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domingo, 17 de marzo de 2019

LECCIÓN

Evangelio Dominical: Transfiguración
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 2° domingo de Cuaresma, ciclo C, correspondiente al domingo 17 de marzo de 2019.  La lectura es tomada del evangelio según San Lucas 9, 28-36

“Éste es mi Hijo, escúchenle"

Dice el evangelio que Jesús apareció de una forma deslumbrante. ¿Por qué aparece Jesús de esta forma tan llamativa?

Entre la gente que seguía a Jesús, corrían dos interpretaciones de lo que debía ser el Mesías:

-          Una era la política y militar. La mayoría pensaba que el Mesías devolvería el poder y la gloria al pueblo judío.

-          Otra era la de la entrega hasta la muerte, a pesar del sufrimiento. Esta era la interpretación de Jesús. Precisamente seis días antes de la Transfiguración, Jesús había dicho a los discípulos: “El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y letrados; sufrir la muerte y resucitar luego de tres días” (Mc 9, 2-10).

Estas palabras de Jesús sembraron la alarma entre los discípulos. El mismo Pedro trató de disuadirle (Marcos 8:31-33), porque esto no cuadraba con sus expectativas gloriosas de mando y poder. Los hermanos Santiago y Juan le andaban pidiendo los primeros puestos en el reino del Mesías. Estos tres discípulos son los que, al parecer, ofrecen mayor resistencia a Jesús cuando les habla de su destino doloroso de crucifixión.

Y Jesús quiso dar una lección a esos tres discípulos

- ¿Qué hace Jesús para probar que su interpretación del Mesías es la verdadera?

-En primer lugar, aparece en una forma gloriosa. Se transformó: su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blanco. El evangelio utiliza la palabra griega ‘metamorfosis’, que usamos para describir el proceso por el que una oruga se convierte en una mariposa, una dramática transformación. En este pasaje de Jesús sólo hay una transformación de su apariencia externa. Jesús se presenta a los tres discípulos «revestido» de la gloria del mismo Dios. Como lo anunció a sus discípulos, va a ser crucificado por sus adversarios, pero va a ser, también, resucitado por Dios.

-En segundo lugar, aparece conversando amigablemente con Moisés y Elías.

¿Por qué aparecen Moisés y Elías junto a Jesús?

Porque eran los dos máximos exponentes de la tradición bíblica:

- Moisés, que fue el gran dador de la Ley y de los 10 Mandamientos 1.200 años antes. Pero además es el gran Liberador. Dios envió a Moisés a liberar al pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y a conducirlo a una tierra de libertad que mana leche y miel.

- Elías era el gran profeta, que inició una gran renovación espiritual en Israel 900 años antes de Cristo. Elías era muy cercano a Dios. Y Dios se le hacía presente de forma muy íntima.     Elías en el monte Horeb, vio que el Señor no se dejó sentir ni en el viento fuerte, ni en el terremoto, ni en el fuego que pasó por delante de la cueva donde estaba, sino en un “sonido suave y delicado”, ante el cual Elías se cubrió la cara con su capa.

Ante aquella manifestación gloriosa de Jesús y la presencia de aquellos dos hombres, que encarnan la Ley y los Profetas, (Pagola). Pero Dios mismo le va a corregir de manera solemne.

Como respuesta de Dios Padre a la confusión de Pedro, “apareció una nube, que se posó sobre ellos. Y de la nube salió una voz, que dijo: “Este es mi Hijo amado: escúchenle a Él”. Sólo Jesús irradia luz propia. Todos los demás (incluyendo Moisés y Elías) somos testigos de la luz, irradiamos la Luz de Él, somos un reflejo de su Luz, de su Palabra.

Y hemos de escuchar su Palabra, también cuando nos habla de «cargar la cruz» en todos los tiempos.

 - ¿Qué es lo más importante en este evangelio de la Transfiguración?

1.Es la frase de Dios Padre: “Este es mi Hijo amado. Escúchenlo” (Marcos, 9, 7). Estas son casi las mismas palabras que Dios Padre dijo en el bautismo de Jesús. Entonces las dijo a Jesús. Ahora la voz de Dios Padre se dirige a los discípulos.

- ¿Estas palabras nos tocan también a nosotros?

Las necesitamos. Hay tantas voces hoy día. Y todas las voces parecen sabias y atractivas. Son de eruditos, internautas, comentaristas, políticos, gurús religiosos, celebridades... Nos prometen salud, riqueza y felicidad, pero raramente cumplen sus promesas y frecuentemente nos llevan a la ruina. ¿Hay una voz confiable en medio de toda esta cacofonía? Dios Padre nos responde: “Éste es mi Hijo muy amado. Escúchenlo”.

2.También está la nube. A través de todas las Escrituras, la nube simboliza la presencia de Dios. Así ocurrió durante la travesía del desierto de los israelitas:

- Dios caminaba delante de su pueblo en una columna de nube (Éxodo 13,21).

- Y en el Sinaí, mientras Dios hablaba con Moisés, se escondía detrás de una nube.

Así pues, la transfiguración significó la validación de Jesús, como el Señor ungido, y el máximo exponente de la voluntad de Dios Padre.

Todos los símbolos -monte sagrado, Moisés (la Ley), Elías (los profetas), la nube (que también aparece en el Éxodo), la luz resplandeciente-, van a indicar que en Jesús se cumplía todo lo anunciado por los antiguos escritos del pueblo de Israel.

Aquí se dio una “teofanía” (aparición de Dios), al estilo de muchas de las teofanías del Antiguo Testamento. Por ejemplo:

- Cuando Dios se aparece a Moisés y a los ancianos (Éxodo 24, 9-11);

- Cuando Dios se aparece a Elías en el viento (1 Reyes 19, 9-14);

- Cuando Dios se aparece al profeta Ezequiel en un carro (Ezequiel 1, 1-28).

¿Por qué les prohíbe decírselo a nadie, hasta después de la resurrección?

Los discípulos aún no están preparados para hablar correctamente de Jesús. Aún no han entendido bien el mensaje de Jesús, su interpretación de cómo debe ser el Mesías, y por lo tanto no serían capaces de proclamar su mensaje fielmente.

Fuente: https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-transfiguracion-2

Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/equipo-ganador/
Ilustración: Wilmer Herrison. 

sábado, 13 de octubre de 2018

AHORA Y SIEMPRE

Evangelio Dominical: El joven rico
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el evangelio que se proclama el 28° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 14 octubre 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 10, 17-30

“Vende lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme”                                                          

¿Hay jóvenes que buscan a Jesús?

Ahora y siempre.

Hay jóvenes que dijeron ‘NO’ al Señor; pero hay jóvenes que dijeron ‘SI’ al Señor.

Muchos de estos fueron impactados por frases evangélicas. Por ejemplo:

- "Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes, y dáselo a los pobres y luego ven y sígueme" (Mc 19, 17.30) (S. Antonio Abad, Egipto, años 251-356, era de familia muy rica, escuchó esta frase al entrar a una iglesia, y sólo se quedó con un poco de dinero para él y su hermana.

- "No se preocupen por el día de mañana” (S. Antonio Abad). Más adelante oyó esta segunda esta frase, aseguró a su hermana en un convento de monjas para su educación, dio el resto a los pobres y se fue al desierto. Y muchos jóvenes le siguieron.

- Un crucifijo le dijo a S. Francisco de Asís (Años 1182-1226): “Francisco, vete y repara mi iglesia, que se está cayendo en ruinas.” Vendió lo que tenía y se puso a reconstruir la Capilla de S. Damián y otras más, hasta que escuchó estas palabras del evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lc, 10). Él cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio.

- “¿De qué te sirve ganar todo el mundo, si pierdes tu alma?” (S. Ignacio de Loyola le repetía a Francisco Javier (1528-1535), campeón en deporte universitario. Por fin éste se convirtió y los dos forman parte del primer grupo de jesuitas).

- S. Agustín, estando en su jardín con un amigo, oyó la voz de un niño de una casa vecina que decía: Toma y lee.[] Tomó la biblia y leyó: “Actuemos con decencia como de día: basta de banquetes y borracheras, basta de lujuria y libertinaje, no más envidias y peleas. Revístanse del Señor Jesucristo y no se dejen conducir por los deseos del instinto” (Rom 13, 13-14). Y cambió de vida.

Muchos jóvenes dijeron ‘SÍ’ al Señor, pero otros muchos dijeron ‘No’ al Señor.

Éste es el caso del joven rico de este evangelio, a quien Jesús respondió con las frases más radicales de la Escritura.

¿Dónde está la radicalidad en este evangelio?

Después de una misa, en que expliqué esta frase: - "Si quieres ser perfecto, vende lo que tienes, y dáselo a los pobres y luego ven y sígueme", una joven me comentaba: “Esa perspectiva es muy dura: quedarse sin comida y durmiendo en la calle”. Le respondí:

-Jesús presenta dos posibilidades: la normal y universal para todos, que es cumplir los Mandamientos. Pero, al insistir el joven, Jesús le presenta el plan especial de vivir como Él vivió: “Dalo a los pobres…” Eso hizo S. Onofre, S. Ignacio de Loyola. Eso hacen hoy día quienes entran en la vida religiosa.

Las frases que Jesús dirige a sus discípulos después de que este hombre “se fue triste, porque era muy rico”, son de una contundencia implacable:

-“¡Qué difícil va a ser para los ricos entrar en el reino de Dios! Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja, que para un rico entrar en el reino de Dios”.

Frases tan exigentes hicieron que los discípulos, asombrados, se preguntaran:

-“¿Y quién podrá salvarse?” A lo que Jesús respondió:

-“Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él no hay nada imposible”.

