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domingo, 22 de noviembre de 2020

LA DESTRUCCIÓN DEL AULA PRESENCIAL Y VIRTUAL

Luis Barragán: El libro es enemigo esencial de este gobierno

Vanessa Davies


El parlamentario e integrante de la Fracción 16 de Julio descarta que el sector editorial esté en crisis por factores externos: “Las camarillas en el poder fracasaron desde muchísimo antes de estas sanciones internacionales”. También sostiene que “se ha lumpenproletarizado al país”. Luis Barragán solicitó la intervención humanitaria de la Unesco para recuperar universidades y conocimiento: “Solos no vamos a poder”

Flanqueado por libros, muchos libros, el diputado Luis Barragán afirma que la muerte de librerías en Venezuela es a propósito. Considera, también, que el gobierno de Nicolás Maduro necesita tomar las universidades privadas. Sutilmente da a entender que quienes ejercen el poder son incapaces de escribir: “Son ágrafos”.

“Lo paradójico es que el libro venezolano no fue derrotado por las tecnologías de la información y de la comunicación, sino desde hace más de 10 años fue derrotado por la depresión deliberada del mercado editorial en Venezuela”, fustiga. “El libro es enemigo esencial de este régimen”.

Barragán insiste en que las sanciones internacionales no son las causantes de la crisis del conocimiento, de la crisis del sector editorial. “La debacle venezolana comienza a partir de 2014”, señala. “La crisis del libro venezolano no es reciente, y mucho menos se puede culpar a las sanciones internacionales, que son sanciones personales, por demás”.

Llama la atención sobre dos fenómenos: Por una parte, la adquisición masiva “por parte de las camarillas que controlan el poder en Venezuela” de imprentas, que han sido usadas “para fines proselitistas”; por otra, lo sucedido con las cadenas estatales de comercialización del libro. Cita el Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, exalta su pluralidad, y lo contrasta con el presente.

“Las camarillas en el poder fracasaron desde muchísimo antes de estas sanciones internacionales”, sostiene. Lo atribuye “a la incompetencia, a la negligencia manifiesta y al desprecio que tienen por el libro en Venezuela estas camarillas del poder”, el desprecio “galopante hacia la lectura”. Describe la crisis de la Biblioteca Nacional, la falta de condiciones para la preservación de los libros, la depauperación de los servicios bibliotecarios. “Ni siquiera para la más modesta tarea escolar hay servicios adecuados”.

Universidad como obstáculo

Vincula la situación del sector libro con el destino de las universidades venezolanas. “Hay intención de quebrar a la universidad venezolana”, denuncia. “Se ha lumpenproletarizado al país. La universidad es un obstáculo” para ese proceso. “Esto no es fortuito; es deliberada” la destrucción del conocimiento. “Pasa por el desprecio del libro convencional, por las aplicaciones de las nuevas tecnologías y transita hacia los centros de enseñanza”.

Barragán opina que “más temprano que tarde” las universidades privadas sufren presiones, coacción. “El destino de la universidad venezolana está a merced del proyecto de militarización de las universidades”. Señala que se quiere convertir a la UCV “en jardines hidropónicos”, es “el control absoluto de la universidad por la fuerza, por la vía económica”.

Para el dirigente opositor “existe la doble o triple tentación de echarles mano a las universidades privadas por su infraestructura; dejar a la universidad privada maniatada”, dejarla “para los funcionarios medianos del régimen, si este régimen de prolonga, para que vayan los hijos de los funcionarios que no tengan la oportunidad de enviarlos al exterior”. También se pregunta “si la economía criminal” se mete en el sector educación. “Si son capaces de lavar capitales en el ramo inmobiliario, ¿por qué no son capaces de lavarlos en el sector educativo privado? Es una interrogante que se nos está abriendo en la fracción parlamentaria 16 de julio. Todas hipótesis caben cuando nos encontramos ante un régimen de mafias”. Puede ser un espacio de legitimación de capitales, remarca.

El legislador explica que el sector del conocimiento “es vital para el sostenimiento de un régimen que requiere de la lumpenproletarización, de la quiebra de las clases medias, de liquidar el referente de la movilidad social de la Venezuela rentista, que fue la universidad venezolana”. Según su visión, “se trata de golpear el conocimiento estratégico, la información estratégica, los procesos de enseñanza en Venezuela”.

Quieren tener la universidad “como la fábrica mínima necesaria para ciertas destrezas indispensables en el campo de la economía, pero olvidémonos de la novedad y la profundidad en el conocimiento, que forman parte de toda sociedad libre”. La universidad “es un objetivo de la guerra convencional que se ha emprendido”, acusa. “El solo hecho de chantajear, de extorsionar a la universidad venezolana negándole los recursos necesarios, tratando de arrodillarla, eso indica el propósito”.

Recuerda que el Poder Legislativo designó dos representantes ante el CNU (los académicos Manuel Rachadell y Miguel Albujas) “e inmediatamente fueron perseguidos, desbancarizados. Uno se encuentra en el exilio”. Pero dijo que le llamaba la atención que en la UCV le negaron la pensión a Rachadell, y le negaron el salario a Albujas. “Las autoridades de la UCV alegaron que estaban acatando la decisión del TSJ del 27 de agosto de 2019, aun cuando es írrita la decisión” y “la universidad es autónoma”.

Solos no vamos a poder

Ha solicitado a la Unesco la intervención humanitaria para actualizar el diagnóstico de la situación educativa “y la posibilidad cierta de que, a corto y a mediano plazo, puedan ayudarnos con especialistas e, incluso, con un programa económico de auxilio para meterle el hombro a la universidad venezolana”. La Unesco no ha respondido, y Barragán resalta: “Solos no vamos a poder”, y esgrime las razones: Se necesitan fondos y especialistas.

El diputado evalúa que hay mucho silencio por parte del sector universitario (autoridades, gremios, estudiantes) y por eso “pensamos que la Asamblea Nacional podía ser el espacio de concertación de todas estas fuerzas” para articular el rescate del sector. Han convocado el foro de universidades. “Estamos llamando a que se sienten los líderes universitarios, las autoridades, los gremios estudiantiles, empleados y obreros” para articular esfuerzos “y alzar la voz”. “Es necesario hacer un esfuerzo de motivación y de organización”.

13/11/2020:

https://contrapunto.com/cultura/literatura/luis-barragan-el-libro-es-enemigo-esencial-de-este-gobierno/

Breve nota LB: Concertamos la entrevista por Zoom, pero a una, al otro, o ambos a la vez, la señal hizo sus jugarretas. Concluimos, con un intercambio de audios por WhatsApp.

domingo, 19 de julio de 2020

EL JUEGO ELECTORAL

Elecciones parlamentarias y universidad
Luis Barragán

Sectores nada inocentes lo tienen por empeño y obstinación. Promueven incansablemente la participación en la estafa parlamentaria que planea el régimen.

