si existen o no alternativas menos gravosas que la decisión adoptada. Y tercero, si la actuación elegida producirá o no desventajas compensables con los beneficios que esperan obtenerse aplicándola.

El derecho de excepción no tiene muchos más misterios que los que acaban de exponerse, a los que solo habría que sumar las cuestiones concernientes al control parlamentario del Gobierno

Es más complejo el análisis de las políticas que emergerán al término de la crisis sanitaria para procurar la reconstrucción de nuestra economía tras la catástrofe del coronavirus. En 1977, cuando se aprobaron los Pactos de la Moncloa, España no tenía Constitución ni era miembro de la Comunidad Europea. En la actualidad, cualquier acuerdo o regulación nueva tienen que ceñirse a la Constitución de 1978 y a la constitución económica de la Unión Europea.

Esta restricción no es, desde luego, baladí. Un grupo importante de informaciones y comentarios que, por lo que se lee en los medios y circula en las redes sociales, produce inquietud a muchos ciudadanos, empresas y organizaciones sociales, son los que aventuran que las políticas de reconstrucción se orientarán hacia el incremento del peso “de lo público”, es decir, del Estado (incluidas comunidades autónomas y municipios), en nuestra economía. ¿Qué significa esto? Para algunos, el posible inicio de una etapa de nacionalizaciones y municipalizaciones. Y, a partir de esta suposición, puede desplegarse un ramillete completo de variantes: ¿de sectores económicos, de empresas concretas, de servicios, de la propiedad privada? ¿Se aspira a cambiar la economía social de mercado por una economía estatalizada?

El artículo 128 de la Constitución indica que toda la riqueza del país está subordinada al interés general y reconoce la iniciativa pública en la actividad económica, que puede concretarse en decisiones que reserven al sector público recursos o servicios esenciales. Este precepto ha sido analizado docenas de veces por los expertos y por nuestros más altos tribunales y no plantea, actualmente, ningún problema de interpretación. El modelo económico de nuestra Carta Magna no reside exclusivamente en aquel precepto. El artículo 33 proclama el derecho a la propiedad privada, y el 38, la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado, de lo que se concluye que nuestra Constitución permite que el Estado retenga en su mano empresas y servicios y, al mismo tiempo, impone la economía de mercado, basada en la propiedad privada, la empresa y la libre competencia.

La Constitución ha establecido su neutralidad respecto del equilibrio entre lo público y lo privado, de modo que las fuerzas políticas que dispongan del poder puedan desarrollar toda la gama de políticas económicas: desde las liberales hasta las socialistas. Es decir, que cada opción política puede elegir la “cantidad de Estado” que postula para la economía nacional, aunque sin destruir el mercado, que es un principio constitucional del que no puede prescindirse dado su carácter esencial para el ejercicio de la libertad de empresa.

Este principio de neutralidad es clásico en los tratados comunitarios y actualmente está recogido en el artículo 345 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea. Significa lo mismo que en nuestra Constitución: la Unión acepta tanto la propiedad pública como la privada.

Ahora bien, las iniciativas públicas en materia económica que acuerden la reserva al Estado de servicios esenciales tienen que cumplir requisitos exigentes para ser legítimas: si suponen la privación de la propiedad privada o de cualquier derecho de los ciudadanos, ha de justificarse que concurre una razón de interés general evidente. La privación de la propiedad no puede consistir en una confiscación, sino que requiere el pago del precio de mercado del bien o derecho expropiado. Si la decisión se encamina a asumir la titularidad o la gestión de un servicio, ha de justificarse que es más sostenible y eficiente que la privada. Las empresas públicas tienen que competir en régimen de igualdad; por tanto, el Estado no puede reconocer a las suyas posiciones de privilegio ni ventajas competitivas de ninguna clase, en relación con las privadas; por ejemplo: no pueden las empresas públicas sobrevivir a base de ayudas, ni apelar a ellas porque sus gestores carezcan de la capacidad de gestión de un empresario eficaz en el marco de una economía de mercado. La Administración pública que acuerde nacionalizar, comunitarizar o municipalizar empresas tiene que contar con recursos financieros suficientes para atender los compromisos, europeos y nacionales, de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera, etcétera.

No está la economía española para que las entidades públicas asuman la gestión de empresas y servicios, me parece a mí. Siendo así, el fortalecimiento de lo público habrá de centrarse no en la economía, sino en los servicios sociales. Desde luego, en la sanidad pública, brutalmente puesta a prueba por la peste que nos asola, invirtiendo en su mejora lo que sea necesario; también en la educación, que es un servicio de rango constitucional. Y en procurar la realización de los demás servicios sociales en la medida en que se pueda y la Unión Europea tolere el incremento de nuestro déficit.

Los sectores económicos más dañados por la crisis lo que necesitarán del Estado son ayudas para afrontar su reconstrucción, y el Estado deberá asegurarse, mediante una regulación firme y estable, de que los recursos se emplean del modo más acorde con los intereses generales.
(*) Santiago Muñoz Machado es catedrático de Derecho Administrativo y director de la Real Academia Española.

Fuente:
https://www.almendron.com/tribuna/la-constitucion-la-peste-y-la-economia/
Fotografías:
Andrew Milligan /Pa Wire / DPA. Un profesional médico con ropa protectora y protección facial está de pie en la entrada de un laboratorio de pruebas en Glasgow: https://www.tagesspiegel.de/wissen/coronavirus-in-deutschland-und-der-welt-fast-69-000-euro-fuer-angehoerige-toter-pflegekraefte-in-grossbritannien/25560996.html
Coronavirus, nuevos informes y documentos del Istituto Superiore di Sanità después de la reunión del 22 de abril  https://www.onb.it/2020/04/27/coronavirus-nuovi-report-e-documenti-dellistituto-superiore-di-sanita-dopo-il-meeting-del-22-aprile/

¿DA IGUAL QUE SE QUEDE O SE VAYA?

