domingo, 27 de octubre de 2019

CAZA DE CITAS

"Pero, uno podría preguntarse: ¿para qué es necesaria la filosofía, si, al parecer, no hace más que eliminar las impurezas que ella misma creó? La respuesta pasa por mostrar que, en realidad, el intento de comprender racionalmente, una vez que se ha iniciado y se tuerce, no puede ser corregido mediante la supresión de la actividad de comprender, o simplemente ignorándola"

Carlos Augusto Casanova Guerra

("Racionalidad y justicia. Encrucijadas políticas y culturales", UCAB - ULA, Cracas, 2004: 274)

Ilustración: Gerhard Richter.

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Kalinina Ortega. "Autonomía universitaria (3): Ignacio Burk". El Nacional, Caracas, 3/04/1981.
- Hugo Briceño Salas. "La Universidad y el país". El Nacional, 02/06/66.
- Orlando Araujo, Héctor Silva Michelena y Heinz Sonntag: la renovación universitaria. Deslinde, Caracas, 03/04 y 04/05/69.
- Faitha Nehmens. "Boulton por todos los cielos". Exceso, Caracas, nr. 116 de 02/99.
- J.F. Reyes Baena. "Creyón: Evaluación política de la palabra". El Nacionl, 14/10/68.

Reproducción: Jóvito Villalba, Orador de Orden en la sesión del Concejo Municipal del Distrito Federal, con motivo del cincuentenario de la Generación del ´28. El Nacional, Caracas, 02/03/1978.

¿LA MECHA HÚMEDA?

Prisioneros del instante generacional
Luis Barragán

Política y, puede decirse, ideológicamente, tendemos a una sobre-simplificación del mensaje. Las consignas dicen explicarnos, sin alcanzar la hondura y los matices que  quedaron sepultados en la opinión pública con la despedida del  XX y, por ello, “plan-país” dice todo y, a la vez, nada, al igual que  “socialismo del siglo XXI”, aunque todo lo etéreo provoca consecuencias aún indeseables.

El “relevo generacional” también pertenece a la extensa familia de las generalizaciones, incluso, programáticas. Se dirá que bastará con invocarlo para que todo cambie, olvidando aquella distinción ortegueana entre las generaciones delincuentes y las innovadoras. Sin embargo, los jóvenes deben zafarse del instante que los tiene por prisioneros y, si fuere el caso, yendo más allá, plantearse seriamente la prédica del viejo autor madrileño por lo que respecta – si mal no recordamos – a la contemporaneidad, a la novedad de los aportes y al acontecimiento estremecedor que lo pone en escena.

En sentido inverso, la dictadura que causa estragos en Venezuela, fuerza a una participación  extraordinaria para superarla, como hubo ocasión de protocolizarla con las jornadas masivas y espontáneas de protesta de 2014 y 2017. Versamos sobre un período histórico que ha de sintetizar la derrota de una propuesta totalitaria en curso, así como la crisis estructural que pretendió remendar el actual régimen con el ultrarrentismo devenido criminalidad. Supone el planteamiento de una alternativa genuina y realmente novedosa, sentida, pensada e implementada con un auténtico compromiso y testimonio.  A esta ruptura de los esquemas, se suma la propulsión de los contemporáneos, algo más que coetáneos, que coinciden en una básica perspectiva de interpretación y en un modo convincente de hacer las cosas.

Dejar el instante, es trascender y sólo lo hace aquellos dirigentes estudiantiles que, en su específico ámbito de actuación, portan el adecuado diagnóstico de lo que desea hacer la dictadura con las universidades, saben hacia cual modelo liberador apuntar y se comprometen con una modalidad diferente para alcanzarlo. Claro está, es un desafío y, descubierta una vocación y probado un talento político, la ruptura no será sólo con la dictadura, sino con quienes – voluntariamente o no – tienen una naturaleza, características, procedimientos, estilos o, en definitiva, un sentido tan parecido, por más opositores que se digan, capaces de reeditar los problemas en la estructura y vida universitarias.

Coincidentes o discrepantes con la tesis generacional, hay o habrá circunstancias que objetivamente inciden en el presupuesto. Demográficamente, en un reportaje publicado en 2000, establecida la expectativa de vida del venezolano en 71 años, se vislumbraba que los menores de 15 años de edad ocuparían el 25% de la población en 2024 (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/pero.html). Y, esto, evidentemente, con la catástrofe humanitaria y el exilio masivo forzado por las circunstancias sociales y económicas, variará en los años por venir, manifestándose inexorablemente en el medio político.

Sobre el tema generacional, hemos escrito en numerosas ocasiones, desde principios de los ’90 del ‘XX, como tentación (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/intergeneracionalidad.html), y como pretexto (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/detonante-generacional.html), por cierto, con las  formidables ilustraciones de Cañas (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/intergeneracionalidad.html) y Alonso (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/detonante-generacional.html). Tenemos una mayor propensión a lo que denominamos el fenómeno de la gurización generacional (https://lbarragan.blogspot.com/2010/09/quienes-reguricen-buenos-regurizadores.html).

En definitiva, hoy, avanzaríamos mucho con la excarcelación del instante, sintiéndose los jóvenes como una generación, por toda la calle del medio. Significa responder a los retos de este tiempo, inyectarle toda la novedad que desesperadamente reclama y confluir en un esfuerzo comprometido respondiendo fundamentalmente desde su ámbito natural, como lo hicieron los muchachos de 1928, 1936 y 1958: la universidad. Y ésta, inexorablemente ha de ser libre y autónoma en la prédica y en los hechos.

28/10/2019:

A POCOS METROS

De uno a otro hemiciclo
Luis Barragán

Jamás se había visto una burla de tamañas dimensiones, propia de un régimen de la naturaleza y características del actual que pica y desea extenderse por el continente.  El uso despiadado de la fuerza, con sorna descarada, es el único argumento que esgrimen.

En la mañana, los ex – diputados llegan al Palacio Legislativo, declaran ufanos a los medios y ocupan las curules en el hemiciclo de trabajo de la Asamblea Nacional que les rogó reincorporarse, después de abandonar cargos y funciones por dos años y medio.  En la tarde, cruzan el pasillo y ocupan las incómodas sillas del hemiciclo protocolar que invadió la tal constituyente, pretendiendo allanar la inmunidad de Juan Pablo Guanipa.

Escena risible, si no fuese tan trágica, que parecerá – empeorándolas - a algunas de “El hombre de la levita gris” de  Enrique Bernardo Núñez (1943), o de “Los días de Cipriano Castro” de Mariano Picón Salas (1953).  Suele ocurrir, en el denso fondo de un insospechado  tintero, estará fraguándose la esperada versión literaria  de la dictadura del siglo XXI de ajadísimo rostro y grasienta lengua  tras  la reluciente máscara de sus oquedades. 

No bastaba, ni basta, con invocar la existencia de una institución de larga data republicana, sino la reforzábamos, reforzando la propia institucionalidad parlamentaria. A cámara plena,  insistimos en la necesidad de legislar preventivamente sobre las inmunidades, pero el G-4 hizo caso omiso a  favor de una solución política y práctica que no fue tal, sino que agravó el problema con la indebida reincorporación de los diputados oficialistas que, simplemente, dejaron de serlo.

No deseamos confundir uno y otro, en un mismo hemiciclo. Por ello, el parlamento debe ser cada vez más parlamento, eficaz dispositivo para el consenso y la transición democrática, a la altura del tiempo histórico que vivimos.

28/10/2019:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/35830-barragan-l

TERRAPLANISMO

Los banales en dictadura
Luis Barragán

Inculpar solamente a las redes digitales por la banalidad del debate político, permite soslayar a los banales que copan o dicen copar la escena pública, pues, al fin y al cabo, son los hechos los que se  imponen.  Acostumbran  deslizarse por debajo de la mesa, cuando se les cuestiona con severidad, o – simplemente – son omitidos, pretendiéndonos en un ambiente de feria para una crisis tan seria y prolongada, propi del colapso.

Los hay absolutamente inofensivos, colocadores de una mensajería de retaguardia, pues, nunca se meten directamente en la candela. Por lo general, refuerzan o ayudan a reforzar los telegramas e otros más decididos. Sin embargo, contamos esos otros son – peligrosos -  calculada y deliberadamente banales, con precisos objetivos tácticos o estratégicos.

