martes, 31 de marzo de 2015

DESARCHIVO: COMISIÓN DE MEDIOS DEL CONGRESO

El caso de Gladys de  Lusinchi, por ejemplo
LB

Tiempo atrás, desempeñamos la Secretaría de la Comisión de Medios del Congreso de la República. Entre mediados de 1987 y finales de 1988, compartimos las responsabilidades con las políticas, pues, integrábamos el directorio nacional juvenil socialcristiano, electos por convención, sin que recordemos ahora si también su secretaría nacional de formación (o ya habíamos renunciado a esta labor administrativa). El caso está en que, por años, guardamos muchas copias del material que generó la Comisión, pretendiendo escribir algo extenso sobre los problemas relacionados con la libertad de expresión y otros derechos afines. Apenas, sobreviven muy pocos documentos.

Aprovechando el asueto de Semana Santa, forzado porque practicamente todo se paraliza en el país, removimos una caja de papeles quizá no tocada en más de una década. Hicimos la purga correspondiente y nos sorprendió hallar algunas copias de las actas de la Comisión y fotografías.

Algún día escribiremos sobre las vicisitudes concretas de lo que fue una dura faena para atender el caso de la Dra. Gladys Castillo de Lusinchi, comenzando por la citación en La Casona hasta la concurrencia al seno de la Comisión a la que le pidió atención, pues, en camino el proceso de divorcio con el entonces presidente Jaime Lusinchi, confrontó no pocos problemas hasta para expresarse públicamente. Como puede apreciarse, aunque era radical el enfrentamiento de la oposición y el gobierno, fue inevtable la unanimidad para consentir su presencia.

Había persecución, DISIP, presiones, maniobras, etc., pero,  al contrastar aquella situación que se nos antojaba crítica, con el presente, fue evidente la posibilidad real de ejercer cabalmente las responsabilidades parlamentarias, un superior reconocimiento de la división de los órganos del Poder Público, entre otras ventajas, incluida la pericia, la habilidad y la experiencia política indispensable que ahora luce ausente en buena parte de los elencos partidistas y - también - de la sociedad civil.

Evitando el extravío de las piezas, preferimos orbitarlas en el blog, con breves comentarios. El escáner e mano ha sido una buena solución.

LB


La Dra. Gladys Castillo de Lusinchi acude a la Comisión Permanente de Medios de Comunicación Social, en la sede administrativa del Congreso de la República, Caracas, 01 de diciembre de 1987. En la gráfica, el presidente de la Comisión (Julio César Moreno), el vicepresidente (Gehard Cartay) y el secretario (LB).


Acta de aprobación para la comparecencia de la Dra. Lusinchi.


Una de las sesiones ordinarias de la Comisión. En el presidium, el secretario LB y los diputados Cartay, Moreno y - creemos - Juvencio Pulgar. Entre los integrantes, los diputados Luis Mazzarri (quien luego tuvo que defender el diario "El Tiempo" de Trujillo del cual era propietario, siendo independiente pro-adeco, frente al propio gobierno) y Oscar Yánes. Obsérvese la sobriedad del salón (¿3er. piso de Pajaritos?), pues era antes impensable la fotografía del presidente de la República y la de su antecesor, presidiéndolo, como ocurre por estos años del XXI.


Otra sesión ordinaria de la Comisión: en el presidium, además, está el diputado Valeriano Humpiérrez: en el fondo, el diputado Pulgar; y ocupando as curules, distinguimos a los diputados Yánes, Mazzari, otro cuyo nombre olvidamos y Henry Ramos Allup.


Entregando una muy bien documentada denuncia al entonces director general de Telecomunicaciones del Ministerio de Comunicaciones, si mal no recordamos Lic. Sixto González, cuya comprobada leatad al gobierno de Lusinchi no obstaba para el trato respetuoso y cordial con el secretario de la Comisión que cumplía con sus labores, yendo a su despacho. La memoria falla, pudo ser el caso de la Venezolana de Televisión, de las emisoras radiales, de la publicidad gubernamental, entre tantos que se vntilaron e investigaron así el partido de gobierno tuviese mayoría. La Comisión de Medios estaba integrada exclusivamente por los diputados y, carente el Senado de una equivalente, en propiedad era del Congreso de la República.

lunes, 30 de marzo de 2015

CAZA DE CITAS

"Y estando listo para partir, oí que me habían acusado al inquisidor y que había un proceso contra mí. Enterándome de eso, y como no me llamaban fui  donde el inquisidor y le dije lo que había escuchado, y que iba a partir para España, y que tenía compañeros, y que le rogaba quisiese dar sentencia. El inquisidor respondió que era verdad lo de la acusación, pero que no le parecía que se tratese de algo importante. Sólo quería ver los escritos de los 'Ejercicios'. Viéndolos, los alabó mucho y le rogó a este 'peregrino' que dejara copia de ellos, y así lo hice. A pesar de eso, volví a insistirle que tuviera a bien seguir con el proceso hasta que se lograra una sentencia. Como el inquisidor se excusara, fui a su casa con un notario público y con testigos para tomar fe de todo"

San Ignacio de Loyola

("Autobiografía y ejercicios espirituales", Educación y Cultura Religiosa, Caracas, 2002: 53)

NOTICIERO RETROSPECTIVO





- Mons. Dr. Luis E. Henríquez. "Cartas de Roma: Actitud de la Iglesia para con las religiones no cristianas". El Nacional, Caracas, 31/10/1965.
- Augusto Ortega Rodríguez. "La Rerum Novarum". El Gráfico, Caracas, 12/12/49.
- "Jesús Faría pregunta: ¿A la derecha de quién estaría yo?" Deslinde, Caracas, 15/06/69. 
- Guillermo Luhe. "Sacerdotes solidarios con la lucha del campesino de Carora". Semanario COPEI, Caracas, 16/07/70.

Reproducción: Zapata. El Nacional, Caracas, 21/09/1976.

domingo, 29 de marzo de 2015

AL INICIARSE LA SEMANA SANTA

ETAYS
Luis Barragán


Hay motivos para reivindicar el derecho al optimismo, a pesar de las circunstancias.  Huelga comentar sobre la crisis espiritual de los venezolanos, apuntando a los caminos que llevan a la Pascua de Resurrección.

Uno de ellos, abierto por los Ejercicios de la Vida Corriente que nos legó San Ignacio de Loyola, promovidos y realizados por el Padre José Martínez de Toda (SJ), desde la histórica  Iglesia de San Francisco, ya no tan céntrica para la Caracas extendida, donde convergen feligreses de todos los puntos cardinales de la agitada ciudad.  Fruto de jornadas anteriores, los ejercitantes prosiguen sus esfuerzos  a través de “En Todo Amar y Servir” (ETAYS), agrupación que tiende a profundizar una experiencia de vida que se realiza y explica a través de la cotidianidad imposible de falsificar.

De  gratificante humildad, el encuentro de la oración consecuente tiene por mejor aprendizaje el confiado diálogo con Dios, tendiendo la mano al prójimo a la vez que atendiendo la propia y muchas veces difícil interpelación que ayuda a despejar el camino.  No tratamos de una logia sobrevenida de santurrones de seguro golpe en el pecho, sino de un extraordinario compromiso – siendo necesario subrayarlo – en la Venezuela que, por momentos, simplemente no se compromete hastiada, condicionada y fatigada por la creciente descomposición del discurso político.

Varias facetas observamos durante los meses de ejercicios ignacianos que nos correspondió hacer, desafortunadamente inconclusos en sus últimas semanas, debido a nuestro particular oficio. Deseamos resaltar la asistencia voluntaria al encuentro semanal de la comunidad que evaluaba el diario ejercicio personal  de los participantes; la comprensión sacerdotal y la de los llamados “acompañantes”, quienes – por su paciencia y habilidad – nos orientaban, cuales psicólogos inspirados por el Espíritu Santo; las visitas a hospitales, o el almuerzo compartido con los más pobres que pasean sus angustias por la calle, añadido el talento pedagógico de los ponentes. Sin embargo, hay un aspecto que, nos parece, rápidamente contrasta con la estridencia de las entidades de diferente naturaleza que se cotizan en la sociedad o en la gran prensa, sea de gobierno o de oposición: ETAYS, por creer en lo que hace, sortean las dificultades haciendo lo que cree.

ETAYS tiene poco tiempo de creado y, aunque  no pertenecemos formalmente al grupo,  buscando el tiempo necesario para merecerlo, la sola voluntad de caminar hacia la Pascua de Resurrección, a través del otro y de los otros que permita  afianzar el mensaje de los Evangelios, nos habla del indispensable compromiso para superar la crisis espiritual que afrontamos. Compromiso que, en otros ámbitos, requiere de un decidido testimonio: podemos aseverar que los aludidos ejercitantes, por la modestia que los caracteriza, al organizarse y perseverar, aleccionan a un país que, aún en el extremo de la incredulidad o del escepticismo religioso,  urge de los principios y valores cristianos que iluminen su tránsito.

Fotografía (ETAYS):  Al iniciarse la Semana Santa, reparemos en las alternativas que la propia sociedad da para superar nuestra crisis espiritual. El Padre José Martínez de Toda (SJ), en fecha reciente, con los participantes activos de los Ejercicios para la Vida Corriente.

Fuente: http://www.noticierodigital.com/2015/03/etays/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1082166

EL DIVIDENDO POLÏTICO POR EMPEÑO

La conciencia de la lealtad
Luis Barragán


De sorprendente precisión de fechas, horas, nombres y circunstancias, el entrevistado deja su versión de los hechos: “La conciencia de la lealtad. Confesiones del general en jefe Jorge Luis García Carneiro, sobre el golpe de Estado en Venezuela de abril de 2012” (Editorial Metrópolis, Caracas, 2014), prudentemente interpelado por Andrés Ramón Giussepe Ávalo. Importa y mucho que los actores del drama venezolano de década y media, en ambas aceras, dejen su testimonio para la inevitable polémica de las décadas por venir.

