miércoles, 16 de junio de 2010

El pasado es fragilidad y nostalgia


EL NACIONAL - Martes 15 de Junio de 2010 Escenas/4
ARQUITECTURA Graziano Gasparini presenta dos publicaciones
El pasado es fragilidad y nostalgia
Escuchar al monumento
y Venezuela en blanco y negro buscan las huellas de las construcciones coloniales en el país y Latinoamérica
MICHELLE ROCHE RODRÍGUEZ

La tristeza melancólica que causa el recuerdo de una Venezuela anterior a la urbana inspiró en Graziano Gasparini ­arquitecto, fotógrafo, investigador y profesor titular de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela­ dos libros que hace poco llegaron a los estantes de las librerías del país: Escuchar al monumento y Venezuela en blanco y negro, ambos impresos por Editorial Arte.

En el primer título, el investigador ­que ha realizado una amplia actividad en el área de la restauración del patrimonio arquitectónico de Venezuela y América Latina­ recoge sus ponencias más importantes sobre el tema. Y aunque abundan las fotografías al respecto de edificaciones alrededor del mundo, el autor prefirió detenerse en los temas nacionales, de los cuales guarda mucha información documental y gráfica.

En la introducción de Escuchar al monumento, el creador que hace más de una década fue fundador de la Dirección de Patrimonio Cultural del ahora desaparecido Conac ­institución que dirigió en dos oportunidades­ señala que no quiere hacer del libro un instructivo técnico ni una lista de recomendaciones ­mucho menos de correcciones sobre los monumentos venezolanos­, pero que en los artículos sobre los casos que tiene más cerca "alternan aciertos y desaciertos, críticas y frustraciones, mediocridad e improvisación, propios del subdesarrollo y, más recientemente, de una pobre política cultural fundamentada en una negativa y obsoleta perspectiva ideológica".

Imágenes que son testigos. El talante de la publicación Venezuela en blanco y negro es muy diferente; en ella la fotografía se hace testimonio de las edificaciones en Venezuela, específicamente en la década de los años cincuenta, cuando la modernidad comenzó a adueñarse de las ciudades del país y éstas comenzaron a cambiar su piel rural por una urbana, que creció demasiado rápido, hasta convertirse en lo que Jorge Volpi llama "megaurbes", ciudades enormes habitadas por "masas" de individuos, en las cuales la violencia es la regla de la convivencia.

Cabe destacar que para la época que Gasparini estudia en el libro él tenía un sólido criterio artístico y su plástica se había consagrado dentro y fuera del país, pues en el año 1948 se convirtió en el pintor más joven admitido en la Bienal de Venecia y luego volvió a exponer, en 1954 y 1956, y en la Bienal de Sao Paulo, en 1955.

En Venezuela en blanco y negro el fotógrafo ­también fundador y director del Centro de Investigaciones Históricas y Estéticas­ muestra sus múltiples miradas de monumentos coloniales venezolanos y, para beneficio del lector, registró las construcciones en sus claroscuros y grises para que quienes las miren, cubran de colores lo que el correr del tiempo ha llenado de polvo.

La mejor descripción del texto está contenida en la introducción escrita por el poeta Luis Alberto Crespo, que invita a leerlo cuando escribe: "El libro de fotografías de Graziano Gasparini que ahora nos aprestamos a mirar trata de una Venezuela inencontrable.

Desaparecida para siempre, o para siempre mutilada y desfigurada. Es la Venezuela de la década de los años cincuenta, de apenas ayer, pero que ya comenzaba a volvérsenos invisible, enorme elegía. Tanto, que provoca comenzar y terminar nombrándola como en los cuentos que narran la historia de un país que tiene parecido con los sueños o las ilusiones perdidas".

(Apunte: MFSG)

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