sábado, 19 de marzo de 2011
ZAPATAZO
EL NACIONAL - Viernes 18 de Marzo de 2011 Escenas/1
"Que el cuatro esté tan vigente me da una satisfacción enorme"
El artista Hernán Gamboa ha dedicado parte de su vida a musicalizar poesía.
Una muestra de esa tarea alimenta su más reciente trabajo, Juglaría
GERARDO GUARACHE OCQUE
El propio Hernán Gamboa no tiene clara la fecha. Dice que contaba 10 años de edad y que estaba recién restituida la democracia en Venezuela cuando su padre, Carmito Gamboa, lo llevó una tarde de domingo a presenciar un recital. Recuerda que en el escenario del Teatro Verdi de Barinas, sentado, sosteniendo un libro, estaba un hombre robusto. No había otro elemento en escena; sólo su silla y una mesita con un vaso de agua. Pero el hombre que leía era Pablo Neruda.
La presencia del chileno, que viajaba por el interior del país invitado por su amigo Miguel Otero Silva, tuvo un gran impacto en quien posteriormente se convertiría en una referencia de la música tradicional venezolana y, especialmente, en la evolución que experimentó el cuatro. Tanto es así que el artista, nacido en San Tomé, estado Anzoátegui, lleva cuatro décadas dedicado a musicalizar textos de prominentes poetas latinoamericanos, especialmente los venezolanos.
Ya en el primer álbum de Serenata Guayanesa, que se editó en 1972, Gamboa incluyó los temas "Pesca de zapoara" y "Atardecer de amor", inspirados en versos de Raúl Umanés. De ese y otros creadores escogió textos que lo cautivaron para crear una antología de dos discos llamada Juglaría.
"En realidad eso es lo que soy: un juglar. Ellos lo que hacían era agarrar los versos, acompañarse con su lira y cantarlos por la calle (...) El objetivo es elevar en una plataforma a la poesía venezolana. Que se masifique, que se oiga más, que salga de los libros", señaló el artista de 64 años de edad.
Los dos compactos, en los que conviven autores de varias épocas, regiones y estilos, vienen juntos en un empaque diseñado por la disquera AVR, con textos de José Ramón Medina. En el primero incluyó piezas como "Playa de Pampatar" de Efraín Subero; "Glosa del adiós" de Graterolacho, "La que no vuelve" de Andrés Eloy Blanco, "Canción con una niña" de Aquiles Nazoa, "La canción que vuela" de Luis Beltrán Prieto Figueroa y "Romancillo del amor tardío" de Antonio Arráiz. En el segundo, destacan "El aire ya no es aire" de Miguel Otero Silva, "Que se vuelva tu lágrima mi canto" de Orlando Araujo, "Liras" de Vicente Gerbasi y "Vuelo sobre el mar" de Manuel Felipe Rugeles.
A Gamboa lo enorgullece la nueva generación de cuatristas venezolanos, especialmente porque son una consecuencia de sus hallazgos, los de su colega Freddy Reyna y los de otros ejecutantes que entendieron al instrumento, no como mero acompañamiento, sino como protagonista. "Ha tenido una gran proyección, dentro y fuera del país. Ver que el cuatro esté tan vigente me da una satisfacción enorme", dijo.
Juglaría fue presentado el lunes en la Academia Venezolana de la Lengua. Además, Gamboa ofrecerá un concierto el sábado en el Centro de la Diversidad Cultural, en el que aprovechará para rendir un homenaje al recientemente fallecido Eneas Perdomo, autor de "Fiesta en Elorza", una canción que tocó en su primer álbum como solista y que se ha encargado de internacionalizar.
Quizá el dato arruine la sorpresa a quien no ha asistido a alguna de sus presentaciones, pero la pieza de Perdomo es la que Hernán Gamboa ha escogido, desde hace décadas, para comenzar esté en Caracas, Miami, Buenos Aires o en tierras aún más lejanas cada uno de sus conciertos.
Fotografía: Raúl Romero
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