Están los ya consabidamente descarados. Suelen pasar por Go y cobrar doscientos de acuerdo a la vieja versión del juego de Monopolio.

Otros son más disimulados. Se dicen revestidos de experiencia y realismo.

Los peores son los que vienen del mundo universitario. Las piden para el país pero nada dicen para las propias casas de estudios.

Algo peor.  Cuando lo piden para la universidad es con la sentencia 0324 or delante y no con el artículo 109 constitucional.

Ilustración: Ana Black.

¿ECHAN TIERRITA Y NO JUEGAN MÁS?

Pedimos la fe de vida de los gremios universitarios

“Autoridades y gremios universitarios deben dar fe de vida de su propia existencia, siendo demasiado estridente el silencio que los caracteriza”, señaló el diputado Luis Barragán en el curso de un debate virtual sostenido  con estudiantes de distintas casas de estudios que reconocieron el esfuerzo realizado por la Fracción Parlamentaria 16 de Julio.

“Peor que el Covid19, con las excepciones del caso, la negligencia de los sectores estudiantiles y profesorales se une a la de rectores que vergonzosamente también callan ante el drama que sufre el país y la propia universidad. Ni siquiera por los medios digitales sabemos de la más modesta palabra de inconformidad de una burocracia interestelar que no sigue el curso de la historia, pisando tierra”.

El diputado Barragán citó los aportes de su vacada y, particularmente, los de Vente Venezuela en materia universitaria, pero criticó acerbamente la campaña que favorece la participación en las elecciones parlamentarias convocadas por el espurio CNE.

“Incluso, hay ex – rectores que están promoviendo la participación ciudadana en la estafa parlamentaria de la usurpación, cuya cobardía jamás le permitirá hacer lo mismo con las elecciones universitarias autonómicas. Así en el país, como en la universidad, colaboran para una cohabitación que no salvará al uno ni a la otra, por cierto: los venezolanos pedimos la fe de vida de sus gremios universitarios, hoy”.

Finalmente, alegó el parlamentario que, para 1957, “la prioridad de la universidad venezolana fue la de protestar y superar al régimen, no la de votar el plebiscito de Pérez Jiménez, cuyos resultados estaban cantados de antemano”.

19/07/2020:

sábado, 11 de julio de 2020

SOMALIZACIÓN Y UNIVERSIDAD

Es necesario cuantificar las pérdidas materiales de las universidades en lo que va de año

“Superando lo que ocurre en el Cuerno de África, la somalización venezolana tiene el sello inconfundible del socialismo del siglo XXI, intentando tragarse viva a todas nuestras universidades”, el diputado Luis Barragán.

Tal aseveración la hizo en el marco del foro virtual denominado “Somalización y universidad en Venezuela”, centrado en la situación de la  Universidad de Oriente (UDO), promovido por Vente Sucre que también contó con la participación de la Lic. Carla Centofanti, el Econ.  José Luis Sánchez y el Abog. Orlando Velásquez, coordinador estadal.

“Lo acaecido y lo que todavía acaece en a UDO, objeto del impune y sistemático vandalismo y saqueo de sus instalaciones, ejemplifica el fenómeno ya desbordado de una somalización que obedece al interesado proceso de destrucción de la universidad venezolano para una nueva y nefasta geopolítica del saber, del conocimiento y de la información de inspiración anti-occidental. El régimen socialista busca la más completa degradación de una sociedad hasta hacerla ágrafa, de mera supervivencia y fundada en la delación y castigo de quienes deseen alterarla”.

Agregó el vocero de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio que el incendio de la Biblioteca Central de la UDO en Cumaná, no constituye un hecho aislado o fortuito, sino que se inscribe en una estrategia de destrucción física y espitriual de la propia y básica noción de universidad

“Es necesario cuantificar las pérdidas materiales acaecidas en todas y cada una de las universidades venezolanas, sólo en el presente año, convertida en una deuda de las autoridades – sobre todo administrativas – y de los distintos gremios que deben revelar la verdad de la tragedia que están viviendo. Resulta indispensable hacerlo, además, para apreciar la dimensión exacta de la catástrofe, a objeto de solventar la situación con el cese de la usurpación”.

Igualmente comentó las condiciones en las que se encuentran otras casas de estudios en el país, puntualizando lo que ocurre en la Universidad Central de Venezuela (UCV) que “sobrevivió al terremoto de Caracas de 1967, como parece que no lo logrará con el madurato,  por el derrumbe de sus caminerías, las fallas estructurales y las filtraciones que puede sincerar el más modesto movimiento sísmico”. 

Fotografía: Gustavo Ortíz (2001).

5-J: EL AULA

Universidad y libertad: 5-J
William Anseume  

Conmemoramos la libertad pérdida. Los fundadores, reunidos en Congreso Constituyente, sabiamente, desde la política,

proclamaron palabras inolvidables, en acta: "... usar de los derechos de que los tuvo privada la fuerza...". "Soberanía". "...la horrorosa suerte que vamos ya a apartar de nosotros para siempre...". "...estamos libres y autorizados para no depender de otra autoridad que la nuestra...". Y así...

Pues bien, varios de esos diputados pertenecían a la Universidad de Caracas. Encabezados, los miembros pertenecientes a ella, nada menos que por uno de los cerebros más útiles de la fundación, acariciador del proyecto de la liberación desde mucho antes del 19 de abril del año anterior a la independencia: Juan Germán Roscio. 

Además, si atendemos las relaciones documentadas en el libro de Inés Quintero y otros autores, titulado Más allá de la guerra (2008), muchos universitarios conformaron la más o menos escandalosa y rebelde Sociedad Patriótica. Así: "La Universidad de Caracas respaldó la declaración de independencia del 5 de julio de 1811". "La respuesta de los estudiantes y profesores de la Universidad de Caracas fue de compromiso y defensa del proyecto independentista". Hasta en armas: "... los estudiantes de la Universidad de Caracas se comprometieron de manera directa en la protección y defensa de la República". No abundo más, innecesariamente. 

Desde la fundación de la República, toda tiranía tiene en la universidad un fortísimo enemigo. Puede cotejarse revisando cuidadosamente el devenir histórico al respecto: la universidad contra Gómez, la universidad contra Pérez Jiménez, la universidad contra Chávez y ahora contra Maduro, por ejemplo. Tiranía y universidad, opresión y universidad, son definitivamente incompatibles desde los orígenes que nos permitieron la libertad, ésa, la que se nos volvió desgraciadamente a extraviar. 

