domingo, 27 de octubre de 2019

¿LA MECHA HÚMEDA?

Prisioneros del instante generacional
Luis Barragán

Política y, puede decirse, ideológicamente, tendemos a una sobre-simplificación del mensaje. Las consignas dicen explicarnos, sin alcanzar la hondura y los matices que  quedaron sepultados en la opinión pública con la despedida del  XX y, por ello, “plan-país” dice todo y, a la vez, nada, al igual que  “socialismo del siglo XXI”, aunque todo lo etéreo provoca consecuencias aún indeseables.

El “relevo generacional” también pertenece a la extensa familia de las generalizaciones, incluso, programáticas. Se dirá que bastará con invocarlo para que todo cambie, olvidando aquella distinción ortegueana entre las generaciones delincuentes y las innovadoras. Sin embargo, los jóvenes deben zafarse del instante que los tiene por prisioneros y, si fuere el caso, yendo más allá, plantearse seriamente la prédica del viejo autor madrileño por lo que respecta – si mal no recordamos – a la contemporaneidad, a la novedad de los aportes y al acontecimiento estremecedor que lo pone en escena.

En sentido inverso, la dictadura que causa estragos en Venezuela, fuerza a una participación  extraordinaria para superarla, como hubo ocasión de protocolizarla con las jornadas masivas y espontáneas de protesta de 2014 y 2017. Versamos sobre un período histórico que ha de sintetizar la derrota de una propuesta totalitaria en curso, así como la crisis estructural que pretendió remendar el actual régimen con el ultrarrentismo devenido criminalidad. Supone el planteamiento de una alternativa genuina y realmente novedosa, sentida, pensada e implementada con un auténtico compromiso y testimonio.  A esta ruptura de los esquemas, se suma la propulsión de los contemporáneos, algo más que coetáneos, que coinciden en una básica perspectiva de interpretación y en un modo convincente de hacer las cosas.

Dejar el instante, es trascender y sólo lo hace aquellos dirigentes estudiantiles que, en su específico ámbito de actuación, portan el adecuado diagnóstico de lo que desea hacer la dictadura con las universidades, saben hacia cual modelo liberador apuntar y se comprometen con una modalidad diferente para alcanzarlo. Claro está, es un desafío y, descubierta una vocación y probado un talento político, la ruptura no será sólo con la dictadura, sino con quienes – voluntariamente o no – tienen una naturaleza, características, procedimientos, estilos o, en definitiva, un sentido tan parecido, por más opositores que se digan, capaces de reeditar los problemas en la estructura y vida universitarias.

Coincidentes o discrepantes con la tesis generacional, hay o habrá circunstancias que objetivamente inciden en el presupuesto. Demográficamente, en un reportaje publicado en 2000, establecida la expectativa de vida del venezolano en 71 años, se vislumbraba que los menores de 15 años de edad ocuparían el 25% de la población en 2024 (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/pero.html). Y, esto, evidentemente, con la catástrofe humanitaria y el exilio masivo forzado por las circunstancias sociales y económicas, variará en los años por venir, manifestándose inexorablemente en el medio político.

Sobre el tema generacional, hemos escrito en numerosas ocasiones, desde principios de los ’90 del ‘XX, como tentación (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/intergeneracionalidad.html), y como pretexto (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/detonante-generacional.html), por cierto, con las  formidables ilustraciones de Cañas (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/intergeneracionalidad.html) y Alonso (https://lbarragan.blogspot.com/2019/10/detonante-generacional.html). Tenemos una mayor propensión a lo que denominamos el fenómeno de la gurización generacional (https://lbarragan.blogspot.com/2010/09/quienes-reguricen-buenos-regurizadores.html).

En definitiva, hoy, avanzaríamos mucho con la excarcelación del instante, sintiéndose los jóvenes como una generación, por toda la calle del medio. Significa responder a los retos de este tiempo, inyectarle toda la novedad que desesperadamente reclama y confluir en un esfuerzo comprometido respondiendo fundamentalmente desde su ámbito natural, como lo hicieron los muchachos de 1928, 1936 y 1958: la universidad. Y ésta, inexorablemente ha de ser libre y autónoma en la prédica y en los hechos.

28/10/2019:

No hay comentarios:

Publicar un comentario