No se trata simplemente de dar un «consejo» a los que buscan la perfección en la vida religiosa. Resulta casi imposible que un rico entre en el Reino de Dios.


Comida, pero no apetito. Adornos, pero no Belleza. Una casa, pero no un hogar. Medicinas, pero no salud. Lujos, pero no cultura. Diversión, pero no felicidad.

Un crucifijo, pero no un salvador. Un banco en la iglesia, pero no en el cielo. Lo que el dinero no puede comprar, Dios lo da libremente sin cobrar.>


¿Entonces el dinero es una trampa?

Efectivamente. Te contaré algo sobre “La cacería del mono”.

Algunos indígenas tienen una forma original de entrampar monos. Parten un coco por la mitad, vacían ambas mitades, y en una de ellas hacen un agujero suficientemente grande como para que pase la mano de un mono. Entonces colocan una naranja en la otra mitad del coco,  unen bien las dos mitades y las atan con un mecate a un árbol.

Tarde o temprano un ingenuo mono aparece entre las ramas, huele la deliciosa naranja y la descubre dentro del coco. El mono mete su mano por el agujero, agarra con fuerza la naranja, y trata de hacerla pasar por el agujero. Imposible. Mientras tanto los cazadores se van acercando.

¿Te dio lástima el pobre mono? ¿Qué consejo le darías?

-  “Suelta la naranja, para que tu mano pueda escaparse por el agujero, y huye”

El mono no puede tener a la vez la naranja y la libertad. Está entrampado.>

Esto es exactamente lo que Jesús le dice al joven rico. Lo ve en peligro de perder su oportunidad de la vida eterna por culpa de su adhesión a la riqueza. Y le recomienda:

-“Deja tu riqueza y salva así tu vida eterna”.


Más aún, si el mono pudiera orar, rezaría así: “Dios mío, ayúdame. Pero no me pidas que suelte la naranja”.

Esto te puede resultar cómico. Pero así rezaría el joven rico: “Dame la vida eterna, Señor; pero no me pidas dejar mi riqueza”. (1er binario de los Ejercicios de S. Ignacio).

Las enseñanzas de Jesús pueden parecer duras e incomprensibles, pero al final nos las da por nuestro bien. Vienen de alguien que nos ama y que conoce mejor que nosotros qué es lo que más nos conviene tener o dejar.

Jesús le dice: “Vete, vende lo que tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en el cielo; y ven, y sígueme”.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-joven-rico-0

NOTITARDE, Valencia, 13 de octubre de 2018
Riquezas y Desprendimiento  (Mc. 10, 17-30)
Joel de Jesús Núñez Flautes

En el evangelio de este domingo se habla de tres aspectos que están relacionados: El hombre rico, peligro de las riquezas y la recompensa prometida a quien vive el desprendimiento. En la primera parte, vemos como un joven rico, se acerca a Jesús a preguntarle qué tiene que hacer para alcanzar la vida eterna, éste le dice que tiene que cumplir los mandamientos y desprenderse de lo material y luego convertirse en su discípulo y seguirlo.

Éste hombre ya cumplía los mandamientos y era sincero en su respuesta, quizás estaba dispuesto a convertirse en discípulo de Cristo, pero cuando escuchó de boca de Jesús que tenía que renunciar a sus bienes materiales y dárselo a los pobres, se fue muy triste, no por el hecho de ser rico, sino por no poder desapegar su corazón de las cosas materiales y no poder entonces optar en libertad por Dios y por los hermanos más necesitados. Ante esta situación, Jesús le dice a sus discípulos: “qué difícil les va a ser entrar en el Reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero”; es decir, que aquel que pone sólo su confianza en los bienes materiales y se apega a ellos olvidándose que la vida es más que sólo el tener, el poder y el placer que pueda brindar el dinero, aquel que olvida que lo espiritual es fundamental en la vida de una persona, le será difícil alcanzar la vida eterna, no por el hecho de que  poseer bienes sea malo, sino por el uso que se hace de esos bienes.

Tendríamos que preguntarnos a qué cosas tenemos apegado el corazón, si hay cosas materiales que nos apartan o alejan de Dios y de los hermanos. En la tercera parte del evangelio de hoy, Jesús nos da la clave para desapegarnos de las cosas materiales y es el desprendimiento ante los bienes que poseemos.

IDA Y RETORNO: Necesitamos poner nuestra confianza en Dios y seguirlo de todo corazón.

Fuente:
http://www.notitarde.com/caminando-con-cristo-12

Piezas: Paul Fryer.
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2796-tenemos-que-elegir-o-seguridades-o-reino-de-dios.html
Arquidiocesana: https://www.elimpulso.com/opinion/arquidiocesana 

domingo, 30 de septiembre de 2018

LA GRACIA ILIMITADA

Evangelio Dominical: Escándalo
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 26° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 30 septiembre 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 9, 38-43. 45. 47-48

“Al que escandalice, que lo echen al mar”

El evangelio de hoy comienza con una queja de Juan, discípulo de Jesús, contra otra persona. ¿Cuál fue la queja?

 Juan le dice a Jesús que han visto a uno que expulsaba demonios en su nombre y se lo habían tratado de impedir “porque no es de los nuestros”.

Seguramente este éxito del desconocido no le gustó a Juan, y se puso a sacarle defectos. No quería compartir con él los beneficios de estar con Jesús.

 ¿Qué le responde Jesús?

 Jesús le viene a decir: “Todo el que hace el bien, aunque no lo haga en nombre nuestro, no está contra nosotros, está a nuestro favor. Lo que importa es hacer el bien, no importa a nombre de quién. Más bien, los que están en contra nuestra, son los que no obran el bien.”

 Es interesante ver cómo Jesús matiza, precisa, afina, corrige y mejora las opiniones de los discípulos. Ellos opinan como humanos llenos de egoísmo. Jesús opina a lo divino, de una forma pura y sin mezquindades.

 Entonces, ¿uno tiene que ser muy cuidadoso en opinar contra otros?

 Te contaré este cuento:

 Érase un rey que cada día dedicaba un tiempo a recibir y escuchar las peticiones de sus súbditos. Y cada día un hombre bueno, vestido de mendigo, se acercaba al rey y le ofrecía una fruta muy madura. El rey la recibía y se la entregaba al tesorero que estaba detrás del trono.

 Un día, al cabo de muchos años de repetirse este gesto, un mono del palacio vino a sentarse en un brazo del sillón del trono. El mendigo acababa de ofrecer al rey su fruta y éste se la dio al mono. Cuando éste la mordió una joya de mucho valor cayó al suelo.

 El rey, maravillado, le preguntó al tesorero qué había sido de las otras frutas. El tesorero no respondió porque había tirado las frutas por la ventana a un patio interior cerrado. 

 El tesorero corrió al patio y allí, en el suelo, encontró las frutas ya podridas y un montón de joyas preciosas. 

 Un mono –gracias a un mono- que se atrevió a morder la fruta, se descubrió el tesoro que le regalaba, cada día, un hombre bueno. 

 ¿Cómo se aplica este cuento al evangelio de hoy?

El hombre bueno, vestido de mendigo, es Jesús que nos ofrece día tras día la fruta del amor. Jesús, vestido con nuestra carne, nuestros sufrimientos y nuestra debilidad, nos ofrece la fruta del perdón, del servicio y de su vida entera para hacernos nuevos y felices. Lo que nos da parece común y sencillo; en realidad es un tesoro escondido, como la Parábola del tesoro escondido, que contó el mismo Jesús. 

¿Ocurre eso también hoy?

 Siempre hemos visto personas ateas o agnósticas que practican el bien junto a cristianos. De la misma forma, cada vez vemos más en nuestro alrededor personas de diversas religiones.

 ¿Cuál es la posición del cristiano frente a ellas?

 Uno respeta la posición religiosa de cada uno. Lo importante es que hagan el bien. Ya Jesús lo dijo: “Ni en este monte ni en Jerusalén”.

 ¿No le pasó algo parecido a Moisés, como se lee en la Primera Lectura de hoy?

 Un incidente similar tuvo lugar tres siglos antes, cuando  Moisés designó  setenta  ancianos, a  quienes  Dios  concedería  el  don de profecía.  Todo estaba preparado en la Tienda de la Reunión para la ceremonia. Pero dos de ellos, Eldad y Medad, no acudieron a la tienda de la Reunión. La ceremonia se celebró. Y el espíritu del Señor descendió no sólo sobre los 68 de la Tienda, sino sobre los dos que faltaron, porque éstos también comenzaron a profetizar como los 68. Así se lo fue a contar a todos un muchacho a todo correr.

 Entonces Josué le pidió a Moisés que no permitiera profetizar a Eldad y Medad, pero Moisés respondió, “¿Crees que voy a ponerme celoso? ¡Ojalá que todo el pueblo de Dios fuera profeta y descendiera sobre todos ellos el espíritu del Señor!” (Números 11:29).

 Todos somos Eldad y Medad. Dios se sirve de todos nosotros y de otros muchos que no conocemos, y que quizá hasta militan en partidos políticos distintos al nuestro. Dios nos quiere utilizar a todos para revelar su amor a los hermanos.

Nosotros somos el tesorero, que recibimos del rey el regalo de la fruta, pero que se nos antoja un regalo pequeño e insignificante, y lo botamos por la ventana. Y ahí en la calle, amontonadas y abandonadas están las joyas, que son los pobres, esperando ser descubiertas por nosotros.   

 Aquí Jesús dice cosas muy fuertes contra los que escandalizan, ¿no?