E, igualmente,  importa una inicial aproximación a la obra que sugiera una más equilibrada y templada reflexión posterior, independientemente de la adscripción política e ideológica de un referente de principios de siglo, por lo menos, en la corporación castrense. Y esto, a pesar de la frecuente apelación que hace a las consignas, ajustándose a la versión oficialmente consagrada, teñida de la consabida propaganda, que nos habla más del estudio de un cuestionario previo que evitó  el riesgo de un intercambio inmediato y espontáneo.

Llama la atención el meticuloso relato de las vicisitudes de un oficial de alto rango que debió moverse en el desarrollo de un (contra) golpe de Estado, al relacionarse con sus colegas, disponer de la movilización de recursos, acceder a Fuerte Tiuna,  lidiar con la red interferida por el adversario,  aplicar el Plan Ávila bajo su responsabilidad, hasta destacar la importancia  del Libro de Ronda (108),  detallar su oficio militar (193), invocar ciertas habilidades políticas (78, 110), o dibujar el ambiente deliberativo de los altos mandos militares (123).  Además de cotejar los elementos de convicción que le asisten, respecto a los esgrimidos en el informe final de la comisión especial del parlamento que ventiló tan inusual acontecimiento, añadido el voto salvado de la bancada opositora, por cierto, todavía pendiente una Comisión de la Verdad tal como universalmente se entiende, resulta inevitable dudar de la tarea de los llamados defensores de Puente LLaguno que “pasaron a la historia” (73), la exclusiva alineación de los francotiradores con la Policía Metropolitana (67), al igual que otros aspectos como el de la invención de los vínculos del gobierno venezolano con la guerrilla colombiana (44),  la traída del homicida Joao de Gouveia por los ocupantes ulteriores de Plaza Altamira (29) o, en general, la prédica soberanista, mientras el entrevistado atendía e informaba al embajador cubano en medio de  los sucesos (125 s.).

El capítulo de abril de 2002, por consiguiente, no está cerrado y, aunque ya ha alcanza el terreno propio de la inquietud histórica, siguen el empeño del dividendo político. García Carneiro refiere que las nuevas generaciones no comprenden cabalmente aquellos eventos que ilustran una de las mayores violaciones de los derechos humanos en medio siglo, pero – incurriendo en un exabrupto – afirma que ahora “se la pasan protestando, guaribeando, en defensa de los intereses extranjeros” (31, 111).

Sociológicamente, luce interesante que la amistad personal, aún de larga data, no constituya garantía para el ascenso político, pues, conoció a Chávez Frías al comenzar sus estudios en la Escuela Militar (110), por ejemplo, y fueron numerosos los oficiales de más modesto rango los protagonistas de su regreso al poder (127), quienes luego alcanzaron elevadas posiciones, realizándose profesionalmente, como no pudo buena parte del elenco que respaldó abiertamente la intentona de los noventa y arribó por primera vez a Miraflores, en el siglo XX.  Inferimos, los regímenes de larga duración saben de un duro proceso de selección, ofreciendo oportunidades para la comprobación de lealtades. 

Nos permitimos dos notas complementarias: una, de tristeza por la denuncia de un atentado contra la vida de García Carneiro que incluyó la colocación de explosivos en la tumba de la madre que tanto quiso (22, 165 ss.). Y, la otra, anecdótica, ya que vistieron a los celebérrimos “paracachitos” con la indumentaria de la familia del general Manuel Rosendo (158).

Fuente: http://www.diariocontraste.com/de-un-triste-espectaculo-por-luis-barragan-luisbarraganj%E2%80%8B/

TESTIMONIO AJENO

Mi testimonio
Luis Barragán


Apenas ahora, iniciándose la Semana Mayor, hemos tenido la ocasión de leer “Mi testimonio” de Juan José Caldera (Los Libros Marcados, Caracas, 2014), gracias al amable préstamo de Iván Colmenares. Prologado por Rafael Tomás Caldera, quien sugiere la existencia de “caudillos civiles” (7),  rápidamente transitamos el largo itinerario político de un referente inevitable de la Venezuela contemporánea, que – a modo de ejemplo – se vio forzado a allanar la Universidad Central de Venezuela para inmediatamente restablecer su autonomía (124 ss.), por cierto, provechosa para los más vehementes detractores que hoy la acorralan; demostró agudas y firmes habilidades políticas al gobernar en dos oportunidades, negada en ambas una mayoría parlamentaria; relevó al alto mando militar en una riesgosa  y afilada circunstancia (158), aunque hizo de los estudios de opinión una razón de principios para aspirar a la segunda candidatura presidencial (152), o privilegió a su hijo coordinador del principal partido de gobierno (176), en lugar de las consultas regulares que hacía con la dirección colegiada del que fundó al ocupar Miraflores por primera vez. Vale decir, apunta a situaciones muy concretas y visibles que, susceptibles de una polémica a la que no se teme, contrasta con el burdo panegírico en boga.

Quizá porque pertenecimos a otra tradición militante en la democracia-cristiana venezolana, fueron excepcionales las veces que accedimos a Rafael Caldera, quien infundía un respeto reverencial ahora poco visto. Tuvo razón – nos enteramos – el profesor que desaconsejó al doctorando empeñado en realizar la tesis sobre el yaracuyano, pues, el nivel académico en cuestión requiere de la larga madurez que el tiempo concede, a la luz de los documentos y reflexiones que previamente lo faciliten, pero no menos cierto es que éstos tardan demasiado en aparecer con la consistencia de una obra muy bien escrita, como la de Juan José Caldera.

El viejo Caldera exhibió credenciales que actualmente extrañamos, dirimidas por la instantaneidad mediática que dice relevarlos de la añeja profundidad que conoció a través del sostenido testimonio, preparación, motivación y experiencia que lo autorizan – digamos – históricamente.  Distintas vicisitudes tejieron su trayectoria pública, siendo difícilmente refutable su vida personal,  desde el recio activismo gremial y político de un estudiante de excelente promedio (152), estigmatizado por la célebre visita que le hizo – junto a otros imberbes compañeros – a Leoncio Martínez (65 ss.), asediado al ingresar apenas al cuerpo docente de la universidad que lo formó, dictando una cátedra que culminó con la jubilación; obstaculizado el ejercicio de una diputación que no se dejó escuchar en la famosa reforma de la ley petrolera de 1943 (42 ss.); cumplida la prisión que le permitió leer completamente la Biblia (30 s.); fundido con el partido que ayudó tanto a crear y que, muy luego, compréndase de una forma u otra, abandonó.

El autor de marras, sustentado en los archivos muy bien organizados del padre, entendemos, que incluye hasta la lista de los hijos y mujeres que cuidadosamente llevó Juan Vicente Gómez (Manuel Caballero: “Gómez, el tirano liberal”, Monte Ávila Editores, Caracas,1994: 30), apenas evoca algunos documentos inéditos, como el primer discurso público del viejo, de grata y fácil recordación para sus hijos (41);  la diaria anotación que llevó de su juvenil e importante cita de Roma (54 ss.), aunque no ofrece detalle alguno de la discusión;  de la carta privada de Rómulo Betancourt para Eva de Liscano (91), o la de Rafael Caldera para el líder arubeño Henny Eman sobre COPEI (155).  Presumimos que el Presidente Caldera concibió y redactó sus memorias políticas, siendo tan ordenado y meticuloso, añadida la publicación de sus archivos, pero también instruiría sobre la mejor ocasión para ello, imponiéndose la necesaria prudencia de los herederos que guardan y custodian tan valiosa documentación, conformes con dejar sus testimonios – que, sistematizando las fuentes conocidas, es el del padre – tal como constatamos con el trabajo de Rafael Tomás Caldera para la meritoria compilación de “La Venezuela perenne. Ensayos sobre aportes de venezolanos en dos siglos” (UPEL, Caracas, 2014: 247-268). Por lo demás, recordemos, el mandatario nacional gustaba de escribir sus propios discursos (175), por lo que abundarán las piezas manuscritas o mecanografiadas que esperan los historiadores con paciencia.

Inevitable mención, Juan José Caldera revela la inexistencia de un proyecto constitucional que el propio Chávez Frías admitió (97). Habrá otras y extensas vicisitudes que nos debe el autor, pues, también ocupó la escena política cuando Venezuela abrió improvisadamente las puertas del siglo XXI, apostando por el bueno a conocer de hacer caso a la sentencia popular.

Fuente:
http://opinionynoticias.com/opinioncultural/22146-de-qmi-testimonioq

CUALQUIER BOCA, ES DE CAÑÓN

Los abajo-firmantes
Ox Armand


Lamentablemente, no consigo el viejo artículo de prensa de Joaquín Marta Sosa sobre el abajo-firmismo. Posiblemente, pertenece a aquella etapa inmediatamente posterior a su exclusión de COPEI, tras el escándalo en torno a su nacionalidad, en la que hizo estupendas crónicas de  sociología política que, de un modo u otro, nunca abandonó. El caso es que el apoyo por escrito a una determinada postura, revelador de la firme convicción de los suscriptores, colocados en la prensa como aviso pagado, fiado o gratuito, fue y siempre será un género relevante de la mensajería que no espera a las declaraciones, mítines y otros saraos que ahora se estilan. De estirpe consagrada, hablaban menos las emociones y más las razones que interesaban a determinados e ilustrados sectores, como ahora no lo demandan siquiera las volátiles clases medias que hoy se convencen que no tienen vida al amparo de un régimen que esguazó sus niveles de vida hasta lo indecible. Por lo general, surgía el documento que, en proporción a los participantes, podía sufrir escasas modificaciones sobre el fondo y, excepcionalmente, la forma: a mayor número de firmantes, la pieza se convertía en un mero y comprensible acto de adhesión, susceptible de ulteriores elaboraciones que le dieran una superior especificidad al tema ventilado.  Sin embargo, creo que a esto se refería el poeta hoy numerado en la Academia de la Lengua, el medio sufría de severas distorsiones, porque la sola rubrica decía relevar de toda actividad política concreta al concursante, convertido el documento en un inagotable ejercicio retórico al que perfectamente podía sentirse ajeno el suscriptor a la larga, evidenciando no pocas contradicciones. Además, el nombre más modesto podía hallar cupo en el elenco de los más reconocidos, trastocado el apoyo en un afán de vanidad para los tiempos en que los no resultaba indispensable el número de cédula de identidad, ni siquiera para un nombramiento en Gaceta Oficial, ni había la posibilidad de los actuales portales digitales que, agringados, tampoco lo exigen.

