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domingo, 26 de julio de 2020

SÓLO EL REINO

Evangelio Dominical: Perla fina
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado al Evangelio que se proclama el 17° Domingo del Tiempo Ordinario A, correspondiente al domingo 26 julio de 2020.  El texto es tomado del Evangelio según San Mateo 13, 44-52

"El reino de los cielos es como un tesoro escondido y una perla fina"

¿Cómo elegir siempre lo mejor?

Cuando se serenó el ambiente, la mamá del niño intervino. Logró meter en primer lugar a la gallina en una canasta, y la cubrió con una cobija. Entonces la gallina comenzó a llamar a sus pollitos, que se reunieron alrededor de la cesta. Cuando se abría un pequeño agujero, todos fueron entrando precipitadamente en la canasta. Se había cumplido el operativo en un par de minutos.>

Lo importante es atrapar al bien supremo, que trae consigo todos los demás bienes.

En este ejemplo, la gallina es el bien supremo, que atrae a los pollitos, que son las muchas cosas de la vida.

¿Cuál es ese bien supremo, que encontrado, atraerá todo lo demás?

El evangelio llama "Reino de los cielos" a este bien supremo, y de él dice Jesús: "Busquen primero el reino de Dios y su justicia, y lo demás lo recibirán por añadidura" (Mateo 6:33).

"Reino de los cielos" es sinónimo de "reino de Dios." Los judíos tenían miedo de usar mal la palabra 'Dios'. Por eso Mateo usa la palabra 'cielos', para no tocar la palabra 'Dios' por respeto a la santidad del nombre de Dios.

El reino de Dios es el reino donde hay paz, amor, justicia, respeto... Todo eso reina en nuestros corazones, en nuestras vidas, en nuestras casas, en nuestra sociedad, en nuestro mundo... El que encuentra el reino de Dios encuentra todo lo deseable.

Jesús lo compara a un tesoro escondido y a una perla fina de gran valor.

¿Qué hacían los antiguos con un tesoro escondido?

En tiempos antiguos era difícil guardar en lugar seguro las cosas de valor. No existían bancos seguros para cuidarlos. Tampoco los podían guardar en sus casas, pues los bandoleros podían entrar en las pequeñas aldeas y saquearlas. Asimismo los soldados tenían libertad para tomar lo que necesitaran.

Por eso muchos escondían su dinero y valores bajo tierra.

Pero ese sistema de enterrarlos tampoco ofrecía garantías.

Una persona podía morir de repente, llevándose a su tumba el secreto del lugar de su tesoro. Podía también ir de viaje pensando en volver, pero de hecho nunca volvía.

Por eso, la ley rabínica judía proveía que estos tesoros escondidos pertenecían al que los encontrara.

Asimismo en el mundo antiguo las perlas ocupaban un lugar muy especial en el corazón de los hombres. La gente deseaba poseer una bella perla, no sólo por su valor monetario, sino por su belleza también.

Por eso, en las dos parábolas los actores venden todo lo que tienen para poder comprar aquel campo, donde hay un tesoro, o aquella perla especialmente fina.

¿Hay algún ejemplo en la Biblia de quien dejó de lado riquezas y poder por asegurar algo más importante?

Sí, Salomón, como nos cuenta hoy la Primera de las Lecturas (1 Reyes 3:11-13).

Dios se le apareció en sueños y le dijo: -Pídeme lo que quieras.

¿Y qué le pidió a Dios?

El joven rey Salomón necesitaba en sus comienzas muchas cosas: riqueza, fuerza militar, fama, seguridad... y, por supuesto, prosperidad, felicidad, vida larga...

Pero Salomón respondió:

-"Te pido me concedas sabiduría de corazón para gobernar a tu pueblo y distinguir el bien y el mal, pues sin ella ¿quién sería capaz de gobernar a este pueblo tan numeroso?"

Salomón no cayó en la trampa de peticiones egoístas: salud, dinero, amor...

Pidió un corazón que supiera escuchar, una mente atenta a la mente de Dios, saber tomar decisiones que agraden a Dios, sabiduría para distinguir lo bueno de lo malo. Eligió vivir en armonía con la voluntad de Dios.

¿Y cómo reaccionó Dios?

Al Señor le agradó que Salomón hubiera pedido aquello, porque pidió precisamente lo que Dios quiere dar a sus hijos. Y Dios le concedió sabiduría y un corazón atento, y además le concedió lo que no había pedido: "riquezas y fama mayores que las de rey alguno".