 Es tajante y radical. Hace un giro un tanto áspero: de la alabanza del bien cumplido con los pequeños pasa a la dura admonición de no escandalizar a "uno de estos pequeños que creen".

 Pero, ¿se trata realmente de cortarse la mano, si es necesario?

  No, esto no debe entenderse de una forma literal, sino que, como nos invita San Pablo, debemos hacer morir los miembros terrenos, que son: "fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es una idolatría" (cf. Colosenses 3,5).

 A veces, el discípulo sí requiere amputaciones y podas. Hemos de amputar malas costumbres – resentimientos – ambiciones que nos impulsan a actuar sin ética.  Por ejemplo, el alcohólico o drogadicto necesita amputar viejas relaciones que amenazan con hundirle de nuevo en una vida de adicción.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-escandalo-0
Cfr.
Marcos Rodríguez:  http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2708-potenciar-la-secta-a-la-que-pertenecemos-es-idolatr%C3%ADa.html
Isabel Vidal de Tenreiro: https://www.elimpulso.com/opinion/opinion-profetas-falsos
Jonathan Olivares:    https://www.youtube.com/watch?v=YXR-X6E4LU4&feature=youtu.be
Ilustración: Kristin Miller.
Breve nota LB: En la presente fecha, a solicitud del Padre Evanán González, la Misa fue dada por el Padre Jonathan Olivares, recientemente ordenado y a quien recordamos en una u otra ocasión como seminarista que acudía a la Capilla del Colegio San José de Tarbes de El Paraíso. Celebrada la Misa, esperamos por consultarse sobre la publicación del video y varias hermanas comentaron el gran cariño que le profesan, pues lo conocen desde sus tiempos de monaguillo.

sábado, 22 de septiembre de 2018

Y UN COMENTARIO JUNGUIANO

Evangelio Dominical: Los niños como modelos
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 25° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 23 de septiembre de 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 9, 30-37

" Quien quiera ser el primero, que sea el servidor de todos "

Moderador/a: Buenos días. Estamos aquí en el Estudio... (Se presentan los participantes).
El Evangelio del domingo de hoy presenta una situación trágica: Jesús trata de explicar a sus discípulos que Él va a ser ajusticiado y muerto; y éstos no entienden, o más bien, no quieren entender. No sólo eso, sino que cada uno sólo está preocupado por ser el más importante del grupo. Y esto es todo lo contrario a la humildad que enseña Jesús. ¿Cómo resuelve Jesús este problema?

Escuchémoslo.
Lectura del santo evangelio según San Marcos (Marcos 9, 30-37)
NARRADOR/A – En aquel tiempo instruía Jesús a sus discípulos. Les decía:

JESÚS – El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres, y lo matarán; y después de muerto, a los tres días resucitará.

NARRADOR/A – Pero no entendían aquello, y les daba miedo preguntarle. Llegaron a Cafarnaúm, y, una vez en casa les preguntó:

JESÚS – ¿De qué discutían en el camino?

NARRADOR/A – Ellos no contestaron, pues por el camino habían discutido quién era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los Doce y les dijo:

JESÚS – Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos .

NARRADOR/A – Y acercando a un niño , lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo:

JESÚS – El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí; y el que me acoge a mí, no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.

Pregunta 1 – ¿Quién es el más importante en el Reino de Dios?
El que sirva más a los demás.
El grupo de Jesús va camino de Jerusalén. Y Jesús aprovecha varios momentos del viaje para instruir a sus discípulos, sobre todo en decirles que su camino no es un camino de gloria, éxito y poder.

Jesús les explica que Él debe sufrir mucho y ser condenado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas (8,31), pero que "a los tres días resucitaría" (9,31).

Los discípulos tenían la idea de que Jesús ciertamente era el Mesías, pero era el mismo tipo de Mesías que tenía en mente la sociedad de su tiempo: un mesianismo político, hecho de poder y privilegios, que pondría a los judíos a la cabeza del mundo.

A los discípulos no les entra en la cabeza lo que les dice Jesús. Les da miedo hasta preguntarle.

Pregunta 2 – ¿Y por qué no se atrevían a preguntarle a Jesús?
Seguramente por la forma en que reaccionó Jesús contra Pedro, cuando tocó este punto:

-"¡Quítate de en medio, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres." (8,33)
Los discípulos no quieren pensar en la crucifixión. No entra en sus planes ni
expectativas.

Más aún, mientras el maestro les hablaba de su Pasión, los discípulos discutían entre sí: ¿Quién de ellos era el más importante? ¿Quién ocupará el puesto más elevado? ¿Quién recibirá más honores?

Jesús pacientemente quiere instruir a los Doce. Para ello los invita a que se acerquen, pues los ve muy distanciados de él, y se sienta con ellos. Y les enseña dos actitudes fundamentales para seguirlo de veras.

Primera actitud: « Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y servidor de todos» . Esta es una enseñanza difícil de entender. Hoy día, casi todos quieren ser los primeros. ¿Cómo se puede aceptar que hay que ser el último?

Jesús no repudia exactamente la prominencia y la grandeza, sino que las vuelve a definir. La persona verdaderamente grande es el sirviente – una persona que pasa su día cuidando gente, uno cuyo puesto es proveer por las necesidades de los demás, un doméstico.

Gente servidora – como el Padre Damián de los leprosos (en Molokai, Indonesia) y la Madre Teresa de Calcuta (en la India). Éstos inspiran gran afecto y tienen gran influencia.

Pregunta 3 – ¿Cuál es la segunda actitud proclamada por Jesús?
La segunda actitud Jesús la explica con un gesto simbólico entrañable. Pone a un niño en medio de los Doce, lo abraza y les dice: « El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí ». Quien acoge a un "pequeño", a los débiles, a los más necesitados de defensa y cuidado está acogiendo al más "grande", a Jesús. Y quien acoge a Jesús está acogiendo al Padre que lo ha enviado.

Jesús pone como ejemplo a un niño. El niño representaba el nivel más bajo en la escala social, encontrándose entre una mujer y un esclavo. No tenía derechos.

Jesús se ha hecho tan solidario, que se identifica especialmente con los más necesitados, representados aquí, emblemáticamente, por los niños.

Una Iglesia que acoge a los pequeños e indefensos está enseñando a acoger a Dios.

A la Iglesia le hacen mucho mal los hombres ambiciosos, que buscan rangos, honores y grandezas.

La medalla de oro en el cristianismo no es para el mejor predicador sino para el mejor servidor, no es para el más sabio sino para el más humilde, no para el más fuerte sino para el más sacrificado, no es para el que más manda sino para el que más sirve.

Pregunta 4 – ¿Por qué elige Jesús a un niño como modelo?
He aquí las características del niño:
-Es alegre, movido y juguetón.
- No se las da de nada y ama mucho , porque depende de todos y sabe maravillarse. Un niño no tiene prejuicios ni ambiciones ni estatus social ni puede pagar el bien que le hacen. Depende totalmente de los demás y ama sin condiciones. Y así es Dios, amor sin condiciones para todos.
-Es el servidor de todos. Muchas veces es el criadito de todos . Se le dice:"Tráeme esto, lleva esto a tal persona..." Siempre está disponible.

Es curioso ver que en muchas historias bíblicas de dos o más hermanos, el menor es el que queda como el tipo bueno, el que mejor se relaciona con Dios y la gente. Eso se ve desde Caín y Abel , pasando por Ismael e Isaac, Esaú y Jacob , José y sus hermanos, David y sus hermanos, Adonijah y Salomón, Leah y Raquel , el hijo pródigo y su hermano mayor, Marta y María...

Pregunta 5 – ¿Hay alguna explicación para estos ejemplos?
El famoso psicólogo Carl Jung tiene una teoría, que los puede explicar.

Dice que en el hombre hay dos energías: la 'senex' o del viejo o senior, y la del 'puer eternus' o del ni￱o eterno. El primero es más sabio, seguro, prudente y calculador, mira bien todo, y por eso generalmente no cae. En cambio, la energía del niño es más hacia la aventura, el riesgo y el cambio, y por eso cae en más errores. El mayor es más inclinado a la competición, al poder y al éxito; el niño en cambio va más hacia la cooperación y la celebración. El mayor es más responsable; el menor es más ligero. En las familias numerosas, a veces ocurre que los padres comunican más sus energías de persona mayor a sus hijos mayores, y los pequeños se quedan con sus energías de niño. Carl Jung concluye que para ser completamente humano, ambas energías deben encontrar un equilibrio armónico en la personalidad.

Pregunta 6 – ¿Cómo se aplica esto al evangelio de hoy?
En el evangelio se ve que los discípulos actúan con la energía del hijo mayor: son calculadores, sólo les interesa su propio éxito, quién es el más importante. No les interesa cooperar sino triunfar.

Nuestra cultura de hoy, más aún que la cultura hebrea de los discípulos de Jesús, es muy inclinada a esta energía del senior. Igual que a los discípulos de Jesús, nos gusta demasiado el éxito, y lo medimos comparándonos con los otros. Nos gusta comprar el carro último modelo para figurar y dar envidia a los demás. El mundo de los adultos es el mundo de la ambición, del dinero, de quién es el mejor, de quién manda más, de quién triunfa en los negocios, en el deporte, en la música, en el cine, en la política.

El mensaje de Jesús es que debemos actuar como el niño, que todos llevamos dentro.

Tengamos nueve años o noventa nueve, seamos el hijo mayor o el menor o el único de la familia, el mensaje de Jesús nos desafía a que nos hagamos niños de corazón.

