lunes, 21 de febrero de 2011
EL DRAMA DE COMUNICAR
EL NACIONAL - Lunes 21 de Febrero de 2011 Opinión/8
Libros: Mario Perniola
NELSON RIVERA
Mayo del 68 sería el hito revulsivo. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, se habría inaugurado una etapa de dominio político e ideológico de los vencedores. Hasta ese momento vivíamos con las interpretaciones del mundo que dejó la posguerra. Al Mayo Francés le siguieron la Revolución Iraní, en febrero de 1979; la caída del Muro de Berlín, a finales de 1989; y el atentado contra el World Trade Center, en septiembre de 2001: todos hechos que se ubican más allá de lo plausible, que se presentan ante nosotros inmunes a la interpretación.
Dice Mario Perniola: "Estas generaciones se encuentran hoy en la condición de no haber entendido nada aún de los acontecimientos que vivieron" (Milagros y traumas de la comunicación; Amorrortu Editores; Argentina, 2010).
En el marco de estos grandes acontecimientos, la experiencia individual e histórica se ha visto sometida a un nuevo régimen de percepción del mundo: los hechos parecen haber adquirido una condición inasible, donde lo irracional es su dato predominante ("irracionalidad propia del horizonte artístico y el religioso, más que del científico y filosófico"). Son estos hechos los que aparecen como "milagros" o como "traumas". La seductora tensión de Perniola (milagro/trauma) sugiere que la verdad efectiva de las cosas queda aplastada bajo el torrente de palabras y de imágenes con que la comunicación inunda al mundo. A partir de 1968 el mundo habría ingresado en un nuevo régimen de historicidad, donde la comunicación ha tomado el lugar de la acción: la experiencia de lo natural y lo tradicional ha sido desplazada por el artificio y la falsificación. A darle forma a este planteamiento, que uno presiente bajo el potente influjo de Jean Baudrillard, dedica el pensador italiano el extenso capítulo introductorio de su libro.
Lo que sigue a continuación, los capítulos dedicados a las edades de la comunicación, la desregulación, la provocación y la valoración, más que escenificar la llave Milagro & Trauma en la comunicación política, en la democratización de la cultura, en la desregulación de la religión y la economía, en la desestabilización de la cultura o en lo que el autor llama la martiriopatía, sugieren lo contrario: la imposibilidad de hacer viable la idea propuesta.
El texto de Perniola se torna vacilante, especulativo en extremo, incierto, a menudo, en la tarea de conectar la hipótesis con los elementos llamados a demostrar la asertividad de la fórmula. Interesante por el bagaje exhibido, los lazos entre la introducción y los cuatro capítulos son frágiles. Pero la sección de apertura justifica el libro: Perniola responde al desconcierto de nuestros tiempos. Y esto no es poco.
Ilustración: "Perseverance", Shawn McNulty
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