domingo, 29 de marzo de 2015

¿DE QUÉ LADO ESTAMOS?

NOTITARDE, Valencia, 29 de marzo de 2015
Del Domingo de Ramos a la Pascua (Mc. 14, 1-39)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

A partir de hoy, Domingo de Ramos, los cristianos católicos comenzamos a celebrar y a vivir la Semana Santa, en la que recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, Jesucristo, que resucitó el domingo, el primer día de la semana, como lo dice el libro de los Hechos de los Apóstoles y los evangelios.
Estos días meditaremos sobre la Pasión de Cristo; es decir, su miedo, dolor, soledad y tristeza; recordaremos y escucharemos sobre la forma de su muerte; es decir, como fue crucificado, como se dejó matar para liberarnos de la muerte eterna y el pecado. Sobre todo, meditaremos y celebraremos su Resurrección, atestiguada hoy en su Iglesia, en la multitud de los cristianos esparcidos por el mundo entero que profesan y muestran la realidad de un Cristo que vive, que ha resucitado; porque los cristianos católicos seguimos al Dios de la Vida, no un dios de muertos.
Hoy Domingo de Ramos recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El pueblo que agita las palmas y los ramos de olivos y al paso del Señor que va montado en un burro grita: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. “Hosanna al Hijo de David”. Así comienza la semana de la Pasión de Nuestro Salvador, con un pueblo que lo alaba, pero será el mismo pueblo del Viernes Santo, que manipulado por las autoridades judías, gritará que lo crucifiquen. Que en este día salga de tu corazón un grito de fe que te haga tomar conciencia de lo que Dios ha hecho por ti y por toda la humanidad.
El Jueves Santo se recuerda aquel Jueves de la Última Cena en que Jesús instituyó la Eucaristía, sacramento que alimenta el alma y da vida, signo real de su presencia en medio del mundo. Su Cuerpo y Sangre que se convierte en fuerza para alcanzar la vida eterna. También aquel Jueves Santo, Jesús instituyó el Sacerdocio, delegando en sus apóstoles y a través de ellos a sus sucesores la misión de llevar la Buena Noticia de la salvación al mundo entero; de hacer cercana, real, la gracia de Dios a cada hombre por medio de los sacramentos.
Por tanto, desde aquel día el sacerdote representa a Cristo. Un Jueves Santo, Cristo nos dejó el mandamiento del amor, que horas después certificará y ejemplificará con su entrega total; por tanto, el amor pasa por el servicio y la entrega a los demás; así como Él lo expresó en el lavatorio de los pies, como muestra de servicio, de humildad y amor. Que en este día entiendas que el cristiano es grande cuando ama y sirve a sus hermanos; no cuando los tiraniza, humilla o desprecia. Cuando se ama a Dios sobre todas las cosas y cuando se ama a si mismo también es grande el cristiano.
El Viernes Santo es el día que se recuerda el “via crucis” (vía de la cruz) del Señor; día en que recibe en su espalda el odio de una humanidad pecadora, que es indiferente a Dios; día en que es coronado de espinas, recibe insultos, salivazos, es desnudado y crucificado como un criminal, rodeado por delincuentes. Día para meditar en cuanto nos ama Dios que ha sido capaz de entregar a su Hijo para que muriera en la cruz y así vencer a la muerte y el pecado y el hombre tenga vida eterna, vida sin fin. Domingo de Resurrección que se comienza a vivir en las vísperas del Sábado de Gloria, porque en la madrugada de aquel día, Cristo resucitó.

Por eso, la Iglesia y toda la humanidad canta en este día el gloria, el aleluya, porque Cristo está vivo, ha resucitado, porque venció para siempre la muerte y el pecado. Día de alegría, porque Dios se ha levantado del sepulcro; día de luz, de amor. Siente en este día que estás llamado a la vida, a la trascendencia; celebra el vivir, la esperanza, porque después de la muerte viene la resurrección. Día de vida que disipa el miedo y nos convierte en testigos de un Dios que vive y nos ha abierto las puertas del cielo.
Ida y retorno: Desde ya felicito a mi arzobispo Reinaldo Del Prette y a todos mis hermanos sacerdotes, porque el Jueves Santo celebraremos el día del sacerdocio. Que Jesucristo, El Buen Pastor, nos regale un corazón como el suyo, lleno de amor, misericordia, bondad, mansedumbre y comprensión; que nos ayude a estar cerca de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados. Que nos regale en esta Semana Santa los dones que necesitamos para seguir siendo en medio de nuestras comunidades y servicios pastorales, testigos de su amor y de la Buena Noticia del Evangelio.
Gracias a todas las comunidades parroquiales, a todos los fieles laicos que con tanto cariño, entrega y fe, sirven y apoyan a sus sacerdotes y los acompañan en la misión evangelizadora. Hoy, más que nunca, necesitamos que la Iglesia de Cristo lleve la alegría del Evangelio por todas partes. Bendecida Semana Santa para todos.
Ilustración: Carl Heinrich Bloch, “Peter’s Betrayal”.

Puede verse a Dumont, en un interesante texto publicado en: http://mariafsigillo.blogspot.com/2013/03/domingo-de-ramos.html

NOTA LB:  Creación y audacia, signo del arte. Irreverencia, señal de innovaciones. Museo a la mano, en la red hemos visto las más disímiles interpretaciones, pues, el arte - se nos antoja - cambia con ellas, compendiándolas. Lo que ayer pudo ser ofensivo, ahora no lo es (y viceversa). Olvidando el nombre del escultor, ha estado Jesús frente a un pelotón de fusilamiento. Norton Maza lo escenifica con una pistola en mano. Claro está, hallamos la delgada línea entre una legítima interpretación y la obscenidad descarada que lo emplea para el perfomance - incluso - sexual portador de una versión de destructividad deliberada. Está la mano con la acostumbrada señal que, por azar, una vez encontramos googleando en la búsqueda de una pieza adecuada. Está la delgada línea: ¿en cuál de sus lados pisamos?

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