Es una obligación la restitución de la República. De nuevo el congreso (Asamblea Nacional),con escaso tiempo de permanencia ya, y los representantes de los respectivos estados, los diputados, varios de ellos que fueron o son universitarios; varios de ellos presos en las mazmorras hoy, corre con el peso mayor de las circunstancias políticas. Deben obrar con todas las cartas sobre y bajo la ¿mesa? Fincarse, además, en la universidad. Porque el propósito hoy, como aquel 5 de julio, no puede ser otro que la libertad y la soberanía. Dos conceptos oprimidos hasta la muerte en este momento también horrendo en Venezuela. La universidad tiene mucho que aportar y lo hace, como siempre: ideas y lucha continua. Universidad y libertad han corrido hermanadas. No es momento, como se aprecia en el odio mortal que el el régimen le profesa, para que haya separación alguna, ni chica, entre libertad y universidad. 

Libertad y soberanía vuelven a esperar por su rescate. Los venezolanos, universitarios o no, debemos apreciar de nuevo no sólo el acta como un resultado simbólico al que alabar de lejos, sino fundamentarnos en las acciones que indujeron a la liberación. Allá debemos ir responsablemente. Sin detención alguna. Es tarde. Luego será más tarde. 

05/07/2020:
Captura de imagen / Graduación de Oficiales / Universidad Militar:

jueves, 2 de julio de 2020

ANIVERSARIO

Hace 50 años nació la Asociación de Profesores de la USB
William Anseume

Justo hoy se cumplen cincuenta años del surgimiento de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar. A seis meses de haberse fundado la universidad, los profesores de entonces - yo aún no estaba siquiera estudiando mis cursos primarios- decidieron darle forma y actividad a un gremio que defendiera sus derechos.

El proceso, al inicio no tan pesaroso como resulta este tramo que hoy padecemos en la vida universitaria venezolana en general y muy en particular en la USB, debió haber estado consustanciado con lo que significaba la fundación de una universidad científico-tecnológica: "La universidad del futuro". En medio de un ambiente propicio para el desarrollo de la educación en Venezuela; se generaban universidades valiosas y de les aportaba suficente apoyo financiero, se les dotaba de terrenos, de edificaciones, de equipos, de materiales, de laboratorios. Igual ocurría con el gremio. La USB era, en su nacimiento y posterior desarrollo, una institución abiertamente consentida por el Estado venezolano y los gobiernos en alternancia democrática. La aridez -palabra suave que no denota esta agonía prolongada- en estos últimos veinte años largos se apoderó de la educación en Venezuela en medio de esta destrucción en todos los órdenes: político, social, económico, cultural, educativo, moral... La Asociación de Profesores no escapó a esa paulatina pero programada degeneración implantada en nuestro país.

Pero, aquí nos tienen a los integrantes de nuestra Junta Directiva, a los profesores en general, en la USB y en todo el territorio nacional, defendiendo nuestros derechos, en el terreno que sea: en las reuniones ministeriales para los acuerdos y desavenencias, más las segundas, desde luego, cuando estas juntas buscando acuerdos aún se podían llevar a cabo. Incluso con un ministro abrazándonos hasta  casi cargarnos, sí del régimen. O, en la bochornosa ocasión en la que un viceministro, andino, según él, nos recibió con una bandera cubana en su escritorio como único símbolo de poder en su enorme oficina de La Hoyada; también enfrentando despropósitos laborales, sociales o políticos en las calles de Caracas o el interior del país. En las marchas de protesta, en las huidas de las persecuciones hasta acosados por las malhadadas bombas lacrimógenas o los agentes represivos, los esbirros de la tiranía. En las visitas a los presos políticos universitarios y los otros; en las firmas de acuerdos, en las diatribas con o en la FAPUV; con las autoridades universitarias, en la escritura o apoyo de manifiestos, comunicados, notas, artículos, en los programas de radio que hemos sostenido: Ondas Universitarias por Radio Capital (tristemente desaparecido) y ahora La voz universitaria por Radio Comunidad. Com. En la asistencia divulgativa en programas de televisión o ruedas de prensa, o en otros programas radiales. En la más reciente pelea por la Autonomía Universitaria en la única Asamblea Nacional. Ahí ha estado ondeando la bandera, la franela o la gorra, la figura o la voz, la palabra o la accion que identifica a un miembro por lo menos, o  muchos, múltiples veces, de la APUSB.

Son 50 años y serán muchos más. Hasta el rescate de la libertad, cuando pueda volver a discutirse humanamente acerca de la situación laboral universitaria, en medio de una vida democrática y de libertades. ¿Cómo negarlo? En la APUSB he aprendido un mundo acerca de relaciones humanas, de carencias y amplitudes; he crecido mucho más en mi existencia como profesor, como ser. He desarrollado una más profunda conciencia política. Es buena escuela el gremio universitario. Me honra y estoy altamente agradecido con la vida y mis compañeros profesores de estar al frente, junto a los otros directivos, en esta ardua pelea por la universidad y el país. La APUSB seguirá la lucha sin desmayo. Habrá sin duda mejores momentos en lo venidero. Saldremos de estos atolladeros, como también, con lo tal vez ínfimo de nuestra ayuda, lo hará el país.

02/07/2020:
http://www.opinionynoticias.com/noticiaseducativas/37214-apusb

UN GREMIO SINTONIZADOR

El profesorado de Sartenejas ha marcado una pauta en la defensa de la libertad

Con motivo del 50º aniversario de la fundación de la Asociación de Profesores de la Universidad Simón Bolívar, el diputado Luis Barragán transmitió en nombre de la Fracción Parlamentaria 16 de Julio y de Vente Venezuela su reconocimiento al gremio.

“Versamos sobre una asociación profesoral que ha destacado no sólo en la lucha sostenida a favor de la autonomía universitaria, sino de las libertades públicas en Venezuela con los riesgos que comporta. Ha marcado una pauta respecto a todos los gremios docentes y estudiantiles del país, fijándoles un horizonte distinto al combate cívico que por estos años hemos desplegado los ciudadanos: no olvidemos que es la asociación que hizo de la Universidad Simón Bolívar un extraordinario referente del 350 constitucional, desde 2017”.

El parlamentario agradeció los aportes a la APUSB al esfuerzo por sintonizar a la Asamblea Nacional con la dramática situación en la que se encuentran las universidades venezolanas, en su mensaje al profesor William Anseume y demás integrantes d la junta directiva.

“Son innumerables los aportes realizados, desde sendos proyectos de acuerdos hasta dos propuestas de leyes sobre la defensa de la autonomía universitaria y  la de simplificación de los procesos electorales para encarar algún días elecciones autonómicas de acuerdo al artículo 109 constitucional en abierto desafío al régimen socialista. Agradecemos que la APUSB nos haya acompañado in situ en todos los debates que hemos dado sobre la materia en la Asamblea Nacional, ocupando incluso la tribuna de oradores en nuestras sesiones”.

