jueves, 31 de mayo de 2012

BASE REPUBLICANA

EL GLOBO, Caracas, 16 de Febrero de 1998
Moralidad sospechosa
Luis Barragán


Reaparecen las célebres cuentas mancomunadas. Nada podemos agregar en torno al caso. Solamente permitirnos un comentario sobre la gota que colmó el vaso, pues a Carlos Andrés Pérez  le quedaban algunos puntos de prestigio en las encuestas  que amenazan con diluirse, afectando a sus amigos de causa. Habrá que ver si, en realidad, opera la sanción social por obstinación. Son demasiados los años que tejen a una figura indudablemente histórica. Y siempre con lo mismo. Demasiados años, independientemente del criterio ( sujeto a inventario) que podamos sostener respecto a uno de los partos de la Venezuela dineraria, la que sucumbió frente a sus bonanzas.

Lo curioso es la vigencia de este y otros casos semejantes en el ámbito público. E, incluso, cuando se trata de personajes con una vida privada que no está del todo vedada a la gente, pues se trata de calibrar  la confianza depositada en alguien que tiene que ver con el destino común. Bastaba  con formular una pregunta frontal ante todos los medios de comunicación para que la respuesta pasara a la conciencia colectiva. Lo que ocurre con Clinton es similar a lo que generó Nixon: no se puede mentir con descaro tratándose de un acto carnal o de espionaje. Uno de las pocas escenas  en las que ha habido coraje al  respecto  fue el celebérrimo  interrogatorio del reportero de televisión Luis Guillermo García, si no recuerdo mal el nombre, y Lusinchi. Gran parte de las cosas pasan por no haber formulado el cuestionamiento a tiempo, oportunamente. Por supuesto, sirve para medir las relaciones de poder eque n un momento determinado  asfixian, ahogan, aterrorizan: ex post facto todo es posible.

Guinista y dialoguista, Margarite Duras le hace decir a la protagonista del film “Hiroshima mon amour” de Alan Resnais algo así como “soy de moralidad sospechosa”. El fugaz amante se sorprende y ella, con toda razón, aclara: “sospecho de la moral ajena”.

Fotografía: David Patterson

EL TROPIEZO EXISTENCIAL

ECONOMÍA HOY, Caracas, 03 de Marzo de 1997
Una nota ignaciana
Luis Barragán


La crisis se ha hecho rutinaria, parte de los días. No comporta una enorme excepción, por lo que puede deducirse que no hay crisis, pues ésta se manifestaría plenamente se hubiese   síntomas de mayor equidad social y  de superación económica. Luego, a lo Gramsci, estamos acostumbrados a la estación: no somos la noche, pero tampoco la madrugada. La transición no es tal sino - inconclusa- un dato permanente.

 “Alguien dijo: ‘Todo esto es pura mierda’, pero Ignatius ignoró la voz. Hubo un silencio feliz en la fábrica, la mayoría de los trabajadores estaban ávidos de alguna ruptura con la rutina” (p. 139). ¿Es que acá pasa algo  diferente, tanto que puedan soliviantarse los espíritus?, ¿no podemos regresar sin solemnidades a la utopía?; ¿los opositores anómicos, los célebres encapuchados que toman rigurosamente sus vacaciones ante cualquier fecha patria, con puente y todo, no son más de lo mismo?”; ¿por qué escribir esto?.

La inseguridad personal es uno de esos ejemplos de la normalidad. Incluso, quienes son víctimas del hamponato, no pueden alterarla. Son los primeros sospechosos no sólo del delito consumado y hasta frustrado, sino de un atentado contra el orden establecido: “ Si tiene usted un momento, estoy dispuesto a discutir con usted el problema de la delincuencia; pero no cometa el error de fastidiarme a mí”, enfatizó Ignatius Reilly  (p. 17). Evidentemente, tamaña ilustración no revela otra cosa que temor ante un ciudadano que privadamente dibuja su propio perfil de la polis: “ Tienes que comprender el miedo y el odio que inspira a la gente mi weltanschauung - Ignatius eructó -” . Así,  “no mencionaré este disparatado viaje a Baton Rouge. Creo que aquel incidente engendró en mi una resistencia psicológica al trabajo” (p. 60).  Un cuadro donde el ejercicio irónico refleja una realidad inadvertidamente irónica. Y tanto que, al agotar las instancias, atacar el centro del sistema político, dice dar con los militares sodomitas disfrazados, deseosos de encontrarse con otros sodomitas, desempeñar el falso papel imaginario, para concluir con la guerra,  desembocando en fiestas y bailes (p. 239).

Los bajos fondos de Nueva Orleans quizás no se parecen a los nuestros, pero esta rápida incursión ignaciana habla de una actitud semejante ante los contrastes de una anormalidad que no es tal.

(*) John Kennedy Toole. “La conjura de los necios”. Anagrama, 15ta. edición.  Barcelona. 1987.


Fotografía: Tomada de la red.

TRATADO DE ANGOSTURA

El Globo, Caracas, 20 de Julio de 1998
Demagogia de la demanda
Luis Barragán


“Nuestro tiempo es el fin de la
historia como futuro imaginable
o previsible. Reducidos a un
presente que se angosta más y más,
nos preguntamos: ¿a dónde vamos?; en
realidad deberíamos preguntarnos:
¿en qué tiempo vivimos?”
Octavio Paz
(“El arco y la lira”, 1956, p. 265)


Toda campaña electoral es de actualización. La demagogia luce como un ingrediente natural, resumen de los distintos intereses y fuerzas, estilos e intenciones, emociones e intuiciones,  que sinceran su rivalidad. No obstante, al sobrepasar determinados límites, constituye todo un peligro, según advierte Perogrullo.

Poco importa que la demagogia se encuentre del lado de la oferta, pues, al fin y al cabo, su multiplicidad promete las inevitables dosis de sinceridad al arreciar la competencia.  Esto es, en la medida que la banalidad aumenta su ritmo, a través de compromisos que jamás podrán cumplirse  o de promesas fatigosamente absurdas, la verdad y la forma de transmitirla adquieren mayor valor, si nos atrevemos a un enfoque de simple mercadeo.

Lo preocupante es la demanda de demagogia. Evidentemente, ha estado condicionada, pero – a su vez – es condicionante. Se perfila cuando no hay una básica conciencia del tiempo en que se vive. Y hay creencias que se consolidan, a pesar de todo lo que venimos padeciendo. Una de ellas es la de asumirnos como un país rico por el solo hecho de habitar al ras de lo que es una inmensa tumba de petróleo. Si bien es cierto que los candidatos presidenciales que triunfaron en 1988 y 1993  dijeron que volveríamos a las antiguas bonanzas o que bastaría  con eliminar el IVA, tambien lo es que prevalece, como presupuesto y criterio de selección para 1998, la idea de un acto voluntario, de un plumazo para recuperar los niveles de vida de hace cinco, diez y hasta veinte años atrás. Basta  no cumplir con el servicio de la deuda, sin imaginar siquiera una estrategia alterna, concreta y convincente, para superar el problema y evitar que siga hinchándose. Lo que es peor, nuestra historia parece agotada y no precisamente por aquellas tesis que apunta al fin de las ideologías en las naciones desarrolladas, sino por la suprema orfandad de proyectos que es posible gracias al desconocimiento de la realidad, en los espacios comunes.

Sobran los diagnósticos técnicos e impecablemente elaborados, pero mientras no sean “traducidos” y asumidos por la sociedad global o la gente, simplemente no existen. Partimos hacia el futuro anhelado. No está medianamente dibujado. Lo grave es que no sabemos compartidamente de dónde partimos. Y es  otra  perogrullada la de suponer que el próximo gobierno, como el actual, deba tomar medidas que hoy nadie quiere aceptar y oir, sorprendido porque sencillamente no se sabía de la dimensión múltiple de los problemas y, menos, del muy reducido margen de maniobras que acarrea su solución.

Se ofrece, pero también se pide, pan y circo. ¿Toda campaña electoral es de actualización?


Fotografía: Max Cardelli

NOTICIERO RETROSPECTIVO

- Carmelo Vilda de Juan. "Cine, erotismo y censura". SIC, Caracas, nr. 354 de 04/73.
- Aquiles Esté. "Notas sobre culicultura". Letras, Caracas, nr. 04 de 05/84.
- Fausto Masó. "Las carajitas de los 80". El Nacional, Caracas, 26/06/83.
- Fernando J. Bianco C. "Pornografía 1986". El Nacional, 09/08/86.
- "¿Qué haría usted el día de los enamorados'", pregunta Edith Guzmán y responden Alberto Ravell, Luis Alfredo López Méndez, Luis Herrera Campíns, Leonor de Brandt, Eduardo Machado, Rafael José Múñoz, e Isabel Carmona. Momento, Caracas, nr. 187 del 12/02/60.

Fotografía: Lupita Ferrer, según Justo Molina. Momento, Caracas, nr. 631 del 18/08/68.

CAZA DE CITAS


"... No tengo nada en contra del placer, no soy una puritana como se imaginará, lo que me llama la atención es la falta de sentido que se va imponiendo en el mundo. A mi modo de ver el sexo ha decaído mucho, el sexo compartido. La cultura que se impone es la cultura de la masturbación. Me imagino a millones de obesos comiéndose ávidamente las pizzas que han encargado por computadora, mientras ven la televisión o hacen una llamada sexual. Es el placer virtual, al alcance de todos"

Ana Teresa Torres

("Los últimos espectadores del acorazado Potemkin", Monte Ávila Editores Latinoamericana, Caracas, 1999: 127)


Ilustración: Edward Hopper, "Chop Suey"  (1929)

POLISEMIA

SOL DE MARGARITA, 30 de Mayo de 2012
Ínsulas extrañas
Editar poesía
ANTONIO LÓPEZ ORTEGA

Una gran casa editorial como la francesa Gallimard decía que los réditos de cualquiera de sus colecciones le daban fondos para financiar su muy prestigiosa colección de poesía. Y parece que la historia se repite en la mayoría de las editoriales. La poesía no vende, parece decir la conseja, pero sí da prestigio. Es definitivamente, un género de culto, de iniciados. Ya Roman Jakobson nos hablaba de que una de las siete funciones del lenguaje era la función poética: aquélla en la que el idioma se habla a sí mismo. Saber leer poesía es penetrar el velo del lenguaje e ir mas allá: un reino en el que las palabras brillan, suenan, huelen, se mueven como peces en el océano del sentido. Quien abre esa puerta, queda tomado por una extraña pasión, que no decae nunca, que habla de un mundo que nos antecede y que perdurará.

