martes, 8 de junio de 2010

Petra y la encrucijada


El monopartido ordenador
Luis Barragán


El régimen apuesta por la desestabilización que ha de generar amplísimo abanico de competencias, atribuciones y usurpaciones, afines a la reproducción de instancias, organismos y despachos, que consagran al Estado paralelo. Sobreabultadas las funciones decisorias y – no siéndolas - meramente ceremoniales o simbólicas, poco importa la no fiscalizada y masiva manipulación de alimentos o el vasto desempleo bastarda y estadísticamente disfrazado, a favor de la estatización, nacionalización o expropiación de las grandes, medianas, pequeñas y pequeñísimas empresas con el hacha del SENIAT, IVSS o INCE a la mano, el piquete –claro - fuertemente armado de la guardia nacional o patrimonial, la escandalizante emisora radial o televisiva que construye el discurso heroico del chavezato.

La imputación y ocupación de todos los espacios privados de la economía, infla exageradamente las expectativas, relanzando promesas donde ya se hicieron y caducaron otras, ensanchando astronómicamente las actividades del gobierno nacional que, por cierto, no tiene por característica la debida coordinación y afinamiento. La galopante tajadización burocrática y presupuestaria, un salario o un contrato de obras que atisban el reparto inicial, en el gigantesco hipódromo rentístico que somos por más vallas, pendones o volantes lo digan socialista, en el vano esfuerzo de darle una prestancia o dignidad.

La volatización del engreído Estado, tan atomizado por tareas, propósito, funciones y personas que se creen por siempre insustituibles, urge de un principio y un equipo de ordenación al que no le basta la única personalidad presidencial de elevadísimo culto. Empresas antes de convincente gestión y calidad gerencial, como PDVSA, o corporaciones – acaso – de una discreta vida institucional década y tanto atrás, al intentar tamaña responsabilidad, conferida de hecho para administrar alimentos o construir puentes, simplemente se descomponen o desnaturalizan: fuera del ámbito de la especialidad, aseguran la autodestrucción de las entidades.

La privilegiada creación política, el aventajamiento presupuestario y burocrático, la estructuración paramilitarizada, el irreemplazable soporte mediático y la ciega obediencia del PSUV, lo convierten en el ordenador por excelencia de ese Estado que absoverá o dirá absorver definitivamente al resto de la sociedad. La agresiva penetración de todos los rincones del país, desarbolados ya el PPT y cualesquiera de los partidos reacios a la ocupación, lo candidatean para atajar y encausar la paradójica desestatización del Estado con el que está fusionándose. Sin embargo, tales partitocracia y estatolatría, tiene por límites la transitoriedad del compromiso.

Y es que mientras transite los lechugosos prados de las divisas que monopoliza, amenazando con los rigores eventuales de la pólvora, esa dirigencia paralela o confundida con la del Estado, tratará de hacer el mandado, porque no hay convicción doctrinaria e ideológica de profundidad que sirva de póliza frente a los riesgos y amenazas. Cinco minutos fuera del poder, por la ya legendaria ineficacia de un PSUV de debilidades éticas que no puede esconder la propaganda ni la publicidad, y todo se derrumbará: demasiado camisón para Petra, dice la sentencia popular.

Fuente:
http://www.noticierodigital.com/2010/06/el-monopartido-ordenador/
http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=659219
Ilustración:
http://www.lelaboratoire.com.mx/site/images/stories/mario%20nunez/exposicion/caminos/26.%20Rompe,%20oleo%20sobre%20tela,%2030%20x%2025%20cm,%202006.jpg

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