02/07/2020:

lunes, 29 de junio de 2020

DESTRUCCIÓN DE LA UNIVERSIDAD VENEZOLANA

De la geopolítica del saber
Luis Barragán

Más de veinte años consecutivos de suplicios para la universidad pública y autónoma, como nunca antes ocurrió en Venezuela, nos convence de un esfuerzo sistemático por destruirla. Nada circunstancial ni gratuito ha sido el agravamiento constante de sus ya consabidos problemas, sumado a la censura y a la represión que incluye la incursión de los grupos que la violentan y vandalizan impunemente.

El  sostenido propósito del régimen va más allá de proclamar y ejercer el control institucional de nuestras casas de estudios; por cierto,  posibilidad que siempre  le fue negada aún en los ya remotos momentos de una mayor y  arrolladora popularidad. Los recursos que ha empleado con distinta intensidad, fueren o no legales, con un muy paciente sentido de oportunidad, en correspondencia con los otros objetivos perseguidos en el resto del país, tienen por meta acabar con una instancia de poder, la del conocimiento y la del saber. O, peor, acabar con el conocimiento y el saber  mismos y con  toda instancia de  movilidad social. 
 
Negada toda cifra  nacional, véanse los indicadores internacionales en torno a las universidades, la producción de artículos científicos o los emprendimientos de base tecno-científica, para aproximarnos a nuestra realidad. Exportamos un decisivo porcentaje de nuestro capital humano calificado que, al sincerarse en condiciones de desplazamiento y refugio, no cuentan con la oportunidad de continuar sus estudios y tampoco pueden garantizar el de sus hijos respecto a los superiores.

Todavía esperamos el cálculo de los daños infringidos  a la universidad venezolana el presente, sólo por lo que respecta a su infraestructura, aulas y laboratorios. Importa levantar una cartografía de la destrucción a la que, más por miedo que por desconocimiento, autoridades universitarias, líderes estudiantiles y docentes no se atreven, contentos uno que otro con una cita tardía y nada comprometedora de la Base de Datos Scopus.

El régimen socialista incurrió en el inaudito contramilagro de acabar con una industria petrolera exitosa, como la venezolana, y está en los capítulos postreros respecto a la universidad, respondiendo – en el marco de una guerra no convencional – a inconfesables y ajenos intereses asociados a la creación, producción y distribución del conocimiento y del saber. Obviamente, algo nada inocente.

29/06/2020:
Fotografías: EFE. Derrumbe del techo de la caminería en la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Cfr.
Eduardo Aguado-López / Arianna Becerril-García: 
José Joaquín Brunner:
Tulio Ramírez / Audy Salcedo:
Banco Mundial:
Hugo Kantis / Pablo Angelelli:

miércoles, 24 de junio de 2020

TECHOS Y CAMINERÍAS

Realpolitik en las Universidades
José Alberto Olivar

El desasosiego generalizado esparcido por el aparato de guerra de la tiranía, sin duda ha sido muy efectivo para la consecución de sus fines. En la esfera política, a estas alturas, luce indoblegable, acosado si, pero indoblegable, moviendo sus fichas, adoptando medidas de confinamiento social que, bajo la excusa de la pandemia, ha jugado a su favor.

No resulta inverosímil suponer que, a finales del 2019, el cenáculo dictatorial sacó muy bien sus cuentas, estableció sus prioridades y de inmediato comenzó la ejecución de su contraofensiva. Con la mirada puesta en el dispositivo constitucional que obliga a la convocatoria a elecciones para la Asamblea Nacional en este 2020, cualquier otro objetivo quedó relegado a un segundo plano, al menos por el momento.

El tema de las elecciones universitarias, fue tan rápidamente sofocado, como resultó su irrupción en la palestra nacional tras la medida cautelar dictada por la sala constitucional del TSJ el pasado 27 de agosto de 2019. Así, para sorpresa de propios y extraños, sobre todo de los que se pavoneaban como voceros oficiales en Consejos Universitarios y Directivos, anunciando altisonantes que ahora sí les pondrían las manos a las Universidades Nacionales, el ministro para la Educación universitaria, César Trómpiz, a principios de diciembre de 2019, puso en el congelador, lo que lucía como una inminente toma por asalto de los despachos rectorales, mediante la irrita convocatoria a elecciones a trocha y moche.

Hasta ese momento, las actuales autoridades de todas las universidades con períodos más que vencidos, bajaron sus niveles de stress, ante lo que en público se denunciaba como violación tajante del principio autonómico, pero que en la trastienda no ha sido más que la preservación de cuotas enmohecidas de lo que otrora fueron infranqueables señoríos institucionales.

Furtivas reuniones al principio, luego públicas mesitas de diálogo, entre algunas autoridades con representantes del gobierno de Maduro, dan cuenta de una realpolitik que a los incautos se vende como una posición responsable y por demás defensora de la Universidad, pero que la tradición revela como el modo de actuar de quienes reciben de una u otra forma, líneas de actuación política para sobrevivir, colaborando con la tiranía.

Y así, tal como se orquestó la maniobra para designar un CNE que es el vivo reflejo de ese mundillo político de oportunistas, además de las medidas cautelares para destronar jefes partidistas atornillados en sus bunkers, las autoridades universitarias, varias de las cuales debieron su elección hace ya bastante tiempo a esos mismos petit comité hoy desplazados, aseguran su existencia, primas de cargo, escenarios de figuración y cuotas de políticas, mediante el más descarnado doblex, porque se saben los siguientes en la lista de descabezados, vía medida cautelar del TSJ.

Este 2020 es el año de torcerle el cuello a la Asamblea Nacional y al quedar consumado ese objetivo, el 2021, será el año para la toma definitiva de los despojos universitarios.

22/06/2020:
Cfr. 
Fotografía: El ministro de la usurpación en la sede ucevista (tomada de la red).

LA DEUDA CON EL SENDERO

El problema de la fragmentación del Estado
William Anseume
 
Hoy por este mismo medio el colega José Alberto Olivar y también el diputado Luis Barragán en éste y otros periódicos (Noticiero Digital y Opinión y Noticias) refieren el tema universitario. Olivar hace un planteamiento irreprochable: después de las írritas designaciones en el Consejo Nacional Electoral y la intervención de algunos de los principales partidos politicos, vendrán por las universidades. Barragán señala también acertadamente el derrumbe de las instituciones de educación superior y la resolución de este despropósito del único modo que luce factible.