No es el mejor momento para los poetas del país. Y no lo es porque no hay quien publique. Salvo BID&Co o Equinoccio o Monte Ávila o una que otra empresa marginal, el destino de los poemarios es deambular como manuscritos bajo el brazo. Hubo un pasado no muy remoto en el que las universidades se anotaban, en el que las municipalidades sumaban, en el que editoriales alternativas como Pequeña Venecia, Angria, Memorias de Altagracia, La Libre libre o La nave va recibían subsidios del Estado para delinear colecciones admirables. Ese ambiente, de sana competencia y variedad, pertenece al pasado. Dicen los preceptos de la Unesco que la primera prioridad de toda política cultural es asegurar los espacios de la creación. Y uno se pregunta: ¿quién asegura hoy los espacios de creación para la poesía?, ¿quién enseña?, ¿quién ejerce la tutoría con los más jóvenes?

La salida por medios electrónicos es una alternativa, con todos los portales o blogs a la vista, pero la poesía es quizás el género que más debe extrañar el imperio de Gutemberg, pues nada como el papel para jugar con los espacios en blanco, que para Mallarmé eran tan importantes como los poblados. Escribir, para el gran simbolista francés, era como vencer el gran abismo que encarnaba la página en blanco. Un abismo similar, pero en otro orden de ideas, es el que separa al joven poeta que escribe de sus hipotéticas plataformas de difusión. Sin libros, la diosa Poesía es como una dama ciega: nadie encontrará la belleza de unos ojos vendados.


Ilustración: Lucio Fontana, "Concetto Spaziale"

miércoles, 30 de mayo de 2012

CAZA DE CITAS

"Pero hay otra historia oculta, me digo, que debe ser la mía (...) Una historia que no les interesa porque yo estoy por detrás, tratando de construirle un sentido a todas estas imágenes que son en verdad secuencias. En esa historia quise construir un hogar, una familia, un territorio. Un hogar que fuera una apuesta contra la violencia. O contra la estupidez, o contra el desamor..."

Antonio López Ortega

("Fractura y otros relatos", Mondadori, Caracas, 2006: 164)

VALGA ACOTAR, LA CÁMARA NI SE INQUIETA

Del encadenado parlamento
Luis Barragán


Nuevamente ha encadenado  el Presidente Chávez Frías, afectando la transmisión de la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional que concluía la primera discusión del acuerdo colombo-venezolano.  Por segunda semana consecutiva ANTV se pliega a la cadena presidencial, y pone en duda la independencia de un órgano del Poder Público Nacional.

La cadena radio-televisiva del candidato presidencial, además de evidenciar el abuso de poder, revela que Chávez Frías subestima e irrespeta a sus propios partidarios en la Asamblea Nacional, desconfiando de quienes frecuentemente resultan superados en el debate por la bancada democrática de la oposición. Dramático reconocimiento que apunta también al escaso atractivo que tiene ANTV para sus afanes electorales, pues la atención suele centrarse en los argumentos opositores que rompen con las enfermizas y cómodas consignas del oficialismo.

Específicamente, nos hemos dirigido a la llamada bancada de la Concertación Humanista para discutir,  acordar y solicitar una investigación sobre lo que nuevamente ha acaecido en la tarde de hoy, para hacer las denuncias ante las instancias correspondientes. La interrupción de la transmisión de las sesiones parlamentarias constituye una afrenta a la Constitución y al parlamentarismo democrático universal.

No es casualidad que el Presidente-Candidato encadena precisamente cuando transcurre el debate parlamentario que no tiene ya otra ventana hacia el mundo que los portales y las redes sociales. Desconfía profundamente de los suyos, quienes recurrentemente pierden el debate en la Asamblea Nacional salvados sólo por una circunstancial mayoría y el propio ventajismo de Chávez Frías.

Al igual que la semana pasada, Chávez Frías no habló como Jefe de Estado de una específica materia requerido de un público y urgente tratamiento, sino como candidato promotor de una gestión que bien ejemplifica El Troudi: el estupendo servicio de ayer, convertido hoy en un caos como el Metro de Caracas. Las sesiones de la Asamblea Nacional exponen sendos actos de Estado y mal pudo plegarse a la cadena ANTV, por lo que es de esperarse una más decidida respuesta de la oposición sobre el tema.

Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/11912-del-encadenado-parlamento
Ilustración: Ugo (El Nacional, Caracas, 26/06/11). Valga acotar que hemos invertido la ilustración horizontalmente.

¿LO IMPONDRÁ ANTES DEL 7-O?

CIUDAD CARACAS, 30 de Mayo de 2012
Chávez da toques finales a Plan 2013-2019

El presidente de la República, Hugo Chávez informó ayer que junto a su equipo ministerial le da “los toques finales” al Plan de Gobierno para el período 2013-2019.
Así lo informó el jefe de Estado en el Consejo de Ministros número 853, que se realizó en el Palacio de Miraflores. Desde allí anunció que el Plan de Gobierno lo entregará ante el Consejo Nacional Electoral (CNE), el día en que inscriba su candidatura para los comicios del 7 de octubre.
Indicó en cadena nacional que uno de los objetivos estratégicos de este plan es convertir a “Venezuela en un país potencia. Independencia y potencia nacional”,
BÚSQUEDA DE TERRENOS PARA VIVIENDAS
El jefe de Estado destacó la construcción del Mercado Bolivariano de Pequeños Comerciantes, que lleva a cabo el Metro de Caracas a lo largo del Cabletren.
Recordó que gracias al apoyo de la comunidad y a los comerciantes de Petare se realizaron novedosas conversaciones “que derivaron en negociaciones amigables”.
Ante este precedente, Chávez pidió al ministro para la Transformación Urbana de Caracas, Francisco Sesto , seguir el ejemplo y liberar otros espacios en la ciudad para construir viviendas, “podrían ser edificos de cuatro pisos”.
“Farruco llégate a la Cota Mil con los ministros Ramírez (Rafael) y Molina (Ricardo), échate una pasada por allá. Me gustaría darle los recursos para esas viviendas”, dijo.
CABLETREN PARA DICIEMBRE
Una primera etapa del Cabletren de Petare podría entrar en funcionamiento a finales de este año, mientras que en el mes de septiembre está previsto que se realicen las primeras pruebas del novedoso medio de transporte masivo, informó el Presidente.
Chávez, quien bromeó con los ministros y hasta recitó versos durante el Consejo de Ministros, precisó que la obra que permitirá transportar 3 mil pasajeros por hora presenta un avance de 60%. Recordó que el Cabletren tendrá cinco estaciones: Petare II , 19 de Abril, 5 de Julio, 24 de Julio y Warairarepano,
Señaló que la obra tiene un costo de 440 millones de dólares. Agregó que el Gobierno Nacional también está construyendo otros metrocables como el de Mariche. “Hay uno que quiero que construyan en el oeste”.
Por otra parte, el presidente del Metro de Caracas, Haiman El Troudi, en un pase en vivo desde la estación Petare 2, anunció que el Cabletren dispone de cuatro trenes con capacidad para transportar 230 personas. Agregó que los vagones cuentan con aire acondicionado y otras comodidades.
Resaltó que los usuarios de este medio de transporte podrán desplazarse desde cualquier punto hasta las conexiones extremas del Cabletren en sólo 7 minutos “Ahora se tardan entre 30 minutos y una hora”.
También dijo
> Chávez informó que Venezuela se prepara para exportar celulares a América Latina con el apoyo de China. Indicó que para la exportación de estos celulares la instalación de una segunda fábrica que se ubicará en la península de Paraguaná, en el estado Falcón
> Aprobó 2 mil 700 millones de bolívares para transporte terrestre y vialidad y mil 200 millones para el sector agrícola
> Informó que en el país se construyen seis plantas procesadoras de alimentos balanceados para animales
> La vicepresidenta del área social, Yádira Cordoba informó que la Gran Misión en Amor Mayor ha beneficiado 272 mil 930 adultos mayores
>Destacó que el Mausoleo del Libertador se encuentra en su etapa final

ESTADO Y SUPERVIVENCIA

EL NACIONAL - Miércoles 30 de Mayo de 2012     Opinión/6
A Tres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
La pranización de la sociedad
El Chingo estuvo bajo las órdenes de Oriente en la cárcel de Rodeo
FRANCISCO RODRÍGUEZ*

No se trata de una broma o de un chisme que podría resultar de interés para algunos; no, se trata de la tragedia que vive hoy Venezuela y parte importante de América Latina.

En el campo penitenciario estamos observando un caos tal que da la impresión de que el Estado no tuviera ningún control sobre las cárceles y, por el contrario, pareciera que estuvieran bajo el dominio total de los mismos reclusos.

En estos días y a propósito de la crisis en La Planta pudimos leer una noticia que si no fuera por la gravedad de la situación festejaríamos la gracia y el tono jocoso de la nota. La noticia en cuestión decía así textualmente: "El pran Oriente le manda a decir al pran Chingo que deponga su actitud y deje salir a los muchachos para que se agilicen los traslados". El pran Oriente fue el líder del levantamiento de los reclusos en Rodeo el año pasado y el pran Chingo fue el líder del reciente alzamiento de La Planta. Se trata de un joven que no rebasa los 24 años de edad, procesado por homicidios y que tenía un ejército a su mando de 2.000 hombres aproximadamente.

Se dice que el Chingo estuvo bajo las órdenes de Oriente en la cárcel de Rodeo, de tal manera que éste le estaba girando instrucciones a su lugarteniente de acabar con el conflicto.

Toda la batería del Estado con miles de efectivos y personal de custodia no pudieron hacer nada en contra de un grupo de reclusos fuertemente armados que manejan un alto nivel de violencia, pues el motín comenzó cuando se produjeron riñas entre ellos mismos y murieron unos cuantos reclusos. Dos jóvenes que no pasaban de 25 años de edad dirigieron el conflicto por más de un mes y éste terminó cuando ellos, "los pranes" lo decidieron. Luego, en el traslado, estos líderes escaparon y posteriormente fueron recapturados.

Esta situación tiene antecedentes en América Latina: el caso de Brasil en el cual "Marcola" Marcos Camacho, jefe de los reclusos y narcotraficantes de Sao Paulo, tomó el control de la ciudad y puso en jaque a la policía desde el penal mismo. En Venezuela, la delincuencia y los reclusos han logrado acumular un poder tal que parecen estar por encima del Estado y formar un estado dentro del Estado.

Ha surgido un fenómeno relativamente nuevo en nuestro país que podríamos denominar como la "pranización" de la sociedad. Al calor de una situación crónica de hacinamiento, represión y violación de todos los derechos humanos de la población carcelaria, se ha estado formando una especie de sociedad-cultura delictiva-penitenciaria paralela a la sociedad formal que se cuela y penetra en todo el cuerpo de la sociedad en general. Penetra y se extiende infectando todos los tejidos sociales del barrio.

De esta manera invade como un cáncer metastásico, y pasa inadvertidamente en forma natural porque cuenta con el consentimiento de buena parte de la comunidad, y donde no hay consentimiento, hay miedo. Así se ha ido implantando un estilo de vida violento-delictivo como un modo de vida normal...

Debilidad estructural del Estado y de la sociedad en su conjunto. Aquí es más grave el asunto porque el Estado de anomia salvaje que nos caracteriza está montado sobre un proceso de licuefacción (licuado) de todas las estructuras de autodefensa de la sociedad.

Por otra parte, en el barrio la formación de grupos que luego se convierten en bandas delictivas está revestida de una integración socio-emocional del muchacho no delincuente al grupo primario que integran sus amigos de la infancia que sí son delincuentes. Este proceso de socialización, que es una socialización delictiva, conspira en contra de la educación escolar e, incluso, de la socialización propia de la familia. Romper con esto significa aplicar una operación de "cortocircuito" sobre este proceso de socialización que está generando delincuentes en forma masiva. Con la fuerza del Estado, la sociedad civil y las reservas morales de la comunidad creo que puede ser posible realizar esta tarea.

UDO/Bolívar


Fotografía:http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=340776

ENTRE LAS GRIETAS, LA NOSTALGIA

EL NACIONAL - Miércoles 30 de Mayo de 2012     Opinión/7
Postales de Roca Tarpeya
LEOPOLDO TABLANTE

A un viejo amigo arquitecto, expatriado y de paso por Caracas, se le ocurrió un buen día armarse con una camarita digital y, como Federico Vegas (o Emeterio Gómez), salió a ejercer de flâneur por las accidentadas aceras de la ciudad: fotografió el Pasaje Zingg, sede de las primeras escaleras mecánicas de Venezuela; el edificio de Seguros Orinoco, con sus cajones de ladrillos salientes; el exterior e interior de Casa de Italia, con sus persianas verticales externas, su bajorrelieve imperial y su piso de lajas pulidas; las quintas aéreas de la urbanización El Paraíso, con sus pretensiones de autosuficiencia; el techo paraboloide de Fruto Vivas en el Club Táchira, de acero y machihembrado... Mi amigo debía estar preparando sin saberlo sus láminas de power point para mostrarles a sus colegas de otra parte esos vestigios a lo Le Corbusier que nos permitieron jurar en nombre de la modernidad.

Poco dado a resentimientos, mi amigo prefirió distraerse de la conexión entre la mayoría de las estructuras que fotografiaba y la voluntad dictatorial de Marcos Pérez Jiménez. La Caracas supersónica quedaba registrada en su cámara Panasonic en forma de planos generales que borroneaban los apliques ingenuos de sus habitantes: las columnas panzudas Graveuca, los toldos bicolores con laminas de latón azules y blancas o los armatostes de aire acondicionado instalados en los años setenta, que arruinaban las fachadas proyectadas por los mejores arquitectos nacionales o importados.

Todo sucedía de un modo excesivamente normal hasta que se le ocurrió arriesgar el pellejo por los lados de Roca Tarpeya. Cogió su carrito por puesto en la esquina de la avenida Oeste 2, frente al edificio Seguros Orinoco (hoy Corporación Venezolana de Alimentos), y enfiló hacia ese Xanadú perezjimenista volcado hacia el mambo y el consumo diseñado por los arquitectos Dirk Bornhorst, Pedro Neuberger y Jorge Romero Gutiérrez. La espiral de El Helicoide describe una calzada para vehículos de cuatro kilómetros de largo frente a la que debían disponerse locales comerciales: parafraseando a Camilo Pino, si uno se estacionaba en la terraza número dos porque ahí quedaba el barbero, tenía, si deseaba comerse una pizza, que volver a prender el carro para girar hacia otro puesto de la terraza número cinco.

Desde el mejor ángulo que encontró sobre el viaducto de la avenida Fuerzas Armadas, mi amigo tomó varias fotos de ese coloso que nunca llegó a ser la meca turística venezolana ­con su hotel cinco estrellas, su helipuerto, su cúpula geodésica y su bulimia automotriz­ y que el despeñadero democrático transformó en la sede de la Disip, nuestra particular estrella de la muerte. Cuando menos se lo esperaba, una patrulla se detuvo en seco y lo embarcó: "Entregue la tarjeta de la cámara", fue la frase que anticipó la consignación del chip donde se confundían encuadres de edificios caraqueños venidos a menos y gráficas casuales de los pocos amigos que le quedaban en la ciudad, la mayoría a punto de esfumarse en la corriente del éxodo.

La Venezuela de alcabala le había confiscado su derecho a guardar su recuerdo personal del país idealizado, así como hoy el Inavi bolivariano quiere cobrarle a la Alcaldía de Baruta la Concha Acústica de Bello Monte. Sin embargo, lo que para mi amigo fue un secuestro de su memoria, para la alcaldía es un arrebato menos simbólico: la concha acústica de Bello Monte, instalada en terrenos cedidos a comienzos de los años cincuenta por el doctor Inocente Palacios, otra obra perezjimenista del arquitecto Julio César Volante que alberga cuatro coloritmos del artista cinético Alejandro Otero, es la sede de la Orquesta Sinfónica Municipal de Baruta, adscrita al Sistema Nacional de Orquesta Juveniles e Infantiles de Venezuela.

Sus grietas, su oscuridad y su herrumbre albergan todavía una actividad comunitaria que, aun cuando de ritmo vacilante, es un gesto de voluntad: el de los que, en este presente de pesadilla, prefieren pisar sobre los restos del país mítico para atravesar el túnel hacia un futuro con vista.


Fotografía: http://encontrarte.aporrea.org/efemerides/e881.html

martes, 29 de mayo de 2012

RUTINA DE HABLANTES

El habla cotidiana en lenta y constante evolución, suele no reconocer sus orígenes y también sus deserciones. Encontramos el año pasado, un breve e interesante diccioario penitenciario de Lumo Leva que nos orienta respecto a algunos términos. Digamos que la curiosidad periodística lo hizo, en cierta forma, un lingüista o filolólogo, por fuerza de la originalidad reporteril siempre perseguida. E, igualmente, tropezamos hace poco con un verbo: "toquetear", significando tocar lascivamente a una persona. Así lo consignó Ana Teresa Torres en su novela "La fascinación de la víctima" (2008), y - en los capítulos  finales - ignoramos si la protagonista, Elvira Madigan, lo sometió al análisis de la lingüística forense de sus tormentos. Ignoramos de una consagración judicial del término para tipificar el delito correspondiente.

Expresiones, modismos, giros verbales que quedan, al lado de los otros que sucumben. "Parapetear", "coroto", "chévere cambur", por ejemplo, a veces sobresalen - asombrando a las nuevas generaciones - en las viejas películas venezolanas. ¿Habrá cambios significativos del habla rutnaria por estos años?....

LB

Fotografía:  Lumo Leva, "Pequeño vocabulario del buen hampón". Momento, Caracas, nr. 339 del 13/01/63

CAZA DE CITAS

"De otro tipo son las realizaciones que llevó a cabo (Carlos Raúl) Villanueva para el Banco Obrero. Después de la urbanización de El Silencio el Banco emprendió construcciones en una vasta escala para erradicar en lo posible todos los 'ranchos' en el área metropolitana de Caracas. La tarea era ingente por el bajo nivel educacional de las poblaciones de los suburbios, que muchas vecces no se adaptaban a las nuevas construcciones. Más de una vez se dio el caso deque utilizaran la tapa de los retretes para marcos de retratos de la familia. Cuando en 1917 tuvo lugar el auge del petróleo, miles de familias, extraordinariamente prolíficas, abandonaron los distritos rurales y se concentraron en Caracas y en la franja costera donde se desarrollaron las operaciones de refinería y exportación. La población de Caracas se había duplicado en 1950, y hoy en día la capital y su zona industrial acoge los dos tercios de la población de Venezuela"

Fernando Chueca Goitia

("Historia de la arquitectura occidental. X: El siglo XX. Las fases finales y España", Editorial Dossat, Madrid, 1980: 134 s.)

Fotografía: Caracas en Retrospeciva / Facebook.

Nota de LB:

Evidentemente, el autor está informado. Ratifica la bondad de una obra en la que, naturalmente, puede incurrir en errores que no la demeritan. La transformación del país rural al predominantemente urbano, al ritmo del desarrollo petrolero, No obstante, llama la atención lo observado sobre las tapas de los retretes. Puede ser un prejuicio eurocentrista, pero - también - una doble constatación: las comprensibles de un país  extraordinariamente atrasado y que afrontó una inmensa tarea de modernización, como la de la propia experiencia europea, pues, por ejemplo, la urdimbre de nuestras barriadas y cerros guarda correspondencia con las localidades del medioevo.

De modo que, si fuese cierto lo de las tapas, no sería motivo de verguenza alguna, aunque destaca también la posibilidad de profundizar en la historia y la crónica de la ingeniería sanitaria en Venezuela. Valga la coletilla anecdótica, negada toda intención de polemizar políticamente, hallamos en la vieja prensa de principios de los setenta del XX venezolano, la tremendura de una juventud partidista de enmarcar la gráfica de sus adversarios en sendas tapas.

La situación actual de las edificaciones de El Silencio, debe llamar la atención, pues, nada extraño en el perfil y estilo de vida inevitablemente compartido, cada quien hace con su apartamento lo que le parezca. Y, tema para otra ocasión, el conjunto residencial sufre algunas transformaciones exteriores que participan también del franco deterioro que urbanamente nos emblematiza.

DEL RÉGIMEN PARLAMENTARIO

(Tras) fondo sino-parlamentario
Luis Barragán


De larga denominación como penosas consecuencias, arroja significativas lecciones la discusión del Proyecto de Ley Aprobatoria del Segundo Protocolo de Enmienda al Acuerdo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la República Popular China sobre el Fondo de Financiamiento Conjunto Chino-Venezolano. Concluida antes de la cadena radio-televisiva presidencial, evidenció una vez más el sesgo antiparlamentario de la bancada oficialista que no logró desvirtuar las razones que asisten a la oposición en relación a la pesada y burda hipoteca, ejecutando una pusilánime maniobra de distracción.

Principalmente, los  diputados Miguel Ángel Rodríguez y Julio Montoya apenas dispusieron de siete minutos cada uno para el cuestionamiento extremo de la naturaleza y características del compromiso sino-venezolano, sin que cupiera oportunidad alguna para extenderse en torno a los gravísimos documentos aportados,  añadidas las cuentas ministeriales que hacen la plena prueba de un inmenso extravío cuando no,  una ciega voluntad de entrega del futuro compartido por los venezolanos. Y, lejos de responder con precisión, convicción y sobriedad los señalamientos hechos, además, inequívocamente constitucionales y legales,  esta vez la bancada oficialista no inquirió sobre las fuentes, confiada en la labor de los organismos de inteligencia respecto a los supuestamente desleales funcionarios que las facilitaron, sino reiteró el generoso discurso sobre la crisis global del capitalismo, la descalificación moral y política de su contraparte, las bondades de una potencia emergente frente a la criminal arrogancia imperial(ista), y – desenfadadamente, fuera de orden –  hizo de los mejores indicadores socio-económicos actuales un panegírico reservado para el diputado Aristóbulo Istúriz y su acostumbrada y estridente intervención final.

Obviamente, los planteamientos y denuncias de Rodríguez y Montoya merecieron prolongarse, dispuesta la plenaria de la Asamblea Nacional a considerar – fijar o descartar - las peligrosas responsabilidades inherentes al aludido acuerdo, como no es posible hacerlo gracias al inmovilismo interesado de las Comisiones Permanentes y al constante asedio a la libertad de información. Por lo menos, así lo aconseja la complejidad e implicaciones de un Protocolo que no ha de diluirse y banalizarse con tan asombrosa facilidad, renunciando sus partidarios a un mínimo afán de perfeccionamiento.  No obstante, la Asamblea Nacional está modelada para la resistencia y el descrédito de la palabra, aún siendo hipotéticamente su herramienta fundamental.

El artículo 73 del vigente Reglamento Interior y de Debates, ilegítimamente aprobado en las postrimerías de la anterior legislatura (22/12/10), establece una sola intervención del diputado para la consideración global de los proyectos de ley y los debates políticos, hasta por diez minutos; máximo, tres y dos minutos para abordar cada artículo del proyecto sometido a segunda discusión; tres y dos minutos, en las interpelaciones; apenas, cinco minutos en el caso de los acuerdos, informes u otras materias; y una réplica de tres minutos. Por lo demás, el tiempo de discusión y aprobación  de cada punto del Orden del Día, no excederá las dos horas, distribuyendo el tiempo proporcionalmente entre el número interesado de diputados pertenecientes a cada organización política,  contemplando la privación de hablar por el resto de la sesión y hasta por un mes de sesiones de acuerdo a la gravedad de las infracciones en las que  se incurra.

Es necesario observar la dificultad que tiene el parlamentario de oposición para intervenir más de una vez, siendo objeto de un coro impune de descalificación, injuria y difamación, mientras goza de un mayor margen de tiempo el oficialista presto  a diluirse y a banalizar las materias tratadas, dejando siempre constancia de una  adhesión inalterable hacia el Presidente de la República. Valga acotar, el indeseable e inédito monopolio de las imágenes que suele beneficiarlos, siendo el tiempo televisivo francamente desfavorable a sus adversarios.

El modelo parlamentario oficialista ha abortado una dilatada, constante y pacífica evolución del derecho parlamentario venezolano que tiene también por fundamento los sucesivos reglamentos de Interior y de Debates que el Poder Legislativo ha dictado, cumpliendo con las formalidades inherentes aún cuando se le simulaba en dictaduras como la de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez.  Y no hacemos referencia a las actuales disposiciones sobre el llamado parlamentarismo social de calle y el poder popular, ámbitos distintos, sino respecto al Régimen Parlamentario que partió – por lo menos – del valenciano Congreso Constituyente de 1830.

Las distintas leyes reglamentarias del Congreso de la República, el Senado y Diputados, le permitieron hablar al parlamentario en la plenaria que le pertenece  hasta dos veces en una misma materia, con una duración promedio de media hora, quince y cinco minutos, hasta llegar a una hora declarado el debate de interés nacional. El Reglamento de la primera legislatura bajo la Constitución de 1999, autorizó oportunidades semejantes, con quince y siete minutos para la discusión global de los proyectos de ley y debate político, diez y cinco para la segunda discusión de los proyectos, y cinco y tres para acuerdos e interpelaciones. Añadimos la posibilidad de dividir o desglosar aquellas propuestas contentivas de distintos sentidos, ahora prácticamente imposible.

Seguramente, esgrimirán que el número de diputados constituye un obstáculo para – precisamente – parlamentar, pero no fue así en nuestro siglo XX y con la bicameralidad, para más señas. Fueron muchos e intensos, sustanciales y  comprometedores,  plurales e históricos, los debates que se dieron, sin que el número de senadores y diputados pretextara el ahogo y facilitara la manipulación de los temas vitales, como ahora ocurre.

Por lo general, la organización del debate respondía a la especialidad de los miembros y la adscripción a una fracción parlamentaria. Y ésta, cuando no se declaraba como independiente, sinceraba y reglamentaba su vinculación a un partido, llegando al reconocimiento de la objeción de consciencia, circunstancias hoy bulliciosamente ausentes.

A guisa de ilustración, por lo que respecta al Partido Socialcristiano COPEI, la selección de un orador sobre una materia importante comportaba que los otros se abstuvieran de solicitar la palabra en la sesión plenaria de la(s) cámara(s), para ahorrar tiempo y en beneficio de la profundidad del planteamiento; agreguemos, el tema solía discutirse con anterioridad.  Y esto, de acuerdo a su importancia a veces crucial,  porque la fracción parlamentaria celebraba su asamblea y, por si fuese poco, requerida o no, la dirección nacional del partido ventilaba el tema y confirmaba al orador u oradores estelares.

Puede aseverarse, la dinámica de la fracción tendió a una rutina de la autorregulación,  con la generación de una múltiple vocería que, a veces, no dependía de la pertenencia a una determinada comisión permanente o especial, contribuyendo así a una sana decantación y descongestionamiento del debate en la plenaria que, por la jerarquía y hondura del problema, facilitaba la extensión de una intervención parlamentaria. Añadida una práctica semejante en las fracciones parlamentarias del marxismo, podemos ejemplificar esta virtud del modelo con los debates trascendentales y también contrapuestos, suscitados por la nacionalización del petróleo a mediados de los setenta, irrealizables según el  Reglamento y el hábito oficialista actuales.

Probablemente, el oficialismo teme que la oposición lo imite por las ya viejas tácticas de perturbación y complot, aunque para la unidad democrática la urgencia es la de la palabra, la sensatez y el intercambio de razones que un motín jamás garantiza. No olvidemos que el otrora MVR llegó a inscribir a veinte o treinta oradores en las sesiones del extinto Congreso, a objeto de bloquearlo y redundar en un desprestigio que heredó y administró, gracias las campañas emprendidas por fuerzas y corrientes que lo rivalizaban.

Intervenciones como las de Rodríguez y Montoya demandaban mayor tiempo, por la magnitud de un problema que pisa los terrenos de la seguridad y defensa de la nación. Ahora bien, portadores de pruebas tan decisivas y argumentos tan irrefutables, apenas asomados en las forzadas síntesis que hicieron, reacia la mayoría oficialista a permitir que otros oradores de la oposición cedieran su tiempo, la solución será la de distribuir entre éstos las pruebas y argumentos que aquellos tan meritoria y afanosamente han logrado.

El resto de los oradores de la oposición pudo hacerse de los alegatos y las pruebas que a Rodríguez y Montoya no les dio tiempo de exponer, en lugar de caer en la tentación de responder a las falacias de los oradores oficialistas. Quizá constituya una solución transitoria para este u otro tema hasta que el oficialismo limite aún más el derecho al habla, algo inconcebible en el parlamentarismo democrático, pero – siendo el trasfondo de la gestión opositora en la Asamblea Nacional – importa muchísimo hacerse escuchar con olvido de protagonismos anacrónicos.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/05/tras-fondo-sino-parlamentario/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=869516
A propósito de la misma sesión:
http://www.noticierodigital.com/2012/05/diputado-barragan-exige-a-antv-no-plegarse-a-cadena-nacional-que-sabotea-transmision-de-deliberaciones-parlamentarias/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=867943

UNOS FUERON NOTICIA, OTROS DESEAN SERLO

Del protagonismo político de los economistas de opinión
Luis Barragán


Recurrente en nuestro historial republicano, la opinión pública supo y ha sabido de un conjunto de economistas que tuvieron y tienen a bien orientarla en una disciplina de veraces y, a veces, falsas complejidades. Algunos tuvieron y tienen por oficio la pontificación, al lado de los muchos caracterizados por la sesudez y oportunidad de sus análisis y recomendaciones, ejerciendo una importante actividad pedagógica e inadvertida influencia.

Los periodistas especializados en la fuente, combinaron muy bien con los economistas de profesión ofreciendo sendos reportajes que, citados en distintos foros, incluyendo el parlamentario, contribuyeron a una distinta calidad y superioridad del debate. Hoy, sumergidos en la predominante cultura iconográfica que acentúa un régimen generador de consignas, nos creemos frente a una involución en el tratamiento de la materia que se la desea breve, amena, efímera y libre de traumas.

Entre otros, Domingo Maza Zavala, Héctor Silva Michelena, Armando Córdova, Rafael Crazut, Francisco Faraco, Héctor Malavé Mata, José “Chepino” Gerbasi, o Domingo Alberto Rangel, hicieron el escenario que, en los noventa, recibió a Asdrúbal Baptista, Maxim Ross, Jesús Farías (h), Francisco Vivancos, Hugo Farías, Miguel Ignacio Purroy, Domingo Fontiveros,  José Toro Hardy, Jesús Marrero, Alejandro Sucre, Alexander Guerrero u Orlando Ochoa, alcanzando – en la siguiente década – Tobías Nóbrega el inimaginable despacho ministerial que obvió su anterior  aspiración diputacional en nombre de los socialcristianos. Todos ellos, aunque se nos escapan otros nombres, ayudaron a decodificar el lenguaje consagrado por Miguel Rodríguez, Ricardo Haussmann, Moisés Naím o Gerver Torres, al intentar un diferente modelo de desarrollo.
Hagamos mención de Adina Bastidas (vicepresidencial asaltante de la UCV un 28-M), muy en la acera contraria de Gustavo García, Emeterio Gómez y Pedro Palma, de quienes –por cierto- esperamos una obra decisiva sobre la gestión y propósitos del único gobierno que hemos tenido en el siglo XXI. De realizarse ésta aspiración de comunes lectores, como somos, posiblemente fuercen a una respuesta de las superestrellas del ramo en más de una década como Jorge Giordani, Felipe Pérez, el ahora jubilado Diego Luis Castellanos o el  presidente del subterráneo caraqueño Haiman El Troudi.

El decenio ya conoce de otros profesionales que, afortunadamente, gustan del papel - periódico, como José Guerra, Miguel Santos, Jesús Casique, o Ricardo Villasmil Bond, abierta las incursiones audiovisuales de rigor. Reconvertido, “El Mundo” es un vespertino que amplía la galería de los expertos, como antes lograron hacerlo “Economía Hoy” y “Reporte”.

Las etapas de mayor dureza en la prolongada crisis económica, obviamente estimula la aparición y sucesión de los profesionales que suscitan la confianza de sus lectores, sobre todo por aquellas opiniones de orientación más que de autopromoción. Algo semejante ocurre con los expertos en seguridad personal o en las relaciones internacionales, cuando las noticias espesan las sombras en la propia intimidad hogareña por la peligrosidad que la calle expone o las temeridades en las que Chávez Frías incurre. Sin embargo, no basta la celebridad o notoriedad alcanzada en determinados momentos para expedicionar en el medio político que cuenta con sus propias exigencias.

La muy probable transición democrática que toca desesperada a nuestras puertas, demandará los mejores talentos – sobre todo – en el área económica. La legítima búsqueda de oportunidades de promoción de los profesionales afines, capaces de realizar los aportes necesarios e indispensables, ha de partir de las circunstancias cambiantes que permitan un gobierno de unidad eficaz y convincente, donde – precisamente – será la paciencia y la cordura las mejores recomendaciones para el aspirante: podrán colaborar directa o indirectamente, de un modo u otro, ejecutando o asesorando tareas.

Frecuentemente, observamos una conducta exhibicionista, vanidosa y contraproducente en el economista opositor declarante, comprensible en el oficialista deseoso de ascender. Nunca está demás en recordar que son sus capacidades, criterios y respuestas conocidas que nos permiten valorarlos y apreciarlos, y no esa suerte de vedetismo que lo creen suficiente para una responsabilidad pública. Y, si fuere este el caso, subrayemos el absurdo, un profesional del espectáculo sería el mejor candidato a un ministerio.

Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/11885--del-protagonismo-politico-de-los-economistas-de-opinion

ESPAÑOLES Y CANARIOS ...

Guerra civil de la información
Luis Barragán


Los periodistas del llamado sistema nacional de medios públicos protestan las agresiones sufridas en una actividad de campaña de Capriles Radonski y, aunque condenamos todo hecho de violencia, debemos llamar la atención sobre tan particular bullicio de indignación. Bullicio que es propio del continuismo gubernamental, minimizada la sistemática y aggionarda violación de los derechos humanos en un país que lo padecemos todos, con excepción de los privilegiados del poder.

La protesta jamás se hizo sentir, por lo menos con la frontalidad y vehemencia actual, cuando otros periodistas fueron perseguidos y salvajemente agredidos por los partidarios espontáneos y tarifados del gobierno nacional. Y, mucho menos, el chavezato parlamentario permitió algún firme pronunciamiento, seguido por la eficaz actuación de los órganos correspondientes del Estado.

El éxito y ascenso de los periodistas bajo nómina oficial, ahora y antes, ha sido directamente proporcional a un intenso activismo político que coloca un acento de duda en el ámbito de la ética profesional. No por casualidad gozan de espacio y promoción estelar en las emisoras y periódicos públicos, aquellos que hicieron y hacen del reporterismo una tarea intensa de provocación ante todo opositor o disidente que – también – amablemente los atienda, añadidas la abundante ridiculización que la hacen pasar por un sesudo análisis de estudio o mesa de redacción.

Pertenecen a las plantas radiotelevisivas y diarios impresos sufragados por todos los venezolanos, propios y extraños, aunque de exclusiva disposición y disfrute de Chávez Frías, el PSUV y quienes demuestren vivamente sus simpatías. El tal sistema nacional de medios públicos, es – apenas – un eufemismo de interés, no sujeto en la práctica a la deliberación y control de la instancia parlamentaria.

Reducido el mercado de trabajo, alfilerada la economía nacional, el mandato  es el preservar a toda costa el empleo alcanzado. Menos por convicción, más por necesidad, deben corear y agravar la protesta callando por la suerte de los colegas que, incluso, trillan los caminos del desempleo.

Parte de una inescrupulosa estrategia electoral de victimización, el chavezato internacional la versiona y amplía descaradamente a través de Telesur. De modo que, una vez más, les resta credibilidad moral a los periodistas del Estado que se prestan a las manipulaciones.

Resulta inaceptable la agresión de los periodistas, independientemente de sus afiliaciones. Y la que aqueja a todo el país, agudizada por  suerte de esa “guerra civil de la información”.

ALZHEIMER DE LA NUEVA PDVSA

Estuvimos tentados de colocar la fotografía de Baptista y extender una nota al pie del artículo de Pineda, el archivo anterior.  Sin embargo, creímos un irrespeto hacerlo, pues, al fin y al cabo nos pareció interesante e ilustrativo: lo uno, porque hay defensores quizá ad-honorem de un régimen que los merece; y, lo otro, porque la peste del olvido aqueja - precisamente - a la PDVSA actual.

Digamos de dos Venezuela. La de una macabra ficción, las de inversiones interesadas e insustentables en el tiempo propias de una descomunal demagogia; y la de una terrible realidad social sobre la cual huelgan los comentarios.

Hallamos casualmente la fotografía expuesta en Facebook por Fito Baptista, del estado Táchira. Nos parece pertinente para acotar el texto de Raúl Pineda.


LB

Fotografía, Fito Baptista: "Ayer los vecinos de la invasión "Ali Primera",  trancaron la calle por falta de gas" (Facebook, 29/05/12)

NEOPUNTOFIJISMO ENERGÉTICO

CIUDAD CARACAS, 29 de Mayo de 2012
El Alzheimer en la vieja Pdvsa
RAÚL PINEDA

El origen social no siempre marca nuestro destino. Si así fuera, David Morales Bello habría sido un destapador de alcantarillas por haber nacido en la esquina de Albañales, en San Juan, y Alejandro Matute sería un simple choro por haber visto la luz en Choroní. Nosotros mismos estaríamos lanzándole piedras a los aviones por haber nacido en el barrio El Manicomio. Nada de eso ocurrió, pero con el perdón de las familias Bello, Matute, y la nuestra, por la desagradable comparación, estas y otras solitarias excepciones permiten confrontar la sorpresiva propuesta de inclusión social que intenta vendernos CAPriles Radonski con la política de inclusión social que el gobierno bolivariano y Pdvsa desarrollan en favor de los Matute, los Pineda y otros tantos millones de venezolanos, incluidos los “ñángaras” de Cantaclaro, que bien cara pagaron su vecindad con la maloliente esquina caraqueña. Que se sepa, la única función social de la vieja estatal petrolera fue regalar asfalto derretido para tapar las goteras de los ranchos de zinc. Incluso, en no pocos casos, el carburante solidificado servía para trancar las puertas de las viviendas de tabla o cartón, privilegio que nos permitía gritar a todo gañote ¡El petróleo es nuestro! Tan nuestro era, que en vez de exportar las ganancias de la industria a Estados Unidos, CAP decidió nacionalizar los pagos y entregarlos directamente a las multinacionales dentro del país, a través de los contratos de servicio. Pdvsa no era ni siquiera un Estado dentro del Estado. Era el Estado mismo, que es lo que el neopuntofijismo energético aspira en el supuesto negado de que gobernara otra vez. ¡Qué bueno es no tener mal de Alzheimer!

La frase de hoy: Ni un solo lamento en la MUD por la doble penalización a Maldonado y el accidente que sufrió. ¡Quienes no quieran patria, sigan con Capriles!

Fotografía: David Morales Bello, tomada de la red


COMPENDIO

EL NACIONAL - Martes 29 de Mayo de 2012     Escenas/2
Cultura y política
ESTO ES LO QUE HAY
ARTES VISUALES
LORENA GONZÁLEZ

No es lo que con exactitud quisiéramos hacer.
Pero nos corresponde asumirlo. Sería muy grato ocuparnos tan sólo de las reflexiones visuales, de las metáforas que el mundo del arte recrea en el espectador, de los vínculos formales y estéticos que se desprenden de la posibilidad infinita de una imagen respirando metamorfosis en el espacio, de un canal que despierta en recorridos nunca vistos, que levanta a su paso iconografías, sensaciones, percepciones y contingencias. Nos encantaría poder estar en ese lugar, en una institucionalidad estable que nos permita ampliar hacia afuera las conexiones de lo visual como un proceso de transformación colectiva e individual. En esos sitios no muy lejanos nos formamos muchos profesionales del entorno museístico venezolano, son ámbitos que pertenecen a un acontecer cultural que emprendimos hace varias décadas y que hoy se ha desvanecido en el populismo infausto y la promesa llana.
Tal vez algo muy recóndito haya variado en el seno de nuestras sociedades y del mundo que conocimos, más allá de los inexplicables eventos locales que nos abruman a diario y que impiden el paso asentado de la reflexión eficaz por encima del miedo, la precipitación, la confusión y la sobrevivencia. Es posible que cierto compendio social, político y económico se encuentre aletargado por las líneas desconcertantes de los medios electrónicos como regentes de una nueva era de la comunicación, asombrado por la caída del capital como sistema financiero en las sociedades legisladoras de la tradición y el buen proceder, y francamente vulnerable frente a las peligrosas variaciones naturales que ha insertado el calentamiento global y la contaminación de nuestros entornos. Todo este desplazamiento demanda un cambio esencial de perspectivas, una movilización profunda de nuestros modos de accionar, comprender y habitar el propio terruño.
No es fácil transitar por mutaciones tan contundentes.
Nuestro país se encuentra fracturado entre posturas extremas que en ocasiones afinan el fortalecimiento de estos abismos. Éxitos y verdades fehacientes, distancias, incredulidad, incapacidad para el encuentro, resentimientos enormes, mudez, atropello, mutismo, viejas heridas, sordera perenne. Una guerra simbólica y existencial. En el medio, más abajo, allá, muy lejos, el alma social pulula desatendida, distraída, enredada, desconocida. Angustia, desequilibrio e incertidumbre... Tal vez muy pocas cosas podrán emprenderse con armonía y efectividad, si cada uno no comprende y asume estas circunstancias, si no entendemos que ningún suceso repentino podrá solucionar lo que debemos hacer, lo que nos urge forjar como individuos responsables y conscientes de un país al que le debemos tanto.
Necesitamos crear vínculos, aliviar los fundamentalismos, escuchar. La creatividad, el arte y la cultura son las estrategias más valiosas a la hora de emprender una verdadera recuperación sensible del tejido social. Quizás sea adecuado aceptar que el caos no es sólo privativo, que no es una tragedia propia. La crisis es general y la gran pregunta que todos deberíamos formularnos es qué podemos hacer y cómo lo vamos a hacer.
¿No será que desde los quiebres de una cartografía reconocida, el deshielo funcional de los últimos tiempos está demandando otras dinámicas intangibles de aproximación? Algo de estas reflexiones nos sembró el primer Seminario Internacional de Cultura, Políticas Públicas y Desarrollo que ofrecieron el 23 de mayo varias redes internacionales en conjunto con Cultura Chacao y la Universidad Central de Venezuela. Un valioso encuentro del que seguiremos conversando.


Ilustración: Detalle de una obra de Armando Jesús Villalón

SALTO PERIODÍSTICO

EL NACIONAL - Lunes 28 de Mayo de 2012     Cultura/3
El foro del lunes
IVÁN CANDEO El creador piensa que en el país se sobredimensiona el éxito foráneo
Sus obras hablan de un mundo que no es real, sino una representación. El ganador de la más reciente edición del Premio Joven AVAP cree que hay diferencias entre hacer arte y ser artista
"Consumimos más imágenes de las que podemos pensar"
CARMEN V. MÉNDEZ

Le interesan tanto su poder como sus límites. Sus obras hablan de un mundo en el que el ser humano es una representación.
"Todas las maneras en que habitamos el mundo están condicionadas por la imagen.
La pregunta es si a partir de ellas conocemos o desconocemos", dice, sentado en un café.
El artista formado como docente en el Instituto Pedagógico de Caracas ha tenido un buen año. Presentó en 2011 una individual con un nombre poco usual: Picnolepsia.
El término alude al fenómeno en que una persona pierde momentáneamente la conciencia. Allí exhibió un conjunto híbrido de pinturas, videos, gráficas y esculturas.
También expuso su trabajo en la Bienal de Mercosur, así como en los Solo Shows de la feria Pinta de Nueva York.
Hace apenas unos días le tocó recoger el Premio Joven AVAP, que entrega la Asociación Venezolana de Artistas Plásticos.
--¿Ganar un premio influye en la manera como ve su trabajo? --No, no debería. Agradezco a la AVAP por el premio. Siento que al menos algo pasó en la esfera pública como para que se me otorgara. Pero prefiero dudar y seguir trabajando. En ningún momento cambia la manera como veo mi trabajo.
--¿No lo ve como una especie de consagración? --No (risas). Creo que puede ser atrevido considerar como "consagración" cualquier premiación que se le dé a un joven artista en el escenario venezolano, para mí incluso es peligroso creérselo. Hay que agradecer el premio y continuar. Eso es todo. No sólo el de la AVAP sino también los de los salones y cualquier otro galardón que puedan otorgar.
--¿En su caso el galardón viene motivado por la individual del año pasado? --Esa pregunta yo se la haría al jurado. Creo que según lo que le escuché a Perán Erminy (que fue el único de los jurados que habló sobre la premiación) sí, está asociado con la exposición en Oficina #1 y también, como dice en la placa que me entregaron, por la participación de mi obra en algunos eventos internacionales. Sentí que todavía hay alguna valoración por los alcances foráneos... Es raro, en Venezuela hay artistas con obras bien logradas que intiman con la realidad local.
--Expuso en Oficina #1 hace como seis meses. En retrospectiva, ¿cómo ve ahora esa muestra? --Hay debilidades y también fortalezas, sobre todo en la articulación de las obras y las ideas. Los aspectos positivos es que se engranan distintos medios bajo una misma idea: la estética de la desaparición. Mi obra pone un poco en evidencia los límites de las imágenes en los medios de representación al desplazarlas por varios dispositivos de visibilidad, tanto en la escultura como en el fotograbado, la pintura, la fotografía y el cine. Ya después hay algunos problemas que siento desde el punto de vista de la producción. Debo madurar la metodología de producción de las obras en relación con el tiempo, la economía, la administración de los recursos y de las piezas.
--¿Piensa mantener los mismos temas relacionados con la imagen? --Trabajo con imágenes. Lo que pretendo es crear dispositivos de relación a partir de las que circulan en los vehículos audiovisuales; abordar la sociedad a partir del tráfico de imágenes que dominan la política, la historia y el mismo arte.
--¿Se ha abusado de la imagen? --No sé... No se puede prescindir de ellas. Todas las maneras en que tratamos al mundo están mediadas por la imagen. Imagino que antes era de otra forma. No había la tecnología que existe ahora.
Hace más de cien años aparece el cine, que son miles de imágenes en una sola historia; después la televisión, aún no existía la imagen digital. Quizás esto se haya dicho en todos los períodos de la historia, pero creo que en el momento actual consumimos más imágenes de las que podemos pensar. Cada vez somos más imágenes, como dice el artista y crítico catalán Joan Fontcuberta.
--¿La imagen personal, privada, ya no nos pertenece en esta era? El escritor checo Milan Kundera advertía sobre este fenómeno en su novela La inmortalidad, publicada antes de que se popularizaran Internet, las cámaras digitales y las redes sociales.
--La imagen digital habita en Internet y en ese medio hay una pérdida de propiedad.
La red es un espacio bastante democrático, pero la democracia también es un poco peligrosa (risas). Creo que puede haber nuevas formas de propiedad y estamos todavía en pañales en relación con lo que puede pasar con la imagen en Internet.
--Hablando de la democracia como peligro, creo que es un fenómeno que no sólo se ve en la política sino también en el arte. ¿Ahora todo el mundo es artista? ¿Se cumplió el sueño de Joseph Beuys y por eso las galerías están llenas de profesionales de todos los campos, menos de las artes visuales? --La población ha crecido (risas), por un lado hay mucha gente haciendo arte y por otro lado hay artistas. Quizás la integración en colectivo ayude a administrarlo. Hay que ver qué es lo que determina que alguien sea un artista y quiénes son los que están "arteando", como señala el creador y académico uruguayo Luis Camnitzer.
--¿No es también una cuestión de oficio? --Quizás es una cuestión de ética, además de la vocación y la actitud que puedan tener muchas personas. El arte se presta para todo, puede estar en el trabajo de una persona que pinta un jarrón dominguero y en el de otra que realiza la última película 3D de Hollywood.
--¿No se ha casado con una técnica? --No. No tengo exclusividad disciplinaria ni técnica. Si hay un medio con el que me siento más identificado desde el punto de vista de la realización es con el video, pero mi formación no es de oficio.
Es algo de lo que carezco. Pero creo que esos impedimentos te llevan a desarrollar otro tipo de metodologías, también válidas. Ser un experto en algún programa también puede ser limitante.


Fotografía: Iván Candeo, Salto al Vacio, 2008



DESAPACIGUADOR

EL NACIONAL - Domingo 17 de Mayo de 2009     Siete Días/7
Alejandro Otero, el arte de escribir
SIMÓN ALBERTO CONSALVI


A Carolina Otero

Cuando uno lee las páginas de Memoria crítica redescubre a un personaje que quizás no fue valorado en su tiempo por la diversidad de facetas de su personalidad.

Unos lo admiraron como pintor; otros, como escultor; algunos, como escritor. Pero esta vertiente, no obstante, pudo haber pasado inadvertida en quien escribía de manera circunstancial, o para defender con pasión, persuasión y entusiasmo lo que postulaba.

La edición de los escritos de Alejandro Otero es una fiesta de la cultura en momentos de negación y oscuridad.

Ilustran la historia del arte en Venezuela durante medio siglo, pero su valor no es meramente testimonial. El novelista José Balza sostiene que "como escritor (Alejandro), posee la elegancia, la agudeza y la coherencia de un gran ensayista".

La edición de sus textos completos lo comprueba.

Memoria crítica es la hazaña de Artesanogroup Editores, bajo la dirección de Carmen Julieta Centeno, un volumen ilustrado, elegantemente diseñado por Pedro Mancilla e impreso por Editorial Arte. La devoción por el arte de Otero, y sobre todo por sus escritos, de Douglas Monroy y Luisa Pérez Gil, la hicieron posible.

Esta Memoria sigue al volumen Alejandro Otero ante la crítica / Voces en el sendero plástico, de 2006, en cuyas páginas se recogen juicios internacionales sobre el pintor.

De modo que con la edición de Memoria crítica se completa la contribución personal, la visión del hombre sobre sí mismo, sus orígenes guayaneses, sus creencias, dudas e incertidumbres, los avatares de su propio arte, sus diversas etapas, estilos, estudios y viajes. Uno de los textos que mejor lo perfila está perdido en las 749 páginas de Memoria crítica. Cuando escribe que siempre cuestionó lo que hacía, en una breve frase Alejandro trazó su autorretrato con fidelidad. El saber tanto y haber visto tanto, estudiado con pasión la historia del arte y la Vida de los grandes artistas de Giorgio Vasari, y, paralelamente, el poseer una sensibilidad excepcional, fueron desarrollando en el pintor, el escultor y el escritor esa desazón de inconformidad que se tradujo en un cuestionamiento sin conformidades.

En 1945 viajó a Nueva York y París. "...En esto andaba cuando se me presentó la oportunidad de ir a Europa y pasar por Estados Unidos. En Nueva York, mi mayor ansiedad era ver todos los Picassos que pudiera y a Cézanne, pero vi también Corots y Goyas, Grecos, Kandinskys, Matisses. En el Louvre, Leonardo, Mantegna, Rafael, Rubens, todo ello en el curso de pocos días...".

Tanta voracidad en el ver pinturas de tan diversas épocas y estilos, confiesa, lo afectó seriamente. Leamos: "La confusión iba siendo tan grande que perdí todo horizonte y dejé de pintar por meses".

Alejandro no era un veedor cualquiera del arte, sino un artista que interrogaba la grandeza singular de aquellos maestros, y ahí estaba el problema. No era indiferente, y quería, sin duda, ser grande, y lo fue. Relata cómo se fue liberando de la influencia de Picasso para afirmar su propia obra: Cafeteras, Papeles pintados, Tablones y Coloritmos.

En los setenta se fascinó con la tecnología, se dedicó pasionalmente a la escultura. Decir que dejó la pintura es poco exacto, la fue transformando porque en la escultura también iban la pintura y el pintor. Alejandro realizó obras extraordinarias como Delta solar, instalada en el paisaje de Washington, frente al Museo del Aire y del Espacio. Conviene recordar que para instalar una obra de arte en un lugar público de Washington se necesita una ley especial del Congreso. Es explicable el entusiasmo que despertó en él.

De ese tiempo data su Estructura solar, presentada en el Castello Sforzesco de Milán: la antigüedad y el futuro.

Me fasciné con su proyecto de esculturas navegables para el río Charles de Boston, barcazas de plástico, cuyos mecanismos describió con especial encanto.

Alejandro también se sentía inconforme con su estilo de escritor, pero su prosa fluida está cargada de enciclopedismo y de pasión crítica. Aquí están sus testimonios, sus ideas, sus entusiasmos (como cuando visitaba a Reverón), su polémica con Miguel Otero Silva sobre abstraccionismo y figuración, sus confesiones, sus bellas batallas perdidas.

Una de estas batallas perdidas no fue exclusivamente suya, sino de todos. Alejandro abogó por que las dos obras históricas de Juan Lovera, "obras capitales de nuestra pintura republicana", El 5 de julio y El 19 de abril, que se encontraban en la Galería de Arte Nacional, no fueran trasladadas al Concejo Municipal, como en efecto sucedió. Tan extraordinario tesoro del arte y de la historia se encuentra desde entones, 1978, "en el apartado rincón de la capilla de Santa Rosa de Lima, donde las condiciones de luz y de colocación, de temperatura y de humedad ambiental son con certeza las menos apropiadas para observarlas y conservarlas".

Alejandro dijo: "Mi pintura no ha sido hecha para apaciguar".

RECONSTRUCCIÓN

EL NACIONAL - Lunes 28 de Mayo de 2012     Escenas/2
García de Quevedo, proscrito y revivido
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ

Habitan la historia de la literatura grandes autores que en su tiempo tuvieron mediana o tímida figuración y que, por añadidura, la cruel posteridad tampoco les ofreció el renombre que merecieron.

Doblemente olvidados, son sólo asunto de historiadores eruditos y de cultores de la investigación sobre nuestro arte verbal del siglo XIX. Recordarlos hoy, simplemente, tiene la entidad de un reconocimiento. Sin duda, enorme, cuando el recuerdo viene respaldado por un estudio que lo reaviva (una resurrección) ante la mirada descreída y petulante de los lectores del presente, ganados casi siempre, a la novedad pasajera y al escrito sencillón que llenará algunas horas muertas de sus vidas secuestradas por la cosa global.

Es éste el caso de José Heriberto García de Quevedo, poeta nacido en Coro en 1819, de padres españoles y realistas que al poco tiempo regresarán a su patria, cuando la guerra de Independencia se desborde. De familia noble y de abolengo literario singular (su ascendencia parentelar lo liga a Quevedo, el Francisco), hará carrera pública y de escritor en la España posnapoleónica y bajo el reinado de Isabel II. En 1857 ejercerá de cónsul general de España en Caracas y la oportunidad será capitalizada y capital para que resurja su amor venezolano y se active el gusto por la tierra perdida para él en hora fatal (cantará a la city caraqueña y a su montaña mágica en una de sus realizaciones más perdurables, diciendo, como un adelantado Pérez Bonalde: "En la falda de un monte que engalana,/ feraz verdura de perpetuo abril,/ tendida está cual virgen musulmana,/ Caracas, la gentil"). Regresará con éxito para culminar sus trayectos de escritura de teatro, poesía, narrativa y traducción; renglones en los que propondrá su romanticismo de buenas maneras, motivado por el de Byron y Hugo (luminarias que destellan en su epopeya El proscrito). Su biografía y su gestión relacionan su nombre con el de otros dos astros venezolanos que brillan en Madrid: Antonio Ros de Olano y Rafael María Baralt. Con ellos tendrá su discurrir de venezolano desplazado por circunstancia o voluntad. Los tres fulgurarán en el tiempo isabelino con inteligencia de centella y arte refinado.

Al final, vemos a nuestro Quevedo en París en una fecha equivocada, el fatídico 1870, año de pérdidas patrióticas y revueltas (Francia postrada ante Alemania y los comuneros alzados en furiosa contienda). Una bala sin destino ciega el de este noble cultor de nuestra poesía. La fatalidad cierra un ciclo que fue siempre cristalino y esplendente.

Acaba de editarse Un poeta venezolano en la Casa Real Española (Círculo de Escritores de Venezuela, 2011), de Carlos Alarico Gómez.

Trabajo de historiador, junto con la reconstrucción biográfica se determina lo que la época marca en la fragua de este hombre público de vida estética. Resulta un primer intento por rescatar al poeta con su brillo de escritor premiado o condenado, según se mire, al ejercicio del funcionariado cortesano; una penuria que lo posterga y lo proscribe.

Triste corazón amante, pide como recompensa a sus dolores, un epitafio que rece que "sienta mal el laurel al afligido" y que "insulta la mentira al que es sincero". Honesto y venturoso, hoy revive.

BAHÍANA

EL NACIONAL - Lunes 28 de Mayo de 2012     Opinión/9
Libros: Martín Kohan
NELSON RIVERA

Un hombre huye, en lo primordial, de sí mismo. Lo persiguen sus propios recuerdos. Por un corto tiempo sale de su ciudad, Buenos Aires, y se traslada a Bahía Blanca (Editorial Anagrama, España, 2012). En el marco de una realidad distinta, nuestro protagonista, Mario Novoa, se propone olvidar.

Conectar su mente a otro aire, a otras rutinas, a los rostros de gente desconocida, gente con la que no tiene historia previa. Su objetivo se sintetiza en este deseo: que pensar sea "más que nada pensar en otra cosa".

Y así el narrador Martín Kohan (Argentina, 1967) logra que su personaje Mario Novoa ingrese, al menos temporalmente, en un universo mental distinto, en cierto modo ajeno (fingido), que le sirve a su propósito de olvidar: rápidamente nuestro hombre se engancha en una cotidianidad diferente en apariencia, otros personajes capturan su interés. El esfuerzo por dejar atrás su historia de amor se convierte, por algunas semanas, en el sentido o el sinsentido de su vida.

Pero este transcurrir de Novoa no ocurre muy lejos del lector: al contrario, uno se ve inducido, introducido en los devaneos de Novoa, en sus modestos vaivenes, en sus elucubraciones, en la decantada lengua con la que habla de sus fobias: "Yo le temo a la compenetración más que a nada; le temo más que a la fiebre, más que al sopor, más que al mareo, le temo incluso más que al insomnio y a sus torturas. De hecho, me pongo de inmediato a ahuyentar este pensamiento, como quien aleja a patadas a un perro curioso, para hacer que se diluya y permita que aparezcan otros".

Lo he escrito en otra parte: Martin Kohan ha publicado una decena de títulos como narrador.

También es autor de al menos dos magníficos ensayos: Zona urbana. Ensayo de lectura sobre Walter Benjamin y Narrar a San Martín. En el año 2007 fue reconocido con el Premio Herralde, por Ciencias morales. Luego publicó Cuentas pendientes, que es la novela anterior a esta precisa, cuidada y sorpresiva Bahía Blanca.

Quien haya seguido la trayectoria a estas tres magníficas novelas suyas recientes (de las anteriores no puedo hablar, no las he leído), podrá constatar la profundización, la búsqueda creativa de este escritor argentino, que ha hecho de la escenificación de los pensamientos y las tribulaciones de la mente un potente arte para concebir y narrar historias, describir y hacer visibles los vaivenes, las obsesiones, los circuitos y las pequeñas glorias que constituyen a sus personajes, sujetos solitarios, a menudo incrustados en la silenciosa ordinariez de todos los días: seres casi periféricos, siempre a punto de una siguiente derrota, quienes, como los buenos ajedrecistas (la analogía es de Kohan), abandonan la partida en curso, no para perder, sino porque antes del juego ya estaban perdidos.

PAPELES

EL NACIONAL, Caracas, 25 de Febrero de 2002 
El papel gana la batalla del tiempo en la era de la información
PEKÍN/EFE

La invención del papel hace más de 2.000 años cambió el rumbo de la historia de la humanidad, aún más que la propia brújula, y convirtió a China en el imperio de la luz frente al oscurantismo propio de la Europa de la Baja Edad Media. El hallazgo tuvo lugar en el año 105 antes del comienzo de la edad cristiana, y su protagonista fue el eunuco Cai Lun, que vivió en la costa este de China en los tiempos de la dinastía Han.

Aproximadamente en la misma zona, provincia de Zhejiang, aunque ya bien entrado el tercer milenio, los habitantes de la localidad de Zeya continúan fabricando artesanalmente papel y utilizando las mismas técnicas que en su momento patentó su precursor, Cai.

Y es que los responsables de los talleres de fabricación de papel de esta zona son en su mayoría descendientes directos de los mayores virtuosos en esta artesanía milenaria, procedentes de la provincia limítrofe de Fujian y que emigraron a Zhejiang en la dinastía Yuan (1271-1368).

Los artesanos de Zeya no tienen grandes dificultades para obtener la materia prima, ya que tanto el bambú como el agua, elementos esenciales para la fabricación de papel, son abundantes en la zona, una de las más fértiles de China y cuna del mejor té verde del mundo.

La fabricación de papel o pingzhi, denominación tradicional, comienza con el desmenuzado del tallo de bambú en piezas de un metro de longitud, y luego de varios centímetros, para después ponerlo a remojo en una mina de cal por espacio de tres a cinco meses.

Posteriormente, el bambú se seca y se vuelve a introducir en una piscina de agua cristalina durante otro mes, para seguidamente comenzar el proceso de machacado y molido, que se lleva a cabo en grandes morteros que convierten el cáñamo en una especie de pasta de papel.

El producto resultante se vuelve a colocar en una especie de lavadero con agua, en el que será removido con grandes varas de madera, proceso tras el cual se convertirá en algo similar a una pulpa de madera sin refinar.

Tras un nuevo secado a la sombra y otro bajo el intenso sol, ya en forma de pliegos, el papel de color dorado está preparado para su comercialización, que se hará realidad tras el correspondiente empaquetado.

Con todo, la era de la información no ha llegado en balde a esta parte del planeta Tierra, y el papel dorado de Zeya es únicamente utilizado para la fabricación de fuegos de artificio y petardos, lo que no es poco dada su popularidad en este país, y de billetes falsos para los funerales tradicionales.

Lejos quedan los años 30, tiempos en los que casi 80% de la población de Zeya, 100.000 personas, se dedicaban a fabricar papel, y los 40 cuando este arte fue exitosamente exportado a otras zonas de China, Taiwán y el sudeste asiático.

Ahora, sólo unos pocos mantienen viva la tradición, que de no remediarlo se convertirá en una actividad casi museística, dada la tendencia de las nuevas generaciones a cerrar los ojos al pasado milenario del país que fue el centro de la humanidad.

Este arcaico proceso de elaboración del papel da una medida del factor tiempo en un país como China, donde los avances se produjeron con inusitada rapidez en un principio, con invenciones de consecuencias insondables como la brújula, la pólvora, la letra impresa y el propio papel.

Después, China se anquilosó en su propio sinocentrismo durante cientos de años, reticente al cambio y a la apertura al exterior, y en los últimos 25 años ha protagonizado una de las transiciones más extraordinarias de los últimos tiempos, que por seguro quedará reflejada con letras de oro en páginas de papel.

FERVOR

EL NACIONAL - Sábado 26 de Mayo de 2012     Papel Literario/2
Fuentes volvió a "La región más transparente"
Un centenar de volúmenes, miles de páginas, decenas de genuinos personajes y un férreo compromiso por la comprensión de la identidad latinoamericana conforman el legado más duradero del hombre conocido como "la conciencia estética de América Latina"
ALBINSON LINARES

Al rayar el alba cuando todas las cosas despertaban, el escritor debió sentir que se apagaba y enardecido se aferró a la rutina que tantas veces lo salvó durante sus 86 años. Sin hacer ruido se levantó, entró al baño y miró su rostro frente al espejo, caro objeto de su estética que siempre le sirvió para entender al otro y fungir como metáfora del continente que le vio nacer.

"La vida imita al arte" debió pensar antes de sumirse en la negrura de la inconsciencia, mientras la boca se le llenaba del regusto salino, ardoroso y abundante de la sangre fresca. En uno de sus juegos indescifrables, el raro destino de los escritores quiso que Carlos Fuentes muriese el pasado 18 de mayo de una hemorragia masiva del tubo digestivo. Esta afección que le costó la vida debió recordar a los lectores La muerte de Artemio Cruz, una de sus célebres narraciones donde el protagonista agonizó por afecciones gástricas. La vida, a veces, es un juego kitsch.

Llorado por familiares y amigos, recordado por lectores del mundo entero, respetado por estudiosos, admiradores y enemigos, la figura de Carlos Fuentes no deja indiferente al que se le acerca. Como todo titán su poderío reside en el genio que lo llevó a concebir --desde su temprana veintena-- el corpus de "La edad del tiempo", magno proyecto literario en el que englobó todas sus ficciones.