En este  último departamento, personas, incluso, con reconocidas credenciales académicas, suelen hacer el coro de los muchos yerros que circulan en las redes. Por supuesto, cada quien tiene derecho a opinar como le venga en gana, aunque existen percepciones y posturas francamente falaces que delatan al emisor calificado y, al tratar de ensamblar las piezas, atisbamos o descubrimos que, por lo menos, tienen el interés y la esperanza de alcanzar alguna posición burocrática de apostar por el apoyo militante e indisimulado de aquellos que pueden proveerlos.

Preocupa el porcentaje significativo de los banales adrede, porque jamás pueden defender los resultados de Oslo  y sus derivados y, a falta de argumentos, prefieren estigmatizar, atacar y descalificar a los críticos de cuanto diálogo incondicional surge en el horizonte.  Se llega al extremo de conformar sendos laboratorios de opinión, por lo que el asunto va más allá de la polémica estéril que abren en Twitter o las distintas aplicaciones telefónicas.

Inteligentes, sin duda alguna, inventan fórmulas de desprestigio y una de ellas, consiste en acusar de “conspirativistas” a quienes tenemos la convicción de una ofensiva estratégica en el continente  del Foro de Sao Paulo que, apenas recientemente reunido en Caracas, se hace sentir en la desestabilización de Chile y Ecuador, o en los comicios de Bolivia  y Argentina. Vale decir, lo que ha ocurrido y ocurre siempre respecto a los regímenes totalitarios, consolidados o en vías de consolidación, irresponsablemente lo asocian con la creencia de los seres extraterrestres infiltrados en el planeta, la negación de que el hombre haya pisado la Luna o la convicción de que la Tierra es plana.

El problema no está en que el  diputado Stalin González jure que la dictadura venezolana no está en capacidad de influir maliciosa y malignamente en los países vecinos, sino en – apenas – un balbuce de la postura, sin ocasión de argumentar y contra-argumentar. Señal suficiente para que los militantes de la banalidad  orquesten la campaña y refuercen el ambiente de feria en un país sumergido en la catástrofe humanitaria, la censura y la represión.

¿Quién dijo  que toda dictadura es “mocha”? Sobre todo, la que  cuenta con  veinte años adueñada de Miraflores y, empleando cualesquiera recursos, tiene enormes cifras invertidas en armas y servicios de (contra) inteligencias, con una clara vocación transnacional.

ENTERAMENTE INÉDITA

Documentar lo vivido
Luis Barragán

Nada obvio, el venezolano de todos estos años ha acumulado una experiencia completamente inédita en relación a las generaciones precedentes.  El régimen que, al fin y al cabo lo es, logra diluir el contraste por las urgencias y tensiones que impone, procurando neutralizar toda reflexión crítica; generar la poderosa ilusión de una  normalidad ya secular, apenas alterada por las denuncias de un asedio imperial; y versionar el pasado mismo, en provecho de nuestra generalizada indiferencia hacia la memoria histórica que ya afecta al propio ámbito doméstico.

Aceptemos, por lo menos, en  cien años, no hubo un directo referente familiar que confrontase una situación semejante a la que  actualmente padecemos, añadido el exilio forzado por enteras circunstancias económicas y sociales.  Abuelos – incluso – muy lejanos y  de nombres definitivamente olvidados, jamás tuvieron que considerar y tomar decisiones de supervivencia, como las que ahora dramáticamente nos convocan, tendiendo a la desmembración familiar y a la misma pérdida de la afectividad e identidad.
Frecuentemente, los psicoanalistas hablan de un registro de lo real y de lo imaginario, con sacrificio de lo simbólico en el sistema capitalista. Empero, esta elemental aproximación, nos permite deducir que, bajo la dictadura socialista, menos aún es posible explicarnos genuina y personalmente la realidad que nos disloca.

Una inmensa, contundente e irrefutable mayoría de los hogares, es necesario subrayarlo, está sumergida en una catástrofe humanitaria, sufriendo – además – los rigores de la censura y de la represión, frente a una ínfima minoría armada y adinerada que incluye a sus agradecidos servidores.  Por ejemplo, la hiperinflación es  un dato que va más allá de lo económico, minando nuestro patrimonio psíquico, en procura de la resignación tan necesaria al poder establecido que, por lo demás, constantemente reinterpreta un peor pasado que nos  obliga a agradecerle nuestra propia existencia en un presente excedido de presente.

Tradición oral aparte, disponiendo de los recursos tecnológicos sobrevivientes, es necesario dejar un testimonio documentado de lo vivido a las generaciones sucesivas para iluminar el camino y  evitar  – en todo lo posible –  la misma piedra. Metaforizado el porvenir, significa desanudar el amasijo de cables de alto voltaje para  luego reemplazarlos por un adecuado tendido eléctrico, siendo indispensable reconstruir nuestros pasos – haciendo memoria – por más que nos prometamos una poderosa lámpara capaz de barrer toda huella de amargura.

Fotografía: LB, Turmero (05/12/2015).


28/10/2019:

sábado, 26 de octubre de 2019

UNO Y OTRO

Reflexión al Evangelio Dominical: Fariseo y Publicano
José Martínez de Toda, S.J.

Reflexión al Evangelio Dominical que comparte el P. José Martínez de Toda S.J. para el domingo 27 de octubre de 2019, correspondiente al trigésimo domingo del Tiempo Ordinario C.  El texto del Evangelio está tomado del libro de San Lucas 18, 9-14.

"El que se humilla, será ensalzado?"

¿Cómo se siente uno siendo perdonado?

Te cuento esta historia de 'El niño que se sintió perdonado'



"Ya verás cuando venga papá, cómo se va a poner".

Al llegar su padre, fue a esconderse rápidamente debajo de la cama de sus padres. Su mamá lo había visto, y, cuando entró el papá en casa, lo llevó a su cuarto, y le dijo al niño:

"Luisito, sal de debajo de la cama, que ya llegó tu papá y vio el jarro roto".

Este respondió: - "Papá, ¿me va a regañar?" Este respondió:

"No, te voy a dar un besito". Entonces el niño salió de prisa de debajo de la cama, y corrió a los brazos de su papá. Se había sentido perdonado, salvado y querido>.

El hijo pródigo también se sintió salvado. Y hoy el publicano.

¿Qué pasó con el publicano?

Jesús nos quiere contar y explicar la parábola del Fariseo y el Publicano.

"Dos hombres subieron al templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano" (v. 10b).

¿Quiénes eran los fariseos?

El movimiento fariseo, compuesto por laicos varones, tenía mucha importancia en tiempos de Jesús. Se calcula que contaba con más de 6 mil miembros entre ricos y pobres.

Pero reducían la santidad a cumplir un número exagerado de actos piadosos. Habían establecido en la Ley 613 preceptos. De ellos, 248 mandamientos eran positivos y 365 eran prohibiciones. Sus comunidades eran cerradas, como sectas. Muchos de ellos se consideraban los buenos, los salvados, los predilectos de Dios. Y habían construido una pared para mantener fuera a los pecadores.

Los fariseos se ven a sí mismos como un baluarte en contra de las presiones del paganismo, que amenazan la fe judía. Ellos verdaderamente tratan de guardar la Torá en un mundo donde el poder romano y sus vecinos samaritanos tientan a la gente.

Los fariseos son los que proveen el apoyo económico necesario para mantener las instituciones religiosas. Para entrar a formar parte del grupo de los fariseos se seleccionaba mucho a los candidatos y había un período de formación de uno o dos años.

¿Quién es Dios para los fariseos?

Lo que importa es la idea que uno tiene de Dios. Eso influye en cómo nos miramos a nosotros mismos y a los demás. Y la gente se comporta como el Dios en el que cree.

Los fariseos creían en un Dios discriminatorio, que ama a los buenos y odia a los malos. Así que los fariseos aprendieron rápidamente a amar solamente a los buenos como ellos mismos, y a despreciar a los malos y pecadores, como los recaudadores de impuestos.

Para ellos, Dios es en definitiva un contable excelente: calcula los méritos de cada uno y le paga exactamente según ellos. O como un vendedor de alimentos: pesa en la balanza, y te los da según el dinero que le des.

¿Quiénes eran los publicanos?

Los publicanos, por otro lado, eran los recaudadores de impuestos para los romanos,que habían ocupado Palestina. Pero aprovechaban para robar también lo que podían a los propios judíos. Así que eran considerados como pecadores públicos.

Los fariseos los consideraban además 'impuros' por estar manipulando moneda no judía.

