San Juan, 6: 1 – 15
En su homilía de hoy, el Padre
Roberto Martialay (SJ), señaló que ya 800 mil veces se ha oído de esta acción
portentosa. Algunos teólogos se refieren
a un hecho simbólico, como es el de la cooperación entre todos los que fueron a
escuchar a Jesús. No obstante, “soy un ingenuo, me trago lo que dice el
Evangelio”: el milagro. Así como se habla de otros. Al igual que otros que
igualmente suceden en la actualidad, como la escuela-granja de Antonio Sierra y
sus 300 niños; como la verbena que ha hecho una señora del Colegio San Ignacio
donde van las clases acomodadas, que ha permitido abrir 4 escuelas alternativas
en Petare; como hizo el señor Abraham Reyes en Los Flores de Catia,
construyendo con sacrificios su casa, dejando la planta baja para una escuela
que, junto al Padre José María Vélaz, dio inicio a Fe y Alegría.
Hambre del mundo, debemos también
sentirnos responsables de una manera u otra. Multipicación de peces y panes.
Al finalizar, recordó a los
viejos sacerdotes que están en la Enfermería, unos de semejante edad a la de
Martialay, como los Padres José Cruz, Iñaki, Angós que fue obrero, Labrador.
2Re: 4, 42-44
Salmo 144
Ef: 4, 1-6
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