Sin duda. El derrumbe institucional, ante el caos previamente creado; el debilitamiento o el desmantelamiento físico y de funcionamiento de todos los demás organismos (incluidos sindicatos y gremios, como ya algunos han empezado a alertar) proclives a la libertad, apunta al quiebre definitivo que le permita a la tiranía su sostenimiento en el poder. Las imágenes de destrucción orquestada en la Universidad de Oriente o el desplome de la Universidad Central de Venezuela son no sólo muestra fehaciente, simbólica, de ello.

Todo este afán de desmoronamiento, fragmentación, o disolución (llámese como sea preferible) señala el sendero que nos han obligado hace bastante a transitar y no termina de concretarse. Buscar por todos los derroteros posibles, desde dentro y fuera, acabar con el enemigo de toda la institucionalidad del Estado venezolano. Luego será tarde. Ya luce quedo. Estamos en deuda generalizada con el país

23/06/2020:

domingo, 21 de junio de 2020

PULVERIZACIÓN

De la universidad en escombros
Luis Barragán

La pandemia ha facilitado el asalto final de la universidad venezolana, por una vía muy particular: la intemperie. Esto, por la demolición natural y, a la vez, política dada la dolosa negligencia de una usurpación resueltamente iletrados.

Lo ocurrido con la caminería de la UCV, increíble y penosa, apenas es un dato de la gravedad alcanzada en las intimidades de la Ciudad Villanoviana. Lo acaecido en la Biblioteca Central de la UDO, en Cumaná, incinerada por completo, delata la naturaleza misma del régimen de todos los oprobios.

Régimen, al fin y al cabo,  la reacción ha sido tímida, cobarde y no no menos penosa, del mundo universitario y del liderazgo opositor. Con las excepciones del caso,  trastocados en colaboracionistas por omisión,  las autoridades universitarias, gremios docentes y estudiantiles, pasan rápido la página, prefiriéndose en medio de la feria electoral parlamentaria antes que exponer y exponerse, como es el deber, en la denuncia firme, las propuestas necesarias y el esfuerzo de articulación que merece está locura oficial, oficialista y oficiosa de reducir a escombros a la universidad venezolana. 

La pandemia es un elegante pretexto, aunque pueblan las redes digitales con un temario zahorí. No siquiera hay un inventario aproximado, local y nacional, del daño infringido a la infraestructura por el déficit presupuestario,  intentado por AVERU y FAPUV, a falta de una decidida agremiación nacional estudiantil.

La universidad venezolana está sola y sola no puede ante un enemigo, literalmente un enemigo temible, ventajista y mentiroso, como el socialismo. La OPE (Operación de Paz y Estabilidad), tiene una tarea decisiva que jugar en nuestras casas de estudios.

Fotografías:
Cfr.

Aportes de José Luis Prieto  y Luis Miguel Lollett Peraile para Caracas en Retrospectiva II (Facebook):
JLP
Con Permiso de los administradores del grupo quisiera poner una publicacion de COPRED de AGOSTO DE 2010
"Intervención de los drenajes del techo de los pasillos frente a “Tierra de nadie”
Por: José Fagúndez"
No estoy seguro de que estos trabajos de restitución de los drenajes se hayan hecho en el pasillo que colapsó...pero se indica en este link que el agua habia dañado el concreto copio textualmente: " La principal causa por la que se comenzó este trabajo derivó de un estudio en el que se determinó que la mayoría de las tuberías de los drenajes o desagües estaban rotas, lo que causó fractura del concreto.
LMLP:
Y aquì puede estar el bemòl del asunto. Gracias por ese artìculo esclarecedor. La falta de mantenimiento preventivo hizo que las tuberias de denaje se rompieran o se pudrieran por tener agua empozada por largos perìodos. Pero realmente ese trabajo de litèralmente romper el soporte con martillos hidraùlicos seguramente, para quitar la tuberìa rota y colocar una nueva que no era de acero como la anterior, sino de plàstico, puede haber debilitado serìamente la estructura, lo cual junto con nuevos taponamientos, lluvia copiosa y nuevos temblores de tierra, la hicieron colàpsar, es una hipòtesis, pero que tiene mucha lògica.
Fuentes:

ALZARÁ VUELO DE NUEVO

Mascarillas en la Ciudad de Carlos Raúl Villanueva
Luis Barragán

Desmoronada visiblemente la UCV. El techo de la caminería cae y queda cual desplegada ala de concreto imposibilitada de alzar vuelo. Pensamos en las cenizas de la biblioteca de la UDO y en los laboratorios de Sartenejas.

El ministro de  la usurpación se pasea por la ciudad villanoviana. Él y su jefe tienen los reales para remendar el espacio. Prometen la concesión graciosa para otra universidad a la que le niegan un presupuesto justo.

Pérez Jiménez se paseó orondo al inaugurar la ciudadela. Materializó un viejo y ajeno proyecto. E hizo del Aula Magna la sede de un congreso interamericano en una más ligera dictadura.

Los de ahora acaban con un patrimonio reconocido por la UNESCO. En el poder traicionan las antiguas banderas que les sirvieron de pretexto. Financian por allá al Foro de Sao Paulo para mostrarse acá criminalmente indiferentes ante la masiva deserción de alumnos y profesores.

lunes, 15 de junio de 2020

NO ES POR FALTA DE VENTANAS

De la universidad (in) audible
Luis Barragán

Por lo menos, deseable, el debate es una característica fundamental de la vida universitaria. Puede decirse, en las distintas disciplinas, el aula entrena para ello, por largos años.

El empleo constante de la razón, cada vez más profunda, es el sello inconfundible. Pensamiento y elocuencia, por cualesquiera medios empleados, las mejores credenciales a exhibir por los que hacen la universidad de cada día. No obstante, a pesar de atravesar un agudo e inminente peligro existencial, la cuarentena ha sido motivo para el escandaloso silencio de estudiantes, docentes y egresados, como de los gremios y autoridades universitarias.

Siendo pocas – realmente, muy pocas – las excepciones, las universidades han perdido un precioso tiempo para la discusión franca, abierta y fundada de sus problemas, pretendiendo esconderse de algún ataque de furia de la usurpación, o – peor – afinando la complicidad con el régimen que las detesta. El incendio de la Biblioteca Central de la Universidad de Oriente (UDO), en Cumaná, u otros sucesos parecidos, apenas sirven para despachar el breve mensaje de estilo por las redes y, luego,  ocuparse inmediatamente de otros asuntos que no comprometen muchas neuronas para dejar constancia de una “presencia crítica”.

Jamás, la universidad venezolana fue tan extraordinariamente silenciada, como ahora, salvo que algún brochazo de bytes se jure todo un estremecimiento de sonoridades. Esperábamos más de AVERU, FAPUV o del estudiantado que finalmente no logró confederarse, es lo cierto; o de la propia Asamblea Nacional que nada dijo de la negación del salario o pensión de sus dos representantes ante el CNU, por la propia UCV.

