lunes, 28 de febrero de 2011

USLAR (TRES)


EL NACIONAL, Caracas, 01 de Marzo de 1996
Tesis sobre Uslar Pietri alabada en la Sorbona

``Entre el pensamiento y la acción. Arturo Uslar Pietri, 1928-1963'', es el título de la tesis de doctorado en Historia, que la venezolana Astrid Avendaño Vera presentó el 23 de febrero, en la sala Jean-Baptiste Duroselle de la Universidad de París I-Sorbona. Con este trabajo culmina una investigación iniciada con la publicación, en 1988, de ``Contribución a la Biblio-Hemerografía de Arturo Uslar Pietri'', patrocinada por la Fundación Polar.

La tesis sometida a discusión intenta estudiar la comprensión de la democracia y modernización que tuvo Uslar Pietri, en dos momentos de su actuación política y claves para la historia más reciente del país como lo fueron los sucedidos a la muerte de Gómez (1936-1945) y el reinicio de la democracia en 1958. Por otra parte, el estudio de la campaña electoral de Uslar Pietri en 1963 busca comprender la dinámica política que se generó en torno a la figura de un independiente como elemento conciliador y analiza su discurso político.

El jurado que evaluó la tesis estuvo comformado por los profesores: Jean Piel, de la Universidad de París VII-Jussieu, quien actuó como presidente; Francois Delprat, de la Universidad de París III-Sobronne Nouvelle y Francois-Xavier Guerra, de la Universidad de París I-Sorbona, quien fue el tutor del trabajo presentado.

Destacado especialista de la historia contemporánea del Perú, Jean Piel es autor del estudio ``Capitalismo agrario en el Perú''. Catedrático de literatura latinoamericana contemporánea, Delprat es especialista de la literatura venezolana, particularmente de la obra y pensamiento de Rómulo Gallegos, y en los últimos años se ha interesado en la producción novelística del propio Uslar Pietri. Finalmente, Francois-Xavier Guerra, director del Instituto de Historia de Iberoamérica de la Universidad de París I-Sorbona, autor del trabajo sobre México: del Antiguo Régimen a la Revolución, ha orientado sus investigaciones hacia un análisis comparativo de las formas de modernidad en la hispanoamérica de los siglos XIX y XX.

El jurado alabó los logros alcanzados por el trabajo, tanto en términos de la seriedad de la investigación y de su coherencia metodológica, como del carácter ``apasionante'' y ``novedoso'' del tema tratado, que abre numerosas pistas para futuras investigaciones.

El veredicto final fue unánime: Astrid Avendaño Vera obtuvo el grado de Doctor en Historia, mención ``muy honorable con felicitaciones'' -la más alta distinción otorgable. El jurado recomendó la publicación del manuscrito por considerar que se trata de un aporte a la bibliografía latinoamericanista francesa. Esta última recomendación sólo se otorga en casos excepcionales.

EL NACIONAL, Caracas, 17 de Marzo de 1996
Arturo Uslar Pietri en el Congreso de la República
"Soy un venezolano profundamente angustiado"
RUBEN WISOTZKI

El país político le falló, una vez más, a Arturo Uslar Pietri. Mientras la hora pautada para dar inicio al acto que, en su honor, se realizó en el Hemiciclo del Senado de la República, era burlada por antagónicas voces que se confrontaban ante el destino incierto de la Nación, el homenajeado, tan preciso como siempre, esperaba que la disputa de turno tuviera una tregua para ocupar su sitial correspondiente.

El orador de orden, el poeta Juan Liscano, sintetizó en el primer párrafo de su discurso, su sentir hacia el distinguido hombre de letras e ideas: ``Alcanzar los 90 años con la lucidez intelectual de Arturo Uslar Pietri es un don de la naturaleza, de ese enigma que es el hombre, cuerpo y alma. Permanecer afectivamente arraigado a su país, pese a circunstancias diversas, las cuales, a veces, fueron adversas para él, demuestra una fidelidad ejemplar de la que no han sido capaces muchas figuras de su misma jerarquía creadora. No abandonar nunca el camino del humanismo orientador, de la valoración histórica, de la vocación literaria y ductora, lo sitúa como un gran hombre de la inteligencia, honra para cualquier país''.

