domingo, 19 de abril de 2020

¿UNA PRÓRROGA DEL MANDATO PARLAMENTARIO?


Del coronavirus institucional

Luis Barragán

Opinión o desliz nada definitivo, según  el canon, Maduro Moros recientemente confesó que no sabe si habrá elecciones, por lo demás, “obligatorias”, en el presente año, caracterizando de “pavorosa” la pandemia. En teoría, no tiene por qué saberlo, pero todos nos hemos impuesto de la  naturaleza del régimen.

Aseguró que está el TSJ,  “en el caso que haya que deliberar con la constitución en la mano y haya que tomar decisiones”. Por lo visto, no repara en las propias y gravísimas circunstancias algo más que políticas,  que lo atenazan junto a las camarillas  del poder.

Habrá quien invoque el lamentable precedente de 1999, cuando el estado Vargas sufrió el impensable deslave que ocultó otros hechos lluviosos y  simultáneos que  acaecieron en el país. A pesar de las condiciones, Chávez Frías siguió con la otrora consulta referendaria del Constitución, negado a postergarla por dos  o tres semanas.

El asunto no estriba solamente en el huésped peligroso, sino en una suerte de COVID19 institucional que impide unos comicios pulcros, confiables, transparentes y convincentes, sobre todo, mientras las consabidas camarillas prosigan en el ejercicio del poder. Es el meollo de un problema que jura beneficiarse de la prolongada cuarentena, como si bastara el coronavirus para desaparecerlo.

Luego, la situación nos orienta a otras circunstancias novedosas, pues, imposibilitadas las elecciones parlamentarias y las  propias presidenciales que deseamos con el cese de  la usurpación, puede prorrogarse  el mandato de los diputados elegidos en 2015. Al  respecto, no por un descuento del tiempo que la Asamblea Nacional ha invertido en defenderse de los ataques del régimen, sino por un principio de continuidad del órgano que no admite vacío alguno.

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