miércoles, 16 de marzo de 2011
IMPRESO POLICROMÁTICO
EL NACIONAL - Lunes 14 de Marzo de 2011 Escenas/2
Caracas, su escritura
PALABRAS SOBRE PALABRAS
LETRAS
FRANCISCO JAVIER PÉREZ
El libro mismo forma parte del catálogo que se ha propuesto componer. La fuerza de la materia lo consagra. La ciudad impulsa toda descripción, todo relato, toda crónica, toda poesía, toda existencia, todo de todo.
Ello florece en las páginas de Los libros de Caracas. Apreciaciones sobre algunos libros significativos de la ciudad (Fundación Bancaribe, 2010) de Ricardo Waale.
El sintagma adjetivo es una señal de honestidad que se valora. Algunos libros y no todos, se reúnen 66 obras (grandes, muy caraqueñamente grandes) que se impusieron el cometido amoroso de hacer de la ciudad libro vivificador desde la varia materia que ella inspira al momento de su nacimiento urbano y hasta el tiempo de hoy. Catálogo imposible, nada motiva más que escribir sobre Caracas cuando se nace en ella, se vive en ella y se es para siempre en ella.
En la belleza del relato bibliográfico radica la belleza bibliográfica del relato. El ludo de "Pero Grullo" no es un juego sino la única verdad de este libro de libros.
Motivo de una exposición en la Quinta Anauco Arriba, la altísima Domus cargada de triunfos longevos, con razón de celebrarse el aniversario 440 de la ciudad, el año 2007. Los muros propicios de la casona fueron escenario para la lectura de 3 disertaciones sobre un trío de caraqueños emblemas: Andrés Bello (por Pedro Cunill Grau), Teresa de la Parra (por Ana Teresa Torres) y Guillermo Meneses (por el que escribe). Otro libro recogió las veneraciones y las críticas: Tres caraque- ños en la historia y en las letras (Fundación Bancaribe, 2010), con prólogo de Simón Alberto Consalvi. Uno y otro, también, presentados por Carlos Hernández Delfino, motor de la fundación patrocinante.
La clasificación despliega un abanico de casillas: arquitectura, arte y urbanismo; el Ávila, fauna y flora; crónica e historia; fotografía; gastronomía; literatura y música. Los títulos y los autores son muchos desde la Historia de Oviedo y Baños hasta El Helicoide de Dirk Bornhorst y la edición de Ifigenia de Elizabeth Garrels.
Están allí Gallegos, Nazoa, De la Parra, Garmendia, Meneses, Key, Schön, Adriano, Noguera, Armas Alfonzo, Cabrujas, Calcaño, Núñez, Semple, Subero, Auerbach, Almandoz, Arráiz Lucca, Niño Araque, Dorronsoro, Villanueva, Posani, Gazparini, Duarte, Schaell, Clemente Travieso, Montenegro, Salas, Valery, Calzadilla, Cortina, Hoyos, Dessau, Rooswaag, Manara, Otaduy, Díaz Legórburu, Nectario María, Segovia, Mendoza, Todmann, Scannone, Torres, Mikulan, Pacanins, Armas Chitty, Sidorkovs, Neumann López, De Sola Ricardo, Caremis y Arístides Rojas.
Los comentarios son justos, nutritivos, nobles, documentados y satisfactorios.
Producen envidia hacia el coleccionista de libros.
Quieren decirnos que quien los posee y los conoce, posee y conoce la ciudad y sus ocultos encantos; esos otros que nadie ve, cegados por el bochorno de un afán que impone la metrópoli; la ceguera resulta su venganza y su desquite. Los comentarios a los libros son una prolongada loanza sin crítica (paráfrasis inversa de una forma de escribir a lo Key Ayala en Bajo el signo del Ávila).
Sin buscarlo, este libro de libros es una bella historia de la escritura de la ciudad y una bella historia de cómo la ciudad es venturosamente y sólo una escritura.
Fotografía: LB, detalle de la pieza de Carlos Cruz-Diez que se encuentra a la entrada del Centro Plaza, La Floresta, Caracas (13/03/11)
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