sábado, 19 de febrero de 2011

SETECIENTAS PAGINAS PLANTADAS EN UN MISMO LUGAR


Libros de a poco
LB


Gerald Martín ha confirmado su autoridad investigativa con "Gabriel García Márquez. Una vida" (Random House Mondadori / Debate, Bogotá, 2008), con setecientas páginas que tiene por domicilio al Gabo. Y, aunque no lo hemos culminado, sentimos la necesidad de aludirlo por lo exhaustivo y minucioso, el digerimiento y forma misma del volumen.

Pareciera que no hay detalle en la vida del nobelado, complejísima y arrojada, que esté fuera del alcance del tenaz, paciente, organizado y viajero pesquisador. Superando las distancias, llega a los últimos rincones del testimonio personal o de la apartada geografía (además, dando cuenta de inmuebles que todavía se mantienen en pie), referenciando la obra literaria que muy bien conoce.

Martin decidió publicar la biografía en vida del propio García Márquez, acaso también un ejercicio para abrir definitivamente las gavetas: tiene pendiente dos mil folios con seis mil notas al pie de página, por lo que decididamente tomó por vocación el seguimiento de la obra y vida del Gabo, merecedora igualmente de una biografía. Sesenta y siete años del biografiador que, investigable, puede dar cuenta también de trabajos "periféricos" de un valioso hispanista, latinoamericanista o - ¿puede decirse? - caribeñista.

El título es para leerlo poco a poco o en dos o tres jornadas, en el caso de mediar unas vacaciones. No es el de los que se pueden meter en una reunión de contrabando o colar en el trance de transportación urbana, no sólo por lo pesado y difícil de maniobrar para robarle unos párrafos, sino por los detalles de una data a la que nos acercamos los legos con curiosidad.

Data, por cierto, extendida en sendas notas que marcan el final de la obra, que siempre la hemos preferido - aún minúscula - al pie de la página, por absoluta comodidad. Sin embargo, el tomo monumental - anuncio de otros no menos monumentales -acreditarán la necesidad de una edición de bolsillo en varios volúmenes para - precisamente - ganar el tiempo escaso, en medio de las habituales diligencias.

Observación final, cuando lo llevamos a media máquina, el libro cuenta con una extraordinaria portada. Diseño muy sobrio, con el rostro de tonalidades sepia sobre fondo negro, que al alcanzar el lomo puede exponer a un "realista mágico" con el ceño fruncido: la virtualidad de un disgusto, por ejemplo.

Y hasta lastima que se parta el lomo, en verdad. Hay un ojo en la modesta biblioteca que requiere observar lisamente, sin las arrugas del uso: leerlo también es un reto para que la pieza no se deteriore.

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