martes, 23 de noviembre de 2010
venezuela: la batalla del libro
EL NACIONAL - Lunes 22 de Noviembre de 2010 Cultura/4
El foro del lunes
IVÁN DIÉGUEZ preside la junta directiva de la Cámara Venezolana del Libro
"Lo importante es que hay libertad para elegir qué leer"
El representante del sector editorial considera que la Filven es una demostración más de la diversidad cultural que existe en Venezuela
MICHELLE ROCHE R.
Las iniciativas editoriales se multiplican alrededor del país para fomentar la lectura, rescatar el uso de los lugares públicos y llenar el vacío que dejó el cierre de la Zona Rental de Plaza Venezuela. Entre las actividades en las que la literatura es la protagonista están el Festival de Lectura de Chacao, la Feria del Libro de Fundarte, la Bienal de Mérida, la Feria del Libro de Baruta que forma parte del Festival de las Artes que organiza esa alcaldía y la feria que organiza la Universidad de Carabobo, Filuc.
Además, anoche terminó la sexta edición de la Feria Internacional del Libro de Venezuela, organizada por el Centro Nacional del Libro, en representación del Ministerio de la Cultura, que, como años anteriores, estuvo marcada por un acento ideológico de izquierda y la presencia de editoriales privadas fue bastante reducida.
A pesar de la lucha ideológica que ocurre libro en mano, Iván Diéguez, que asumió recientemente la presidencia de la junta directiva de la Cámara Venezolana del Libro, se muestra optimista frente a la situación actual del sector editorial. Le gusta ponderar las oportunidades y no quiere hacerse eco de los comentarios negativos. Con su actitud quiere inaugurar una nueva era en las relaciones entre el Gobierno y el sector editorial, lastimado por la falta de divisas para las importaciones.
--¿No le parece que Filven es cada vez más ideológica? --Lo mejor es que hay diversidad cultural. Las ferias brindan oportunidades. Estamos llegándole cada vez a más lectores, gracias al esfuerzo del sector público y del privado. Lo importante es que hay libertad para elegir qué leer. Después de la actividad en Baruta, nuestros agremiados comentaban que los libros que se vendieron allí no habían sido los mismos que se expusieron en Altamira. Y los de Filven tampoco se vieron en las otras dos, pues no toda la gente va a las mismas ferias.
--¿La proliferación de estas actividades es testimonio de que la gente está leyendo más en Venezuela? --En un estudio que hizo el Centro Gumilla el pasado mes de abril, 26% de los encuestados manifestó que en su tiempo libre leía libros y 11% dijo que visitaba bibliotecas. Estas cifras son importantes para nuestro sector porque indican que aumentó la lectura. Esto tiene que ver con el esfuerzo que está haciendo el Estado por producir publicaciones masivas y la red de librerías públicas, el cual se suma a los que hacemos desde el sector privado.
--¿Cuál es la importancia de Filven y las otras ferias? --Que hay un movimiento en torno al libro. Eso tenemos todos que celebrarlo.
--Ahora se multiplican las experiencias interesantes en el mundo editorial...
--Cierto, han florecido editoriales y autores nacionales, además de muchos ilustradores venezolanos que han sido reconocidos en el extranjero.
Cavelibro, como institución, se sumará a todas las iniciativas de ferias independientemente de donde vengan a través de la participación de los agremiados para lograr la más amplia difusión de la lectura en el país. Las ferias son una gran vitrina del libro, pero el día a día de la industria lo hacen los libreros y tenemos que entender que son ellos los que tienen el contacto diario con el lector.
--¿Cuál es el papel que desempeña Cavelibro en estos momentos? --En torno al libro han surgido experiencias interesantes.
En Cavelibro creemos en la profesionalización del sector y en crear espacios de diálogo entre los subsectores, pues siempre hay diferencias de criterio entre estos. Considero que este tipo de iniciativas promovidas por una institución como la nuestra siempre darán origen a propuestas interesantes.
Gestiones con Cadivi. Hasta mediados de 2010, Diéguez fue miembro de la comisión especial para lograr la reincorporación de los libros a la lista de bienes prioritarios para recibir divisas de Cadivi.
El 3 de marzo de 2008 apareció en Gaceta Oficial la resolución número 38882 del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio, que obliga a las empresas de la industria editorial a pedir una certificación de insuficiencia o de no producción nacional para conseguir los dólares necesarios para traer libros del exterior. Las consecuencias fueron graves para un mercado que, en el año 2005, no llegaba a los 200 millones de dólares anuales y en el cual más de 85% correspondía a las importaciones que se realizan principalmente de España, Colombia, México y Argentina.
Las cifras suministradas corresponden a un estudio del sector que fue hecho en el año 2007 por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, una institución adscrita a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura.
Diéguez señala que uno de los objetivos de la junta directiva que preside es actualizar las estadísticas del sector. Cavelibro acaba de presentar un estudio al Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio en el que señala que el certificado de no producción no se necesita en un mercado pequeño como el editorial, integrado por empresas que en su mayoría tienen más de 25 años de fundadas.
--¿Por qué la importación de libros continúa dependiendo de las solicitudes de certificados de no producción? --Desde la creación de las provisiones de Cadivi, los libros ocupan la lista número uno de bienes prioritarios. Lo que pasa es que antes no teníamos que solicitar el certificado de no producción nacional e insuficiencia y ahora lo piden. Esto se debe a que dos empresas que no eran del sector usaron el código arancelario del libro para traer otro tipo de material al país e hicieron que las solicitudes de divisas, de la noche a la mañana, se incrementaran a 1,5 millardos de dólares al año.
