sábado, 31 de marzo de 2018

AVISOS

1.-  EL PORVENIR, Caracas, 1864: "Saeta mortífera del pujo"... Como está la situación médica en la Venezuela del XXI, no está mal preguntar por Laloubié. No debe mentir el señor Quintana, como suele ocurrir con los altos funcionarios de ahora. ¿Quién podrá descifrarnos el aviso? Enfermedad, remedio, etc. Por lo menos, que sepamos de la dirección postal.

2.-  EL VIGILANTE, Puerto Cabello, 1863: Eduardo Brandt considera, con razón, la injusta responsabilidad extendida sobre la caleta y la aduana. Suelen olvidar las mercancías. Además, si algo sobran, son los barcos. Acotemos, la botella de kerosene está a   2   3/8  reales la botella. Se  le quitan los tres 0 que dijo de una moneda fuerte y los tres 0 que dicen de una moneda soberana, y el combustible sale !regalado!

3.-  ÚLTIMAS NOTICIAS, Caracas, 1947:  Alquiler de discos y de "picots", no faltaba más. Por el camino que transitamos, nada del mundo digital. Youtube será un dato extraño. Entonces, tomemos previsiones... Quizá no convenga mucho ponerse exigentes.

¿Y LA COPA?


El Nacional, Caracas, 07/04/1953.

viernes, 30 de marzo de 2018

DIDÁCTICA DE UNA REMISIÓN

Perspectivas
¿Qué implica para Venezuela la solicitud de Guyana ante la Corte Internacional de Justicia?
Mariano de Alba
30/03/2018

El gobierno de Guyana anunció el 28 de marzo de 2018 que había consignado una solicitud ante la Corte Internacional de Justicia para solicitarle a esa instancia judicial “que confirme la validez legal y el carácter vinculante del Laudo Arbitral de 1899 sobre la frontera entre Guyana y Venezuela”. El requerimiento es consecuencia de la decisión del pasado 30 de enero de 2018 del Secretario General de la ONU. Ese día, António Guterres manifestó haber “elegido la Corte Internacional de Justicia como el mecanismo a ser utilizado para la solución de la controversia”.

Ahora serán los jueces de la Corte Internacional de Justicia quienes determinarán si efectivamente el Secretario General podía tomar esa decisión. Para ello, tendrán que evaluar el texto del artículo IV del Acuerdo de Ginebra, suscrito en el año 1966, y cuyo objetivo es “buscar soluciones satisfactorias para el arreglo práctico de la controversia (…) surgida como consecuencia de la contención venezolana de que el Laudo arbitral de 1899 sobre la frontera (…) es nulo e írrito”.

Guyana ha concretado su objetivo de llevar la controversia a la Corte, buscando una solución definitiva. Ahora el proceso durará varios años. Ya es probable prever que se dividirá en dos fases: la primera, donde la Corte deberá decidir si tiene jurisdicción, es decir, la facultad de resolver la disputa. Si así lo decidiera, en segundo lugar, la Corte deberá determinar si el Laudo arbitral de 1899 es válido, tal y cómo lo está argumentando Guyana.

¿Podía el Secretario General de la ONU elegir que la disputa sea resuelta por la Corte Internacional de Justicia?

Esa es la primera pregunta clave que deberá contestar la Corte, siempre y cuando Venezuela argumente, como sería lógico, que el principal órgano judicial de Naciones Unidas no tiene jurisdicción. El artículo IV del Acuerdo de Ginebra establece que, si los medios previstos en ese Acuerdo “no conducen a una solución de la controversia”, el “Secretario General de las Naciones Unidas” escogerá “otro de los medios estipulados en el artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas, y así sucesivamente, hasta que la controversia haya sido resuelta, o hasta que todos los medios de solución pacífica contemplados en dicho Artículo hayan sido agotados”.

Por su parte, el artículo 33 de la Carta de la ONU prevé que las partes en una controversia tratarán de buscarle solución, “ante todo, mediante la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección”. Desde el año 1989, Venezuela y Guyana han intentado resolver la disputa a través de un proceso de negociación liderado por los “buenos oficios” de la Secretaría General de la ONU. Al tomar su decisión, el Secretario General de la ONU consideró que la resolución del conflicto por parte de la Corte Internacional de Justicia califica como un “arreglo judicial”.

Teniendo esto en cuenta, la primera pregunta qué cabe hacerse es si después de 27 años de negociaciones, ¿podía pasarse directamente al arreglo judicial? ¿Por qué no tratar primero un arbitraje, por ejemplo?

La Corte deberá ahora determinar si Guyana y Venezuela le otorgaron una amplia facultad al Secretario General de la ONU para seleccionar unilateralmente el medio para resolver la disputa, incluso sin tener en cuenta el orden de los mecanismos previstos en el artículo 33 de la Carta de la ONU. El uso de la frase “así sucesivamente” en el Acuerdo de Ginebra podría servirle a Venezuela para alegar que sí había que intentar seguir el orden del artículo 33. Otro elemento que hace más dudoso que el Secretario General efectivamente tenía la facultad de seleccionar a la Corte es el hecho que el Consejo de Seguridad –un órgano con facultades más importantes y amplias en el sistema de Naciones Unidas– sólo puede recomendar un mecanismo de solución de controversias, según lo prevé el artículo 36 de la Carta de la ONU.

Estas dudas aumentan cuando además se tiene en cuenta que en su anuncio del pasado 30 de enero de 2018, el Secretario General de la ONU también llegó a la conclusión de que “Guyana y Venezuela podrían beneficiarse del uso continuado de los buenos oficios de Naciones Unidas a través de un proceso complementario, establecido conforme a las facultades del Secretario General según la Carta de Naciones Unidas”. ¿Pueden convivir los buenos oficios con el proceso ante la Corte Internacional de Justicia?

Uno de los principios que rige a la Corte es que únicamente tiene jurisdicción si los Estados involucrados han otorgado su consentimiento a tal efecto. Por ende, tal consentimiento debe estar presente de forma inequívoca. Así fue reconocido recientemente por la Corte en el caso de las Actividades Armadas en el Territorio del Congo. Por consiguiente, en caso de duda, la Corte debería decidir que no tiene la facultad para conocer el caso. En su primer procedimiento (Canal de Corfú), la Corte concluyó que el consentimiento tenía que ser “voluntario e indiscutible”. Pero en ese y otros casos, la Corte también ha mostrado cierta tendencia a “inferir” el consentimiento, incluso cuando su existencia es discutible.

Este caso será especial porque el Acuerdo de Ginebra no menciona expresamente la posibilidad de acudir a la Corte Internacional de Justicia, pero refiere al Secretario General la selección de los mecanismos del artículo 33 de la Carta de la ONU, donde está incluido el “arreglo judicial”. Adicionalmente, visto que Venezuela y Guyana no han aceptado la jurisdicción “obligatoria” de la Corte según lo permite el artículo 36(2) de su Estatuto, debería mediar una manifestación concreta adicional para que la Corte pueda conocer el caso. Con la presentación de su solicitud, Guyana ya ha demostrado expresamente que reconoce la jurisdicción de la Corte, pero Venezuela todavía no lo ha hecho. Sin embargo, el argumento de Guyana será que Venezuela ya lo hizo mediante el artículo IV del Acuerdo de Ginebra.

Una lista –no exhaustiva– de tratados que le otorgan jurisdicción a la Corte Internacional de justicia y que está publicada en su página web, no menciona el Acuerdo de Ginebra como un tratado que le otorga jurisdicción. Usualmente, los tratados que sí contienen ese consentimiento, mencionan explícitamente a la Corte en sus respectivas cláusulas de resolución de controversias.

En consecuencia, Venezuela tiene a su favor argumentos sólidos para demostrar que nunca ha otorgado consentimiento para que la disputa sea resuelta por la Corte Internacional de Justicia. Especialmente, hay que considerar que el preámbulo del Acuerdo de Ginebra establece que la disputa debe “ser amistosamente resuelta en forma que resulte aceptable para ambas partes”.

¿Cuáles son las implicaciones de la solicitud de Guyana?

En primer lugar, Guyana ha logrado su cometido de trasladar la disputa a la Corte Internacional de Justicia, para lo que se ha venido preparando desde el año 2014. Pero esto no significa que Guyana ya ganó. La Corte bien podría decidir que no tiene jurisdicción o eventualmente declarar que el laudo arbitral de 1899 no es válido.

Sin embargo, es cierto que Guyana parte con ventaja, ya que se ha venido preparando disciplinadamente para presentar su caso. En Venezuela, en cambio, el diferendo ha quedado olvidado, producto de la grave crisis. Si bien el gobierno de Nicolás Maduro creó en el año 2015 una “comisión presidencial para asuntos limítrofes”, sólo se tiene registro público de dos reuniones. Adicionalmente, esa comisión está conformada por actores políticos y no por expertos. Guyana, en cambio, viene trabajando desde hace tiempo con múltiples especialistas, donde incluso resalta un jurista iraní radicado en Canadá, el profesor Payam Akhavan, quien también asesora a Bolivia en el procedimiento que ese país adelanta frente a Chile. Por otra parte, Venezuela debe estar consciente de que, además de Guyana, también podría terminar enfrentándose al gobierno del Reino Unido, quien es parte del Acuerdo de Ginebra según su artículo VIII, y podría participar en el juicio.

Hasta ahora, el gobierno venezolano ha respondido a las acciones de Guyana con importantes comunicados, ratificando correctamente la vigencia del Acuerdo de Ginebra y poniendo en duda la facultad del Secretario General para escoger la vía judicial como el mecanismo idóneo. Pero litigar un caso de esta envergadura va a requerir un esfuerzo sustancial, que requiere una preparación extensiva, donde no vale sólo presentar argumentos, sino aportar pruebas de soporte para las afirmaciones realizadas. En su solicitud, Guyana ya adelanta que Venezuela supuestamente no ha sido capaz de producir evidencia concreta para justificar la nulidad del laudo arbitral de 1899.

Hoy por hoy, el mejor resultado para Venezuela sería que la Corte Internacional de Justicia determine que no tiene jurisdicción para conocer el caso, dejando a Guyana con la única opción de volver a sentarse en la mesa para buscar una solución negociada, si así lo desea. La Corte, por su parte, debería tener precaución con declarar su jurisdicción bajo unos términos tan equívocos. Después de todo, tal y como lo reconoció el juez Ronny Abraham el pasado mes de octubre ante la Asamblea General de la ONU, “el futuro depende de la confianza de los Estados en la Corte. Los Estados son entidades soberanas que tienen total libertad de consentir o no a la jurisdicción de la Corte”.

Fuente:
https://prodavinci.com/que-implica-para-venezuela-la-solicitud-de-guyana-ante-la-corte-internacional-de-justicia/?platform=hootsuite

¿POR QUÉ OBVIAR EL ASUNTO?

El Esequibo va a parar a La Haya, mientras la dictadura vacaciona

“Decretadas por él, habrá que esperar que Nicolás Maduro y la cancillería regresen de estas largas vacaciones para que se impongan del asunto y  quizá hagan algo al respecto”, señaló el diputado Luis Barragán, integrante de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio, al referirse a la solicitud del gobierno guyanés para que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) resuelva el conflicto territorial con Venezuela, en La Haya.

“Huelga comentar que la opinión pública venezolana, desconoce alguna orientación firme y concreta del régimen en la materia, aunque éste se ha esmerado en la amplia difusión de la presencia de una comisión de tal constituyente en la más recientes sesiones de la Unión Interparlamentaria Mundial, haciéndola objeto de un absurdo teatro político. E, incluso, circula en las redes un video en el que la delegación del PSUV, quemadora de nuestras divisas, convierte la sede de una embajada europea en escenario para la juramentación de un comité, como si ella fuese una seccional, además, sustentada por el partido. Sin embargo, asuntos tan vitales como el Esequibo, nada les importa, como lo demuestran los hechos”.

Comentó el parlamentario que, por difíciles que sean las circunstancias actuales, no deben servir  de pretexto para obviar el problema y,
 salvando las distancias, lo ejemplificó con el caso de Venezuela al suscribir el Acuerdo de Ginebra en 1966, pues, jamás le negó la debida atención a pesar de confrontar el país severas dificultades, entre ellas, las del sabotaje guerrillero de entonces: “La diferencia estuvo y está en una Política de Estado que fue y es,  harto diferente a la absoluta Razón de Estado, tan inherente a las dictaduras”.

Recordemos, la Fracción Parlamentaria 16 de Julio y, particularmente, Vente Venezuela al que está afiliado el diputado Barragán,  advirtió constantemente, desde hace más de un año, la posibilidad de que se remitiera el caso esequibano a la CIJ que, ahora, interpuesto el libelo guyanés, se materializa. No obstante, propuesta y defendida  por la citada fracción, la declaratoria del  Secretario General de las Naciones Unidas y la consiguiente remisión, fueron consideradas inaplicables por la Asamblea Nacional.

30/03/2018:
https://www.lapatilla.com/site/2018/03/30/diputado-barragan-el-esequibo-va-a-parar-a-la-haya-mientras-la-dictadura-vacaciona/
http://notireporta.online/diputado-barragan-el-esequibo-va-a-parar-a-la-haya-mientras-la-dictadura-vacaciona/
https://www.tenemosnoticias.com/noticia/va-diputado-mientras-vacaciona-191541/654619

Horas después, al menos, la cancillería reacciona: http://www.noticierodigital.com/2018/03/venezuela-pide-guyana-retomar-contactos-diplomaticos-esequibo/

(IM) PERTINENTE

Jose Hermoso Sierra agregó 2 fotos nuevas
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21 h ·

Ezequiel Abdala
25 de marzo a las 11:26 •
So pena de estar fuera de lugar y de ser absolutamente impertinente, rescato algunos párrafos de un viejísimo texto que escribí en 2010, luego de ver a Abreu con Chávez en cadena. Hoy, con el Maestro muerto, apenas y le haría algunos cambios de estilo -hay que ver las imágenes y adjetivos que uno usa empezando los veinte-, pero el fondo y las preguntas las mantengo:
(...)
La imagen de un José Antonio Abreu babeándose ante Chávez me resulta realmente triste. Más tomando en cuenta la historia de vida de él, quien, comprobado está, si algo no ha sido nunca es socialista, ñángara, progre o como usted quiera llamarlo. En la universidad se sentaba, incluso, más a la derecha de Copei ; estudió en el “imperio mesmo” en la ciudad de William Penn; y fue ministro del gobierno más neoliberal de todos cuantos tuvo AD . Y helo allí, junto a Dudamel , ejerciendo de Lola Flores ante este Franquito de izquierda. Poniéndole acordes de lujo a la revolución chavista.
¿Por qué un hombre ante el que, como recordaba hoy Orlando Viera Blanco en El Universal, se inclina Sir Simón Denis Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, tiene que andar de manitos, sonrisitas y babitas con Chávez? ¿Por qué un proyecto calificado incluso de “milagroso” como el de las Orquestas Juveniles e Infantiles tiene que servirle de banda sonora a esta película de alto presupuesto, baja dirección y peor reparto que es el chavismo? ¿Por qué, Maestro Abreu ? ¿Por qué si el principio por el cual ud se rige es que: “la música es un instrumento irremplazable para unir a las personas” termina poniéndola al servicio del hombre que ha exacerbado las pasiones y revuelto los resentimientos al punto de convertirnos casi en enemigos unos de otros? ¿Por qué tanta incoherencia?
¿Plata, dinero, conveniencia o puro interés? No quisiera yo pensarlo, pero a todas luces parece ser la única respuesta posible. Y he allí parte del drama de esta Venezuela : el doblegamiento de los principios ante el poder. Al Maestro se le escucha muy bonito el discurso acerca de cómo los materialmente pobres terminaban espiritualmente ricos a través de la música y cómo eso sublima sus mentes, espíritus y almas; pero cuando se le ve tan adulante y zalamero pareciera ser la antítesis de esto: no sé si materialmente rico pero en todo caso espiritualmente mundanizado, que es el único antónimo medianamente funcional que le encontré a sublimado.
No pretendo yo con esto quitarle brillo a su gran obra, ni mucho menos desmeritar lo que ha sido una labor loable y plausible. Eso se le reconoce, se le celebra y hasta se admira. Sin embargo, lo excelso de la obra no le otorga a su creador inmunidad ante la crítica. Y su actuación y la de
Dudamel, tanto ayer como en otras ocasiones, me parece eso, criticable. Que esa dupla magistral, talentos sin iguales que dejan muy el alto el nombre del país en el exterior, orgullos de esta tierra a los que el mundo entero aplauden de pie, se rindan ante un hombre de la baja talla de Hugo Chávez es lamentable.

Fuente:
https://www.facebook.com/josehermososierra/posts/10216419665468024

jueves, 29 de marzo de 2018

BRÚJULA

EL CARABOBEÑO, Valencia, 9 de abril de 2017
El significado de la Semana Santa
Los hechos dolorosos podrían mover nuestros sentimientos y hacernos olvidar que lo más importante es buscar aumentar nuestra fe y devoción en el Hijo de Dios
Alfredo Fermín

Este Domingo de Ramos la Iglesia Católica inicia la celebración de la Semana Santa durante la cual se conmemoran los misterio de pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Durante la Semana Santa, las narraciones de la pasión renuevan los acontecimientos de aquellos días; los hechos dolorosos podrían mover nuestros sentimientos y hacernos olvidar que lo más importante es buscar aumentar nuestra fe y devoción en el Hijo de Dios.

Para los cristianos la Semana Santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo crucificado para volver a la vida y al júbilo de su Resurrección.

Estos misterios se desarrollan por decisión de Dios para reconciliarse con la humanidad de la cual estaba alejado, después del pecado original, cuando Eva hizo comer a Adán fruto que estaba prohibido por lo cual se perdió el paraíso original. Por éste sacrificio  de Jesús, Dios vuelve a reconciliarse con la la humanidad, como nuestro padre eterno

Para esta celebración, la Iglesia invita a todos los fieles al recogimiento interior, para contemplar detenidamente el misterio pascual, no con una actitud pasiva, sino con el corazón dispuesto a volver a Dios, con el ánimo de lograr un verdadero dolor de nuestros pecados y un sincero propósito de enmienda para corresponder a todas las gracias obtenidas por Jesucristo.
La entrada triunfal de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén antes de la Pascua inicia la Semana Santa como recuerdo de su sacrificio para salvarnos de la esclavitud del pecado.

Aunque sea contradictorio la Semana Santa no es un tiempo luctuoso porque al final, se cumplirá la resurrección del Señor para su gloria eterna y para la apertura de la vida eterna. De acuerdo con la liturgia cristiana la muerte de Cristo nos invita a morir también, no físicamente, sino a luchar por alejar de nuestra alma la sensualidad, el egoísmo, la soberbia, la avaricia, la muerte del pecado para estar debidamente dispuestos a la vida de la gracia.

“Resucitar en Cristo es volver de las tinieblas del pecado para vivir en la gracia divina. Ahí está el sacramento de la penitencia, el camino para revivir y reconciliarnos con Dios. Es la dignidad de hijos de Dios que Cristo alcanzó con la Resurrección.”

La Semana Santa tiene dos partes esenciales: el final de la Cuaresma (Domingo de Ramos, Lunes, Martes y Miércoles) y el Triduo Pascual (Jueves, Viernes y Sábado). Este es el tiempo más importante de la Iglesia en todo el año.

El recuerdo triunfal de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén antes de la Pascua inicia la Semana Santa como recuerdo de su sacrificio para salvarnos de la esclavitud del pecado que nos mantenía en cadenas. Comienza el Domingo de Ramos con una procesión de ramos y la celebración eucarística.

En la primera parte se celebra el triunfo de Jesús. Tras la aspersión de los ramos se proclama el Evangelio. Empieza la Semana Santa y procede la Eucaristía. Se pasa del aspecto victorioso de los ramos a la cara dolorosa de la Pasión. Jesús entra triunfante, pero es en la Cruz es donde adquirirá su auténtico trono, y su resurrección

El Domingo de Ramos nos recuerda que nuestra vida cristiana es un paso de las tinieblas a la luz, de la humillación a la gloria, de la esclavitud del pecado a la liberación por la Gracia.

El Triduo Pascual se abre con el Jueves Santo, un momento fundamental para el Calendario Litúrgico y nuestra vida de cristianos, pues en este día recordamos que Jesucristo es modelo de humildad al lavar los pies de sus discípulos, recordándonos que Él no vino a ser servido, sino a servir. Este ejemplo de Nuestro Señor se recuerda en el Jueves Santo para subrayar la importancia que tiene la virtud de la Humildad en nuestra vida de seguidores de Jesús. Tras el lavatorio de pies, el Jueves Santo se recuerda la Institución de la Eucaristía: el Sacramento de Sacramentos.

La noche del Jueves Santo se torna oscura con la Oración del Huerto. La contemplación del dolor de Nuestro Señor comienza a estremecernos y nos prepara para comprender la profundidad de la Pasión del Señor.

Tras el Jueves Santo llega el terrible dolor del Viernes Santo, cuando recordamos el prendimiento, flagelación, juicio, camino del calvario, crucifixión y muerte del Señor Jesucristo. Es un día que debe animarnos a una profunda reflexión, a una concentración profunda en el misterio de la muerte del Señor.

Con la muerte del Señor en la cruz, el mundo se cubre de tinieblas. Un momento de espera angustiosa en la que la Iglesia nos pide que acudamos a la Santísima Virgen, la madre dolorosa que ha recibido de José de Arimatea el cuerpo sin vida de Jesús. Es precisamente en este Sábado Santo cuando podemos apreciar la grandeza de la Santísima Virgen.

Con el Sábado Santo concluye la Semana Mayor. Del dolor y la oscuridad pasamos a ver a un Jesucristo deslumbrante, Rey de Reyes. Comienza la Pascua con el Domingo de Resurrección, y llega la Iglesia, cuerpo místico de Cristo, al momento cúspide en el calendario litúrgico. Jesús ha muerto por nosotros, pero ha resucitado abriéndonos las puertas del Cielo.

Fuente:
https://www.el-carabobeno.com/significado-la-semana-santa/
Ilustración: El Roto (El País, Madrid, 29/03/2018).

¿Y DÓNDE NO HAY MERCADO?

EL PAÍS, Madrid,  29 de marzo de 2018
 TRIBUNA
¿Ha muerto Dios?
Juan José Tamayo

Nietzsche no fue el primero en utilizar la expresión “Dios ha muerto”. Su origen se encuentra en un texto de Lutero: “Cristo ha muerto / Cristo es Dios / Por eso Dios ha muerto”. En él se inspira Hegel en la Fenomenología del espíritu, donde afirma que Dios mismo ha muerto como manifestación del sentimiento doloroso de la conciencia infeliz. En Lecciones sobre filosofía de la religión se refiere a una canción religiosa luterana del siglo XVII en un contexto similar: “Dios mismo yace muerto / Él ha muerto en la cruz”.

Es probable que Nietzsche, hijo y nieto de pastores protestantes, la conociera e incluso la hubiera cantado en el Gottesdienst. Pero ha sido su propia formulación la que ha adquirido relevancia filosófica y ha ejercido mayor influencia en el clima sociorreligioso moderno.

Dos son los textos más significativos en los que Nietzsche hace el anuncio de la muerte de Dios. En Así hablaba Zaratustra, cuando el reformador de la antigua religión irania baja de la montaña, se encuentra con un anciano eremita que se había retirado del mundanal ruido para dedicarse exclusivamente a amar y alabar a Dios, actitud que contrasta con la de Zaratustra, que dice amar solo a los hombres. Tras alejarse de él, comenta para sus adentros: “¡Será posible! Este viejo santo en su bosque no ha oído todavía nada de que Dios ha muerto”. Al llegar a la primera ciudad, encontró una muchedumbre de personas reunida en el mercado, a quienes habló de esta guisa: “En otro tiempo el delito contra Dios era el máximo delito, pero Dios ha muerto y con Él han muerto también sus delincuentes. Ahora lo más horrible es delinquir contra la tierra”.

En La gaya ciencia Nietzsche relata la muerte de Dios a través de una parábola cargada de patetismo. Un hombre loco va corriendo a la plaza del mercado en pleno día con una linterna gritando sin cesar: “¡Busco a Dios! ¡Busco a Dios!”. El hombre se convierte en el hazmerreír de la gente allí reunida, que no se toma en serio la búsqueda angustiosa del loco y se mofa de él haciéndole preguntas en tono burlón: “¿Es que se ha perdido? […]¿Es que se ha extraviado como un niño? […]¿O se está escondiendo? ¿Es que nos tiene miedo? ¿Se ha embarcado? ¿Emigrado?”. A lo que el loco responde: “¡Lo hemos matado nosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!”.

El loco, fuera de sí, entró en varias iglesias donde entonó su requiem aeternam deo. Cada vez que le expulsaban y le pedían explicación de su conducta, respondía: “¿Qué son estas iglesias sino las tumbas y los monumentos fúnebres de Dios?”. Nietzsche califica el anuncio de la muerte de Dios como “el más grande de los acontecimientos recientes”, pero el loco reconoce que llega “demasiado pronto”.

¿Se ha hecho realidad el anuncio de Nietzsche? Yo creo que solo en parte. Ciertamente, se está produciendo un avance de la increencia religiosa en nuestras sociedades secularizadas y se cierne por doquier la ausencia de Dios. Pero, al mismo tiempo, asistimos a otro fenómeno: el de las diferentes metamorfosis de Dios. A modo de ejemplo voy a referirme a tres: el Dios del Mercado, el Dios del Patriarcado y el Dios del Fundamentalismo.

El Dios del Mercado. El Mercado se ha convertido en una religión “monoteísta”, que ha dado lugar al Dios-Mercado. Ya lo advirtió Walter Benjamin con gran lucidez en un artículo titulado El capitalismo como religión, donde afirma que el cristianismo, en tiempos de la Reforma, se convirtió en capitalismo y “este es un fenómeno esencialmente religioso”.

Tocar el capitalismo o simplemente mencionarlo es como tocar o cuestionar los valores más sagrados. Lo que dice Benjamin del capitalismo es aplicable hoy al neoliberalismo, que se configura como un sistema rígido de creencias y funciona como religión del Dios-Mercado, que suplanta al Dios de las religiones monoteístas. Es un Dios celoso que no admite rival, proclama que fuera del Mercado no hay salvación y se apropia de los atributos del Dios de la teodicea: omnipotencia, omnisciencia, omnipresencia y providencia. El Dios-Mercado exige el sacrificio de seres humanos y de la naturaleza y ordena matar a cuantos se resistan a darle culto.

El Dios del Patriarcado. Los atributos aplicados a Dios son en su mayoría varoniles, están vinculados a la masculinidad hegemónica y se relacionan con el poder. La masculinidad de Dios lleva derechamente a la divinización del varón. Así, el patriarcado religioso legitima el patriarcado político y social. La teóloga feminista alemana Dorothee Sölle critica las fantasías falocráticas proyectadas por los varones sobre Dios, cuestiona la adoración al poder convertido en Dios y se pregunta: “¿Por qué los seres humanos adoran a un Dios cuya cualidad más importante es el poder, cuyo interés es la sumisión, cuyo miedo es la igualdad de derechos? ¡Un Ser a quien se dirige la palabra llamándole ‘Señor’, más aún, para quien el poder no es suficiente, y los teólogos tienen que asignarle la omnipotencia! ¿Por qué vamos a adorar y amar a un ser que no sobrepasa el nivel moral de la cultura actual determinada, sino que además la estabiliza?”. En nombre del Dios del patriarcado se practica la violencia de género, que el año pasado causó más de 60.000 feminicidios.

El Dios de los Fundamentalismos. Los fundamentalismos religiosos desembocan con frecuencia en terrorismo, fenómeno que recorre la historia de la humanidad en la modalidad de guerras de religiones que se justifican apelando a un mandato divino. Tiene razón el filósofo judío Martin Buber cuando afirma que Dios es “la palabra más vilipendiada de todas las palabras humanas. Ninguna ha sido tan mutilada, tan mancillada. Las generaciones humanas han desgarrado esta palabra. Han matado y se han dejado matar por ella. Esta palabra lleva sus huellas dactilares y su sangre. Los hombres dibujan un monigote y escriben debajo la palabra ‘Dios’. Se asesinan unos a otros y dicen: ‘Lo hacemos en nombre de Dios”. Matar en nombre de Dios es convertir a Dios en un asesino, en certera observación de José Saramago, quien lo demuestra en la novela Caín a través de un recorrido por los textos de la Biblia hebrea.

Dios bajo el asedio del Mercado, bajo el poder del Patriarcado y bajo el fuego cruzado de los Fundamentalismos. El resultado es la violencia estructural del sistema, la violencia machista y la violencia religiosa, las tres ejercidas en nombre de Dios.

Juan José Tamayo es director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones, de la Universidad Carlos III de Madrid. Su última obra es Teologías del Sur. El giro descolonizador (Trotta, 2017).

Fuente:
https://elpais.com/elpais/2018/03/26/opinion/1522079873_884931.html
Ilustración: Enrique Flores.

(DES) AFINACIÓN

EL NACIONAL, Caracas, 29 de marzo de 2018
La barbarie de la reflexión
José Rafael Herrera

Los “tiempos oscuros”, dice Vico, son característicos de los “estados ferinos”, esos estados primitivos de ignorancia y salvajismo, de hombres bestiales y voraces, que parecieran no haber abandonado jamás la prehistoria de la humanidad, porque, al igual que aquellos primeros bestioni –tal como dicen los versos de Lucrecia–, insisten en “llevar la vida según el modo de vagar de las fieras” (volvivago vitam tractabant more ferarum). Es la guerra hobbesiana de “todos contra todos”. Poco importa la tonalidad del barniz de entendimiento abstracto que, a lo largo de los más diversos corsi e ricorsi de la historia, los recubra –cuando los recubre– y que, a veces, les sirve de camuflaje. A pesar de los blasones de comando, la estrellas en los hombros o las medallas en el pecho. A pesar del traje de Boss, de los tacones de patente Vuitton, del último iPhone, del Mulco de oro guayanés fundido o de la lujosa, misteriosa, hermética y blindada camioneta oficial. Se les nota por encima, pero no a primera vista sino, más bien, con el primer juicio “claro y distinto” que resulta de la civilidad: el del conocimiento profundo del lenguaje “no humano”: el de los signos y las metáforas. No se puede ocultar tan facilmente en “ellos” la ya no tan “natural” inclinación por el despotismo.

Más allá de las linealidades, propias de una representación de la historia periodizada de “menor a mayor”, Vico demuestra que la historia de la humanidad ha sido mucho más compleja que la que muestran los esquematismos característicos de los positivistas. Más compleja y más diversa, como resultado de su meticuloso estudio sobre los tiempos oscuros, los mismos que, por ejemplo, hicieron pensar a Bolívar en la construcción de un centro de estudios superiores capaz de combatir las oscuridades del persistente 'estado de naturaleza'. Una Casa de Luz para vencer la oscuridad, la sombra proyectada por los mitos de los “héroes” y “caudillos”, justamente porque detrás de esa oscuridad se ocultan las ferocidades del salvajismo. No pocas veces detrás de la sombría hojarasca se oculta la serpiente, dice, más o menos, un adagio popular. Y la verdad es que, durante estos últimos años, la oscuridad ha arremetido con toda la brutalidad de sus fuerzas contra esa Casa –y contra todas las otras Casas que le son afines–, con el premeditado objetivo de retornar a la oscura noche de la ignorancia y la opresión. Hacer morir de mengua, por asfixia mecánica, la enseñanza, investigación y extensión universitarias es un crimen de lesa humanidad, un crimen contra la civilización, contra la verdad y contra el más sagrado de todos los derechos: la libertad. La universidad venezolana está siendo asesinada desde afuera y desde adentro por la barbarie de la reflexión, como la llama Vico.

Pero, ¿qué es y en qué consiste esta barbarie de la reflexión? En una reedición histórica y cultural, mucho más elaborada, aunque no por ello menos vil y lacerante, que la primitiva barbarie del sentido, previamente descrita por Vico. La compradora de huevos le reclama, no sin justicia, a la bachaquera: “Vieja, estos huevos están podridos”. La bachaquera le responde: “¡Qué! ¿mis huevos podridos? A mí me parece que usted es la que está podrida. ¿Me va a venir a decir algo de mis huevos?, ¿usted?, ¿no estuvo su padre comiéndose un cable en el llano, no se escapó su madre con el portugués de la panadería y no se murió su madre en un hospital por falta de medicinas? ¡Quién sabe Dios de dónde estará sacando los dólares para comprarse la ropa que lleva puesta! Si no fuera por ciertos “enchufados” uniformados muchas no estuvieran tan bien arregladas, dándoselas de grandes señoras”. En pocas palabras, la bachaquera del relato es una digna representante de las abstracciones propias de la barbarie reflexiva. Detrás de la simple transacción ovípara, el reclamo por la –tal vez aparente– podredumbre del cartón de huevos, se pone al descubierto la infinita incapacidad de cabal raciocinio y comprensión; pero con ello, y al mismo tiempo, se pone al descubierto la infinita capacidad de acumulación de prejuicios, mediada, justamente, por un lenguaje cosificado por la agresión, que va desde “Lusinchi es como tú” hasta “Todos somos Chávez” y del “Yo soy” al “Nosotros somos”. Y es que las abstracciones, propias de los extremismos –incluyendo las tangenciales “medianías” de los Snugs nuestros de cada día–, ponen en evidencia el predominio de una formación social y cultural determinada por el morbo característico de la barbarie de la reflexión.

No se aplaude ni, mucho menos, se llora la muerte del viejo creador de todo un sistema orquestal, porque lo importante no es que haya alcanzado indiscutibles y meritorios éxitos en la promoción y divulgación masiva de la juventud en beneficio de la música académica: lo importante es que se plegó dócilmente a un régimen tiránico, gansteril y corrupto, un régimen que ha hecho del terror y la manipulación las más eficaces armas para mantenerse, a toda costa, en el poder. Un régimen, además, que ha conducido directamente a la ruina a uno de los países más prósperos del continente. No se le imputa al viejo maestro que haya terminado instrumentalizando y descontextualizando los contenidos del arte musical en sí mismo, transmutando la educación estética en una auténtica cadena de montaje, y que, a consecuencia de ello, haya promovido el regresus de la comprensión de la música académica varios pasos atrás respecto de la síntesis a priori kantiana, al escindir las formas de sus contenidos, generando así un enorme daño para las nuevas generaciones musicales.

En suma, no se comprende que su incorporación a las filas de la barbarie del sentido es el efecto directo de su profunda sintonía con la causa de la barbarie de la reflexión. Es como si el presidente de un gremio profesoral exigiera elecciones nacionales dentro de los lapsos correspondientes y una nueva directiva del CNE, para poder participar en unas elecciones libres, transparentes, debidamente supervisadas por veedores internacionales y por organismos que den garantías de pulcritud en el proceso. Un justo reclamo, por cierto. Aunque en su gremio las elecciones estén vencidas desde hace años, la comisión electoral le sea tan favorable como el tribunal disciplinario, y no esté dispuesto ni a libertades ni a transparencias ni a supervisiones que pudiesen llegar a poner en grave peligro su absoluta hegemonía y control del gremio. Cosas, en fin, propias de la imbricada y tupida trama de los corsi e ricorsi que siguen las naciones.    

Fuente:
http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/barbarie-reflexion_228650

"CABLES PELAOS"

Los hilos que sostienen el poder
Alberto Ray

El empeño del régimen de huir hacia adelante cuando la realidad lo presiona ya no sorprende a nadie. Llama poderosamente la atención, sin embargo, saber qué los impulsa a avanzar cuando el grado de devastación de la república ya toca la frontera de la africanización.

Resulta a primera vista paradójico que siendo el objetivo mantenerse en el poder, destruyan aquello que podía sustentarlos; la imagen de Chávez, la producción de PDVSA, la popularidad entre los marginados y ahora, lo que quedaba del Ejército.

Si bien, esta revolución no tiene precisamente vocación suicida, no pareciera que en el mapa de ruta que marca el avance tengan planeado correr hacia un precipicio. Es claro que con la destrucción todos se debilitan, pero el que acumula más poder incrementa sus oportunidades de reinar por un tiempo más. El gobierno es ahora víctima del efecto de la bicicleta, si para de pedalear, así no le quede energía, se cae.

Algo cierto es que el costo de la tiranización del régimen se pagó durante el 2017 con 120 días de protesta, de los cuales el país opositor terminó con más de un centenar de muertos y la aparición de una Asamblea Constituyente negada por 7.5 millones de venezolanos. En lo sucesivo, Maduro y su banda han hecho y desecho dentro y fuera del país sin importarles en lo más mínimo la corrupción, la violación de DDHH y por supuesto, el apuñalamiento repetido de los restos de democracia.

Vista la realidad, y en medio de este caos por diseño vale preguntarse ¿Qué sostiene a Maduro en el poder?
Son varios los hilos, aunque finos, aun suficientemente resistentes para no solo aguantar sino sostener de manera más o menos estable un periodo más de destrucción.

En primer lugar, está la mermada producción petrolera. Aun el régimen recibe dólares provenientes de la venta de crudo, que luego de descuentos, pago de deudas y compromisos algo queda para gastar y comprar comida que alcanza sólo para el 25% de la población. En esta dinámica participa activamente Rusia, China y Turquía como financistas de corto plazo en operaciones de intercambio de petróleo por alimentos.

La segunda fuente de financiamiento es el nuevo modelo de Estado Criminal que opera en el país. La explotación indiscriminada de recursos de la minería en combinación con el masivo tráfico de cocaína proveniente de Colombia, ambos negocios operados por grupos irregulares binacionales y bandas criminales, en un proyecto de gran escala gerenciado desde Cuba, produce dinero para mantener una estructura de poder en la FAN y en cuadros políticos afiliados al régimen.

Luego está el binomio FAN – Cuba. Una relación simbiótica de amor odio que se sostiene a fuerza de espionaje y contrainteligencia. Maduro por un lado aun necesita a la Fuerza Armada para administrar (malamente) el gobierno y controlar el poder de fuego que lo puede derrocar, por el otro, los cubanos entendieron que era mejor ideologizarlas antes que hacer una milicia paralela, y a pesar de la desconfianza, les sirven muy bien en la logística operativa de la droga, la explotación minera y la extracción de petróleo. Los rusos también contribuyen en esta dimensión con equipos de inteligencia destinados a interceptar comunicaciones de militares y civiles tanto en el gobierno como en la oposición.

Más atrás, pero con mucha fuerza y ganando posiciones está el vicepresidente El Aissami y su grupo con conexiones en Siria y el Medio Oriente, con una agenda de largo plazo para la desestabilización regional y la facilitación de actividades terroristas en el continente.

En quinto lugar, se encuentra el poderoso grupo económico político de enchufados que sin escrúpulo alguno succionan lo poco que le queda el país y al mismo tiempo sirven de barniz legitimador para los juegos electorales del régimen. El dinero que acumulan les ha servido para pagar lobby internacional, comprar medios, industrias y algún liderazgo que se dice opositor, pero que no resisten el más mínimo examen de sus vínculos con el gobierno.

En una sexta posición y no por ello despreciable está la MUD. Sus líderes enarbolando buenas intenciones se han convertido en el desfibrilador de Maduro. Ante cada ataque terminal, aparecen a salvarle la vida con iniciativas de diálogo y negociación que logran extender por un tiempo más la agonía dramática que vive Venezuela.

Aun falta por mencionar la pieza de mayor efectividad en este ajedrez, se trata del maquiavélico aparato diseñado para el sometimiento de la población a través del hambre, el miedo y la represión. El régimen ha sabido capitalizar el caos de la misma manera que un secuestrador se vale de su posición de poder sobre su víctima. Es una suerte de Síndrome de Estocolmo en el cual los más desposeídos protegen al que les da de comer, a pesar de los maltratos que reciba. Es la explotación de la supervivencia del más débil en un mecanismo primario de control. Queda por mencionar la acción represiva que los cuerpos de seguridad ejercen sobre la población que alza su voz de protesta contra las atrocidades del régimen. A esta represión debe sumarse el trabajo que hace el hampa en la toma de los espacios, replegando y encerrando al ciudadano en las paredes de sus hogares.

Como se aprecia, los hilos que sostienen a Maduro son múltiples y están interconectados en un entramado complejo. Es una red que se ha tejido al mismo ritmo que lleva la destrucción institucional. Más allá de las apariencias, esta malla se encuentra en su punto histórico de mayor debilidad. El mundo entero ha despertado frente al horror venezolano y está avanzando para forzar al régimen a aceptar una salida. Aunque lo disimulan muy bien, aún quedan dentro de la Fuerza Armada venezolanos dispuestos a acompañar una solución de cambio, siempre que se le plantee al país un proyecto de restitución democrática acompañado de medidas urgentes para al menos, detener la gravísima crisis humanitaria.

El ciudadano venezolano, más allá de la dolorosa diáspora y el sometimiento que lo presiona día a día, reserva energías para la lucha. Lo demuestra constantemente en su irreverencia frente al poder, en la denuncia de la injusticia y en la solidaridad con aquellos más desfavorecidos. Sólo es necesario que se abra una mínima rendija creíble con la luz del cambio, para que veamos materializarse una unidad verdadera galvanizada para terminar de derrumbar algo que por sí solo se debió haber caído hace tiempo atrás.

Fuente:
https://www.lapatilla.com/site/2018/03/24/los-hilos-que-sostienen-el-poder-por-alberto-ray/

HOMO SOVIETICUS

EL PAÍS, Madrid, 29 de marzo de 2018
 EL ACENTO
Putin y la nostalgia por el pasado imperial
José Andrés Rojo

Cuando se va viendo que las redes sociales son un magnífico instrumento para intervenir en ellas hasta el punto de condicionar el voto de sus usuarios en una cita electoral, las democracias occidentales pueden ponerse a temblar. Siempre han existido millares y millares de ciudadanos a los que las urnas les han resultado indiferentes. Gente tocada por circunstancias adversas y marginada de la vida política y social. Supervivientes que han sido empujados a los estercoleros de la historia pero que, efectivamente, cualquier día pueden animarse y acudir a un colegio electoral. ¿Por quién terminarán inclinándose, a quién van a darle su confianza? ¿Al político que explica su programa y que, de alguna manera, tiene un plan, un proyecto de país? ¿O más bien al que ha sido capaz de entrar en sus paranoias y miedos, en sus carencias y anhelos frustrados, en sus frágiles y marchitas esperanzas, y que les ha prometido salir de ahí, dejarlo todo atrás y recuperar el esplendor perdido?

Vladímir Putin ha vuelto a ganar en las últimas elecciones rusas con un 76,7% de votos, un porcentaje que marearía a cualquier político occidental. Son unas elecciones de aquella manera, en las que no participa la oposición porque ha sido apartada, y en las que no hay verdaderas garantías. Pero hay urnas, y la gente sale de su casa y deposita su papeleta. Putin lleva tiempo amarrado al discurso de recuperar la gloria perdida. Y es un discurso que, por lo que se ve, ha calado. Son muchos los que lo apoyan.

En El fin del Homo Sovieticus, Svetlana Alexiévich, la escritora bielorrusa que ganó el Nobel de Literatura en 2015, ofrece un puñado de largas conversaciones que permiten asomarse a lo que significó el tremendo cataclismo que produjo el final de aquel enorme imperio que latía detrás de una bandera roja. “Me pregunto qué nos hicieron a los soviéticos, cómo consiguieron taparnos los ojos para que echáramos a correr como bólidos hacia el jodido paraíso capitalista”, le comenta una de las personas que entrevistó en la Plaza Roja en diciembre de 1991 y que simplemente se definió como “patriota”.

Luego le dijo: “Soñábamos con que nos abrieran aquí un McDonald’s para comer hamburguesas calentitas, con comprarnos Mercedes y reproductores de vídeo, y con que nos vendieran películas pornográficas en cada quiosco...”. Y añade: “Rusia necesita de una mano firme que la sujete. Un puño de hierro”.

Quizá Putin sea la respuesta que reclamaba aquel hombre frente a su rabia. También Ryszard Kapuscinski salió zumbando hacia la Unión Soviética cuando se estaba yendo a pique para entender qué diablos había pasado. En Moscú, se refirió a un enorme proyecto que no llegó a construirse, el Palacio de los Soviets. Debía ser más alto que el Empire State Building e iban a levantar una estatua de Lenin tres veces más alta que la Estatua de la Libertad. “El bolchevismo es, evidentemente, otro impostor, pero es un impostor que va más lejos: ya no solo es la encarnación terrestre de Dios. Es el mismo Dios”, apuntó el periodista polaco.

No es difícil, por eso, imaginar el tamaño de la frustración de los que asistieron impotentes a la caída de aquel extraño dios. E igual no es tan complicado entrar en sus redes sociales para hurgar en sus miserias y prometerles un nuevo salvador. Putin es su nombre.

Fuente:
https://elpais.com/elpais/2018/03/28/opinion/1522262144_358040.html
Fotomontaje:
https://www.elespanol.com/mundo/20180114/putin-comunismo-cristianismo-parecen-lenin-reliquia-religiosa/277222752_0.html

NO ESTÁN TODOS LOS QUE SON, NI SON TODOS LO QUE ESTÁN

EL NACIONAL, Caracas, 28 de marzo de 2018
El candidato necesario
César Pérez Vivas

La naturaleza caudillista de la sociedad y de la política venezolana, el modelo hiperpresidencialista de nuestro sistema político, reforzado severamente en estos veinte años de hegemonía del militarismo castrochavista, ha incidido de manera determinante en la ausencia a esta fecha (25 de marzo de 2018, cuando escribo esta nota) de un candidato unitario de la sociedad democrática venezolana, para presentar en el proceso electoral que apegado al orden constitucional debería efectuarse a finales de este año 2018.

Esta situación de desarticulación política de la oposición orgánica, el estado de anomia presente en la ciudadanía y la estampida humanitaria que ha producido una huida de más de 3 millones de electores ha llevado al régimen a lanzar “la emboscada electoral” del 20-M para buscar la división, desmovilización e inhibición de la oposición política, y así tratar de darle cierta legitimidad a su desgastada presencia en el centro del poder nacional.

Desde finales de 2017 venimos insistiendo en la necesidad de una unidad superior por parte de los diversos factores de la sociedad democrática. Expresé la urgencia de que partidos y liderazgos nos desprendiésemos de nuestros proyectos personales y grupales para poder recuperar la democracia.

Ese    reclamo       está    plenamente  vigente. Aún, a la fecha de hoy, es menester definir una candidatura presidencial de la unidad democrática nacional, e integrar un comando de acción política y electoral que haga frente al desafío de un proceso de tal magnitud.

Adicional a su selección, la sociedad democrática debe definir las bases de un acuerdo para impulsar un proceso de transición política, para lograr la restauración del Estado de Derecho, y el inicio de un programa de reconstrucción material y espiritual de nuestro país. No podemos esperar el surgimiento de un acontecimiento que ofrezca la seguridad de un proceso electoral confiable y transparente para presentar la plataforma requerida.

No se requiere para encabezar esa plataforma de un líder carismático, de un caudillo mesiánico, de una dama de hierro, o de una imagen atractiva a la pasarela y a las cámaras.

Se requiere, en primera instancia, de un compromiso sincero y patriótico, de todas las organizaciones y actores políticos, de aunar esfuerzos y voluntades para derrotar la dictadura, y recuperar la democracia.

Ello supone un pacto de respeto, tolerancia, aceptabilidad y acción política entre todos.

Pacto que nos permita seleccionar a un venezolano, a quien le encarguemos la tarea de coordinar este inmenso esfuerzo, de representar el sentimiento de cambio de la inmensa mayoría de ciudadanos que anhelamos el cambio y de conducir el programa de transición acordado previamente.

Cuando he formulado este tema, interlocutores del mundo político, académico, económico y comunicacional han mostrado su escepticismo. Bien porque no ven la plena disposición de partidos y actores políticos, o bien porque consideran que no existe “el perfil” requerido para semejante tarea.

A título meramente enunciativo, he asomado en algunos escenarios una lista para mostrar que sí podemos conseguir a una persona en la que podamos depositar la confianza de buena parte de los diversos sectores.

Con toda la amplitud que el caso y la circunstancia aconsejan, y dejando expresa constancia de que podemos considerar otros tantos nombres, presento una lista de personalidades de la vida nacional para la consideración de quienes estamos en el deber de contribuir a la construcción del consenso. Ninguno de ellos es perfecto, siempre habrá quien tenga una reserva u objeción. Pero como lo señalase recientemente un destacado dirigente democrático del país, “el mejor candidato será el que más consenso aglutine”.

Esta lista incluye personalidades del mundo político, académico y económico, de diversos matices ideológicos y de diversas trayectorias. Todos con una vida bastante conocida y por lo tanto susceptible de ser evaluada. Y de eso se trata, de evaluar y armar un consenso.

Personalidades como estas podrían formar la lista que debemos examinar:

Del mundo político

Marco Tulio Bruni Celli, Américo Martín, Rafael Simón Jiménez, Liliana Hernández, Arnoldo José Gabaldón, Enrique Colmenares Finol, Humberto Calderón Berti, José Ignacio Moreno León, Abdón Vivas Terán, Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz, Ramón Guillermo Aveledo, José Curiel.

Del mundo empresarial

Lorenzo Mendoza, Jorge Roig, José Luis Betancourt.

Del mundo académico

Román José Duque Corredor, Cecilia Sosa Gómez, Alberto Arteaga Sánchez, Pedro Nicken, Carlos Ayala Corao, Carlos Leáñez, Cecilia García Arocha, Francisco Suniaga, Ángel Lombardi, Elías Pino Iturrieta, Diego Bautista Urbaneja, José Mendoza Angulo, José Machillanda Pinto, Benjamín Scharifker.

Hay quienes me han presentado la observación de  lo inconveniente de una propuesta de esta naturaleza, sin tener la seguridad de poder contar con una elección medianamente legal y segura. Así como la determinación de la cúpula roja de realizar “su elección” lo más temprano posible; precisamente para impedirle a la oposición articularse, y para poder evitar un mayor deterioro de su base de votación, como consecuencia de la catástrofe económica y social que su política ha generado.

Pienso que el candidato es necesario como muestra de la voluntad política, de los partidos y de los liderazgos, de hacerle frente a la maniobra del régimen; y como el testimonio de su decisión de restaurar el Estado de Derecho.

Una plataforma claramente establecida convierte a una oposición desarticulada y sin rostro nítido en una alternativa de poder.

Alternativa que a la vez ofrece confianza no solo a nuestros ciudadanos, sino a la comunidad internacional, que observarían una seriedad y un sentido de responsabilidad en nuestra clase política.

Lograr “el candidato necesario” es lograr la unidad. Es ofrecer la alternativa. Es abrir el camino más serio y creíble al cambio.

Lograda la restauración democrática, habrá espacio y tiempo para que partidos y líderes podamos hacer política de manera normal y natural.

Insistir en jugar a la democracia normal cuando vivimos una dictadura es una irresponsabilidad que no podemos seguirnos dando el lujo de cometer.

Fuente:
http://www.el-nacional.com/noticias/columnista/candidato-necesario_228451

LA DIGNIDAD DE LOS VENCIDOS

EL MUNDO, Barcelona, 24 de marzo de 2018
LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA
Arcadi Espada
"Los políticos pagan como es debido por sus errores, los periodistas no"
Rafa Latorre
   
Francisco Camps fue un político de éxito, de los que se bañan en masas. A Arcadi Espada (Barcelona, 1957) no le interesó hasta que yació (políticamente) a dos metros bajo tierra. El periodista ya se había ocupado de otros apestados, como unos franquistas buenos que salvaron judíos o unas familias acusadas de vender a sus hijos en el Raval. Un buen tío es la revisión de una condena perpetua que no fue dictada por un juez.

¿Le gustan las historias de perdedores?
    Hoy la mayor parte de los periodistas son ñoños, es un oficio dominado por la corrección política, por el que dirán. Acabo de cumplir sesenta años y yo quiero recordar que hubo una vez en la cual, se hacía peor periodismo que ahora pero no era un periodismo ñoño y un periodista no habría entendido que le hicieran esta pregunta. Porque un periodista habría ido a contrapelo de la vida. Se habría ocupado de los losers, de los desheredados, de los humillados, de los ofendidos.
Usted escribió hace 20 años que: "No siempre los perdedores llevan razón, o no la llevan en todo lo que defienden, pero estar con ellos te evita muchos quebraderos de cabeza (...) Si a uno le abandona la razón objetiva, siempre le quedará la razón moral". Era en realidad una advertencia.
    Ahí más que la razón moral debería haber dicho la razón estética. Un perdedor es algo con lo que hay que tener mucho cuidado, porque es muy seductor. Cuando la gente me dice, 'pero ¿cómo se atreve a escribir sobre Francisco Camps?', yo reacciono airadamente pero en el fondo tengo una enorme satisfacción, pues qué dandismo más extravagante escribir sobre una persona que tiene tan poco que ver conmigo. Aunque a lo mejor tiene más que ver de lo que yo pienso. Ocuparse de los perdedores, de los vencidos es lo que los periodistas hacíamos porque ahí estaba buena parte de la razón moral, ahí estaba la razón estética y ahí estaba lo más extraordinario de nuestro oficio. Hay un plus muy interesante en el trabajo sobre el caso Raval, los franquistas que salvaron judíos [En nombre de Franco] o sobre Francisco Camps. Toda esta gente está en un rincón de la cochiquera y tú vas allí y hablas con ellos, te das cuenta de que son gente vencida y de que conservan una dignidad que no tiene nada que ver con su derrota. Francisco Camps lleva razón, los franquistas que salvaron judíos llevan razón, las familias a las que arrebataron sus hijos en el Raval llevan razón y llevan razón en Cataluña todos los que se han opuesto a la desagradable dictadura del nacionalismo.
Da la sensación de que quien menos le comprende son los demás periodistas.
    Es que los periodistas somos una gente extraordinaria. Nos pasamos la vida poniendo de vuelta y media a todo dios, hasta que llega alguien y se ocupa de un pequeño error, sintáctico o moral, y entonces ponemos el grito en el cielo, empezamos a odiarle y decimos que perro no come perro y esas sandeces que forman parte de lo peor de nuestro oficio.
Sin embargo usted se sigue tomando muy en serio los periódicos. Ha hecho casi un género de tomarse en serio los periódicos.
    En las primeras páginas de este libro digo con una cierta ironía que casi soy un personaje patético porque tal vez sea el último hombre que se tomó en serio los periódicos. Cómo no me los voy a tomar en serio si yo todo lo he aprendido de los periódicos. Yo me leo los periódicos hasta el final, además, como Noam Chomsky [La verdad está en el último párrafo"]. Debería haber más gente que se ocupase de los periódicos porque los periódicos son cada vez más importantes. Si usted sale ahora a la calle y pregunta: ¿usted se acuerda de un presidente que se llama Francisco Camps? Sí, claro que me acuerdo, un corrupto de Valencia. ¿Usted sabe que fue juzgado? Y tanto que fue juzgado: fue condenado... esa es la percepción que la gente tiene sobre Camps. ¿Quién ha creado esa percepción completamente devastadora y errónea? Los periódicos. Siguen organizando el guion del mundo. Las televisiones les ponen a los periódicos un poco de hígado, algunos fluidos, bilis, lágrimas... esas cosas, pero el guion es el de los periódicos. También organizan la conversación de Twitter sin que se les pague derechos de autor. Los periódicos siguen siendo fundamentales en la vida de los hombres aunque como negocio estén a punto de desaparecer. Ocuparse de ellos es una obligación intelectual de primer orden.
¿Usted lee Twitter? ¿Le interesa lo que dicen de usted ahí?
    Yo estás cosas me las sé porque tuve un blog que tuvo mucho éxito a partir del año 2004. Duró tres años. Ahí se hacían muchos comentarios y vi el nacimiento de cuestiones como el anonimato o los trolls. Luego salió Twitter y durante una época lo miraba, me di cuenta de que era todo aquello que ya conocía y lo dejé. Eso sí, hice una antología durante algunos meses de la cantidad de insultos que me dedicaban. Pero por cuestiones extraordinarias. Porque a mí que me insulten los nacionalistas me parece casi obligatorio, que me insulten los católicos también me parece obligatorio, que me insulten las mujeres también me parece normal, yo soy un carcamal perfecto. Lo que me sorprendió muchísimo es que me insultaran los partidarios de Fernando Alonso, por ejemplo, porque una vez se me ocurrió decir que siempre perdía, cosa que no era una opinión sino un hecho. Eso me costó una serie de insultos tal que me llevó a hacer unos PDF que por cierto tiene la Guardia Civil y que estoy esperando que hagan algo respecto de algunas amenazas de muerte.
Uno lee Twitter y da la impresión de que usted es un psicópata. Bueno, quizás le consuele saber que también da esa impresión de Javier Marías.
    Las personas que escribimos con nuestra lengua, y Javier lo hace en sus artículos, tenemos unos graves problemas, porque ahora hay que escribir con la lengua del otro. No lo van a conseguir. Yo me moriré o dejaré el oficio antes de escribir con la lengua de los otros. Ni la lengua de las mujeres, ni la lengua de los políticos, ni la lengua de los futbolistas. Yo escribo con mi lengua, que es como deberían escribir todos los periodistas, porque las palabras que hay que utilizar para hacer periodismo no son las palabras de los gremios, ni físicos ni morales, son las palabras de todos y no pueden estar ceñidas, dictaminadas y judicializadas por lo que cada gremio diga. Hoy [martes 20 de marzo] hay una carta en nuestro periódico en la que le reprochan a Raúl del Pozo que utilice el asperger como metáfora. Yo contestaría: mire, yo pongo esto porque me da la gana. Cuando a alguien lo acusan de hacer metáforas están muy cerca de que se te hinchen las pelotas.
Cuando los periódicos se ocupan del caso de los trajes de Camps estamos en los albores de las redes sociales. No tenían la influencia de hoy.
    Hay una cosa en este libro que es muy extravagante. Porque nos pasamos la vida diciendo: claro, el periodismo de ahora está mal pagado, los becarios están subyugados... No digo que no sea cierto que el periodismo se ha proletarizado. Los responsables de estas 400 y pico de páginas [señala su libro] son periodistas muy bien pagados, veteranos, alguno de ellos premiado, y no me consta que haya ningún becario entre ellos. El periodismo de hoy es mucho mejor que el de hace 20 años pero en el periodismo se siguen cometiendo gravísimos errores y al contrario de lo ocurre con los jueces o los médicos o los políticos, esos gravísimos errores no se pagan como es debido.
A la hora de explicar el tratamiento mediático de su caso, Camps, hombre religioso, cree en una teoría del diseño inteligente. Una conspiración, vamos. Usted tiene una teoría más profana donde operan la pereza, el sectarismo y también algún componente personal.
    Los componentes personales son difíciles de analizar. Pero cómo puedo yo soslayar que la peculiar posición de Valencia en el mundo, esa especie de doble desprecio madrileño y catalán, está en el origen de buena parte del trato que Camps recibe en el periódico. Los titulares que escribe El País sobre Camps jamás se habría atrevido a escribirlos sobre Pujol. Es más, no se ha atrevido a escribirlos sobre Pujol. No estoy hablando de una ucronía sino de algo que es comprobable.
Pero el director de El País de entonces, Javier Moreno, es valenciano.
    Claro. Cómo puedo yo sostener, si no es mediante un juicio de intenciones, que Javier Moreno representa una Valencia que es contradictoria con la Valencia que representa Francisco Camps. Por razones sociológicas, estéticas, políticas e ideológicas. Es una hipótesis. Por eso le escribí una carta a Moreno, para preguntarle cómo es que le dedicó 169 portadas durante tres años a un hombre que se había comprado cuatro trajes. ¿Por qué el señor Moreno no contesta a mi carta? Es director de la Escuela de Periodismo de El País. Mi amigo Juan Abreu me dice que lo que debe hacer Francisco Camps es sentarse con un montón de libros en la puerta de la Escuela de El País y darle uno gratis a cada alumno que entre. Tome usted, este es el libro del curso. Un buen tío. Cuando me detallen los errores de este libro los corregiré. ¿Por qué El País no ha pedido perdón en un editorial por haber defendido durante tres años algo que era falso?
En el caso de Camps, y también lo he visto en el caso de Jordi Cañas, ni siquiera la dimisión redime.
    ¿Sabe usted lo que escribe El País el día de la absolución? Que el jurado ha tomado una decisión política, es decir, que han votado no en razón de la verdad sino en razón de la ideología. Esto dice El País en un editorial. Y luego le reprocha que tiene faltas de ortografía. A Llarena no se lo reprocha, claro. Ni a Garzón.
Usted asegura que Camps no es más que un concepto pero en su escritura percibo cierto cariño hacia él. Algo que va más allá del respeto y por supuesto de la frialdad del concepto.
    Sí, me cae bien, Camps. Pero es irrelevante. No debería notarse en el libro. Si se nota en un exceso que oscurezca el análisis, habrá sido un error. Pero es el momento de decirlo: Camps me cae bien. Porque me parece un político inteligente, honrado y trabajador. Y un hombre tocado a veces de un humor negro que me lo hace bastante agradable. Como cuando dice que cuando tiene que rellenar un formulario tiene siempre la tentación de poner en el campo de la profesión: imputado. Ah, y porque considero que es un completo inocente. Hay que decir una cosa. Yo he conocido al loser. Al Camps perdedor, a un hombre vencido. Al hombre de los éxitos, del entusiasmo, no lo he conocido.
El método de análisis que usted utiliza para este caso también se puede aplicar a otros casos serializados por la prensa, ¿verdad?
    Hombre, ¿usted se imagina aplicar esto que he hecho con Camps a las informaciones de El Mundo sobre el 11-M? ¿Sobre los agujeros negros? Sería un ejercicio maravilloso. ¿Y se imagina hacerlo con lo que publicó El País sobre el Prestige? [Arcadi Espada asume que el estilo es una cuestión moral. Cuando está llegando al final del libro, el lector de Un buen tío experimenta una sensación parecida a la que experimenta el lector de Moby Dick, aquel tedio infinito y degradante con el que Herman Melville pretendía acercar el ambiente que se vivía a bordo del Pequod. El lector de Un buen tío llega a exclamar: "¡Otra maldita portada!", mientras que la voz del narrador se va desesperando cada vez más.]
En su método narrativo hay una segunda voz que relata los hechos sin citar la fuente de la que proceden. Sin trazabilidad, como si le pidiera a los lectores una cuestión de fe.
    ¡Fíjese usted lo que me está diciendo! ¡Es maravilloso! ¡Una cuestión de fe! Éste es un punto clave. Los periódicos eran antes aduanas y hoy son orinales. Ahora está todo junto. Da igual que sea la UDEF, que sea Pujol, que sea Espada con sus locuras... ¿Sabe usted que hay periodistas que cuando los llama un juez se escudan en que lo que han escrito se lo ha dicho la UDEF? ¿Y? ¿Por qué la UDEF no escribe un artículo y lo firma? No, mire, el que firma una información se responsabiliza de esa información desde la primera comilla hasta la última. Yo quiero que esa responsabilidad vuelva a estar en el centro de la participación del periodismo en la construcción de lo real. A mí me pasa como a Jordi Pujol cuando decía aquello de ¿quién coño es la UDEF? Porque en eso Pujol tenía mucha razón. ¿Sabe cuál es el problema de los periodistas que no son sectarios? Que Jordi Pujol tiene razón a veces y que nosotros, los periodistas, hemos publicado informaciones absolutamente vejatorias y falsas sobre él, que no es, como comprenderá, de las personas más simpáticas del mundo para mí. Cuando yo sé algo, lo escribo y me responsabilizo de ello.
¿La confesión de Ricardo Costa no le ha hecho cambiar su percepción de Francisco Camps?
    Este libro se ocupa de los trajes de Camps. De nada más. Pero yo me ocupo de lo que me da la gana y por supuesto me puedo ocupar de Ricardo Costa y de su confesión. Vamos, su supuesta confesión. Porque al final esa confesión consistía en la obediencia debida. Patético. No cambiaré mi percepción sobre la honradez de Francisco Camps, en todo lo que yo conozco de Francisco Camps, incluida la financiación supuestamente ilegal del PP. Porque he llegado a formarme una idea sobre ese asunto. La obligación del señor Ricardo Costa, al igual que la del señor Álvaro Pérez era haber presentado pruebas sobre lo que estaba diciendo. No lo hicieron y yo soy muy sensible a las pruebas.
Usted dice que la mentira es seductora mientras que la verdad es menos combativa.
    Yo le recriminaba una vez a Camps una estrategia mediática [su abogado le aconsejó no contestar a los medios] en la que yo creo que se equivocó y él me decía: "Admito que puedo haberme equivocado pero usted no sabe la vergüenza que yo pasaba, al plantearme la posibilidad, al principio de los tiempos, de que un presidente de la Generalidad tuviera que ir a hablar en una rueda de prensa de cuatro trajes. Me daba una vergüenza infinita". Yo lo comprendí la noche en que me lo explicó. El pudor.
¿No cree que el proceso mediático de Camps es indisociable del estallido de la crisis?
    ¿Usted recuerda aquella portada en la que El País abre con una información que dice que Costa llama a Camps o al revés [cuatro columnas]? Ese mismo día, al lado, en pequeño [una columna], informa de una reunión decisiva para el futuro del euro. A mí el caso Camps me ha interesado por muchas razones y una de ellas es que para mí el nacimiento del populismo judicial y mediático está ahí. Se pueden buscar precedentes, claro. Garzón es la cuna del populismo judicial. Pero la pena del telediario en su acepción más brutal y más ruda es este caso. Y esto no se hubiera producido en las mismas circunstancias [sin la crisis]. Aquí ha habido un ajuste de cuentas. Las sociedades derrochadoras, dilapidadoras, teníamos que ajustar las cuentas en el sentido del balance, de que teníamos que pagar lo que debíamos, pero también debíamos ajustar las cuentas a los presuntos malvados como Camps. Este libro se podría haber titulado, en lugar de Un buen tío, El ajuste de cuentas.
Todo lo que tuvo la comunidad valenciana lo tuvo Cataluña. Quiebra y corrupción. Es más, en Cataluña sí que hay una sentencia por la financiación ilegal del partido en el gobierno. Pero la clase dirigente catalana no sólo no fue el chivo expiatorio de la crisis sino que se regaló una república a sí misma.
    Una de las características del nacionalismo en Cataluña es que no ha pagado nunca por nada. Es el culpable desde hace 40 años de haber llevado a una sociedad bastante interesante a la decadencia y todavía es la hora de que pague un ápice. Es más, ahora estamos observando una maravillosa exhibición de la típica sinvergonzonería catalana. La exhibe una persona como Mas Colell. El típico sinvergüenza catalán. Una de esas personas de las que se ha exagerado mucho su competencia científica. Admitamos que es un buen economista, que su manual de microeconomía está bien y que es un punto de referencia para muchos estudiantes. Es un sinvergüenza. En vez de ponerse de hinojos, de pedir humildemente perdón, arrodillado, con las rodillas llagadas y hechas sangre putrefacta; todavía es la hora de que se quite esa mirada soberbia de la cara y dé explicaciones de por qué puso su prestigio al servicio de una causa infame. Y él es el paradigma, pero hay cientos de personas así en Cataluña. De Mas Colell a Rosa María Sardá, por recorrer todo el espectro.
Usted se fue a visitar al sastre José Tomás, clave para imputar a Camps, en un viaje penoso a Villaviciosa. La cosa terminó de una manera algo desagradable. ¿Mereció la pena?
    Mereció la pena. El caso Camps se sostiene en un hombre: el sastre José Tomás. Ese hombre había mentido cuatro veces antes y a pesar de ello se atiende a su testimonio. Él había dicho primero ante Garzón que Camps se pagaba los trajes y luego dijo que no. En el juicio oral vuelve a decir que no se pagó sus trajes y eso es lo que permite llegar al juicio. Años después, voy a visitarle y, en el colmo de su labor de insider, me dice que Álvaro Pérez se acostaba con él [Francisco Camps] y con ella [Isabel Bas, la mujer de Camps]. Con él y con ella. Él y ella. Cualquiera que llegue al final del libro y lea esta escena puede ver cómo se desmorona todo.

