EL UNIVERSAL, 16 de Junio de 2012
Mitos del colesterol
El daño cardiovascular lo provoca el azúcar y los carbohidratos refinados
RAFAEL RANGEL ALDAO
La historia del colesterol bueno y la del malo parece estar llegando a su fin. Al menos así lo sugieren los más recientes estudios genómicos, clínicos y bioquímicos de la literatura especializada.
El colesterol, más bien, es como un sospechoso habitual que nadie le ha visto en flagrancia, con "la pistola humeante en la mano". De hecho, en las lesiones que causan infarto al miocardio aquél siempre está presente con su portador, LDL, de allí lo del colesterol "malo". Por el contrario, el "bueno" que transporta la HDL, protege de los infartos. Ying Yang del colesterol.
Hace apenas un mes, el 17 de mayo 2012, aparece un estudio en The Lancet, que desmiente categóricamente el efecto protector del HDL sobre el infarto de miocardio. El mismo día lo reseñó el New York Times. Aparentemente, no hay más colesterol bueno, y el malo también pierde terreno por el efecto de los propios medicamentos que atacan su presencia, las estatinas.
En 2008 se demostró que en personas con niveles normales de LDL, las estatinas protegen del infarto, sin que tenga nada que ver con el colesterol sino con el potente efecto antiinflamatorio sistémico de esas drogas. Hoy día, cualquier médico sabe que la inflamación crónica precede no sólo a las enfermedades cardiovasculares, sino también a los cánceres, la diabetes tipo 2, y las enfermedades respiratorias. Esas cuatro causas se llevan el 70% de la mortalidad mundial.
El colesterol es malo cuando alcanza esos niveles tan elevados de la hipercolesterolemia monogénica, pero siempre hay una inflamación subyacente.
El mito del colesterol también arrastra al de la dieta baja en grasas y sal, cuando en realidad el daño cardiovascular lo provoca el azúcar y los carbohidratos refinados (harinas, papas, arroz blanco) que van derechito al hígado para transformarse en obesidad e inflamación sistémica. Eso también lo saben los médicos, así que es mejor consultar antes de volverse locos con el colesterol.
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