lunes, 29 de junio de 2020

CAZA DE CITAS


"Un pueblo inconsciente de su lenguaje termina por convertirse en marioneta, fácil presa de sistemas y banderas, por erróneos que sean"

José Balza

("Pensar en Venezuela", Bid&Co. editor, Caracas, 2008: 197)

Ilustración: Tomás Maldonado.

NOTICIERO DIGITAL

- J. D. García Bacca. "Interpretación visual del universo". El Nacional, Caracas, 20/09/1948.
- Lupe Rumazo. "A los 85 años de Juan David García Bacca: Nuevo sistema de crítica literaria". El Nacional, 06/07/86.
- Margarita D'Amico. "Alejandro Otero en la vanguardia espacial". Vea y Lea, Caracas, nr. 92 del 21/09/71.
- Raimundo Ledezma entrevista a José Manzo González (PRN). Élite, Caracas, nr. 2055 del 13-02-65.
- Carlos Arturo Pardo. "La discusión es vital para el IV Congreso (PCV)". Deslinde, Caracas, 15/12/69.

Ilustración: Pedro León Zapata. Diario El Nacional, Caracas (on line). Fecha imprecisa, aunque obviamente refiere al régimen chavista.

EL CIELO ENCAPOTADO

Parlamento y guerra (no) convencional
Luis Barragán

Siempre fue de un solo zarpazo. Bastaba con rodear la sede parlamentaria y ocuparla para darla  oficialmente por clausurada al filo de las bayonetas. 

Hoy son otras las modalidades para varios y largos capítulos de asfixia. Van apretando la soga con vocación quirúrgica.

El régimen mismo convertido en  pandemia antes de la llegada del Covid19. De la selecta violencia física y el terror psicológico pasa con facilidad a la negociación fingida y al chantaje en ocasiones nada sutil.

Todavía truenan los aplausos de bienvenida a aquellos que abandonaron las curules por su roja pasión. Nada convencional es la  inducción al suicidio institucional.

El parlamento debe serlo para sobrevivir con la superación del régimen que lo ha minado cual acupunturista perverso. La Operación de Paz y Estabilización (OPE)  contribuirá a romper la soga tendida para reivindicar un papel que es  histórico.

Reproducción: Élite, Caracas, 07/12/1963.
29/06/2020:

DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA

De la geopolítica del saber
Luis Barragán

Más de veinte años consecutivos de suplicios para la universidad pública y autónoma, como nunca antes ocurrió en Venezuela, nos convence de un esfuerzo sistemático por destruirla. Nada circunstancial ni gratuito ha sido el agravamiento constante de sus ya consabidos problemas, sumado a la censura y a la represión que incluye la incursión de los grupos que la violentan y vandalizan impunemente.

El  sostenido propósito del régimen va más allá de proclamar y ejercer el control institucional de nuestras casas de estudios; por cierto,  posibilidad que siempre  le fue negada aún en los ya remotos momentos de una mayor y  arrolladora popularidad. Los recursos que ha empleado con distinta intensidad, fueren o no legales, con un muy paciente sentido de oportunidad, en correspondencia con los otros objetivos perseguidos en el resto del país, tienen por meta acabar con una instancia de poder, la del conocimiento y la del saber. O, peor, acabar con el conocimiento y el saber  mismos y con  toda instancia de  movilidad social. 
 
Negada toda cifra  nacional, véanse los indicadores internacionales en torno a las universidades, la producción de artículos científicos o los emprendimientos de base tecno-científica, para aproximarnos a nuestra realidad. Exportamos un decisivo porcentaje de nuestro capital humano calificado que, al sincerarse en condiciones de desplazamiento y refugio, no cuentan con la oportunidad de continuar sus estudios y tampoco pueden garantizar el de sus hijos respecto a los superiores.

Todavía esperamos el cálculo de los daños infringidos  a la universidad venezolana el presente, sólo por lo que respecta a su infraestructura, aulas y laboratorios. Importa levantar una cartografía de la destrucción a la que, más por miedo que por desconocimiento, autoridades universitarias, líderes estudiantiles y docentes no se atreven, contentos uno que otro con una cita tardía y nada comprometedora de la Base de Datos Scopus.

El régimen socialista incurrió en el inaudito contramilagro de acabar con una industria petrolera exitosa, como la venezolana, y está en los capítulos postreros respecto a la universidad, respondiendo – en el marco de una guerra no convencional – a inconfesables y ajenos intereses asociados a la creación, producción y distribución del conocimiento y del saber. Obviamente, algo nada inocente.

29/06/2020:
Fotografías: EFE. Derrumbe del techo de la caminería en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Cfr.
Eduardo Aguado-López / Arianna Becerril-García: 
José Joaquín Brunner:
Tulio Ramírez / Audy Salcedo:
Banco Mundial:
Hugo Kantis / Pablo Angelelli:

(DES) BIBLIOTECARSE

Del tiempo impreso
Luis Barragán

Vana ilusión, la cuarentena no ha alcanzado para todas las tareas por siempre postergadas. La creímos holgada, dispuesta  para  llenar y vaciar continuamente el tintero, pero la sola angustia de sobrevivir a un régimen en sí mismo, pandémico, ha imposibilitado la reflexión necesaria y la escritura deseada, en el trance de un oficio, el nuestro,  que pugna por atravesar las fronteras virtuales que ahora lo delimitan.

Disculpándonos por el tono personal,  adoptar  todas las previsiones posibles ante un huésped tan peligroso, como invisible, dentro y fuera de la casa, compensando en alguna medida la desinformación e improvisación reinante con la auto-disciplina personal y familiar, significa también sufrir los embates de la búsqueda de los alimentos y medicamentos demencialmente encarecidos. Y, a la vez, lidiar con la falta de los insumos y servicios básicos, como el combustible, el agua y la electricidad que, incluyendo una dañina  variación de su intensidad, convierte las telecomunicaciones en toda una fantasía.

Nada propicias las condiciones para la meditación pausada y serena, pendientes de algún ensayo largamente prometido, diligenciamos como podemos la reparación de los artefactos eléctricos y electrónicos, varias veces, resignados a escribir y enviar los habituales artículos semanales desde el teléfono móvil celular, igualmente comprometido.  No obstante, a pesar de todos los pesares, quedando impresa en el tiempo que corre indefectiblemente, algún resquicio alcanzamos para la  lectura organizada, la cual -  por cierto – ni siquiera fue negada para los  presos políticos de los ’60 del ‘XX  que tuvieron ocasión de publicar aún tras las rejas, como muy pocos pueden adivinarlo hoy.

El asunto viene a colación por un Tweed de LGMM (https://twitter.com/luisbarraganj/status/1275554749929136129), a propósito de un artículo relacionado con Carlos Ruíz Zafón, recientemente fallecido, pues, considerándonos un “ejemplar raro” entre la dirigencia política, dijo difícil hallar a alguien que “dedique su tiempo a escribir sobre escritores y libros”, aunque – le aclaramos – ojalá lo tuviésemos. Sin mayores pretensiones, rondándonos por varios días el telegrama, quizá lo explicamos por pertenecer a una generación de dirigentes hechos en la modernidad, aferrados a la mucha o mediana densidad de los libros convencionales, en contraste con los forjados por la llamada post-modernidad, contentos con la ligereza e interesada trivialidad del debate público.

En todo caso, sabemos de numerosas personas que cultivan la lectura con devoción, dispuestas por siempre al comentario, con una cuidadosa y celosa disposición de sus más preciados libros, jamás anegadas de un número insoportable de ejemplares.  Los devotos reflejan fielmente una época que profundizará la post-pandemia con ámbitos más reducidos e íntimos para la extendida lectura o  la rápida consulta, acaso, ya tributados por los medios digitales, organizadores más que ahorradores de tiempo. Acotemos, si fuere el caso, el dirigente promedio de la post-modernidad, gustará más de la  arquitectura bibliotecaria, babélica y convencional para un empleo masivo y abierto, como la biblioteca Tianjin Binhai, ubicada en China, tomada por futurista, que tomar el libro de la modesta mesa de noche, encender la lámpara y leer, sin que alguna cámara de televisión haga célebres sus gestos.

28/06/2020:
Fotografías:  Fred Dufour (AFP), Tianjin Binhai. 
Cfr.

DEL BOLSILLO ROTO

De los medios de pago
Luis Barragán

En los días que corren, escasea el papel-moneda como difícilmente pueden imaginarlo aún quienes envían  regularmente sus remesas desde el exterior. El elemental medio de pago, símbolo exacto de la modernidad perdida,  incluyendo sus fracciones, ha desaparecido prácticamente del territorio nacional.

Retratada en buena medida la economía criminal que le sirve de soporte, el régimen acepta y auspicia la circulación del dólar estadounidense para desplazar al bolívar ahora presumido de acuñación y curso legal. Pocos son los que aceptan el pago en moneda nacional, como los transportistas públicos que desean ganar la inmediatez que no les concede el empleo de un dispositivo electrónico, trastocados predilecta y  literalmente en vendedores del efectivo acumulado.

Otros medios de  pago yacen en la (in) esperada tumba de algo más que el socialismo, y las letras de cambio, cheques y vales, entre otras modalidades convencionales, cedieron el paso a las tarjetas bancarias de débito (quedando las de crédito y prepago para el recuerdo), incapaces de evolucionar adecuadamente hacia las llamadas de comercio, mercado-pago, Paypal u otras aplicaciones. Al deterioro de la infraestructura bancaria, crecientemente eliminados los cajeros automáticos que no surten dinero, sumamos la desconfianza y alejamiento de las empresas financieras internacionales reacias a avalar las operaciones de pago presente y a futuro de nuestros consumidores.

