El General Gabaldón: un mito
Ox Armand
Hace 40 años falleció el general José Rafael Gabaldón (04/11/1882-17/02/1975), a quien muy pocos recordarán por estos tiempos. Célebre por alzarse contra la dictadura de Juan Vicente Gómez, representó una de las variedades del caudillismo que, por cierto, es un fenómeno esencialmente rural y militar, pues, no lo hay cuando se trata de un país urbano y civil (para eso hay el liderazgo político, con todo lo que implica). Aún cuando fue hijo de otro general con estirpe de caudillo, surgió su figura con los hechos de 1928 y la saga se hizo notable por sus hijos, incluso, uno de ellos muerto al iniciarse las guerrillas en la década de los sesenta del siglo XX.
Temprano, JRG abandonó sus estudios en el Colegio Federal de su natal Trujillo para meterse de lleno en la vida militar, siendo tan levantisca la región andina. Combate a Cipriano Castro y, después, a la Libertadora de Matos, alcanzará luego el generalato y responsabilidad políticas de importancia que lo llevan hasta la jefatura civil de Puerto Cabello. Volviendo a la vida civil, tiene éxito en el mundo comercial, concretamente con el ganado en los llanos, afianzando la relación su protector, Leopoldo Baptista, y entablando amistad con Gómez. Pasa por la gobernación provisional de Portuguesa y, caído Baptista, se encuentra en serios apuros. Un pariente cercano, Victorino Márquez Bustillos, alterno en la presidencia de la República (una titularidad conveiente para Gómez, el amo del poder), logra la amnistía y, tras una que otra diligencia política, se retira a su hacienda de Santo Cristo en tierras portugueseñas, adquirida en 1912. Digamos, un hacendado más entre los generales de prestigio, pero al despuntar 1928, prisioneros centenares de estudiantes a los que el régimen lleva a trabajar en las carreteras, sobrevienen los sucesos que le darán nombradía en la historia contemporánea.
JRG se va a Maracay para conversar con su amigo Gómez, tratando de convencerlo para que libere los estudiantes. Óscar Yánes, fruto de una entrevista que le hiciera en 1955, reseña esa conversación: “Observo, General, que a la lista nuestra colocó usted crucecitas y como la cruz es el símbolo de la redención, usted va a libertad a esos, pero ¡póngale la cruz a todos! – Gómez, saltó de su asiento. Dijo, con voz gruesa: ¡No, General, a los que tienen la cruz es a los que no vamos a soltar! – Y allí empezó la pelea. Comenzaron a discutir nombre por nombre. Por fin el número de los libertados llegó a 400”. Finiquitado el arreglo, JRG volvió a Santo Cristo, tres mil hectáreas ubicadas en Biscucuy para la siembra de café y el ganado. Ocurre que algo más,pues, se entera que hay planes para un golpe de Estado en Caracas, divididas las armas del régimen entre el sector que representan José María García Velasco y Eustoquio Gómez, y otro, girando alrededor de Eleazar López Contreras, representado por Emilio Fernández y Hernán Febres Cordero. JRG manda su hijo a Caracas, a objeto de conversar con Juan José Palacios para incorporarse con 50 oficiales, por lo que pedía diferir por 40 días las acciones, pero – yendo por Las Trincheras – Joaquín, el vástago, se enteró que el movimiento se había dado y resultó derrotado. Se alza desde Santo Cristo y, con los 50 oficiales, emprende camino a Caracas y, ya con el control de tres ciudades y más de 20 pueblos, en Guanare es derrotado y, huidos los pretendidos invasores, tomando el monte, quedó sofocada la intentona. En junio de 1929, JRG tuvo el inmenso coraje de entregarse, luego de involucrarse en otro alzamiento, el de Román Delgado Chalbaud, tras el incendio de caseríos y pueblos en Portuguesa: resultó falso el compromiso de alzarse la guarnición de Caracas, con López Contreras a la cabeza (por cierto, a quien debemos hurgar históricamente, pues flirteaba o realmente conspiraba, esperando el agotamiento y deceso de Gómez). JRG sufrirá el Castillo de Puerto Cabello hasta 1935, convertido después en presidente del estado Lara con López Contreras !!! Al año siguiente, propone el Partido Demócrata Venezolano (PDV), renunciando a la presidencia cuando es negada su legalización. Más tarde es embajador en Argentina, Cuba y Brasil, gobernador del estado Lara, y hasta administrador de la Aduana durante el gobierno de Isaías Medina Angarita. Se retira de la política activa por 1948, aunque protestó a Pérez Jiménez con motivo de la X Conferencia Interamericana de 1953.
Nos parece, a la postre JRG fue uno entre la variedad de caudillos que tuvimos, quienes fueron derrotados militarmente por Gómez en Ciudad Bolívar hacia 1903, aliados o combatidos después gracias a un régimen que consolidó el Estado Nacional como nunca lo imaginaron, y derrotados finalmente por el progreso urbanizador del país. Entonces, ¿por qué la resonancia de JRG? Creemos que el mito se debió al gesto de 1928, insuflado por el poderoso y consabido movimiento generacional que lo propagandizó, muy luego reforzado por la insurrección marxista de los años sesenta. Manuel Caballero observa que él no tuvo la influencia política, la estatura nacional ni los dineros de Delgado Chalbaud y, siendo, “en cierta forma un caudillo regional”, sin haber “lavado su gomecismo de los primeros tiempos con una cárcel tan terrible como la de Delgado”, contó con otro detalle: la fama de una hacienda inexpugnable. Además, a pesar de lo sucedido, hubo una relación epistolar con Gómez que apuntaba a una amistad básica. Podemos añadir que se hizo un funcionario diplomático convencional que llegó a ocupar una competida responsabilidad aduanera y que, favorecido por la prensa que tuvo mayor interés en la divulgación histórica, lucía importante el testimonio de un sobreviviente de las épocas más oscuras del siglo pasado.
La aludida entrevista de Yánes comienza con una estupenda intuición de valor politológico: “En Venezuela se podía hacer política por dos cosas: por suerte o por herencia. Y en la conspiración, por la amistad o la ambición”. Y JFG – prosigue el periodista – hay suerte, herencia, amistad y ambición.
Fallece el general del Santo Cristo en 1975, luego de una intervención quirúrgica que, según Vicente Sucre Vegas, su médico, le levantó el ánimo y el optimismo. Un sepelio muy concurrido, mientras el presidente Pérez regresaba de una triunfal gira por México camin a la nacioalización petrolera venezolana.
Referencias:
Manuel Caballero (2010) “Historia de los venezolanos en el siglo XX”. Editorial Alfa, Caracas.
Fundación Polar (s/f) “Diccionario Interactivo de Historia de Venezuela” (Caracas, CD).
Óscar Yánes. “El General Gabaldón … Un caudillo que se ha quedado solo”. Élite, Caracas, nr. 1537 del 19/02/1955.
S/a (1975) “Ayer murió de un paro cardiaco el General José Rafael Gabaldón”. El Nacional, Caracas, 18 de marzo.
Fuente:
http://www.opinionynoticias.com/opinionnacional/22009-el-general-gabaldon-un-mito
No hay comentarios:
Publicar un comentario