El alzamiento providencial
Luis Barragán
La sublevación del 18 de Julio de 1936 contra la república española, finalmente capitalizada por Franco, ofrece la oportunidad de aproximarnos a uno de sus más notables defensores en este lado del mundo: Germán Borregales. Una muestra de su obra, principalmente conformada por sus encendidos artículos de prensa, nos permite deducir la existencia de una peculiar corriente reaccionaria y sugerir su extinción o debilitamiento en el contexto populista venezolano.
Borregales, nacido en Coro el 28 de Mayo de 1909 y muerto en Caracas el 2 de Febrero de 1984, ocupó un modesto pero llamativo espacio en nuestra agenda política, cuyos trazos más gruesos pertenecen a la etapa del derrocamiento de Gallegos en la que fue un terrible polemista bajo el seudónimo de "Mister X". Conocido por un anticomunismo militante y fervoroso, resurgió en 1958 cuando eran otros los actores que pugnaban por copar la escena frente a los líderes consagrados. Candidato presidencial en más de una ocasión, alcanzó la ansiada curul en 1968 y facilitó numerosas páginas al humorismo local. Fundó el Movimiento de Acción Nacional, refugio del catolicismo preconciliar, reconocido por la célebre consigna de "El MAN salvará a Venezuela", curiosamente en los días en que apareció el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), por 1960. Y, a la postre, su tarea esencial fue la "Fundación Borregales", mediante la cual desarrolló su innata vocación filantrópica. Sin embargo, todavía sorprende la acrobacia teológica de su familiaridad con seres extraterrestres dispuestos a defender el patrimonio de Jesucristo (por ejemplo, Ultimas Noticias, 28 y 29/11/76).
La ultraconspiración
Borregales vio en la segunda república española, ultimada en 1939 tras la pavorosa guerra civil, un atentado contra las instituciones imbuidas de la contrarreforma que hizo grande e imperial al país de naciones que vino a América y en la que, a su modo de ver, confluyen y se dan la mano los Reyes Católicos, los tercios valientes y los nobles requetés del "carlismo intrépido y cristiano", José Antonio y los "falangistas heroicos y misioneros", las mujeres "bravías como su Catámbrico" (SIC), el Cid y Santiago, Vásquez de Mella, Menéndez Pelayo y Balmes, según expresara en "Franco, tres años después o la felonía de un Rey" (1978). Y, al igual que Eduardo Comín, percibió la amenaza simultánea del liberalismo, el anarquismo, el krausismo, la masonería, con la institución del jurado, la separación Iglesia-Estado, el matrimonio civil, la legitimación de los hijos naturales, la libertad de conciencia, como frutos de los principios de la Gran Logia, la que incluía a los "invertidos" de acuerdo a su libro "Copei, hoy, una negación".
En una confusa parentela, afirmará que la masonería y el liberalismo son los padres del comunismo. "hermanos gemelos, pero nacidos en distinto tiempo en un parto del infierno contra la Iglesia Católica", en estrecho maridaje con el judaísmo y protestantismo. Concibe que "el hecho histórico de la mal llamada ‘Guerra Civil’ española, fue el primer episodio de una conspiración vertebrada" que "se proyecta hasta nuestros días" y cuyo eje y motor es la masonería. Como ha dicho en alguna parte Javier Tusell, la obsesión antimasónica tal jerarquía que hizo necesaria la creación de un organismo que se especializara en la cacería de reales e imaginarios masones, sobre los cuales Franco se hizo un erudito, imponiendo una "visión conspiratorial de la historia".
Y es que siendo la masonería una "Institución de la Maldad", se vale de los concursos de belleza, los centros deportivos, las universidades laicas, las películas inmorales, la importación de prostitutas, los muñequitos infantiles (SIC), configurando "una gigantesca conspiración contra los sagrados intereses de la Cristiandad", dirá Borregales en "Así es la Masonería". Pero es el anticomunismo el que le concederá un espacio político más concreto en Venezuela que sus afanes antimasónicos, proclamando que "debemos ser dignos de nuestra ideología cristiana", muy diferente a la de los sacerdotes comunistas y la de los anticomunistas que pelearon en Indochina por dinero mientras en España lo hicieron por Dios y la Patria ( "La república sacrílega" de 1944 y Ultimas Noticias, 18/07/75).
Respecto al 18 de Julio de 1936, dirá que "el mundo de entonces no comprendió el alcance de aquel suceso, ni de sus proyecciones", pues "se declaró la guerra al enemigo de la Cultura de Occidente antes que no fuera tarde e inútil" (Ultimas Noticias, 19/07/79). Y es que "el genio y la espada del General Franco", en cuya mente Dios planificó "la conducción de las batallas y el día y la hora de la Victoria", se anticipó a los tiempos. Y, "a 43 años de aquel Alzamiento Providencial", agregará, "pudo ver en España la imagen nítida de la postguerra". Concluye que España enseñó "las rutas que deberían seguir los pueblos libres en la lucha por la libertad ... lo que hizo Franco ... deben hacerlo todos los militares que vean sus países amenazados por la anti-patria", ya que "en vida, unió a sus fuerzas armadas" y fue "el más apto y de mayores méritos militares, morales ... valiente estratega consumado".