Fuente:
http://www.elmundo.es/opinion/2018/03/24/5ab506d622601dfe2c8b4666.html
Fotografía: Antonio Heredia.

CORRUPCIÓN DEL LENGUAJE

La dictadura aspira a la infinita repetición del sainete de República Dominicana

“Maliciosa propuesta, la Fracción Parlamentaria 16 de Julio rechaza todo diálogo incondicional con una dictadura que aspira a repetir  infinitamente el sainete de República Dominicana”, señaló el  diputado Luis Barragán.

“Todo lo que toca el régimen que, al fin y al cabo,  lo es cuando nos desea partícipes de su anticultura, lo corrompe, incluyendo el lenguaje. Ya ha cumplido con su perverso objetivo de envilecer el término ‘diálogo’, adulterando su significado, descomponiéndolo de acuerdo a sus tácticas de terrorismo psicológico, pretendiendo confundir a la oposición convincentemente democrática y claramente firme en sus luchas cívicas”.

Comentó el parlamentario que el diálogo tuvo y tiene otro alcance real, en el contexto universal de los procesos de paz orientados al saneamiento político respecto a los pueblos que padecen las más duras dictaduras, sufren o están al borde de las guerras civiles.

“Sobran  los ejemplos históricos de procesos muy sobrios y eficaces para la solución de los conflictos más cruentos que exigen un mínimo de  requisitos que le conceaen una necesaria credibilidad, como la plena representatividad de las partes que mutuamente acuerdan una mediación internacional resueltamente imparcial, las cuales asumen cabalmente sus responsabilidades al rendir inmediata cuenta de sus diligencias. Lo que ha ocurrido en República Dominicana, ha sido un sainete que ha agudizado la emergencia humanitaria, la censura y la represión en Venezuela, y – ahora – pretenden replicarlo hasta el infinito subastando y perdiendo las oportunidades para afrontar la irremediable dictadura que padecemos, flotando cuales corchos en las aguas más turbias”.

Recordó el diputado Barragán que  la Fracción 16 de Julio tuvo sobradas razones al oponerse al diálogo de República Dominicana, ahora superiores al plantearse otro en cualquier isla del Caribe.

“So pretexto de sendas giras internacionales, voceros que hablan en nombre de sí mismos y no de la oposición, antes y ahora se esmeran en plantear falsos diálogos que seguramente ya están de antemano acordados con la dictadura. Propuestas que, más más allá de un globo de ensayo, unilateralmente son lanzadas, arrastrando a su suerte a la oposición desavisada, a la larga se convierten en un modo de vida para los voceros que tanto desean cotizarse en la opinión pública, sin el menor reparo sobre las gravísimas consecuencias para una ciudadanía que exige – ante todo – respeto”.

Aludió al retroceso que evidencian los promotores del llamado diálogo, porque no cuentan ni les interesa contar con las convicciones y habilidades políticas necesarias para consultar siquiera a los integrantes de una oposición que va más allá de los partidos que lideran o dicen liderar.

Finalmente acotó el parlamentario de Vente Venezuela: “Creyentes o no, nos encontramos en una semana de profunda reafirmación de la esperanza compartida: superaremos el calvario del falso diálogo de mantenernos firmes en la fe hacia un país libre y democrático que nos espera, por el que luchamos día a día aún desde el testimonio del más modesto ciudadano”.