¿Quién es Dios para los publicanos? Por lo menos algunos confiaban que serían salvados, no por los méritos propios, sino por la misericordia de Dios. Creían que en Dios lo más importante es su misericordia. Es como el padre del hijo pródigo o como el papá de Luisito.

¿Cómo se diferencian el fariseo y el publicano al orar?

El fariseo se pone de pie solo, distanciándose de los demás. En su oración no pide nada. Su oración es narcisista. Sólo se fija en lo bueno que es él. Sólo habla de sí y ora desde el Yo. Y lo hace de esta forma:

"Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano. Ayuno dos veces a la semana" (y el judío común sólo estaba obligado a ayunar una vez al año). "Doy diezmos de todo lo que poseo" (hasta de las hortalizas de su huerta. El judío común sólo debía pagar diezmos por los grandes terrenos de ganadería y cultivo (v. 12)). El fariseo cumple con mucho más de lo que exige la Torá.

Por su parte el publicano se cree demasiado malo. Ha traicionado a Dios y ha vendido la vida eterna al demonio a cambio de riquezas terrenales. Y su oración es simple y directa.

Es curioso que el publicano no ofrece devolver dinero mal logrado, como hará Zaqueo (19:8), ni cambiará su forma de ser para hacerse respetable. El publicano no tiene ningún logro personal con el que negociar con Dios. No puede reclamar ninguna virtud ni ningún mérito. Su única virtud es la humildad, que le permite pedir y esperar merced. Esta Parábola nos enseña a orar con humildad. (Meditación de 'Las Dos Banderas' de S. Ignacio).

Y estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador". (Ver 1ª Lectura).

¿Cuál es el dictamen final de Jesús?

"Les digo que el publicano descendió a su casa justificado, y no el engreído fariseo" (v. 14a). La palabra 'justificado' significa más que ser simplemente perdonado; también incluye el poder tener una nueva relación con Dios.

En la palabra 'justificado' no se trata de una justicia ganada, sino de un don de Dios. El publicano no merece estar en presencia de Dios, pero Dios le trata como merecedor.

Jesús aquí toma la ofensiva, estrechando la mano de los pecadores para redimirles y traerles al rebaño.



Por fin el rey llegó a la celda de un convicto que permanecía callado.

"Bien", dijo el rey. "Supongo que tú eres también una víctima inocente".

"No, señor, no lo soy. Soy culpable y merezco esta condena".

Y el rey, volviéndose al carcelero, le dijo: - "Suelte a este preso. Mándelo fuera, que va a contaminar a toda esa gente tan buena e inocente de la cárcel".

Fuente:
Ilustración:  Jordi Jové Viñes.

LA PUNTA DE VARIOS HILOS

Tiempos recios 
Juan José Monsant Aristimuño
El Mundo, sábado 26, octubre 2019

Termino de leer el último libro de Mario Vargas Llosa, cuyo título no me cautivó ante tan extraordinaria novela histórica, donde no solo juega con los hechos y personajes, sino con las palabras, como siempre.

Recio, lo relaciono con lo gallardo, valiente, firme, bizarro, solo que ante la duda acudo al tambaleante Diccionario de la Real Academia de la lengua española, en una de cuyas sillas se sienta nada más y nada menos que uno de los mejores escritores de nuestra lengua, el irreverente Don Arturo Pérez-Reverte, quien como la afamada escritora ya fallecida, la recia Oriana Fallaci, se inició como corresponsal de guerra en el arte de la escritura. Entonces el DRAE me aclara que entre tantas denominaciones, recio significa también violento, intenso, áspero, malgeniado.

Deduzco entonces que Vargas Llosa lo utiliza en el sentido de violento e intenso. Y no es para menos, el autor recrea los tiempos del derrocamiento de Jacobo Arbenz, presidente de Guatemala en los primeros años de la década de los años 50, acusado de comunista por la poderosa United Fruit Company.

Arbenz fue discípulo de Juan José Arévalo, y su ministro de Defensa (1944-1951), se casó con la muy bella joven salvadoreña María Cristina Vilanova, considerada una de las primeras feministas de Centroamérica por sus ideas avanzadas para la época en que le tocó actuar. A Arbenz lo señalaron de comunista por su Ley de Reforma Agraria, y exigir que la United Fruit Co., debía pagar impuestos sobre sus ganancias, al igual que toda empresa guatemalteca o estadounidense.

En ese ámbito se desarrolla la novela, plena de conspiraciones militares y hacendados, la CIA, la United Fruit Co., y la presencia del inefable Rafael Leonidas, “Chapita” Trujillo, y sus agentes y sicarios, vengando la afrenta que le hizo el coronel Castillo Armas, una vez investido de presidente, a pesar de toda la ayuda monetaria y de pertrechos que puso a su disposición para el derrocamiento de Arbenz y su aspiración presidencial. Aún se afirma que Trujillo tuvo que ver en el asesinato de Carlos Castillo Armas, en 1957 en el mismo palacio presidencial. Por supuesto no falta la presencia de la amante, y sus particulares manipulaciones, quien al caer Castillo Armas, se refugia en El Salvador y de allí a la República Dominicana, de donde tuvo que salir a la muerte de Trujillo (actualmente a sus 84 años vive a las afueras de Washington).

Hoy en día, tal como se presentan los acontecimientos en nuestro continente, no estamos lejos de recrear aquellos años azarosos, donde se diluye la verdad con la fantasía y el poder fáctico con los valores humanos. Hay factores más poderosos que los que convergieron en Guatemala: el narcotráfico, el lavado de dinero, el terrorismo internacional; no se trata de comunistas, capitalistas, socialdemócratas, socialcristianos, liberales o conservadores. Es el poder, lo que representa y conlleva.

El caso Venezuela es sintomático, se declararon socialistas y terminaron en una tiranía castrista, antioccidental, protectora del terrorismo del Medio Oriente, enemiga de la democracia, y aliados y socios del narcotráfico, minerales, personas y lavado de dinero.

Luego de un breve paréntesis, donde parecía que el modelo se venía abajo, observamos que hay un reagrupamiento del crimen organizado disfrazado de populismo, ante el vacío dejado por la timidez, comodidad, intereses o cobardía, de quienes se llaman demócratas a nivel individual o de países. Dejaron pasar, dejaron hacer.

Perú, Ecuador, Chile, Colombia, el Grupo de Lima y el propio Estados Unidos, han comenzado a sufrir las consecuencias de su pusilanimidad e inactividad canallesca.
El Salvador debe estar muy alerta, irán tras de él, porque fueron poder y lo perdieron; el país es emblemático, por la guerra de los 80, y porque fueron gobierno. De modo la inteligencia debe estar alerta, quienes entran y quienes salen. No dejarán pasar un modelo que presagia estabilidad.

Breve nota LB: Afortunadamente, el autor nos envió el texto.

"Después de 'La fiesta del Chivo', ¿tiene sentido 'Tiempos recios'?"
Andrés Amorós  .

"Después de La fiesta del Chivo, ¿es un acierto volver ahora al mismo escenario?", se pregunta Federico Jiménez Losantos refiriéndose a Tiempos recios (Alfaguara), la última novela de Mario Vargas Llosa. Para responderle se encuentra a su lado Andrés Amorós, que ha traído desmenuzado a Es la mañana de esRadio, precisamente, ese "ensayo político, más que novela", que parece el libro.

"Se trata de una biografía y una reivindicación del presidente de Guatemala Jacobo Árbenz", explica el crítico. Su historia política comenzó en 1944, cuando, después de la Revolución que terminó con la destitución de Federico Ponce Vaides, él ejerció de ministro de Defensa en el gobierno de Juan José Arévalo. Al terminar dicha legislatura, en 1950 ganó las elecciones, y ostentó el cargo de presidente del país hasta 1954, año en el que una nueva revolución acabó con él. Sus profundas reformas sociales, en concreto la Reforma Agraria, que pretendía terminar con las desigualdades y aportar oportunidades a los indígenas pobres —que constituían el 70 por ciento de la población guatemalteca—, sirvieron para hacerle pasar por comunista a ojos de Estados Unidos, y terminaron costándole el puesto.

"Pero Vargas Llosa se empeña en explicar por activa y por pasiva que Árbenz no era comunista". La tesis del libro, según explica Amorós, viene a decir que fue Estados Unidos, y más en concreto la CIA, espoleada por la archiconocida United Fruit, la que presentó al presidente falsamente como comunista. "El libro es un análisis del poder terrible que tiene la propaganda y cómo la manipulación de la verdad puede terminar provocando acontecimientos gravísimos".

