lunes, 30 de julio de 2012

VERSE EN EL ESPEJO AJENO

¿Quién dijo golpe?
Luis Barragán


Quizá una errónea impresión al incursionar en la vieja prensa venezolana, muy frecuentemente se habló de la eventualidad de un golpe de Estado durante el gobierno de Raúl Leoni. Los rumores acunaron en el parlamento y en las páginas de opinión de entonces, acaso como parte de la normalidad hoy inimaginable de los años sesenta.

Impensable en el anterior, el siglo XXI nuevamente asoma tal posibilidad por una curiosa insistencia del gobierno de Chávez Frías, quien jamás ha podido  probar los eventos y propósitos específicos de la conspiración de sus tormentos, como – creemos – solía ocurrir antes. Y, siendo así, la terca e infundada denuncia emerge como un recurso político adicional a los otros que ensaya en la rentable y sostenida perspectiva de su estelar victimización que no, necesariamente, alcanza al resto del equipo gubernamental.

La larga y paciente lucha de la oposición decididamente democrática, debe aliviar al mandatario presuntamente asediado y angustiado, porque ella ha empleado a fondo todos los mecanismos institucionales disponibles, a pesar de las radicales amenazas que él ha prodigado comprometiendo, por lo demás, a la propia entidad castrense.  Temeridad ésta que contrasta con un proyecto alternativo de transición que, a su vez, es el de la reivindicación de la Constitución de 1999. No obstante, por su persistencia, parece obvio que el único interesado en rumorar el golpe, es Chávez Frías, por todo aquello que habla del beneficio inmediato de una aglutinación oficialista y de la anticipada recreación de una versión heroica de la resistencia que pueda ofrecer.

Aglutinación que, por una parte, ataje la inmensa decepción de los seguidores que – inevitable -  comparten las realidades que nos agobian, contrarrestando toda disensión; y resistencia que, por otra, concite la movilización y la emoción, evidentemente extraviadas por una gestión dudosa que estimula la deserción -  puede decirse -  preventiva, abierta o subrepticia. Esto es, como resultado, experimentamos un peculiar Estado de Excepción, fundado en la enfermiza sospecha hacia los demás que, en un reclamo de sinceridad, fuerza a preguntarnos si (pre) existen las condiciones para una salida de fuerza.

Evidentemente que no hay circunstancia favorable alguna para tamaña salida en la medida que celebremos unos comicios presidenciales convincentes, limpios y transparentes que, por lo demás, en el supuesto negado de una derrota de la oposición, le deparará una posición decisiva para solventar la crisis ya prolongada que padecemos. No hay indicio alguno de su degradación absoluta en el peor de los escenarios, excepto la rendición del liderazgo, por lo que tampoco moral ni políticamente le será posible a Chávez Frías profundizar en un proyecto que no contará con casi la mitad del país, a menos que incurra en una demencial confrontación que lo arrastrará a solas, pues, sentimos, ya sus inmediatos colaboradores carecen de la vocación suicida del pasado.

La condición o carácter de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, por más que la esgrima en sus eventos electorales, tiene por límite el propio acto del sufragio. Parece muy distinto escucharlo con las formalidades que toda línea de mando acarrea, acatándolo, mas no cumpliéndolo, frente a la confidencialidad de un acto de consciencia que será el de la deseada recuperación de una institución armada profesional y al servicio de la nación, en señal de rechazo a la soberanía comprometida de un país literalmente invadido por unas potencias extranjeras: la subsidiada Cuba que tiene una Razón de Estado que esgrimir en las elecciones venezolanas, resistiéndose a su propia implosión; y la de un agresivo capitalismo salvaje que convierte a la China crecientemente acreedora, nada más y nada menos que en objeto del mismísimo folleto escrito por Lenin sobre el imperialismo.

Una salida de fuerza, equivalente al burdo juego de los dados, no inspira a la oposición democrática, como puede ocurrir con el oficialismo temeroso de la pérdida de sus privilegios. Y, aunque nunca podemos descartarlo, pues el futuro no está escrito, la clásica modalidad de una acción rápida y violenta, luce incompatible con la realidad internacional y, mal que bien, los dispositivos institucionales regionales que tienden a neutralizar y rechazar las opciones más brutales.

Siendo el caso, presuntamente condenados los venezolanos a sufrir por varias décadas un fenómeno semejante al peronismo, la derrota electoral de Chávez Frías facilita algunas hipótesis que, seguramente, le preocupan e impacientan. Digamos, cinco minutos fuera del poder no garantiza la ciega lealtad de sus colaboradores y demás subordinados que intentarán un inédito regreso, el cual exige  una convicción, compromiso y habilidades que – hoy – el presupuesto público no puede proveer;  apuntando a la experiencia nicaragüense,  él o su sucesor designado tendrán (n) que lidiar con el espontaneísmo de los grupos paramilitares que disputarán el control del PSUV, si es que se mantiene, aguardando por la prometedora ineptitud de sus adversarios en el gobierno; o, probando suerte en los comicios constituyentes que animan a ciertos sectores de la oposición actual, el triunfo disparará adicionalmente los resortes de una unión con la Cuba acechante, consagrando una Constitución que condesará sus aspiraciones geopolíticas.

Ciertamente, entramos al terreno de las especulaciones, pero igualmente lo es el de presumir que la polarización no tiene otro horizonte que un desenlace golpista.  Polarización que no posee toda la franqueza social esperada, por una elemental y y también lastimosa razón: la nuestra, es una economía rentista que genera clases y fracciones de clase  incongruentes,  oportunistas y mudables. Por consiguiente, haciendo caso de un determinado análisis marxista, no las hay organizadas como en la década de los cuarenta o cincuenta, prestas al golpe, porque – ahora -  la burguesía financiera goza de buena salud, mientras que la comercial está dirimiendo todavía a los protagonistas de los años venideros, en el abrevadero inaudito de las importaciones.

Fuentes:
 http://www.analitica.com/va/politica/opinion/2187279.asp
http://www.elvenezolanonews.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=6064:miami-dade-02-al-08-de-agosto 

Fotografía de Pierre Torres: Rebeldes sirios por las calles de Alepo, Siria  (AFP/EL PAIS, Madrid,  27/07/12)

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