Con esta dictadura socialista, se irá también la universidad rentista que no se cansa de guiñarle el ojo. Y vendrá la nueva universidad audible, sobre los hombros de quienes hoy, por pocos que sean, luchan por ella, luchando.

SINDICATURA MORAL

Geología inversa: la pira de los libros universitarios
Luis Barragán

Profundamente conmovidos por el reciente incendio de la Biblioteca Central de la Universidad de Oriente (UDO), en Cumaná, participamos de la inmensa marea de indignación que no llegó a tiempo para evitarlo.  Aquejados por toda suerte de vicisitudes de la pandemia política ya demasiado prolongada que antecedió al Covid19,  no versamos en torno a un hecho noticioso más, sustituido inmediatamente por otros, acaecido en la casa de estudios ya vandalizada hasta el hastío. 

La pesadilla se suma a  otras, desapareciendo lento, pero seguro, el libro en Venezuela. No precisamente por el desarrollo de las telecomunicaciones que, por cierto, en otros países tiende a reivindicar el formato convencional a través de distintas aplicaciones, sino por el deliberado propósito de conducirnos hacia una sociedad de ágrafos, además de supervivientes y delatores.

Inevitable recordar el bibliocidio de Umberto Eco en “El nombre de la rosa”, novela después apostillada que redondeó sus sonados éxitos con el extraordinario filme de Jean-Jacques Annaud. Al menos, Guillermo de Baskerville y su inseparable Adso de Melk, más allá de los asesinatos, pesquisaban la suerte de un libro único de Aristóteles, pero en el oriente venezolano la usurpación, por supuesto, no indaga, pues, tiene las manos manchadas de ácaros incinerados: en última instancia, la indagación sería sobre sí misma.

Otra obviedad, el suceso no aparecerá en otra edición de la “Historia universal de la destrucción de libros”, cuyo autor – Fernando Báez – desempeñó la dirección de la Biblioteca Nacional, si mal no recordamos, en los tiempos de la fracasada reforma constitucional de Chávez Frías, incorporando a los llamados colectivos armados a las faenas del Foro Libertador. Empero, sindicado moralmente, no valdría cualquier acrobacia para evadir sus responsabilidades.


Una espesa nube de cenizas cubre al país, capaz de consolidarse para una suerte de geología inversa que integra las cenizas de otros acontecimientos lamentables.  Cual muralla sólida,  aérea e indecible,  que siempre recordará la naturaleza de un régimen que festeja la hazaña de una pira inmensa: la de los libros universitarios del oriente.

Referencias:
15/06/2020:

domingo, 24 de mayo de 2020

DEL AULA INVISIBLE

De la virtualidad pontificada
Luis Barragán

Hacia 2019, por ejemplo, hubo una crisis significativa de los servicios de agua, electricidad y transporte en la Universidad Simón Bolívar, parcialmente intervenida por el régimen. En lugar de las naturales diligencias por recobrar las mínimas condiciones de funcionamiento, incluyendo la protesta firme y vehemente de las autoridades, éstas promovieron la tele-educación para coincidir – así – con una dictadura que la asomaba como una  buena herramienta de domesticación.

Por supuesto, una efímera alharaca por la virtualidad que encubrió toda omisión por la defensa activa y efectiva de la autonomía universitaria. Desde entonces, reconociendo la bondad de  las plataformas, recursos y servicios tecnológicos, concluimos que la relación del aula virtual es accesoria al aula presencial, indispensable y principal experiencia para el complejo  proceso de enseñanza.

A propósito de la consabida pandemia, el asunto ha ocupado un espacio estelar en la oferta de la usurpación, pero las realidades inexorablemente se imponen, porque las fallas del  servicio eléctrico, la intermitencia y debilidad de la señal, y el costo de los equipos, contribuyen a la inmensa brecha digital de un país sumergido en la catástrofe humanitaria. En modo alguno, la situación llena los requisitos básicos para la propia existencia de las comunidades virtuales que reseña Nayesia María Hernández Carvajal, en un interesante artículo académico relacionado con la materia (“Comunidades académicas virtuales: dimensiones sociales, pedagógicas y tecnológicas”, en: Extramuros, Facultad de Humanidades – UCV, Caracas, nr. 30/2009).

En fecha reciente, Stefanía Giannini, subdirectora general de Educación de la UNESCO, al prologar un informe técnico del grupo de especialistas coordinado por Francesc Pedrá,   observa el  “experimento más audaz en materia de tecnología educativa, aunque inesperado y no planificado”, en tiempos de pandemia, cuyos resultados en el mundo está pendiente de la debida evaluación, prestándole atención a la brecha en cuestión (“COVID19 y educación superior: De los efectos inmediatos al día después”, UNESCO - IESALC, 13/05/2020). . El estudiantado desasistido, la escasa calidad de los equipos y los problemas de la conectividad, directamente nos remiten al drama venezolano respecto  al aula inevitablemente complementaria que tiende a perder el sentido estratégico de una pedagogía presencial: cierto, tenemos las fortísimas limitaciones de la cuarentena, pero no menos lo es la oferta engañosa de la herramienta digital: prótesis de la inteligencia, al fin y al cabo, imposible de aceptar como la panacea. Además, ni siquiera el recordado auge de los viejos cursos por correspondencia, convirtió a la universidad en el fenómeno postal que los devotos del byte (digital, ni aun cuántico)  supondrían. 

Pontificando sobre la virtualidad, sus promotores callan ante un régimen que esperaba una mayor y más decidida de la autonomía y de la propia existencia de la universidad en lugar de acordarse  con una gobernación usurpadora, como ocurre con la Universidad de Carabobo (https://twitter.com/UCarabobo/status/1263174458195546112), o el silencio de la Universidad Central de Venezuela, por el escabroso descuartizamiento de las yeguas de la escuela de Veterinaria de Maracay (https://twitter.com/VivaLaUCV/status/1263938524824379394). Por cierto, ¿dicen algo los representantes estudiantiles y profesorales de ambas casas de estudios?

domingo, 10 de mayo de 2020

A QUIEN PUEDA INTERESAR

De la relación social del parlamento
Luis Barragán

Aula Abierta, expresión de la sociedad civil organizada, ha aportado a la opinión pública una propuesta de Ley Orgánica de Derechos, Deberes y Garantías de la Educación Universitaria.   Versamos sobre un acto de encomiable responsabilidad ciudadana en el que, por cierto, no han incurrido las propias autoridades de las  universidades en peligro, quizá a la espera de un hecho fortuito que las libere del inminente peligro que las (y nos) aqueja a propósito de la tristemente célebre y, faltando poco, intacta  sentencia 0324.