"Sin embargo", apunta Amorós, "lo curioso es que siendo una reivindicación del presidente depuesto, éste aparece bastante poco en la novela". El protagonismo está repartido entre varios personajes, y ninguno de ellos representa al héroe. "El único, en todo caso, sería el propio destino trágico de Árbenz, que ingenuo, bienintencionado, se equivoca al querer implantar una democracia al estilo estadounidense en Guatemala". Al final, el centro de la trama terminan siendo los villanos: "Por un lado el director general de Seguridad guatemalteco Enrique Trinidad Oliva, y por otro el dominicano Abbes García, además de la ambiciosísima Martita".

"Se trata de una novela sólida, interesante, aunque tampoco genial. Los mejores pasajes son en los que vuelve a aparecer Trujillo, con su familia", resume el crítico. Como puntos fuertes, el estilo de Vargas Llosa, "que nunca deja frases bonitas. Es un narrador eficaz", y "una especie de juego metaliterario al final de la novela, cuando el narrador se entrevista con un personaje". También el mensaje final del libro: "La idea de que esta historia, provocada por la mentira de las fake news, terminó cambiando el destino de todo el continente hispanoamericano, ya que produjo una oleada de rechazo al capitalismo y a Estados Unidos que empujó a muchos de esos países al otro bando de la Guerra Fría". Como punto menos fuerte, "la falta de sorpresa. No es una novela sorprendente. Es sólida, sí, pero no mucho más".

Fuente:
https://www.libertaddigital.com/cultura/2019-10-15/andres-amoros-mario-vargas-llosa-tiempos-recios-la-fiesta-del-chivo-guatemala-arbenz-castillo-armas-trujillo-1276646299/

EL LIBRO DE LA SEMANA

Crítica de 'Tiempos recios': no es país para viejas
Mario Vargas Llosa parece haber acuñado la fórmula perfecta de narrar la corrupción
Ricardo Baixeras

En esta novela de Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) está el escribidor que sostiene una endiablada historia política con los tintes cruentos de la verdad de las mentiras o, como quería Daniel Sada, con aquello de que porque parece mentira la verdad nunca se sabe: "¿Era la historia esa fantástica tergiversación de la realidad?¿La conversión en mito y ficción de los hechos reales y concretos? […] ¿Un amasijo de mentiras convertidas en gigantescas conspiraciones de los poderosos?" A cada cual lo suyo, pero para el Nobel peruano sigue valiendo, y mucho, escribir bajo el yugo de una técnica en forma de cruce de voces, un montaje de diálogos cabalmente ensamblados y una estructura contrapuntística sosteniendo una catedral de documentación que le permite asediar el mundo como si de un feudo de malhechores se tratara. Dos palabras fáciles de decir pero harto complejas de llevar al mundo de la ficción: discontinuidad y simultaneidad. Súmenle a esa pareja faulkneriana el impagable toque a lo flaubertiano que en Vargas Llosa significa esto: ¿cómo cabe dibujar un mapa de las debilidades humanas?

En 'La fiesta del Chivo', el general en su laberinto era Trujillo y su República Dominicana. En 'Conversación en La Catedral' le tocó la corrupción moral y la represión política que vivió Perú bajo la dictadura del general Manuel A. Odría. Ahora la mirada de Vargas Llosa se dirige con fruición al golpe militar que Carlos Castillo Armas consumó contra el gobierno legítimo de Jacobo Árbenz en Guatemala.

Contar la corrupción

Y sí. No sólo el lector danza con el narrador en un baile de máscaras nada veneciano y sucumbe al laberinto de la maldad. Los personajes también. Porque son víctimas de una maraña de conspiraciones y contra conspiraciones. Porque están dibujados con la pluma certera de quien parece haber inventado el modo en que debe contarse la corrupción, que todo lo asola. Y porque aquí la música es violenta y no hay lugar para la ternura que no tiene cabida en una historia que mira cara a cara las vidas violentamente sanguinarias de un país que es todos los países latinoamericanos. De aquellos barros, estos lodos.

No hay esperanza para Carlos Castillo Armas, el "caballero exquisito y delicado", ni para el coronel dominicano Johnny Abbes García, "jefe de la Seguridad del Generalísimo Trujillo, asesino, torturador y encargado de varios asesinatos e intentos de crímenes en el extranjero" y que supuestamente prueba de su propia medicina cuando encuentra la muerte cara a cara en Haití de manos de "los tontonmacoutes de Papa Doc". Tal vez solo queden anhelos para un personaje que sobrevive a todo y a todos, incluido un narrador que tal vez les suene, un tal Mario, con quien dialoga en un epílogo que ni cierra el libro ni contiene más verdad -ni más mentira- que cualquier otra sección de esta novela: una vieja Marta Borrero Parra, "la antigua Miss Guatemala (que nunca lo fue)" y a la que ya no le queda país en el que vivir.

Fuente:
https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20191018/critica-tiempos-recios-mario-vargas-llosa-7689013

Tiempos recios”: nuestra crítica al libro de Mario Vargas Llosa
José Carlos Yrigoyen reseña la esperada obra del premio Nobel de Literatura peruano

Las expoliaciones y abusos de la United Fruit, tenebrosa multinacional estadounidense que durante décadas manejó a su antojo la política y la economía de los países de Centroamérica y el Caribe, han sido sobradamente abordados en la literatura latinoamericana. Basta recordar el episodio de la masacre de las bananeras en “Cien años de soledad” o los horrores de “Los ojos de los enterrados” de Miguel Ángel Asturias. Pero a diferencia de esas novelas, “Tiempos recios”, la más reciente entrega de Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936), no emprende esta historia desde la perspectiva popular, sino a través de los decisivos espacios del poder. Se ocupa de los pormenores secretos y públicos del golpe de Estado que la CIA auspició contra el régimen progresista de Jacobo Árbenz en Guatemala y las intrigas internacionales que este hecho ocasionó en el desarrollo de la Guerra Fría y en diversas vidas particulares.

Alternando con apabullante maestría la crónica política con la ficción, Vargas Llosa reconstruye el germen de este complot situándonos en el centro de las altas esferas donde se planificó y se combatió. Opción difícil, que es acometida con brío. No hay aquí rastro de artificiosidad ni maniqueísmo: a diferencia de otros intentos similares, en este libro las palabras y motivaciones de los militares, empresarios y mandatarios nunca escapan de los terrenos de la verosimilitud. Ello permite redondear actores complejos y efervescentes en sus contradicciones y deseos como es el caso de Árbenz, hombre principista acosado por el alcoholismo y sus ultramontanos enemigos.

Las conexiones que “Tiempos recios” mantiene con “La fiesta del Chivo” son notorias y profundas. Trujillo regresa, abominable, flamígero y todopoderoso; en sus sorpresivas apariciones se reafirma como uno de los más impresionantes personajes que ha modelado Vargas Llosa en toda su obra. También vuelve Johnny Abbes García, jefe de inteligencia del dictador dominicano, quien tiene un papel determinante en esta historia: su personalidad se puebla de nuevas aristas y fisuras, cobrando un inesperado espesor dramático en los capítulos finales. Y así como le ocurre a Urania Cabral, protagonista de “La fiesta del Chivo”, la indomable Marta Borrero –el otro personaje de peso de este libro– cae en un atroz remolino de sexo, política y violencia del que no podrá salir indemne.

Pero hay, además, muchas otras referencias y reverberaciones de distintas novelas de Vargas Llosa, quizá más veladas, pero no por eso menos llamativas. Carlos Castillo Armas, el tirano fantoche apoyado por los norteamericanos, contrahecho y mediocre, apodado por sus enemigos como Cara de Hacha o Míster Caca, recuerda al siniestro Cayo Mierda de “Conversación en La Catedral”, otro militar insignificante a quien se le encarga la represión de los disidentes y otros trabajos sucios. El último capítulo, en el que el autor encuentra a la Marta Borrero real y la entrevista para enterarse de lo que ha debido fantasear a lo largo del libro, remite a la conclusión de “Historia de Mayta”, un magistral juego de espejos entre realidad e invención que expone al modelo vivo del protagonista y la dura derrota de sus dogmáticas convicciones. El tenso intercambio, repleto de evasivas y silencios, insufla a la novela una ambigüedad densa e insondable que no despista al lector, sino que lo adhiere a la hechizante ambivalencia de las ficciones que tienen un pie puesto en la verdad histórica.