Por supuesto, la difícil posibilidad de publicar los avisos en la prensa (sea convencional o no), por los costos que implica, ha reducido el abajo-firmismo. Aunque (es bueno decirlo) el analfabetismo ideológico y político reinante, no lo espera porque el espectáculo es sólo emoción y la razón raras veces es bienvenida en esta forma (y fondo) que adquirió la discusión de los asuntos públicos en el siglo XXI que una vez esperamos tanto.  Desde la tristemente célebre lista de Tascón, constituye un riesgo añadirse a documentos que, mediata e inmediatamente, atan la suerte personal hasta de los más distraídos curiosos.  Vale más esconderse con pseudónimo, monitor y teclado en mano para hacer oposición o apoyar al régimen, por si acaso pasa, que estampar nombre, apellido y número de cédula en lo que literalmene puede resultar la rifa de un destino desgraciado, ya que no hay reales suficientes ya para irse ni a la cercana Panamá a ensayar otro futuro. La decadencia del género, salvo dos rigurosas excepciones, sabe también de las deserciones, pues, nos enteramos y el propio afectado lo aclaró (o dijo aclararlo), en nombre del equilibro y los buenos modales, que jamás había autorizado estampar su firma en un texto del que renegó, asomando otra modalidad para la captación de los firmantes: pocas veces, realmente firman siendo suficiente el consentimiento telefónico (por una llamada, un pin o un whatsapp) que procura una persona amiga o cercana. Es preferible el garabato al pie que el compromiso moral a distancia. Eso ocurrió con uno de los documentos de la llamada Salida, configurando la primera de nuestras excepciones. Entre otras iniciativas acaso de menor jerarquía, muy distintas a los remitidos de súplica, más que de  advertencia, que publican los gremios empresariales al gobierno (aunque algunos todavía lo hacen para salvar su responsabilidad) fueron hasta hace poco frecuentes los textos (ciertamente arriesgados) que tuvieron por soporte a ciudadanos con nombres y apellidos completos, culminando en un Llamado para la Transicion que, por suficiente y convincentemente representativos, firmó la trilogía del mal (de verdad, verdad para el gobernó) conformada por María Corina, Ledezma y Leopoldo. La otra excepción es la carta promovida incansablemente por el gobierno de Maduro.

Suele ocurrir, sin respuesta real y concreta a la amenaza de un decreto como el de Obama, cernido sobre sus más altos funcionarios, el gobierno ideó una carta pidiendo su derogatoria. Ejemplificado el abajo-firmismo en su mejor y útil empleo, así como pasó con los que solicitaron apoyo para una constituyente, la recolección da ocasión y trabajo para una campaña de actualización (esto es, para sostener la visibilidad, dejando constancia de la existencia de los litigantes más que del litigio político), a falta de actos, iniciativas, diligencias, eventos, acontecimientos cónsonos o correspondientes a lo denunciado o solicitado. Lo que importa es mantener en pie la motivación que se disipa y, esta vez, como en las mejores épocas del bloqueo padecido en Cuba, hay que movilizar a todo el Estado e invertir sus ya precarios recursos para lograr un número de firmas que, por cierto, colocó la canciller Rodríguez en diez millones, tal como diez millones eran las toneladas de azúcar o los votos a los que aspiraron Fidel y Chávez sugiriendo un interés cabalístico al asunto. Escuelas, ministerios, cámaras municipales y hasta la Asamblea Nacional, son escenarios indispensables para pedir la rúbrica y, mucho mejor, someter al escarnio público al que se niegue. La inverificable cifra, presta para la adulteración,  dará oportunidad para las más curiosas escenas, mientras que la población calla, aparentemente resignada, en las colas que (¿era necesario el control biométrico) prometen un insumo indispensable a cambio del número de cédula. Por lo visto, el abajo-firmismo pica y se extiende, en la acalorada versión de un gobierno que tiene un partido de forzados militantes de circunstancias.  Pero cualquier estudiante de derecho puede acudir al famoso libro de Eloy Maduro Luyando (¿seguirá como texto por excelencia en las universidades?) y todo lo que dice sobre la manifestación conciente, voluntaria y convincente de voluntad. Bajo presión, intimidación o coacción esas firmas de la carta para Obama, simplemente no valen. Vale decir, el abajo-firmismo masivo e indiscriminado, es el estadio de completo desprestigio y desaparición del género, porque el miedo no basta para sostenerlo viendo en un trípode (por decir algo) el cañón de un arma.

Fuente:
http://opinionynoticias.com/opinionpolitica/22147-los-abajo-firmantes

DE LA EPÍSTOLA FORZADA

A nadie se le puede obligar a firmar bajo presión y coacción  un panfleto que  releva al gobierno de una respuesta más sobria, sensata y cónsona con las difíciles circunstancias con las que encallejonaron al país

“La recolección de firmas para cualesquiera peticiones ciudadanas, es un recurso legítimo y de marcada tradición que antes privilegiaba el aviso de prensa, pero la forzada suscripción de una carta en la que el Estado emplea descaradamente todos sus recursos, evadiendo los problemas fundamentales del país que lo sufre, constituye una obscenidad”, señaló el diputado opositor Luis Barragán en un encuentro con dirigentes sociales al oeste de la ciudad capital.

“Apelando a todas las fórmulas de coacción, de presión y – sobre todo –  a una inmerecida guerra psicológica que alcanza hasta a los propios escolares,  el gobierno pretende cotizar un prestigio nacionalista que ya inexorablemente lo tiene perdido. Carece de toda validez el logro de una rúbrica mediante el chantaje, principalmente el que aplican a los empleados públicos y a todo aquél que aspire a una dádiva del Estado”.

Finalmente indicó el parlamentario: “Este hecho sin precedentes en nuestra historia, contrasta con la modestia de un documento como el de la Transición Democrática, pues, partiendo de las firmas tan representativas de María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López, inmediatamente recibió el apoyo voluntario y espontáneo de centenares de miles de venezolanos.  Pero otros son los millones de bolívares que el gobierno invierte para una fracasada recolección, cuyos resultados tendrá que inflar para no hacer el ridículo como ocurrió en la Asamblea Nacional, recientemente.  A nadie se le puede obligar a firmar bajo presión y coacción  un panfleto que  releva al gobierno de una respuesta más sobria, sensata y cónsona con las difíciles circunstancias con las que encallejonaron al país”.

Fuentes:
http://www.opinionynoticias.com/noticiasenvenezuela/22138-barragan-qa-nadie-se-le-puede-obligar-a-firmar-bajo-presion-y-coaccionq
http://www.entornointeligente.com/articulo/5459922/VENEZUELA-Barragan-A-nadie-se-le-puede-obligar-a-firmar-bajo-presion-y-coaccion-28032015

¿DE QUÉ LADO ESTAMOS?

NOTITARDE, Valencia, 29 de marzo de 2015
Del Domingo de Ramos a la Pascua (Mc. 14, 1-39)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

A partir de hoy, Domingo de Ramos, los cristianos católicos comenzamos a celebrar y a vivir la Semana Santa, en la que recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, Jesucristo, que resucitó el domingo, el primer día de la semana, como lo dice el libro de los Hechos de los Apóstoles y los evangelios.
Estos días meditaremos sobre la Pasión de Cristo; es decir, su miedo, dolor, soledad y tristeza; recordaremos y escucharemos sobre la forma de su muerte; es decir, como fue crucificado, como se dejó matar para liberarnos de la muerte eterna y el pecado. Sobre todo, meditaremos y celebraremos su Resurrección, atestiguada hoy en su Iglesia, en la multitud de los cristianos esparcidos por el mundo entero que profesan y muestran la realidad de un Cristo que vive, que ha resucitado; porque los cristianos católicos seguimos al Dios de la Vida, no un dios de muertos.
Hoy Domingo de Ramos recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El pueblo que agita las palmas y los ramos de olivos y al paso del Señor que va montado en un burro grita: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. “Hosanna al Hijo de David”. Así comienza la semana de la Pasión de Nuestro Salvador, con un pueblo que lo alaba, pero será el mismo pueblo del Viernes Santo, que manipulado por las autoridades judías, gritará que lo crucifiquen. Que en este día salga de tu corazón un grito de fe que te haga tomar conciencia de lo que Dios ha hecho por ti y por toda la humanidad.
El Jueves Santo se recuerda aquel Jueves de la Última Cena en que Jesús instituyó la Eucaristía, sacramento que alimenta el alma y da vida, signo real de su presencia en medio del mundo. Su Cuerpo y Sangre que se convierte en fuerza para alcanzar la vida eterna. También aquel Jueves Santo, Jesús instituyó el Sacerdocio, delegando en sus apóstoles y a través de ellos a sus sucesores la misión de llevar la Buena Noticia de la salvación al mundo entero; de hacer cercana, real, la gracia de Dios a cada hombre por medio de los sacramentos.
Por tanto, desde aquel día el sacerdote representa a Cristo. Un Jueves Santo, Cristo nos dejó el mandamiento del amor, que horas después certificará y ejemplificará con su entrega total; por tanto, el amor pasa por el servicio y la entrega a los demás; así como Él lo expresó en el lavatorio de los pies, como muestra de servicio, de humildad y amor. Que en este día entiendas que el cristiano es grande cuando ama y sirve a sus hermanos; no cuando los tiraniza, humilla o desprecia. Cuando se ama a Dios sobre todas las cosas y cuando se ama a si mismo también es grande el cristiano.
El Viernes Santo es el día que se recuerda el “via crucis” (vía de la cruz) del Señor; día en que recibe en su espalda el odio de una humanidad pecadora, que es indiferente a Dios; día en que es coronado de espinas, recibe insultos, salivazos, es desnudado y crucificado como un criminal, rodeado por delincuentes. Día para meditar en cuanto nos ama Dios que ha sido capaz de entregar a su Hijo para que muriera en la cruz y así vencer a la muerte y el pecado y el hombre tenga vida eterna, vida sin fin. Domingo de Resurrección que se comienza a vivir en las vísperas del Sábado de Gloria, porque en la madrugada de aquel día, Cristo resucitó.