En fecha reciente,  la Fracción Parlamentaria 16 de Julio decidió promover el proyecto legal en cuestión.  Empero, ocupadas en otros menesteres que poco ayudan a la causa, contadas voces aseguraron de la indebida apropiación de un esfuerzo ajeno, sin hacer el propio, obligándonos a tres rápidas puntualizaciones.

Por una parte, expresamente reconocimos y valoramos la autoría del proyecto al suscribir el  oficio de remisión a la presidencia y a la secretaría legislativas, junto a la Exposición de Motivos y el Estudio Económico, llenando los extremos constitucionales y legales correspondientes.  Ha significado un nuevo llamado para emplear las  herramientas parlamentarias que espera una sociedad dispuesta al  distinto y eficaz relacionamiento con un órgano del Poder Público, más allá de las ocasionales atenciones que éste pueda graciosamente dispensarle.

Por otra, huérfanos de los planteamientos jurídicos mínimos y  concretos que, valga acotar, configuran una deuda de la corporación legislativa, pero también de las mismas universidades amenazadas,  hallando así otro grave síntoma del problema, apreciamos la contribución de la sociedad civil que legítimamente  demanda respuestas aún en medio de las peores e inéditas circunstancias adversas que atravesamos.  Y, si bien es cierto, hubo quienes saludaron la importante contribución, no menos lo es  que inmediatamente no fuese incorporada a la agenda asamblearia de trabajo, por lo que decidimos impulsarla para evitar que se diluyera, pues, aquejados todos por la consabida cuarentena, era injusto pedirle a Aula Abierta una muy  difícil  recolección de firmas para ejercer la llamada  iniciativa popular de las leyes.

Luego, precisamos,  la diligencia hecha no necesariamente equivalía a un acuerdo con todo el contenido de la propuesta, aspirando a su ingreso a la Cuenta y a su formal envío a la Comisión Permanente de Desarrollo Social para procesarla de conformidad con el Reglamento Interior y de Debates. Por lo demás, incurrimos en la inelegancia de recordar las numerosas denuncias,  iniciativas políticas, proyectos de acuerdos y de leyes que ha planteado la Fracción Parlamentaria 16 de Julio en las sesiones plenarias de la Asamblea Nacional, además de los medios de comunicación social: desde finales de 2018,   ocho son los debates celebrados sobre la educación a cámara plena y, en todos, hemos insistido en el diagnóstico, el pronóstico y la soluciones que amerita la crisis existencial de la universidad venezolana.

12/05/2020:
https://www.caraotadigital.net/opinion-1/relacion-social-parlamento

AULA PRINCIPAL Y ACCESORIA

Fracción 16 de Julio respalda Proyecto de Ley Orgánica de la Educación Universitaria
El diputado Barragán considera que la crisis que enfrenta la educación superior se agrava cada vez más por lo que se necesitará de leyes que faciliten elecciones realmente autonómicas e impostergables
Judith Alvarado H.
 
Caracas.- La fracción parlamentaria 16 de Julio respalda el Proyecto de Ley Orgánica de Derechos, Deberes y Garantías de la Educación Universitaria, originalmente planteado por la asociación civil Aula Abierta, que permitirá resolver la crisis que existe en la educación Superior, según informó el diputado Luis Barragán.

Sostiene que el referido instrumento de ley, al cumplir con todas las formalidades del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional (RIDAN), “la iniciativa reglamentaria reivindica el aporte realizado por la sociedad civil organizada que, en las actuales circunstancias, no puede recoger las firmas personales y necesarias para la llamada iniciativa popular, sino que le da entrada oficial a la propuesta de la entidad no gubernamental del estado Zulia, aspirando su integración al sistema automatizado e inmediata remisión a la comisión especializada del Parlamento para su consideración”.

Barragán destaca que la remisión oficial de los diputados de la citada fracción, está orientada al cumplimiento del principio de publicidad formal de un instrumento ya conocido en las redes sociales, pero que requería de una diligencia específica y concreta para “entrar al torrente sanguíneo de órgano legislativo y contribuir así a la primera discusión, cuando la plenaria lo estime conveniente.

“La labor parlamentaria –precisó– está encaminada no sólo a la atención de los problemas políticos más acuciantes e inmediatos, sino también de aquellos que no desaparecerán con la pandemia, debiendo tomar las previsiones necesarias, porque más temprano que tarde, habrá que responder al drama que enfrenta la universidad venezolana”, informó.

La crisis que enfrenta la educación superior, sostiene el parlamentario, se agrava cada vez más y, al breve plazo, necesitará de leyes que faciliten sus elecciones realmente autonómicas e impostergables y, al más largo plazo, leyes orgánicas que la contextualicen y explique bajo las libertades públicas no menos urgidas.

El parlamentario se refirió además al uso de la tecnología virtual para la labor parlamentaria y explicó que la Asamblea Nacional es, ante todo, una experiencia presencial y, por las difíciles condiciones actuales, ha apelado a los medios digitales para defender también la independencia de un órgano del Poder Público,

“Algunas autoridades universitarias se hicieron entusiastas promotoras del medio virtual para congraciarse con la usurpación pero ahora están absolutamente mudas cuando el régimen no sólo les niega un salario real y humano para mitigar las necesidades del docente, sino también
por inmensa brecha digital y la absoluta precariedad de las telecomunicaciones”, enfatizó.

Barragán confía en que, en un futuro ojalá cercano, la autonomía universitaria se materialice, siendo capaz cada casa de estudios de financiar y obtener un cupo satelital para no depender ni dejarse condicionar por el Estado, en esa relación virtuosa del aula presencial como un elemento principal y del aula digital como un elemento accesorio”.

09/05/2020:

domingo, 26 de abril de 2020

ALGUNAS CONSIDERACIONES

De las leyes organizadoras
Luis Barragán

Incontables las materias pendientes para una transición convincente, la sola propuesta de sendas  leyes orgánicas debe apuntar a la real transformación histórica de un país que, apenas, es el inquilino precario de un siglo que se dijo promisorio. Sugiere iniciar y alcanzar la profundidad de un debate que habrá de materializarse definitivamente  al mediano plazo, ya que la inmediatez de los consabidos problemas que literalmente nos asedian,  tiende a aconsejar fórmulas realistas para una coyuntura tan específica, como – ciertamente – inevitable.

Versamos, sobre el planteamiento de los instrumentos más adecuados para el ámbito militar y el de la educación, por ejemplo. De conformidad con el artículo 203 de la Constitución, intentando una respuesta de fondo, son necesarias las leyes organizadoras de los poderes públicos, capaces de desarrollar los derechos constitucionales hoy desconocidos y de enmarcar las otras iniciativas legales que sean afines. Sin embargo, tenemos reparos para la tan deseable perspectiva de trabajo.

