Rojos días de rojo

EL NACIONAL - Sábado 19 de Junio de 2010 Papel Literario/3
Días de rojo, una novela testimonial
ALEXIS MÁRQUEZ RODRÍGUEZ
Desde niña María Elena Lavaud quería ser escritora

Cuando, adolescente, le tocó escoger una carrera universitaria optó por el periodismo, pensando que esa profesión era un buen camino para llegar a la literatura como oficio. La realidad le ha demostrado que, al menos en parte, estaba en lo cierto. La lectura de su primer libro, la novela Días de rojo (Ediciones B.
Caracas; 2009), nos muestra cómo el periodismo le ha sido útil, no tanto para ponerla en el camino de la narrativa literaria, sino para hallar un estilo propio y para ayudarle a dominar las técnicas de la novela. Como en muchos otros casos en esta novela la narración literaria es muy juiciosamente auxiliada por los recursos técnicos del periodismo, en un punto de equilibrio que es en parte responsable del encanto que produce su lectura.

Días de rojo se basa en hechos reales, pero sin que el lector pierda de vista que es una obra de ficción. Son hechos de una implacable actualidad. Incluso la mayoría de los personajes, tras sus nombres ficticios son fácilmente reconocibles en sus referentes reales. La novela es como un gran reportaje, pero sin dejar de ser novela, sobre los acontecimientos que han marcado la vida venezolana desde el fracasado golpe de estado del 4 de febrero de 1992 prácticamente hasta el presente, pues el lector puede hacer que la acción novelesca termine en cualquier momento de los últimos años, o que se prolongue hasta más acá del episodio final del relato novelesco.

Aunque la autora niegue que se trata de una novela histórica, no hay duda de que los sucesos que en ella se relatan tienen un carácter histórico, no referidos al pasado más o menos remoto, sino al presente. En todo caso es una novela testimonial, en la que la novelista recurre a la ficción como truco literario para narrar sucesos en los que ella misma participó de algún modo, bien como testigo presencial, bien como experiencias de terceros, conocidas por ella en su investigación previa a la escritura de la novela. Después de todo, el periodista es el testigo por excelencia de cuanto ocurre a su alrededor.

Llama la atención en esta novela la limpidez y precisión del lenguaje, que se desarrolla en lo narrativo y descriptivo con una fluidez que hace de su lectura una gratísima experiencia.

En ello también, por supuesto, se percibe la mano de la periodista de largo oficio.

Asombra asimismo el dominio por parte de la narradora de las técnicas novelísticas modernas, pese a ser una primera novela, pero exenta de los baches muy frecuentes en las novelas de principiantes.

Aquí se trata de una narración lineal, pero con un manejo muy hábil e inteligente de los planos espacio-temporales, lo cual contribuye enormemente a despertar y mantener el interés del lector.


DIAS DE ROJO EN BLOG

En su número de enero/febrero de 2010, la revista Producto presenta una reseña de Días de rojo, la primera novela de María Elena Lavaud. Disfrútela.


A María Elena Lavaud se le conoce por la labor periodística que ha venido desempeñando en diferentes medios de comunicación desde hace más de una década. Sin embargo, su nombre ahora es noticia por razones diferentes: finalmente ha materializado el sueño que venía acariciando desde hace muchos años, el de ser escritora, al publicar su primera novela, Días de rojo, lanzada al mercado por Ediciones B.

El gusto por la escritura era algo que estaba latente desde su adolescencia, pero fue en el año 2003 cuando se decidió a tomar ese camino. Ciertos cambios en su vida la alejaron del proyecto durante 2 años, pero en ningún momento dejó de pensar en la novela. Cuando la retomó, replanteó buena parte del argumento y, finalmente, las oportunas observaciones de Silda Cordoliani –editora del libro– la ayudaron a ajustar los cabos sueltos. Muchas son las especulaciones que han surgido de boca de quienes han leído la primera creación literaria de Lavaud, como que es una historia de amor ambientada durante el golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, que hay personajes de la vida real o que la protagonista –también periodista– posee rasgos autobiográficos. Aunque la autora afirma que en ninguna página se habla de fechas o de lugares específicos, reconoce que Días de rojo es una ficción basada en hechos reales y, en su opinión, ése es uno de los atractivos de su obra.

“Son conclusiones que saca el lector cuando evidentemente los hechos que se tocan por allí, para quien los vivió, resultan fácilmente asociables. Hay mucha gente que me dice que se ha leído la novela con un papel en blanco al lado y ha ido anotando los nombres [de los personajes] del libro y los nombres que suponen que son los reales. Es un ejercicio creativo que a la gente le ha resultado súper fascinante”, cuenta.

Eso de tomar elementos de la realidad y ficcionarlos fue surgiendo cuando comenzó a escribir, y que reforzó al sentir la necesidad de contar una historia y no de hacer un reportaje sobre la crudeza de un país. El resultado es una novela universal porque, si bien ciertas situaciones resultan familiares a un lector venezolano, también podrían estar ocurriendo en cualquier otro país del continente.

Aunque en esta oportunidad las ideas de María Elena Lavaud hayan tomado la forma de la creación literaria, no están divorciadas del periodismo. En su opinión, los años de oficio en radio, televisión y medios impresos se convirtieron en una herramienta muy útil a la hora de escribir escenas o de concebir historias, pues hasta las visualiza cinematográficamente, algo que la ayudó a construir un hilo conductor que mantuviese al lector en vilo. Y al parecer lo logró, pues no sólo los lectores se lo han manifestado directamente: al poco tiempo de ser publicada, varias librerías comenzaron a pedir reposiciones, dada la cantidad de ejemplares vendidos.

María Elena Lavaud, que piensa seguir dando rienda suelta a su faceta de escritora –oficio que considera un desahogo–, cuenta que ya hay quienes le han sugerido que escriba la segunda parte de Días de rojo. Ella no lo descarta, pero aclara que no sería el próximo proyecto que desarrolle. De hecho ya tiene en mente la estructura de su próximo proyecto, otra novela de ficción, porque “es una herramienta súper útil para gente como yo, que está comenzando a hacer sus primeros desahogos. Me parece que me siento más libre de decir lo que quiero”.

Fuente:
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