No faltó, claro está, el justo recordar de su trayectoria: ``Desde esta perspectiva del noventigésimo aniversario de Uslar Pietri se contempla con respeto y admiración lo cuantioso de su obrar literario y cultural: cuentos, novelas, ensayos, poesía, disertaciones por la pantalla chica para instruir a la masa sobre valores humanos, dirección de suplementos literarios y del diario El Nacional ...Infatigable y bien ordenada inteligencia que pudo abordar quehaceres diversos, con una misma convicción de servicio y creatividad, tales las reformas educacionales y la Ley de Educación de 1940, la elaboración de biografías de Aguirre y Simón Rodríguez''.

HAZAÑA FISIOLOGICA

Arturo Uslar Pietri, en su momento, pidió benevolencia y presentó excusas, ``al no haber traído un discurso escrito, las limitaciones de mi vista me hubieran hecho imposible el leerlo'', y a continuación se permitió el único desliz humorístico del momento: ``Vengo hoy aquí, ante el Congreso de la República, con motivo de haber alcanzado la hazaña fisiológica de los noventa años. Vengo complacido, mido la significación del homenaje, lo agradezco desde lo más profundo de mi ser y trato de corresponder con la reafiramación de las mismas convicciones que he mantenido, a todo lo largo de mi vida, y que me siguen animando en esta hora''.

Fiel a su pensar y su sentir, no dejó para otro momento su opinión en torno a los días que se están viviendo en el país. ``Estamos reunidos hoy en medio de uno de los momentos más importantes de la historia de Venezuela. Sería mengua que los venezolanos de hoy, y mucho más los que tienen responsabilidad de gobierno y de dirección de Estado no se dieran cuenta de la inmensa magnitud de lo que está ocurriendo, de todo lo que está pereciendo y de todo lo que está naciendo, de todo el inmenso proceso de transformación que está sufriendo el país en estos momentos, y que dejáramos que la historia operara ciega y sordamente, sin dirección y sin comprensión de los hombres que tienen a su cargo los destinos nacionales''.

``Yo no pretendo traer ninguna verdad nueva, yo no soy sino un venezolano profundamente angustiado que se dirije hoy aquí, más allá de parcialidades políticos y lealtades ideológicas, a otros venezolanos profundamente angustiados en el fondo de su espíritu ante la situación del país''.

PAIS POBRE Y ATRASADO

Lo que prosiguió fue una impecable clase magistral de historia que parecía dedicada a los políticos. ``En estos días se habla mucho de nuevos federalismos, existe un proceso evidente de tendencia hacia la disgregración y hacia la desintegración del país, pero sería muy conveniente que quienes piensan en ello y tratan eso volvieran la vista hacia el pasado y se dieran cuenta de un hecho fundamental que la inmensa mayoría de los venezolanos ignoran. Venezuela es el país latinoamericano que se integra más tardíamente, que se unifica en la época final del proceso colonial y que pasó casi tres siglo y pico sin tener una existencia nacional del conjunto, divididas en distintas gobernaciones o provincias, independientes las unas de las otras'', continúo diciendo el homenajeado.

``Los venezolanos nunca pensaron en la independencia latinoamericana como una empresa nacional. Miranda nunca pensó en la independencia de Venezuela como algo separado o exclusivo. El pensaba en la independencia de la América Latina. El pensaba en la creación de una gran unidad política, de una gran entidad política en todo ese vasto territorio. Y encontró un nombre para ello, que fue el nombre de Colombia. La idea de Colombia es una invención venezolana. Esa visión la recogen los hombres de la Independencia. El propósito de Bolívar no es independizar a Venezuela. El propósito de Bolívar es crear a Colombia, es lograr la independencia de la América del Sur''.

