lunes, 15 de junio de 2020

NO ES POR FALTA DE VENTANAS

De la universidad (in) audible
Luis Barragán

Por lo menos, deseable, el debate es una característica fundamental de la vida universitaria. Puede decirse, en las distintas disciplinas, el aula entrena para ello, por largos años.

El empleo constante de la razón, cada vez más profunda, es el sello inconfundible. Pensamiento y elocuencia, por cualesquiera medios empleados, las mejores credenciales a exhibir por los que hacen la universidad de cada día. No obstante, a pesar de atravesar un agudo e inminente peligro existencial, la cuarentena ha sido motivo para el escandaloso silencio de estudiantes, docentes y egresados, como de los gremios y autoridades universitarias.

Siendo pocas – realmente, muy pocas – las excepciones, las universidades han perdido un precioso tiempo para la discusión franca, abierta y fundada de sus problemas, pretendiendo esconderse de algún ataque de furia de la usurpación, o – peor – afinando la complicidad con el régimen que las detesta. El incendio de la Biblioteca Central de la Universidad de Oriente (UDO), en Cumaná, u otros sucesos parecidos, apenas sirven para despachar el breve mensaje de estilo por las redes y, luego,  ocuparse inmediatamente de otros asuntos que no comprometen muchas neuronas para dejar constancia de una “presencia crítica”.

Jamás, la universidad venezolana fue tan extraordinariamente silenciada, como ahora, salvo que algún brochazo de bytes se jure todo un estremecimiento de sonoridades. Esperábamos más de AVERU, FAPUV o del estudiantado que finalmente no logró confederarse, es lo cierto; o de la propia Asamblea Nacional que nada dijo de la negación del salario o pensión de sus dos representantes ante el CNU, por la propia UCV.

Con esta dictadura socialista, se irá también la universidad rentista que no se cansa de guiñarle el ojo. Y vendrá la nueva universidad audible, sobre los hombros de quienes hoy, por pocos que sean, luchan por ella, luchando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario