EL UNIVERSAL, Caracas, 17 de agosto de 2013
Max Weber y Cadivi
Patrimonialismo. La más primitiva de las formas de dominación
GUSTAVO LINARES BENZO
Entre tantos lastres que dejó Chávez en estos años, de los peores es ese afán de agradecerle al gobierno por cumplir su misión. Gracias, Comandante Presidente; gracias, Chávez, son frases que ya se decían a los inicios de estos tres quinquenios perdidos, para asombro de lo que pensábamos era todo el país pero que en realidad era menos de la mitad (ahora es mucho más de la mitad, así de fracasado fue Chávez). Desde Pérez Jiménez no se le daban las gracias al Presidente.
Lo que está en la base de este sentimiento, en el caso en que es sincero y no producto del interés o del miedo, es la muy primitiva idea de que el Estado y sus dineros son del Presidente. A construir ese imaginario, o más bien a reconstruirlo y fortalecerlo, se dedicó cuidadosamente el comandante, desde que comenzó, por ejemplo, a usar la primera persona del singular para anunciar pagos y aportes a obras o servicios. "Le aprobé tanto a Edmée, aquí estoy firmando la compra de neveras que me pidió Menéndez, ya le di millones a aquel para los textos escolares". Inmediatamente aplausos y paneos de señoras mayores embelesadas.
En una palabra, patrimonialismo. La más primitiva de las formas de dominación según Weber. El Estado es patrimonio del jefe, quien con los favores que dispensa se hace con la voluntad popular y a la vez hace del ejército una guardia pretoriana. Los impuestos y las rentas públicas son de su propiedad, no se distingue gobernante de Estado. "Venezuela es la hacienda de Gómez", se decía, pero todos felices. En un régimen así de primitivo la corrupción no puede existir, el peculado es simple disposición de lo que es propio, del comandante presidente y de sus validos.
Antes de Chávez no estábamos en Suiza, el patrimonialismo que nos viene de la colonia, cuando los cargos se compraban y vendían con toda legalidad, ha quedado en la conciencia colectiva de América Latina. De allí que nos importe poco la corrupción, que la veamos como un fenómeno normal pues el botín no es nuestro. Pero también hay que decir que la historia de nuestros países es la historia de la lucha entre barbarie y civilización, entre patrimonialismo y modernidad. En Venezuela esa lucha tuvo una importante victoria en 1958 con la alternabilidad, por más dueños del país que se considerasen los jefes, en realidad eran inquilinos por cinco años, lo que limitaba poderosamente el atavismo patrimonialista. Así, el peor daño entre tantos que el chavismo hizo al país fue la reelección, único motivo de la Constituyente, llevada a la náusea con la eternidad presidencial. Sí, Chávez creía que estaría en Miraflores para siempre, pero la vida es así, ni el gigante es eterno. Y sus sucesores lo creen y de allí sus desmanes.
Era evidente que a Chávez no le interesaba la corrupción. Ahora que ha muerto es fácil la hagiografía y encontrar frases de moralina, cómo no en un hombre que pasó catorce años hablando sin parar. Sólo la cándida declaración de la entonces flamante presidenta del Banco Central de que nada más el año pasado se habían robado veinte mil millones de dólares (USD 20.000.000.000,00) vía sobreprecios de Cadivi, justifica toda esta tramoya. Veinte millardos de dólares era la deuda pública venezolana cuando llegó Chávez al poder. Este atraco se realizó delante de los ojos de Chávez y cuesta mucho creer que no se enterase. Y ninguno de estos cacos estaba debutando. En el ideario chavista, se trataba de una más de las dádivas del jefe patrimonial.
La colonización china es otro ejemplo que sólo puede explicarse dentro de esta creencia primitiva. En una sola operación Venezuela se endeudó en veinte millardos de dólares, los mismos que se cogieron el 2012, mediante un documento que está en chino y que nadie conoce. Sólo los funcionarios del Reino Medio que de vez en cuando vienen a cobrar una deuda que en un instante alcanzó la contraída en casi dos siglos. Se repitió la historia de Guzmán Blanco con el Disconto, tanto Guzmán como Chávez actuaban como los dueños del país.
No se entiende entonces esta cruzada contra la corrupción, aunque sea muy bienvenida. Popularmente no importa mucho, nunca ha sido un problema de las mayorías, más ahora después de tres lustros viviendo con ella y agradeciendo a los propietarios del poder las migajas que distribuyen, creyéndolas espléndido banquete. No está sirviendo para mucho, si se ven las encuestas del propio Sibci. Y enloda la memoria del gigante, que dejó que estas aguas cloacales corrieran por Venezuela.
¿Será por lo que Mario Silva le dijo al virrey cubano?
Ilustración: Rayma, El Universal (Caracas, 15/08/13).
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lunes, 19 de agosto de 2013
miércoles, 29 de agosto de 2012
"LOS PENDEJOS DEL ORO"
EL NACIONAL - Miércoles 29 de Agosto de 2012 Estrategias/5
Entrevista Nelson Merentes
«Si es necesario modificaremos los montos de las subastas del Sitme»
El presidente del Banco Central de Venezuela niega que la exclusión de los insumos para medicinas de las aprobaciones automáticas de Cadivi sea una devaluación. Sobre la merma de 9 millardos de dólares de las cuentas externas del país, señala que al BCV no le corresponde ser auditor y que cada organismo tendrá que explicar los gastos
BLANCA VERA AZAF
El medallista olímpico venezolano Rubén Limardo se sienta a la izquierda de Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela. La conversación transcurre de manera fluida e informal, a pesar de los flashes y del gran número de personas presentes. Merentes cuenta que su deporte favorito es el baloncesto, el cual practicó por última vez en la liga de profesores de la UCV. Mientras habla se escucha que alguien susurra: "Estos dos personajes tienen algo en común, se trajeron el oro a Venezuela".
El matemático se sienta y busca sus láminas para mostrar cómo han bajado la inflación. Reconoce que recibió Vebonos por ser profesor universitario y que los conservó hasta su vencimiento, pero se niega a aceptar que los nuevos Petrorinoco deslucen por no estar denominados en dólares. "Va a ser todo un éxito y esa tasa de 18% es un gran beneficio para todo el que decida obtenerlos".
---El Comité Inflación Un Dígito describe como un éxito la instalación de ferias de hortalizas al lado de los locales en los que se mide la inflación en Aragua y Carabobo. ¿Están alterando la metodología de la medición? --Medimos alrededor de 372.099 precios que incluyen alimentos y algunos son las hortalizas. No se pueden manipular los precios porque se mida una feria. Lo que se busca es aumentar la capacidad de distribución porque se ha comprobado que la inflación varía dependiendo del lugar.
--¿Quiere decir que las ferias itinerantes están siendo incorporadas a la metodología? --El BCV mide los precios, la escasez y el desacato de los precios en 27.668 establecimientos. No se puede manipular la tasa, además los técnicos del BCV son muy profesionales y tienen muchos años de experiencia. Lo novedoso es que creamos el Comité de Inflación Un Dígito, que se reúne los lunes y del que forman parte los ministerios relacionados con los sectores de la agricultura y alimentos. Allí se analiza lo que sucedió el mes anterior.
Utilizamos la técnica de la inflación de arrastre, que indica cómo puede ser el comportamiento de los precios la semana siguiente. Sobre esa base se diseñan las medidas de amortiguación.
--La escasez repuntó en julio, según voceros del BCV se debe a la escasez de aceite.
¿Un sólo producto puede alterar tanto un indicador? --La escasez tiene su metodología de medición y se cataloga por porcentaje.
Cuando está en niveles de 10 puntos se califica de normal. Entre 10 y 14 puntos no es alarmante, pero se deben tomar medidas y por encima de 20 puntos sí alarma. El indicador de julio de 14 puntos mostró que hacían falta algunos productos como el aceite y la harina precocida. Pero no hay una escasez generalizada. En agosto probablemente baje a 12 puntos.
--Hace unos días se excluyeron de la lista 1 de Cadivi más de mil partidas arancelarias que incluían insumos para medicinas y bienes intermedios ¿Esa restricción no es una devaluación? --Esa es una interpretación, pero no la mía. Cadivi entrega entre 130 y 150 millones de dólares diarios. El total de lo que quedó excluido no llega a 10 millones de dólares, aunque reconozco que no manejo la cifra exacta, definitivamente no se puede decir que es una devaluación. Entre Sitme y Cadivi se promedia entre 180 y 200 millones de dólares diarios.
--¿Hasta cuándo hay bonos para subastar en el Sitme? --El Sitme se alimenta de tres fuentes. Los privados que son las empresas chinas, rusas, estadounidenses, que tienen instrumentos financieros y transan a través del sistema.
La segunda son los bonos de la banca y la tercera es el portafolio del BCV. Los privados colocan 30% y el ente emisor dispone de su portafolio 60 millones de dólares nominales diarios, su valor real siempre termina estando por debajo o por encima de esa suma dependiendo de la cotización del bono. Hasta ahora tenemos portafolio suficiente para todo lo que queda de año con subastas de entre 40 y 60 millones de dólares diarios.
--Pero cuando se restringe el acceso de divisas a través de Cadivi la única opción legal que queda es el Sitme, donde se transan 50 millones de dólares diarios en promedio y a lo que accede el sector farmacéutico es insuficiente.
¿Harán cambios en el Sitme para solucionarlo? --Si es necesario modificaremos los montos de las subastas del Sitme. Pero primero hay que hacer el estudio.
--La balanza de pagos mostró un déficit para el Gobierno de casi 10% del producto interno bruto, ¿cómo sincerar las cuentas fiscales sin devaluación? --Así son las dinámicas financieras, a veces suben y otras no. Lo que hay es que tener un plan para saber hasta dónde la economía puede actuar de manera sana con un déficit.
--La balanza también reflejó una caída de 9 millardos de dólares en las cuentas externas en un trimestre. ¿Por qué esta merma? --No nos toca a nosotros como Banco Central ser auditores de las cuentas nacionales.
Nosotros nos encargamos de hacer mediciones. Allí están los números representados y cada organismo tendrá que explicar cómo hizo los gastos correspondientes. Nuestra economía se mueve en buenos niveles y tiene una deuda manejable.
--¿Existe un cálculo de cuánto dinero hay en los fondos extrapresupuestarios? --No puedo decir un número exacto porque no soy vocero de ninguno de los fondos, pero el Fondo de Desarrollo Nacional se nutre de varias fuentes. Antes Pdvsa transfería recursos a través de la ley de ganancias exorbitantes y se depositaba el excedente de reservas según el nivel adecuado. Con la modificación de la ley ahora todo pasa por el BCV, que semanalmente transfiere 150 millones de dólares. Fonden tiene sus compromisos, pero sigue con saldo positivo.
El Fondo Chino se nutre de un acuerdo refrendado por la Asamblea Nacional en el que China coloca 10 millardos de dólares y otros 10 millardos en su equivalente en yuanes.
Diariamente se está pagando ese préstamo por factura petrolera. Ese petróleo se vende a precio de mercado y los chinos nos cobran una tasa que está por debajo de la tasa libor.
--Pero Venezuela paga el flete hasta China. --Es un acuerdo comercial.
Nadie hace un préstamo de 20 millardos de dólares si cree que no se lo van a pagar. Eso significa que confían en el país. Esto es la ecuación perfecta en la que nos complementamos y todo funciona.
--Recientemente se hizo una revaloración del oro de las reservas internacionales por la caída del metal ¿No hubiese sido mucho más sano dejar una mayor proporción de reservas operativas en efectivo? --No, hace año y medio el oro en onza troy estaba en 800 dólares. Si en ese entonces hubiéramos cambiado reservas a euros hubiésemos perdido la mitad.
¿Qué hicimos ahora? Una vez que la onza troy llegó a 2.000 dólares y comenzó a fluctuar nos dimos cuenta de que había que protegerlas, y por ello desarrollamos una metodología diferente para que las fluctuaciones en el precio no nos afecten y tener un mecanismo de amortiguación.
--¿En el caso hipotético de que hubiese un cambio de gobierno qué hará Nelson Merentes? --Lo que siempre he hecho.
Menos mal que es en caso hipotético porque yo no creo que eso vaya a suceder.
Pero como estamos hablando de una teoría diría que seguiría con mis matemáticas, viviendo en Venezuela.