Extemporaneidad de una posición
En un interesante trabajo, Luis Cipriano Rodríguez incluye a Borregales en las filas de un anticomunismo de "centro" que no pretendió reforzar el gomecismo cada vez más diluído sino – a través del Plan Trienal y la Ley del Trabajo- ensanchar la transición hacia un orden democrático-burgués. No obstante, podemos observar que, en la década de los sesenta, al anunciarse en forma tan vaga la "ideología anticomunista", afín a la coalición populista oxigenada por la renta petrolera, podríamos hablar de un anticomunismo doctrinario o de principios que no advierte la exactitud de su "proyecto histórico" frente a otra modalidad representada por quienes no deseaban perder sus privilegios, en el encabalgamiento de las demandas lanzadas al sistema con un desinhibido carácter utilitario.
Borregales afirmó que toda la gente de la UNE apoyó el levantamiento franquista. ¿Acaso pretendió la construcción de un Estado Nacional-Sindicalista, totalitario, imperialista y ético-misional como caracterizara Carlos Rama al régimen que se impuso en España?. ¿El heroísmo y la santidad de los mejores frente a un Estado Corporativo?. ¿En Venezuela el conflicto religioso no tuvo sus más altos decibeles durante el guzmanato?. Por lo pronto, las posturas de Borregales, resultantes de las exageradas simplificaciones de su época de iniciación política, no se tradujeron a la realidad venezolana mediante un discurso y una acción sólida, eficaz y convincente. Vocacionalmente reaccionario, no provocó crisis o tensiones en el sistema político aunque resaltara el heroísmo providencial que ejemplificó con Anastasio Somoza y estuvo ausente en Medina Angarita y Fulgencio Batista (Ultimas Noticias, 05/07/79). La movilización que pretendió, a la par de darle unas cuotas marginales de poder, puso en evidencia a otros sectores que -nominalmente reaccionarios- obtuvieron mayores y/o mejores dividendos políticos.
Al seguir la pista de Manuel Caballero ( "La Internacional Comunista y América Latina"), Jesús Sanoja Hernández (El Nacional, 26/08/79) o Víctor Sanz (Tierra Firme, nr. 4 de 1983), por ejemplo, constatamos la importancia que tuvo la guerra civil española en nuestro país pero no logramos colegir que su influencia haya sido tan virulenta, auspiciando un fanático sectarismo en los que se produjo de tal forma que sobreviviera como un factor de deslinde al principiar los años sesenta. Ya el escenario de balance de poder había dado paso a la bipolaridad, con una mínima incidencia de los conflictos culturales y religiosos en el marco internacional: el anticomunismo se hará defensa de la libertad y de la democracia.
Evaporados los viejos mitos y prejuicios, grupos y lealtades como los vínculos sociales y psicológicos del medio rural ante la fuerza irresistible del proceso urbanizador, se evidencia una predisposición favorable al régimen capitaneado, paradójicamente, por el antiguo comunista Betancourt. La experiencia democrática que arranca en 1958, al "despersonalizar el debate político", logra recursos de equilibrio que obligan a una relación de mutua transformación de los actores. Borregales atacará el Pacto de Punto Fijo y propondrá luego, en 1963, un acuerdo semejante, haciendo esfuerzos por obtener el escaño parlamentario y – síntomas de un "populismo reaccionario" – bajo la promesa de que será "un Presidente viajando en autobús, recorriendo sólo los caminos de Venezuela y luciendo en su stadium su franela de viejo magallanero" (Elite, 10/11/68). En su programa de gobierno incluye la creación del Ministerio de los Pobres, la supresión del peaje para los carros de alquiler y la disposición de dispensarios médicos gratuitos promovidos por el partido.
La posición de Borregales inevitablemente contrasta con el anticomunismo utilitario y oportunista. Valga el ejemplo de Hermógenes López: varias veces parlamentario gracias a los grandes partidos, tildó a Luis Herrera Campins de "muy izquierdista" por hablar mal de los gobiernos de Videla y Pinochet, con el cuidado de aclarar que "si el Congreso Presidencial de COPEI aprueba su nominación, no me quedará más remedio que respaldarlo" (El Universal, 14/12/76). Aquél mantuvo su devoción por la España Eterna hasta abrevar en las aguas del fascista Frente Nacional de Blas Piñar, sin que inmediatamente dijera algo cuando el Tte. Cnel. Antonio Tejero asaltara el Congreso en 1981.
El itinerario de una fuerza reaccionaria como la representada por Borregales, a propósito de la felonía franquista de 1936, fondeada en la Iglesia preconciliar, debilitada o extinguida por el régimen populista, sugiera la posibilidad de una súbita reaparición como consecuencia del proceso de modernización pendiente. E, incluso, el eventual éxito de demandas que se afinquen en la cuestión religiosa como medio indirecto de expresión de otras demandas, en razón del índice de divorcios, el uso de anticonceptivos, la paternidad irresponsable, la legalización del aborto o la invasión de sectas fundamentalistas.
Fuente: http://www.analitica.com/vam/1999.01/nacionales/05.htm
Fotografía: http://noticieroalternativo.wordpress.com/2010/04/13/german-agustin-borregales-pachano-uno-de-lo-mas-destacados-lideres-de-la-extrema-derecha-de-venezuela/
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