Y si “Historia de Mayta” podía leerse como una feroz crítica a la izquierda revolucionaria, “Tiempos recios” resulta una lúcida requisitoria contra lo que Vargas Llosa ha llamado la derecha iliberal, pero también una autocrítica desde el liberalismo: se señala la inconsecuencia de los medios de prensa norteamericanos que ayudaron a derribar el gobierno de Árbenz y colaboraron así para que la alternativa democrática fuera durante décadas inalcanzable en América Latina. Literariamente notable y alejada de estereotipos ideológicos, “Tiempos recios” es la mejor novela de Mario Vargas Llosa desde “La fiesta del Chivo” y prueba irrebatible de su vigencia, aunque algunos detractores se empeñen en afirmar lo contrario.

Fuente:
https://elcomercio.pe/luces/libros/tiempos-recios-nuestra-critica-al-libro-de-mario-vargas-llosa-noticia/

Piedad en tiempos recios
Mario Vargas Llosa construye una novela hermosa y turbadora que trata de la maldad y quisiera conjurarla
José-Carlos Mainer

Tiempos recios —un título que el autor debe a Teresa de Jesús— se divide en dos partes de tamaño muy desigual: la primera, ‘Antes’, contiene todas las historias, reales o imaginarias, que conforman esta novela fascinante, casi hipnótica; la segunda, ‘Después’, cuenta que uno de los personajes que parecía de ficción pertenece al reino de lo real… Tan real como lo es el arranque de la novela en forma de un ameno ensayo de historia política: el encuentro de los judíos emigrados a Estados Unidos —el creador de la empresa United Fruit y el inventor de las public relations—, que fue la causa primera de que en 1954 el Gobierno de Estados Unidos acabara con la presidencia progresista de Jacobo Árbenz en Guatemala. Y de que, no mucho después, se eliminara turbiamente al mismo incauto coronel Castillo Armas que derrocó a Árbenz… Puede que, de añadidura, Vargas Llosa tenga bastante razón al pensar que aquel error chapucero y sangriento —al que contribuyeron dictadores tan impresentables como Somoza, de Nicaragua, y Trujillo, de la República Dominicana, además del arzobispo guatemalteco Mariano Rossell y Arellano— llevara a buena parte de la juventud rebelde americana de 1954 a las filas de la ortodoxia comunista y a la protección de la Unión Soviética (conviene recordar que el anticomunismo ha sido una más de las perversiones políticas del siglo XX y lleva camino de seguir siéndolo…).

No fue un mundo fácil el que surgió de la victoria de 1945 y de la casi inmediata caída del telón de acero. En Haití gobernaba Duvalier, Papa Doc; en Cuba, Fulgencio Batista; en Venezuela, Marcos Pérez Jiménez; en Colombia, Gustavo Rojas Pinilla; en Perú, Manuel Odría. Y era embajador de Estados Unidos en Guatemala el mismo “carnicero de Grecia” que decidió la guerra civil helena… Mario Vargas Llosa empezó a contar esa historia de fraudes y dictaduras en la ya lejana pero inolvidable novela Conversación en La Catedral, que estigmatizó los tiempos de Odría; ensayó luego el relato histórico múltiple, tocado de fantasía, en La guerra del fin del mundo, y volvió a la mezcla de novela política y ficción en La Fiesta del Chivo, retrato de la dictadura de Trujillo. Casi 20 años después, el lector de Tiempos recios reconocerá algunos hechos y personajes de esta. Pero la maestría del autor es mayor, si cabe, que entonces y la novela es un prodigioso mecanismo que invita al lector a dejarse llevar entre la suspensión y el destino, tal como la historia nos lleva a todos, hacedores, testigos o víctimas. El relato es una suerte de historia deconstruida, donde una breve escena, casi un flash, que puede pasar inadvertida —la muerte de Castillo Armas— se desarrolla más ampliamente páginas después. La sosegada plática de un chófer cubano y un atrabiliario funcionario dominicano se va intensificando y explicitando hasta llevar a sus personajes al núcleo central de la acción. En un capítulo como el VII se superpone —en una vertiginosa catarata— toda la relación personal de Castillo Armas con el dictador Trujillo, desde los preparativos de la sublevación a las consecuencias de su éxito. Y una turbia historia de amor y traición en el seno de la alta burguesía guatemalteca —que parece una leyenda de 1900, al modo modernista— alumbra al cabo uno de los personajes más sugestivos del libro: Martita Borrero, la que nunca fue miss Guatemala…

La trama invita al lector a dejarse llevar entre la suspensión y el destino, tal como la historia nos lleva a todos, hacedores, testigos o víctimas

La alternancia de velocidad, suspensión y destino es uno de los poderes del narrador y pocos lo utilizan con la endiablada sabiduría de Mario Vargas Llosa. Pero también la piedad con sus personajes es otra de las potestades que ejercita… Al lector de Tiempos recios no le pasará inad­vertida la entereza de Jacobo Árbenz, el militar inseguro de sí que no quiso armar unas milicias populares que se opusieran al atrabiliario ejército “liberacionista” y que prefirió renunciar a la presidencia, cuando recibió el ultimátum de sus colegas. Pero también su enemigo Carlos Castillo Armas, a quien llaman Caca y Cara de Hacha, feo, irascible y lleno de complejos, comparte algo de la debilidad de su rival, y fracasa y muere por manos de quienes creía los suyos. Y está enamorado de una mujer que lo utiliza.

Piedad en tiempos recios

La misma comprensión se aplica a todos, aunque se complazca en los aspectos más chuscos y pintorescos. La vida de Martita —amante de Castillo Armas y luego de Johnny Abbes; después, propagandista radiofónica del dictador y perseguida política— debe más al humor que a la aversión. E incluso la peripecia de Abbes, el más siniestro de todos, se presenta bajo especies cómicas: su fealdad, su vestimenta absurda, su cursilería, sus vicios soeces. Ni siquiera su final ­—masacrado por los tontons macoutes haitianos— deja de tener un eco farsesco… porque, al cabo, a lo mejor todo ha sido mentira (parece que su muerte “real” —o su última escapatoria— se produjo en la voladura de su casa por la policía de Papa Doc).

Pero prefiero quedarme con las páginas más conmovedoras que son aquellas donde Arturo Borrero, el padre de Martita, a punto de morir de un cáncer, se reconcilia con Efrén García Ardiles, quien fue su amigo, es el padre de su nieto y también el objeto del odio de toda su vida. Esa plática postrera es como el corazón desvalido, incrédulo pero compasivo, de esta novela hermosa y turbadora que trata de la maldad y quisiera conjurarla.

Fuente:
https://elpais.com/cultura/2019/10/08/babelia/1570528763_223994.html

De la sola expectativa
Luis Barragan el día 

Numerosos pueden ser los autores de moda, pero escasos los de culto. Menor aún el número de aquellos que medio siglo o más, después, se les lee con avidez fuera del ámbito académico que los preserva.

“Tiempos recios” es la nueva novela anunciada para finales de año, por Mario Vargas Llosa. Versa – se dice – sobre la Guatemala de Árbenz, injustamente depuesto con el concurso decisivo de la CIA.
El escritor ya hundió el bisturí sobre la remota época, sin complejo alguno. El acontecimiento, predilecto de los propagandistas de ocasión,  emblematiza las condiciones y consecuencias de la llamada Guerra Fría en este lado del mundo, aunque tardíamente se supo de lo acaecido en el otro.
Debemos esperar unos meses más para conocer la versión del gran narrador peruano,  o quizá años de continuar la dictadura venezolana que también nos empobreció editorialmente. Empero, la sola expectativa que levanta el anuncio autorizará cualesquiera textos, conjeturas y apuestas que nos cundirán de otros bytes.

Quien sepa del estilo,  ingeniería narrativa e inspiración de Vargas Llosa, e, incluso,el que lo haya decodificado como él mismo hizo con William Faulkner, al iniciarse con la pluma,  intentará adivinar la versión definitiva, entre varias de los tiempos de profundidad o puerilidad del autor.  Todos coincidirán en el acucioso tratamiento histórico del tema, discrepando sobre una solución que no arriesgará comercialmente una marca tan exitosa: por ello, entre amigos, la breve encuesta concluye que estará más cerca de “La fiesta del chivo”, novela propicia para sus reflexiones políticas, sentido tan cercano el ejercicio que impone sus artículos de opinión,  que de una aventura, experimento o “boutade” que, en lo personal,  más nos atrae, así lleve algunos años digerirlo y reivindicarlo.

La literatura está hecha para la ruptura, faltando poco, así no la deseen quienes la hacen. Convengamos, el talento es un dato indispensable.