Aparecería en la prensa como oposición y espero no equivocarme como todos los que han dicho que aquí la inflación iba a llegar a 40% y que no íbamos a crecer. Pero repito, eso es un caso hipotético porque no va a pasar.
Entrevista Nelson Merentes
«Si es necesario modificaremos los montos de las subastas del Sitme»
El presidente del Banco Central de Venezuela niega que la exclusión de los insumos para medicinas de las aprobaciones automáticas de Cadivi sea una devaluación. Sobre la merma de 9 millardos de dólares de las cuentas externas del país, señala que al BCV no le corresponde ser auditor y que cada organismo tendrá que explicar los gastos
BLANCA VERA AZAF
El medallista olímpico venezolano Rubén Limardo se sienta a la izquierda de Nelson Merentes, presidente del Banco Central de Venezuela. La conversación transcurre de manera fluida e informal, a pesar de los flashes y del gran número de personas presentes. Merentes cuenta que su deporte favorito es el baloncesto, el cual practicó por última vez en la liga de profesores de la UCV. Mientras habla se escucha que alguien susurra: "Estos dos personajes tienen algo en común, se trajeron el oro a Venezuela".
El matemático se sienta y busca sus láminas para mostrar cómo han bajado la inflación. Reconoce que recibió Vebonos por ser profesor universitario y que los conservó hasta su vencimiento, pero se niega a aceptar que los nuevos Petrorinoco deslucen por no estar denominados en dólares. "Va a ser todo un éxito y esa tasa de 18% es un gran beneficio para todo el que decida obtenerlos".
---El Comité Inflación Un Dígito describe como un éxito la instalación de ferias de hortalizas al lado de los locales en los que se mide la inflación en Aragua y Carabobo. ¿Están alterando la metodología de la medición? --Medimos alrededor de 372.099 precios que incluyen alimentos y algunos son las hortalizas. No se pueden manipular los precios porque se mida una feria. Lo que se busca es aumentar la capacidad de distribución porque se ha comprobado que la inflación varía dependiendo del lugar.
--¿Quiere decir que las ferias itinerantes están siendo incorporadas a la metodología? --El BCV mide los precios, la escasez y el desacato de los precios en 27.668 establecimientos. No se puede manipular la tasa, además los técnicos del BCV son muy profesionales y tienen muchos años de experiencia. Lo novedoso es que creamos el Comité de Inflación Un Dígito, que se reúne los lunes y del que forman parte los ministerios relacionados con los sectores de la agricultura y alimentos. Allí se analiza lo que sucedió el mes anterior.
Utilizamos la técnica de la inflación de arrastre, que indica cómo puede ser el comportamiento de los precios la semana siguiente. Sobre esa base se diseñan las medidas de amortiguación.
--La escasez repuntó en julio, según voceros del BCV se debe a la escasez de aceite.
¿Un sólo producto puede alterar tanto un indicador? --La escasez tiene su metodología de medición y se cataloga por porcentaje.
Cuando está en niveles de 10 puntos se califica de normal. Entre 10 y 14 puntos no es alarmante, pero se deben tomar medidas y por encima de 20 puntos sí alarma. El indicador de julio de 14 puntos mostró que hacían falta algunos productos como el aceite y la harina precocida. Pero no hay una escasez generalizada. En agosto probablemente baje a 12 puntos.
--Hace unos días se excluyeron de la lista 1 de Cadivi más de mil partidas arancelarias que incluían insumos para medicinas y bienes intermedios ¿Esa restricción no es una devaluación? --Esa es una interpretación, pero no la mía. Cadivi entrega entre 130 y 150 millones de dólares diarios. El total de lo que quedó excluido no llega a 10 millones de dólares, aunque reconozco que no manejo la cifra exacta, definitivamente no se puede decir que es una devaluación. Entre Sitme y Cadivi se promedia entre 180 y 200 millones de dólares diarios.
--¿Hasta cuándo hay bonos para subastar en el Sitme? --El Sitme se alimenta de tres fuentes. Los privados que son las empresas chinas, rusas, estadounidenses, que tienen instrumentos financieros y transan a través del sistema.