Por un parte, hemos propuesto ante la Comisión  Permanente de Defensa de la Asamblea Nacional, la reconsideración, estudio y aprobación de la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional (LOFAN) sancionada íntegramente  por el parlamento en 2005,  con presencia de  la oposición; valga la doble acotación, hubo una modificación parlamentaria en 2015, como tuvo la amabilidad  de  corregirnos el diputado Eliézer Sirit, presidente de la citada Comisión, aunque la entendemos como una reforma muy puntual, circunscrita o localizada; por lo demás, la propuesta misma no significa desconocer el trabajo realizado por los comisionados, en los últimos años.  Convengamos, el solo planteamiento de una ley de carácter orgánico significa romper con las prácticas acuñadas por el régimen que, al contrariar  la más elemental noción, naturaleza y distinción orgánica de las normas, interesadamente replicó o reeditó la normativa constitucional, sin el deseable desarrollo, como ocurrió con la Ley Orgánica Sobre Estados de Excepción y la Ley Orgánica de Seguridad de la Nación.

Obra la circunstancia de una  transición democrática que todavía espera de fundamentales definiciones que implicarán  la actualización y constitucionalización de la Fuerza Armada Nacional, difícil y hasta imposible de lograr al corto plazo. Por ello, la pertinencia de un instrumento legitimado por el parlamento, independientemente de la correlación de fuerzas que privó al momento de sancionarlo, en reemplazo de la última ley habilitada en 2014, cuya reforma muy parcial, un año después, no alteró su avieso espíritu, propósito y razón.

Por otra parte, celebramos la iniciativa de la sociedad civil organizada, a través de Aula Abierta, al orbitar digitalmente un Proyecto de Ley Orgánica de Universidades que obliga al  redimensionamiento del sector de un extraordinario aliento,  aunque consabidas las limitaciones de tiempo para acometer una empresa tan ambiciosa de cara a las tensiones y perturbaciones disparadas por el régimen que esperan de una muy pronta, concreta y decidida respuesta. No hay dudas, el planteamiento tiene el mérito de zanjar o de intentar zanjar la deliberada confusión generada por la dictadura que, mediante  la tristemente célebre sentencia 0324,  la cual mantiene en pie, tardará en solventar la cuestión de fondo que suscitó el  recurso interpuesto más de una década atrás ante el espurio TSJ.

Por todos los medios disponibles, auspiciamos la discusión de la legítima aspiración de la entidad no gubernamental, aunque el coronavirus no eliminará el drama que atraviesan nuestras casas de estudios, violentado el artículo 109 constitucional. Luego, hemos  insistido hasta la saciedad al respecto, la urgencia es la de una legislación ordinaria que facilite la defensa real de la autonomía universitaria, bien al simplificar los procesos para unos comicios masivos, simultáneos y aleccionadores de las principales universidades, bien para establecer las responsabilidades civiles, administrativas y penales por la flagrante violación de las normas, por cuya reivindicación debemos velar.

Ambos casos, el militar y el educativo, nos permite manifestar una inquietud adicional sobre la presunta ventaja de heredar las actuales y arbitrarias normas para garantizar la transición.    Al inicio luce o lucirá comprensible frente a la rápida resistencia y arremetida de las fuerzas desalojadas del poder, pero – luego – la tentación será la de preservarlas so pretexto de cualesquiera situaciones, prolongándose,  y, acá, quizá sea pertinente citar el Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional (RIDAN) que, esencialmente, es el mismo de 2010:  por  lo menos, al año de inaugurado el actual mandato parlamentario,  debió constitucionalizarse y lo acaecido después, con una división artificial y artificiosa de la Asamblea Nacional, abona  sólo a una garrafal error político.

Fuere para una ley orgánica y, con mayor razón para una ordinaria, a pesar de las adversidades, la corporación legislativa puede admitir cualesquiera propuestas y, en la medida de sus posibilidades, asumirlas, evacuarlas y sancionarlas.  Existe la mayoría calificada para ello,  sorteado, incluso, en el caso de la orgánica, el “desliz idiomático del constituyente”, según el juicio de José Peña Solís, al tratarse de una admisión que convierte la consulta con el TSJ en un rito   (“El procedimiento legislativo en Venezuela”, UCV, Caracas, 2009: 113 ss.),

En definitiva, el esfuerzo fundamental es el de “recobrar las reglas del  Estado de Derecho en Venezuela, el sistema democrático y la garantía de los derechos ciudadanos”, de acuerdo a la definitiva conclusión a la que arriba un importante y pormenorizado estudio, cuyo título es demasiado elocuente: “El TSJ al servicio de la revolución”, Galipán, Caracas, 2014: 425). Varios son los autores que apuntan  a una herencia muy bien sedimentada de dos décadas y tanto, necesaria de superar con la habilidad política y la destreza jurídica que amerita tamaña tarea.

Fotografía: Vista del Palacio Federal Legislativo, desde la esquina de Pajaritos (Caracas, 2015).
27/04/2020:
http://www.ventevenezuela.org/2020/04/27/de-las-leyes-organizadoras-por-luis-barragan/
http://www.opinionynoticias.com/opinionpolitica/36791-leyes

viernes, 17 de abril de 2020

CUADERNO DE BITÁCORA

Particularmente, en Vente Venezuela hemos intensificado los encuentros virtuales para las más variadas materias. Por ejemplo, en lo personal, el miércoles 15 de los corrientes tuvimos uno que entusiasma todavía, mientras que el otro fue frustrado por lo problemas que impone  la tecnología: la cita con los jóvenes de Portuguesa no pudo materializarse, gracias a la dislocación del software telefónico y la intermitencia enfermiza de la señal a las cuatro de la tarde que ya ha comprometido severamente nuestra cuenta instragramiana.

De las conexiones virtuales, hay tela que cortar. E, incluso, recientemente le declaramos a Enrique Meléndez sobre la materia. La cuarentena puede extenderse y el asunto replanteará las cosas que hemos obviado en el campo de las telecomunicaciones. 

Subsanamos un poco la situación con el encuentro para las siete de la noche, aunque las dos horas fueron de sufrimiento porque el móvil celular tendía a colgarse y lo hizo por cortos períodos, dificultando un poco más nuestra exposición. Más de ochenta personas se dieron cita en la aplicación que comenzó con nuestra exposición de alrededor de dieciocho minutos y dos ciclos de preguntas. Nos comentó Thomas Kelsen (como jocosamente llamamos al novel abogado), que quedaron numerosas preguntas fuera del circuito, pendientes. En conclusión, fue una exitosa experiencia y logramos responder a casi todas las preguntas, desde los distintos ángulos sugeridos por el tema, demostrativas de la sensibilidad y el interés que ella suscita.

Hicimos un video para los portugueseños, disculpándonos. Queda pendiente la cita.

(LB)