Guillermo Morón: “Aquí no pasa nada, todos son unos imbéciles”
Jesús Piñero
Guillermo Morón tiene 93 años y no se anda con rodeos para decir lo que piensa. Con esta entrevista al autor de la imprescindible obra "Historia de Venezuela", cerramos el ciclo de conversaciones con historiadores justo hoy cuando se celebra el Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.
Guillermo Morón está sentado esperando a su hermano Armando. Es diciembre de 1935. Algunas agitaciones se sienten en Caracas, pero el interior del país continúa inerte, como siempre. En Carora pocos saben de la noticia y nadie tiene suficiente valor para repetirla. No es seguro y temen que los escuchen.
Morón tiene 9 años y no entiende la situación. Murmullos y miradas se suscitan en el pueblo. Cuando Armando llega por fin, se montan en un autobús hacia a Cuicas, en el estado Trujillo. Van callados y al bajar del vehículo todavía les toca caminar a pie un gran cerro y pasar la quebrada. Justo cuando van cruzando el agua, Armando, que va delante de él, se voltea.
—Te tengo que decir algo.
Guillermo Morón pensó lo peor: la muerte de su madre, doña Rosario Montero de Morón. Pero no dijo nada y esperó a que su hermano continuara. Armando se le acercó al oído, miró a los lados y le susurró como si alguien los observara en medio de la nada.
—Se murió Gómez.
Guillermo Morón, el niño
Un escalofrío recorrió su cuerpo. Era tal el miedo hacia la tiranía gomecista que Armando esperó estar en el monte profundo para contarle la noticia de la muerte del dictador a su hermano menor. El país se preparaba para un nuevo capítulo en su historia.
En Cuicas pasaban los fines de semana, porque estudiaban en Carora, estado Lara. 30 o 40 minutos antes de que su padre entrara por la puerta principal de la casa, doña Rosario Montero sentía el andar del caballo al llegar al pueblo.
“Me acuerdo de que en mi pueblo, mi papá se oía en el campo y mi mamá lo sentía antes de que llegara: ‘Llegó Morón’, decía. Mi papá había entrado al pueblo a caballo. Le daba una patada al portón y entraba”.
Así llegaba del conuco todos los sábados. Su progenitor era un jinete campesino en una Venezuela que se bajaba del caballo y empezaba a andar sobre las ruedas de petróleo.
El niño Morón es hijo de las postrimerías del siglo XIX. Nació el 8 de febrero de 1926 dentro de un matrimonio que tuvo 5 hijos varones. “Armando era el mayor, el inteligente y culto que fue maestro de escuela toda su vida. Marco Mario, que era un vagabundo de primera, que no aprendió a leer pero que se hizo rico, gran mujeriego. Mi hermano Óscar murió muy temprano, a los 14 años. Y mi hermano Chui (Jesús María) que murió hace tiempo. Yo era el cuarto”.
Una generación que abría el siglo XX, indiferente a la política, que era asunto de los andinos, los amos del valle capitalino.
Los tres tiranos
Dos meses después de aquella conversación con su hermano Armando, Guillermo Morón cumplió 10 años y, a pesar de su niñez, empezaba a comprender la situación nacional y escuchaba por radio al nuevo presidente, Eleazar López Contreras, quien anunciaba su programa de febrero.
Esos son los recuerdos más lejanos que conserva en su memoria sobre la política venezolana. Vivía en Carora y recibía clases de don Cecilio Zubillaga Perera: “Un gran maestro que nos enseñaba a leer y a escribir, él me quiso mucho y yo lo quise mucho a él también. Fue muy amigo de mi mamá y creo que esa es una de las influencias más directas que yo tuve, además de mi mamá que fue maestra de escuela”.
La democracia era una idea imposible, ciega para el momento, según el propio testimonio de Morón. Y aunque la dictadura gomecista ha sido vilipendiada dentro de la historiografía, él es un sobreviviente que se atreve a calificarla como positiva: “La época de Gómez es muy buena, Gómez acabó con los ladrones, acabó con los bandidos. Metió a la cárcel a todos los políticos malos, de manera que la dictadura de Gómez fue para mí positiva, porque este es un país de bárbaros, y llegó Gómez y puso orden”. Aunque no por eso deja de categorizarlo como un tirano y compararlo con Fidel Castro y Hugo Chávez. Tres cuadros de estos personajes cuelgan de su biblioteca personal.
—¿Hay alguna similitud entre los personajes de esos cuadros?
—Gómez no tiene ninguna similitud con Chávez ni con Fidel Castro tampoco. Pero yo los llamo los tres tiranos, tres tiranos distintos: Gómez, Castro y Chávez. La inteligencia los distingue. Fidel Castro sacó de Cuba a todas las prostitutas y a todos los bandidos norteamericanos que iban a putear en Cuba. Simple y llanamente eso. Hugo Chávez fue un hombre inteligente, muy venezolano. Esa expresión “esta noche te voy a dar lo tuyo” es típica de los venezolanos vulgares, él los comprendió bien. Y Gómez puso orden, pagó la deuda externa que veníamos arrastrando desde hace muchos años. Tuvo muchos aspectos positivos, el único negativo es que no había libertad, esa común y corriente.
—¿Y qué significa para usted la democracia?
—La palabra democracia es una proclama de los enseñadores. La democracia es la vivencia del pueblo. No es un poder, es una convivencia y los venezolanos hemos convivido durante 500 años. La democracia no solamente fue ese período de 1958 a 1998, no. La democracia es la convivencia que siempre ha habido, y los venezolanos tienen que volver a recuperar el camino de la democracia, de la convivencia del pueblo.
La democracia se convierte en oligarquía cuando no se conoce bien la historia del país donde se pretende implantar. Uno de los más graves defectos de los dirigentes políticos venezolanos es el desconocimiento de su propia historia de pueblo.
La Historia tras su historia
Cuando salió de bachillerato quería estudiar Derecho, pero gracias a la influencia de su madre y de su maestro don Cecilio Zubillaga Perera, se fue para Caracas y se inscribió en el Instituto Pedagógico Nacional, que hoy pertenece a la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL). ¿Por qué? Urgía una carrera rápida para cubrir los gastos de la casa.
“Yo aprendí del maestro que el estudio es el fundamento principal de la vida ciudadana en cualquier parte del mundo. A los 17 años me dijo ‘Moroncito, váyase para Caracas, porque como su mamá es maestra, sus tías han sido maestras y un abuelo suyo fue también profesor, usted puede convertirse en un buen maestro”.
Cuando terminó, viajó a España y se doctoró en la Universidad Central de Madrid, hoy Universidad Complutense. Lo hizo porque su madre lo quería ver lejos de la escena política venezolana, que no auguraba buenos tiempos.
Durante aquella estadía madrileña, en los años cincuenta, conoció a María Ilaria, quien después se convirtió en su esposa.
Como si se tratara de ayer, Guillermo Morón todavía rememora la escena ocurrida en la capital de España: “Estaba frente al templo donde se casó Simón Bolívar, yo la había conocido a ella ligeramente, y de repente llegó ella por detrás y me tocó y me dijo: ‘¿Usted es el indio que me está esperando?’. Y ahora es mi mujer. Ella se casó con el indio”.
Morón también fue de los primeros latinoamericanos en obtener la Beca Humboldt, que otorga la Embajada de Alemania, con la que estudió Filosofía en la Universidad de Hamburgo.
A su regreso a Venezuela, a mediados de 1958, se encontró en un país que transitaba hacia una democracia estable. Hasta entonces llevaba una vida académica en la Universidad de Hamburgo, donde ejercía como profesor.
Al reabrir la Universidad Central de Venezuela (UCV) intentó ingresar a la recién inaugurada Escuela de Historia, y no le fue posible porque el comunismo universitario lo tachó como un hombre de derecha: “En la UCV no me recibieron, a pesar de mis títulos y publicaciones, porque estaba dominada por los comunistas, entre ellos un señor llamado Germán Carrera Damas”.
El marxismo marcaba la pauta y Guillermo Morón era visto como un clásico, como un estudioso atrasado de una historiografía a superar. Tiempo después entró a la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y a la Universidad Simón Bolívar (USB), pero a esas casas de estudio no les dedicó mayor tiempo.
Carlos Felice Cardot influyó en Morón para que se quedara en Venezuela y así logró ingresar a la Academia Nacional de la Historia: “Cuando regresé inmediatamente me nombraron numerario y tenía 33 años, eso fue en 1959. En la Academia fui primero director de publicaciones y después director”. Cargos que le permitieron llevar a esa corporación a su época dorada en cuanto a las publicaciones, la organización de su archivo y a la creación del departamento de investigaciones históricas. Su esfuerzo por hacer de la historia una disciplina para todo público, fuera del claustro, se reflejó en el desarrollo de numerosas colecciones que recogieron el registro documental del pasado.
El marxismo en contra
“Lo importante para mí es Venezuela, que después de Rafael María Baralt y José Gil Fortoul, nadie había escrito una historia moderna”. El fruto de esa orientación de su trabajo fue presentado en 1971 y se llamó Historia de Venezuela: 5 tomos que recogen una aproximación a todo el transcurrir venezolano a lo largo de casi 500 años que no se hacía desde el siglo XIX.