En definitiva, bien escaso,  el acreditado intelectual no requiere tampoco de una extraordinaria maquinaria publicitaria para asegurar el éxito de la edición. Ya habrá el apasionado seguidor de don Mario, capaz de escudriñar el tema en toda su obra y, además, el obcecado adversario, blindado por un marco teórico por ahora ocioso, esperando la aparición de “Tiempos recios” para devorarlo y, a los días, despachar el ensayo correspondiente.

06/06/2019:
http://guayoyoenletras.net/2019/06/17/la-sola-expectativa/

Cfr.
Ángel de SanMartín Tudela: "La escritura de Mario Vargas LLosa, heredera de las vanguardias: https://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/285527/ADSMT_TESIS.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Opinión de Andrés Amorós: https://www.youtube.com/watch?reload=9&v=_oyqwbPAjgY
Presentación del libro: https://www.youtube.com/watch?v=6rYabLivBjo&t=2489s
Entrevista de Rosa María Palacios: https://www.youtube.com/watch?v=MKuUNzYrFE4

Imágenes: Excepto la portada del libro, capturas de pantalla de la presentación y de la entrevista.

¿DETONANTE GENERACIONAL?

INTERGENERACIONALIDAD

PERO ...

viernes, 25 de octubre de 2019

RÉGIMEN, AL FIN Y AL CABO


¿Quién dijo que Stalin no celebraba "elecciones"? ¿Quién dijo que el socialismo del XXI, no es estalinista? ¿Quién dijo que no lo son aquellos "opositores" que pretenden sufragar a todo evento en las universidades, bajo las mismísimas reglas del régimen? #UniversidadUrgente.

Gráfica: V. Ivanov. "Para la felicidad del pueblo", Moscú-Leningrado, 1950. Expsición Foro Libertador, Caracas, 2018.

AVISOS

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1.- DIARIO DE LA MAÑANA, Coro, 1922: Así sería la cosa, que Justiniano Bravo pagó el aviso para aclaarar que no alquilaba su carro en las noches.   El escándalo y la borrachera es lo primero que uno se imagina al pretender devolver el vehículo en horas de la madrugada, salvo mejor opinión. Y el "sea quien fuere" luce como una indirecta muy directa.

Por cierto, Enrique Roetering tiene un taller mecánico que, por siempre, lo entendimos como sitio para la reparación de carros. Hasta a las armas de fuego le metía mano, y hoy - indudable -  tendría una selecta clientela. Por cierto,  el grafófono (https://sites.google.com/site/enmediodelamusica/presentacion/home/grafofono), debió ser muy corriente para la época. Era costumbre en la Venezuela muy de antes  que los más prestigiosos hoteles publicaran la lista diaria de sus clientes. Es de anteojito que el solo detalle dará ocasión a los chistes que no admiten mucha variación.

2.- EL CONCILIADOR, Coro, 1906: Pedro Manuel Arcaya, desde muy joven, ejercía su profesión. Estaba a la orden, en la calle Zamora.

2
3.- EL PORVENIR, Caracas, 1864: Jesús María Quintana despacha un reconocimiento muy particular al Dr. Laloubie. Salvó a Juan Bautista Castro de las furibundas garras de la parca. Después de Dios, el combatidor de la epidemia.

4.- EL UNIVERSAL, Caraas, 1973: Acá, la letra no sólo es muda, sino invisible. Magnífico nombre para un hotel. Además, el cobro era semanal, de modo que no era de "a ratos". Quizá fue un establecimiento algo grande, como para tener un bar-discoteca. Calle hoy peligrosa, probablemente no lo era por entonces, en el enjambre de casas de escasos edificio de las inmediaciones que hoy tiene por epicentro un centro comercial y un hotel de vrias estrellas.

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5.- EL NACIONAL, Caracas, 1968: La vieja prensa venezolana, por lo general, gozó de una cierta profusión de avisos publicitarios. Dos notas sugiere la pieza. Por una parte, el empuje de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, la existencia de la sociedad de "Amigos del Museo de Bellas Artes de Caracas", la enseñanza del italiano, las sucursales de "Don Disco".  Obvios los contrastes con el presente. Nadie concibe una sociedad de amigos de alguna entidad artistica del Estado, porque éste se basta a sí mismo para sostenerla y, además, qué filantropía puede avenirse con una dictadura patrimonialista.  Nadie imaginó, medio siglo atrás,el destino de "Don Disco" que estaba en la Plaza de Chacao, seguramente aún sin construir el centro comercial.Nos gustaría ver la reconstrucción del lugar, quizá por una maqueta u otros medios como el informático.


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La otra nota se refiere a la presencia de don Lino Rodríguez Arias-Bustamente en la Librería Nuevo Orden. Y, aunque - hoy - discrepamos de varias de sus perspectivas, resulta interesante reivindicar el esfuerzo intelectual que desarrolló desde la Universidad de Los Andes. Le dio hondura al planteamiento que las, por entonces, nuevas generaciones reclamaban. Asombra que, tempranamente, haya publicado los títulos referidos en el aviso. Alguna vez leímos su texto sobre obligaciones, pareciéndonos interesantísimo. Creemos que la prédica ideológica, varias veces reiterativa, sacrificó en mucho al jurista de aportes novedosos.

5

jueves, 24 de octubre de 2019

LA BOFETADA A UN RECTOR

El caso de la Simón Bolívar:
Universidad que arrugue, universidad que pierde hasta el modo de andar

De conocimiento público, el Consejo Directivo de la Universidad Simón Bolívar decidió consultar a toda su comunidad en relación a la sentencia del ilegítimo TSJ que le ordena un plazo para realizar sus comicios internos antes de concluir el mes de febrero de 2020. 

Al respecto, el diputado Luis Barragán enfáticamente señaló que la autonomía universitaria es para defenderla y, ante una decisión judicial  espuria que evidentemente violenta el artículo 109 constitucional y la Ley de Universidades, mal puede ella escenificar una consulta que la golpea y  debilita:

“A excepción del representante profesoral en el Consejo  Directivo, con ausencia del señor rector, la decisión de las autoridades universitarias de la casa de Sartenejas constituye un mal precedente para la defensa misma de la universidad  libre  y autónoma que debe ser su principal empeño en las circunstancias actuales.   Autonomía que se le defiende desde la propia autonomía,  resulta impensable que,  en  lugar de asumir la responsabilidad de luchar por ella, acepte la violación de las normas constitucionales, legales y reglamentarias y tenga por acción pedagógica – además – perversa la de legitimarla con una pretendida consulta a la comunidad”.

El diputado Luis Barragán, miembro de la dirección nacional de Vente Venezuela y de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio, indicó que el caso de la Universidad Simón Bolívar es paradigmático en relación a las actuaciones del régimen que la ha infiltrado, incluso, con autoridades que previa y directamente designó y que, por supuesto, guardaron silencio cómplice ante la prohibición de una actividad académica, como fue un modesto cine-foro..

“El propio señor rector de  la Universidad Simón Bolívar denunció la imposición  de un plazo absolutamente inconstitucional e ilegal para que ella haga las elecciones de acuerdo al mandato de la dictadura, por lo que, ahora, abofeteándolo, las autoridades pretenden cohabitar con ella, accediendo a una consulta que sólo pretende correr la arruga. Recordemos, la universidad que no afronte el problema con la responsabilidad histórica que le compete, universidad que perderá hasta el modo de andar. Y esa responsabilidad es intransferible”.

El parlamentario insistió que la Simón Bolívar, como las restantes casas de estudios superiores del país, deben  celebrar sus comicios libérrimamente de acuerdo al artículo 109 constitucional y a la Ley de Universidades y, es la propuesta, ojalá coincidan todas en realizarlos el 23 de enero de 2020: “Por supuesto, hay maniobras antiuniversitarias en la Simón Bolívar adentro de quienes desean aprovecharse de la coyuntura, obtener una carta de buena conducta de Maduro y escalar al rectorado a cualquier precio, incluso, ultimando la noción misma de universidad, hábilmente, desde las sombras”.

