lunes, 14 de febrero de 2011

FONDEANDO LA PERPETUIDAD


EL NACIONAL - Lunes 14 de Febrero de 2011 Escenas/2
Schmidke
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ
Para Alkys Lamas

El apellido invoca en los parajes de la poesía nacional a uno de sus más caros cultivadores.

Con el nombre de Jorge, la ciudad de Maracaibo cuidó sus orígenes y encauzó su tiempo de formación.

Posmodernista, no deja de heredar la pulcritud versificadora y la expresión clasicista. Parnasiano de nuevo cuño, la vanguardia entra apenas con un celo muy controlado. Romántico de placentero trasnocho, traducirá con veneración a Byron y a Hugo. Cultor de la palabra impecable, escribirá bien y mucho en clave de la poseía más perdurable de la lengua de Venezuela. Sonetista virtuoso, amará esta forma del decir métrico por encima de cualquier otra.

De sus muchos libros, uno nos recuerda hoy sus 90 años de haberse publicado y uno celebra las galas de la mejor venezolanidad en verso. Su título, Patria (Biblioteca Venezolana de Ediviagro, 1981), de escueto y elocuente deambular, conoció la imprenta en el distante 1921. La patria que el poeta cantó en esa fecha, aún abocada a la materia heroica y grandiosa, cambiaría ante sus ojos en el transcurso de su longeva existencia y gracias a su conciente oficio de versificar lo ido y lo nuevo patriótico.

El notable poemario, sin embargo, querrá domiciliar su palabra en la primera de estas entidades, patria distante y noble cuya añoranza ofrece vida y mantiene vivo el latido del corazón nacionalista, en la mejor de sus acepciones. Trece secciones edifican el monumento verbal, coincidiendo con el monumento real que se levantaría en Carabobo al poco tiempo con motivo, poemas y piedras (la más poderosa de las ecuaciones), del centenario de la inolvidable gesta: ofrenda, pórtico, gesta cívica, los héroes, la epopeya, episodios, la república, los símbolos de la patria, los emblemas naturales, ciudades y regiones, los poetas, muerte y apoteosis de Bolívar y excelsior.

La sección undécima la dedica a los poetas y ello clava una marca en la estirpe. Primero, Bello: "Lira de oro en cuya dulce gama/ los sabios plectros de Marón y Quinto/ tañeron himnos que la Gloria aclama:/ ¡tal fue la lira que llevaste al cinto!". Dos sonetos prodigan a Pérez Bonalde su grandeza: "Ante la expectación del universo/ la majestad de su dolor perdura/ en la epopeya lírica del verso". Gutiérrez Coll y Gabriel Muñoz, sus dioses más cercanos, van en límpidos tercetos: "Si hoy, esquiva, la Fama le abandona,/ si el profano su alcázar desmorona/ y de sus muros el festón arranca,/ En los escombros su laurel germina;/ ¡del polvo gris de milenaria ruina/ surgió el prodigio de la Venus Manca!". Otros en hilera completarán su personal Olimpo de sagrada invocación: Andrés Mara, Rufino Blanco, Víctor Racamonde, Eduardo Carreño y Udón Pérez.

Recordamos hoy al poeta Schmidke por la misma razón con la que despertó en otro tiempo la admiración de Paz Castillo: "El progreso que introdujo por su severidad expresiva en el descuidado lenguaje poético, abundante casi siempre y en ocasiones ocioso de los románticos".

Fascina aún y sobremanera que fuera capaz de contemplar serenamente la vida a través de un soneto.

Una razón suficiente para adorar a perpetuidad sus palabras a la patria y para conocer la nutricia patria de sus versos: mirra de pensamiento consumida en una permanente y viva brasa amorosa.

Ilustración: http://oilpainting.mkzg.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario