miércoles, 23 de mayo de 2012

MATIZ DE MATICES

EL NACIONAL - Miércoles 23 de Mayo de 2012     Opinión/6
A Tres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
Sobre metáforas tóxicas e inocuas
ESTEBAN E. MOSONYI*

Agradezco la disposición dialogante del amigo y colega Francisco Rodríguez, esta vez en el ámbito de unos conceptos de uso delicado en ciencias sociales. Empiezo aclarando que en modo alguno me interesa hacer recortes en el lenguaje, siempre he militado contra esa tendencia empobrecedora. Los idiomas son ricos, pero las terminologías apropiadas para cada disciplina son limitadas, si nuestro deseo es comunicarnos y ser comprendidos. Parece hasta insensato desprenderse de términos como "etnocidio", "discriminación", "clase social", incluso "casta" y "estamento".

Todos ellos tienen sus referentes, siempre sujetos a cambios y divergencia de criterios, pero hablar sin ellos de múltiples fenómenos sociales sería difícil cuando no imposible. Me molesta sobremanera cuando algún talibán pretende suprimir la palabra "cultura", por más que de ella existan innumerables definiciones que en cierto modo diluyen cualquier idea subyacente.

Hay, no obstante, algunos vocablos ­poquísimos por cierto­ que parece aceptable considerar "tóxicos", o cuando menos de uso preferiblemente restringido. De nuevo, volvamos la mirada sobre la palabra "tribu". Francisco ­también Maffesoli­ la justifican basados en dos razones: una de ellas legítima y la otra no tanto. Yo mismo aplaudo la lucidez de Francisco cuando analiza las consabidas agrupaciones antisociales y violentas, que defienden su espacio-tiempo en una "estrategia de supervivencia": centradas en sí mismas o adheridas a un dogma inamovible; a contrapelo de los valores generalmente admitidos como trascendentes. Su mera existencia y su accionar agresivo amenazan o dificultan al máximo cualquier intento de convivencia solidaria; así como la gestación de un proyecto social de cierta envergadura.

Hasta aquí habría consenso. Mi discrepancia comienza cuando tal situación se plantea como de índole regresiva y disolvente de logros societarios del presente. No encontramos motivos para suponer que el ser humano de la Era Magdaleniense, el de la Edad Media céltica o escandinava, y menos aun los indígenas contemporáneos de América u Oceanía actuaron o actúan de esta manera: irracional, corrosiva, elemental, "primitiva". Yo iría más allá para agregar que ni siquiera las sociedades animales ­algunas de ellas muy sofisticadas­ se comportan de manera tan simplona. Los teóricos basados en la idea de la progresividad "occidental" ­aun los más brillantes­ suelen olvidar que la evolución humana es en realidad una "coevolución", en cuyo conjunto todas las formaciones sociales contribuyen con elementos de complejización y refinamiento, de modo importante. Por eso me incomoda hablar de "tribus arcaicas" para referirnos a pequeños pueblos diseminados, provistos de culturas ya reconocidas mundialmente como patrimonios de la humanidad: la garífuna de Centroamérica, la periamazónica, la zápara de Ecuador y tantas más. Entonces, será preferible considerar los nuevos conglomerados citadinos como formaciones propias de la contemporaneidad urbana; y desaplicar el señalamiento de "tribal", que constituye un arcaísmo terminológico presuntamente denotativo de pequeñas sociedades no-occidentales, antes arrumadas en un escalón inferior de la evolución humana, concebida como unilineal y conducente al progreso indefinido.

En cuanto al término "masas", admito que el mundo moderno ha provocado numerosas situaciones en que el ser humano se ve disuelto en una multitud anónima, donde tiende a perder las características fundamentales y definitorias de su personalidad individual: por ejemplo, en una concentración política populista o bajo el embrujo de un cantante juvenil provocador de histeria colectiva. Hay otras situaciones análogas. Pero sostengo, basado en investigaciones propias y ajenas, que en su conducta normal y habitual ningún ser humano ­ni siquiera en los ambientes más deculturados y sociopáticos­ se rebaja hasta el extremo de convertirse en hombre-masa ni constituirse en átomo de una muchedumbre masificada, muy a despecho de ciertos liderazgos políticos que preferirían concebirlo en esos términos.

Fotografía: http://gonzalotovar.blogspot.com/2012/03/tardes-con-cruz-diez-mediodia-en-paris.html

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