El  Estado, o lo que queda de él, ha sobrepasado los límites en la generación de dinero inorgánico y, por ello, es que no ensaya el nuevo cono monetario (término ya rutinario), al menos, con la estridencia acostumbrada, por lo que nos estamos quedando sin billetes reales, constantes y sonantes. Divisa aparte, sólo el bolívar es el  referente de nuestras transferencias electrónicas,  remitidos – por cierto -  a las otras verdades, como la brecha digital que se agiganta, el encarecimiento de los equipo (in) móviles y la misma falta de energía eléctrica.

Principios, instituciones y normas vigentes, están derrumbándose, en favor de un cuestionable derecho mercantil y financiero que relega a las masas al trueque,  mientras pugnan por consolidarse las mafias que, entre ellas, aún más al relacionarse con el mundo, lo versionan de acuerdo a las circunstancias. El trueque de supervivencia, expresión de la pre-modernidad a la que retrocedemos, a lo sumo, nos devuelve a las nociones básicas del derecho civil que también perderá toda vigencia, en el caso de avanzar el régimen, reducido a los problemas de identidad, filiación y capacidad, porque el de la responsabilidad únicamente será penal y no habrá propiedad que defender, intercambiar, ni transmitir. 

28/06/2020:

Breve nota LB: Remitido el sábado 27 de los corrientes para publicarse el martes 30, como fue indicado expresamente en la remisión,  según la costumbre, pero sorpresivamente apareció el domingo 28.

EL CURSO DE LA VÍA LÁCTEA

Anseume y el MAS
Luis Barragán

A mediados de bachillerato, ahorramos y adquirimos dos libros extensa e intensamente polémicos que, en su momento, no logramos entender a cabalidad. Al correr de  los años, disentimos de ambos, pero no queda duda alguna del otro y muy distinto país que debatía como las más recientes generaciones aún no sospechan, pues, con todos los inconvenientes del mundo, supimos de una mínima libertad de prensa y de cátedra.

El de Carlos Rangel (“Del buen salvaje al buen revolucionario”), incluso  fue incinerado en la UCV, ilustrando así lo lejos que llegaban los antecesores de quienes ahora ejercen el poder, por lo que nada ha de extrañar la inmensa pira que se hizo de la Biblioteca de la UDO en Cumaná. Y el de Teodoro Petkoff (“Proceso a la izquierda”), generó una discusión en el seno de una izquierda marxista, cuyo poderoso  sector cultural le dio un impulso extraordinario y duradero.

Recientemente, William  Anseume ha colocado al MAS históricamente en  su lugar, trascendiendo al ya consabido pragmatismo que,  aún antes del arribo de Chávez Frías al poder, ha causado estragos. Esta vez, en el departamento de las ideas, de los planteamientos, de  la esgrima ideológica y política (https://www.elnacional.com/opinion/la-estocada-mortal-del-mas-a-la-democracia-venezolana), tejió y tendió la alfombra que necesitaba el raquítico Socialismo del Siglo XXI para andar el camino  de la mayor estafa que ha sufrido el país.

Ciertamente, el papel político que jugó Petkoff por varias décadas, suscitó también el reconocimiento y la admiración hacia un arquetipo del liderazgo político que todavía extrañamos, por la sola y necesarísima vocación simultánea  del hacer y del pensar.  Nos contamos entre quienes sentimos respeto por una trayectoria que suscita las naturales diferencias y coincidencias, pero que contrasta con el prototipo – puede decirse – aportado por la llamada post-modernidad. No obstante, la  relectura de su ya clásico  título y, además, las respuestas que le dieron Moisés Moleiro y José Rafael Cortés, por ejemplo, nos conducen al recetario del régimen actual enderezado por  ese imaginario guevarista tan explotado por los Castro para afinarlo con el propósito tan firme de su particular protectorado y de su criminal hipoteca.

Anseume avisa del debate que, desde hace muchos años atrás, debió darse, aunque el antecesor y el sucesor convinieron en jamás abonar a las condiciones ni dar la más mínima ocasión para ello, sabiéndose de antemano  perdedores.  Tarde o temprano, se dará para nunca jamás tropezar con la misma piedra, aunque haya sectores de la oposición que les acompleje, por decir lo menos.

Cfr. 

CRISIS MORAL

Razones para la ruptura
Víctor Maldonado C.  

¿Cómo se debe sentir un país enajenado, confinado a ser espacio para el saqueo y la brutal corrupción? ¿Cómo se debe sentir una sociedad anulada, devastada por sus dirigentes, asediada por la ruina, que anticipa por todos los confines un colapso que ya llegó, pero que nos negamos a reconocer? ¿Cómo se va a sentir un país que todos los días comprueba que las promesas no se honran, que los compromisos no se cumplen, que cualquier curso estratégico es subastado al mejor postor?

Hay muchas razones para rechazar lo que está ocurriendo. Pero eso no es suficiente. Hay que buscar las causas y reconocer que tenemos cierta capacidad de dominio para intentar el cambio, sí y solo sí a nosotros nos parece que hay un problema social que debe resolverse. No es poca cosa, porque sin esa predisposición a intentar el cambio, podría ocurrir una adaptación a una situación incómoda que favorezca a las estructuras de dominación y se ceben en la integridad del ciudadano. Dicho de forma más precisa: Sólo tendremos un problema para resolver si antes declaramos que una determinada situación tiene que ser superada. ¿Qué es lo que hay que superar? 

La pregunta no es de fácil respuesta porque nos coloca en la necesidad de discriminar los síntomas de sus causas (otra vez esa palabra, ese llamado de atención a ser radicales). ¿Qué es lo que debemos resolver para que la situación cambie, no solamente de apariencia, sino en su esencia? Porque la realidad indica que la gente frente a los problemas tiene un dossier de respuestas adaptativas. Uno vanamente puede creer que la sociedad es un rompehielos dispuesto para quebrar cualquiera que sea la resistencia, pero no siempre es así. Frente a una dificultad cada uno lo encara poniendo en juego su capacidad de análisis, su fortaleza para mantener el curso de acción que permite la solución, y todo el coraje que necesita para resistir los embates. Como esa mezcla nunca es perfecta, algunos se la juegan todo para para resolverlo, pero como no somos infalibles, a veces lo exacerban, otras tantas se rinden frente al trance, o tratan de olvidarlo, mientras que otros, ya sabemos, deciden doblarse para no partirse. 

La diversidad de afrontamientos personales frente a una misma situación obliga a los líderes a intentar una narrativa social que homogeneice la diversidad de interpretaciones y encaramientos con el fin de lograr la fuerza suficiente para encarar y resolver la dificultad. Para los que quieren una versión preliminar de lo que significa “fuerza”, aquí la tienen: Es la capacidad que se despliega para que muchos tengan la disposición de asumir como propia una versión unívoca de una situación social que es propuesta por el líder. Que todos la vean de la misma forma. Que todos la llamen de la misma manera. Pero sigamos. Es también la capacidad que algunas veces tienen los dirigentes para alterar la percepción y evaluación que sobre la realidad tiene la gente.

Pero encarnar una opción de fuerza tienen como requisitos la diferenciación y el contraste. ¿Qué significa asumir un proceso de diferenciación? Significa tener la capacidad para demostrar que hay diferencias, que se encarnan y se asumen sistemas de valores, intenciones, capacidades y metas que son distintas a la de los otros cuando se plantean resolver un problema o allanar una situación. Eres distinto cuando te perciben diferente, hasta el punto de que, cuando te comparan con los otros, tienen que asumir que hay discrepancias insalvables, oposiciones cruciales, puntos de vista estratégicos irreconciliables, y, por lo tanto, es imposible no tener la necesidad de optar por uno u otro. No hay puntos medios. 

Por eso la ruptura es necesaria, porque en este momento de la política, los más peligrosos son los indefinidos. Aquellos que creen que pueden surfear sobre las olas sin caerse, incluso, manteniendo la estética del hombre erguido y musculoso, pero que a la hora de la verdad,no pasan de ser versiones alucinantes de la mentira y la mediocridad. En este momento “o eres chica, o limonada”, y asumes el riesgo. Porque los agazapados, los que creen que pueden pescar en río revuelto, los imprecisos, creen que son lo que no son, y creen ver lo que no ven. Tal y como lo sentencia el ángel apocalíptico a la iglesia de Laodicea: “Conozco tus obras, que no eres ni frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente, pero como eres tibio, ni frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca. Dices que eres rico, que tienes abundancia, que no te falta nada; y no te das cuenta de que eres desgraciado, miserable y pobre, ciego y desnudo”. (Ap. 3,15-16) ¡El ángel lo dijo todo!

Para hacer ruptura nos encontramos con una primera gran dificultad: la cultura rentística-familística-clientelar-particularista que define a los venezolanos. Con la costra nostra nadie quiere romper. Nadie quiere sacrificar un esquema de relaciones en el que obtiene reconocimiento y prebendas, y fuera del cual nada funciona con las reglas de la afiliación, que son las únicas que saben usar los venezolanos. En Venezuela “tú eres las relaciones que tienes”, y por lo tanto, la pregunta que siempre debe tener respuesta es dónde los conocidos que reparten poder, influencia y beneficios.

En Venezuela se ha practicado un estatismo socialista de compinches, donde todo el mundo se reconoce familísticamente, y la regla que no se puede romper es precisamente la que impone que nadie puede ir contra nadie hasta el punto de dejarlo fuera, porque así no se trata a la familia. Efectivamente hay peleas y contradicciones dentro del grupo, pero eso sí, que la sangre no llegue al río, “que no hayga peos”, porque de eso no se trata. En Venezuela la meritocracia que funciona es la del adulador, la del jalabolas, la del compinche, la del que mantiene la armonía del grupo, la del alcahueta y la del relativista moral. Porque ya ustedes saben, hay que doblarse para no partirse, y los malos y los corruptos son los otros, porque nuestra propia maldad y corrupción tiene que ocultarse bajo el velo de nuestra propia condescendencia. Vivimos bajo el argumento de los dos raseros. 

