DÉJÀ VU

EL NACIONAL - Lunes 21 de Marzo de 2011 Opinión/8
Libros: Remo Bodei
NELSON RIVERA

No más que un instante: con una claridad que inquieta, usted siente que un fragmento del pasado aparece inesperado y disruptivo. Usted siente que eso-yalo-ha-vivido. Siente, por ejemplo, al llegar a un lugar, que usted ya había estado allí, aun cuando no le abandona nunca la conciencia de que no hay tal antes, porque usted sabe que es la primera vez que visita ese lugar. Reitero: no más que un instante. Pero aun así, usted ha experimentado, también de forma muy breve, un desconcierto, una confusión del espíritu. Se pregunta cómo es posible. Cómo puede ocurrir que lo nunca visto aparezca como visto. Es lo que conocemos como deja vú.

Un minuto para referirme a Remo Bodei (Cagliari, 1938), filósofo y ensayista interesado en las emociones y en las experiencias sensibles de las personas, autor, entre muchos otros, de un libro revelador, Una geometría de las pasiones (se consigue sin costo en la web), que indaga en las tensiones entre razones y emociones, inscritas a su vez en el dispositivo "libertad versus represión", propio de los Estados. El deja vú afirma y niega, trae al mismo instante lo real y lo irreal, lo que es posible identificar y lo que es pura extrañeza, todo ello en un tiempo simultáneo.

De repente, sin preámbulo alguno, nos hacemos partícipes de un tiempo otro, que surge como recuerdo ilocalizable. Como si una fuerza interna nos empujara hacia una realidad paralela, sin que perdamos nunca nuestro sentido de la realidad vigente. "A diferencia de la reverie, donde la conciencia confunde durante un momento sus fantasías con la realidad, en el deja vú, por el contrario, es precisamente la realidad perceptiva la que asume los rasgos de una fantasía o un espejismo".

Pirámides del tiempo. Historias y teorías del deja vú (Editorial Pre Textos, España, 2010) nos recuerda el privilegio que el siglo XIX le otorgó a este fenómeno. Un francés, Émile Boirac, habría acuñado la expresión en 1876. En su revisión, Bodei se remonta hasta la idea de "reminiscencia" de Platón, para iniciar su regreso hasta las explicaciones, fundamentadas en la coexistencia de los opuestos, propia de la Modernidad. Alejada de la idea de historia como rigor lineal, Bodei se detiene en algunos autores: en Agustín de Hipona, que denunció el deja vú como cosa del diablo; en Nietzsche, que lo asoció a la presunción del eterno retorno; en Bergson, que saca a flote los complejos intercambios entre percepción y recuerdos; en Benjamin, que conoció la experiencia del deja vú, cuando estuvo en Capri, en 1924. Y, así, en otros.

Algo más: si en la superficie este personalísimo libro camina sobre el deja vú, otro tema, también precioso, transcurre soterrado: el del tiempo y las distintas lecturas que poetas, pensadores y filósofos han hecho de su devenir.