El presente petrolero, obviamente, no fue dejado a un lado por Arturo Uslar Pietri. ``La mayoría de los países del mundo se han desarrollado a base de un crecimiento nacional. Ha crecido la Nación. Ha progresado, se han desarrollado actividades e industrias, a subido el nivel de educación, y así han ido creciendo esos países. En Venezuela fue distinto. En Venezuela quien amaneció rico, inmensamente rico, fue el Estado, eso que tendríamos que llamar el Estado petrolero omnipotente''.

Al final del acto los aplausos no se hicieron esperar. La humanidad de Uslar se alejó entre abrazos, felicitaciones y gestos de respeto. El país político, finalmente, fue puntual...


EL NACIONAL - VIERNES 19 DE MAYO DE 2000
El viejo Uslar
Rafael Arráiz Lucca

Cuando Arturo Uslar Braun se refería a su padre lo llamaba cariñosamente "el viejo Uslar", y en homenaje a su memoria es que me permito titular este artículo con sus palabras. Nuestro "viejo Uslar" cumple 94 años dando la batalla, solitario, como esa voz en el desierto que ha sido desde que en octubre de 1945 fue aventado del poder y cambió para siempre su destino y el nuestro. Entonces, el "poder revolucionario", además de afrentarlo le devolvía un tesoro que comenzaba a escurrírsele entre las manos: la literatura. Alguna vez lo dijo: si algo tenía que agradecerle a su archienemigo Betancourt era haberle devuelto los libros y el regalo de una condición personal inédita y propicia: el exilio.

Aunque su atildamiento confunda a los incautos, Uslar ha cultivado tormentosas y prolongadas pasiones. La primera de todas es Venezuela: esa obsesión que no lo ha dejado tranquilo nunca, que lo ha gobernado de manera despiadada. Pero esta pasión hubiera sido impensable si su objeto no hubiese tomado caminos tan distintos a los queridos por Uslar. De modo que es la pasión que se alimenta de la contrariedad, de la terquedad, de la conciencia que su enamorado ha tenido desde muy joven de que su objeto amoroso caminaba hacia el abismo. Cualquiera que revise su actuación pública encontrará el permanente llamado por enderezar el rumbo, y la no menos permanente sordera frente al señalamiento. Extraño amor: el enamorado señala y el sujeto de su amor no escucha. Quizás por esto mismo es que el amor ha devenido en pasión: alguien clama, alguien no oye. Sin embargo, no puede decirse que Uslar no ha sido profeta en su tierra, de hecho, desde hace 30 años su palabra se erige en una suerte de inusitada conciencia nacional: el país sabe que tiene razón, pero no sigue sus prédicas. Profeta que encarna la voz de la tribu, pero la tribu no sigue sus admoniciones. Un personaje dramático.

Después de esta, las otras pasiones han sido menores, pero no por ello inocuas. Todo lo contrario, de su vocación definitoria ha brotado un cuerpo ensayístico que discierne la naturaleza de Hispanoamérica con una penetración pocas veces hallada. Las preguntas que se ha hecho en lo personal las ha trasladado al ámbito colectivo: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? Interrogantes que han sido piedra de base de una obra literaria tan importante como expresamente soslayada por alguno de los rostros del prejuicio: el político o el relativo a su condición patricia. No obstante, superada la miopía que impone el juicio previo, la razón le atribuye, con fundamento, haber sido uno de los renovadores del cuento hispanoamericano y se le reconoce, también con razón, como uno de los más altos cultores de la novela que trabaja con el hecho histórico. De su voluntad polígrafa han nacido obras de teatro e incontables artículos periodísticos que en sus mejores momentos son modelos de precisión y síntesis. De su curiosidad humanística han florecido sabrosísimas crónicas de viaje por medio mundo y, last but not least, de quién sabe cuál recodo de su intimidad han surgido dos poemarios tan extraños como reveladores de su personalidad. Del ejercicio oral de su erudición llegó hasta el televidente su versión de la historia y de la comedia humana, en aquellos programas con los que mi generación creció, Valores humanos, asistiendo todas las semanas al espectáculo fascinante de la elocuencia absoluta, en un intento por hacer pedagogía para las grandes audiencias. Sin pestañear, "el viejo Uslar", movía sus grandes manos mientras el tono caraqueñísimo de su voz hacía del caos un orden y del orden una trama y de la trama una historia.