El problema está es que desde el relativismo y la alcahuetería no se construyen repúblicas, ni se abunda en la modernidad, y tampoco se puede garantizar libertad y derechos. El familismo es saqueo con malas justificaciones. Es populismo depredador y sectario. Es la cultura de la injusticia y los déficits de criterio para valorar al ciudadano. Es la vivencia de la mordaza y la reducción a la servidumbre del bufón, que tiene que vivir en las márgenes de la lisonja y la zalamería. Y por supuesto, la demagógica apelación a la lástima, porque “pobrecito, él, que ha dejado el pellejo, merece nuestra consideración”, aunque sea mediocre, no haya hecho nada, sea un traidor, un corrupto o un indeseable.  En Venezuela el poder y el dinero son los grandes baremos de la más repugnante incondicionalidad, en relación de los cuales, está prohibido indagar, preguntar, razonar, considerar o valorar. Es un todo o nada tribal y fisiológico que deja al ciudadano desprevenido en la peor sumisión, y coloca a los liderazgos en la tentación de no romper, sino tratar de surfear las violentas olas del dejar hacer. 

Porque si fuera más fácil no tendríamos la política que hoy nos pesa tanto sobre nuestras espaldas. Esa política es la representación más conspicua de lo que somos como sociedad, y de esa asfixia de inconformidad, tristeza y desolación que algunos ciudadanos tenemos. ¿Cómo es posible que dependamos del G4 y sus satélites? ¿Cómo es posible que tengamos tan mala calidad de dirigentes en una asamblea nacional que por eso mismo incumplió, se corrompió, e intentando ser gobierno interino, a través de su presidente, nos ha dado tantas razones para la vergüenza? ¿Cómo es posible que una semana tras otra debamos llevarnos las manos a la cabeza porque cuando no están negociando a espaldas del país están ocupados en sus propios asuntos, que nunca son los del país? 

¿Cómo es posible que no exijamos responsabilidad sobre el tiempo derrochado, sobre los recursos recibidos, sobre una gestión tan permisiva? ¿Cómo es posible que nadie se pregunte cómo viven, de qué viven ellos y sus círculos de familiares y amigos? ¿Cómo es posible que aceptemos como buena la mentira, la tergiversación, el eufemismo y el vacío de sinceridad de este liderazgo? ¿Por qué no marcamos distancia de la futilidad, la improvisación y la falta de reflexión? 

¿Cómo es posible que todavía hoy sean ellos los que nos dirigen sin que haya ocurrido rebelión, ruptura, corte radical y expulsión del juego? ¿Por qué seguimos creyendo en milagros súbitos, en “datos confidenciales” que se riegan por cadenas de whatsapp, en las mascaradas discursivas? ¿Por qué seguimos suplicando que haya unidad, como si la unidad exculpara de culpas o absolviera los déficit de carácter y compromiso de los defraudadores de nuestra confianza? ¿Cómo es posible que no vomitemos a los que firman hoy una cosa y mañana otra, a los que se bambolean en la ponchera de sus propios intereses, que antier se abrazaban, ayer endosaban y hoy dicen que se oponen? 

¿Saben cual es el común denominador de todas las respuestas a esas preguntas? Que todos ellos cuentan con nuestra desmemoria, nuestra pertinaz indulgencia, nuestro arraigo caudillista, nuestra predisposición servil, y ese aturdimiento social que quiere forzar una relación carismática donde no hay esa energía extrema que pueda posibilitarlo. Ellos nos suponen erotizados, atolondrados y miserables. Ellos pretenden nuestra solidaridad automática, esa que nos hace comportar como familia mafiosa y no como republica liberal. Pero ¿somos eso que suponen y pretenden?

Romper es apostar a tres situaciones incómodas pero necesarias: A la soledad que se provoca cuando nos quedamos sin referentes; a la necesidad de comenzar de cero en la lucha por la liberación del país; y a la necesidad de replantearnos la cualidad que deberían tener los nuevos liderazgos, sin caer en la trama perversa de sustituir un caudillo por otro. Y todas estas decisiones suponen el dolor de la separación, del marcar distancia, de la reconstrucción del sistema de valores, y de la exigencia de responsabilidad y justicia. 

O rompemos o estamos condenados. Porque estos políticos no son nuestros liberadores. Son nuestros carceleros. Se lucran de nuestra desdicha. Han convertido nuestro desierto en su empresa. Les interesa nuestra desmoralización para que no caigamos en cuenta de sus verdaderas intenciones. Sus programas son la continuación del saqueo estatista. Su discurso es la connivencia institucionalizada en un “gobierno de unidad y emergencia nacional”. Su práctica es la complicidad en competencia corrupta. Su mérito es el tiempo perdido y entregado como ofrenda al ecosistema de relaciones perversas a la cual pertenecen. Y nuestro aporte es, ya lo dijimos, la conmiseración con la que los tratamos. Pero romper ya va siendo cuestión de vida o muerte. 

En este caso no vale hacer el intento de Abraham para salvar a las insalvables Sodoma y Gomorra. ¿Se puede salvar un sistema de relaciones perversas porque suponemos que hay un justo en medio de ellos? ¿Es que acaso “ese justo” no ha tenido tiempo para reflexionar, para apartarse, para denunciar la trama perversa, para pedir justicia y luchar por la libertad? ¿Es que acaso la omisión interesada, la permisividad agazapada, el colegiar la perversidad, no provoca responsabilidad? ¿Van a decir que no sabían nada? ¿Cuánto más debemos esperar por su conversión? ¿Cuánto más vamos a sostener una institucionalidad parlamentaria que se ha vuelto progresiva e irrevocablemente espuria? ¿Cuándo vamos a dar una lección de madurez y arrojo político que haga la diferencia? ¿Cuándo vamos a dejar de sentir la pajita para apreciar la viga que pesa sobre nuestro ojo y nos niega la visión de la realidad? ¿Cuándo vamos a dejar de castigar a los que tienen una mirada radical y crítica sobre nuestro proceso político?

No se avanza más porque hay un sistema de intereses creados en salvar el particularismo venezolano. Los caza rentas son variopintos, la renta que se percibe también. Algunos no quieren perder posición, otros no quieren enfrentarse al escrutinio de su grupo de amigos, otros no quieren perder su privilegiada capacidad de saqueo, otros no quieren perder la oportunidad de llegar al poder. Los intereses creados se encarnan en creencias y prácticas asociadas a la lealtad perruna y a la exclusión de los que piensan diferente. 

No hay institución venezolana que no esté al menos rasguñada por la tentación mafiosa que pretende el unanimismo impracticable y una sumisión primitiva a la palabra y designios del grupo que toma las decisiones. Un particularista nunca hará justicia porque no cree en criterios de valoración universal. Un particularista nunca creará instituciones porque la abundancia institucional les resta poder y los pone en evidencia. Un particularista nunca será el heraldo de la libertad sino el reemplazo de la tribu con la que compite en la caza de la renta nacional, porque no tiene ética sino amigos, gente en la que puede confiar, y los otros, a los que desplazan. 

Debo finalizar con lo que en 1969 escribió José Luis López Aranguren sobre la crisis moral, que a veces se confunde con una crisis política: “Es una crisis consistente en desmoralización. Desmoralización de los vencidos, originada en la impotencia, o en la conciencia -justa o errónea- de la impotencia. Desmoralización de los “vencedores” cuyo proyecto se limita, desde hace mucho tiempo, a la conservación a todo trance del poder. Y desmoralización de los ciudadanos, al margen de la política que, como masa neutra, apoya de modo pasivo a los detentadores del poder, porque solo están pensando en su propia condición de sobrevivientes”. Es una crisis moral que debemos atajar intentando la ruptura para la que tenemos muchas razones. 

28/06/2020:
Ilustración: Ashley Wood.

ATAQUE AL CIUDADANO

El ataque al centinela
Enrique Prieto Silva

Insistimos en exponer nuestro criterio jurídico sobre la mala praxis de la justicia militar, por cuanto aún existen abogados militares operadores es esta justicia tan vapuleada por la ignorancia, toda vez que insisten en seguirla utilizando vulgarmente como garrote del gobierno, con poca crítica doctrinaria por parte de los defensores y comunicadores sobre estos casos.

A pesar de  la reacción positiva que se logró con el amparo constitucional interpuesto ante la Corte Marcial por el Foro Militar Venezolano en enero del año pasado, que a pesar de su declinación ante la Sala Constitucional, como era de esperarse por la competencia, vimos el efecto de del petitum, al no continuar con la práctica morbosa de esta justicia, hasta lo ocurrido con el caso publicitado de la oficial de la Guardia Nacional con una profesional del derecho.

Volvió a aparecer la solicitud de enjuiciamiento por la supuesta comisión del delito de ataque al centinela, del que ya comentamos, aclarando que este delito se configura cuando se ataque a un centinela “…un guardia o vigía militar emplazado en un puesto de observación para proteger un lugar, instalaciones, material o persona de una organización militar…”, lo que no se debe confundir con la agresión a la persona de un ciudadano militar por el solo hecho de serlo.

Por otra parte, es conveniente aclarar, que el llamado fuero para la persona militar dejó de existir en Venezuela y de acuerdo con la Constitución de 1999, son juzgados por la justicia militar solo los delitos de naturaleza militar, que son aquellos establecidos en el Código Orgánico de Justicia Militar, y que se cometen contra la  organización de las fuerzas armadas, o en una acción u operación militar.