Un esfuerzo único en su tiempo, pues los profesionales en el estudio del pasado estaban dedicados a la realización de historias particulares, por la complejidad de los manuales. Su proyecto respondió a lo que él consideraba un déficit en la enseñanza en las escuelas y liceos, premisa que todavía mantiene: “Un pueblo que no aprende su historia está en grave riesgo de perder el alma, y la historia de Venezuela no se aprende con la fuerza y la pasión de otros tiempos, porque la historia dizque no sirve para nada”.
La obra se vendió como pan caliente en el país, sobre todo después de que saliera publicada una crítica en su contra en 1973: “Tuve el honor que la Escuela de Historia de la Universidad Central de Venezuela escribiera un panfleto llamado De cómo se desmorona la historia: observaciones a la ‘Historia de Venezuela’ , y creyeron que con eso yo me iba a espantar. Al revés, me alegré muchísimo, porque se terminaron de vender los mil ejemplares de esa edición”.
La crítica la firmó la historiadora Angelina Lemmo y expresaba una respuesta académica de la Escuela de Historia, dirigida por Carrera Damas, a la obra histórica de Morón, el flanco favorito del marxismo ucevista.
Poco tiempo después de la publicación y la polémica, en 1974, Morón recibió una comunicación en la que le informaban que la Organización de Estados Americanos (OEA) lo había designado coordinador general de la Historia General de América, un proyecto editorial que Mariano Picón Salas había propuesto ante ese organismo pero que hasta entonces se mantenía engavetado.
Un estudio desde Canadá hasta Argentina requirió de un equipo de historiadores de todo el continente, a quienes se le encomendaron las diferentes aristas y terminaron desarrollándose como profesionales: “Yo me hice cargo y la publiqué, me pateé todo el continente y fueron 33 volúmenes dirigidos por mí, allí incluí las biografías de George Washington y Simón Bolívar”.
Su visión hispanista, traída del franquismo, era demoniaca ante la crítica al colonialismo que blandían los historiadores marxistas, quienes vieron en Morón el blanco de tiro para realizar sus críticas históricas y revolucionarias. El trabajo de la Academia era incompatible con la visión de los historiadores profesionales, sobre todo los egresados de la UCV, quienes desdeñaban la historiografía canónica académica.
Y del otro lado también hubo polémicas: El culto a Bolívar de Germán Carrera Damas fue calificado como un texto subversivo por las autoridades con las que Morón trabajaba, pidiendo la expulsión de Carrera de la Universidad por pervertir la imagen del Libertador.
—Usted trabajó en la Academia Nacional de la Historia en un período en el que la figura del Libertador y de la independencia no podían se objetos de crítica…
—Pero es que Bolívar es un hombre de nuestro tiempo, porque no está relegado a su momento en el pasado, sino que traspasa las barreras de la diatriba y del culto, se pone por encima de la gloria y baja al día, a servir la actualidad. Fue un hombre de carne y hueso que cometió errores como todos los seres humanos. Él, como todos los héroes que participan en el proceso de independencia, militares y civiles, oficiales y soldados, ideólogos o pueblo simple, fueron españoles, pero lo fundamental es que no se les meta en discusiones insolubles. Todo ese barullo sirve solamente para que el pueblo no entienda a los prohombres. El Bolívar de cada autor no es el mismo Bolívar de todos.
—¿Hay desde el Estado una pretensión política por cambiar la historia?
—Eso es una estupidez, la historia no se cambia. Los únicos que pueden hacer historia son los historiadores, no el Presidente de la República, ni los gobernantes. Son los historiadores los que pueden interpretar el pasado. Ahora, la historiografía venezolana ha parcelado la imagen histórica del país al intentar narrar como acontecimientos fundamentales los hechos de gobierno; el reducido a la acción de toma y ejercicio del poder individual; o al crear una ilusoria historia constitucional. La política es el gran eje sobre el cual se mueve la historia, así ha sido hasta el presente en todas las civilizaciones. La política modifica a la sociedad, a la economía y a la cultura, esas son las cuatro patas de la historia, cuatro dimensiones igualmente importantes para entender.
Bien educado
Aunque sirvió como hombre público al ser secretario del presidente del estado Lara empezando la dictadura perezjimenista, siempre destacó como un académico preocupado por la lectura y por la producción de textos educativos, incluso desde su trabajo en el diario larense El Impulso, donde fue un periodista de oficio y jefe de redacción.
Allí evocaba con frecuencia la frase: “La noticia se produce y nadie tiene por qué matarla o asfixiarla antes de tiempo. La información se desplaza, no se empuja; se desuna, pero no se corrompe. Es bueno que sea clara como el agua, desnuda como una lágrima”.
Leer sigue siendo su mayor afición. Escribió cuentos y novelas que se convirtieron en best sellers. Todavía revisa a los clásicos de la literatura, entiende latín y lee griego. “El que no haya leído al Quijote no es un hombre culto, Don Quijote es fundamental”, y luego dice que es su libro favorito.
Como editor de la revista Shell se encargó de difundir a una gran cantidad de escritores que encontraban en esa publicación una importante ventana para darse a conocer. Su trabajo allí lo convirtió en un gerente o empresario editorial bastante próspero. Varias de las reseñas de sus trabajos están en el libro Guillermo Morón, un clásico vivo de Pedro Pablo Paredes.
Ante una mayoría socialdemócrata y socialcristiana, Guillermo Morón impulsó el Comité Nacional de la Clase Media con ideas liberales, frente al estatismo y a la noción de redistribución de la riqueza que propugnaban los partidos políticos entonces. También contra la reforma tributaria. Con este proyecto intentó incursionar en la política junto a Pedro Tinoco y estuvieron en conversaciones con otros partidos para conciliar una candidatura independiente, pero aquello nunca logró prosperar ni mucho menos igualarse a AD ni a Copei.
“Pedro Tinoco se equivocó, yo no tenía ninguna fuerza política. Él quería ser presidente y necesitaba apoyo”, explica. El 27 septiembre de 1968 los miembros de la tolda finalmente se hicieron con el nombre de ‘Movimiento Desarrollista’.
“Ni de derecha ni de izquierda. Lo que soy es un hombre bien educado”, así se define Guillermo Morón, quien apoyó a Hugo Chávez en los años noventa. Una actitud que fue repudiada por algunos miembros del gremio y que, incluso, llegaron a calificar como pase de factura por su rechazo a los partidos Acción Democrática (AD) y el Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei).
Idea que a sus 93 años todavía comparte: “Juan Vicente Gómez es uno de los mejores gobernantes que ha tenido el país, a pesar de haber sido un dictador, no se metía con el pueblo ni con los maestros de escuela”, reflexiona cuando le preguntan sobre el devenir de la historia contemporánea venezolana. Entre Gómez y Chávez hay un siglo, un siglo en el que las armas tampoco estuvieron quietas y él considera a ese sector como parte fundamental de la república.
—¿Cuándo decidió retirarle el apoyo a Chávez?
—En cuanto llegó, porque no estaba preparado. A mí me pareció simpático, un buen hombre, agradable y él llegó gracias al apoyo del pueblo y, sobre todo, de las Fuerzas Armadas. Sin las Fuerzas Armadas no llega. Es más, sin ese apoyo nadie puede llegar a ser presidente de Venezuela.
—Entonces, ¿no estamos cerca de un cambio histórico?
—No lo creo.
—¿Cree que Nicolás Maduro se quedará por muchos años más?
—Maduro puede quedarse allí hasta la muerte y no pasa nada, y si lo sacan tampoco pasa nada. Yo no creo que esté próximo a retirarse, quienes lo apoyan son las Fuerzas Armadas.
—Y usted, que vivió casi a plenitud el siglo anterior, ¿qué opina de Juan Guaidó?
—Juan Guaidó es un hombre inteligente, pero no tiene porvenir político, porque no tiene fuerzas. No tiene el apoyo de las Fuerzas Armadas, ni el popular, pero es un hombre sano y honrado.
—¿Y de los partidos políticos?
—Los partidos políticos desaparecieron, ¿dónde están el PCV, Copei, AD? Primero Justicia y Voluntad Popular no valen nada. No hay ningún dirigente importante en esos partidos, yo no lo veo por lo menos.
—¿Compararía algún período del pasado con este?
—No tiene similitud con otros sucesos del pasado, ni remotamente. Aquí no pasa nada, todos son unos imbéciles.
Esta semblanza se elaboró a partir de una entrevista realizada 19 de septiembre de 2019, y algunos fragmentos de otras entrevistas y artículos de prensa, especialmente del documental Guillermo Morón, maestro de escuela producido por María Eugenia Mosquera, y el material recogido por Efraín Subero en el Ideario-Diario de Guillermo Morón, publicado en 1999, fuentes esenciales que permitieron construir una imagen más amplia del personaje.