En Uslar halla cuerpo el espíritu del humanista del siglo XIX venezolano. Su vida y su obra continúan, en muchos sentidos, los esfuerzos de Fermín Toro y Cecilio Acosta, ambos de similar estirpe a la uslariana, en los que la acción pública no está reñida con la escritura. En este siglo que culmina lo acompaña Rómulo Gallegos en la asunción de obligaciones de Estado desde sus condiciones de hombres de letras, en ambos casos la experiencia no ha sido plena, pero ambos hicieron del servicio público algo alejado de la rapacería y la estulticia. Comparten, también, el hecho de ser los dos escritores venezolanos más leídos y estudiados fuera de su patria. Además, qué casualidad, los hermana la afrenta de ser sistemáticamente negados, bien sea desde el desconocimiento de sus obras o desde la mezquindad. Con las excepciones del caso, más que valoradas, sus obras han sido juzgadas.

En 1973 Jorge Luis Borges quiso hacer la presentación pública de Uslar en Buenos Aires; se le confería el premio Alberdi-Sarmiento, entonces dijo: "Presentar a Arturo Uslar Pietri es presentar a muchos hombres, porque nuestro huésped puede decir, como Walt Whitman, el escritor americano por antonomasia: Soy amplio y contengo multitudes". Y nosotros, ahora, hacemos silencio.

EL UNIVERSAL, Caracas, 27/02/11
Hablando de Uslar
Su actividad política nutrió la construcción de los personajes en sus novelas históricas
HENRIQUE LAZO

Hace diez años Arturo Uslar Pietri se despidió del siglo XX y nos dejó una obra humanística extensa que reconforta a todo aquel que se acerque a su legado. Cuentos, novelas, ensayos, programas culturales de televisión, obras de teatro, artículos en la prensa, charlas y discursos. El autor de la "Isla de Robinson" siempre se hizo presente en la improrrogable tarea de democratizar el acceso a la cultura. En sus tiempos, todavía la Internet no había tomado la palabra.

La posibilidad de informarnos que nos permite La Red era inimaginable en la mocedad de Don Arturo y solo aquellos que tenían una sustanciosa biblioteca en su casa o en la de un familiar cercano podían disfrutar la aventura del conocimiento. La otra opción eran las bibliotecas públicas y los fondos requeridos para pagar su reproducción. Estar informado, ser culto, era casi un privilegio. Hoy en día, las redes sociales le han abierto a cinco mil millones de personas las puertas del saber.

Arturo Uslar Pietri dedicó la mayor parte de su vida a colaborar con la formación cultural de su época. Casi ningún tema le era ajeno. A través de sus charlas televisadas despertaba el interés por la cultura y de una manera sencilla y accesible a los jóvenes, se especializaba en relatar los valores de los seres humanos, sus logros y su contribución a la humanidad. Su actividad política nutrió la construcción de los personajes en sus novelas históricas, pero cuando la literatura se mezcla con la política, pierde la literatura.

Trabajar junto a Arturo Uslar Pietri durante seis años produciendo y dirigiendo la serie "Valores Humanos" que se transmitía por televisión, en radio y se publicaba en la prensa, fue una experiencia extraordinaria. Conversar con el autor de "Una visita en el Tiempo" -Premio Rómulo Gallegos- cada semana, era compartir con un excelente profesional, un ciudadano al que le gustaba actuar correctamente y un buen amigo. La diferencia de edad la transformamos en una ventaja.

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