En este sentido es necesario aclarar, que la ley no protege al militar como tal sino cuando cumple función en servicio de esta naturaleza, mientras que cuando cumple funciones diferentes, la comisión que haga de un delito será absorbido por la justicia ordinaria. 

Es el caso, que cuando los órganos y unidades militares actúan en funciones de orden público, su acción es policial. Se cumple el apotegma de que la función arrastra al órgano. En este sentido, cualquier delito de agresión tanto del militar contra una persona o viceversa contra él en cumplimiento de una actividad no militar, debe ser juzgado por los tribunales ordinarios, tal como lo contempla el artículo 261 de la Constitución.

Exhortamos a los abogados que ejercen como defensores en los tribunales judiciales, a exponer su repertorio teórico sobre el proceso penal y a exigir a los operadores de esta justicia, que actualicen su proceder conforme a la normativa penal militar moderna.

También, los militares que ejercen la acción disciplinaria, deben entender que en derecho penal militar, no deben confundir la justicia militar con el derecho disciplinario, antes regido por el Reglamento de Castigos Disciplinarios y hoy por la Ley de Disciplina Militar. La disciplina es de comando y la justicia militar es del poder judicial, donde no intervienen los mandos militares.

29/06/2020:
Fotografía: María de los Angeles Palmera, primer teniente de la Guardia Nacional, golpe a la bogado Eva Leal, en el piso (tomada de las redes).
Cfr.
Itervenciones diputados Carlos Lozano y Luis Barragán (2017), referidos a la justicia militar y, específicamente, a la "tesis peregrina" del ataque al centinela:

OCHO RECOMENDACIONES

«Hay que lograr que Guyana y Venezuela negocien directamente una solución práctica”
El historiador Manuel Donís, Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia y docente investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UCAB, considera que no todo está perdido en el caso que la Corte Internacional de Justicia revisará el 30 de junio sobre el Esequibo
Elvia Gómez
 
El pasado 29 de mayo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) anunció que este 30 de junio iniciará, desde La Haya y vía telemática, las audiencias orales para atender la solicitud del Gobierno de la República Cooperativa de Guyana, que busca poner fin a la antigua controversia territorial con Venezuela por el Esequibo.
Guyana le está pidiendo a la CIJ que desconozca el vigente Acuerdo de Ginebra de 1966 (que establece la vía de negociación amistosa y satisfactoria entre ambos países) y declare como válido y vinculante el Laudo Arbitral de París de 1899 (que le adjudicó el territorio en reclamación al Reino Unido, para entonces en posesión de Guyana como su colonia).
Manuel Alberto Donís Ríos (Caracas, 1950) ha dedicado 34 años al estudio histórico de las fronteras de Venezuela, y particularmente las del Esequibo. Califica al laudo arbitral de París como una “fatídica decisión” que “nos arrebató 159.500 kilómetros cuadrados de territorio”.
A diferencia de quienes le auguran que la CIJ fallará a favor del reclamo de Guyana de adquirir plena soberanía sobre el territorio en reclamación, el experto del Instituto de Investigaciones Históricas “P. Hermann González Oropeza, SJ” de la Universidad Católica Andrés Bello (IIH UCAB), opina que la CIJ “no la tiene fácil” con este caso y cree que hay todavía espacio para recomponer la discusión del diferendo con ganancia para ambas partes.
Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia desde octubre de 2011, Donís obtuvo su Doctorado en Historia en la UCAB con la tesis “Guayana: génesis compleja de una incorporación territorial”, aprobada Summa Cum Laude con mención publicación.
Solo en el último lustro, el profesor, docente e investigador a tiempo completo del IIH UCAB, ha producido cuatro nuevas publicaciones sobre el tema del Esequibo y los límites territoriales entre Venezuela y Guyana.
Con su más reciente libro, titulado “Venezuela y sus espacios marítimos en el Atlántico ayer y hoy” y publicado por abediciones este mismo mes, quiere llamar la atención sobre la necesidad de que exista voluntad política y unidad nacional para optar por la vía bilateral de negociación diplomática.
“Yo quitaría la figura de buenos oficios y colocaría las negociaciones directas, con profesionales de todas las tendencias, dejando de lado la parte ideológica. Se trata de intereses nacionales, es Venezuela y sus espacios geográficos y marítimos lo que está en juego, es el legado para las nuevas generaciones. También habría que hacer un trabajo a través de los medios de comunicación diciéndole al colectivo venezolano que una solución práctica y satisfactoria no conlleva, nunca ha conllevado, que Guyana prácticamente desaparezca del mapa al darnos las tres cuartas partes de su territorio. Los venezolanos hemos resuelto muchos retos y aquí está otro”.
Usted es docente investigador adscrito al IIH-UCAB desde hace mucho. ¿Cuáles son las fortalezas de este Instituto en el conocimiento de las fronteras nacionales?
«Una de las líneas más fuertes del IIH es la historia territorial de Venezuela. Yo ingresé hace 35 años al Instituto, que fue el primero que creó la UCAB, y me transformé en el alumno del padre Hermann González Oropeza, que lo fundó con el padre Pablo Ojer Celigueta, en 1956. Ambos fueron los expertos enviados por Venezuela para recopilar, en los archivos de EEUU, Gran Bretaña y otras partes de Europa, la documentación necesaria para justificar histórica, geográfica, jurídica y cartográficamente la reclamación del territorio Esequibo. Una vez conocido (1949) el memorándum de Severo Mallet-Prevost que nos permitió saber la farsa del laudo de 1899, con autorización de la Compañía de Jesús y de la Cancillería, González y Ojer se dieron a la tarea de buscar la documentación que sirvió para la firma del Acuerdo de Ginebra, el 17 de febrero de 1966 entre Gran Bretaña, la  Guayana Británica y Venezuela. Hermann González y Pablo Ojer microfilmaron y copiaron esa documentación que hallaron en los archivos de medio mundo y que ahora reposa en el Archivo General del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela. Ambos permanecieron por unos 40 años como asesores de la Cancillería venezolana».
Usted termina el libro “Venezuela y sus espacios marítimos en el Atlántico ayer y hoy” con ocho recomendaciones al Poder Ejecutivo para abordar la controversia sobre el Esequibo. Con tanto conocimiento acumulado en el IIH UCAB, ¿han tenido ocasión de hacer llegar sugerencias a la Cancillería en los últimos 20 años?
«Yo fui asesor histórico de la Dirección General Sectorial de Fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores y estuve encargado durante un tiempo de la mapoteca histórica, porque he trabajado la cartografía histórica. Luego, junto con el padre Hermann González, fui asesor histórico de la Cancillería. Eran otros tiempos. No tanto a mí, que estaba comenzando, sino al padre Hermann, nos consultaban sobre diversas áreas. Eso dejó de ser así. Solo el año pasado recibí una invitación del Ministerio de Relaciones Exteriores para asistir a una exposición que iba a hacer el canciller sobre la respuesta que debía dar Venezuela a Guyana, pero me llegó de un día para otro y no tuve ni siquiera la oportunidad de responder. Lamentablemente, cuando se trata de publicaciones de la UCAB, y más en esta área, hay reservas. Somos todos venezolanos y estos son intereses nacionales que deben estar por encima de cualquier otra consideración».
¿Cómo evalúa la estrategia de Venezuela ante Guyana en los últimos 20 años, respecto del período anterior?
«No lo digo yo sino los documentos: el presidente Chávez comenzó bien, protestando cada vez que, de manera unilateral, Guyana violaba el Acuerdo de Ginebra. Desde 1966 hasta 2004, cada vez que ocurría un incidente la Cancillería enviaba la nota de protesta oficial. En 2004 la cosa cambió y se radicalizó en 2007. La reclamación pasó a un segundo plano y privó la conveniencia de ganarse la buena pro de los países de habla inglesa reunidos en la CARICOM. El presidente Chávez dijo, y eso está escrito, que él dejaba de lado la reclamación y que Guyana podía dar concesiones en esa zona, siempre y cuando eso beneficiara a los dos países. Eso le hizo daño a la reclamación y Guyana ha rescatado eso y lo coloca ahora como aquiescencia. La cuestión ideológica ha perjudicado la posición venezolana. Sin embargo, a partir de 2014 hubo detenciones, por parte de la Armada de Venezuela, de embarcaciones de compañías petroleras a las cuales Guyana les otorgó autorización para estudios del fondo marino y submarino en nuestros espacios de la zona en reclamación. Esas concesiones petroleras han dado excelentes resultados y Guyana podría transformarse en un nuevo Kuwait en América Latina. Guyana se olvidó de la hermandad ideológica de los amigos marxistas y logró en el Grupo de Lima que la primera declaración contemplara que Guyana tenía derecho a la Zona en Reclamación».
¿Cómo cree que el contexto político internacional y el cuestionamiento mundial contra Nicolás Maduro afecte el reclamo que la CIJ va a considerar el 30 de junio?
«Como historiador digo que debemos esperar al 30 de junio y ver qué decide la CIJ, que no la tiene fácil. Tiene que decidir primero si es o no competente para este asunto. Luego tendría que contar con el visto bueno de Venezuela. El Gobierno del presidente Maduro ha hecho lo correcto, ha dicho que Venezuela no tiene que comparecer a esa audiencia. El secretario general de la ONU no tenía competencia para, pasando por encima de los seis o siete medios pacíficos contemplados en el Acuerdo de Ginebra, decir que la solución era elevar, como lo hizo, este asunto a la CIJ. Si la Corte Internacional de Justicia llegara a decir que el Laudo de París es válido estaría pasando por encima del Acuerdo de Ginebra que firmaron Guyana, Gran Bretaña y Venezuela. Ese acuerdo está vigente y contempla buscar una solución práctica y satisfactoria para ambas partes. Ahora, como ciudadano, sí estoy preocupado porque, en esta coyuntura en la que nos encontramos de vulnerabilidad total, la CIJ pudiera decidir en contra nuestra, aunque no las tiene todas consigo a pesar de las presiones que pudieran estar ejerciendo la Exxon o los gobiernos».
¿Cree que los jueces de la CIJ pueden ser más vulnerables a las presiones políticas y económicas que apegados al Derecho? ¿Qué dice de eso el registro histórico?
«Claro que están sujetos a presiones de todo tipo. Veamos el ejemplo de la decisión arbitral de 1899 que nos costó el territorio Esequibo. Cuando uno lee cómo se llegó a esa decisión, 5 a 0 en contra de Venezuela, teniendo Venezuela los legítimos títulos sobre el territorio y no teniendo Gran Bretaña ninguno, uno se da cuenta de que aquí las decisiones no son de estricto derecho sino que hay maniobras económicas, presiones de todo tipo. Decía el padre Hermann González que los venezolanos somos dados a creer en el estricto derecho y la buena fe, que cuando hablamos de una nación hablamos de la ‘hermana república’ y resulta que los países tienen in-te-re-ses, lo mismo tienen los tribunales internacionales. El derecho, decía el padre Hermann González, amerita cierto grado de fuerza y cierto grado de malicia para que el país logre su objetivo geopolítico. Pero, que Venezuela no esté en una posición favorable, no significa que todo está perdido. El Acuerdo de Ginebra es válido y es muy claro en el sentido del entendimiento, el arreglo práctico y satisfactorio. Quizás nos haya hecho mucho daño que los gobiernos anteriores no supieron manejar el asunto de ‘soluciones prácticas’ y se le ha dicho a los venezolanos que la reclamación es todo o nada: 159.500 kilómetros cuadrados y ya. No, una solución práctica es ganar y ceder, y una solución práctica puede ser un territorio que Venezuela decida que le conviene, más los espacios marítimos. Eso no necesariamente va a ir contra la totalidad del territorio reclamado, porque el vecino quedaría prácticamente sin territorio. Eso no lo permite la legislación internacional».
¿Cuál solución práctica pudiera ser?
«A como dé lugar la diplomacia tendría que lograr que Guyana y Venezuela se sienten a negociar de manera directa, sin interferencias de terceros y sin politización alguna. Venezuela tiene que salir de la figura de los buenos oficios, que desde 1984 no ha conducido a nada, e ir a negociaciones directas con cosas concretas. Cualquier situación que ocurra, y estoy hablando de los espacios marítimos, lleva a una segunda etapa. Hay que tener gentes calificadas, nacionales e internacionales, con conocimiento a profundidad del tema. Esto no es un asunto histórico, esto es jurídico. Hay que hacerle ver a Guyana la inconveniencia de no resolver este asunto porque necesita darle seguridad jurídica a las compañías que están en el Esequibo explorando y explotando el petróleo. Guyana no puede pretender, en su tesis maximalista, bloquearle a Venezuela su salida al Atlántico, lo ha intentado y trató de torpedear el acuerdo firmado entre Venezuela y Trinidad, en 1990, sobre áreas marinas y submarinas. Así controlaría desde la desembocadura del Orinoco hasta la desembocadura del Esequibo, que es la única salida de Venezuela al Atlántico, vital para la economía, en especial para las empresas básicas de Guayana. Aun en el peor de los casos, logrando que la CIJ le ratifique el laudo de 1899, Guyana tendría que sentarse a negociar con Venezuela las áreas marinas y submarinas en nuestra zona en reclamación. En el caso del mar, pudiera considerarse una explotación conjunta de recursos, del gas y del petróleo en la zona en reclamación».