Por eso, la Iglesia y toda la humanidad canta en este día el gloria, el aleluya, porque Cristo está vivo, ha resucitado, porque venció para siempre la muerte y el pecado. Día de alegría, porque Dios se ha levantado del sepulcro; día de luz, de amor. Siente en este día que estás llamado a la vida, a la trascendencia; celebra el vivir, la esperanza, porque después de la muerte viene la resurrección. Día de vida que disipa el miedo y nos convierte en testigos de un Dios que vive y nos ha abierto las puertas del cielo.
Ida y retorno: Desde ya felicito a mi arzobispo Reinaldo Del Prette y a todos mis hermanos sacerdotes, porque el Jueves Santo celebraremos el día del sacerdocio. Que Jesucristo, El Buen Pastor, nos regale un corazón como el suyo, lleno de amor, misericordia, bondad, mansedumbre y comprensión; que nos ayude a estar cerca de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados. Que nos regale en esta Semana Santa los dones que necesitamos para seguir siendo en medio de nuestras comunidades y servicios pastorales, testigos de su amor y de la Buena Noticia del Evangelio.
Gracias a todas las comunidades parroquiales, a todos los fieles laicos que con tanto cariño, entrega y fe, sirven y apoyan a sus sacerdotes y los acompañan en la misión evangelizadora. Hoy, más que nunca, necesitamos que la Iglesia de Cristo lleve la alegría del Evangelio por todas partes. Bendecida Semana Santa para todos.
Ilustración: Carl Heinrich Bloch, “Peter’s Betrayal”.

Puede verse a Dumont, en un interesante texto publicado en: http://mariafsigillo.blogspot.com/2013/03/domingo-de-ramos.html

NOTA LB:  Creación y audacia, signo del arte. Irreverencia, señal de innovaciones. Museo a la mano, en la red hemos visto las más disímiles interpretaciones, pues, el arte - se nos antoja - cambia con ellas, compendiándolas. Lo que ayer pudo ser ofensivo, ahora no lo es (y viceversa). Olvidando el nombre del escultor, ha estado Jesús frente a un pelotón de fusilamiento. Norton Maza lo escenifica con una pistola en mano. Claro está, hallamos la delgada línea entre una legítima interpretación y la obscenidad descarada que lo emplea para el perfomance - incluso - sexual portador de una versión de destructividad deliberada. Está la mano con la acostumbrada señal que, por azar, una vez encontramos googleando en la búsqueda de una pieza adecuada. Está la delgada línea: ¿en cuál de sus lados pisamos?

HACER LO QUE SE DICE

EL NACIONAL, Caracas, 29 de marzo de 2015
Pedro Trigo: “La penitencia del gobierno: una cura profunda de realidad”
Jolguer Rodríguez Costa 

—¿Qué tan santa es la Semana Santa en Venezuela?
—Sigue siendo santa en el pueblo que acompaña agradecido al Nazareno porque sabe que Él, a su vez, lo acompaña todo el año.
—¿Llevan los venezolanos la procesión por dentro?
—Casi todos, en especial los funcionarios que temen expresarse y mucha gente que piensa que la cosa está demasiado mal para hacer aspavientos.
—¿El punto álgido de la Iglesia?
—Lo ha puesto el papa Francisco: decir las cosas de frente, sin acobardarse y con buen espíritu.
—Autor del libro La cultura del barrio, ¿quién sube más cerro: los curas o los políticos?
—Un sacerdote, desgraciadamente menos que antes, cuando había más comprometidos con la gente popular.
—¿Se ha trastocado esta cultura?
—Sí, el individualismo, la dificultad de la cohesión social y la violencia son el cáncer de la cultura del barrio. Es el empeño por vivir en todas las áreas de la vida a contracorriente.
—¿Cederá el resentimiento?
—La cotidianidad es tan dura que no deja energías para lo que no sea tratar de vivir.
—Autor de más de 50 libros sobre teología, ¿una soberana verdad?
—El país está en cambio acelerado y tiende a escaparse, pero yo percibo esa comprensión apasionadamente.
—¿Qué tiene de profeta?
—Lo que tengo de poeta; es decir, un profetilla menor.
—¿Qué revelan las señales divinas sobre el porvenir?
—Que si no queremos contar con todos, nos irá mal a todos.
—¿El lado sagrado del connacional?
—La conviabilidad y el reponerse de las adversidades.
—¿El obsceno?
—Tender a la viveza cuando el ambiente es de trampa.
—Si Dios fuera venezolano…
—Acentuaría la búsqueda de hermosura y conviabilidad en esta tierra.
—¿Recibe el país una lección o un castigo?
—De ser lección, nos cuesta demasiado aprenderla… Dios no castiga.
—¿Cristo hubiera sido chavista?
—No. Cristo no fue político y no contempla la coacción, sino vencer el mal a fuerza de bien.
—¿Una penitencia para el gobierno?
—Una cura profunda y urgente de realidad.
—¿Otra para la oposición?
—Aceptar que existe el chavismo.
—¿Para toda la población?
—Tomar conciencia de la propia responsabilidad y ejercerla.
—¿Sermón de cura endereza gobierno?
—No suelen parar los oídos a los sermones.
—¿Un sermoncillo a la revolución?
—Qué haga lo que dice.
—¿Incluido su afán guerrerista?
—No, lo original del chavismo de poner en primer lugar al pueblo, para que sea auténtico protagonista y no satélite.
—¿Una amenaza para la humanidad?
—Los grandes inversores que obran como si fueran dioses.
—¿Es Chávez un dios?
—Han tratado de endiosarlo para ampararse en él, en vez de caminar con la propia cabeza y los propios pies. Se estudiará durante décadas como un fenómeno mediático, no como un mesías religioso.
—¿La tentación de un sacerdote?
—Entenderse como intermediario de Dios, colocándose arriba y dejando de ser hermano.
—¿Y los hermanos pederastas?
—Deberían renunciar a sus ministerios y rehabilitarse.
—¿Se autocensura?
—No diciendo lo que pueda ofender.
—¿La pastoral que desea, pero no puede?
—Quisiera que la lectura del evangelio diera el tono de nuestro cristianismo, pero es tan desestabilizadora que no queremos entrar por ella.
—¿Bendeciría una unión homosexual?
—Sí, pero no lo llamaría matrimonio.
—¿Se sintió atraído por una mujer?
—Sí.
—¿Cómo hizo?
—Nada. Si trato de espantarlo se me fija más.
—¿Qué tal las relaciones con la iglesia evangélica?
—Han sido institucionales. Lo más importante en un barrio es que al pastor y a mí nos interesa Jesús de Nazaret. Por eso deberíamos ser amigos.
—¿Cómo ejemplo al gobierno y la MUD?
—Y en el sentido de no haber animosidad ni ver al otro como competidor, sino en el mismo camino.
—¿Quién de los dos tiró la primera piedra?
—La oposición con el 11-A y el paro.
—Por fin, ¿bajó la pobreza?
—Teniendo en cuenta el chorro petrolero sin precedentes ha sido una ocasión perdida.
—¿Supera a un grano de mostaza su fe por la conciliación?
—Apuesto mi vida por ella.
—¿Quién debe poner la otra mejilla?
—Todos y nadie.
—¿Por qué la Iglesia no adversó a la llamada cuarta república?
—Porque estuvo dentro del pacto de conciliación  y bien ocupada en sus compromisos populares.
—¿Una penitencia para los curas chavistas?
—La tendrán cuando acabe el chavismo.
—¿El tiempo perfecto?
—Hoy, que es cuando se nos pide un cambio superador.
—¿El destino de un soberano idólatra?
—Descubrir la vaciedad de su vida, su deshumanización.
—¿Teólogos al poder?
—¡No! Dios no tiene poder para coaccionar. Un teólogo tampoco.
—¿Qué pasaría en Venezuela si gobierno y oposición compartiesen estos días un retiro espiritual?
—Se iniciaría un proceso de concertación, cediendo todos y afincándose en el bien del pueblo.

Fotografía: Alexandra Blanco.

