EL UNIVERSAL, Caracas, 22 de Julio de 2012
El chip de combustibles
Los políticos de oposición han asociado su discurso al rechazo que expresan los contrabandistas
FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS
Hay un debate público sobre la pertinencia y razones para la implementación de un sistema automatizado para la venta de combustibles en la frontera del Zulia. El sistema ha avanzado y está en funcionamiento en el estado Táchira y en los municipios de la subregión Guajira del mismo estado Zulia.
Como en las épocas cuando se gritaba lo contrario al competidor sin evaluar lo que decía, con irrespeto al pueblo zuliano consciente, los políticos de oposición han asociado su discurso al rechazo que expresan los contrabandistas y les ayudan a construir los más peregrinos argumentos. La automatización causa temores a las mafias del robo de vehículos, quienes no podrán inscribir carros mal habidos por la revisión de documentos que debe hacerse, y afecta los intereses de las mafias del contrabando de combustibles hacia Colombia. Afecta los grupos delictuales que se han venido al territorio zuliano por la atracción del negocio fácil del contrabando, con graves consecuencias para la seguridad y la paz de las familias.
La instalación tarda no más de quince minutos y garantiza la entrega del combustible, barato, suficiente, sin colas, un privilegio de los venezolanos. Eliminando los riesgos, por la presencia de los contrabandistas llenando sus unidades para acarrear combustibles, de espera en las colas.
La implantación del sistema permitió ahorrar cincuenta millones de litros al mes en la asignación a Táchira y cinco millones de litros para la Guajira. Funciona sin afectación y sin cola, los ciudadanos compran la gasolina que necesitan. Son avances en la lucha por la seguridad de frontera que está dando el Gobierno con la fuerza armada y los militares, desplegados contra el contrabando y sus vicios implícitos.
EL NACIONAL - Domingo 22 de Julio de 2012 Economía/6
¿Chip?
PÍLDORAS DE UN MISMO FRASCO
ALBERTO QUIRÓS CORRADI
Una vez más este régimen enfrenta un problema real con una respuesta equivocada. Intenta solucionar el contrabando de gasolina hacia Colombia mediante una forma de racionamiento al consumidor doméstico, que eso es el dichoso "chip". El régimen sabe por permiso de quiénes y cómo se transportan los grandes volúmenes de gasolina a Colombia. Sabe dónde se llenan los camiones cisternas y la ruta que siguen. Quiénes se benefician y cuánto pierde el país por hacerse la vista "gorda" ante este negocio. El margen de ganancia es de tal magnitud que aun repartiendo entre muchos, cada uno de los involucrados se beneficia. El contrabando de gasolina es un gran negocio del cual sacan provecho muchos peces gordos y otros no tanto.
Un nuevo gobierno debe tener la voluntad política y la moral cívica para desmontar a esa conocida mafia.
Pero voluntad y honestidad pudieran no ser suficientes para terminar con un negocio tan rentable debido a la enorme diferencia entre los precios de Colombia y Venezuela. Todos sabemos que el subsidio a la gasolina, en este país, es insostenible a los niveles actuales. Pdvsa entrega a los distribuidores la gasolina prácticamente regalada, ya que el precio al cual se vende al público no cubre los costos de producción, de almacenamiento, de distribución ni la retribución del capital invertido en las estaciones de servicio.
Lo que se requiere, cuando salgamos de la pesadilla de este régimen, es implantar un sistema de precios de la gasolina al consumidor que permita: 1) Que participen, en el mercado doméstico diversas empresas públicas y privadas. 2) Que puedan competir entre ellas mediante calidad de servicio y diferentes ofertas en los precios de la gasolina al público. 3) Que parte de la ganancia de Pdvsa y del Gobierno, por el aumento de precios, vaya a un fondo especial que sirva para financiar proyectos de salud y educación pública.
Para lograr lo anterior habrá que abrir la distribución y el mercadeo doméstico al sector privado. El Ministerio de Petróleo y Minería deberá fijar los precios de la gasolina dentro de una banda cuyo nivel inferior sea su costo de producción en nuestras refinerías, más un margen que permita una ganancia pequeña para Pdvsa y para los distribuidores. En su nivel superior, un precio ligeramente más bajo que el precio de exportación de la gasolina (Los venezolanos siempre tendremos un precio menor al internacional). Dentro de esa banda, las diferentes empresas que tengan presencia en nuestro mercado ofrecerán cada una sus precios. Por último, el fondo especial debe ser diseñado bajo modelos ya conocidos como por ejemplo, el de Irán. Lo importante es que el ciudadano sepa que el aumento del precio de la gasolina tendrá un destino cierto que lo beneficiará directamente.
Si el nuevo gobierno decide que al aumentar la gasolina tiene que subsidiar al transporte público, que lo haga mediante aportes directos al sector. Lo que no debe hacer, como algunos han sugerido, es establecer precios diferentes para varios sectores. Eso sería sustituir al contrabando por otra fuente de corrupción.
Por cierto, que cualquier subsidio debe ser cuantificado con anticipación e incluido en el Presupuesto Nacional como un desembolso y no cargado a Pdvsa para que se pierda en sus grandes números, como se hace hoy.
El "chip", como ya se ha demostrado en Maracaibo, sólo produce rechazo de la población. Los problemas complejos no tienen soluciones simples y el régimen debe cuidarse de no castigar a un pueblo que ni tiene la culpa ni se beneficia del contrabando.
Fotografía: El Nacional, Caracas (22/07/12)
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