Consideraciones finales del libro “Venezuela y sus espacios marítimos en el Atlántico ayer y hoy” 
El Gobierno venezolano debe asumir una actitud contundente frente a Guyana.
  • Mantener como criterio claro la falta de competencia del Secretario General de las Naciones Unidas para elevar la reclamación a la Corte Internacional de Justicia.
  • El Acuerdo de Ginebra tiene vigencia y establece los mecanismos para resolver la controversia, pero ante el fracaso de la figura de los Buenos Oficios hay que acudir a los otros mecanismos. Pero con una condición: no para agotarlos todos y volver a empezar. Hay que resolver en el menor tiempo posible la controversia territorial.
  • La delimitación de los espacios marinos y submarinos debe ser resuelto mediante acuerdo entre las partes, previo arreglo de la frontera terrestre.
  • Debe reafirmarse públicamente que la salida libre al océano Atlántico no es negociable.
  • El Gobierno debe pronunciarse de manera contundente sobre los actos unilaterales que ejecute Guyana en la Zona en Reclamación y en el Mar Territorial, Zona Económica y Plataforma Continental adyacentes.
  • La Armada Nacional Bolivariana debe continuar con el patrullaje en la fachada atlántica y espacios marinos de la Zona en Reclamación.
  • Venezuela debe preparar una Comisión especial de expertos y juristas nacionales e internacionales para atender la Reclamación en los actuales momentos.
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Gerson Revanales: «Chávez hizo una entrega tácita del Esequibo» #Entrevista
“En el año 2004, de una forma muy irresponsable, le manifestó al presidente Bharrat Jagdeo que Venezuela no va a interferir en el desarrollo económico y social de Guyana y eso no es factible cuando están en juego 159 mil kilómetros cuadrados”

