lunes, 28 de febrero de 2011
ACUSACION EN PIE
EL NACIONAL - Sábado 26 de Febrero de 2011 Papel Literario/4
CAP responde
WILLIAM RODRÍGUEZ
Ha muerto el ex presidente Carlos Andrés Pérez --CAP-- y con él una larga historia política venezolana.
El profesor Blanco Muñoz ha intentado recoger parte de esa historia en 28 extensas entrevistas, que van desde el año 1979 hasta junio de 2010. Las conversaciones están precedidas por una larga introducción que hace Blanco y una entrevista que le hizo --en 2010-- al abogado defensor de Pérez durante su defenestración en 1993. No sin vacíos, el ex presidente Pérez narra, de manera clara, meditada y serena su visión del pasado, presente y futuro político del país.
En ellas, CAP ilustra su vida política, la historia social, económica y política del país, de su partido Acción Democrática y de los más diversos líderes, intelectuales y venezolanos prominentes con los que tuvo trato, y junto a los cuales tejió parte de la historia de Venezuela. En eso CAP ha sido justo y humano. No emite opinión de ningún tipo sobre personas, procesos ni acontecimientos si no está enterado ampliamente de lo sucedido.
En ningún momento peca de temeridad u ocultamiento. Pérez Rodríguez no rehuye ninguna pregunta, tema o tópicos aunque, aparentemente, pudiera resultarle incómodo. Con aplomo y serenidad afronta, aclara y abre su opinión. Y lo hace sin amarguras y meditadamente. Ese es, a mi juicio, uno de los grandes valores del grueso texto: tiene la serenidad, la valentía y la certeza de quien --como el ex presidente-- se ha apartado de las turbulencias sociopolíticas de nuestro presente y, viviéndolo a distancia prudencial, puede valorarlo sin peligrosos apasionamientos y con claridad democrática. En el texto aparece un retrato vivo, real y palpitante de nuestra democracia, tejido con la fuerza existencial de uno de sus autores: Carlos Andrés Pérez.
El libro es valioso y útil para todos --viejas y nuevas generaciones-- en muchos aspectos. Pérez, con clarividencia, narra los hechos histórico-políticos y su significado desde la muerte de Gómez, la Revolución de Octubre del 45, el ascenso al poder de la Junta Revolucionaria, el derrocamiento de Gallegos, hasta el proceso de la dictadura de Pérez Jiménez y el surgimiento, dificultades y alcances de la democracia representativa.
A las viejas generaciones le aporta un refrescamiento de los acontecimientos, sumando datos, vías y efectos sociales. A las nuevas generaciones les cuenta una historia serena, real y redimensionada que destaca, frente a una actual visión pesimista del país, el optimismo realista de quien, como Pérez, falleció creyendo, viviendo y aspirando democracia para su país.
Un lector cuidadoso hallará atractivo el modo inteligente de narrar de CAP: oye la pregunta, la medita y la responde directamente sin remilgos ni desplantes. Sagazmente, no cae jamás en las trampas de quien le entrevista, en ocasiones taimada y retóricamente.
Y, además, siempre responde y narra poniendo su vida personal en segundo término ante el interés de enmarcar y dilucidar un proceso social, histórico y político.
Ese es el límite del libro: el modo como pregunta Blanco, sus ideas, sus prejuicios, los cuales no abandona jamás no obstante que Pérez le indica lo inapropiado de ese modo. Desde su teoría marxista le pregunta al ex presidente sobre la relevancia y el "apoyo" popular de la izquierda en el país, ante lo que Pérez responde con la verdad desmitiéndolo con datos concretos. Lo mismo sucede con preguntas sobre la corrupción de la democracia o el "golpismo militar" y la secular distancia de los partidos políticos y el pueblo. Las respuestas claras, amplias e ilustradas de Pérez no tienen desperdicio; además, son irrebatibles. CAP, en tono muy respetuoso, denuncia el "romanticismo", mecanicismo y simplismo del entrevistador y de quienes puedan acompañarlo en esas interpretaciones de la vida real y del desarrollo de la democracia (págs. 83, 86, 89, 105, 108 Ss.) Ese es otro gran valor de esta obra. CAP lo dice --y el país ya lo sabe-- sin complejos: no soy un gran teórico de los sistemas políticos.
Pero el valor de su narración, testimonio y significaciones deja al descubierto la verdad desnuda de nuestra vida social, política y cultural. Más si consideramos que quien narra es testigo, actor y víctima de esa historia que nos implica a todos. Quien esté interesado en conocer la realidad, lo que sucedió y lo que pensaban pragmáticamente los venezolanos de esa época no pueden desoír las palabras de Pérez; lo demás estorba.
