martes, 30 de noviembre de 2010

utopía


San Mateo, 24: 37-44

Interactuando con la feligresía, como acostumbra, en su homilía de hoy el Padre Numa Molina (SJ), al referirse a la primera lectura (Is, 2: 1-5), “El Será el árbitro de las naciones y el Juez de los pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados y de las lanzas, podaderas” identificó la utopía y preguntó que es la Utopía y – como dijo un escritor – sirve para caminar. Lo es, por ejemplo, que las pistolas automáticas de nuestros barrios se conviertan – después de fundidas – en herramientas de trabajo o en juguetes para niños. ¿Qué pensamos de los ciberjuegos de guerra que consumen tanto tiempo de los niños, cada vez más macabros?¿Es posible un país de diálogo, incluso, con independencia de las diferentes ideologías existentes? Y el Reino de Dios es posible. Por lo que la lectura es un deseo de conversión, un cambio de consciencia. Debemos cada uno de nosotros poner los medios necesarios para alcanzar la utopía. Es realizable. Estamos llamados a ello. Se necesita tener mucha fe. Hacer la utopía significa realizarla desde la perspectiva cristiana.

Respecto a la segunda lectura (Rom, 13: 11-14), subrayó aquello de despertar del sueño y tomar en cuenta el momento que vivimos. Hay muchos signos, debemos estar atentos de los signos, como los de ahora con las tragedias que provocan las lluvias. Significa ser solidarios, hacernos sólidos con el otro. Y también despertar. ¿Le prestamos la debida atención a los hijos, por ejemplo? De la Lectura del Evangelio resaltó “Valen, pues, y estén preparados, porque no saben que día va a venir el señor” estar despiertos, preparados. Todo invita al cambio, al análisis de la realidad que –citando el Evangelio, apuntó a una palabra clave: prepararse. El cristiano está llamado a caminar. Jesús nos enseña a vivirlo. Versó un psicólogo vienés – Víctor Frankl. - sobre la unicidad del instante: cada momento es único, irrepetible. E, igualmente, recordó cuando en la Parroquia Universitaria fue visitado por una señora que fue a interrogarlo sobre el significado de las escarchas de la Virgen, en momentos difíciles para la población con el deslave, Y le respondió: ahí está, en la entonces tragedia del estado Vargas la respuesta, en los niños huérfanos, en los hermanos necesitados, el mensaje.

Concluyendo la misa – le permitió al Padre Molina recomendar el aprovechamiento de las cuatro semanas de Adviento para que cada semana realicemos un acto de reflexión, por ejemplo que la primera semanas sea un examen de consciencia sobre nosotros mismos, a donde vamos, que queremos, la segunda de reflexión sobre la vida pública de Jesús, luego pasearnos por su pasión hasta llegar a la 4ta semana y celebrar a la Resurrección en Cristo vivo en el Pesebre.

Ilustración, “Belen” (2007) de Frank Savadera (SJ):
http://contemplatioadamorem.blogspot.com/

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