¿Qué hubieras pedido tú?

Muchos responderán: "La Lotería, la tarjeta Visa Oro, una casita junto al mar, un gran amor, no tener que usar ninguna pastilla ni azul ni rosa..."

Para pedir bien necesitamos un sistema de valores sano y cristiano, y tener claras nuestras prioridades. Sólo desde la sabiduría de Dios nuestras prioridades serán justas.

¿Hay otros ejemplos de quienes hicieron algo parecido a lo que hizo este mercador y el otro hombre?

Así es. Los discípulos, que dejaron todo para seguir a Jesús (4:18-22; 19:27-30);

También Pablo, que pensaba que todo lo demás era pura pérdida "comparado con conocer a Cristo Jesús" (Phil. 3:8).

¿Qué podemos aprender de estas dos historias?

Hay dos lecciones:

La primera: que el Evangelio es exigente. Estas parábolas nos invitan no sólo a buscar primero el reino de Dios, sino a buscar sólo este reino.

- La segunda es la alegría y prontitud con que los personajes se desprenden de todo por comprar el campo del tesoro y la perla fina.

26/07/2020:
Cfr.
Ilustraión: Carl Heinrich Bloch.

domingo, 13 de mayo de 2018

SINCERIDAD

NOTITARDE, Valencia, 12 de mayo de 2018
Caminando con Cristo
Las ascensión del Señor (Mt. 28, 16-28)
Joel Núñez Flautes

La Iglesia celebra hoy la solemnidad de la Ascensión del Señor a los cielos. Evento real, que expresa un dato de fe y significa el paso glorioso de Cristo resucitado al Padre. Es decir, el retorno a la gloria del Padre de donde descendió y que viene a coronar todo el ciclo de su vida terrena: Encarnación (por obra del Espíritu Santo y aceptación de María), vida pública y desarrollo de la misión que Dios Padre le encomendó, muerte y resurrección.

Cristo es exaltado a la derecha de Dios Padre y junto al Padre y al Espíritu Santo es constituido Señor y Rey del universo. Hay dos cosas, que aparte del acontecimiento mismo de la Ascensión de Cristo resalta en el evangelio de hoy: Primero, la confianza que Jesús tiene en sus apóstoles, ya que antes de regresar al cielo, les delega aquello que Él mismo recibió del Padre: anunciar la llegada del Reino de Dios. Los envía, por tanto, a evangelizar, a proclamar la Buena Nueva de la Salvación. Jesús les envía a predicar el evangelio al mundo entero y a hacer que los hombres se bauticen para lograr así convertirse en discípulos de Cristo y pertenecer a la comunidad de los creyentes que es la Iglesia, querida y fundada por Él.

Le toca ahora a la Iglesia hacer que los hombres acepten el mensaje del evangelio y por la fe alcancen la salvación, traducida en vida eterna. Segundo, la obediencia de los once que se convierten en testigos de la Resurrección y Exaltación de Jesús a los cielos. Ellos se convencieron de que Cristo había resucitado y se alegraron por su promesa que siempre estaría con ellos hasta el fin del mundo, como realmente lo está presente en la Eucaristía, en la fracción del pan.

IDA Y RETORNO: Venezuela necesita de nuestra oración y acción, busquemos lo mejor para el país y no contribuyamos con el mal. Acerquémonos a Dios y busquemos con sinceridad su rostro. No nos dejemos engañar ni manipular por los que hacen el mal.

Ilustración: Carl Heinrich Bloch.
Fuente:
http://www.notitarde.com/caminando-con-cristo-6/
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/984-no-es-posible-expresar-lo-trascendente.html