A las viejas generaciones le aporta un refrescamiento de los acontecimientos, sumando datos, vías y efectos sociales. A las nuevas generaciones les cuenta una historia serena, real y redimensionada
A nuestro juicio merecen destacarse las entrevistas que abordan la labor y significación política e histórica de Gómez, Guzmán y Pérez Jiménez; sobre todo, porque muchos han sostenido en el país que ellos han sido grandes benefactores de nuestra nación. Tal tesis es rebatida claramente, con datos, fechas y evidencias por Pérez.
Nueva luz se arroja sobre los acontecimientos convulsos del Porteñazo y el Carupanazo. Así como sobre la lucha clandestina de Acción Democrática y las desapariciones y muertes de Ruiz Pineda, Jorge Rodríguez y Pinto Salinas.
La historia, vías y resultados que narra Pérez en relación con la lucha contra la guerrilla y la pacificación y modernización del país es imprescindible, sobre todo, en momentos en que nuestro país vive un retroceso concretado en la persona del recién asignado presidente de la Asamblea Nacional El retrato socio-psicológico que hace Pérez de Gallegos, Gonzalo Barrios y Pérez Jiménez merece especial atención.
En este sentido, Pérez denota conocimiento de la situación política y militar nacional, regional y mundial con lo que hace un directo, sencillo pero útil análisis de los acontecimientos y de la fuerza que ellos imprimen en los sujetos. El análisis psico-cultural sencillo, pero pertinente, que hace de los venezolanos debe ser considerado sin apasionamientos.
Pérez --con fuerza y maestría-- derriba todos los mitos que sobre la violencia incontrolable, el desempleo y el hambre se construyeron entre los años setenta y noventa en el país y del cual se hace eco el entrevistador.
Impresiona, por lo rica, extensa y directa, la crónica que hace el ex presidente de los sucesos de febrero de 1989 y del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992. Allí narra los hechos, los actores y las intenciones sin ocultamientos y con puntillosidad. Se trata de una narración límpida y del develamiento de una actitud heroicamente democrática.
Sugiero se comparen las narraciones y argumentos que han hecho --en diversos textos y entrevistas-- los golpistas, el Ministro de la Defensa y el entonces Presidente de los aciagos acontecimientos de esos años. En esa amplia narración que abarca varias entrevistas destaca la hondura humana de quien reconoce los datos numéricos brindados, los confirma y acepta sus errores políticos; sin dejar de explicar su conducta, sus razones y sus compromisos superiores.
CAP muestra --en su narración-- sus deseos y logros concretos en la reforma política, económica y jurídica que pensó en beneficio del país, en su segundo gobierno, que incluía la sinceración de precios, la privatización de empresas onerosas al Estado, la creación de la figura del Primer Ministro y el fin de la pesada política subsidiaria. A él la historia debe reconocerle la creación e impulsos de un número significativo de programas sociales de ayuda.
El ex presidente narra con detalles el juicio que le defenestró y vizoriza los efectos actuales que ha producido en el país: la incertidumbre, la inestabilidad y la explosión social. Responde a los hechos imputados, así como a los diversos comentarios sobre hechos de corrupción.
El libro cierra con la transcripción del discurso que Pérez leyó en 1993 ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia de enjuiciarlo.
Allí analiza --políticamente-los hechos; los ubica en la perspectiva del odio y la retaliación
Largo espacio le dedica Pérez al análisis de la situación de AD y los partidos políticos tradicionales y expresa claramente su idea para rescatarlos y refortalecer la democracia. Ese fue el último de sus sueños: volver a la vida política activa en el país y emprender el rescate de su partido.
El libro cierra con la transcripción del discurso que Pérez leyó en 1993 ante la decisión de la Corte Suprema de Justicia (hoy TSJ) de enjuiciarlo. Allí analiza --políticamente-- los hechos; los ubica en la perspectiva del odio y la retaliación enconada luego de la Revolución de Octubre del 45, y profetiza para los jueces un arrepentimiento que, en algún caso, llegó muy pronto.
El ex presidente Pérez --y eso es destacable-- aún a sabiendas de lo tendencioso del juicio que se le "montó", actuó ante la CSJ como un demócrata, se sometió y aceptó la pena sin rencores ni huidas. Lección histórica sumamente impactante ante la actual situación del TSJ que desestima en tiempo récord los recursos contra el actual Presidente y, muy recientemente, ha paralizado el juicio sobre el más grande caso de corrupción alimenticia en las últimas décadas: Pdval.
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Agustín Blanco Múñoz,
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