miércoles, 16 de febrero de 2011

DE UN FUNDAMENTALISMO


EL NACIONAL - DOMINGO 19 DE AGOSTO DE 2007 SIETE DÍAS/10
El fundamento militarista
ANTONIO PASQUALI

El episodio del 1º de agosto fue un epítome de la escualidez chavista. Tras olfatear las deposiciones de una espontánea mitómana regando su ponzoña antes de volver a la nada, y de un coprófago al que le falta ingerir un último litro de heces para completar su verdadero ser, la monocrática Asamblea decidió cubanamente aplicar terrorismo de Estado a 33 periodistas, criminalizándolos por haber viajado, invitados, a Estados Unidos. Se sumarán a los 63 ya enjuiciados desde 2002 por un régimen falsamente libertario. Ese Legislativo encarna como nunca la histórica genuflexión del país inmaduro ante las botas.

Para vencer la anomalía chavista habrá que dejarse ya de hermenéuticas bizantinas y volver a la vieja, monolítica y campante categoría de "militarismo", que es "el gobierno militar-policiaco producto de la toma, por parte del ejército, de una influencia decisiva en la política del Estado" (Osmanczyk); una verdad a recordar sobre todo a chavistas civiles y militares institucionales, indignamente manipulados por un soldado sediento de poder.

Tras su socialismo de pacotilla, Chávez no es un uniformado que llegando al poder comienza a actuar civilmente, sino un monotemático que sólo piensa y actúa en militar, rebautiza y regimenta una entera sociedad con nomenclatura militar, metamorfosea a la disidencia en "enemigos", sueña y compra armas en desmesura, exige obediencia cuartelera y, en suma, reduce la convivencia a lo único que maneja coherentemente, su enseñanza en los cursos de "Filosofía de la Guerra" de la Academia Militar. Ama repetir, como el rey Sol, que su ultima ratio regum (el último argumento de los reyes) es el uso del cañón. La "unión cívico-militar" es la vaselina que usa; en los hechos, ya casi no quedan poderes en Venezuela que no estén en manos de militares sumisos. La valiente video-denuncia de Ciudadanía Activa: Venezuela ¿se uniforma? es el mayor acierto comunicacional de estos meses (
http://www.youtube. com/watch?v=Vzpw-icJG9M ). La diatriba pública MüllerBaduel acerca del tipo de guerra que nos esperaría, indica el nivel de intoxicación militarista de la sociedad civil. La oposición debe apresurarse a confeccionar un organigrama del Estado que muestre los cargos ocupados por militares activos o retirados, pues urge ensayar una lectura militar de hechos que resultan incomprensibles en su lectura civil. Ejemplo: el cable submarino La Guaira-La Orchila-Siboney de 160 Gb/ seg, grotescamente sobredimensionado para fines civiles, pero con sentido si se le piensa en militar (las telecom cubanas son un popurrí demencial de comatoso subdesarrollo civil y de hiperdesarrollo militar traído a la isla por la URSS principalmente en el centro de espionaje electrónico de Lourdes, que llegó a ser de los más poderosos de la tierra).

Una agorera carrera armamentista que el sentido común no entiende, la creación de un ejército pretoriano paralelo para una gran "Armada Roja" final, las liaisons dangé reuses con Bielorrusia, Siria e Irán para una geopolítica megalómana, la formación a granel de militares y paramilitares en La Habana y Cojímar, la creación de una "URSS latinoamericana" para la defensa mutua, y una armada submarina con lanzacohetes de alcance intermedio y cabezas no especificadas que pudiera reproducir en pequeño la crisis de los misiles de octubre 1962... ¿cómo dudar de que hay un delirio militarista actuando de fundamental pivote político? El 10-11-2005 Chávez declaró a A. Zhukov, vice-premier ruso, que Caracas sería "el centro del torbellino" donde todo ardería y que "América Latina será lo que Rusia no pudo ser". Su empeño en realizar la fantasía del Che: "Uno, diez, mil Vietnam" (con él en el rol de Giap) es en efecto vistoso. Pero los delirios bloquean la mente: a Chávez le hacen olvidar que Vietnam volvió a la economía de mercado y que, PC aparte, él fue abucheado en Hanoi tras pronunciar su consabida filípica anticapitalista.

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