Novelas como La región más transparente(1958), La muerte de Artemio Cruz (1962), Terra Nostra (1975), Gringo Viejo (1985), Cristóbal nonato (1987), La silla del águila (2003), La voluntad y la fortuna (2008) y numerosos libros de cuentos entre los que destacan Los días enmascarados (1954), Aura (1962), Cantar de ciegos (1964), Agua quemada (1983) y La frontera de cristal (1995), lo ubican como una de las figuras renovadoras del concierto literario hispanoamericano.

Su obra ensayística aparece permeada por las reflexiones sobre el oficio literario y la constante indagación en la obra de autores que considera claves para comprender procesos temporales como el Siglo de Oro español o los fundadores de la literatura moderna norteamericana como John Dos Passos, William Faulkner y Francis Scott Fitzgerald. Otra vertiente de singular valía abarca la atenta observación de las crisis nacionales en el continente y los procesos de conformación de la identidad latinoamericana.

Hitos que atestiguan su labor como pensador e investigador de nuestra herencia cultural son La nueva novela hispanoamericana (1969), Cervantes o la crítica de la lectura (1976), Valiente mundo nuevo (1990), El espejo enterrado (1992), En esto creo (2002) y La gran novela latinoamericana (2011), entre otros.

El reciente homenaje desde el Palacio de Bellas Artes, ágora cultural de la nación mexicana, donde fue despedido por artistas, literatos, influyentes políticos como Felipe Calderón, actual presidente de México, y diversas personalidades del mundo literario son prueba de la influencia de Fuentes en la intelligentsia latinoamericana.

Sin embargo, el universo creado por este autor ha penetrado con hondura el alma mexicana como pudo advertirse por los centenares de personas que aguardaron pacientemente la salida de diversas personalidades para presentarle sus últimos respetos, mientras gritaban con denuedo: "¡Fuera Calderón!".

La edad del tiempo En la primavera de 1958, un joven de 29 años publica un libro que con el paso de los años habría de convertirse en una paradoja para los mexicanos. La región más transparente, es una novela total y globalizadora que usa el fracaso sociológico de la Revolución Mexicana como la "temperatura mental" de todas sus páginas.

Con el fragor de su juventud, Carlos Fuentes quiso englobar el gran experimento social que constituye la sociedad mexicana al cubrir medio siglo, desde 1900 a 1954, pero su clímax será la atmósfera calcinante de 1951 en las postrimerías del gobierno civil de Miguel Alemán donde la pugna entre civilización y barbarie estuvo presente en todos los estratos sociales. La historia cambiaba a diario, y eso se respira en el libro.

Se trata de una obra donde personajes como Ixca Cienfuegos, Teódula Moctezuma, Norma Larragoitia, Manuel Zamacona, Federico Robles y Hortensia Chacón devienen magníficas criaturas dramáticas que recrean la polifonía única de la verdadera protagonista del libro: Ciudad de México.

No existe otra novela basada en la vida de la capital mexicana a mediados del pasado siglo, cuyo destino manifiesto haya sido convertirse en una obra-mural, un libro-artefacto en el que se experimente como apunta Gonzalo Celorio con "la linealidad argumental; la alternancia de la narración omnisciente con el monólogo interior, el diálogo inmoderado o el flujo lírico y atemporal".

Sorprende la fiel reproducción de las voces callejeras y aristocráticas, líricas y marciales, sublimes y bastardas al punto de que nos parece oír a Cienfuegos mientras canta su peculiar gesta en la que salmodia: "Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire".

Este libro se inscribe dentro de la búsqueda del "ser mexicano" que impregnaba la zeitgeist imperante a mediados del pasado siglo que tenía correspondencias en los trabajos de Octavio Paz, Luis Villoro, Emilio Uranga y el gran historiador Leopoldo Zea. En la travesía iniciada por Fuentes en pos de su identidad nacional se abre un vasto compás de motivos temáticos que serían recurrentes en su obra posterior. La muerte de Artemio Cruz, Cambio de piel, Terra Nostra y Cristóbal Nonato son puntos de fuga donde se refina el gusto por la arquitectura ritual de la fábula y un complejo entramado de referencias simbólicas que funcionan como ejes narrativos arbitrarios.

Críticos como Adolfo Castañón consideran que La región más transparente, funciona en el Universo-Fuentes como El Silmarillión en la obra de Tolkien. Es decir: en esta ópera prima ya estaba prefigurada toda la "Comedia Mexicana" que el autor desarrollaría en su prolífica carrera. "No sólo es un ensayo general de sus grandes novelas sino que es una miniaturización de su proyecto novelístico total: La edad del tiempo", apunta Castañón.

El largo arco de su mundo narrativo parece cerrarse con la publicación de La voluntad y la fortuna. Para lectores clarividentes como el poeta José Emilio Pacheco, las décadas transcurridas entre ese primer manuscrito ambicioso finalizan con la vuelta de Fuentes a fijar su imaginario en México D.F.: "La región más transparente fue la primera y la última novela sobre la Ciudad de México, su mitificación literaria y su elegía anticipada poco antes de que la capital se disolviera en la catástrofe urbana llamada D.F.".

El infierno de un país azotado por las mafias del narco donde Josué Nadal, un imposible narrador decapitado nos muestra una ciudad que se extiende hasta el infinito, inabarcable, mientras los cadáveres de la guerra se disuelven en ácido por doquier y una sociedad asiste, estupefacta, al fin de todas sus esperanzas fueron los vértices de esta ficción que deja un regusto amargo sobre el posible futuro de México. Y muestra un narrador cansado, desencantado de una realidad que le cuesta ficcionalizar. O que quizá, ya no puede imaginar.

Sin embargo, huelga recordar el optimismo de Fuentes como hombre de ideas. Situado en el ensayo creía fervientemente en el futuro continental como sentencia en la última página de El espejo enterrado: "Los Estados democráticos en la América Latina están desafiados a hacer algo que hasta ahora sólo se esperaba de las revoluciones: alcanzar el desarrollo económico junto con la democracia y la justicia social (...) La oportunidad de hacerlo a partir de hoy es nuestra única esperanza".

¿NOS SABEMOS (TAN) PESIMISTAS?

EL UNIVERSAL, 26 de Mayo de 2012
La AN, ¿una institución inútil?
RICARDO COMBELLAS 

El genial jurista alemán Carl Schmitt estableció una distinción entre los tipos de Estado con el que decidí comenzar estas líneas. En efecto Schmitt distinguió el Estado legislativo, donde el Parlamento como creador de la ley es el actor fundamental del principio de la separación de poderes, del Estado jurisdiccional, donde la decisión final está en manos de los jueces, el Estado administrativo cónsono con el poder de la burocracia, y el Estado gubernativo que, en sus propias palabras, "encuentra su expresión característica en la voluntad personal soberana y el mando autoritario de un jefe de Estado que ejerce personalmente el gobierno". Esto lo digo porque el eje del poder en las democracias contemporáneas (Duverger las llamó "monarquías republicanas") se ha desplazado del Parlamento al Gobierno, con el cual intenta rivalizar el poder judicial, gracias al monopolio de la jurisdicción constitucional.

No tengamos rubor en decirlo, el Parlamento, en nuestro caso la Asamblea Nacional, ha perdido relevancia ante el protagonismo del Ejecutivo, y en menor medida del Juez constitucional. Por lo demás nuestra tradición política nos muestra desde los inicios de la república un predominio aplastante del Estado gubernativo sobre el Estado legislativo, sea bajo formas autoritarias, sea bajo formas democráticas, tanto en el siglo XIX como en el siglo XX. De alguna manera, Bolívar recoge en estas palabras el súmmum  del Estado gubernativo, el paradigma irrefutable de nuestro destino institucional: "El presidente de la República viene a ser en nuestra Constitución, como el Sol que, firme en su centro, da vida al Universo". Esta aseveración está incrustada, como una suerte de sello indeleble, en lo más profundo de nuestra cultura política.

La circunstancia de que el Poder Legislativo se encuentre en un escalón más bajo en la estructura real del poder, respecto al Poder Ejecutivo, y ahora también respecto al Poder Judicial, no significa que siempre haya sido así, pues en política no todo es blanco y negro, pues también se nos muestras diversas tonalidades del color gris. Así, en la llamada IV República (la democracia puntofijista) el Parlamento tuvo momentos de brillo y más de una vez puso en jaque la autoridad presidencial.  En su momento se diseñó el "pacto institucional", precisamente para logra una coordinación de esfuerzos que hiciera realidad la colaboración de las ramas del poder público, y así garantizar la gobernabilidad democrática. Sin embargo, inexorablemente, y fundamentalmente en su función más preciada, la función legislativa, ha ido progresivamente perdiendo terreno ante la rama ejecutiva, pero también ante la rama judicial.

Además, desde hace tiempo el Legislativo también ha perdido el sitial de ser el escenario por excelencia donde se deliberan los grandes asuntos de la nación, amén de que los grandes tribunos, tanto del siglo XIX como del siglo XX (donde la figura de Jóvito Villalba fue su máxima expresión), no tienen sucesores en el Parlamento de hoy. Que yo recuerde, en los últimos veinticinco años son dignas de citar solo tres intervenciones que estremecieron las paredes del viejo Congreso y repercutieron fuertemente, cierto que con desigual destino, en la vida nacional. Las dos intervenciones de Rafael Caldera, el 27 de febrero de 1989 y el 4 de febrero de 1992, y la del intelectual Luis Castro Leiva, el 23 de enero de 1998. Pero nótese que estas piezas oratorias fueron pronunciadas, en un caso por un Senador vitalicio, no por un Senador electo, y en el otro por un invitado especial para conmemorar una efeméride, los cuarenta años del 23 de enero de 1958.

Esta situación no ha dejado de empeorar con la flamante V República. La legislación relevante es obra del Presidente, la Sala Constitucional define en última instancia, y a veces también en primera, el destino de la ley, y en las discusiones parlamentarias ha entrado en acción el lenguaje soez y el insulto, aparte de que ha desaparecido la lealtad parlamentaria, el respeto debido a pertenecer sus miembros a la eufemísticamente llamada "casa del pueblo". El Parlamento venezolano ya no irradia auctoritas, y para muchos de sus miembros (tanto oficialistas como de la oposición)  solo es un paso de tránsito hacia otros destinos más apetecibles, donde pueda cumplirse un rol más protagónico en la vida política, como son los casos de una Alcaldía, una Gobernación, un alto destino ministerial, e incluso como lo vimos recientemente, la primera magistratura nacional.

No va a ser fácil la tarea de recuperar el Parlamento, y así volver a conquistar el mínimo aprecio del pueblo venezolano. No creo, sé que soy pesimista, que ello se logre con la actual clase política. Es de esperar que las nuevas generaciones, imbuidas de un auténtico espíritu de republicanismo cívico, rescate de su decadencia la antigua y noble institución parlamentaria, no lo olvidemos, donde germinó por primera vez en la historia, la forma de gobierno que llamamos democracia.


Ilustración: Alberto Aragón