Fotografías: Daniel Hernández
Fuente:

domingo, 26 de abril de 2020

CAZA DE CITAS

"La política venezolana ha entrado en crisis porque ha entrado en crisis el discurso que la representaba"

Omar Astorga

("Ensayos de filosofía política y ultura", UCV, Caracas, 2014: 255)

Ilustración: Giuseppe Veneziano.


NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Huber Matos. "El mito militar cubano". El Universal, Caracas, 14/03/1984.
- Arturo Uslar Pietri. "Pizarrón: Políticos y dinero". El Nacional, Caracas, 27/10/68.
- Orlando Araujo. "Venezuela, petróleo y miedo". Deslinde, Caracas, 15/05/69.
- Reyna Rivas. "Famosos festivales de música". El Nacional, 07/01/89.
- Rházes Hernández López. "Un requiem para (Alejandro) Manzoni". El Nacional, 03/06/73.

Reproducción: Fotografía de Miguel Moreno para un reporaje de Arístides Bastidas sobre el aniversario del golpe del 24/11/1948. El Nacional, Caracas, 26/11/1958.

DEL OYENTE DE LARGA DURACIÓN

Felipe Izcaray o la intimidad de los audífonos
Luis Barragán

La inmensa dificultad de reencontrarnos con nosotros mismos, durante la prolongada cuarentena, habla de las radicales tensiones e incertidumbres que nos asedian al cumplirla en un país como Venezuela.  No obstante, podemos también aludir a un constante reajuste de la convivencia familiar - otrora olvidada – en el contexto de un relativo aislamiento que no mitiga  la consabida precariedad de las conexiones virtuales.

Acaso, una experiencia  sea la de recobrar la intimidad de los audífonos en el intento de garantizar una privacidad que nos lleva  inadvertidamente  a  las novedades del sonido rechazado por el consumo cultural dominante. Hay directores orquestales de una extraordinaria solvencia técnica, capaces de emocionarnos a través de ejecuciones que ya nos parecen demasiados breves, cuando – paradójicamente – se ha convertido en una norma social que las piezas melódicas que excedan de cinco minutos – por ejemplo –  resultan tediosas, arraigados los estereotipos del oyente de larga duración.

Uno de esos directores,  es Felipe Izcaray, quien recientemente arribó a la edad de setenta años. Soportando los rigores de la doble pandemia, porque al coronavirus debemos añadirle las particularidades del régimen que agrava su recepción, igualmente condenado a los cortes de electricidad,  merece el reconocimiento de la Venezuela que está en trance de reencontrarse consigo misma, ojalá definitivamente para no repetir jamás esta amarga experiencia de dos décadas.

En otras condiciones y circunstancias,  Izcaray no sólo recibiría el reconocimiento real y palpable del país, sino que ni siquiera tendría que salir de su querida Carora para dictar las clases, charlas y conferencias para una audiencia exigente, al igual que para los menos avisados, como el suscrito, interesados en algún libro que lo refiera.  A la larga e intensa experiencia y vivencia profesional, sumamos una extraordinaria acreditación académica que muy bien autorizaría esta otra experiencia de la llamada economía naranja: licenciado en educación musical, maestría en dirección coral y doctorado en dirección de orquesta por la universidad de Wisconsin-Madison (Estados Unidos).

No sabemos, ni nos interesa saber de las inclinaciones políticas de Izcaray, porque nuestra certeza reside en el aporte que todavía tiene pendiente para la reconstrucción de Venezuela, siendo el emprendedor  que, además, movió la batuta en el estado Nueva Esparta o en Mérida,  y la creó para los salteños, en Argentina. Celebramos el éxito de nuestros músicos en el exterior y la heroica supervivencia de quienes acá se quedaron, quienes tuvieron por un insigne maestro al ilustre caroreño, delante del atril, en el  Sistema Nacional de Orquestas y en la Sinfónica Venezuela, construyendo civilidad. Y esto también lo trasluce la intimidad de los audífonos.

Fotografía: Stiven Valecillos (El Impulso, Barquisimeto, 2017).
27/04/2020:
http://guayoyoenletras.net/2020/04/27/felipe-izcaray-la-intimidad-los-audifonos/

LAS OTRAS FAUCES DE UNA PANDEMIA

A la deriva
Luis Barragán

¿Qué podemos esperar, si no conocemos el más elemental boletín epidemiológico? La desinformación es la pieza estelar de un régimen que procura encontrarse a sí mismo, en medio de una pandemia que celebró como su mejor aliada para el urgido control social por siempre deseado.

La situación aparentemente escapa de todo cálculo político, deslizándose hacia una irracionalidad algo más que perturbadora. El dirigente de hoy, vapuleado por las circunstancias como el que más,  debe apelar a una suerte de ética de la cordura política, capaz de procesar aquellas convicciones e intuiciones, incluyendo la propia perspectiva existencial, para contribuir a la orientación ciudadana.

Percepción personal, en el medio urbano luce como tendencia dominante la del relajamiento de las medidas de precaución frente al coronavirus, donde la autoridad policial que ejerce o ha de ejercer la representación del Estado, economizando  esfuerzos,  ya es indiferente al descuido de las personas que transitan la vía pública, y viceversa. Más allá de una cierta ansiedad por regresar a la normalidad perdida, simulándola, aún antes de la cuarentena,  sentida y presentida la desasistencia de un Estado exhausto, el nivel alcanzado de auto-disciplina, la mejor prevención, está cediendo poco a poco a una silenciosa anarquía que, valga la acotación,  puede equipararse a las improvisadas o demenciales medidas de la usurpación contra las Empresas Polar, aunque – ambos casos de desorientación   –  no guardan correspondencia con las espontáneas y naturales protestas suscitadas en todo el territorio nacional en firme reclamo de las más básicas provisiones y servicios.

Puede ocurrir que, al tercer o quinto día, sólo sepamos que el ocupante de Miraflores se escabulló y, desde alguna latitud, se digne en justificar la huida. O que el atrincheramiento mismo en la ciudad capital, aislándola desavisadamente de las entidades vecinas, sea para evitar el escape: cualesquiera conjeturas las hace posible esta sensación de  desbrujulamiento del poder sometido a las constantes presiones y tensiones de sus camarillas.

El huésped peligroso, únicamente ha puesto el acento a una realidad incubada desde mediados de la presente década. Creído y aplaudido como el aliado inesperado, el COVID19 también abre otras fauces.

27/04/2020:
https://www.lapatilla.com/2020/04/27/luis-barragan-a-la-deriva/
Cfr.
https://www.diariocontraste.com/2016/02/a-la-deriva-por-luis-barragan-luisbarraganj/

ALGUNAS CONSIDERACIONES

De las leyes organizadoras
Luis Barragán

Incontables las materias pendientes para una transición convincente, la sola propuesta de sendas  leyes orgánicas debe apuntar a la real transformación histórica de un país que, apenas, es el inquilino precario de un siglo que se dijo promisorio. Sugiere iniciar y alcanzar la profundidad de un debate que habrá de materializarse definitivamente  al mediano plazo, ya que la inmediatez de los consabidos problemas que literalmente nos asedian,  tiende a aconsejar fórmulas realistas para una coyuntura tan específica, como – ciertamente – inevitable.

