domingo, 21 de junio de 2020

OPE - UNIVERSIDAD VENEZOLANA

María Corina, la universidad y la guerra no convencional
Luis Barragán

Simplemente, a la universidad alzada se le cerraba franca y visiblemente. Al cabo de poco o mucho tiempo, abría sus puertas con o sin dictadura militar. Se le encanguró con un célebre allanamiento para desalojar la violencia que anidó, después de derrotada la insurgencia armada en el resto del país, Recordemos, fue devuelta para un desarrollo de la normalidad que incluyó limpios procesos electorales internos.

Siguiendo la ilustración, décadas muy atrás, la UCV fue el escenario predilecto de una guerra de posiciones. En ella, se atrincheraró lo más granado del sector presupuestívoro de la Venezuela rentista. Luego, la hicieron parte de una guerra de movimientos con la visible exhibición de los encapuchados que tomarían por asalto el poder. Nada más y nada menos que el poder, al que accedieron emboscando a todo un país, siguen apostando por pulverizar a la universidad como noción msma. 

Hoy, cada casa de estudios afronta una guerra no convencional. Poco importa la deserción masiva de estudiantes y profesores, el déficit crónico del presupuesto, el deterioro de la planta física, los salarios de hambre, la prolongación artificiosa de sus autoridades. Una inmediata represión de sus naturales protestas, las caracterizan. La delincuencia común ejerce el control social, y los llamados colectivos armados  pueden andarla a punta de disparos y lacrimógenas con increíble impunidad. 

Lo peor de esta guerra no convencional, está en la eficaz neutralización de quienes están  llamados a resistirla. Añadimos la expresa o tácita asimilación de los que tienen por deber la defensa de la autonomía universitaria, la inviolabilidad del recinto, la libertad de cátedra. No le  pagan sus salarios a dos profesores, jubilado y desterrado uno de ellos, porque fueron seleccionados como representantes de la Asamblea Nacional ante el Consejo Nacional de Universidades. Prefieren la nada amable cohabitación con  el régimen, como ocurre con esa oposición que, ante las cámaras, niega todo diálogo y, por detrás, suscriben acuerdos con los victimarios a la postre traicionados.

María Corina Machado, muy consciente también del problemario universitario, ha propuesto la Operación de Paz y Estabilización (OPE). Porque las universidades no pueden solas, como el resto de la población, siendo necesario algo mucho más que la cohabitación, la que goza del  síndrome de Estocolmo.  A los resabiados de la cohabitación doméstica, por supuesto, acomodaticios, no les gusta arriesgar siquiera, por muy constitucional que sea la autonomía y las elecciones autonómicas que están en el deber de impulsar.

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