domingo, 6 de junio de 2010

Centro y culmen de la piedad cristiana


(Lucas, 9: 11-17): en su homilía de hoy, el Padre Alvaro Lacasta (SJ) refirió a que sólo hay una misa, una comunión, un sacerdote. Y de la misma manera que entendemos por el módulo de la fe y no de la razón, la Divina Concepción de María la Virgen, también la multiplicación de los panes: una migajita de pan, harina y agua, sin sal, es una hostia y es el cuerpo de Cristo. La Eucaristía, centro y culmen de la piedad cristiana. No hay otra religión en la que se coma y baba el cuerpo y la sangre de Dios.

La Eucaristía nos une al pasado, al presente y al porvenir. ¿Hasta dónde valoramos el cuerpo y la sangre de Cristo? Entra en nuestra carne y en nuestra sangre. Es compartir y dar. ¿Qué exigencias comporta?....

Ilustración:
"Cristo Urbano" de Eivar Moya, artísta colombiano

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