Despedida
Les invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Ahí Jesús nos pone como modelo al niño, que simboliza cualquiera que sea necesitado, desamparado, o de bajo estatus. Por extensión, Jesús nos pide recibir aquéllos que no tienen hogar, los minusválidos, los que padecen de enfermedades mentales, los enfermos, los ignorantes, y cualquier otro que no pueda recompensarnos por nuestra hospitalidad o tiempo. "Quien recibe a éstos, a mí me recibe", nos dice Jesús.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-ninos-como-modelos
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2422-solo-el-servicio-por-amor-me-lleva-a-la-plenitud-humana.html
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/el-colmo/
Evanán González: https://www.youtube.com/watch?v=uyJqBV3zeNA&feature=youtu.be
Ilustraciones: http://imagessaintes.canalblog.com/archives/2008/01/14/7560679.html

domingo, 16 de septiembre de 2018

CRUZ Y DEPORTE

Evangelio Dominical: Cesarea de Filipo
José Martínez de Toda, S.J.

XXIV domingo tiempo ordinario B. Comentario sobre el Evangelio que se proclama el 24° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 16 septiembre 2018. La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 8, 27-35

“El  que quiera venir conmigo, que se niegue a sí mismo”

 ¿Dónde ocurrió este episodio tan importante del evangelio?

En Cesarea de Filipo (v. 27a), al pie del Monte Hermón (2.200 m).  Esto es lo más al norte que llegó Jesús en sus travesías. Allí había un templo al emperador César, que lo convertía en dios. Filipo era hijo de Herodes el Grande. Llamaron a esta ciudad ‘Cesarea de Filipo’, para distinguirla de otra ciudad Cesarea, localizada en la orilla mediterránea.

Fue aquí, en este ambiente impregnado de la deificación del emperador César, donde Cristo presentó esta ‘encuesta de opinión’“¿Quién dice la gente que soy yo?”.

Los discípulos respondieron:

-“Unos dicen que Juan el Bautista; otros que Elías; otros que alguno de los profetas” (vv. 27-28).

Se ve que la gente pensaba que Jesús no era el Mesías, sino un Gran Hombre, como los grandes de su historia.

Pero esto no era por culpa de Jesús, sino por la idea falsa que tenían de lo que debía ser el Mesías.

Los judíos pensaban que el Mesías, como sucesor de David, sería un militar, que echaría fuera al ejército romano, restableciendo la gloria de Israel y abriendo paso a una edad de oro. Y para ello utilizaría la dominación militar o económica.

Pero veían que Jesús no se inclinaba por el poder y la fuerza. Por eso no lo consideraban como Mesías.

De todas formas, Jesús quiere aclarar este punto con sus discípulos, y por eso les pregunta de nuevo: "¿Quién dicen ustedes que soy yo?"

Éste es el pasaje central en el evangelio de S. Marcos, en que revela la identidad de Jesús como Mesías.

Toda la primera parte de este evangelio va llevando a este momento crucial; y la segunda parte brota de aquí, pues cuenta cómo se cumplió esta misión del Mesías hasta la cruz y su resurrección.

 ¿Qué responden los apóstoles a esta segunda pregunta?

Pedro se convierte aquí en vocero de los apóstoles, y da la respuesta correcta:

- “Tú eres el Cristo, el Mesías”. (v. 29).

Mesías significa “ungido.”  Los judíos ungían a tres grupos de gente: a sacerdotes, a profetas, y a reyes.  Jesús pertenece a cada uno de ellos.

Jesús trata de explicarles con precisión lo que esto significa. Y les dijo:

“El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, por los sumos sacerdotes y escribas. Tiene que ser ejecutado y resucitar a los tres días”.

Esto sí que no entró por la cabeza de Pedro. Y tomó aparte a Jesús, y de una forma vehemente trató de convencerle de que ése no era el camino para ser Mesías.

En ese momento Jesús le gritó delante de todos:

“ Quítate de en medio, Satanás, porque no sabes las cosas que son de Dios, sino las que son de los hombres” (v. 33b).

Aquí, como decimos familiarmente, Pedro metió la pata. Antes había dicho la frase correcta: “Tú eres el Mesías”. Pero ahora Jesús le llama ‘Satanás’.  En un abrir y cerrar de ojos, Pedro ha pasado de ser el Alumno Estrella a ser un Tonto.

 ¿Por qué reacciona tan fuertemente Jesús contra Pedro?

Precisamente Pedro toca un punto muy sensible para Jesús. La gran tentación en la vida de Jesús fue que no aceptara la cruz, sino que utilizara su carisma para reunir suficiente apoyo político para poder convertirse en lo que las multitudes querían de él.

Esta tentación de Pedro debió ser aún más fuerte y peligrosa que las anteriores de Satanás, pues venía precisamente de un amigo, de un hombre bien intencionado, como Pedro, y no del diablo, personificación de la maldad. Uno se inclina mucho más a aceptar una voz amigable que la de un conocido malhechor. Y por eso llama a Pedro ‘Satanás’, el Gran Tentador, pues le propone lo más contrario a su verdadera identidad: el no cargar la cruz.

 “Cualquiera que quisiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (v. 34b).

Cuando Jesús invita a seguirle, no nos invita a un hotel maravilloso del mar Caribe.

Nos invita a ponernos en camino, a peregrinar con sufrimientos y alegrías.

 ¿Qué significa cargar la cruz?

Al escribirse este Evangelio, era tiempo de persecuciones en Roma. Los cristianos eran condenados a cargar literalmente las cruces del martirio y allí perdían su vida.  Estas palabras de Jesús se refieren directamente a aquella situación. Para salvarse la vida bastaba negar a Cristo.

Para muchos cristianos hoy eso todavía es verdad.  La persecución de cristianos continúa.  Más cristianos murieron por su fe en el siglo XX que en el siglo I.  La lista de naciones en las que los cristianos son perseguidos hoy de manera rutinaria es larga: China, Corea del Norte, Camboya, Myanmar, Irak, Laos, Vietnam, Indonesia, Timor del Este, India, Pakistán, Afganistán, Egipto, Sudán, Irán, Arabia Saudita, etc, etc.

Pero las palabras de Jesús ofrecen una gran promesa: El final del camino de un cristiano no es la crucifixión, sino la resurrección.

 Es como en el deporte.

 ¿Por qué se parece la cruz al deporte?

Los partidos de fútbol y béisbol no solo se ganan en el campo de juego, sino antes en el campo de práctica.

Para ser glorioso el día del partido, el atleta debe empujarse a si mismo hasta el límite en el campo de práctica. El condicionamiento físico es doloroso y agotador, pero el propósito de la disciplina no es ni el dolor ni el aburrimiento, sino la victoria.  Así es también en el campo cristiano.  La disciplina espiritual engendra victoria espiritual.

Ciertamente para nosotros es vital reconocer y confesar cada vez con más hondura a Jesús como el Ungido. Pero no basta llenar nuestra boca con títulos cristológicos admirables.

(Pagola).

Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro:http://www.notitarde.com/revisar-el-interior-2/

Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/2021-para-saber-qui%C3%A9n-es-jes%C3%BAs-tengo-que-saber-qui%C3%A9n-soy-yo.html
Detalle pieza de Gian Lorenzo Bernini. 

lunes, 3 de septiembre de 2018

ACLARATORIAS

Homilía: San Marcos 7, 1-8, 14-15, 21-23
José Martínez de Toda (SJ)
30/08/2015

Pregunta 1 – ¿Cuál era este problema de ‘no lavarse las manos’ antes de comer?

Los fariseos acostumbraban a lavarse las manos antes y durante las comidas. Pero no era sólo una medida higiénica.

Ellos querían hacer como los sacerdotes, que estaban obligados a estos lavatorios cuando se acercaban al altar. (Éxodo 30:18-21 y 40:31). Era una manera de demostrar su devoción a Dios – y de tener como un marcador que los diferenciara de sus vecinos paganos, considerándose los predilectos de Dios y «los santos».

He aquí algunos ejemplos de aquellos lavatorios rituales:

- La mayoría de las casas de Jerusalén tenían un espacio destinado a los baños y lavatorios rituales.

- Usaban agua de lluvia, que no fuera transportada.

- Preferían recipientes de metal, piedra y vidrio, porque no son materiales absorbentes, y así no necesitan de la limpieza ritual después de ser usados.

- “Y volviendo de la plaza, si no se lavaren, no comen.”

- Lavaban la ropa u otros objetos que habían tenido contacto con animales (Levítico 11:28-38).

- No mezclaban “carne” y “leche” (Éxodo 23:19).

Otros ejemplos de ritualismo y rigorismo: 39 normas para el sábado y 613 mandatos derivados de la Ley Mosaica (Shökel, Lc 6, 1-5 y Lc 6, 6-11). Fueron acusados los discípulos de triturar espigas en sábado para comerlas, y Jesús fue acusado de curar en sábado.

Los fariseos y los maestros de la ley se dieron cuenta de que algunos discípulos de Jesús comían sin haberse lavado las manos, y le preguntan a Jesús:

- “¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de los ancianos, sino que comen con las manos impuras?”

Pregunta 2 – ¿Qué responde Jesús?

Él los llama “hipócritas”. En la literatura clásica griega, la palabra “hipócrita” (hypokriton) se aplica a los que actúan en el escenario de un teatro.

Y Jesús continúa:

“Enseñan como doctrinas de Dios lo que son mandamientos de hombres” (vv. 6b-7).

Es decir, los fariseos habían inventado cosas que no venían de Dios.

Ya lo advirtió Isaías: “El día de ayuno buscáis vuestro interés; ayunáis entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad.” (Is 58, 3b-4).

Y Jesús, para desenredar los errores de los fariseos, hace dos aclaratorias.

1ª aclaratoria: Recomienda no actuar por rutina y costumbre, sino pensar por qué se hacen las cosas. Hay una experiencia muy conocida hecha con unos monos.


Entonces, los científicos sustituyeron uno de los monos. La primera cosa que hizo el nuevo mono fue comenzar a subir la escalera para comer cambures, pero fue bajado rápidamente por los otros, quienes además le pegaron. Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo ya no subió más la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo. El primer sustituto participó con entusiasmo de la paliza al novato. Un tercero fue cambiado, y se repitió el hecho. El cuarto y, finalmente, el último de los veteranos fue sustituido.

Entonces se vio que los monos, aun cuando nunca recibieron un baño de agua fría, continuaban golpeando a quien intentase llegar a los cambures o bananos. Si les preguntaran por qué pegaban a quien intentase subir la escalera, con certeza la respuesta sería: "No sé, las cosas siempre se han hecho así, aquí..." >

A veces somos como esos monos. Hacemos muchas cosas simplemente porque así se han hecho siempre, sin preguntarnos por qué lo hacemos así.

“Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio” (Albert Einstein).

Jesús dice:

Los fariseos le daban más importancia a las tradiciones de los hombres que a los mandatos de Dios (o la Torá). Lo que realmente importa es hacer la voluntad de Dios, aumentar nuestra fe, esperanza y caridad.

Pregunta 3 – Entonces, ¿Jesús condena las tradiciones, como inventos humanos?

Jesús no condena toda tradición. Condena el ponerlas al mismo nivel o por encima de lo mandado por Dios. Hemos heredado procesiones, novenas, celebraciones, fiestas. Todas son hermosas y buenas, pero… no hay que confundirlas con lo esencial.

Todas esas tradiciones son medios para un fin.

Y el fin es dar gloria a Dios, y formar la iglesia de Cristo, que es vivir juntos el amor y compartirlo con los hermanos. Somos una sola familia, unida en lo esencial que es buscar la salvación para todos. El fin siempre será caminar juntos hacia Dios.

Jesús nos aclara qué es lo importante y qué lo secundario.

Pregunta 4 – ¿Cuál es la segunda aclaratoria?

Jesús añade: “Lo que hace al hombre malo es lo que viene del corazón”.

Lo que viene de fuera, no afecta al hombre, no lo hace malo, no lo mancha.

Lo malo es lo que viene de su corazón y consiente a ello. Es decir, los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, el narco, la droga, los asesinatos, la avaricia, la corrupción, los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo, la falta de juicio. Todas estas cosas malas salen de dentro y hacen impuro al hombre.

Lo demás es pura hipocresía: De nada sirve vestirse elegantemente e ir así a la Iglesia, si la conducta es mala, perversa e impura. “Aunque el mono se vista de seda, mono se queda”. Lo que importa es purificar el interior. De nada sirve rezar muchas oraciones, asistir a muchas procesiones, si mis obras no siguen los mandatos de Dios.

Jesús viene a recordarnos que lo importante no es lo que dicen los labios, sino lo que dice el corazón.

Despedida

Les invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Ahí, aprendemos qué es lo importante en nuestras vidas, que es amarnos unos a otros, como Jesús nos amó."

Fuente:

https://jesuitas.co//guion-para-la-radio-1361
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/revisar-el-interior
Sergio Córdova: http://es.catholic.net/op/articulos/6200/cat/331/la-tragedia-de-una-mascara.html#modal
Ilustración: Robert McIntosh.

domingo, 19 de agosto de 2018

MILAGROSO SACRAMENTO

NOTITARDE, Valencia, 18 de agosto de 2018
Caminando con Cristo
Jesús es el pan de vida eterna (jn, 6,51-58)
Joel Núñez Flautes

Continuamos hoy la narración del “Discurso del Pan de Vida” que Jesús realizó en la sinagoga de Cafarnaúm y donde repetidamente se llama a sí mismo el “Pan de Vida” y donde de manera expresa y clara dice: “El pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo” y también dice: “Quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna”. “El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él”. Estas palabras del Señor no son un lenguaje simbólico, sino real, Cristo está anunciando a sus interlocutores el milagro y sacramento de la Eucaristía, cuando en la última Cena va a decir tomando el pan y el vino en sus manos: “Tomen, coman, esto es mi Cuerpo y tomen y beban esta es mi sangre” (Mt. 26, 26-30 ; Mc. 14, 22-25 ; Lc. 22, 19-20 ; Cor. 11, 23-25). Las palabras que Jesús dirigió a los judíos, sus contemporáneos, anunciaban el milagro del sacramento del altar y deja claro que el cristiano para tener vida tiene que comer y beber el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Palabras que fueron para ellos escándalo, les resultaba un lenguaje duro y difícil de entender y por eso preguntan: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? En el Antiguo Testamento cuando se sacrificaba el cordero pascual se asperjaba la sangre sobre el pueblo en señal de vida y bendición y se comía la carne, que significaba entrar en comunión con Dios. Cristo se presenta ante sus interlocutores como el nuevo Cordero, como el Hijo de Dios; ahora quien coma su carne y beba su sangre permanece unido a Él, entra en comunión profunda con su persona y tiene ya garantizada la vida eterna.

¿Cómo será posible comer y beber la sangre de Cristo? Utilizando el pan y el vino, que con el poder de Dios serán transformados en el Cuerpo y la Sangre del Señor.

IDA Y RETORNO: Venezuela necesita de nuestra oración y de nuestra toma de conciencia para lograr un cambio positivo que beneficie a todos por igual. Pjoel_15895@hotmail.com

Fuente:
http://www.notitarde.com/caminando-con-cristo-11/
Cfr.
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/943-darse-a-los-dem%C3%A1s-sin-trucos-de-magia.html
Isabel Vidal de Tenreiro y el dogma de la Asunción de la Vírgen María: http://www.elimpulso.com/opinion/opinion-dogma-inutil
Ilustración: Joseph Brickey.

sábado, 11 de agosto de 2018

YO SOY EL PAN DE VIDA

Evangelio Dominical: Pan de vida
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 19° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 12 agosto 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Juan 6, 41-52

 “Yo soy el pan de vida”

¿Cómo se presenta hoy Jesús?

Es llamativo el número de imágenes, que utiliza directamente Jesús para presentarse ante nosotros. Por ejemplo, se dice a sí mismo: “Yo soy el Buen Pastor”. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, etc. Se presenta como Maestro, profeta, Hijo de Dios…

Pero hoy Jesús quiere que lo veamos como PAN. Pero es un pan especial: “Yo soy el Pan bajado del cielo”, “Yo soy el pan de vida” (6:35), “Yo soy el pan vivo” (6:51). Es decir:

-          PAN que satisface lo que ningún otro puede satisfacer.

-          PAN que nos ayuda a seguir luchando.

-          PAN que da Vida a nuestra vida pequeña y rutinaria,

-          PAN que vivifica y renueva nuestras fuerzas,

-          PAN vivo que ha vencido nuestras muertes,

-          PAN vivo que nos colma de Vida.

Este “pan vivo” se parece al “agua viva”, que Jesús ofreció a la samaritana (4:10).

 Hay otra frase que repite mucho Jesús: “Yo soy”. ¿Por qué lo repite tanto?

En realidad ése es el nombre de Dios. Cuando Moisés le preguntó a Dios en la zarza por su nombre, Dios contestó, “Así dirás á los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado” (Éxodo 3:14).  He aquí algunos ejemplos más del uso de ‘Yo soy’:

- “Yo soy la resurrección y la vida” (11:25); “Yo soy la luz del mundo” (8:12; 9:5).
- “Antes que Abraham fuese, Yo soy” (8:58); “Yo soy la puerta de las ovejas” (10:7).
- “Yo soy la puerta” (10:9); “Yo soy la vid verdadera” (15:1).

 “La frase ‘Yo soy’ indica que Jesús es el centro de nuestra vida, que todos nuestras necesidades espirituales y los deseos humanos se cumplen en él. El mejor regalo que recibimos de Jesús es su propio Cuerpo en la Eucaristía y en la Comunión.

¿Cómo reaccionan los judíos ante la frase: “Yo soy el pan del cielo”?

Algunos de sus oyentes apenas pueden contenerse cuando Jesús declara que Él es el “pan de vida” (v. 35) y que “ha descendido del cielo” (v. 38). Comenzaron a criticarle:

-“¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre?”

Y piensan que Él es un pobre muchacho pretencioso, pero tan ignorante como los demás del pueblo. Pero Jesús les dice:

-“No critiquen. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha enviado”.

Y la palabra “atraer” casi siempre implica algún tipo de resistencia.  Representa la acción de tirar de una red llena de peces hacia la orilla (Juan 21:6, 11). Dios atrae a los hombres, pero el hombre puede resistirse hasta inutilizar el tirón de Dios.

De forma que dependemos absolutamente de Él.

La iniciativa de la salvación y de seguir a Jesús es de Dios:

-“No es que ustedes me hayan elegido, sino que yo les elegí a ustedes”.

¿Cuál es la comida de la que guardas un buen recuerdo?

Esto sucedió en Francia, después de la II Guerra Mundial.

Alguien hizo esa pregunta en una reunión, y un hombre se levantó y dijo:

-          “La mejor comida que yo he hecho a lo largo de toda mi vida fue durante la segunda guerra mundial después de una noche de batalla. Subí a trompicones la colina y allí vi a una mujer de la Cruz Roja con su carrito en un campo lleno de barro. Estaba repartiendo pan y café frío. Cuando me lo dio, sonrió.

Después de lo que había sufrido aquella noche, ese momento fue para mi la mejor comida de toda mi vida.> (Félix Jiménez, escolapio).

            De mis Eucaristías quizá la más memorable fue la Primera Comunión y las relacionadas con acontecimientos importantes de mi vida: retiros, boda, votos, Ejercicios Espirituales, Confesión general, Confirmación, etc. En ellas nos alimentamos con el Pan de la vida, bajado del cielo.

¿Qué es el pan para ti?

Para mí el pan es alimento, satisfacción, familia, comunidad, comida, recuerdo, vida, comunión…

En la Primera Lectura del domingo de hoy, Elías, cansado de andar por el desierto, sintió deseos de morir. Pero Dios le dice: “Levántate y come”. Elías durmió, y al despertar, Dios le volvió a decir: “Levántate y come”. Elías comió y bebió. Y con la fuerza de aquel alimento, caminó 40 días y 40 noches hasta el monte Horeb, el monte de Dios.

Así es el pan de Dios. Todo eso es la Eucaristía, la cena del Señor.

Jesús compara este pan vivo con el maná. ¿Cuál era mejor?

 Los israelitas se lamentaban de que no tenían suficiente comida en el desierto, y le pedían a Dios que les enviara comida. Y Dios se la dio: todas las mañanas aparecían en el campo los granos de maná, que los israelitas recogían y comían durante el día. Lo llamaban ‘maná’, que significa: ”¿Qué es eso?”. Porque eso fue lo que dijeron los israelitas al verlo en la mañana en el campo: “¿Qué es eso?” Y esto ocurrió durante 40 años. Quitaba el hambre, alimentaba, mantenía la vida física, pero era por un tiempo. Llegaba un día en que los israelitas morían uno tras otro. El maná no era el pan verdadero del cielo.

En cambio, el pan verdadero de Dios da la vida eterna (véase 3:16). Y se la da al mundo entero – no solo a Israel.

“Dios da el verdadero pan del cielo. Pues el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da la vida al mundo” (vv. 32-33)”.

El comer este pan es garantía de vida eterna. El evangelio de hoy domingo lo dice hasta cuatro veces. Éstas son sus frases:

-          “El que coma de este pan, vivirá para siempre”.

-          “Y yo lo resucitaré en el último día”.

-           “Éste es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera”.

-           “De cierto, de cierto les digo: El que cree en mí, tiene vida eterna” (v. 47).

La recompensa por creer es la vida eterna (v. 47).

Y es imposible saber ahora qué clase de placeres y deleites tendremos en el cielo. Pero esto sí es claro: todos ellos vendrán como consecuencia de ver y estar con Dios.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-pan-vida-4
Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/viaje-a-la-eternidad/
Marcos Rodríguez: http://www.feadulta.com/es/buscadoravanzado/item/1148-en-la-carne-de-jes%C3%BAs-debemos-descubrir-lo-divino.html 
Ilustraciones: Joos van Cleve.

domingo, 29 de julio de 2018

PISTAS INEQUÍVOCAS

Lectura del santo evangelio según San Juan (Juan 6, 1-15)
José Martínez de Toda (SJ)

NARRADOR/A – En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente dijo a Felipe:

JESÚS – ¿Con qué compraremos panes para que coman éstos? (lo decía para tantearlo, pues bien sabía él lo que iba a hacer).

NARRADOR/A – Felipe le contestó:

JESÚS – Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.

NARRADOR/A – Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:

JESÚS – Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces: pero ¿qué es esto para tantos?

NARRADOR/A – Jesús dijo:

JESÚS – Digan a la gente que se siente en el suelo.

NARRADOR/A – Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados: lo mismo, todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dijo a sus discípulos:

JESÚS – Recojan los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.

NARRADOR/A – Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido. La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía:

SEGUIDORES – Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.

NARRADOR/A – Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo a la fuerza a proclamarlo rey, se retiró otra vez a lo alto del cerro para estar solo.

Pregunta 1 – ¿Ocurren hoy cosas como la multiplicación de los panes?

Escucha esta historia:


- "Sólo un milagro puede salvar a Andrés". 
Teresa tomó sus ahorros, se fue a la farmacia y le dijo al farmacéutico:

- "Mi hermano está muy enfermo. ¿Cuánto cuesta un milagro?"
El hermano del farmacéutico se agachó y le preguntó a la niña:

- "¿Cuánto dinero tienes?"

- “Veinte bolívares”.

- “Estupendo, eso es exactamente lo que cuesta un milagro para los hermanitos”.

Cogió el dinero de la niña y le dijo: "Llévame a tu casa. Veamos si tengo la clase de milagro que necesitas".

Aquel hombre era un cirujano. Operó al niño y quedó bien. Su madre decía:

- "Esa operación ha sido un verdadero milagro. ¿Cuánto habrá costado."
Teresa sonreía. Ella sí lo sabía: costó veinte bolívares, más la fe de una niña.> (Félix Jiménez, escolapio).

Para dar vida, hacer feliz, ayudar, amar, perdonar, no se necesita mucho: basta una sonrisa, una buena palabra, un abrazo sincero, una cálida acogida, estar ahí…

Pero, además, Jesús podía multiplicar los panes.

Pregunta 2 – ¿Cómo lo hizo Jesús?

En realidad la historia comienza con Herodes, que encarcela y decapita al Bautista.

Y Jesús sabe que puede correr la misma suerte, porque actúa como Juan el Bautista. Por eso Él decide prudentemente desaparecer de escena por unos días, y se montó en una barca para ir a un sitio tranquilo y apartado.

Pero la gente se entera adónde irá, y llega por tierra antes que Él. Total: Jesús desembarca y se encuentra frente a una gran multitud, que lo está esperando.
La gente estaba asombrada y curiosa: ¿Quién es este Jesús, que se preocupa tanto por los enfermos y tiene tanto poder, que hasta sana a muchos de ellos? ¿Qué sorpresas nos trae?

Aquel día especialmente Jesús, viendo tanta gente, sintió compasión. Ve aquella multitud agobiada y enferma. La observa, la mira con profundidad, lee en sus rostros el dolor, la enfermedad, el agobio, y se pone en seguida a curarlos de sus enfermedades, a enseñarles muchas cosas y a atender con cariño a cada persona que se acercaba a Él.

Era una gran multitud: 5.000 hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Jesús les alimenta primero con la Palabra de vida y después con el pan multiplicado. Ni siquiera espera a que se lo pidan. Él se adelanta.
Va cayendo la tarde, y los discípulos le dicen que despida a la multitud. Pero Jesús les reta: “Dénles Vds. de comer”. Ellos se excusan:

- Sólo tenemos cinco panes y dos peces.

Eran de un muchacho previsor. También en la Patagonia (Argentina), una de las características del así llamado ‘hombre del desierto’ es que siempre lleva algo de comida, cuando sale de casa. (Miguel Petty, sj).

Jesús los tomó, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos, y ellos a la gente. Y comieron todos hasta saciarse, y recogieron doce cestos llenos de sobras.

Pregunta 3 - ¿Hay en la Biblia otras multiplicaciones de pan?

Sí. Precisamente la Primera Lectura de hoy dice que el profeta Eliseo alimentó a cien personas con un poco de pan de cebada. La historia fue así:



- “Dalo a la gente para que coma.” Y su sirviente respondió:

- “¿De qué le sirve esto tan poco a cien hombres?” Entonces Eliseo repitió:

- “Da a la gente para que coman, porque así ha dicho el Señor: ‘Comerán y sobrará’.”

Efectivamente, el sirviente “lo puso delante de ellos, y comieron, y les sobró, como había dicho el Señor” (2 Reyes 4:42-44). >

Ambas historias se parecen bastante.

Estas alimentaciones también recuerdan al maná en el desierto (Exod. 16; Num. 11).

Así lo recuerda el evangelista Juan (Juan 6:31, 49), después de contar la multiplicación de los panes.

Pregunta 4 – ¿Cuál es la Buena Noticia en este milagro?

- Jesús les alimenta con su Palabra y su Pan.

- El humanismo del Hijo de Dios. Es una historia de compasión.

- La iniciativa de alimentar a la muchedumbre es de Jesús. Nadie se lo pide.

- Pide la colaboración de los hombres: “Denles ustedes de comer”. Y comienza con aquellos cinco panes y dos peces del muchacho.

- Es un milagro, fruto de la oración.

- Generosidad y abundancia. “Y fueron saciados” (v. 12). Pero sin derroche. No se bota nada. Recogieron doce cestas de pedazos de pan de cebada (v. 13). Es decir, una cesta por cada tribu de Israel.

Pregunta 5 – ¿Tiene este milagro algo que ver con la Eucaristía?
Dice el evangelio: “Jesús tomó, bendijo, partió y dio”. Son las mismas palabras de Jesús en la Última Cena, cuando instituyó la Eucaristía (Mateo 26).

Es la única historia milagrosa que se encuentra en los cuatro Evangelios.

La Eucaristía es el significado principal en ellos.

Asimismo la posición arreglada de la gente sentada en grupos sobre la hierba, la oración de invocación y bendición, el acto litúrgico de partir el pan, el paralelo inmediato a la muerte de Juan Bautista – todas estas acciones son pistas inequívocas que señalan a la celebración de la Última Cena del Señor.

Más aún, Jesús poco después hablará a la misma gente del Pan de vida, que es su Cuerpo inmolado.

Curiosamente, sólo son los panes (y no los peces) los que son específicamente repartidos a los discípulos para distribuir (14:19). 
Despedida

Les invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor. Allí Jesús multiplica el pan para que llegue para todos. Es el pan de su Cuerpo, que recibimos en la Comunión. Ese pan nos alimenta más que el material. Es el pan que produce vida eterna.