24/10/2019:
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=138704
25/10/2019:
https://www.lapatilla.com/2019/10/25/diputado-barragan-universidad-que-arrugue-universidad-que-pierde-hasta-el-modo-de-andar/
https://vozdeamerica.org/2019/10/25/diputado-barragan-universidad-que-arrugue-universidad-que-pierde-hasta-el-modo-de-andar/
https://tenemosnoticias.com/noticia/universidad-diputado-pierde-arrugue-932883/1683401

TENDENCIAS DE EMBUDIZACIÓN

Cultura de la anticipación: universidad y elecciones
Luis Barragán

Consabido, la dictadura ha ordenado la celebración de los comicios internos en las universidades públicas y autónomas para finales de 2020, por supuesto, bajo las condiciones que se le antoje. Además, el ministro usurpador del ramo, en un extraño gesto para el funcionario menor que es, al lado de otros que no ejercen cartera oficial alguna,  invocó recientemente la llamada mesa nacional del diálogo dándole otra connotación a la orden, siendo fácil colegir que versamos sobre un instrumento de negociación que, en última instancia, es de vil chantaje.

La ampliación de la comunidad universitaria, infructuosamente planteada en 1999 y en 2009, constituye la pieza estelar para prefabricar un triunfo que ha sido negado a un régimen, aun democráticamente enmascarado, en lo que va de siglo. Con más extraños que propios, pretenderá reinar en las casas de estudios dando al traste con el derecho académico de quienes aspira a vencer deslealmente.

Se muestran sendas tendencias respecto al propósito, por lo demás, deliberado, contundente,  inequívoca y expresamente señalado por la dictadura. Dato éste demasiado relevante que no admite los eufemismos ni las versiones amables que fluyen entre opositores que acaso ameritan más de una oportuna consulta con el psicoanalista que de la tribuna de opinión que suelen frecuentar.

Los hay evasores  del plazo perentorio que esperan más por el oleaje de los hechos fortuitos, atentos al peligrómetro personal. Apuestan por una repentina cresta que les ahorre el costo de todo compromiso: llegada la fecha, verán, aunque – si fuere necesario – optarán por empinar mejor  un permiso laboral que los aleje del escenario de conflicto para volver luego cautelosamente.

Quizá entendida como la última oportunidad , están los interesados y hasta entusiastas por participar en las elecciones del régimen, conscientes de la flagrante violación del artículo 109 constitucional  y de la Ley de Universidades.  Confían no sólo en el sufragio a todo evento, prédica de los negociadores de Oslo y sus derivados, confiados en el triunfo masivo y arrollador capaz de superar cualesquiera obstáculos. No obstante,  desaprendida la lección, impuesta la suprema ley del embudo, en el supuesto negado del triunfo, éste dependerá de los pocos que seleccione el régimen que inexorablemente transitarán el camino de los tristemente célebres gobernadores que se juramentaron en la tal constituyente de la cual antes renegaron.

Creyéndola mayoritaria, está la corriente opositora dispuesta a defender la autonomía universitaria y, además, realizar los comicios en estricto cumplimiento de la normativa constitucional y legal, al igual que del reglamento vigente en casa de estudios. Conducta encaminada decididamente al cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.

Los partidarios de la teoría de juegos pueden dispensarnos variados desenlaces, confluyendo en una dinámica en la que peligrará la propia existencia republicana a partir del venidero 5 de enero, algo más que la universidad,  aunque siempre prosperarán los reacomodos para el mes y tanto después. Especulación aparte, todavía nos impresiona que, disponiendo de un instrumental científico que en algo permite anticiparse a la coyuntura, más allá de la intuición, todo depende de una constante improvisación que lleva la marca de la cultura política promedio teñida eficazmente por el régimen socialista en largos veinte años. Empero, calibrando el papel de dirección que le corresponde a la Asamblea Nacional, es necesario crear y reconocer un comité operativo de los distintos liderazgos de las universidades (autoridades, docentes y estudiantes), como lo plantea la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB), en un proyecto de acuerdo que ha acogido la Fracción Parlamentaria del 16 de Julio, a objeto de prever y actuar con tino estratégico.

Fotografía: Escena de la sesión de la Asamblea Nacional, martes 21/10/2019.
Reproducción: Ilustración de Alonso, en: Economía Hoy, 28/12/1992.

21/10/19:
http://guayoyoenletras.net/2019/10/21/cultura-la-anticipacion-universidad-elecciones/

Breve nota LB: Por una falla técnica, no apreció la semana pasada en el portal.

lunes, 21 de octubre de 2019

CAZA DE CITAS

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Roselena Ramírez. "A juicio del sociólogo Roberto Briceño León: Riqueza petrolera causa de la pobreza". El Globo, Caracas, 0/07/1998.
- Amable Sánchez Vivas y el Proyecto de Ley de Defensa del Idioma. La Efera, Caracas, 15/10/65.
- Giusepp Gianetto. "El problema educativo en su justa dimensión". El Nacional, 12/11/98.
- Iván Claudio entrevista a Ernesto Mayz Vallenilla: "La universidad está amenazada de muerte". El Universal, Caracas, 01/08/68.
- Lino Iribarren Celis. "Atisbos de la hora: El asalto a Cumaná en 1819". El Universal, 23/02/72.

Reproducción: Ilustración de Yépez, La Esfera (Caracs, 23/01/1958).

EL OTRO PLAZO

Las universidades pueden muy bien celebrar masivamente sus comicios internos el 23 de enero de 2020

El régimen ha  ordenado a las universidades realizar los comicios internos antes de finalizar el mes de febrero de 2020, lesionando así la autonomía universitaria. Sin embargo, pendiente la renovación de las autoridades, el diputado Luis Barragán es partidario  de realizarlas sólo de acuerdo a la normativa vigente.

“Postergadas – señaló – por imposición de la dictadura, es necesario realizar las elecciones internas en cada universidad venezolana en clara reivindicación de su autonomía, fielmente apegadas al artículo 109 Constitucional, la Ley de Universidades y el reglamento que rige en las casas de estudios.  No  es posible ya correr la arruga  y el liderazgo universitario debe asumir enteramente una lucha existencial que puede ser decisiva  para el cese de la usurpación”.

Refirió el vocero de la Fracción Parlamentaria que la fecha más adecuada es la del 23 de enero de 2020:

“Una fecha propicia para el testimonio también histórico de las universidades que pueden realizar masiva y simultáneamente  sus elecciones en todo el país, desafiando a la propia dictadura al  conjugar el aula con la calle en un encuentro cívico de importantes consecuencias”.

Comentó que el 14 de abril de 1936, fueron unas elecciones municipales las que propiciaron el nacimiento de la II República Española, al igual que ha ocurrido en otras latitudes con acontecimientos de un gran impacto:

“Salvando las distancias de tiempo, modo y lugar, los libérrimos comicios universitarios, en claro desafío a la dictadura, pueden auspiciar las condiciones necesarias para su inmediata salida. Vale decir, como lo señalamos en nuestra reciente intervención en la sesión plenaria de la Asamblea Nacional, significa ubicar la tragedia en su correcta perspectiva histórica, fortaleciendo a la universidad como la excepcional fuerza o movimiento social que es, por lo que ha de tener su dirigencia un mayor aliento  y compromiso estratégico con el que puede contribuir el parlamento”.

21/10/2019:
https://www.lapatilla.com/2019/10/21/diputado-barragan-las-universidades-pueden-muy-bien-celebrar-sus-comicios-internos-el-23ene/
https://www.ventevenezuela.org/2019/10/21/luis-barragan-el-liderazgo-universitario-puede-ser-decisivo-para-el-cese-de-la-usurpacion/
https://entornos.sumate.org/?p=15336
https://quepasaenvenezuela.org/2019/10/21/diputado-barragan-las-universidades-pueden-muy-bien-celebrar-sus-comicios-internos-el-23ene/

Protesta frente al Instituto Pedagógico de Caracas (23/10/2019). 

TENDENCIAS

De los episodios irreductibles: la universidad venezolana
Luis Barragán

Consabido, la dictadura ha ordenado la celebración de los comicios internos en las universidades públicas y autónomas para finales de febrero de 2020, por supuesto, bajo las condiciones que se le antojen y favorezcan.  Además, recientemente,  el ministro usurpador del ramo, invocó igualmente la llamada mesa de diálogo nacional, dándole otra connotación a la orden, siendo fácil colegir que versa sobre un instrumento de negociación que, en última instancia, es de vil chantaje.

La ampliación de la comunidad universitaria, infructuosamente planteada en 1999 y en 2009, constituye la pieza estelar en el intento de  prefabricar un triunfo que ha sido negado al régimen, aun democráticamente enmascarado, en lo que va de siglo.  Pretenderá literalmente  reinar en las casas de estudios,  dando al traste con el derecho académico de quienes aspira a vencer deslealmente.