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EL PAÍS, Madrid, 27 de marzo de 2015
TRIBUNA
El nuevo populismo
Los políticos del ‘prime time’ juegan el juego de la televisión, no el de la política
Luis García Tojar 

El filósofo Slavoj Zizek cuenta el siguiente chiste para explicar qué es el populismo. Un tipo busca sus llaves en plena noche debajo de una farola. Alguien le pregunta dónde las ha perdido y dice: en aquella esquina oscura. ¿Y por qué las busca aquí?, insiste el otro. A lo que el tipo responde: porque aquí hay luz. La mayoría de opiniones interesadas en el populismo están reunidas alrededor de la farola, que es la arena política. Repiten que el discurso político ha virado hacia el populismo, o que tal o cual partido es populista, y cada quién culpa al adversario de haber causado el mal con excepción de Podemos, cuya élite asume la etiqueta basándose, al parecer, en la peculiar lectura marxistolacaniana (vivir para ver) de Ernesto Laclau. Los comentaristas proclaman la defunción de la política racional o la aparición de una política para la mayoría. Pero en lugar de otro debate bizantino, me parece mejor preguntarse por qué triunfa el discurso populista, así como a dónde nos puede llevar. Dónde perdimos las llaves.
El populismo es una práctica política que pretende establecer una relación directa entre el pueblo y el Gobierno, deslegitimando cualquier estructura de representación que medie entre los intereses de uno y otro. En un artículo publicado en Political Studies (1999), la politóloga Margaret Canovan invirtió la aproximación típica a este hecho, basada en el recelo, y lo presentó como recurso permanente para articular los dos estilos políticos democráticos: la política “pragmática” y la política “redentora” (una basada en el interés y otra en la fe). Lejos de amenazar la democracia, el populismo resulta necesario para su funcionamiento, según esta autora. No es que populismo y política sean sinónimos, como parece sugerir Laclau, sino que, cuando la gente está harta de votar “lo mismo de siempre”, el discurso populista acumula la indignación que permite saltar del modo pragmático al redentor. Desde entonces, la idea de populismo ha vuelto a las discusiones eruditas vestida con ropa más noble, pero la mayoría de opiniones mantienen la polarización moral. ¿Es bueno o malo?
Dos cosas importantes pueden decirse sobre el populismo que pulula por las democracias contemporáneas; una es evidente y otra no tanto. La primera es que se trata de un fenómeno mediático, muy concretamente televisivo: cuando pensamos en los episodios políticos que consideramos populismo vienen a la cabeza declaraciones a la prensa, frases mitineras, tertulias e intervenciones parlamentarias que hemos visto gracias a la televisión e Internet, ese otro megacanal de televisión, que además permite a los espectadores conectarse entre sí. Sin embargo, puede pasar desapercibido que la estructura de la televisión actual condiciona más que antes la política que se puede decir e impulsa un modo de hacer que desde luego merece llamarse populista, pues pretende establecer esa relación directa entre gobernantes y gobernados, pero que tiene importantes diferencias con el populismo del siglo anterior. Para explicar la principal novedad recurriré a un conocido concepto sociológico.
“La televisión es el caballo de Troya del campo económico en los campos de producción cultural”. Con este galimatías tan suyo resumía Pierre Bourdieu (Sobre la televisión, 1998) las conclusiones de su incursión, por desgracia breve y apresurada, en el estudio sociológico del papel de los medios de comunicación en la configuración del orden colectivo. Quiere decir que, en Francia, la consolidación de un campo periodístico —campo es un espacio cerrado de actores individuales e institucionales, que mantienen relaciones competitivas para obtener un recurso o capital específico— se quebró en los años ochenta por la aparición de las televisiones privadas. Estas consiguieron grandes cifras de audiencia y recursos publicitarios, pasando a ocupar una posición dominante, casi hegemónica, dentro del campo. La banca y la gran industria entraron masivamente en los medios audiovisuales para forjar poderosos grupos de comunicación, que son los que hoy determinan las reglas del juego, y la aparición de un mercado televisivo impuso en todo el campo periodístico una racionalidad externa: “el imperio del audímetro”, es decir, la rentabilidad publicitaria inmediata de cada minuto de emisión. La lógica económica es el criterio dominante y el campo periodístico ha dejado de ser autónomo. O lo que es lo mismo, ya no es un campo. Sin embargo, continúa ejerciendo influencia sobre los demás campos culturales, en especial sobre la política.
Los medios de comunicación introducen una presión constante sobre el campo político. Sus actores principales deben mostrarse de forma continua en la televisión y, dentro de ésta, en el prime time de las grandes cadenas privadas. Pero la televisión no es un escenario vacío, sino que impone unas determinadas condiciones de producción del discurso. A la televisión del sábado por la noche no se va a dialogar (para llegar a un acuerdo) sino a debatir (para vencer al oponente); no a exponer un asunto, sino a exponerse uno mismo como mercancía de consumo. Manda la búsqueda inmediata de audiencia y el político ya no puede reclamar de entrada ningún estatus de superioridad moral, más bien al contrario. Los políticos que triunfan en el prime time lo hacen porque juegan el juego de la televisión, no el de la política. Hillary Clinton perdona a su marido infiel, Tony Blair revela su crisis de fe, Cristina Kirchner lleva el luto ante su pueblo, Barack Obama baila con Michelle sobre el escudo de Estados Unidos. Todos representan un lado humano (puede haber impostura o no, pero desde luego hay interpretación) con el que conquistar la identificación emotiva del espectador.
Las reglas de juego están determinadas hoy por el "imperio del audímetro"
El nuevo populismo vincula a gobernantes y gobernados como personajes y espectadores de una tragicomedia. Y la televisión propicia estas operetas porque obtienen audiencia, son rentables. El resultado es la teatralización de la política, que es populismo porque deslegitima las instituciones de representación (partidos, Parlamentos, etcétera), pero en un sentido importante se distingue del modelo clásico de un Perón o, más recientemente, un Chávez.
No es sólo que el nuevo populismo sea televisado: es que el campo político y el periodístico han perdido el monopolio de los medios de producción del discurso que define qué es lo real. Sus respectivos lenguajes se definen ahora según una lógica externa, el plató de televisión y su rey absoluto, el audímetro. El viejo capital político cotiza ahora en puntos de share. Y esto tiene consecuencias saludables y patológicas. Por eso tienen razón quienes ven en este fenómeno una vulgarización de la política y también quienes celebran su democratización, aunque el demos al que se refieren los optimistas ya no sean ciudadanos, como afirma Bernard Manin en Los principios del gobierno representativo (1998), sino audiencias cuyo único derecho político es destituir a una élite gobernante cada cuatro años.
Si Canovan tiene razón, el actual auge del populismo indicaría que estamos cada vez más hartos de una política funcionarial, limitada a administrar lo que hay. Si la tiene Bourdieu, significaría que la televisión ha conquistado los campos político y periodístico para someterlos al principio de la rentabilidad comercial, con lo que la supuesta redención política quedará en mercantilización del descontento social.
Sería deseable que nuestros medios de comunicación aumentasen los contenidos dedicados a la comunicación política. Programas y secciones donde se analicen técnica y críticamente los mensajes que los políticos dirigen a la sociedad, y viceversa, porque es evidente que ambos tienen cada vez más problemas para entenderse. El teatro clásico llamaba parábasis al descanso en que los actores abandonaban la escena mientras el coro dejaba las máscaras y comentaba con el público asuntos que no tenían que ver con la trama. La política y el periodismo necesitan con urgencia actores que se atrevan a quitarse el disfraz y revelar el artificio escénico al que les somete la televisión. Sólo así, y sólo tal vez, la audiencia será ciudadanía.
(*) Luis García Tojar es profesor de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid.

sábado, 28 de marzo de 2015

BITÁCORA


Hace poco, recibimos un inusual mensaje de texto: "@MCEFM # OrgulloDeSerMirandino HOY # 28MARZO natalicio de Fco de Miranda Gran Procer, Precursor y Venezolano Universal por su legado y lucha, hoy reafirmamos nuestro compromiso con Venezuela, viva MIRANDA!Atte.@JonathanPatti". Inmediatamente, recodamos la ilustración recientemente escaneada y, por supuesto, la obra de Giovanni Meza Dorta ("Miranda y Bolívar. Dos visiones", Caracas, quien definitivamente nos puso en síntonía con el extraordinario venezolano. Huelga comentar sobre la autoría de los trazos.

LB 

viernes, 27 de marzo de 2015

VISITANTE

El Nacional, Caracas (fecha traspapelada).

ACOSO

SOL DE MARGARITA, 25 de marzo de 2015
El acidito
El "bullying" en la política
El acoso escolar o como se conoce en inglés "bullying", es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso.
Reinaldo Silva 

El acoso escolar o como se conoce en inglés "bullying", es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. El acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente). El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas; es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana.
Suelen ser más proclives al acoso escolar aquellos niños que poseen diversidad funcional, entre las cuales se pueden contar el síndrome de Down, el autismo, síndrome de Asperger.
En el plano político tampoco se escapa a esta situación. Por lo general las personas que tienen alguna limitación, defecto o síntoma similar somos menospreciados y tenemos que luchar más que los demás para poder cumplir nuestras metas u objetivos, o poder sobresalir de alguna manera, no importando la preparación que el individuo tenga, y para que se le dé la oportunidad de demostrar que puede ser igual o incluso mejor que muchos, le cuesta demasiado y hay quienes sucumben y prefieren mantenerse en el anonimato para no ser menospreciados públicamente o criticados con muy fuertes cuestionamientos. Eso lo vemos en la política con mucha frecuencia, donde a los ciegos algunos los menosprecian porque no pueden ver la realidad de lo que está ocurriendo, pero estos desarrollan el resto de los sentidos más que otra persona y escuchan los distintos análisis, otros aprender a leer con las manos y les asombrará lo que aprenden estos ciudadanos, de los cuales he tenido formidables experiencias como profesor universitario; los mochos se valen de sus extremidades sanas para subsanar las debilidades de las que le faltan; los gagos somos el hazme reír desde que entramos a la escuela y para silenciar las burlas tenemos que esforzarnos y ser mejores que los demás; eso me pasó en la escuela y siempre fui uno de los mejores estudiantes; en la universidad en mi primera carrera de Contaduría Pública, al momento de escoger quien hablaría en nombre del curso peso más la posición de una minoría que decía que los podía hacer quedar mal; cuando me gradué de Abogado pasó algo similar, pero fui el primero de la promoción de toda la universidad con el mejor índice académico y no me pudieron quitar ese derecho porque estaba establecido en el reglamento de la universidad, y según los críticos ha sido el mejor discurso que se ha dado en esa casa de estudios.
En el ámbito político igualmente hay quienes maliciosamente tratan de evitar que hablemos en público; pero la perseverancia y mirar siempre hacia adelante con paso redoblado nos hace abrirnos caminos que muchos intentan cerrar con todo tipo de obstáculos, pero, el hombre es del tamaño del compromiso que se le presente. Por eso mi llamado a quienes se encuentren en estado de minusvalía a seguir avanzando sin escuchar las críticas y les aseguro, ¡Vencerán!

DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LAINFORMACIÓN

EL NACIONAL, Caracas, 27 de marzo de 2015
Escenarios del caos
Marcelino Bisbal

I
Las noticias se suceden una tras otra. No hay tiempo, ni tranquilidad, para digerirlas. Cuando queremos profundizar y llegar hasta el detalle del hecho, ya viene inmediatamente otra información que arropa a la anterior y nos olvidamos de la primera y pasamos a la siguiente. Es como un torbellino ante el cual no hay resistencia posible. Un torbellino noticioso. Cada día, sin exagerar, hay una construcción informativa del país, de su gobierno, de los problemas que nos aquejan a los venezolanos. Porque, como dicen los estudiosos del tema: los acontecimientos sociales existen solo en la medida en que los medios de comunicación los constituyen como tales. La información, convertida en noticia, transforma los sucesos en hechos públicos abiertos a la discusión, a la interpretación, a la toma de posición.
II
Hay quienes dicen que el país actual se parece a una telenovela, es decir, a un melodrama televisivo. Un  melodrama que cuenta lo que está pasando en la vida o algún aspecto de ella, pero dramatizándolo, exagerándolo. La telenovela convierte algún aspecto de la vida diaria en una experiencia cultural individual y familiar. Si la información es una estrategia de comunicabilidad, la telenovela como género también goza de ese privilegio.
III
Ni en los procesos de construcción social de la información, ni en la puesta en escena de las telenovelas a través de la dramatización se da la objetividad. Esta es un mito. Tanto el melodrama televisivo como la noticias son productos del proceso de elaboración de quien ejerce el oficio; bien del periodista o del escritor de televisión. Lo que leemos en la prensa, lo que escuchamos todos los días a través de la radio, lo que vemos en las pantallas del televisor, o ahora lo recepcionado por intermedio de eso que llaman los nuevos medios –producto de Internet y de las tecnologías digitales– solo existe en la medida que esos profesionales lo elaboran o lo resemantizan simbólicamente.
IV
Aquí, los últimos acontecimientos ocurridos en nuestro país. Veamos cómo ha sido la producción noticiosa de la muerte del señor Rodolfo González, a quien el presidente Maduro llamó el Aviador y que en cadena nacional, sin que mediara ninguna prueba tangible, solo la palabra de eso que llaman “un patriota cooperante” (un sapo, como decimos en criollo) que nadie conoce, lo acusó como “uno de los cabecillas del golpe de Estado que se estaba fraguando el pasado 12 de febrero (2014)”.
No hubo cadena nacional para referirse al trágico hecho. Los medios gubernamentales no emitieron titular alguno. Silencio. Por lo tanto, para el gobierno el hecho no ocurrió. Por otra parte, un sector de los medios privados, hoy autocensurados, fueron asépticos; es decir, no identificaron en el relato las causas de lo ocurrido. Postura aparente de neutralidad frente al suceso que se informa.
Otro hecho informativo. En este el gobierno sí intervino informativamente hablando, y lo sigue haciendo, de manera afanosa. Discursos que van, vienen,  y que se repiten. Frenesí antimperialista. Se trata del decreto firmado por el presidente Barack Obama imponiendo sanciones a seis militares generales y a la fiscal 20 provisoria (recomendamos la lectura del trabajo de Poderopedia acerca de los sancionados, en Tal Cual  del 14 y 15 de marzo). Discursos inflamados de narrativa nacionalista, patriotera y del “yankee go home!”. El señor Nicolás Maduro, dado a los sobrenombres, llamó al presidente de Estados Unidos “Frankenstein, un monstruo”. Muchas cadenas nacionales se están dando. ¿Cuánto le cuesta al país toda esta telenovela que se ha montado? Por ejemplo, la cadena del 15 de marzo, que duró 1 hora y 58 minutos, se presentó con el rimbombante título de “Unidad nacional contra la agresión imperialista”. Su costo, según Monitor Ciudadano, usando las tarifas de la televisión comercial, fue de 30.235.986 bolívares (unos 5 millones de dólares al cambio oficial de 6,30). También hubo una carta dirigida a Obama, publicada en The New York Times a página completa. Se ha dicho que esa carta/remitido tuvo un costo de 178.633 dólares. Se calcula, según informe de la periodista Gaby Castellanos, que el gobierno se ha gastado, solo en una semana, casi 290.000 dólares en contrainformación del tipo avisos de prensa, remitidos y piezas publicitarias en diversos soportes en medios nacionales.
¿Qué se ha dicho desde Miraflores de los 4.200 millones de dólares depositados en una filial española del Banco de Andorra? ¿Qué se ha informado en cadena nacional, desde el Minci, o desde la Cancillería, sobre los 16.800 millones de dólares que manejaban altos funcionarios y ex funcionarios del gobierno depositados en el Banco de Andorra, en el HSBC (en Suiza) y en el Banco Paravia (en República Dominicana)? ¿Se dijo algo en la Expo Venezuela de Verdad, que se llevó a cabo en el Teatro Fernando Rojas de Madrid? Como dijo Alberto Barrera en el diario El Nacional: “Es mejor hablar de la invasión gringa que de la corrupción bolivariana”. Es mejor seguir hablando de imperialismo que de la inflación que en 2014 llegó casi a 70%, una de las más altas del mundo. Es mejor mantener silencio sobre la caída del ingreso, de la falta de divisas, o de la devaluación de la moneda en 3.823%. Mejor escribir páginas enteras sobre las muertes ocurridas como producto de las intervenciones norteamericanas en nuestra región, que escribir acerca los 25.000 homicidios registrados en 2014 a una tasa de 82 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, como una de las más altas del planeta…
V
A pesar de todas las restricciones a los medios, de la aparente objetividad de algunos que han renunciado a la responsabilidad que implica decir la verdad, a la falta de ética periodística de comunicadores-docentes universitarios que prefieren callar y censurar la información incómoda al poder, a pesar de… los pocos medios que todavía se atreven van construyendo la información del acontecer y de la  realidad cuando hacen un buen periodismo de investigación y cuando informan lo que de verdad está ocurriendo en nuestro país.
Estas escenas del caos, con sus respectivos rituales de la información y del melodrama, en el que está sumido el país pueden significar –en palabras de Monsiváis– muy pronto una fuerza liberadora. Porque la dictadura del des-orden con el que convivimos no puede durar mucho más tiempo.

Fuente: http://www.el-nacional.com/marcelino_bisbal/Escenarios-caos_0_598740292.html

HOSPITALIZADOS

Maduro, ¿cuánto te pagaron?
Nicomedes Febres

* Hago del conocimiento público que nunca he firmado ningún documento de apoyo al régimen, ni en el pasado ni en el presente; y si mañana me informan que los marcianos llegaron ya, tampoco firmaré nada en apoyo a éste régimen. Nunca he tenido el menor atisbo de simpatía por ellos ni me han engañado nunca. No suelo apoyar a corruptos, saqueadores del país, a narcotraficantes ni lavadores de dinero mal habido, matraqueros, torturadores de venezolanos dignos ni asesinos de inocentes, es decir nunca he apoyado a chavistas. Tampoco he recibido dinero de ellos, ni he realizado contratos con el régimen o sus personeros, ni con ningún régimen en el pasado para decirlo de una vez. Por lo que quiero preguntarle al señor maduro cuanto le han pagado los siete destacados corruptos y criminales, casi todos guardias nacionales, para que los defienda como los defiende, tratando de hacer de ellos unos paladines del país cuando están acusados de delitos horrendos contra la humanidad. No creo que el señor Obama, de quién no soy simpatizante, ha ofendido al gentilicio venezolano ni a Venezuela y solo persigue con razón y pruebas en mano a esos malandros que prevalidos de su vinculación con el gobierno, le han robado parte del dinero de los venezolanos que lo necesitan para comprar comida y medicinas, para dotar a escuelas y hospitales, para reparar el servicio eléctrico y la vialidad, para mejorar la seguridad pública y mejorar el salario de los profesores universitarios y maestros. La verdadera pregunta que debe responder el señor maduro es que se hizo el más de un millón de millones de dólares que se han dilapidado en estos años. Esa pregunta es extensiva al poder moral y al tribunal supremo de justicia a través de este tiempo de ignominia del país y de los delitos que han encubierto a lo largo de todos estos años.
* El caso de Daniel Ceballos es más fácil de entender que pelar una mandarina; consiste en dejarlo preso para que salga libre una vez que sea electo diputado popular después de una campaña cojitranca desde la cárcel. Pero la verdadera razón en impedirle a Leopoldo utilizar la misma vía para salir libre con el ridículo argumento de que carece de derechos políticos, pues a él le han conculcado esos derechos políticos. Luego la malandra fiscal y las joyas del tribunal supremo con voz engolada dirán que no se trata de persecución política, sino “miren como al señor Ceballos, lo eligieron y el Estado no tuvo problemas en reconocerlo”. Las leyes, como las prostitutas, siempre sirven para todo.

Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10205789661481502&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=1&theater

Rumores y más rumores
Nicomedes Febres

* El ominoso silencio del liderazgo opositor tiene algunas razones, la más importante de ellas es la ausencia de vehículos de comunicación del liderazgo con la sociedad y las infinitas manipulaciones a los que están sometidos los dirigentes por los diversos grupos de presión y que ellos no pueden denunciar. No niego que alguno este anteponiendo sus intereses personales o grupales a los intereses generales del país como el del secretario de organización de uno de los partidos de la alianza que está tratando de meter a la querida en una circunscripción salidora, lo cual es una canallada. Por ejemplo, para nadie es un secreto que se necesita la revitalización de Acción Democrática para desgastar más al psuv, pero el liderazgo de Henry Ramos luce endeble tras su estrepitoso fracaso en El Hatillo, al imponer a su esposa como candidata, que llegó detrás de la ambulancia. En lo personal me simpatiza Ramos, pero no dejo de reconocer que no ha podido rescatar a A.D. que es un partido que necesita que su gente vaya al gobierno para sobrevivir. Igual sucede con el partido de Rosales que se ha ido desinflando por la poca simpatía que despierta su vocero Barboza, el exilio de Rosales y el fracaso de la generación de relevo encarnada en Pablo Pérez. Lo substantivo sigue siendo rescatar al país y a la democracia. Por eso vaya a esos grupos toda mi simpatía sin que espiritualmente sienta ninguna afinidad con ellos. Ojalá se recuperen pronto y entiendan los cambios que impuso la descentralización a contravía del estalinismo tradicional de la social democracia venezolana.
* Llamativo el incidente de ayer de los motorizados en Petare por el supuesto hecho del secuestro de unos niños. Desde luego, un crimen así merece un repudio general, pero la coordinación de la protesta parece más un ejercicio de provocación del régimen o de un grupo de exaltados paramilitares. Puede ser también una expresión del malestar popular por la pésima calidad de vida que estamos llevando y por la carestía y desabastecimientos que están llegando a niveles nunca vistos en medio de grandes testimonios de la corrupción de la oligarquía gubernamental en el exterior. Pero ningún escenario puede ser descartado. Recuérdense que estamos peleando con malandros. Ellos hacen uso de cualquier cosa y contra ellos todo vale y todo es moralmente lícito.

* Asombrosa la situación de los hospitales de Caracas; que los pabellones del Hospital de Niños estén contaminados por falta de mantenimiento es una muestra de la incompetencia del régimen. Antes, un pabellón se contaminaba por haber operado allí a un paciente con una bacteria muy peligrosa (pseudomona, klebsiella, etc). Se aseaba con Lysol y otros productos, se suspendía su uso por varios días y luego se reusaba. Nunca se utilizan todos los pabellones al mismo tiempo porque puede llegar una emergencia imprevista que necesita ser operada de urgencia. Maduro cayó allí en una situación digna del absurdo; si operan a un niño y se muere de infección, se muere por culpa de maduro, y si se muere de mengua porque los pabellones están cerrados, es también culpa de maduro. Por otro lado, en otros hospitales están cerrados los pabellones por falta de equipos de anestesia y no sé si el Hospital Vargas sigue cerrado por remodelación, lleva más años en eso que lo que duró la construcción del hospital a fines del siglo XIX. Aparentemente todo es un problema de pago de comisiones y pagos a los contratistas. Antes, cuando vivíamos en democracia nunca sucedió eso y si la situación de atención era precaria, la Presidencia o el Ministerio del Interior, a exigencia del Ministro de Sanidad, sacaban de la partida secreta el dinero para solventar el problema. Nunca se podrá resolver los problemas de la salud, si las autoridades no tienen liderazgo intelectual, profesional y moral que permitan gozar de la confianza del colectivo de salud. Hoy a los ministros de salud, maduro ni les atiende el teléfono, ni los subordinados tampoco. La foto es del hospital Vargas

Fuente:
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10205783383524557&set=a.2324650196458.132741.1255727869&type=1&theater
Fotografías: NF, excepto la del Hotel Humboldt (Fundación Vollmer), publicada en días pasados por: http://cultura.elpais.com/cultura/2015/03/24/actualidad/1427224329_872297.html

¿SALIDA O ENTRADA?

EL NACIONAL, Caracas, 27 de marzo de 2015
La nueva polarización
Andrés Cañizález

Escribo como un ciudadano convencido de la necesidad de cambios democráticos en Venezuela. No creo en soluciones mágicas (hoy vivimos la pesadilla de una solución mágica por la que apostó la mayoría del país en 1998), y la política, en el terreno de la lucha democrática, pasa necesariamente por la construcción de mayorías. Escribo como un ciudadano muy atento a la política sin tener lazos con un partido u organización en específico. Y debo decir que escribo como un ciudadano sumamente preocupado por el devenir de lo que prefiero llamar la alternativa democrática.
La crisis económica, que vivimos agudamente y que según analistas aún se mantendrá con nosotros por un largo tiempo, ha tenido severas implicaciones políticas. El más afectado es el presidente Maduro y su gobierno porque por primera vez se le adjudica responsabilidad directa en el desastre económico que padecemos todos los venezolanos. El discurso manido de la guerra económica no se lo creen ni los chavistas. Hoy el presidente Maduro cuenta con muy bajos niveles de popularidad.
Si viene cayendo la aceptación popular de Maduro y crecen de forma muy importante lo que podríamos denominar el chavismo descontento, qué es lo que está pasando en la acera opositora. Allí viene lo que llamo la nueva polarización. Las contradicciones entre nosotros y aquellos (los buenos y malos, la cuarta y la quinta), a las que tanto apeló en su mejor momento Hugo Chávez, hoy tienen poco sentido para el venezolano común. El descenso del respaldo popular hacia el chavismo ha tenido una lectura errónea en diversos actores políticos de la alternativa democrática, llevando a que la polarización ahora sea entre quienes adversan a Maduro.
Algunas lecturas erróneas del momento actual. Partidos que en el seno de la MUD se aferran a su dirigencia tradicional y amarran unas candidaturas de cara a las elecciones parlamentarias, asumiendo que la debilidad del chavismo les garantiza una victoria así sea con las caras de siempre. Los partidos como AD, Primero Justicia, Copei, UNT, Avanzada Progresista, entre otros, perdieron una oportunidad de oro para darle un mensaje de unidad y cambio al país.
En su momento María Corina Machado, Antonio Ledezma y Leopoldo López con “La Salida” y ahora especialmente María Corina con “La Transición”, quieren hacernos rehenes de sus propuestas y quien disienta de ellas entonces está en contra de los cambios democráticos. Una manera maniquea de entender la política.
No hay que ser rehén de la unidad, como dicen ahora muchos, pero debemos tener presente que todas las transformaciones políticas para superar regímenes autoritarios (y eso lo demuestra la experiencia histórica) solo fueron posibles cuando los factores democráticos actuaron de forma cohesionada.
Hoy la Mesa de la Unidad Democrática no recoge, efectivamente, todos los puntos de vista de la sociedad que apuesta por el cambio, ello se debe a su cooptación en aras de los intereses partidistas. Y desde mi punto de vista una transición posible pasa, en primer lugar, por hacerse de los escaños mayoritarios en la Asamblea Nacional y no al contrario como plantea MCM.
Lo prioritario, hoy, desde mi punto de vista como ciudadano, es recomponer una unidad genuina y representativa con capacidad para construir una hoja de ruta para el cambio democrático.
El gobierno sale ganando mientras la dirigencia política opositora (toda ella) esté enfrascada en sus dimes y diretes. Y el resultado podría ser, una Asamblea Nacional nuevamente dominada por el chavismo pese a que este proyecto político y su rostro visible, como lo es Maduro, estén en su peor momento en respaldo popular.

Fuente: http://www.el-nacional.com/andres_canizalez/nueva-polarizacion_0_598740297.html

ABANICO LEGAL

EL UNIVERSAL, Caracas, 27 de marzo de 2015
La Ley
Reinaldo Gadea Pérez

Pareciera ser que en algo están de acuerdo los oficialistas y un sector de la oposición, pues han planteado extraoficialmente, un proyecto de ley que permita repatriar los dineros que han sido mal habidos en el país.
La pretensión surge a raíz de varias investigaciones realizadas fuera de la patria, que, de acuerdo a informaciones de prensa, que citan como fuentes al Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y Banco Interamericano de Desarrollo, suman 350 mil millones de dólares americanos.
También salieron a relucir unas cuentas en territorio suizo, abiertas por instituciones gubernamentales, por allá en el 2007, y otras en una filial de la banca privada d'Andorra, estando esta última entidad investigada por lavado de dinero.
Pero el tema es, si se descubre que hay venezolanos que hayan lavado dinero fuera del territorio nacional, que a través de una ley patria, será imposible repatriar el dinero mal habido, bien sea por corrupción o por las coimas pagadas, y menos, si aquí no ha habido juicio alguno al respecto.
Las leyes rigen en el territorio de la nación que las dicta, así de sencillo, y el concepto de extraterritorialidad de la ley, solo se aplica, a través de una ficción jurídica, a las embajadas, consulados o bases militares, al igual que las misiones internacionales, como la ONU o la OEA y otros de esa naturaleza, pero nunca en el extranjero, de manera que, por esa vía, vislumbro que no tendremos éxito alguno en ese sentido.
Otro problema es el tipo de moneda en que estén las cuentas a través de las cuales se está lavando dinero, pues existen legislaciones, como la Ley Patriota de EUA, del 26 de octubre de 2001, promulgada después de los atentados del 11/09 de aquel año, y enmendada el 2 de marzo de 2006, pues establece que lo que se descubra y decomise que sea de los corruptos u otro tipo de delincuentes, o sea, dinero negro o gris, olvídense de repatriarlo, porque, los fondos que sean incautados por el Tío Sam, jamás lo devolverán, lo incautado allí se queda.
Y es que después del desastre que significó aquel septiembre para los angloamericanos, éstos optaron por sacrificar determinadas garantías constitucionales en beneficio de su seguridad, y entre ellas está la moneda, valga decir, el bendito dólar americano.
Leyes al respecto en el país, y desde hace años, abundan, como la Ley Orgánica de Salvaguarda del Patrimonio Público, malamente sustituida por la Ley Contra la Corrupción; la Ley Contra el Secuestro y la Extorsión y pare Ud. de contar.
Les voy a dar un ejemplo, la Ley Orgánica Contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo, que se refiere a personas políticamente expuestas, con muchos órganos de control, que prevé cualquier cantidad de delitos, incluyendo la indemnidad sexual, delitos contra la libertad de industria y comercio, financiamiento al terrorismo entre otros, pauta un servicio especializado para la administración y venta de los bienes que hayan sido incautados, jamás le devolverán a nadie, nacional o extranjero.
Lástima que no se apliquen, por la impunidad, es que hay tanta delincuencia organizada, y también desorganizada.