sábado, 11 de marzo de 2017

NADA A CAMBIO

Escucharle es atender un grito del prójimo
Marcos Rodríguez

No conocemos cómo se fraguó este relato en la primera comunidad cristiana. Sabemos que es muy antiguo porque Marcos, el primer evangelista que escribió, ya lo narra completamente elaborado.
Es lógico suponer que, una vez que, en la experiencia Pascual, experimentaron lo que Jesús era, trataran de comunicar a los demás esa vivencia que les había dado Vida. Para hacerlo más creíble, lo colocaron en la vida terrena de Jesús justo antes del anuncio de la pasión. De esta manera disimulaban la total ceguera de los seguidores, que no fueron capaces de descubrir quién era hasta después de su muerte.
No podemos pensar en una puesta en escena por parte de Jesús; no es su estilo ni encaja con la manera de presentarse ante sus discípulos. Por lo tanto, debemos entender que no es la crónica de un suceso.
Se trata de una teofanía, construida con los elementos y la estructura de las muchas relatadas en el AT. Probablemente es un relato pascual, retrotraído a la época de su vida pública tiempo después de haberse elaborado.
Veamos algunas razones por las que no podemos entender literalmente el pasaje:
1 - El relato está tejido con los elementos simbólicos, aportados por las numerosas teofanías que se narran en el AT. Nada en él es original; ni siquiera la voz de Dios es capaz de aportar algo nuevo, pues repite exactamente lo que dijo en el bautismo. Se trata de expresar la presencia divina en Jesús, con un lenguaje que todos podían reconocer. Lo importante es lo que quiere comunicar, no los elementos que utiliza para la comunicación.
2 - Si los apóstoles hubieran tenido antes de la pasión y muerte, esta experiencia de lo que era Jesús, no le hubieran abandonado ni negado poco después. No podemos proponerlo como un intento de preparar a los apóstoles para soportar el escándalo de la cruz. Si fue ese el objetivo, el fracaso fue absoluto: “todos le abandonaron y huyeron”.
3 - En los cuatro evangelios está muy claro que los discípulos no entendieron nada de lo que era Jesús hasta después de su muerte. Es en la experiencia pascual donde descubrieron lo que realmente era Jesús. Entonces se dieron cuenta de que todo lo que descubrieron después de su muerte, estaba ya presente en él cuando andaban por los caminos de Palestina. Los exegetas apuntan a que estamos ante un relato pascual. Si se retrotrae a la vida terrena es con el fin de hacer ver que Jesús fue siempre un ser divino.
4 - La gloria y el poder aparecían el domingo pasado como tentaciones para Jesús. Él nunca actuó desde esa perspectiva ni metió a Dios en ella. Mucho menos quiso engatusar a sus seguidores con promesas deslumbrantes. La tentación consiste en buscar la gloria externa y aparatosa que nos coloque por encima de los demás; o por lo menos, que nos acerque a un Dios que nos hemos imaginado todopoderoso, para poder compartir ese poder.
5 - No podemos seguir pensando en un Jesús que lleva escondido en la chistera el comodín de la divinidad, para sacarlo en los momentos de dificultad. Lo que hay de Dios en él, está en su humanidad. Lo divino nunca podrá ser percibido por los sentidos. Es hora de que tomemos en serio la encarnación y dejemos de ridiculizar a Dios.
6 - La única gloria de Dios es su amor. Nada que venga del exterior puede afectarle ni para bien ni para mal. El aplicar a Dios nuestras apetencias de grandeza, es sencillamente ridiculizarle. La única gloria del hombre es manifestar que en él está ya ese mismo amor. El don total de sí, la muerte por amor, es la mayor gloria de Jesús y la de todo ser humano.
7 - Jesús vivió constantemente trasfigurado, pero es ridículo pensar que esa plenitud de ser tenía que manifestarse externamente (hasta en los vestidos) con síntomas espectaculares. Su humanidad y su divinidad se expresaba cada vez que se acercaba a un hombre para ayudarle a ser él. La única luz que transforma a Jesús es la del amor, y sólo cuando manifiesta ese amor ilumina. Sólo en lo humano se trasparenta Dios.
8 - Los relatos de teofanía que encontramos en el AT, son intentos de trasmitir experiencias de seres humanos concretos. Esa vivencia es siempre interior e indecible. No quiere decir que Dios anda haciendo espectáculos de luz y sonido por los montes. Mucho menos que tenga que manifestar su cercanía de manera sensible y espectacular.
Una vez hechas estas aclaraciones, no nos alejamos del evangelio, al contrario, es ahora cuando estamos en condiciones de descubrir el verdadero mensaje del relato. Tratemos de comprender lo que significan cada uno de los símbolos que en él aparecen:
Tomó consigo a tres: La experiencia interior es siempre personal no colectiva, por eso los presenta con sus nombres propios. Recordemos que también Moisés subió a la montaña acompañado por tres personas concretas.
El monte: Es el ámbito de lo divino en todas las tradiciones religiosas. Suponiendo que Dios está en el cielo, lo más cercano al cielo será lo mejor acondicionado para que se manifieste. Los montes más altos son el lugar donde siempre está Dios (Sinaí)
Rostro resplandeciente: la gloria de Dios se comunica a aquellos que están cerca de Él. Moisés al bajar del monte, después de haber hablado con Dios, tuvieron que taparle el rostro porque su luminosidad hería los ojos.
La luz: ha sido siempre símbolo de la presencia de la Gloria de Dios.
La nube: Símbolo de la presencia protectora de Dios. A los israelitas les acompañaba por el desierto una nube que les protegía del calor del sol.
Moisés y Elías: Jesús conectado con todo el AT. La Ley y los Profetas en dialogo con Jesús. El evangelio es continuación del AT pero superándolo.
La voz: la palabra ha sido siempre el instrumento de la acción de Dios, el vehiculo por el que su voluntad se realizaba. Es pues la expresión de la voluntad de Dios.
¡Escuchadlo! Es la clave de todo el relato. Sólo a él, ni siquiera a Moisés y a Elías.
El miedo, aparece también en todas las teofanías. La presencia de lo divino asusta al hombre que se siente empequeñecido. En el AT, miedo incluso de morir por ver a Dios.
La raíz del mensaje del evangelio de hoy, está en proponer a Jesús como la presencia de Dios entre los hombres, pero de manera muy distinta a como se había hecho presente en el AT. Por eso hay que escucharlo. Su humanidad llevada a plenitud es Palabra definitiva.
Escuchar al Hijo es transformarse en él y llevar una vida como la suya, es decir, ser capaces de manifestar el amor a través del don total de sí. No se trata de tener la antena dirigida al cielo para esperar de allí unas palabras. Se trata de descubrir la voz de Dios en el grito desesperado de cada uno de los seres humanos que encontramos en nuestro caminar.
Ni la plenitud de Jesús ni la de ningún hombre está en un futuro propiciado por la acción externa de Dios. La plenitud del hombre está en la entrega total, en cualquier circunstancia, en la dicha y en el sufrimiento.
No está la resurrección después de la muerte ni la dicha después del sufrimiento. La Vida y la gloria están allí donde hay amor como el que Dios nos tiene.
Ni Jesús aguantó el sufrimiento porque esperaba en la resurrección ni a nosotros se nos pide que aguantemos porque después se nos recompensará con creces. No se trata de aspirar a una meta lejana, sino de descubrir una realidad presente.

