martes, 29 de junio de 2010

Sobre una póliza



La dignidad electoral del soldado venezolano
Luis Barragán


Convengamos, la plataforma de la unidad democrática es la única garantía que tiene la Fuerza Armada Nacional para la recuperación de sus misiones esenciales. Y los comicios parlamentarios ofrecen una inmensa oportunidad, vista la experiencia del último quinquenio con una legislación que ha violentado los supuestos constitucionales.

El propósito fundamental de la oposición democrática en la Asamblea Nacional consiste en reivindicar plenamente la Constitución de 1999, incluyendo una efectiva división de los órganos del Poder Público, por lo que la corporación armada puede confiar en un ejercicio parlamentario venezolanista, responsable y autónomo. E, incluso, contribuirá al desarrollo del principio de corresponsabilidad del Estado y de la sociedad, respecto a nuestra seguridad y defensa, desde una perspectiva convincentemente creadora, radicalmente ética y tan necesaria, a sabiendas de la extrema fragilidad de una economía tercamente rentista..

Un parlamento dócil, silente y obediente, resignado a la continua aprobación de los créditos adicionales para una gestión incontrolada, solamente beneficia a la parcialidad que goza de los privilegios del poder. Es necesario debatir continuamente sobre las misiones que la Constitución le pautan a la Fuerza Armada nacional, contrastante con la desventajosa relación que se tiene con Cuba.

Profundizada nuestra dependencia petrolera y la que propiamente tenemos con una potencia extranjera, afectados militarmente, incluyendo los servicios de inteligencia y seguridad, se impone el desarrollo del citado principio de corresponsabilidad para fundar una distinta relación civiles-militares, que no una alianza cívico-militar según la entiende demagógica e interesadamente el chavezato. La misma ultraestización de la economía y de la sociedad que lesiona y caricaturiza aún más al Estado incapaz e ineficaz, constituye el otro ingrediente de un retroceso marcado por la desindustrialización y la improductividad que arriesgan al país ahora atornillado a intereses geopolíticos distantes y ajenos, más allá de la artificial confrontación con nuestro principal cliente: Estados Unidos..

Urgimos de una entidad castrense al servicio real de la nación, realizada profesionalmente, recuperada la confianza de un país que sabe de su especialidad e integridad. Rechazamos el proselitismo político en el seno de la Fuerza Armada Nacional, por muy Comandante en Jefe que se diga Hugo Chávez, que lo es en la medida que ejerce la Presidencia de la República por voluntad popular. Sin embargo, al soldado que votará en las elecciones del 26-S, lo llamamos a una serena consideración de las propuestas planteadas, al ejercicio venezolanista del sufragio que le permita reivindicar la delicada misión constitucional de la Fuerza Armada.

La confidencialidad del voto adquiere una mayor legitimidad, tratándose de quienes cuentan con las armas que la República les ha confiado. La dignidad electoral del soldado es la del ciudadano y debe escoger entre la desaparición o la reivindicación de la entidad armada, considerada la vigencia de leyes que violentan la Constitución de 1999.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=666839
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=666839
Ilustración:
Cañas (El Globo, Caracas, 18/01/93)

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