El martes 30 en la Corte Internacional de Justicia no se va a demostrar si nosotros tenemos derecho o no sobre el Esequibo, solo se va a decidir si esa instancia, tiene jurisdicción o no, para tratar este tema, más nada, dice el especialista.
El internacionalista Gerson Revanales considera que la falta de patriotismo y de nacionalismo de los gobiernos de los últimos veinte años, los hace responsable de que podamos perder la zona del Esequibo por no haberse verdaderamente impuesto por la vía diplomática, por la vía económica, por la vía de las negociaciones, que se han suscitado desde la época de Simón Bolívar, quien en 1822 plantea la primera reclamación a la Corona Inglesa.
Este martes 30 de junio Venezuela está emplazada, por solicitud de Guyana, de comparecer ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), a los fines de resolver el problema del diferendo, que sostienen ambos Estados en relación al tema del Esequibo.
Revanales es embajador de carrera por concurso, cursó estudios internacionales en la Fletcher Scooll Law and Diplomacy (EEUU), es profesor en el doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela UCV y actualmente se desempeña como asesor del presidente encargado Juan Guaidó y de la Comisión Política Exterior de la Asamblea Nacional.
En el medio de los internacionalistas está planteada una discusión sobre si Venezuela comparece ante la Corte Internacional de Justicia, instancia donde se ventila el caso del diferendo con Guyana. ¿Qué piensa usted, al respecto?
-En principio esto no es una cuestión de si debe o no debe comparecer. Esto es una cuestión de política exterior. Desde el año 1945, cuando se creó la CIJ, Venezuela decidió no reconocer la jurisdicción de esa instancia, y esa ha sido su línea estratégica. Yo difiero de todas estas personas, que están planteando como si esto fuera un tribunal de primera instancia, donde tú estás obligado a asistir a la llamada del juez.
-Los organismos internacionales se manejan de otra forma, porque existe algo que es la soberanía, y esa soberanía no te la puede desaparecer ninguna otra instancia, y tú eres el que decide. Ya el gobierno lo ratificó… Porque siempre desde el año 1945, y cuando se llegó al Acuerdo de Ginebra, se estableció una ruta de una serie de mecanismos políticos, jurídicos y diplomáticos, para resolver el compromiso.
-Ya nosotros dijimos que no se va a comparecer, y sí se van a prestar todas las facilidades, que puedan requerir los jueces, para determinar si tiene jurisdicción o no. Pero no es una cuestión que se debe o no comparecer; porque no se le puede imponer a ningún Estado esos deberes, pues los Estados son soberanos, y deciden a donde van.
Pero, ¿a usted no le parece que sería conveniente que nuestro país aprovechara esta circunstancia, para demostrar que tiene razón, en lo que atañe a esta reclamación una vez más?
-El día 30 en esta instancia no se va a demostrar si nosotros tenemos derecho o no sobre el Esequibo. Esa es la gran confusión que puede tener la gente. Ahí se va a decidir si sobre esa instancia, que es la CIJ, tiene jurisdicción para poder tratar este tema, más nada. Ahí no se va a entrar en el fondo de la materia. Otra cosa sería que se fuera a dilucidar sobre los derechos históricos que nosotros tenemos desde la Real Cédula, que creó la Capitanía General de Venezuela. Son dos cosas totalmente diferentes.
-Esta es una cuestión técnica, y como técnica Venezuela ha dicho: yo no reconozco esta jurisdicción, y eso lo establece el propio estatuto de la CIJ, y el cual señala que los Estados, para reconocer la jurisdicción de esa corte tienen que hacer una manifestación expresa o tácita a través de un acuerdo, una manifestación de voluntad en un mecanismo internacional. Eso no se ha hecho. Esta no es una cuestión jurídica.
 ¿Por qué Venezuela no ha estado interesada en estar dentro de la jurisdicción de esa corte?
-Hasta ahora Venezuela lo ha tenido como doctrina, y es porque hay algunos antecedentes, en los cuales ha salido perjudicada en estos mecanismos arbitrales. Primero, el Laudo de María Cristina, donde perdemos parte del territorio frente a Colombia; luego, el Laudo Arbitral de París. Entonces, en estos dos laudos salimos mal parados, en términos criollos. Posteriormente, cuando comienza el tema de la reclamación con Guyana, hay una serie de elementos de vicio sobre ese Laudo Arbitral, que fue organizado de una forma de mala fe, por el señor Federico de Martens, en componenda con los jueces ingleses, y de ahí fuimos despojados de 159 kilómetros cuadrados, que le corresponden al Esequibo.
-Ante estos antecedentes muy negativos que tenemos por la vía arbitral, cuando se crea la CIJ en el año 1945, el doctor Caracciolo Parra Pérez, cancilleer del gobierno del presidente Isaías Medina Angarita, decide que no firmamos el convenio de la corte, y eso ha sido parte de nuestra doctrina. Otro elemento que va a influir a la no pertenencia a esa corte, y esto es un mensaje asimismo para aquellos que se preguntan que por qué no vamos a esta instancia, es que Colombia también nos está esperando, a propósito de lo que suceda allí, para proceder de la misma manera, en ese sentido. Esos son los elementos, digamos, de convicción, que inciden para que Venezuela no reconozca esa instancia.
-Pero no es únicamente Venezuela. Hay un caso muy particular de Colombia, y donde este país tuvo allí una decisión en contra, con motivo del tema de las Islas del Rosario, y el presidente Juan Manuel Santos reaccionó inmediatamente: dijo que desconocía el fallo de la CIJ.
¿Es cierto que Guyana comenzó a incursionar en esa zona con fines de explotación económica, a raíz de unas declaraciones de Hugo Chávez, quien dijo que Venezuela no se oponía a esos planes, si es que iban en beneficio del pueblo guyanés.
-Totalmente cierto, la negligencia del este gobierno ha sido expresada por los conductores de nuestra política exterior, que son los presidentes de las República. El presidente Chávez en una forma muy irresponsable en el año 2004, a raíz de un encuentro con el presidente Bharrat Jagdeo, le manifiesta que Venezuela no va interferir en el desarrollo económico y social de Guyana.
-Eso es factible; pero no cuando están en juego 159 mil kilómetros cuadrados, que pertenecían originalmente a Venezuela. Eso es una entrega que hizo tácita el entonces jefe del Estado. Posteriormente, creo que en el 2013, el señor Nicolás Maduro lleva a cabo una declaración muy similar; en cuanto a la cesión de nuestros derechos en esa zona. ¿Eso cómo lo toma Guyana? Lo toma como la falta de desinterés que tiene Venezuela por el Esequibo.
-Ahora, ese desinterés existe, porque ha sido claro que este gobierno ha utilizado el tema de Guyana como una carta política, para granjearse la voluntad de todo el Caricom, de los Países no Alineados y, particularmente, de unos deseos de Fidel Castro, quien desde los primeros momentos, en el marco de la independencia de Guyana en el año 1966, se manifiesta a favor de nuestro país vecino, y de allí que Castro ha tenido una relación muy íntima con Guyana. Recordemos que en las guerras africanas, Guyana servía de puente aéreo para las tropas cubanas, que iban a combatir en Africa del Sur y en Namibia.
-Entonces, existe una relación de cooperación entra Cuba y Guyana. Se supone que Fidel Castro siempre le dijo al presidente Chávez que dejara morir esa reclamación, y lo digo porque al inicio de su gobierno, siendo yo entonces director de la dirección de cooperación de la Cancillería, Guyana le otorgó unas concesiones a la Bell Aero, una empresa americana satelital, para instalar unas antenas, y el entonces canciller José Vicente Rangel emitió dos notas de protesta, reclamando la entrega de esas concesiones.
-Pero entre 2004 y 2013, fueron muy pocas las reclamaciones que le hizo Venezuela a Guyana a ese respecto, con la excepción de la detención de un buque explorador, y todo eso gracias a la insistencia de la Asamblea Nacional. Si no es por la AN que, incluso, creó una comisión para la defensa del Esequibo y del Atlántico, verdaderamente, que no sabemos que ha sucedido.
-La vicepresidenta, señora Delcy Eloina Rodríguez, este viernes en la mañana se dio golpes de pecho, a propósito de la defensa del territorio del Esequibo. Pero eso no lo hizo cuando ella era canciller, y entonces el señor Ban Ki-Moon, secretario general de las Naciones Unidas en el año 2016 anunció que, si para el 2017 no había una solución factible con motivo del tema de Guyana, se remitiría este caso a la CIJ; sabiendo que nosotros no reconocemos esa instancia.
-Su sucesor, el señor Antonio Guterres en un corre, ve y lleva, igualmente, asume esa posición de su antecesor, y vuelve nuevamente a desconocer nuestra posición con respecto a la CIJ, y remite a esa instancia el caso de Guyana, y en esos instantes, el país que tiene las mayores reservas del mundo fue muy débil; no pudo hacer la presión suficiente, para evitar que eso llegara esa instancia.
-No obstante, hoy el gobierno está rasgándose las vestiduras por la defensa del Esequibo, y resulta que el año pasado, la Subcomisión de Defensa del Esequibo, que preside William Dávila se trasladó a la isla de Anacoco, y siendo la AN una institución del Estado no tuvo el apoyo del gobierno en ningún momento, y no fue sino gracias a la gentileza de la guerrilla del ELN que esa comisión de diputados y de asesores técnicos pudo llegar a las orillas de Anacoco.
-Entonces, una carretera de 70 kilómetros le llevó a este subcomisión ocho horas, para poder llegar al sitio, y lo que deja ver el desinterés que tiene el gobierno para defender esa frontera; donde debería haber un fuerte militar; presencia de los ministerios de Educación, de Salud, de Defensa, de Relaciones Interiores en esa zona fronteriza y demostrar, verdaderamente, las fortalezas de Venezuela desde el punto de vista diplomático. No, no existe nada de eso; la presencia que hay allí es la de los cuerpos armados de todo tipo.
-De modo que hoy, cuando la señora Rodríguez ofrece una rueda de prensa, acompañada por una serie de ministros; defendiendo nuestra posición. ¡Bienvenido! Ella habla de unidad en defensa del Esequibo, en efecto, sólo que allí no estaban presentes las universidades que se han pronunciado, sobre todo, sus escuelas de derecho; las academias que han emitido cuatro declaraciones en defensa del territorio. Unicamente lo que había allí era un solo grupo de venezolanos; que bienvenidos a esta posición nuestra; pero allí deberían estar también gremios empresariales y sindicales, asociaciones, organizaciones no gubernamentales, que tienen que ver con este asunto.
Quizás esta sea una pregunta ingenua: ¿el gobierno ha cambiado de parecer, porque ya no está presente la figura de Fidel Castro?
-Cambió de parecer porque hay una presión política, y gracias a la defensa que ha hecho en los tres últimos años la AN y la propia subcomisión en defensa del Esequibo; de modo que el gobierno se ha visto en la necesidad de salir a pronunciarse, en ese sentido. Porque es una cuestión también de interés nacional y hasta electoral la defensa de ese territorio.
¿Cuál es la consecuencia, a su modo de ver, si nosotros perdemos el Esequibo?
-Desde mi punto de vista yo pienso que no son solamente los 159 mil kilómetros cuadrados. Eso va más allá; porque implica, primero, la desintegración de nuestro territorio, tomando en cuenta que cuando nació Venezuela, el Esequibo formaba parte de su territorio. La primera reclamación la hace el Libertador en 1822 a la Corona Inglesa. Se trata de un problema de soberanía; de integridad territorial; de los recursos naturales que se pueden encontrar, tanto en el área terrestre, como en el área marina.
-En el área marina es la salida nuestra al Atlántico. Una decisión en contrario empoderaría a Guyana, y habría que hacer una delimitación de las áreas marinas y submarinas en esa fachada Atlántica, y donde los países fronterizos que están ahí, además de Guyana, Surinam, Santa Lucía, Rosario; todo ese conjunto de islas de sotavento nos trancarían el paso de nuestros productos que salen por esa frontera.
-No son sólo 159 mil kilómetros, repito, se trata de un problema de soberanía, de integridad nacional, que pone en riesgo nuestra propia existencia como estado en esa zona.
La Fracción 16 de Julio de diputados está emplazando a Juan Guaidó, a los fines de que la AN responsabilice a quienes nos han llevado a esta situación. ¿Qué piensa usted?
-Es que mira: la responsabilidad que tiene Nicolás Maduro es histórica, si es que se pierde el Esequibo; en especial, por la negligencia, la falta de profesionalismo de su Cancillería en el manejo del tema de Guyana. Yo comencé mi carrera diplomática en el año 1982 en Guyana, y los negociadores hoy de Guyana son funcionarios que han estado en su Cancillería desde aquella época. Hoy en día quienes están al frente del escritorio de Guyana son personas, vamos a decir, recién llegadas a ese tema.
-La falta de patriotismo o de nacionalismo; que pudo haber tenido este gobierno en los últimos 20 años los hace responsable de que podamos perder esa zona por no haberse verdaderamente impuesto por la vía diplomática, por la vía económica, por la vía de las negociaciones. No hay que ir a las armas para alcanzar objetivos en materia de política exterior. Nada de eso; pero sí hay una fortaleza diplomática; que se puede ejercer; habiendo sido Chávez ese líder continental que se quiso revestir; muy bien pudo haber logrado esa acepción internacional, que tenía, en defensa de sus intereses, pero le resultó más interesante comprar la voluntad de todo el Caribe, a través de Petrocaribe y del resto de mecanismos que estableció, para comprar los votos en los diferentes organismos a costa del territorio del Esequibo.
–Y si llega a salir a favor la decisión, de que la parte reconozca que no existe jurisdicción, no es un triunfo del señor Nicolás Maduro. Es un triunfo de la política exterior de Venezuela desde hace 40 años, cuando se instauró aquí la democracia en el año 1958. Eso lo tiene que tener muy claro el lector de tu periódico. La responsabilidad de Maduro, por un lado, es total, si se pierde. Pero en caso de un triunfo, no sería de él, sino de la política instaurada en el año 1958; cuando llegó la democracia; así como la lucha y la insistencia de la actual AN. Eso lo tienes que poner textual.
Asimismo, la Fracción 16 de Julio ha propuesto que se nombre un comisionado, que se ocupe especialmente de este tema de la reclamación del Esequibo. ¿Está usted de acuerdo?
-Yo no estoy de acuerdo con esa propuesta. Porque ten en cuenta una cosa: la política exterior la dirige quien contesta el teléfono; es decir, quien está en la Cancillería. Guyana, y más hoy, va a negociar con un representante de Maduro. Ten en cuenta que el gobierno que está saliendo ahora de Guyana, el general Davis Granger era enemigo de Venezuela y de Maduro; de los dos. Pero el nuevo presidente, Irfaan Ali para Guyana es amigo, correligionario y socio político de Maduro; sin embargo, Venezuela siempre será un enemigo de Guyana, porque le quiere quitar ese territorio.
-El comisionado que nombre Guaidó, va a ser un comisionado virtual; porque nadie le van a atender. En Georgetown nadie le va a atender el teléfono. Entonces, ¿con quién va a negociar? Las negociaciones son como el tango; que se baila entre dos, y Guyana en ningún momento va a sentarse en la mesa con un representante de Guaidó; porque no tiene ningún tipo de poder o no conduce la política exterior. Así como las Naciones Unidas no reconocen al señor Guaidó, CIJ tampoco reconoce a Guaidó.
-Pueden haber 60 países que reconocen a Guaidó; pero hay 150 más que no se han manifestado, al respecto. De manera que no es cuestión de nombrar un ministro de Relaciones Exteriores o un Comisionado; porque, ¿con quién va a negociar? Además, está muy temprano todavía. No sabemos que va a suceder; porque los procesos de negociación tienen que madurarse; hay que ver cuál es la situación; qué es lo que se va a decidir en la CIJ: si tiene jurisdicción, y si la tiene; pues la CIJ verificará si hay elementos de derecho y de hecho, para hacer el análisis de la situación; donde ninguno de los dos Estados se encuentren en desventaja.
-De modo que si la CIJ decide en algún momento; no es que lo va a hacer en contra directamente de Venezuela. Puede incluso decidir a favor nuestro, sin estar nosotros presentes. Eso no es un tribunal, como aquí de primera instancia. Estamos hablando de unos magistrados internacionales; que tienen un respeto a nivel internacional. Entonces, no es cuestión de que estamos frente a un juez en una esquina.
-Hemos visto que las negociaciones por vía de los buenos oficiantes; por la vía de los comisionados, no han dado resultados. Esa es mi opinión ya muy personal. Yo creo que debe haber un momento en que se sienten las dos cancillerías; los dos gobiernos directamente a negociar, y la negociación no puede ser un juego suma cero; como está planteado: los 159 mil kilómetros o nada. Aquí hay que llevar a cabo un juego de suma variable; donde las dos partes podamos salir ganando, como lo dice el Acuerdo de Ginebra.
-El Acuerdo de Ginebra dice que hay que buscar una solución práctica y satisfactoria, pues una solución por la vía judicial no constituye una solución ni práctica ni satisfactoria. La ley es la ley: dura lex; como dice la gente que habla latín. Ahora, Guyana no se va a sentar con nosotros a ex profeso, y sólo lo hará, si nosotros tenemos los mecanismos para llevarla a una mesa de negociación, y los tenemos; porque cualquier acción que se introduzca en un tribunal internacional; que ponga en riesgo las inversiones extranjeras, que se están llevando a cabo en Guyana; tanto en el tema de exploración; como en la explotación en las distintas áreas de los territorios: mineras, madereras; cualquiera amenaza pueden poner en peligro esas inversiones.
¿De modo, a su juicio, que lo mejor es resolver este asunto por la vía de Estado a Estado?
-Es la vía que va quedando: el Acuerdo de Ginebra establece una ruta. La vía de la mediación, la vía de la negociación: hemos utilizado diferentes vías a través de terceros. Ahora, directamente, de Cancillería a Cancillería nunca ha sido posible, y la pregunta es: ¿cómo hacemos para lograr eso? Mira, el señor Guaidó tiene que estar en Miraflores; para que él decida. Porque este gobierno difícilmente tiene la fortaleza para realizar eso. Por múltiples razones: por razones políticas; por razones de prestigio.
-La decisión que tome la CIJ nosotros la podemos desconocer; porque esa jurisdicción no tiene valor para nosotros, y aun cuando los países, que reconocen a esa CIJ pueden reconocerla. Pero siempre quedará sobre las empresas transnacionales, que están explotando en esas áreas una Espada de Damocles en un momento en que cambie la situación, y se pueda dar un desconocimiento a todas esas concesiones., porque el propio artículo 5 del Acuerdo de Ginebra dice que las concesiones que se lleguen a dar no dan derecho propio. Entonces, siempre es un riesgo al que están sujetas.