A través de numerosas declaraciones de prensa y artículos de opinión, hemos manifestado nuestra inconformidad con el tratamiento parlamentario de una materia frecuentemente subsumida en el cuadro general de la denominada crisis educativa compleja, perdiendo la especificidad e, incluso, importancia estratégica que merece en atención al cese de la usurpación.  Incluso, asumida desde la perspectiva de un movimiento o fuerza social, en un año aproximadamente, hemos intervenido en cuatro oportunidades en las sesiones plenarias de la Asamblea Nacional dejando constancia de nuestra visión y propuestas a las que ha contribuido, indispensable reconocerlo, el gremio profesoral de la Universidad Simón Bolívar con el que, no por casualidad, coincidimos y compartimos las duras jornadas de protesta en 2017.

Salvo nuevo aviso, los episodios que vive y vivirá la universidad venezolana son y serán francamente irreductibles, porque conciernen a su propia existencia. El propósito enteramente político de la dictadura es deliberado inequívoco y contundente; luego, no admite los eufemismos ni las versiones amables que fluyen entre opositores deseosos de evitar el conflicto, quienes ameritan más de una oportuna consulta con el psicoanalista que de la tribuna de opinión que suelen frecuentar.

Identificando las tendencias, por una parte, evasores del plazo perentorio, hay opositores que confían más en el oleaje de los hechos fortuitos, atentos al peligrómetro personal, que apuestan por una repentina cresta para ahorrar el costo de todo compromiso. Cumplido el plazo, ensayarán un reacomodo quizá confiando que la ejecución de la sentencia del ilegítimo Tribunal Supremo de Justicia (ITSJ) puede postergarse, siendo objeto de negociaciones: mientras, si fuere necesario, optarán por empinar mejor un permiso laboral que los aleje del difícil escenario para un posterior y cauteloso regreso.

Entendida como la última oportunidad, por otra parte, están los interesados y hasta entusiastas opositores que, reclamando tal condición, pugna y pugnarán por participar en las elecciones del régimen, conscientes de la flagrante violación del artículo 109 constitucional y de la Ley de Universidades. Confían no sólo en el sufragio a todo evento, prédica de los negociadores de  Oslo y sus derivados, sino en un triunfo masivo y arrollador. Sin embargo, impuesta la suprema ley del embudo, algunas victorias dependerá del supuesto equilibrio que decida esta novedosa  dictadura, e inexorablemente transitarán el camino de los tristemente célebres gobernadores juramentados por la tal constituyente de la que antes renegaron para movilizar a sus electores.

Luego, creyéndola mayoritaria, está la corriente dispuesta a defender la autonomía universitaria que ya no puede postergar más el desafío, como también  habilidosamente lo logró por varios años, y deberá asumir el reto de realizar las elecciones en estricto cumplimiento de la normativa constitucional y legal, al igual que la reglamentaria de casa una de las casas de estudio. Quizá la experiencia puede convertirse en un detonante decisivo para provocar el cese de la usurpación, reivindicando el propio historial universitario del país, en algo semejante, salvando las distancias, a los resultados de los comicios municipales que abrieron cauce a la II República Española.

Reproducciones:
1.- Pedro León Zapata. El Nacional, Caracas, 21/05/2012.
2.- La Asamblea Nacional, fruto de las elecciones del 06/12/15, hizo un tratamiento – si se quiere – rutinario del problema universitario. Empero, después de las masivas y espontáneas protestas de 2017, era evidente el propósito gubernamental de agravar la situación, facturando al sector. Desde entonces, valorados los aportes de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar (APUSB) que, además,  invocó el artículo 350 constitucional,  promovimos sostenidamente un debate parlamentario específico que, apenas, recientemente se concretó.

21/10/2019:

¿TODO SE PUEDE DESPACHAR COMO UN RESENTIMIENTO SOCIAL?

Tratado elemental de ética
Luis Barragán

Quizá por la vieja mentalidad rentista que el petróleo heredó y agudizó, todos sospechamos de la riqueza material ajena. Bastará un detalle apenas sobresaliente para criminalizarla, activando el resentimiento social. 

Por cierto, resentimiento que explica al régimen actual que lo ha explotado en todas sus facetas, intentando por siempre el factor racial o étnico, con el seguro auxilio de los psicólogos sociales que poco o nada desean saber de la lucha de clases, por más socialista que lo digan. Paradoja ésta que oculta, o dice ocultar,  la inescrupulosa especialización y afinación  de un dominio cada vez más brutal, las consabidas extravagancias de los elencos del poder descontentos con el solo saqueo del erario público,  y el consabido asesinato de los pemones, cuyas vidas valen menos que los sórdidos negocios amparados por la censura. No obstante, es necesario señalar que el resentimiento tan interesadamente cultivado no existe al tratarse de nuestros deportistas profesionales, celebrados como aquellos industriales  que, en las centurias pasadas, trataban de abrirse paso, con esfuerzo propio, ante los importadores de toda suerte de bienes que gozaban de una ventajosa licencia gubernamental, haciendo de las aduanas el gran hogar.

Los beisbolistas, por ejemplo, aunque hayan firmado por las más modestas cifras, gozan de un amplio reconocimiento social, excepto los muy contados que, innecesariamente,  incursionaron en el ámbito oficialista y sus despiadadas manipulaciones para retener una alcaldía y garantizar, así, la supervivencia y la turbiedad clientelares, o  - simplemente – para realizarse como trofeos publicitarios. Aquéllos,  por elevadas que sean sus condiciones de vida, cuidan de la admiración y confianza que generan, sobre todo, en las más recientes generaciones; y éstos, traicionan la confianza por el atajo fácil de la adulación.

¿A qué se deberá el fenómeno que no da alcance a otros ámbitos del quehacer social?, ¿por qué no reciben las consabidas dosis de amargura trastocadas en un singular hábito de inculpación a  terceros por  el infortunio personal?, ¿no cuentan con una fuerza moral de importantes proyecciones pedagógicas? Son algunas de las preguntas olvidadas a la hora de sentenciar nuestras desgracias, amilanados, como nunca antes, por más petrolero que juremos al país.

Al respecto, sostenemos una doble convicción, pues, por una parte, públicamente sabido, todos tenemos la certeza del origen de sus bienes y, lejos de condenarlos, aceptamos y premiamos el esfuerzo sostenido y sacrificado por una continua excelencia deportiva, además, probada a diario en una limpia y leal competencia.  Todo ha partido del providencial y temprano descubrimiento de una vocación orientada al perfeccionamiento del talento natural, traducido en una trayectoria transparente que no depende de las sabidos favores o concesiones graciosas que reinan en otros oficios, por lo que el propio estilo de vida raras veces es cuestionado.

Estilo de vida, por otra parte, si se quiere, moderado o austero, fundado y valorado por el trabajo que no admite o minimiza los deslices, además, comprobadas las capacidades extraordinarias para el aprendizaje con independencia del estrato social de origen.   La aseveración tiene importantes implicaciones, porque se les concede la libertad para hacer con sus bienes lo que lícitamente les venga en gana, añadido el voluntario y nada bullicioso sostenimiento de fundaciones de solidaridad social, sabiéndose nacidos en  un país hundido inmerecidamente en el  pentamundismo. 

Normal el asalto de las tentaciones, la prudencia es una característica importante. Y no sólo por el convencimiento personal alcanzado, sino porque la corporación  beisbolística también marca sus pautas, pues, varias veces podemos disfrutar del video y conmovernos con el batazo que le permitió a Pete Rose romper el récord de imparables, pero- dato en nada despreciable -  él  está justa y vitaliciamente sancionado por las apuestas que acostumbraba.

Un destacado elenco de jugadores tiene un militante rechazo por  la dictadura y, en ocasiones, así lo manifiestan, evitando entrar en la diaria diatriba política. Intuyen y se saben con responsabilidades muy severas, más allá del juego.

No  ofrecemos una versión idílica del desempeño profesional y cívico de los deportistas de alta competencia, aunque dan lecciones necesarias para los políticos de grave desempeño, cuyas conductas inexorablemente permean, por lo que el asunto no puede despacharse tan fácilmente como un caso de resentimiento social o algo parecido. Detrás o delante del home plate, se escribe y vive un tratado elemental de ética que debe apuntar a la otra transición indispensable.

21/10/2019:

Reproducción: Portada de Élite, Caracas, nr. 373 del 05/11/1932. Cfr. http://lbarragan.blogspot.com/2013/01/noticiero-retrospectivo.html