VERTIENTES DEL ESTADO

EL PAÍS, Madrid, 27 de marzo de 2015
LA CUARTA PÁGINA
Imperios y naciones: el caso de la UE
La construcción de la ciudadanía no puede ni debe pasar por lo identitario. Hay que basarse en los derechos y deberes comunes de quienes comparten el mismo espacio político y no en una hipotética comunidad natural
Tomás Pérez Vejo 

La historia política de los dos últimos siglos es en gran parte la del triunfo de las naciones sobre los imperios, con la I Guerra Mundial y el fin de los últimos grandes imperios europeos, austro-húngaro, ruso y turco, como brillante broche final. En el mundo contemporáneo los imperios representarían el pasado y las naciones el futuro, diagnóstico posiblemente apresurado si consideramos dos de los experimentos políticos más revolucionarios del último siglo, la Unión Soviética y la Unión Europea, ambos con un marcado carácter imperial.
Ninguno de los dos, sin embargo, ha reivindicado la condición de imperio, un término, a diferencia del de nación, cargado de connotaciones negativas, tanto que si el adjetivo nacionalista se usa de manera habitual como virtud, el de imperialista se acerca más al insulto que a la definición. A pesar de que posiblemente el origen de muchas de las grandes catástrofes del mundo contemporáneo haya que buscarlo más en el nacionalismo que en el imperialismo, incluidas las generadas por los imperios coloniales de los siglos XIX y XX, en sentido estricto Estados-nación con colonias y no Estados-imperio, en cuyo nacimiento, auge y decadencia el papel del nacionalismo fue determinante.
La diferencia esencial entre Estados-nación y Estados-imperio no tiene que ver con colonias ni con formas de Gobierno; puede haber, y ha habido, imperios sin colonias y naciones con ellas, repúblicas imperiales y monarquías nacionales, Estados-nación dictatoriales y Estados-imperio democráticos,… sino con cómo unos y otros legitiman el ejercicio del poder. Los primeros por ser expresión de la voluntad de la nación, entendida como una comunidad natural con fines y objetivos propios, al margen y si es necesario en contra de quienes la constituyen; los segundos en la consecución o preservación de los objetivos para los que fueron creados, tan diversos como los que pueden ir desde la construcción de una sociedad sin clases, Unión Soviética, al crecimiento económico y la defensa de los derechos de los ciudadanos, Unión Europea. La legitimidad tiene en estos últimos un claro carácter funcional no de autorrealización de la comunidad política.
La pregunta sería por qué los dos últimos siglos han sido los de las naciones y no los de los imperios; o, si se prefiere, por qué las naciones siempre ganan y los imperios siempre pierden aunque no necesariamente el bienestar y la defensa de los derechos de los ciudadanos están mejor garantizados en aquellas que en estos. Es posible que la nostalgia por el Imperio Austro-Húngaro de muchos de los que asistieron a su desintegración sea injustificada. Caben pocas dudas, sin embargo, de que su desarrollo económico y cultural nada tenía que envidiar al de los Estados-nación por los que fue derrotado; menos, todavía, de que para las minorías étnicas que lo habitaban su desaparición fue una catástrofe sin paliativos.
El pacto de Syriza con los nacional-derechistas solo se entiende como defensa de la soberanía
No por accidente, el Estado-nación contemporáneo se basa en la idea, más bien creencia, de la existencia de comunidades naturales homogéneas, algo falso en casi cualquier contexto, “desde que el mundo es mundo, ningún territorio ha sido habitado por una población homogénea, ya sea cultural, étnica o de cualquier otro tipo” (Hobsbawm), pero más todavía en el del viejo imperio de los Habsburgo donde, por poner un ejemplo, en los territorios de lo que después sería el Estado-nación húngaro, censo de 1902, sólo una tercera parte de sus aproximadamente 12.000 municipios eran exclusivamente magiarhablantes. El resto se repartía entre unos 4.000 en los que se hablaban dos idiomas, 3.000 con tres y 1.000 con cuatro o más. La construcción de la nación y el genocidio cultural estaban condenados a ir necesariamente de la mano, no la peor de las alternativas si consideramos que cuando lo que se utilizó como rasgo de definición nacional fue la raza y no la lengua, el genocidio fue físico.
La debilidad de los imperios frente a las naciones no es un asunto banal desde la perspectiva de la Unión Europea actual. Una organización política con muchas de las características de un imperio, posmoderno si se quiere, pero imperio al fin al cabo, y en la que el malestar y las críticas sobre su funcionamiento tienen mucho en común con las que han estado detrás del colapso de muchas de las estructuras imperiales anteriores a ella: estar al servicio de los intereses de un grupo nacional (Alemania), élites burocráticas al margen de los intereses de los ciudadanos, déficit democrático… Críticas que permean el espacio político de manera claramente transversal y que tienen más que ver con lo identitario que con lo ideológico, con la dialéctica imperios/naciones que con propuestas diferenciadas sobre derechos o reparto de recursos.
La facilidad con la que Syriza, partido de inequívoca ubicación a la izquierda del espectro político, ha llegado a un acuerdo de Gobierno con ANEL, de no menos inequívoca filiación nacional-derechista, adquiere desde esta perspectiva matices mucho más inquietantes. Un pacto contra natura cuya explicación habría que buscarla en que el eje emotivo de la campaña griega no fue la pertinencia de unas u otras políticas sino la defensa de la soberanía nacional frente a Alemania y los burócratas de la troika, el triunfo de la dialéctica imperios/naciones con el Europa/solución convertido en el Europa/problema, deslizamiento semántico también perceptible en otros países europeos. No sólo la campaña electoral sino también las negociaciones posteriores, planteadas como un enfrentamiento ellos/nosotros, como si Grecia fuese algo ajeno a la Unión Europea y no parte de ella.
La coexistencia de identidades diversas, y hasta contradictorias, parece inevitable
El fin de los imperios tiene lugar cuando su proyecto político deja de ser atractivo para quienes forman parte de ellos. A diferencia de las naciones carecen del recurso a un bien superior y metafísico, el mantenimiento del propio ser nacional, por lo que su único aval es el logro o no de los objetivos para los que fueron creados. Explicaría la desafección de los ciudadanos hacia la Unión Europea en un momento de crisis económica que ha puesto en cuestión su objetivo/logro más visible: la consecución de cotas de bienestar sin parangón en ningún otro momento de la historia del continente; también, el goce de derechos desconocidos en la mayor parte del mundo, pero éstos resultan más difíciles de valorar y cuantificar, al menos hasta que ya no se tienen.
Una amenaza, la de la pérdida de atractivo del proyecto europeo, frente a la que la Unión Europea sólo tiene dos alternativas: intentar imaginarse cómo una nación, con parecidos o peores mimbres, se han inventado naciones a lo largo y ancho del planeta; o afirmar su condición de estructura política anacional, basada en los derechos de los ciudadanos y no en los de ninguna hipotética comunidad natural. La primera, con el componente reaccionario y empobrecedor consustancial a todo proyecto nacionalista; la segunda, con los problemas de un camino plagado de dificultades pero que quizás merecería la pena intentar.
Europa no será ya nunca más el continente blanco y cristiano que alguna vez fue, ni los Estados-nación que actualmente la constituyen, o los que el delirio nacionalista pueda añadir en el futuro, las comunidades de raza, lengua y cultura con las que historicismo romántico soñó. La coexistencia de identidades diversas, y hasta contradictorias, parece inevitable. La construcción de la ciudadanía no puede, quizás tampoco deba, pasar por lo identitario sino por derechos y deberes comunes a quienes comparten el mismo espacio político, hacia dónde se va y no de dónde se viene. Conversión de la identidad en asunto privado, carente de densidad política, que puede parecer problemática en el contexto de dos siglos de hegemonía de discurso nacionalista, pero que no es muy diferente de lo que pasó con la religión y su paso de la esfera pública a la privada.
Un proyecto civilizatorio extremadamente frágil, sobre el que pesará siempre la amenaza de los cantos de sirena de la identidad, vengan estos de los fundamentalistas islámicos, los eurófobos británicos, Marine Le Pen o cualquier otra persona o grupo dispuestos a defender que la nación es la forma natural de organización política de la humanidad.
(*) Tomás Pérez Vejo pertenece al Instituto Nacional de Antropología e Historia de México.

Ilustración: Nicolás Aznarez.