Páginas
para una pandemia ineludible
Luis
Barragán
Quizá
porque las dos guerras que se dijeron mundiales en el XX, no llegaron a este
rincón del mundo, como toda que se
precie, nos hicimos la ilusión duradera de una lejanía insalvable frente a
cualesquiera acontecimientos trágicos, allende la mar. Hasta que el coronavirus
desató sus furias, nos creímos a salvo de toda epidemia, estallido nuclear o
fuga radiactiva (visto Chernobil como algo completamente ajeno), porque fue muy
después que apareció suficientemente
documentada la incursión de los
submarinos nazis en El Caribe.
Otra
experiencia de la supervivencia cotidiana, ahora somos – además – prisioneros
inevitables de la pandemia. Ojalá haya
estudios en curso en torno al empleo del tiempo presuntamente libre del que
disponemos, diligenciando los adultos aquellos insumos necesarios a la vez que
procurando una legítima distracción de los más jóvenes en casa, faltando la
energía eléctrica para los habituales juegos informáticos.
En
numerosos casos, reivindicada, la lectura ha sido un recurso extraordinario para la lidia hogareña en todos los sectores
sociales. El libro que ha de servido de soporte decorativo o para alguna mesa
que cojea, según la utilidad que le encontró Homero Simpson en un memorable capítulo,
ahora abre lentamente sus generosas puertas, en el formato físico o convencional
y como PDF u otro formato parecido.
La
experiencia de pasar las páginas reales o virtuales, en medio de la cuarentena,
convierte a los padres en estrategas preocupados por distraer
a la prole con el más rudimentario recurso
disponible, aunque depende el énfasis de específicos estratos sociales. Una consulta personal y telefónica a varios
amigos (empírica, aleatoria e imperfecta, a
los fines del presente texto), así lo confirma.
Días
atrás, celebramos la reseña de un amigo, historiador de oficio, quien a sus
hijas de edad escolar les ha confiado, por ejemplo, una obra sencilla y
didáctica de José Saramago. Nos llamó poderosamente la atención, porque – antes
– se hizo costumbre iniciar el mundo de las letras con novelas de
aventuras o de ciencia-ficción, pero –
ahora – hay un extenso y fascinante repertorio que puede atrapar la atención de
los noveles lectores o lectorantes, aunque lamentamos la quiebra editorial del
país y la desespecialización alcanzada respecto a la literatura para niños y
jóvenes. A pesar de todo, acotemos, una vez liberados del encierro, mucho habrá cambiado el hábito hogareño,
incluso, más allá de la recuperación del libro en el formato que fuere.
Fotografías: LB, tomadas de la red e intervenidas.
Breve nota LB: El caso es de José Alberto Olivar y su familia, publicado en Facebook.
20/04/2020:
http://guayoyoenletras.net/2020/04/20/paginas-una-pandemia-ineludible/
20/04/2020:
http://guayoyoenletras.net/2020/04/20/paginas-una-pandemia-ineludible/
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