Versamos, sobre el planteamiento de los instrumentos más adecuados para el ámbito militar y el de la educación, por ejemplo. De conformidad con el artículo 203 de la Constitución, intentando una respuesta de fondo, son necesarias las leyes organizadoras de los poderes públicos, capaces de desarrollar los derechos constitucionales hoy desconocidos y de enmarcar las otras iniciativas legales que sean afines. Sin embargo, tenemos reparos para la tan deseable perspectiva de trabajo.

Por un parte, hemos propuesto ante la Comisión  Permanente de Defensa de la Asamblea Nacional, la reconsideración, estudio y aprobación de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (LOFAN) sancionada íntegramente  por el parlamento en 2005,  con presencia de  la oposición; valga la doble acotación, hubo una modificación parlamentaria en 2015, como tuvo la amabilidad  de  corregirnos el diputado Eliézer Sirit, presidente de la citada Comisión, aunque la entendemos como una reforma muy puntual, circunscrita o localizada; por lo demás, la propuesta misma no significa desconocer el trabajo realizado por los comisionados, en los últimos años.  Convengamos, el solo planteamiento de una ley de carácter orgánico significa romper con las prácticas acuñadas por el régimen que, al contrariar  la más elemental noción, naturaleza y distinción orgánica de las normas, interesadamente replicó o reeditó la normativa constitucional, sin el deseable desarrollo, como ocurrió con la Ley Orgánica Sobre Estados de Excepción y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación.

Obra la circunstancia de una  transición democrática que todavía espera de fundamentales definiciones que implicarán  la actualización y constitucionalización de la Fuerza Armada Nacional, difícil y hasta imposible de lograr al corto plazo. Por ello, la pertinencia de un instrumento legitimado por el parlamento, independientemente de la correlación de fuerzas que privó al momento de sancionarlo, en reemplazo de la última ley habilitada en 2014, cuya reforma muy parcial, un año después, no alteró su avieso espíritu, propósito y razón.

Por otra parte, celebramos la iniciativa de la sociedad civil organizada, a través de Aula Abierta, al orbitar digitalmente un Proyecto de Ley Orgánica de Universidades que obliga al  redimensionamiento del sector de un extraordinario aliento,  aunque consabidas las limitaciones de tiempo para acometer una empresa tan ambiciosa de cara a las tensiones y perturbaciones disparadas por el régimen que esperan de una muy pronta, concreta y decidida respuesta. No hay dudas, el planteamiento tiene el mérito de zanjar o de intentar zanjar la deliberada confusión generada por la dictadura que, mediante  la tristemente célebre sentencia 0324,  la cual mantiene en pie, tardará en solventar la cuestión de fondo que suscitó el  recurso interpuesto más de una década atrás ante el espurio TSJ.

Por todos los medios disponibles, auspiciamos la discusión de la legítima aspiración de la entidad no gubernamental, aunque el coronavirus no eliminará el drama que atraviesan nuestras casas de estudios, violentado el artículo 109 constitucional. Luego, hemos  insistido hasta la saciedad al respecto, la urgencia es la de una legislación ordinaria que facilite la defensa real de la autonomía universitaria, bien al simplificar los procesos para unos comicios masivos, simultáneos y aleccionadores de las principales universidades, bien para establecer las responsabilidades civiles, administrativas y penales por la flagrante violación de las normas, por cuya reivindicación debemos velar.

Ambos casos, el militar y el educativo, nos permite manifestar una inquietud adicional sobre la presunta ventaja de heredar las actuales y arbitrarias normas para garantizar la transición.    Al inicio luce o lucirá comprensible frente a la rápida resistencia y arremetida de las fuerzas desalojadas del poder, pero – luego – la tentación será la de preservarlas so pretexto de cualesquiera situaciones, prolongándose,  y, acá, quizá sea pertinente citar el Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional (RIDAN) que, esencialmente, es el mismo de 2010:  por  lo menos, al año de inaugurado el actual mandato parlamentario,  debió constitucionalizarse y lo acaecido después, con una división artificial y artificiosa de la Asamblea Nacional, abona  sólo a una garrafal error político.

Fuere para una ley orgánica y, con mayor razón para una ordinaria, a pesar de las adversidades, la corporación legislativa puede admitir cualesquiera propuestas y, en la medida de sus posibilidades, asumirlas, evacuarlas y sancionarlas.  Existe la mayoría calificada para ello,  sorteado, incluso, en el caso de la orgánica, el “desliz idiomático del constituyente”, según el juicio de José Peña Solís, al tratarse de una admisión que convierte la consulta con el TSJ en un rito   (“El procedimiento legislativo en Venezuela”, UCV, Caracas, 2009: 113 ss.),

En definitiva, el esfuerzo fundamental es el de “recobrar las reglas del  Estado de Derecho en Venezuela, el sistema democrático y la garantía de los derechos ciudadanos”, de acuerdo a la definitiva conclusión a la que arriba un importante y pormenorizado estudio, cuyo título es demasiado elocuente: “El TSJ al servicio de la revolución”, Galipán, Caracas, 2014: 425). Varios son los autores que apuntan  a una herencia muy bien sedimentada de dos décadas y tanto, necesaria de superar con la habilidad política y la destreza jurídica que amerita tamaña tarea.

Fotografía: Vista del Palacio Federal Legislativo, desde la esquina de Pajaritos (Caracas, 2015).
27/04/2020:
http://www.ventevenezuela.org/2020/04/27/de-las-leyes-organizadoras-por-luis-barragan/
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/36791-leyes

VICISITUD Y VIVENCIA DE LA PANDEMIA

Del más allá y más acá
Luis Barragán

Extendida la  cuarentena, con todas sus vicisitudes y vivencias, seguramente se integrará a la tradición oral de cada  familia por varias generaciones, aún las más dispersas,  hasta diluirse en la grata e ingrata anécdota de ocasión.  A la postre, solapadas, serán diferentes las versiones que sobrevivan para explicar la suerte que nos ha tocado, como ningún antecesor en cien años a la redonda – sencillamente -  le tocó. 

Más allá, convengamos, al consabido hecho universal todavía de consecuencias impredecibles, sumaremos la muy  particular situación venezolana, bajo el yugo de la hiperinflación y del precio de la gasolina superior al del propio barril petrolero, por ejemplo. Huelga comentar, se evidencia  la ampliación del terrorismo psicológico que convierte al coronavirus en el extraordinario aliado de un régimen de  tan prolongada como asombrosa agonía.

Más acá, advirtamos, el encuentro con la intimidad hogareña quizá olvidada, reajustada por el impacto emocional de un enclaustramiento al que faltamos por las forzadas excusiones para hallar o tratar de hallar los alimentos necesarios y los medicamentos que sean – apenas – posibles.  Excursiones también de alto riesgo, no sólo por el COVID19 que nos apunta imperceptiblemente a todos, sino por la abusiva y brutal respuesta de los elementos represivos del vapuleado Estado ante el menor gesto de inconformidad.

Las inevitables relaciones de vecindad sufren de frecuentes alteraciones y aplacamientos, sobre todo en los condominios que no soportan los costos de mantenimiento, el desahogo estridente de alguna casa o apartamento, las faltas al protocolo mínimo y común de seguridad sanitaria, los atrevimientos del delincuente de la barriada o urbanización. Hay también  testimonios impresionantes de solidaridad con el que nada o muy poco tiene para comer o requiere urgentemente de algunas pastillas,  el anciano archivado en la soledad de sus penurias o  el odontólogo que no puede abrir su consultorio y el vendedor de cigarrillos detallados que tiene la calle vedada.

