martes, 15 de febrero de 2011

FIBRA POPULAR



De la fibra y antena popular
Luis Barragán


La sobresaturación noticiosa y, por supuesto, mediática del Estado, es una de las características novedosas de un proyecto totalitario que actúa sobre los escombros de una sociedad y de una cultura básicamente democrática. Poco importa que el “rating” de todas y cada una de las emisoras radiotelevisivas conquistadas, sea tan bajo porque las consabidas cadenas presidenciales - acaso - dicen compensarlo, teniendo por mayor atractivo el morbo de las versiones y situaciones que provoca.

El hastío de una audiencia tan orwellianamente asediada, ha llevado – por ejemplo - a la inédita elevación de la demanda de la televisión por suscripción, generando un relativo abaratamiento de los costos. Sintomático, a nadie sorprende que en las áreas marginales urbanas, incluyendo a los pueblos y caseríos más apartados del país, la fibra óptica o las antenas satelitales trencen el ocio o la distracción de los amplísimos sectores sociales que se suponen partidarios decididos del régimen.

La presunción alarma a un gobierno nacional que ha deseado meterse directamente en la diaria y versátil programación de la televisión por suscripción, más allá de las decisiones implementadas que tienden a condicionarla y obstaculizarla. El rostro presidencial ya no cabe en muchos hogares que, por precarios sean, necesitan de la natural distracción ante las angustias que les propina la vida cotidiana.

Se dirá de un escapismo preocupante, pero lo cierto es que no falta un estudio de opinión cuando miramos el bosque de antenas que ahora también identifican a las urbanizaciones o barriadas populares, incluyendo a los más céntricos inmuebles invadidos. Constituye un indicio cierto de la pérdida de emoción y apoyo que ha sufrido el espectáculo presidencial, por no citar las amplísimas posibilidades que desea el gobierno atajar y abortar respecto a internet.

Por cierto, en este reino indestructible de las paradojas, asistimos a una reunión en la que alguien, conocido seguidor de los sondeos, revelaba una creciente audiencia de ANTV (Asamblea Nacional TV), debido a la exclusiva y no menos arbitraria y ventajosa transmisión de las sesiones parlamentarias. Ocurre que, inevitable, por más amagos y destrezas manipulativas empleadas, la voz de la oposición ha llegado – además – a los propios seguidores del régimen, por lo menos, forzándolos a una reflexión, atisbando una situación injusta que contradice las consignas oficiales para la peligrosa constatación e indignación que ahora se convierte en un dolor de cabeza para los administradores de la censura.

La exacta y resignada fidelidad a las encuestas, ha impedido al chavezato darle el zarpazo final a la televisión alternativa. Empero, en cualquier momento parirá una fórmula para el sabotaje o la desaparición definitiva, golpeando a los que potencial o efectivamente no suscriben el agobiante continuismo del Comandante-Presidente.

COLETILLA: Muy pocos sabían acá de la larga estancia de Hosni Mubarak del poder, hasta que llegó la emblemática Plaza Tahir. Además de la obvia y grata noticia de su salida en el poder, presta a la no menos obvia tentación de compararla con la situación venezolana, deseamos observar - por una parte - el fallido esfuerzo del chavezato por hacer suyo el evento popular, y - por otra - la existencia de sendos trabajos académicos que retratan bien las legítimas y oportunas inquietudes surgidas para el frecuente olvido de una opinión pública distraida por la banalidad. Y es que, independientemente de la calidad de la tesis de maestría que desconocemos, la joven docente universitaria ya había planteado sus preocupaciones:¿algún medio especializado o divulgativo dio cuenta de la Adriana Boersner que trabó su preocupación "egipciana", con antelación?.

Fuente: http://www.medios24.com/de-la-fibra-y-antena-popular.html

Fotografía: LB, Catuche, Caracas (01/11)

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