sábado, 21 de julio de 2012

¿Y EL INE?

EL UNIVERSAL, Caracas, 16 de Julio de 2012
Venezuela y el índice de riqueza inclusiva
ALBERTO JOSÉ HURTADO B.

La necesidad de identificar la capacidad de una sociedad para elaborar bienes y servicios, generar empleo y asegurar bienestar justifica la utilización del Producto Interno Bruto (PIB) como medida de la riqueza de un país, a partir de su estimación a través de los enfoques de producción, ingreso y gasto. Desde la perspectiva de la contabilidad económica constituye un instrumento útil para expresar de forma simplificada la capacidad productiva de una economía, convirtiéndose sus resultados en una "obsesión" para gobiernos, banqueros y catedráticos.
Referida preocupación por el crecimiento económico medido a través de la evolución del PIB por habitante ha cambiado en la actualidad, debido a un proceso de globalización en donde la participación de los países del mundo es cada vez mayor y el agotamiento progresivo de los recursos naturales sigue la misma tendencia, lo que ha disparado las alarmas sobre el daño irreversible que se pudiera estar causando al planeta y la incapacidad del actual modelo de producción para usar de forma eficiente los recursos escasos.
Desde esta perspectiva, en víspera de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible Río+20, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente presentó el Informe de Riqueza Inclusiva 2012 que propone una nueva medida de la riqueza de las economías, concebido como un indicador para impulsar la sostenibilidad. El Índice de Riqueza Inclusiva (Inclusive Wealth Index) evalúa la base productiva de un país considerando la mayor gama de activos con que cuenta: capital manufacturero (infraestructura, bienes e inversiones), capital natural (combustibles fósiles, minerales, bosques, tierras cultivables) y capital humano (educación y habilidades de la población), con el propósito de mostrar de forma integral el verdadero estado de la economía (riqueza, empleo, bienestar y sostenibilidad del crecimiento).
De los resultados presentados en el informe se desprende que entre 1990-2008 la economía venezolana creció 1,3%  en términos del PIB per cápita, mientras que por el Índice de Riqueza Inclusiva nuestra capacidad por habitante para generar riqueza, empleo, bienestar y sostenibilidad fue de -0,3%. Resultados que deben llamarnos a la reflexión, no solo porque formamos parte de los seis países con  Índice de Riqueza Inclusiva negativo (de los veinte que consideró el estudio), sino porque la actividad económica nacional se sigue desarrollando sin ningún criterio de eficiencia y preocupación alguna por las generaciones futuras.


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