sábado, 21 de julio de 2012

POR LO MENOS, RECONOCEN ALGO

Ciudad Caracas, 14 de Junio de 2012
Luis Herrera Campíns también repudió el TIAR
GERÓNIMO PÉREZ RESCANIERE

En los años 1981 y 1982 se fue calentando el problema de la Guayana Esequiba en los ambientes militares y del poder venezolano, en atención a que en junio del año 1982 fenecía el plazo para que la comisión que discutía en la ONU una solución pacífica de ese problema –ya centenario– arribara a un acuerdo. La fecha, la pauta, el protocolo que firmó Rafael Caldera, en 1970, posponiendo la decisión por 12 años. La derecha era, siempre lo ha sido, obsesiva en el asunto de fronteras, que es en parte realidad geopolítica trascendental y en parte suicida y guerrerista tendencia a ver a Colombia como “el enemigo” o a Brasil o a Guyana, en cumplimiento de encargos imperiales movidos por aquello de dividir para vencer.
La Guyana era (y lo es hoy) un enclave poseído por Inglaterra, secretamente poseído, las islas Malvinas eran y también lo son hoy, otro enclave británico. Eso sí, no secreto. En abril de 1982 Argentina toma las islas Malvinas en acción que coincide, por pura casualidad desde luego, con la fecha venezolana. En realidad, ambos focos de conflicto estuvieron combinados. El presidente Luis Herrera Campíns pensó denunciar el tratado firmado por Caldera e invadir la Guyana en paralelo con la acción argentina. Lo habría hecho de no haber terciado Estados Unidos contra Argentina y a favor de Inglaterra, con el trágico resultado que todos conocemos.
Herrera y Galtieri habían contado con las obligaciones norteamericanas del Tratado Interamericana de Asistencia Recíproca (TIAR), sabiamente olvidadas por Estados Unidos en el caso. Ante el desastre, Herrera anunció, combinado con Arístides Royo, de Panamá, que convocaría un encuentro de presidentes latinoamericanos para eliminar la OEA y sustituirla por una organización donde no figurarían Estados Unidos. “La OEA ha demostrado su inutilidad”, dice. Pero es alegría de tísico. Sólo ahora suceden cosas allí, sólo ahora pueden suceder. Camina la espada de Bolívar por América Latina.

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