Cada domingo venimos a la iglesia, a nuestra casa, a levantar los ojos al cielo e implorar de Dios Padre su amor y su perdón. Sólo de lo alto nos viene la verdadera salvación; venimos a ser bendecidos y partidos como el pan de Jesús; venimos a ser repartidos por la comunidad para que todos puedan saciarse con el pan de vida.

Fuente:
Ilustración: Giovanni Lanfranco.
Cfr.

domingo, 15 de julio de 2018

EL PRIVILEGIO DE UNA BENDICIÓN

Evangelio Dominical: Enviados de dos en dos
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 15° Domingo del tiempo ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 15 julio 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 6, 7-13.

“Y los fue enviando de dos en dos”

Si Jesús sabía que iba a morir pronto, ¿cómo preparó a quienes pudieran continuar su obra?


-"Si yo no termino esta ópera, quiero que ustedes, mis discípulos, la terminen por mí".

Poco después moría. Sus discípulos pusieron manos a la obra y cuatro años más tarde, en 1926, la ópera Turandot se estrenaba en Milán. La ópera comenzó y funcionó a la perfección. Pero, cuando terminó el último trozo de la parte de Puccini,  el director de la orquesta se detuvo, se dirigió al público y llorando dijo:

-  "Hasta aquí el trabajo del maestro".

Un gran silencio embargó el teatro. Pero el director enarbolando la batuta, y entre lágrimas y sonrisas, exclamó:

-  "Y aquí comienza el trabajo de sus discípulos". Y continuó la ópera hasta el final>

Jesús hace como todo líder sabio, perspicaz y realista: prepara su equipo, sus seguidores. Jesús no piensa eternizarse como líder. No quiere hacerse ‘el imprescindible’. Quiere dejar su puesto a otros. ¿Cómo los prepara?

1) Primero: hace que los discípulos estén con Él, que se sientan a gusto con Él, que tengan confianza en Él, que se sientan aceptados por Él. No se trata de aprender las cosas por un libro, sino de identificarse con Él, vivir como Él. Así se asimila y se aprende mejor su mensaje.

2) - Segundo: "Jesús los envió" como en plan de prueba. No es una iniciativa  de los discípulos. La palabra “apóstol” significa “enviado.”

3) - Tercero: Los envía de dos en dos.

¿A qué los envía Jesús?

Los apóstoles se ponen a hacer estas dos cosas:

1) Predicar la conversión. También Él comenzó su predicación diciendo: “¡Conviértanse!” (cf. Marcos 1, 15) a los valores de la solidaridad, paz, amor, ayuda mutua, alegría, colaboración.

2) Curar enfermos. “Ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban”. En aquella cultura se valían de las cualidades fortalecedoras y curativas del aceite.

¿Qué recomendaciones les da Jesús?

-No les da poder sobre las personas que irán encontrando en su camino, sino sobre los espíritus inmundos. Tampoco él ha utilizado su poder para gobernar sino para curar.

Jesús está pensando en un mundo más sano, liberado de esclavitudes que deshumanizan, aliviando el sufrimiento de las gentes, haciendo crecer la libertad y la fraternidad.

-El Maestro los envía pobres, “ligeros de equipaje”: sólo con un bastón, con sandalias y con una túnica sola. Los envía como caminantes e itinerantes. Nunca instalados. El báculo de Jesús no es para mandar, sino para caminar.

No llevarán «ni pan, ni alforja, ni dinero». No han de vivir obsesionados por su propia seguridad. Llevarán consigo algo más importante: el Espíritu de Jesús, su Palabra y su Autoridad para humanizar la vida de las gentes.

¡Dios proveerá! Empezar una travesía sin provisiones es un profundo acto de fe.

Vestirán como los demás. Su vida será signo de la cercanía de Dios a todos, sobre todo, a los más necesitados.

Jesús, desde su nacimiento hasta su muerte en cruz, nos propuso un estilo de vida austero que nos enriquece con su pobreza.

¿Es fácil cumplir la misión que nos encomienda Jesús?

No tanto. Surgen problemas y rechazos. Puede ser que no nos acojan ni reciban.

Así le ocurrió a Él mismo, a los profetas del Antiguo Testamento y a los mismos Apóstoles. Precisamente la Primera Lectura de la Eucaristía de hoy (Amós 7, 12-15) nos habla del profeta Amós, el llamado “profeta de la justicia social”: cómo fue rechazado por sacerdotes, políticos y aristócratas.

La iglesia no es un club privado de quienes se reúnen para pasarlo bien, sino un grupo de creyentes, llamados a ser testigos de la fe en Cristo y del amor de Dios, en un mundo cada día más pagano y lleno de injusticias.

¿Por qué los envía de dos en dos?

1) Primero: Un compañero da fuerza – “Porque si cayeren, el uno levantará á su compañero: mas ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante” (Eclesiástico 4:10). 

2) Segundo: La compañía de una segunda persona da credibilidad. El Deuteronomio (15:19; 17:6 y 19:15) requiere dos o tres testigos para poder culpar a una persona de un crimen, porque un solo testigo puede más fácilmente equivocarse. Y aunque de ellos sólo hablara uno, el otro debía estar presente, a su lado, para confirmar su testimonio y así darle validez. Esta práctica se aplicó a otros campos.

¿Tenemos garantía de éxito?

Como hizo con los discípulos, también nos envía a nosotros. En realidad somos muy poca cosa. Pero la segunda lectura de hoy (cf. Efesios 1, 3-14) nos dice que, por iniciativa de Dios, somos hijos de Dios. Esto es lo más grande. Y nos ha elegido para realizar su Plan. Con él haremos maravillas.

El plan de Dios sobre la humanidad y el mundo no es su destrucción, sino llenarlo de amor. Es elevar estas realidades terrenas al vértice de su plenitud. Es lo que S. Pablo llama ‘recapitular todas las cosas en Cristo’.

Y a nosotros sólo nos queda darle gracias a Dios. La acción de gracias ocupó un puesto muy importante dentro de la oración de Jesús. Los sabios de Israel decían que en el mundo futuro sólo quedará la acción de gracias. Ya no será necesario pedir perdón ni suplicar favores ni confesar pecados. Delante de Dios sólo tendremos una oración de gratitud.

Esto es precisamente lo que significa ‘Eucaristía’ = acción de gracias.

Fuente:
Cfr.
Ilustración: Martha Hughes.


Bendición del Padre Evanán González, junto a los niños (Capilla del Colegio San José de Tarbes, El Paraíso, Caracas, 15/07/2018).

domingo, 8 de julio de 2018

NO DEJARNOS ROBAR LA FE

Evangelio Dominical: Profeta en su tierra
José Martínez de Toda, S.J.

Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 14° Domingo del Tiempo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 8 ju1io de 2018.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 6, 1-6

“Nadie es profeta en su tierra”

¿Cómo es posible que Jesús fracasara en Nazaret, su pueblo?

El fracaso es parte de la cruz de Cristo. Y Jesús fracasó varias veces.

Ya aparece al comienzo mismo del Evangelio de S. Juan: “Y los suyos no le recibieron”.

Después, un discípulo elegido por Él, Judas Iscariote, lo vendió por 30 monedas. Pedro negó que lo conociera. Los discípulos lo abandonaron en la Pasión, excepto Juan, que se queda para cuidar y acompañar a María, la Virgen.

 ¿Qué fue lo que le pasó esta vez en Nazaret?

Jesús residía en Cafarnaún, y de allí salía a recorrer las poblaciones vecinas, predicando la Buena Nueva del Reino de Dios, Reino de amor, de paz y justicia. De vez en cuando curaba a algún enfermo. En una de esas correrías llegó a Nazaret, al pueblo donde había pasado la mayor parte de su vida, aunque Él había nacido en Belén.

Durante una visita anterior, su familia “vino para calmarlo: porque decían: “Está fuera de sí”. (Marcos 3, 21).

En esta segunda visita lo tratan un poco mejor. Al menos lo invitan a hablar en la sinagoga. No les queda más remedio: Jesús tiene a sus discípulos con él, y esto le marca como Rabí.

La sinagoga es un centro religioso y social de la comunidad, y la enseñanza es una parte importante del trabajo de la sinagoga.  En una época en la que muchos no pueden leer, oír las escrituras leídas y explicadas en la sinagoga era la mejor manera de aprender sobre su herencia religiosa.

 ¿Cómo reacciona la gente?

La gente está sorprendida por la sabiduría de Jesús y las maravillas que hace. Ven que sabe leer y explicar las Escrituras. Parece que el pueblo responde de manera favorable y está orgulloso de este muchacho del pueblo, que ha llegado a ser tan importante.

Pero algunos comienzan a dudar y comentan entre ellos:

- “¿No es éste el carpintero, hijo de María? ¿De dónde ha sacado esa sabiduría y los milagros que hace?”.

Estaban sorprendidos y admirados sí, pero no creyeron en Él. Los suyos, los de su casa, los de su pueblo, los líderes, no lo recibieron.

Curiosamente en vez de sentir respeto y cariño con quien les habla, sus palabras les ofenden.

 ¿Por qué rechazan a Jesús?

Hay tres posibles explicaciones:

- Primero: la gente se admira de su sabiduría, pero no lo acepta por su origen popular. Piensan que se trata de un muchacho local, que se hace el importante. No pueden creer que Dios se manifieste en lo humilde y lo cotidiano.

- Segundo: saben que Jesús no ha pasado por el entrenamiento formal por el que deben pasar los rabinos.

- Tercero: los escribas que habían venido de Jerusalén, cuando su primera visita, habían esparcido rumores maliciosos sobre Jesús, diciendo “que tenía á Beelzebú, y que por el príncipe de los demonios echaba fuera los demonios” (3:22). Y aquellas acusaciones no se habían olvidado.