Cada quien tiene un testimonio  que ofrecer y, además, archivos digitales que preservar, prometiéndose reorientar la vida en la Venezuela aún petrolera en la que se ha querido convertir el asalto al erario público en una virtud revolucionaria. De cuál será el saldo de todas estas amargas experiencias, responderán mejor los poetas, cuentistas y novelistas  que los cientistas sociales, líderes políticos u opinantes que,  como el suscrito, es  incapaz de hallar las palabras necesarias para transmitir sus propias alteraciones y aplacamientos personales. .

SEGURIDAD VIAL

De una  enfermedad crónica 
Luis Barragán

Los problemas de la vida pública ciudadana suelen pasar inadvertidos. Quizá por demasiado obvios.

El paso de la ballena fumigadora ha creado sendas tumbas de asfalto (https://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=152338).  La enfermedad crónica del pavimento también tiene por origen en los rellenos de una emergencia que se prolonga.

Algo planificaron dos o tres ingenieros civiles al esgrimir su condición de vecinos afectados.  Pero no hay cabillas ni cemento para el remiendo  y las autoridades o los llamados colectivos armados tampoco aceptarían que tocasen un ámbito que lo asumen como exclusivo y excluyente. 

Les pertenece toda calle y avenida.  Sólo ellos tienen el salvoconducto para recorrerlas y decidir.

La situación tiende a agravarla el relleno voluntario de tierra para el asfalto resquebrajado.  Improvisada ingeniería de ocasión para sincerar estos tiempos de pandemia con los peligros que acarrea.

27/04/2020:
https://www.noticierodigital.com/2020/04/de-una-enfermedad-cronica/
https://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=152897

Y, DESPUËS, SABER QUE SE TRATABA DE ÉL

Evangelio Dominical: Emaús
José Martínez de Toda, S.J.

Tercer domingo de PascuaComentario dialogado al Evangelio que se proclama el tercer Domingo de Pascua, ciclo A, correspondiente al 26 de abril.  El texto es tomado del Evangelio según San Lucas 24,13-35. "Quédate con nosotros, que la tarde está cayendo"

¿Qué es lo más comprometido en una Misa?

-"¿Cuál es la parte más importante de la misa?" La mayoría respondió:

-"La consagración". Pero uno contestó:

-"La parte más importante es el rito de despedida". El catequista sorprendido le preguntó: -"¿Por qué dices eso?" Y éste le respondió:

-"La misa sirve para alimentarnos con la Palabra, el cuerpo y la sangre del Señor. Pero la Misa comienza cuando termina. Salimos a la calle para hacer y decir lo que dijeron los discípulos de EMAUS: "Hemos reconocido al Señor al partir el pan, está vivo, y vive para siempre y para nosotros".> (Félix Jiménez, escolapio)

¿Qué pasó en esa historia de Emaús?

El mismo día de la resurrección del Señor en la tarde, Cleofás y otro discípulo de Jesús se van desilusionados de Jerusalén después de haber visto el fracaso de Jesús en la Cruz. Se van a Emaús, a 11 kilómetros de Jerusalén; quizá eran de allí.

Jesús comienza actuando como el Buen Pastor, que va recogiendo sus ovejas descarriadas. Esta historia se considera como un modelo de cómo tratar a una persona con un problema. He aquí los pasos dados por Jesús:

1º) Jesús sale a buscar a esos discípulos derrotados, y se hace el encontradizo y el ignorante con ellos. Los ve tristes y les pregunta por qué están tristes. Ellos no piensan que es Jesús.

2º) Jesús deja hablar a los discípulos, deja que se desahoguen y le cuenten todo. Él escucha dándoles tiempo.

3º) Él les habla de una forma convincente, que nos recuerda los tres recursos retóricos de Aristóteles.

¿Cuáles son?

- Jesús apela a la lógica, explicando que todo eso había sido ya profetizado (Logos).

- Jesús apela a la pasión y a la emoción: ellos confesaron después que sus corazones ardían, mientras Él hablaba (Pathos).

- Jesús apela a la ética; ellos lo consideran ya como un hombre de fiar, como un buen amigo, y lo invitan a quedarse con ellos en su casa a cenar y pasar la noche (Ethos).

Es decir, se los ha ganado a nivel humano. Se consideran afortunados por haberse encontrado con Él. Ha sido una grata sorpresa y una gran alegría escucharlo.

Y van llegando a su casa de Emaús. Jesús, muy educadamente, no se autoinvita a quedarse con ellos, sino que hace como que se despide de ellos para seguir adelante su camino. Aún no es de noche y puede aprovechar la luz de la tarde para hacer algún kilómetro.

Pero ellos lo detienen, y lo invitan a pasar la noche en su casa. Quieren seguir escuchándolo. Les ha abierto nuevos mundos.

Y Él acepta. Así acabará convenciéndoles de su resurrección.

¿En qué momento reconocen que es Jesús?

Ellos sacan pan y vino, que no faltaba en aquellas casas y familias de pueblo.

Y ¿quién reparte el pan? La costumbre judía era que en un grupo, el líder o Maestro del grupo iniciaba las comidas, como hacen los padres en una familia dándoles el pan y el plato de comida a los hijos. Aquí el dueño de casa le cede este honor a Jesús.

Y Jesús hace tres gestos seguidos, lo que debía ser habitual en Él, cuando iba con sus discípulos por Galilea: bendice el pan, lo parte y se lo da a ellos. Así hizo también en la Multiplicación de los panes y en la Última Cena.

Y ahí cayeron en la cuenta de que aquel buen hombre era Jesús. Él quiso que lo descubrieran al partir del pan, en el rito eucarístico. Por eso en la Iglesia la Eucaristía es tan importante y tan característica.

Pero Él desapareció al momento. "Es necesario que yo me vaya", había dicho en vida.

Y echando fuera todo miedo y fatiga, se volvieron esa misma noche a la comunidad de Apóstoles y seguidores de Jesús en Jerusalén, que estaban seguramente en el Cenáculo, donde habían tenido la Última Cena (Lc 24, 36-43). Y allí compartieron con ellos la gran noticia de que habían estado con Jesús resucitado.

Pero, si ellos conocían bien a Jesús de antes, ¿por qué no lo reconocieron al momento cuando apareció caminando junto a ellos al principio?

Jesucristo en su vida terrenal estaba atado como nosotros a una forma concreta de cuerpo: varón, judío, de 33 años, pelo largo, barba, estatura media, con ropa de entonces.

Pero, al resucitar, no está atado ya a ningún tipo de cuerpo, puede elegir cualquier forma, puede aparecer o desaparecer según quiera. De hecho sólo se aparecería a sus amigos, a los que Él quería.

¿Se relaciona este relato de Emaús con la Eucaristía?

El relato de Emaús tiene la misma dinámica de nuestras celebraciones Eucarísticas de hoy. Tiene cuatro partes:

1º) El Señor nos sale al encuentro y "se mete" en nuestra vida para darnos la suya. Pero quiere que le contemos lo que vivimos, cómo nos sentimos, cómo estamos (Son los ritos iniciales de la Misa de saludo y de pedir perdón).

2º) El Señor nos explica la Escritura para iluminarnos y encender nuestra fe (Es la liturgia de la Palabra).

3º) El Señor parte para nosotros su pan para alimentarnos y crear comunión (Es la liturgia eucarística).

4º) Quedamos transformados/as en apóstoles, enviados a anunciar el evangelio por todas partes (Son los ritos de despedida).

En la Misa hay una Misión: comunicar a los demás "lo que hemos visto y oído".