29/06/2020:
https://www.larazon.net/2020/06/gerson-revanales-no-es-una-cuestion-de-si-debe-o-no-comparecer-esto-es-una-cuestion-de-politica-exterior/
Cfr
https://lbarragan.blogspot.com/2020/06/quien-atendera-el-telefono.html

AVISOS

(Recordemos que, al clickear sobre a imagen, ésta se amplía).

1.- LA ESFERA, Caracas, 1946: María F. Sigillo aportó al grupo facebookeano  Caracas en Retrospectiva, el 03/05/2020), el aviso en cuestión. Probando de nuevo la bondad del medio, varias fueron las personas que intervinieron paa enriquecer la nota. Seguídamente, citando algunas:

Renny Rangel, ubicó la tienda empleando los recursos que domina tan extraordinariamente. Refirió: "El predio Nro. 45 en la decada de 1960 ya era parte de un estacionamiento junto con el 47,49 y el 51 (cuatro casas demolidas). Actualmente se encuentra la sede del Ministerio Público de la Defensoría".

"Orlando Torrellas Ese es el actual bulevard Panteón mas o menos al frente de Arturos".

"José Eduardo Espinoza D Reloj del abuelo de olmo. Siglo XVIII. Luis XVI década 1790 Precio actual 4569,69 dollares".

"José Eduardo Espinoza D La celebracion de un caballero obra Philips Wouwerman (Haarlem, 1619 – Haarlem, 19 de mayo de 1668) fue un pintor holandés especializado en cuadros de batallas, cacerías y paisajes. Su habilidad principal fue pintar caballos, por lo que prefirió temas que permitiesen incluirlos. Se le atribuyen un millar de obras , el estudio más reciente sobre este pintor, debido a Birgit Spero chumacher (2006), restringe la cifra de pinturas auténticas a unas 560 y considera que las demás las crearon dos hermanos menores del maestro, Pieter (1623-1682) y Jan Pauwelsz. Wouwerman (1629-1666), así como imitadores de diversos países europeos. Posiblemente la de Caracas sea imitacion".
"Nicomedes Febres Luces Alfredo Boulton en el primer tomo de su Historia de la Pintura en Venezuela hace un recuento del inventario sobre el arte colonial existente en venezuela pintado aqui o fuera. Luego hay una gran oscuridad salvo alguna cronica suelta de venta de obras de arte en sastrerias de Caracas como negocio anexo y eran los hombres solos quienes las adquirian, por lo que salvo prueba en contrario debe ser el primer aviso de un anticuario".

"Jose Gabriel Escala Mèndez Wao... Pero esos no eran "cuadritos costumbristas..." Quien los habrá comprado y dónde estarán hoy dia?".

"Maria Filomena Sigillo Giannetto Jose Gabriel Escala Mèndez uno piensa mil cosas, que apasionante".


"Jose Gabriel Escala Mèndez Acabo de buscar sobre obras de Louis Monie en venta actualmente, hay tres para subasta: una en Londres, otra en París y otra en Bruselas... Pero no me suelta el precio de inicio, sino me suscribo a las casas de subasta!!! Perdimos ese boche Ma Filomena....! jajaja".

(https://www.facebook.com/photo.php?fbid=10157280464628927&set=gm.10158255151353544&type=3&theater).

2.- LA LEY, Maracaibo, 1907: De anteojito, tratamos de la explotación infantil. Aunque no había una normativa de protección al respecto, por lo que el medio podía ostentar cómodamente su nombre.  Entre las exigencias, la de saber leer y escribir es mucha, pues, la población venezolana era - por entonces - predominantemente rural y analfabeta.

Por lo demás, el peródico se ocupa de otras cosas y, para ello, hay un individuo informado que, en propiedad, es gestor. Le echa pichón a todo y, cuidado, si al detectivismo privado. Además, el periódico, como odo que se llame tal, es un buscador por excelencia de las informaciones que, ahora, prodigan las redes digitales.

Barato el trabajo, no admite regulación oficial alguna.

3.- EL UNIVERSAL, Caracas, 1973: Ya pcos imaginan el esqueleto del Centro Ciudad Comercial Tamanaco y sus alrededores. Antes, un "peladero de chivo", cuenta con na extraordinaria ubicación para las más variadas diligencias.

Con o sin pandemia, ya los centros comerciales de la capital están aquejados por la crisis económica. Quizá el CCCT, la pirámide invertida, ha sido uno de los pocos, salvo nuevo aviso, que se mantiene en pie por los servicios que presta.

4.-  EL HERALDO, Caracas, 1945:

Las páginas de los avisos clasificados de la vieja prensa de cualquier época, constituyen un tupido mundo de información. Quizá todavía esperan por el estudioso de las ciencias sociales al radiografiar cualesquiera e inimaginables actividades.