Los vecinos de Jesús, por lo tanto, sólo están dispuestos a aceptar que él es simplemente un carpintero nada más.

Nunca ha sido fácil predicar en la misma tierra que nos ha visto crecer.

Con razón, a pesar de estar entre los suyos, Jesús no pudo hacer allí ningún milagro, aparte de poner las manos sobre unos pocos enfermos y sanarlos. Y estaba asombrado porque aquella gente no creía en él.

El fracaso es también parte de nuestra vida desde pequeños, y hace falta mucha madurez y sangre fría para ir superando los sinsabores, que van viniendo, e ir avanzando en la vida.

El fracaso es algo común en la vida: en unos más, en otros menos. En deporte se dice: “Hay que saber perder”.

“Es más difícil destruir un prejuicio, que destruir un átomo” (Alberto Eisntein).

¿Cómo reaccionar ante los fracasos?

El ejemplo de Beethoven.


Una noche, una joven ciega, que vivía en el mismo edificio que él, le dijo, gritando a sus oídos:

- “Daría cualquier cosa por ver la luz de la luna”. Esto lo llevó a componer una de las más hermosas piezas de música de todos los tiempos: “Sonata Claro de Luna”

Beethoven sordo retrató, a través de una hermosa melodía, la belleza de la luz de la luna, para que la “viera” una muchacha ciega.

Años después de superar su angustia, su tristeza y su dolor, vino la incomparable

“Oda de la Alegría” de la Novena Sinfonía, su obra magna. Él dirigió personalmente el estreno de la Novena Sinfonía, en 1824, estando ya completamente sordo...

Pero pudo escuchar el aplauso ruidoso de un público emocionado.

Se dice que “La Oda de la Alegría” expresa la gratitud de Beethoven a la vida y a Dios, por no haberse suicidado.>

¿Aquí en el evangelio se habla de ‘hermanos’ de Jesús. ¿Qué significa eso?

La palabra ‘hermano’ en aquel ambiente podía significar también parientes, primos, etc. En la lengua semita la palabra ‘hermanos’ tiene un sentido más amplio que en nuestra lengua, y puede referirse a la familia extensa e inclusive a todo el pueblo o zona residencial.

Fuente:
https://radioevangelizacion.org/noticia/evangelio-dominical-profeta-su-tierra-0
Cfr.
Isabel Vidal de Tenreiro: http://www.notitarde.com/unos-se-salvan-y-otros-no/
Evanán González: https://www.youtube.com/watch?v=ubl4uyX5jJw

Ilustración: Graham Sutherland.

domingo, 1 de julio de 2018

LECCIONES

Evangelio Dominical: Hemorroísa
José Martínez de Toda, S.J.

 Comentario dialogado sobre el Evangelio que se proclama el 13° Domingo del Teimpo Ordinario, ciclo B, correspondiente al domingo 1 de julio 2016.  La lectura es tomada del Evangelio según San Marcos 5, 21-43

 “¡Niña, levántate”              

 ¿Por qué busca la gente a  Jesús?

En el evangelio de hoy hay dos personas que buscan desesperadamente a Jesús para conseguir la salud corporal.

Jairo es influyente y tiene dinero. Es uno de los líderes de la sinagoga (v. 22). Guía la oración en la sinagoga, pero además está a cargo de las instalaciones, de la seguridad de las volutas, de la selección y supervisión de los que guían la oración y de la administración general de la sinagoga.  Jairo es una persona que cuenta. Jairo se arrodilló delante de Jesús, y le ha suplicado que vaya con él a ver a su hija, que se está muriendo, y le ponga las manos.

El tocar a la niña muerta va en contra de la Torá, que declara impuro hasta la noche (Levítico 11:39), o por siete días (Números 19:11), a quien toque un cuerpo muerto. Tal persona debe permanecer fuera del campamento (Números 5:2-3).

Jairo y Jesús caminan rápido, seguidos por la multitud.

De pronto Jesús se detiene y vuelve la vista atrás inquisitivo, mirando a cada uno de los que le siguen, como buscando algo. Jairo se pone nervioso:

“No hay tiempo que perder, Jesús. Mi hija se muere. Apúrese. ¿Qué busca?”

La hemorroísa había tocado la túnica de Jesús, e inmediatamente “la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote” (v. 29). Al mismo tiempo Jesús nota que una fuerza ha salido de Él, y pregunta, “¿Quién ha tocado mi vestido?”.

Los discípulos se miran extrañados, pues los apretujones de la multitud eran frecuentes. Pero la mujer se adelanta, cae ante Jesús y le dice toda la verdad (v. 33).  Y Jesús le dice: “Hija, tu fe te ha salvado: vete en paz, y queda sana de tu azote” (v. 34). 

 ¿Por qué llama Jesús ‘hija’ a la hemorroísa?

Es la única vez que Jesús llama ‘hija’ a alguien en el evangelio.

La palabra “hija” puede sonarnos como algo demasiado paternal para nosotros del siglo XXI. Pero en la época de Jesús era una manera normal de hablar.  El uso de esa palabra refleja un cariño y una aceptación, que esta mujer no habrá sentido de hace tiempo.

Jesús la llama "hija", la declara familia de Dios, y la alaba por su fe que es la que ha producido el milagro. Ella se sentiría muy feliz, no sólo por ser curada, sino también por ser tratada con tanto cariño. El enfermo necesita medicinas, pero también mucho cariño.

  Jesús da todo su tiempo a la hemorroísa, que se lo merece igual que Jairo. Ni rehúsa a Jairo por su dinero y nivel social, ni ignora a la mujer por su pobreza y marginalización.

 ¿Quién era la hemorroísa?

No conocemos su nombre. Es una mujer insignificante, perdida en medio del gentío que sigue a Jesús. Ella es «impura», según la Ley, pues tiene pérdidas de sangre (Levítico 15, 19-30). Ella ensucia hasta la cama en la que duerme y la silla en que se sienta, y éstas después transmiten su impureza al que las toque (Lev. 15:25-30).  Y no podía tocar nada. Esta mujer era marginada y excluida. Tampoco podía encontrar trabajo, ni siquiera como sirvienta doméstica. 

Aquella mujer enferma ha escuchado a Jesús. Se da cuenta de que Él no habla de impureza ni de indignidad. Él sólo habla de amor e irradia fuerza curadora. Ella intuye que Él puede arrancar la «impureza» de su cuerpo y de su vida entera.

Pero no se atreve a hablar con Jesús como lo hace Jairo, el jefe de la sinagoga.

Ni siquiera se siente con fuerzas para mirarle a los ojos. Por eso ella se acercará por detrás. Le da vergüenza hablarle de su enfermedad: actuará calladamente. No puede tocarlo físicamente: le tocará solo el manto. La hemorroísa cree que con solo tocar el vestido de Jesús se curará (v. 28). Y tocando a Jesús, quedó curada.

 ¿Y cómo cura a la hija de Jairo?

En esto llegan de casa del jefe de la sinagoga para decirle:

– "Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?".

Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga:

 – "No temas, basta que tengas fe".

Jairo y Jesús vieron que el rito de los muertos ya había empezado: mujeres que gritan y lamentan de manera profesional, que gimen y lloran, se baten el pecho, se tiran del pelo, y rasgan sus prendas; flautas, que  tocan canciones de lamentación. 

 Todos se ríen cuando Jesús dice que la niña sólo está dormida.

Pero Jesús le dice a la niña: “Talitha qumi” (“Muchacha, a ti te digo, levántate).” “Talitha qumi” es arameo, una lengua semítica relacionada con el hebreo.  “Entre los judíos, el arameo era utilizado por la gente común, mientras que el hebreo permanecía siendo el lenguaje de la religión, del gobierno y de la clase alta” (Encyclopedia Britannica 2003, “Arameo”).  Marcos traduce “Talitha qumi” al griego para los cristianos gentiles de la temprana iglesia, que quizá no sabían arameo. 

 ¿Qué lecciones sacamos de este evangelio?

-  Importancia de la fe. La fe es un componente imprescindible de estas dos historias.

La hemorroísa era una mujer con mucha fe en Jesús. YJesús se lo reconoce:

-“Hija, tu fe te ha salvado”.

A su vez,  Jairo está convencido de que Jesús curará a su hija simplemente con tocarla (v. 23). Y cuando Jairo oye que su hija ya está muerta, Jesús le dice, “No temas, cree solamente” (v. 36), y resucita a la niña. 

-Cariño de Jesús, que llama a la hemorroísa ‘hija’. Jesús se preocupa por las necesidades de los demás, es solidario, nos impulsa a vivir atentos a los demás.

Hay mucha gente que vive en circunstancias parecidas. Se siente humillada por heridas secretas que nadie conoce, buscan ayuda, paz y consuelo. Se sienten culpables cuando muchas veces solo son víctimas.

Para expresar el amor y la aceptación de la otra persona, mejor que cualquier discurso, es el tocar y el abrazar. El abrazar a una persona es muy saludable. Eso recomiendan a los padres: que abracen a sus hijos.

-Jesús atiende nuestras necesidades, sin hacer diferencias entre ricos y pobres, entre hombres y mujeres. Atiende a mujeres enfermas, despreciadas…

En la balanza de Dios no existe diferencia de sexos. Hombre y mujer valen lo mismo. El evangelio reivindica la igualdad fundamental de la mujer respecto al hombre y la igual dignidad de ambos ante Dios (Gálatas 3, 28).

Fuente:
Cfr.
Ilustración: Inicia, autor desconocido; y, la segunda, Oleksandr Antonyuk.