Fuente:
Ilustración: Georges Rouault.

PÓLVORA Y PANDEMIA

«Las bayonetas son inútiles  para combatir el coronavirus»
«La intrincada rosca del combustible dolarizado, además de reafirmar la naturaleza íntima del régimen, sólo permite que los privilegiados del régimen acceden al combustible», sostiene el diputado de «Vente Venezuela»
Enrique Meléndez

            ¿Usted cree que en las bombas de gasolina se le está dando prioridad a los sectores relacionados con la salud, como ocurre con otros sectores, como los de la seguridad y el oficialismo?

–Lamentable fenómeno el de la escasez de la gasolina, aunque comprensible a la luz de la potencia petrolera que el socialismo logró quebrar para asombro del mundo entero, añadido el incendio de las refinerías que prosiguen como una amenaza indecible y latente para los residentes cercanos, por la falta de mantenimiento. Es demasiado evidente el desarrollo de una intrincada rosca del combustible dolarizado, reafirmando la naturaleza más íntima del régimen. Lo niegan a los mismos profesionales de la salud que deben atender a sus pacientes hasta por síntomas, enfermedades crónicas y dolencias aún distintas al Covid19. La perversidad del sistema fuerza a algunas funerarias a cobrar un porcentaje de gasolina en especie para la prestación de sus servicios, como ha ocurrido en el estado Zulia.

-Sólo los privilegiados del régimen acceden al combustible y osan romper con la cuarentena, incluso, para acechar a los dirigentes sociales y políticos de la oposición en numerosas localidades. Y los ciudadanos que están obligados a laborar, pagan una tarifa extraordinaria al emplear las reducidas unidades públicas de transporte en los espacios emponzoñados por la deriva, la zozobra, la incertidumbre.

            ¿Cómo ve usted los procesos de fumigación y desinfección que llevan a cabo algunas alcaldías en las distintas comunidades urbanas?

-Hay una absurda comprensión de la pandemia como un hecho enteramente militar y, en lugar de la salubridad y de la sanidad pública, la prioridad está en la seguridad exclusiva de un Estado que no presta y, menos, garantiza los servicios indispensables, como el suministro de agua y de energía eléctrica. Hemos observado, por ejemplo, el empleo de las grandes ballenas antimotines de tan ingrato recuerdo, para las labores de fumigación en las principales ciudades que ostentan los mastodontes blindados. Sin embargo, por inadecuadas las unidades y equipos fabricados y diseñados con otro propósito, el paso de las ballenas fumigadoras ha resquebrajado y literalmente partido el asfalto en algunos sectores de la ciudad capital.

-Que sepamos, las bayonetas son inútiles para combatir el coronavirus. Además, tal combate no puede suponer la destrucción misma del hábitat, clamando por una victoria que siempre será pírrica.

            ¿Qué está haciendo la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó? ¿Se están reuniendo, aunque sea en una forma virtual?

-Sin precedentes en la historia venezolana, la Asamblea Nacional prosigue sus sesiones virtuales, siendo objeto sus integrantes del celo y la persecución de la usurpación que, inevitable, se reserva exclusivamente el derecho de los inevitables encuentros presenciales. Valga acotar, la pandemia ha impuesto la modalidad virtual que intenta en todo lo posible acercarse a la realidad fáctica, en un país de una precaria señal y de una muy acentuada brecha digital. Sugiere para el futuro cercano, afrontar el desafío de la modernización de las telecomunicaciones, trabajar el ancho de banda, procurar el acceso independiente al Estado de las comunicaciones satelitales, entre otros aspectos, para una cuarentena que universalmente parece que se extenderá por más tiempo de lo estimado originalmente. Mal podemos estar a la merced de CONATEL que no colapsa definitivamente las redes, porque perdería la posibilidad de comunicarse con los activistas del régimen en todo el país.

-Por una situación extremadamente excepcional, el parlamento funciona virtualmente, sin que pierdan eficacia – incluso – las consecuencias jurídicas de sus decisiones. Estamos en los predios de las infopolítica o telepolítica que ya se asomaba a finales del siglo pasado, con reflexiones y propuestas que hoy implican la necesaria reforestación digital del país, sin sacrificio alguno del mundo de las realidades palpables.

           ¿En qué ha quedado la AN que preside Luis Parra? ¿Pecó de mal cálculo esta fracción de diputados?

-Fracasada la constituyente a la cubana, el régimen trató infructuosamente de dividir a la Asamblea Nacional que reincorporó a los diputados oficialistas a espaldas de la Constitución y del Reglamento Interior y de Debates. Optó la usurpación por la descarada línea del peseterismo y halló a los Carujo de esta hora que entienden la política como una empresa mercantil, convertidos en una indecible caricatura del colaboracionismo que encuentra eco en otros sectores dizque opositores, extraparlamentarios. 

-La Asamblea Nacional se mantiene en pie y quizá podrá prolongar automáticamente su mandato y responsabilidades, por el principio de continuidad del órgano, a falta de unos comicios pulcros y transparentes. Esta posibilidad luce diferente a una prórroga del mandato; porque el parlamento no pudo desarrollar a cabalidad sus funciones, beneficiaria de una suerte de descuento del tiempo que empleó para defenderse del asedio oficial, como lo ha manifestado un respetable y apreciado jurista en fecha más o menos reciente.

            No cree que María Corina Machado apuesta por lo peor, para el país; puesto que así a la larga resulta mejor, tomando en cuenta que en ese sentido se acelera el proceso de intervención de EEUU. ¿Qué piensa usted?

-Todo lo contrario, María Corina Machado siempre ha advertido y alertado de situaciones, para evitar que empeoren las condiciones de vida de la población y, con tiempo, ha propuesto alternativas e implementado iniciativas que ayudan a atajar las consecuencias.  Por 2014, tempranamente, advirtió y alertó sobre una inminente crisis o catástrofe humanitaria y nunca fue escuchada por los devotos del diálogo y de la cohabitación, que negaban la existencia misma de una dictadura. E insistió en la aprobación del TIAR, como insiste en el principio de la Responsabilidad de Proteger (R2P), tardando increíblemente la consideración y aprobación del artículo 187, numeral 11 constitucional. Vale decir, hizo biopolítica ante el biopoder, términos que ahora ganan buena cotización en la opinión pública.

-Por lo demás, ha mantenido una extraordinaria independencia de criterio frente a la contribución que la comunidad internacional puede dar para que superemos lo que es algo más que una pandemia. Puede aseverarse: no podemos solos, desde una inequívoca postura venezolanista.

            ¿Cómo ve usted la situación que viven nuestras universidades? ¿Qué piensa que se debería hacer al respecto, una vez que volvamos a la normalidad?

-Recientemente, el recinto y la autonomía de la Universidad Simón Bolívar fueron violentadas por el régimen; que ni siquiera tuvo la amabilidad de comunicarse, previamente, con las autoridades de Sartenejas para la avisar de la dudosa necesidad de transitar a través de una sede cerrada y desolada; como tampoco ha tenido la amabilidad de responder por el vandalismo que ha azotado a la Universidad de Oriente. Valga acotar, la pandemia está muy lejos de acabar con el grave problema de la universidad y el falso dilema entre el artículo 109 constitucional y la sentencia 0324 que está intacta, aunque los cohabitadores de vocación, oficio y confort se hagan vanas ilusiones.

Por cierto, superada la cuarentena tampoco volveremos a la normalidad, porque no hay universidad libre y autónoma. Debemos aprovechar el forzado confinamiento para perfeccionar propuestas, como la que hace Aula Abierta, desde la sociedad civil organizada, sobre la Ley Orgánica de Educación, aunque lo más urgente es que la Asamblea Nacional prevea otros instrumentos necesarios a los fines de realizar las elecciones masivas y simultáneas en todas y cada una de nuestras casas de estudios, a la menor oportunidad posible.