Un taller mecánico, entre lasesquinas de Principal y Santa Capilla, equivale para 2020 un extraordinario ejercicio de imaginación. La venta de un escaparate de caoba, todo un lujo, nos da idea del pesado mobiliario de una casa que estaba muy distante del teflón, el plástico, el aluminio y otros materiales que aligeran la vida doméstica.

En la carretera de E Valley Los Rosales (sí, carretera), se busca un pintor de pistola. De pistola de pintura y no de aquella que hoy anida en el sector, con un malandraje temible.

(LB)

domingo, 28 de junio de 2020

COHABITACIÓN Y ESEQUIBO

Entendamos el problema del Esequibo en el marco de una guerra no convencional
La cohabitación quiere confiscar el problema del Esequibo
Esperamos al cese de la usurpación para atender el caso de los activos en el exterior, pero no para nombrar a un Comisionado Ejecutivo para el Esequibo

El venidero 30 del presente mes, la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, celebrará la audiencia pública virtual relacionada con la demanda interpuesta por Guyana sobre el Esequibo. Al respecto, el diputado Luis Barragán aseguró que la decisión que finalmente adopte esa instancia no será vinculante para Venezuela, al igual que enfatizó la vigencia del Acuerdo de Ginebra, suscrito en 1966, descartando cualquier consideración que se haga del fraudulento Laudo Arbitral de 1899 que tan injustamente nos despojó del territorio.

“Creemos – agregó - muy importante que la opinión pública  esté pendiente de la referida audiencia, aún en medio de la consabida situación que atraviesa Venezuela,  demostrando no sólo que al país le duele el problema del Esequibo, sino el fracaso de un régimen que, desde sus inicios, trató de  subestimar su importancia y de aplacar cualquier inquietud que suscitara, cumpliendo así  con el tradicional apoyo que le ha dado Cuba a Guyana”.

Señaló que “ya hay una doctrina parlamentaria actualizada, con sólidos e inequívocos alegatos políticos, históricos y jurídicos, en una materia a la que ha contribuido en no poca medida la Fracción 16 de Julio, por lo que mostramos nuestra satisfacción por la opinión dominante en torno a nuestra legítima reclamación y a la ya consabida irresponsabilidad del régimen en el manejo de un asunto que muy antes tuvo la jerarquía de una política de Estado”.

Recordemos, la citada agrupación parlamentaria propuso que la Comisión Mixta del Esequibo iniciara una investigación y fijara la responsabilidad de los altos y medianos funcionarios de la usurpación en el manejo del problema, por todos estos años, pero también planteó el nombramiento  de un Comisionado Ejecutivo con rango ministerial por Juan Guidó, como presidente encargado de la República.

No  obstante, hay quienes igualmente opinan sobre la inutilidad de tal Comisionado, alegando que el gobierno de Georgetown jamás se entenderá con él, sino con el que atienda el teléfono en la Casa Amarilla, sede de la cancillería venezolana.

El diputado Barragán lamentó esta postura que “prueba, además una notable falta de imaginación para atender el problema, por cierto, en el contexto de una guerra no convencional como la que padece Venezuela, como si no hiciera falta una elevada instancia ejecutiva de coordinación de  las iniciativas y esfuerzos de los sectores académicos y de las organizaciones pro-esequibanas dispuestas a aportar a una distinta orientación política que le toca dar  la encargaduría presidencial de Juan Guaidó”.

Además, precisó el parlamentario: “El comienzo de una solución firme y convincente sobre el Esequibo, será con el cese de la usurpación, como lo referimos tiempo atrás en la plenaria del parlamento, pero esto no significa olvidar que necesitamos echar desde ya las bases de una política de Estado en la materia y, con una mayor habilidad, empuje y destreza diplomática de los jefes de misión de la encargaduría presidencial, neutralizar las diferentes campañas internacionalmente adelantadas por Guyana a su favor, por ejemplo. En el fondo, tratan de ridiculizar la propuesta como ha ocurrido con aquello de `pedir una pizza’ con el objeto de descalificar y desalentar la aplicación efectiva del TIAR, como si no comportara la tarea de promoverlo, diligenciarlo y concretarlo en los países adscritos, en lugar de esperarlo con los brazos sentados, algo que beneficia a Maduro y los cómplices que tanto le temen”.

Arguyó que el nombramiento del Comisionado en cuestión, debe adelantarse para la nueva orientación o ciclo político que reclama la Fracción 16 de Julio, aunque al diputado Barragán confiesa que “luce curioso que digan que debamos esperar al cese efectivo de la usurpación para ello, como no se hizo para nombrar a los actuales comisionados y representantes diplomáticos; o, peor, como no quieren esperar para el manejo directo de los activos y bienes de la República en el exterior al que se opone la 16 de Julio en forma contundente; entonces, ¿para un comisionado para el Esequibo sí hay que esperar y para  el manejo de esos activos, no?”.

Interrogado sobre la coincidencia de ciertos sectores del goberno y de la oposición para la defensa del Esequibo, con motivo de la audiencia del 30  de junio, acotó: “Debemos tener mucho cuidado, porque hay cohabitadores de estilo y vocación que cuentan con el Esequibo como el formidable pretexto para aliarse a la usurpación en la búsqueda de las curules que ansían en unas pretendidas elecciones para este año; y, con mayor razón,  estar alertas ante cualesquiera diligencias para suscribir un sorpresivo acuerdo o declaración entre las partes, relevando al régimen   toda responsabilidad por lo que ocurrió, está ocurriendo u ocurrirá en La Haya: la usurpación quiere confiscar al Esequibo”.

Finalmente acotó: “La Operación de Paz y Estabilidad (OPE), también es respuesta para la pérdida de control territorial interno por lo que queda de Estado, e inicio de otra convincente, coherente y eficaz frente a Guyana. Entendamos el problema en el marco de una guerra o convencional”.

28/06/2020:
http://www.opinionynoticias.com/noticiasnacionales/37187-esequibo
https://www.lapatilla.com/2020/06/28/entendamos-el-problema-del-esequibo-en-el-marco-de-una-guerra-no-convencional-asegura-el-diputado-barragan/
https://www.entornointeligente.com/barragan-necesitamos-echar-desde-ya-las-bases-de-una-poltica-de-estado-respecto-al-esequibo/
https://newstral.com/es/article/es/1154795102/entendamos-el-problema-del-esequibo-en-el-marco-de-una-guerra-no-convencional-asegura-el-diputado-barrag%C3%A1n
https://apuntoenlinea.net/2020/06/28/entendamos-el-problema-del-esequibo-en-el-marco-de-una-guerra-no-convencional-asegura-el-diputado-barragan/
https://extravenezuela.com/2020/06/28/entendamos-el-problema-del-esequibo-en-el-marco-de-una-guerra-no-convencional-asegura-el-diputado-barragan/

La cohabitación quiere confiscar el problema del Esequibo

El parlamentario de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio asegura que “el régimen trató de  subestimar su importancia y de aplacar cualquier inquietud que suscitara, cumpliendo así  con el tradicional apoyo que le ha dado Cuba a Guyana”

(Caracas. 29/06/2020) “Debemos tener mucho cuidado, porque hay cohabitadores de estilo y vocación que cuentan con el Esequibo como el formidable pretexto para aliarse a la usurpación en la búsqueda de las curules que ansían en unas pretendidas elecciones para este año. Al final La cohabitación y los usurpadores quieren confiscar al Esequibo”, aseguró Luis Barragán, de cara a que éste martes 30 de junio la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, celebrará la audiencia pública virtual relacionada con la demanda interpuesta por Guyana sobre la zona en reclamación.

El diputado a la Asamblea Nacional (AN) que desde la Fracción Parlamentaria 16 de Julio “creemos muy importante que la opinión pública esté pendiente de la referida audiencia, no sólo que al país le duele el problema del Esequibo, sino el fracaso de un régimen que, desde sus inicios, trató de  subestimar su importancia y de aplacar cualquier inquietud que suscitara, cumpliendo así  con el tradicional apoyo que le ha dado Cuba a Guyana”.

“El comienzo de una solución firme y convincente sobre el Esequibo, será con el cese de la usurpación, como lo referimos tiempo atrás en la plenaria del parlamento, pero esto no significa olvidar que necesitamos echar desde ya las bases de una política de Estado en la materia y, con una mayor habilidad, empuje y destreza diplomática de los jefes de misión de la encargaduría presidencial, neutralizar las diferentes campañas internacionalmente adelantadas por Guyana a su favor”, denunció el parlamentario.

Barragán asegura que desde Vente Venezuela se ha dado una propuesta para lograr el cese de la usurpación y de esa manera atender las diversas cuestiones que afectan al país, entre ellas la situación del territorio Esequibo. “La Operación de Paz y Estabilidad (OPE), también es respuesta para la pérdida de control territorial interno por lo que queda de Estado, e inicio de otra convincente, coherente y eficaz frente a Guyana. Entendamos el problema en el marco de una guerra o convencional”

El asambleísta concluyó que “en el fondo, tratan de ridiculizar la propuesta como ha ocurrido con aquello de ‘pedir una pizza’ con el objeto de descalificar y desalentar la aplicación efectiva del TIAR, como si no comportara la tarea de promoverlo, diligenciarlo y concretarlo en los países adscritos, en lugar de esperarlo con los brazos sentados, algo que beneficia a Maduro y los cómplices que tanto le temen”.

29/06/2020:
http://www.ventevenezuela.org/2020/06/29/luis-barragan-la-cohabitacion-quiere-confiscar-el-problema-del-esequibo/
Cfr.
https://lbarragan.blogspot.com/2020/06/telefonema.html