También la vida de Jesús se presenta como un éxodo, pero el punto de llegada será el Padre que ya estaba en unidad indisoluble con él en el momento de empezar el camino.
¡Qué fácil es caer en la tentación de Pedro! Construir chozas en un mundo soñado, fuera de la realidad, para disfrutar de privilegios egoístas. Se está bien con el Jesús glorioso, pero no queremos saber nada de la cruz. “No puedo cantar ni quiero, a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar”. Nuestra concepción religiosa y nuestros prejuicios sobre un Dios de poder, son el mayor obstáculo para escuchar a Jesús.
El relato está manifestando que a los cristianos les queda aún un paso por dar. No se trata de aceptar el sufrimiento y la prueba como un medio para llegar a “la gloria”. Se trata de ver en la entrega, aunque sea con sufrimiento, la meta de todo ser humano.
El amor es lo único que nos hace hijos de Dios, que es don total y nunca busca nada de nosotros, sino que se da gratuitamente. Darse a los demás porque esperas una recompensa, no tiene nada de cristiano. La meta no está en la “gloria”. La gloria está en el deshacerse por los demás.
Jesús nos descubre otra idea de Dios. Un Dios que se da totalmente sin pedirnos nada a cambio. La idea que nosotros tenemos de recompensa no es más que una ficción. Dios no puede darme más de lo que ya me está dado. No es la esperanza en un premio, sino la confianza de una presencia enriquecedora lo que me debe animar.
La transfiguración nos está diciendo lo que era realmente Jesús y lo que somos realmente cada uno de nosotros. ¡Sal de tu tierra! Abandona tu materialidad y adéntrate por los caminos del Espíritu. Vives exiliado en una tierra extraña, que no es el lugar propio que te pertenece.

Meditación-contemplación
¡Escuchadle a él!
El objetivo no es oír y aprender lo que ha dicho,
sino empaparse de lo que ha vivido para vivirlo nosotros.
Lo importante no es lo que nos ha dicho con palabras,
sino lo que ha manifestado en su propia vida.
.................
No se trata de esperar que se produzca en nosotros una transfiguración,
sino de descubrir nuestro ser no desfigurado.
No tengo que caminar hacia una meta fantástica que me prometen,
sino descubrir ya en mí el más sublime don, Dios mismo.
......................
No se trata de esperar que me añadan abalorios y capisayos externos,
sino de vivir mi realidad esencial que ya está en mí.
Durante mucho tiempo hemos imaginado a Dios en las alturas,
pero está en la profundidad de mi propio ser.