21/04/2020:

Respuestas de LB enviadas por correo a Enrique Meléndez (La Razón)
                ¿Usted cree que en las bombas de gasolina se le está dando prioridad a los sectores relacionados con la salud, como ocurre con otros sectores, como los de la seguridad y el oficialismo?
Lamentable fenómeno el de la escasez de la gasolina, aunque comprensible a la luz de la potencia petrolera que el socialismo logró quebrar para asombro del mundo entero, añadido el incendio de las refinerías que prosiguen como una amenaza indecible y latente para los residentes cercanos, por la falta de mantenimiento. Es demasiado evidente el desarrollo de una intrincada rosca del combustible dolarizado, reafirmando la naturaleza más íntima del régimen. Lo niegan a los mismos profesionales de la salud que deben atender a sus pacientes hasta por síntomas, enfermedades crónicas y dolencias aún distintas al Covid19. La perversidad del sistema fuerza a algunas funerarias a cobrar un porcentaje de gasolina en especie para la prestación de sus servicios, como ha ocurrido en el estado Zulia.
Sólo los privilegiados del régimen acceden al combustible y osan romper con la cuarentena, incluso, para acechar a los dirigentes sociales y políticos de la oposición en numerosas localidades. Y los ciudadanos que están obligados a laborar, pagan una tarifa extraordinaria al emplear las reducidas unidades públicas de transporte en los espacios emponzoñados por la deriva, la zozobra, la incertidumbre.

                ¿Cómo ve usted los procesos de fumigación y desinfectación que llevan a cabo algunas alcaldías en las distintas comunidades urbanas?
Hay una absurda comprensión de la  pandemia como un hecho enteramente militar y, en lugar de la salubridad y de la sanidad públicas, la prioridad está en la seguridad exclusiva de un Estado que no presta y, menos, garantiza los servicios indispensables, como el suministro de agua y de energía eléctrica. Hemos observado, por ejemplo, el empleo de las grandes ballenas antimotines de tan ingrato recuerdo, para las labores de fumigación en las principales ciudades que ostentan los mastodontes blindados. Sin embargo, por inadecuadas las unidades y equipos fabricados y diseñados con otro propósito, el paso de las ballenas fumigadoras ha resquebrajado y literalmente partido el asfalto en algunos sectores de la ciudad capital.
Que sepamos, las bayonetas son inútiles para combatir el coronavirus. Además, tal combate no puede suponer la destrucción misma del hábitat, clamando por una victoria que siempre será pírrica.
                ¿Qué está haciendo la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó? ¿Se están reuniendo, aunque sea en una forma virtual?
Sin precedentes en la  historia venezolana, la Asamblea Nacional prosigue sus sesiones virtuales, siendo objeto sus integrantes del celo y la persecución de la usurpación que  se reserva exclusivamente el derecho de los inevitables encuentros  presenciales. Valga acotar, la pandemia ha impuesto la modalidad virtual que intenta en todo lo posible acercarse a la realidad fáctica, en un país de una precaria  señal y de una muy acentuada brecha digital. Sugiere para el futuro cercano, afrontar el  desafío de la modernización de las telecomunicaciones, trabajar el ancho de banda, procurar el acceso independiente al Estado de las comunicaciones satelitales,  entre otros aspectos, para una cuarentena que universalmente parece que se extenderá por más tiempo de lo estimado originalmente. Mal podemos estar a  la merced de CONATEL que no colapsa definitivamente  las redes, porque perdería la posibilidad  de comunicarse con los activistas del régimen en todo el país.
Por una situación extremadamente excepcional, el parlamento funciona virtualmente, sin que pierdan eficacia  – incluso – las consecuencias jurídicas de sus decisiones. Estamos en los predios de las infopolítica o telepolítica que ya se asomaba a finales del siglo pasado, con reflexiones y propuestas que hoy implican la necesaria reforestación digital del país, sin sacrificio alguno del mundo de las realidades palpables.
                ¿En qué ha quedado la AN que preside Luis Parra? ¿Pecó de mal cálculo esta fracción de diputados?
Fracasada la constituyente a la cubana, el régimen trató infructuosamente de dividir a la Asamblea Nacional que reincorporó a los diputados oficialistas a espaldas de la Constitución y del Reglamento Interior y de Debates. Optó la usurpación por la descarada línea del peseterismo y halló a los Carujo de esta hora que entienden la política como  una empresa mercantil, convertidos en una indecible caricatura del colaboracionismo que encuentra eco en otros sectores dizque opositores, extraparlamentarios. 
La Asamblea Nacional se mantiene en pie y quizá podrá prolongar automáticamente su mandato y responsabilidades, por el principio de continuidad del órgano, a falta de unos comicios pulcros y transparentes. Esta  posibilidad luce diferente a una prórroga del mandato porque  el parlamento no pudo desarrollar a cabalidad sus funciones, beneficiaria de una suerte de descuento del tiempo que empleó para defenderse del  asedio oficial, como lo ha  manifestado un respetable y apreciado jurista en fecha más o menos reciente.
                María Corina Machado apuesta por lo peor, para el país; puesto que así a la larga resulta mejor, tomando en cuenta que en ese sentido se acelera el proceso de  intervención de EEUU. ¿Qué piensa usted?
Todo lo contrario, María Corina Machado siempre ha advertido y alertado de situaciones para evitar que empeoren las condiciones de vida de la población y, con tiempo, ha propuesto alternativas e  implementado iniciativas que ayuden a atajar las consecuencias.  Por 2014, tempranamente, advirtió y alertó sobre  una inminente crisis o catástrofe humanitaria y  nunca fue escuchada por los devotos del diálogo  y de la cohabitación que negaban la existencia  misma de una dictadura. E insistió en la aprobación del TIAR, como insiste en el principio de la Responsabildad de Proteger (R2P), tardando increíblemente la consideración y aprobación del artículo 187, numeral 11 constitucional. Vale decir, hizo biopolítica ante el biopoder, términos que ahora ganan buena cotización en la opinión pública.
Por lo demás, ha mantenido una extraordinaria independencia de criterio frente a la contribución que la comunidad internacional puede dar para  que superemos lo que es algo más que una pandemia. Puede aseverarse: no podemos solos, desde una inequívoca  postura venezolanista.
                ¿Cómo ve usted la situación que viven nuestras universidades? ¿Qué piensa que se debería hacer al respecto, una vez que volvamos a la normalidad?
Recientemente, el recinto y la autonomía de  la Universidad Simón Bolívar  fueron violentadas por el régimen que ni siquiera tuvo la amabilidad de comunicarse previamente con las autoridades de Sartenejas para la avisar de la dudosa necesidad de transitar a través de una sede cerrada y desolada,  como tampoco ha tenido la amabilidad de responder por el vandalismo que ha azotado a la Universidad de Oriente. Valga acotar, la pandemia está muy lejos de acabar con el grave problema de la universidad y el falso dilema entre el artículo 109 constitucional y la sentencia 0324 que está intacta, aunque los cohabitadores de vocación, oficio y confort se hagan vanas ilusiones.
Por cierto, superada la cuarentena tampoco volveremos a  la normalidad, porque no hay universidad libre y  autónoma. Debemos aprovechar el forzado confinamiento para perfeccionar propuestas, como la que hace Aula Abierta, desde la sociedad civil organizada, sobre la Ley Orgánica de Educación, aunque lo más urgente es que la Asamblea Nacional prevea otros instrumentos necesarios a los fines de realizar las elecciones masivas y simultáneas en todas y cada una de nuestras casas de estudios, a la menor oportunidad posible.