lunes, 26 de marzo de 2018

¿CUÁNTO CALZAMOS?

Del frente estrecho
Luis Barragán


Consabido, la demanda estelar es por una unidad eficaz, confiable y convincentemente articulada, frente al régimen. Matices aparte,  la hubo en términos electorales para garantizar el triunfo parlamentario de 20015, mas no en el necesario orden político al capitalizarla o pretender capitalizarla cuatro partidos de espaldas a otras corrientes y expresiones políticas y sociales tanto o más legítimas.

Extraordinaria manifestación de la sociedad civil organizada, el Aula Magna tuvo las huellas dactilares de la ya vieja mesa unitaria, cuyo capitanes no sólo decidieron unilateralmente acudir a los comicios regionales y municipales, sino que, a pesar de las sobradísimas advertencias, concurrieron al tal diálogo dominicano: lo peor es que, sin levantar la sanción, desconocieron el mandato del 16 de julio de 2017 que la Asamblea Nacional convocó y avaló. Día y tanto después, completando la estrategia, escenificaron en Chacao el lanzamiento de un frente que, por amplio que se diga, es demasiado estrecho por sus conductores, propósitos e iniciativas que, al convocar una movilización hacia las oficinas de la ONU, se redujo a los escasos carteros que consignaron una petición.

El problema no consiste en pedir la postergación de unos comicios presidenciales, evitando que toque al parlamento. Ni, como llegó a decirse en una sesión parlamentaria, a evitar la segunda guerra mundial por el despliegue de las habilidades que, comprobado, no se tienen.

E, incluso, ya se rumora, tampoco el de iniciar o reiniciar otro diálogo que, como siempre, tiene por fundamento los hechos cumplidos de un oficialismo que se burla de sus interlocutores. Hay demasiado hastío frente a una monumental discapacidad política que no guarda ni guardará jamás correspondencia con la extrema gravedad de una situación en la que estamos perdiendo la República misma.

Si de complementar todos los esfuerzos políticos y sociales se trata, la neo-mud debe reconocer con humildad sus errores y, rectificando, sus ya escasos integrantes, admitir que otros actores tanto o más autorizados moralmente, recorran el camino faltante. En última instancia, se trata de romper con una línea directa o indirecta de colaboración, afrontando el reto de superar esta dictadura que  ahora  la admiten como tal.

19/03/2018:
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/32187-barragan-

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