La segunda son los bonos de la banca y la tercera es el portafolio del BCV. Los privados colocan 30% y el ente emisor dispone de su portafolio 60 millones de dólares nominales diarios, su valor real siempre termina estando por debajo o por encima de esa suma dependiendo de la cotización del bono. Hasta ahora tenemos portafolio suficiente para todo lo que queda de año con subastas de entre 40 y 60 millones de dólares diarios.
--Pero cuando se restringe el acceso de divisas a través de Cadivi la única opción legal que queda es el Sitme, donde se transan 50 millones de dólares diarios en promedio y a lo que accede el sector farmacéutico es insuficiente.
¿Harán cambios en el Sitme para solucionarlo? --Si es necesario modificaremos los montos de las subastas del Sitme. Pero primero hay que hacer el estudio.
--La balanza de pagos mostró un déficit para el Gobierno de casi 10% del producto interno bruto, ¿cómo sincerar las cuentas fiscales sin devaluación? --Así son las dinámicas financieras, a veces suben y otras no. Lo que hay es que tener un plan para saber hasta dónde la economía puede actuar de manera sana con un déficit.
--La balanza también reflejó una caída de 9 millardos de dólares en las cuentas externas en un trimestre. ¿Por qué esta merma? --No nos toca a nosotros como Banco Central ser auditores de las cuentas nacionales.
Nosotros nos encargamos de hacer mediciones. Allí están los números representados y cada organismo tendrá que explicar cómo hizo los gastos correspondientes. Nuestra economía se mueve en buenos niveles y tiene una deuda manejable.
--¿Existe un cálculo de cuánto dinero hay en los fondos extrapresupuestarios? --No puedo decir un número exacto porque no soy vocero de ninguno de los fondos, pero el Fondo de Desarrollo Nacional se nutre de varias fuentes. Antes Pdvsa transfería recursos a través de la ley de ganancias exorbitantes y se depositaba el excedente de reservas según el nivel adecuado. Con la modificación de la ley ahora todo pasa por el BCV, que semanalmente transfiere 150 millones de dólares. Fonden tiene sus compromisos, pero sigue con saldo positivo.
El Fondo Chino se nutre de un acuerdo refrendado por la Asamblea Nacional en el que China coloca 10 millardos de dólares y otros 10 millardos en su equivalente en yuanes.
Diariamente se está pagando ese préstamo por factura petrolera. Ese petróleo se vende a precio de mercado y los chinos nos cobran una tasa que está por debajo de la tasa libor.
--Pero Venezuela paga el flete hasta China. --Es un acuerdo comercial.
Nadie hace un préstamo de 20 millardos de dólares si cree que no se lo van a pagar. Eso significa que confían en el país. Esto es la ecuación perfecta en la que nos complementamos y todo funciona.
--Recientemente se hizo una revaloración del oro de las reservas internacionales por la caída del metal ¿No hubiese sido mucho más sano dejar una mayor proporción de reservas operativas en efectivo? --No, hace año y medio el oro en onza troy estaba en 800 dólares. Si en ese entonces hubiéramos cambiado reservas a euros hubiésemos perdido la mitad.
¿Qué hicimos ahora? Una vez que la onza troy llegó a 2.000 dólares y comenzó a fluctuar nos dimos cuenta de que había que protegerlas, y por ello desarrollamos una metodología diferente para que las fluctuaciones en el precio no nos afecten y tener un mecanismo de amortiguación.
--¿En el caso hipotético de que hubiese un cambio de gobierno qué hará Nelson Merentes? --Lo que siempre he hecho.
Menos mal que es en caso hipotético porque yo no creo que eso vaya a suceder.
Pero como estamos hablando de una teoría diría que seguiría con mis matemáticas, viviendo en Venezuela.
Aparecería en la prensa como oposición y espero no equivocarme como todos los que han dicho que aquí la inflación iba a llegar a 40% y que no íbamos a crecer. Pero repito, eso es un caso hipotético porque no va a pasar.
martes, 29 de mayo de 2012
DEL RÉGIMEN PARLAMENTARIO

Luis Barragán
De larga denominación como penosas consecuencias, arroja significativas lecciones la discusión del Proyecto de Ley Aprobatoria del Segundo Protocolo de Enmienda al Acuerdo entre el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y el Gobierno de la República Popular China sobre el Fondo de Financiamiento Conjunto Chino-Venezolano. Concluida antes de la cadena radio-televisiva presidencial, evidenció una vez más el sesgo antiparlamentario de la bancada oficialista que no logró desvirtuar las razones que asisten a la oposición en relación a la pesada y burda hipoteca, ejecutando una pusilánime maniobra de distracción.
Principalmente, los diputados Miguel Ángel Rodríguez y Julio Montoya apenas dispusieron de siete minutos cada uno para el cuestionamiento extremo de la naturaleza y características del compromiso sino-venezolano, sin que cupiera oportunidad alguna para extenderse en torno a los gravísimos documentos aportados, añadidas las cuentas ministeriales que hacen la plena prueba de un inmenso extravío cuando no, una ciega voluntad de entrega del futuro compartido por los venezolanos. Y, lejos de responder con precisión, convicción y sobriedad los señalamientos hechos, además, inequívocamente constitucionales y legales, esta vez la bancada oficialista no inquirió sobre las fuentes, confiada en la labor de los organismos de inteligencia respecto a los supuestamente desleales funcionarios que las facilitaron, sino reiteró el generoso discurso sobre la crisis global del capitalismo, la descalificación moral y política de su contraparte, las bondades de una potencia emergente frente a la criminal arrogancia imperial(ista), y – desenfadadamente, fuera de orden – hizo de los mejores indicadores socio-económicos actuales un panegírico reservado para el diputado Aristóbulo Istúriz y su acostumbrada y estridente intervención final.
Obviamente, los planteamientos y denuncias de Rodríguez y Montoya merecieron prolongarse, dispuesta la plenaria de la Asamblea Nacional a considerar – fijar o descartar - las peligrosas responsabilidades inherentes al aludido acuerdo, como no es posible hacerlo gracias al inmovilismo interesado de las Comisiones Permanentes y al constante asedio a la libertad de información. Por lo menos, así lo aconseja la complejidad e implicaciones de un Protocolo que no ha de diluirse y banalizarse con tan asombrosa facilidad, renunciando sus partidarios a un mínimo afán de perfeccionamiento. No obstante, la Asamblea Nacional está modelada para la resistencia y el descrédito de la palabra, aún siendo hipotéticamente su herramienta fundamental.
El artículo 73 del vigente Reglamento Interior y de Debates, ilegítimamente aprobado en las postrimerías de la anterior legislatura (22/12/10), establece una sola intervención del diputado para la consideración global de los proyectos de ley y los debates políticos, hasta por diez minutos; máximo, tres y dos minutos para abordar cada artículo del proyecto sometido a segunda discusión; tres y dos minutos, en las interpelaciones; apenas, cinco minutos en el caso de los acuerdos, informes u otras materias; y una réplica de tres minutos. Por lo demás, el tiempo de discusión y aprobación de cada punto del Orden del Día, no excederá las dos horas, distribuyendo el tiempo proporcionalmente entre el número interesado de diputados pertenecientes a cada organización política, contemplando la privación de hablar por el resto de la sesión y hasta por un mes de sesiones de acuerdo a la gravedad de las infracciones en las que se incurra.
Es necesario observar la dificultad que tiene el parlamentario de oposición para intervenir más de una vez, siendo objeto de un coro impune de descalificación, injuria y difamación, mientras goza de un mayor margen de tiempo el oficialista presto a diluirse y a banalizar las materias tratadas, dejando siempre constancia de una adhesión inalterable hacia el Presidente de la República. Valga acotar, el indeseable e inédito monopolio de las imágenes que suele beneficiarlos, siendo el tiempo televisivo francamente desfavorable a sus adversarios.
El modelo parlamentario oficialista ha abortado una dilatada, constante y pacífica evolución del derecho parlamentario venezolano que tiene también por fundamento los sucesivos reglamentos de Interior y de Debates que el Poder Legislativo ha dictado, cumpliendo con las formalidades inherentes aún cuando se le simulaba en dictaduras como la de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. Y no hacemos referencia a las actuales disposiciones sobre el llamado parlamentarismo social de calle y el poder popular, ámbitos distintos, sino respecto al Régimen Parlamentario que partió – por lo menos – del valenciano Congreso Constituyente de 1830.