Fotografía: El archivo la data de 2012.
28 y 29/03/18:
https://www.lapatilla.com/site/2018/03/28/luis-barragan-la-dictadura-aspira-a-la-infinita-repeticion-del-sainete-de-republica-dominicana/
http://www.opinionynoticias.com/noticiasnacionales/32253-barragan#.WrzD117yyTw.twitter
http://www.diariocontraste.com/2018/03/diputado-barragan-la-dictadura-aspira-a-la-infinita-repeticion-del-sainete-de-republica-dominicana/
https://noticiasvenezuela.org/2018/03/28/luis-barragan-la-dictadura-aspira-a-la-infinita-repeticion-del-sainete-de-republica-dominicana/
https://www.scoopnest.com/es/user/la_patilla/979255338850537472-luis-barragan-la-dictadura-aspira-a-la-infinita-repeticion-del-sainete-de-republica-dominicana-
https://newstral.com/es/article/es/1090931978/luis-barrag%C3%A1n-la-dictadura-aspira-a-la-infinita-repetici%C3%B3n-del-sainete-de-rep%C3%BAblica-dominicana

martes, 27 de marzo de 2018

IMPRESIONES ANARCO-COTIDIANAS

"La mujer del anarquista" de Marie Noelle y Peter Sehr (2008): Fruto de la difícil cacería cinematográfica en las redes, es susceptible de un inventario, pues, la primera parte, aunque tributa a la mirada convencional del Madrid asediado por Franco, todo un universo, cuenta con muy pocas escenas interesantes. La madre que canta en la sala de cine, abrazando a su pequeña hija, para atenuar el efecto de la tenebrosa sirena de emergencia que frustra las risas provocadas por la comedia; la niña muerta en los brazos de su madre, poco antes jugando a la rayuela, tras el bombazo que desorganizó la cola; el edificio destruido, con el pestañazo mortal.  Todo un universo que, a pesar de la tragedia, lucha por instantes de normalidad, con personajes oportunistas, sujetos al pistoletazo infame del fascismo, como al del agente vengador en las filas republicanas o revolucionarias. Ya la segunda parte, desmaya. Hay estupendos recursos desaprovechados, resuelto el drama, varias veces, de un modo expedito. El  libreto dio para afinar un poco más las secuencias que hablan de una convicción: la pretendida transitoriedad de Franco, candidato a un atentado urdido más allá de las fronteras, disponibles un avión y una piloto. La mujer del anarquista comprometido, abogado de estable éxito, si puede deducirse de sus condiciones de vida, no quiso huir a Francia y dejarlo a solas, pero - luego - lo encuentra y, una manera de protegerla, es ocultarle la actividad terrorista que desarrolla, porque ella, que bien lo conoce, lo aspira retirado y normalizado. Por cierto,  hay situaciones que quedaron muy redondas, como la del secretario del abogado que, después de prometer velar por su familia, se apropia de la casa y hace promesas de un franquismo que le dio  ascenso social, si es que la colocación burocrática del vástago así lo garantizó. Pobreza actoral por delante, aunque acreedora de varios premios, desde entonces, no econtramos diferencia etre la María Valverde de "Las flaquezas del bolchevique" (Manuel Martín Cuenca, 2003), y la de ahora. Quizá una exageración de nuestra parte  (https://www.youtube.com/watch?v=ODoXlf348Ho).

"Derecho de familia" de Daniel Burman (2006): Interesante, aunque siempre esperábamos algúna situación o suceso que marcara el drama o la chispeante comedia. No ocurrió, pues, la muerte de Perelman (padre) fue casi un trámite, encontrándose fuera de casa la esposa de Perelman (hijo), como así lo quiso el director al simplificar el asunto. Se dirá que faltaba guión, pero no lo creemos, pues, se nos antoja, se trata de estas películas de la absoluta cotidianidad en la vida de las personas de la clase media a las que, por cierto, por muy vapuleada que haya sido la  Argentina que supo de las dictaduras y de la hiperinflación, prefiere moverse en el transporte público que es seguro, limpio y confortable. Es, luego, un filme de la normalidad que, por una parte, a nadie podrá sorprender por aquellos lares, pero, al pasar el tiempo, incluyendo la comparación con otros países, como el nuestro, tarde o temprano lo hará al aproximarse a un registro sociológico importante. Y, por otra, quizá una característica del género que, a falta de mayor conocimiento, llamamos de la normalidad o del transcurrir cotidiano, deja al espectador con el asomo de algunos problemas o conflictos que no hace falta desarrollar en la película, al diferirse o resolverse: cada quien los  imaginará, sin perder de vita la vivencia de lo rutinario. Es de suponer que, en su momento, trajo tempestades que el hijo fuese un funcionario público y dedicado profesor de recursos didácticos "deshonestos", frente al programado y eficaz padre de los tribunales de cada día que emplea a un testigo falso para distintas y contrastantes situaciones; los celos que suscitará la profesora de pilates o la secretaria que pudo formalizar con el padre; algún negocio del padre que saliese mal; la constitución de un matrimonio entre judío y cristiana; alguna faceta escolar, etc. Interesante, aunque ¿por qué esperar alguna situación o suceso que se tragase la película? Se le agradece al director la correcta administración de las escena, balanceando la obra: pudo dedicarle un tiempo al campamento de pilates, extrafronteras, pero marco la rutina con los referentes: oficina, aula, tribunales, casa, colegio ... Por cierto, excelente el trabajo del niño, por lo demás, hablador. Magnífico título de la película  (https://www.youtube.com/results?search_query=Derecho+de+familia). 

"Güelcom" de Yago Blanco (2011): Un a comedia que pisa los terrenos de la cursilería, pero - en fin - cuenta con situaciones interesantes de una ironía que, desde el título mismo, pega o comenzará a pegar más duro a los venezolanos. Quizá una de ellas, asestando más duro el golpe, es el de los recolectores de basura en España que ganan más que el oficinista en Argentina, por no citar - claro está - a la protagonista tan experta en la cocina que, en lugar de tener o dirigir un restaurante, es mesera. Tonterías aparte, como las vicisitudes del trauma amoroso del psicólogo acosado, relevado por su superior jerárquico en la faena, hay alrededor de nueve principios o conclusiones sobre el argentino que se marcha del país en la búsqueda de otros derroteros. Por supuesto, ya es tiempo de abodar literaria y cinematográficamente, el caso venezolano (https://www.youtube.com/watch?v=XHgPLg0OJhs)

"Nueve reinas" de  Fabián Bielinsky (2000): Estafador que estafa a estafador tiene mil años de perdón. Buena actuación. Me pareció divertida y, además, en lugar de un guión, hubiese sido estupenda la trama para una novela (escrita). Bien articulado el filme, la lección "moral"  es al hermano inescrupuloso que  la entregó y, después, resultó estafado. El final deshizo todo infelizmente, pues, aunque resultase "grata" la solución, era innecesario concebir todo como un gran y perfecto teatro, además, para facturar a Marcos (https://www.youtube.com/watch?v=wc8mvJvpfUw).

Por cierto, vimos "Un día en el paraíso" de Juan Bautista Stagnaro (2003). Si "ver" es adelantar, desde la mitad, la pelícua, a trancos. Compendio de cursilería infecto-contagiosa (https://www.youtube.com/watch?v=y7l0PV6myA4). "Un amor en tiempos de selfies" de  Emilio Tamer  y. Federico Finkielstain (2014), tiene un momento insigne: la invasiva y su ataque de malcriadez (María Soledad Zamarbide). Pudo ser mejor, pero "somos todos bolcheviques" en una comedia romántica para las redes (https://www.youtube.com)./watch?v=HHxl_RQVISE

CUADERNO DE BITÁCORA

Hay circunstancias noticiosas que rozan, definitivamente, la anécdota. Ésta inspira un affaire de ocasión, susceptible de generar un escándalo político que, en buena lid, no es superior a la de otros que pugnan por emerger, reprimidos en ambas aceras.

La sesión de la Unión Parlamentaria, fue el escenario palpable de la teatralidad política que, en el libro "Entre el ardid y la epopeya", extensamente comentado en este blog, se ha construido. De  un lado, el oficialismo que se desea parte del organismo internacional, va con sus pasos constituyentes para rebotar, sin temor al ridículo.

La dictadura busca a todo trance, victimizarse. Empero, la estampa es demasiado lamentable: enfundados en buenos abrigos, los de siempre, quienes antes y ahora acaparaban la representación asamblearia en la UIM, ahora pugnan por hacer uso de ella. ¿Cuánto costará ese viaje en cambote que, además, tratándose de los personajes,  quizá importando un blego la tal constituyente, reciben el apoyo militante de embajadas y consulados, cuyos titulares bregan por un ascenso, un gesto de protección burocrática, algún favor? Entonces, ese viaje en cambote, declarado públicamente, nos impone de los tales-constituyentes que son más iguales que los otros, avispados al asomarse y lograr la diligencia internal y, formidable pretexto por delante, los hace capaces de viajar, pasear y disfrutar del viejo continente de caminos alfombrados tan trillados, mientras el país está en la bancarrota.

Del otro, aún siendo parlamentarios, apenas nos enteramos de esa sesión para la cual hay que tener con qué viajar, hospedarse y librar tan arriesgadas batallas. La Fracción 16 de Julio, ni siquiera, fue consultada. No se diga que el asunto es de principales, porque la terna incluye a suplentes.  Entonces, tratamos de la perfección teatral del régimen.

En uno de los fondos, está el modo de hacer política en la oposición. Hay una instancia que, por precaria que fuese, lo revela.

Post-data (27/03/18): Horas más tarde, Twitter está bañado por la gráfica de un integrante de la tal-constituyente en la plenaria de la instancia internacional. ¿Participó activamente, se colándose con habilidad en la sala, o, en medio de algún receso, se aventuró y departió con los vecinos, ocupando la butaca que los opositores venezolanosabandonaron?

A estas alturas de la vida, las escenas dan vergüenza. El episodio, además, ocurre a miles de kilómetros del epicentro del hambre, la censura y la represión que es Venezuela. A nadie puede extrañar la conducta de los gubernamentales que incurren en una maniobra infantil sólo de vocación, de fatua vocación propagandística. El retroceso es monumental del modo de hacer política. ¿Cómo es posible llegar a esto? Un "esto" que lo hacen con divisas irrecuperables para el país.

Post-data (29/03/18):  Días más tarde, de nuevo las redes saben del evento parlamentario. La plenaria de la Unión Interparlamentaria alude al caso venezolano. Presumimos, siendo tan nutrido el número de sus integrantes yel temario de discusiones, tampoco es que el organismo se estremece por un caso ya conocido. Lo cierto es que la diligencia de la delegación oficialmente admitida y acreditada de venezolanos, logró el éxito de un pronunciamiento importante, por retórico que fuese, aunque habría que preguntarse sobre las posibilidades reales  de ejercer una diplomacia que fuese más allá de la aprobación del documento, por los costos económicos que implica la movilización allende los mares y la competencia desleal del personal de la embajada más cercana. O, a lo mejor, nunca se planteó tan serísimo objetivo, en una u otra acera.

En fin, creemos que este caso tan  efímero y ya irrelevante al compararlo con otros, como el llamado reiterado aun diálogo suplicante, cuadra muy bien con  la noción de teatralidad polítcca aportada por Antenor Viáfara Márquez (http://lbarragan.blogspot.com/2018/03/entre-el-ardid-y-la-epopeya-2.html): el juego en la superficie, los papeles (auto) asignados, teniendo por escenario las redes. Tendrá equivalentes con miles de casos suscitados con los viejos medios, como la radio y la televisión, pero nunca con la ventaja auspiciosa y veloz de las redes sociales. Por ello, frases tan cínicas, como las recientes de Maduro (aquellas que hablan de su indignación por  las personas perseguidas por sus ideas que ya no recordamos cuáles), encuentran un cómodo cupo para el colesterol político, ante nuestra generalizada y resignada indiferencia.

(LB)