Fuente:
http://www.feadulta.com/anterior/Ev-MR_A_11-2c_.htm
Ilustraciones: Carl Heinrich Bloch y Giovanni Bellini.
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/anterior/Ev-mt-17-01-09.htm
José Martínez de Toda: http://homiletica.org/JosemartinezdetodaCICLOAPP.htm
Píldoras de la Fe: https://www.pildorasdefe.net
José Enrique Galarreta: http://www.feadulta.com/anterior/Ev-JE_90-A_11-2c.htm

sábado, 23 de abril de 2016

TESTADOR



NOTITARDE, Valencia, 24 de abril de 2016
“Caminando con Cristo”
El mandamiento nuevo del amor (Jn.13, 31-35)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

El texto del evangelio de este domingo nos presenta a Jesús en el contexto de la Última Cena con sus apóstoles y dónde les da un mandamiento nuevo: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado… así todo el mundo conocerá que son discípulos míos”. Estas palabras, aparte de ser pronunciadas antes de su pasión y sacrificio en la cruz, forman parte de un discurso de despedida. Jesús deja a sus discípulos un testamento espiritual, un mandamiento “nuevo”, que aunque ya el precepto del amor estaba presente en la ley mosaica, en el Antiguo Testamento; Jesús lo coloca como el mandamiento fundamental, central, sintético de la vida cristiana y sobre todo es nuevo, porque lo que hará Jesús en la cruz será un sacrificio de amor y por amor a la humanidad; alcanza a todos los hombres, de todos los tiempos. Además, en su vida pública Jesús dejó de manifiesto que su amor alcanza a los pobres, los pecadores, los marginados, los que según la sociedad no cuentan. Su amor es universal, no tiene límites, por esto y por su glorificación en la cruz es nuevo. La cruz se convertirá para los apóstoles y discípulos en testigo, expresión y señal del inmenso amor de Dios por la humanidad. El amor es el nuevo mandamiento dentro de la nueva y eterna alianza de Dios con los hombres. El amor viene de Dios y siempre hace nueva todas las cosas y hace nuevo al ser humano que vive en el amor. El amor transforma, da aliento, hace respirar, da vitalidad, impulsa, da fuerza, inyecta energía, coraje, ánimo y deseos de seguir siempre adelante. El amor es y debe ser el motor de la vida de cada persona y es esto lo que Jesús está pidiendo a sus apóstoles, que vayan a lo esencial de la vida, que vivan amando, sabiendo que Dios es amor y el que ama ha nacido de Dios y se convierte en testigo de Dios en el mundo. (1Jn. 4,7-21).
IDA Y RETORNO: Venezuela necesita de la oración de los cristianos católicos y de acciones concretas para salir de la crisis.

Cfr.
Ilustración: Carl Heinrich Bloch.

domingo, 29 de marzo de 2015

¿DE QUÉ LADO ESTAMOS?

NOTITARDE, Valencia, 29 de marzo de 2015
Del Domingo de Ramos a la Pascua (Mc. 14, 1-39)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes

A partir de hoy, Domingo de Ramos, los cristianos católicos comenzamos a celebrar y a vivir la Semana Santa, en la que recordamos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor, Jesucristo, que resucitó el domingo, el primer día de la semana, como lo dice el libro de los Hechos de los Apóstoles y los evangelios.
Estos días meditaremos sobre la Pasión de Cristo; es decir, su miedo, dolor, soledad y tristeza; recordaremos y escucharemos sobre la forma de su muerte; es decir, como fue crucificado, como se dejó matar para liberarnos de la muerte eterna y el pecado. Sobre todo, meditaremos y celebraremos su Resurrección, atestiguada hoy en su Iglesia, en la multitud de los cristianos esparcidos por el mundo entero que profesan y muestran la realidad de un Cristo que vive, que ha resucitado; porque los cristianos católicos seguimos al Dios de la Vida, no un dios de muertos.
Hoy Domingo de Ramos recordamos la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. El pueblo que agita las palmas y los ramos de olivos y al paso del Señor que va montado en un burro grita: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. “Hosanna al Hijo de David”. Así comienza la semana de la Pasión de Nuestro Salvador, con un pueblo que lo alaba, pero será el mismo pueblo del Viernes Santo, que manipulado por las autoridades judías, gritará que lo crucifiquen. Que en este día salga de tu corazón un grito de fe que te haga tomar conciencia de lo que Dios ha hecho por ti y por toda la humanidad.
El Jueves Santo se recuerda aquel Jueves de la Última Cena en que Jesús instituyó la Eucaristía, sacramento que alimenta el alma y da vida, signo real de su presencia en medio del mundo. Su Cuerpo y Sangre que se convierte en fuerza para alcanzar la vida eterna. También aquel Jueves Santo, Jesús instituyó el Sacerdocio, delegando en sus apóstoles y a través de ellos a sus sucesores la misión de llevar la Buena Noticia de la salvación al mundo entero; de hacer cercana, real, la gracia de Dios a cada hombre por medio de los sacramentos.
Por tanto, desde aquel día el sacerdote representa a Cristo. Un Jueves Santo, Cristo nos dejó el mandamiento del amor, que horas después certificará y ejemplificará con su entrega total; por tanto, el amor pasa por el servicio y la entrega a los demás; así como Él lo expresó en el lavatorio de los pies, como muestra de servicio, de humildad y amor. Que en este día entiendas que el cristiano es grande cuando ama y sirve a sus hermanos; no cuando los tiraniza, humilla o desprecia. Cuando se ama a Dios sobre todas las cosas y cuando se ama a si mismo también es grande el cristiano.
El Viernes Santo es el día que se recuerda el “via crucis” (vía de la cruz) del Señor; día en que recibe en su espalda el odio de una humanidad pecadora, que es indiferente a Dios; día en que es coronado de espinas, recibe insultos, salivazos, es desnudado y crucificado como un criminal, rodeado por delincuentes. Día para meditar en cuanto nos ama Dios que ha sido capaz de entregar a su Hijo para que muriera en la cruz y así vencer a la muerte y el pecado y el hombre tenga vida eterna, vida sin fin. Domingo de Resurrección que se comienza a vivir en las vísperas del Sábado de Gloria, porque en la madrugada de aquel día, Cristo resucitó.

Por eso, la Iglesia y toda la humanidad canta en este día el gloria, el aleluya, porque Cristo está vivo, ha resucitado, porque venció para siempre la muerte y el pecado. Día de alegría, porque Dios se ha levantado del sepulcro; día de luz, de amor. Siente en este día que estás llamado a la vida, a la trascendencia; celebra el vivir, la esperanza, porque después de la muerte viene la resurrección. Día de vida que disipa el miedo y nos convierte en testigos de un Dios que vive y nos ha abierto las puertas del cielo.
Ida y retorno: Desde ya felicito a mi arzobispo Reinaldo Del Prette y a todos mis hermanos sacerdotes, porque el Jueves Santo celebraremos el día del sacerdocio. Que Jesucristo, El Buen Pastor, nos regale un corazón como el suyo, lleno de amor, misericordia, bondad, mansedumbre y comprensión; que nos ayude a estar cerca de nuestros hermanos, especialmente de los más necesitados. Que nos regale en esta Semana Santa los dones que necesitamos para seguir siendo en medio de nuestras comunidades y servicios pastorales, testigos de su amor y de la Buena Noticia del Evangelio.
Gracias a todas las comunidades parroquiales, a todos los fieles laicos que con tanto cariño, entrega y fe, sirven y apoyan a sus sacerdotes y los acompañan en la misión evangelizadora. Hoy, más que nunca, necesitamos que la Iglesia de Cristo lleve la alegría del Evangelio por todas partes. Bendecida Semana Santa para todos.
Ilustración: Carl Heinrich Bloch, “Peter’s Betrayal”.

Puede verse a Dumont, en un interesante texto publicado en: http://mariafsigillo.blogspot.com/2013/03/domingo-de-ramos.html

NOTA LB:  Creación y audacia, signo del arte. Irreverencia, señal de innovaciones. Museo a la mano, en la red hemos visto las más disímiles interpretaciones, pues, el arte - se nos antoja - cambia con ellas, compendiándolas. Lo que ayer pudo ser ofensivo, ahora no lo es (y viceversa). Olvidando el nombre del escultor, ha estado Jesús frente a un pelotón de fusilamiento. Norton Maza lo escenifica con una pistola en mano. Claro está, hallamos la delgada línea entre una legítima interpretación y la obscenidad descarada que lo emplea para el perfomance - incluso - sexual portador de una versión de destructividad deliberada. Está la mano con la acostumbrada señal que, por azar, una vez encontramos googleando en la búsqueda de una pieza adecuada. Está la delgada línea: ¿en cuál de sus lados pisamos?