miércoles, 16 de marzo de 2011

¿LIGERAMENTE DISTINTO A LOS MILICIANOS DEL CHAVEZATO?


EL NACIONAL - Miércoles 16 de Marzo de 2011 Opinión/7
ATres Manos
Miradas múltiples para el diálogo
El zorro en el gallinero
ATANASIO ALEGRE*

El próximo 15 de marzo se cumplen 66 años de la proclamación del estatuto del Consejo Nacional de la Resistencia, formado por todas las fuerzas políticas que habían luchado contra la ocupación nazi en Francia. Se compendiaba en este documento el conjunto de valores y principios sobre los que iba a reposar la moderna democracia francesa. El general De Gaulle encabezó la ejecución del proyecto.

Para evocar tan formidable acontecimiento, uno de los redactores de aquel texto excepcional, Stéphane Hessel ha publicado un folleto de 29 páginas que se ha transformado en un fenómeno editorial sin precedentes. Son 11 ediciones las que se han sucedido en los primeros 20 días, con 1 millón de ejemplares vendidos. No creo exagerar si digo que un experimento de lectura como este no se había producido en los últimos 50 años en un país de lectores como Francia.

El autor es uno de esos servidores públicos que aparecen, como ciertos héroes, muy de vez en cuando en la historia de las naciones. Delatado como miembro de la resistencia contra los nazis fue a parar al campo de concentración de Buchenwald del que escapó.

El folleto que está en boca de todos todo el mundo se titula: Indignez vous! (¡Indignaos!).

Está dirigido a la juventud y el tratamiento de la indignación, dentro de la conducta humana, frente a cualquier tipo de abuso, constituye un intento de incluirla como una más de las emociones que dispensan al hombre el impulso de voluntad creadora.

De acuerdo con Hessel, el motivo principal de la indignación surgió en su momento como una reacción altamente productiva en una parte de la sociedad frente a la ocupación nazi en connivencia ­lo que era aun mucho más deplorable­ con el gobierno títere de Vichy que presidía el general Petain.

Esa indignación convirtió a Hessel en un militante en contra del ocupante e hizo de él, al mismo tiempo, un individuo comprometido. El Gobierno de ocupación se llenaba la boca hablando de libertad e incluso de justicia, pero esa no era otra que la del zorro en el gallinero. Quien no se sometía o no estaba de acuerdo con las prácticas de la ocupación, después de ser objeto de delación, pasaba a engrosar la lista de los enemigos del régimen nazi. El destino, ya se sabía, eran los campos de concentración alemanes donde fueron a parar, además, 70.000 judíos franceses.

El enemigo de la indignación es, de acuerdo con Hessel, la indiferencia. La indiferencia nace en el momento en que alguien piensa que las cosas han llegado a un punto en el que no se puede hacer ya nada.

Walter Benjamín ­víctima también del nazismo­ decía que el destino de la humanidad es ir progresando de catástrofe en catástrofe. Ese era el pesimismo entonces, pero lo que hoy está pasando es motivo de un nuevo brote de indignación.

A una primera inspección, vivimos en un mundo interconectado en el que la globalización ha producido situaciones insoportables. Stéphane Hessel, que fue además corredactor de la Carta de los Derechos del Hombre en la ONU, hace una mención expresa del artículo 22: "Toda persona tiene derecho a la seguridad social que comprende unos derechos sociales y culturales para el desarrollo de su personalidad". Este es el fundamento del Estado social ­en sus tres manifestaciones educación, salud y retiro­ en peligro en este momento.

De modo que es intolerable que haya gente ­y mucha­ en el mundo que tenga que vivir con el equivalente a dos dólares diarios. Pero la indignación no significa violencia y menos terrorismo. Sartre, que había sido partidario en la posguerra de la violencia terrorista, confesó en 1980, unas semanas antes de su muerte, que la violencia no es eficaz.

Hessel está convencido de que el futuro no pertenece a la violencia, sino a la conciliación de las diferentes culturas. Esta es la puerta por la que la humanidad tiene que franquear su próxima etapa. De modo que "crear es resistir, resistir es crear".

Estas son las palabras que cierran este enjundioso opúsculo de Stéphane Hessel, escrito con el propósito manifiesto de ahuyentar al zorro del gallinero.

(*) *UCV

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