Las redes constituyen una extraordinaria fuente de mordaces fotografías. Las hay naturales, reales y espontáneas, por cierto, en contraste con otras intervenidas y hasta comentadas grotescamente. Ocurrió por estos días, en Facebook. Y, así lo señalamos, tenía tiempo sin leer un comentario adecuado y mordaz para una gráfica tan demasiado elocuente.
Oximoron tras oximoron, lo aburdo llega a límites impensables. El régimen se hace definitivamente ionesco, como los que habitan el territorio que tiene por suyo y del hampa. Dalí ya es un dato que queda atrás. Es Comala y no Macondo.
En medio de la pandemia, hay relajamiento. La gente no hace caso de la plicía y ésta, porque le da trabajo, tampoco a la gente. L ballena antimotines se convierte en fumigadora , cual elefante en una cristalería, destroza las calles. Es lógica la protesta ante la inexistencia del Estado mismo, sólo justificado para servirse así o, peor, a sus dirigentes. No existiendo Estado, quedan las camarillas.
(LB)
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