Las distintas leyes reglamentarias del Congreso de la República, el Senado y Diputados, le permitieron hablar al parlamentario en la plenaria que le pertenece hasta dos veces en una misma materia, con una duración promedio de media hora, quince y cinco minutos, hasta llegar a una hora declarado el debate de interés nacional. El Reglamento de la primera legislatura bajo la Constitución de 1999, autorizó oportunidades semejantes, con quince y siete minutos para la discusión global de los proyectos de ley y debate político, diez y cinco para la segunda discusión de los proyectos, y cinco y tres para acuerdos e interpelaciones. Añadimos la posibilidad de dividir o desglosar aquellas propuestas contentivas de distintos sentidos, ahora prácticamente imposible.
Seguramente, esgrimirán que el número de diputados constituye un obstáculo para – precisamente – parlamentar, pero no fue así en nuestro siglo XX y con la bicameralidad, para más señas. Fueron muchos e intensos, sustanciales y comprometedores, plurales e históricos, los debates que se dieron, sin que el número de senadores y diputados pretextara el ahogo y facilitara la manipulación de los temas vitales, como ahora ocurre.
Por lo general, la organización del debate respondía a la especialidad de los miembros y la adscripción a una fracción parlamentaria. Y ésta, cuando no se declaraba como independiente, sinceraba y reglamentaba su vinculación a un partido, llegando al reconocimiento de la objeción de consciencia, circunstancias hoy bulliciosamente ausentes.
A guisa de ilustración, por lo que respecta al Partido Socialcristiano COPEI, la selección de un orador sobre una materia importante comportaba que los otros se abstuvieran de solicitar la palabra en la sesión plenaria de la(s) cámara(s), para ahorrar tiempo y en beneficio de la profundidad del planteamiento; agreguemos, el tema solía discutirse con anterioridad. Y esto, de acuerdo a su importancia a veces crucial, porque la fracción parlamentaria celebraba su asamblea y, por si fuese poco, requerida o no, la dirección nacional del partido ventilaba el tema y confirmaba al orador u oradores estelares.
Puede aseverarse, la dinámica de la fracción tendió a una rutina de la autorregulación, con la generación de una múltiple vocería que, a veces, no dependía de la pertenencia a una determinada comisión permanente o especial, contribuyendo así a una sana decantación y descongestionamiento del debate en la plenaria que, por la jerarquía y hondura del problema, facilitaba la extensión de una intervención parlamentaria. Añadida una práctica semejante en las fracciones parlamentarias del marxismo, podemos ejemplificar esta virtud del modelo con los debates trascendentales y también contrapuestos, suscitados por la nacionalización del petróleo a mediados de los setenta, irrealizables según el Reglamento y el hábito oficialista actuales.
Probablemente, el oficialismo teme que la oposición lo imite por las ya viejas tácticas de perturbación y complot, aunque para la unidad democrática la urgencia es la de la palabra, la sensatez y el intercambio de razones que un motín jamás garantiza. No olvidemos que el otrora MVR llegó a inscribir a veinte o treinta oradores en las sesiones del extinto Congreso, a objeto de bloquearlo y redundar en un desprestigio que heredó y administró, gracias las campañas emprendidas por fuerzas y corrientes que lo rivalizaban.
Intervenciones como las de Rodríguez y Montoya demandaban mayor tiempo, por la magnitud de un problema que pisa los terrenos de la seguridad y defensa de la nación. Ahora bien, portadores de pruebas tan decisivas y argumentos tan irrefutables, apenas asomados en las forzadas síntesis que hicieron, reacia la mayoría oficialista a permitir que otros oradores de la oposición cedieran su tiempo, la solución será la de distribuir entre éstos las pruebas y argumentos que aquellos tan meritoria y afanosamente han logrado.
El resto de los oradores de la oposición pudo hacerse de los alegatos y las pruebas que a Rodríguez y Montoya no les dio tiempo de exponer, en lugar de caer en la tentación de responder a las falacias de los oradores oficialistas. Quizá constituya una solución transitoria para este u otro tema hasta que el oficialismo limite aún más el derecho al habla, algo inconcebible en el parlamentarismo democrático, pero – siendo el trasfondo de la gestión opositora en la Asamblea Nacional – importa muchísimo hacerse escuchar con olvido de protagonismos anacrónicos.
Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2012/05/tras-fondo-sino-parlamentario/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=869516
A propósito de la misma sesión:
http://www.noticierodigital.com/2012/05/diputado-barragan-exige-a-antv-no-plegarse-a-cadena-nacional-que-sabotea-transmision-de-deliberaciones-parlamentarias/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=867943
miércoles, 16 de mayo de 2012
RECURRENTE PRÁCTICA PARLAMENTARIA
De la inmotivación parlamentaria
Luis Barragán
La sesión del día 15 de los corrientes ha sido ilustrativa, postergada una materia de interés para el Estado. Brevemente informado por el diputado Mervin Méndez, miembro de la comisión especializada, sobre su conveniencia, el Proyecto de Ley de Control para la Defensa del Espacio Aéreo comenzó a andar su segunda discusión, ocupados los palcos por altos oficiales del componente aéreo. No obstante, el diputado William Fariñas pidió – simplemente – su diferimiento.
La dirección de debates se limitó a escuchar la inmediata intervención de la diputada María Corina Machado, quien serenamente pidió explicación respecto a la propuesta. Y, acto seguido, sin la menor preocupación por motivar o solicitar una motivación, la mayoría oficialista votó por la postergación o diferimiento.
Desconocemos si, luego de salir de la Comisión Permanente de Defensa, desean reingresarlo y reajustarlo, hubo una llamada de atención proveniente de algún estamento militar, o ansiaban acortar la agenda de discusión, aunque no hay un evento teledeportivo que los concite. Cualquier especulación es válida, porque no dan noticia alguna que la misma sesión requiere, arriesgándose al desesmascaramiento que ha hecho el diputado Julio Montoya sobre el Proyecto de Ley del Segundo Protocolo de Enmienda entre Venezuela y China o Fondo Chino.
Desenmascaramiento que se hizo, y no pudo atajar el inicial misil de descalificación de un diputado oficialista al tratar al diputado Miguel Ángel Rodríguez de “macroencefálicamente imbécil”. Lesivo a los intereses nacionales, violentando la Constitución y leyes de la República, no lograron desvirtuar los patrióticos argumentos de la oposición, escondiéndose en esa suerte de amable clisé: la crisis global del capitalismo.
Las denuncias del diputado Miguel Ángel Rodríguez fue contundente e irrebatible, por lo que el diputado Aristóbulo Istúriz finalizó con sus acostumbradas consignas. Fuera de orden, no le metieron el diente al problema: huyeron.
Fuente: http://www.analitica.com/va/politica/opinion/9895007.asp
Luis Barragán

La dirección de debates se limitó a escuchar la inmediata intervención de la diputada María Corina Machado, quien serenamente pidió explicación respecto a la propuesta. Y, acto seguido, sin la menor preocupación por motivar o solicitar una motivación, la mayoría oficialista votó por la postergación o diferimiento.
Desconocemos si, luego de salir de la Comisión Permanente de Defensa, desean reingresarlo y reajustarlo, hubo una llamada de atención proveniente de algún estamento militar, o ansiaban acortar la agenda de discusión, aunque no hay un evento teledeportivo que los concite. Cualquier especulación es válida, porque no dan noticia alguna que la misma sesión requiere, arriesgándose al desesmascaramiento que ha hecho el diputado Julio Montoya sobre el Proyecto de Ley del Segundo Protocolo de Enmienda entre Venezuela y China o Fondo Chino.
Desenmascaramiento que se hizo, y no pudo atajar el inicial misil de descalificación de un diputado oficialista al tratar al diputado Miguel Ángel Rodríguez de “macroencefálicamente imbécil”. Lesivo a los intereses nacionales, violentando la Constitución y leyes de la República, no lograron desvirtuar los patrióticos argumentos de la oposición, escondiéndose en esa suerte de amable clisé: la crisis global del capitalismo.
Las denuncias del diputado Miguel Ángel Rodríguez fue contundente e irrebatible, por lo que el diputado Aristóbulo Istúriz finalizó con sus acostumbradas consignas. Fuera de orden, no le metieron el diente al problema: huyeron.
Fuente: http://www.analitica.com/va/politica/opinion/9895007.asp
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