--¿Es decir, que aumentaron de 200 millones a 1,5 millardos de dólares en 12 meses? --Sí, más de 700%. Hasta principios de 2008, Cadivi funcionaba bien; pero cuando los funcionarios se dieron cuenta de los abusos de estas dos empresas que no tenían que ver con el sector editorial, en lugar de aplicarles una sanción a esas compañías, perjudicaron al resto de nuestros agremiados.
--¿En qué aspectos ha enfocado la comisión especial de Cavelibro las discusiones con el Milco? --Apostamos por la eliminación del certificado de no producción. El libro es un bien prioritario y por ello debe de tener el sitial que le corresponde. Nos hemos reunido con los organismos competentes. En este caso, el Milco, que es el despacho que procesa el certificado de no producción. La comisión se creó el año pasado para tratar todo lo que tenía que ver con Cadivi, pues en aquel momento los pagos a nuestros agremiados tenían un retraso considerable debido a una demora en la emisión del certificado por parte del ministerio.
--¿Con cuánto tiempo de retraso se obtienen ahora las divisas? --Cuando se instrumentó el certificado de no producción se nos solicitó que, basados en el histórico Cadivi, presentáramos los presupuestos de divisas que necesitaríamos para 2009 y 2010. Como aún no se había desarrollado la tecnología necesaria para la rápida asignación de los dólares, los técnicos del Milco nos aprobaban un porcentaje mucho menor al solicitado.
Debido a que las empresas no estaban recibiendo lo suficiente para subsistir, muchas comenzaron a inflar las cantidades. Entonces, en Cadivi y el ministerio empezaron a preguntarse, de nuevo, cuánto demandaba el sector. Ya casi no hay retrasos, salvo en el caso de las importaciones desde Colombia. Cavelibro pertenece a una mesa sectorial que existe en Cadivi, que constituye un espacio en el que se manifiestan las inquietudes que tiene el sector, lo cual nos permite responder oportunamente a los agremiados con problemas para importar. La situación se ha corregido, pues hemos tratado de hacer entender a las autoridades que el libro no es un bien que se puede cualificar como un tornillo.
Fotografía: Henry Delgado
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EL NACIONAL - Lunes 22 de Noviembre de 2010 Cultura/4
El foro del lunes
IVÁN DIÉGUEZ preside la junta directiva de la Cámara Venezolana del Libro
"Lo importante es que hay libertad para elegir qué leer"
El representante del sector editorial considera que la Filven es una demostración más de la diversidad cultural que existe en Venezuela
MICHELLE ROCHE R.
Las iniciativas editoriales se multiplican alrededor del país para fomentar la lectura, rescatar el uso de los lugares públicos y llenar el vacío que dejó el cierre de la Zona Rental de Plaza Venezuela. Entre las actividades en las que la literatura es la protagonista están el Festival de Lectura de Chacao, la Feria del Libro de Fundarte, la Bienal de Mérida, la Feria del Libro de Baruta que forma parte del Festival de las Artes que organiza esa alcaldía y la feria que organiza la Universidad de Carabobo, Filuc.
Además, anoche terminó la sexta edición de la Feria Internacional del Libro de Venezuela, organizada por el Centro Nacional del Libro, en representación del Ministerio de la Cultura, que, como años anteriores, estuvo marcada por un acento ideológico de izquierda y la presencia de editoriales privadas fue bastante reducida.
A pesar de la lucha ideológica que ocurre libro en mano, Iván Diéguez, que asumió recientemente la presidencia de la junta directiva de la Cámara Venezolana del Libro, se muestra optimista frente a la situación actual del sector editorial. Le gusta ponderar las oportunidades y no quiere hacerse eco de los comentarios negativos. Con su actitud quiere inaugurar una nueva era en las relaciones entre el Gobierno y el sector editorial, lastimado por la falta de divisas para las importaciones.
--¿No le parece que Filven es cada vez más ideológica? --Lo mejor es que hay diversidad cultural. Las ferias brindan oportunidades. Estamos llegándole cada vez a más lectores, gracias al esfuerzo del sector público y del privado. Lo importante es que hay libertad para elegir qué leer. Después de la actividad en Baruta, nuestros agremiados comentaban que los libros que se vendieron allí no habían sido los mismos que se expusieron en Altamira. Y los de Filven tampoco se vieron en las otras dos, pues no toda la gente va a las mismas ferias.
--¿La proliferación de estas actividades es testimonio de que la gente está leyendo más en Venezuela? --En un estudio que hizo el Centro Gumilla el pasado mes de abril, 26% de los encuestados manifestó que en su tiempo libre leía libros y 11% dijo que visitaba bibliotecas. Estas cifras son importantes para nuestro sector porque indican que aumentó la lectura. Esto tiene que ver con el esfuerzo que está haciendo el Estado por producir publicaciones masivas y la red de librerías públicas, el cual se suma a los que hacemos desde el sector privado.
--¿Cuál es la importancia de Filven y las otras ferias? --Que hay un movimiento en torno al libro. Eso tenemos todos que celebrarlo.
--Ahora se multiplican las experiencias interesantes en el mundo editorial...
--Cierto, han florecido editoriales y autores nacionales, además de muchos ilustradores venezolanos que han sido reconocidos en el extranjero.
Cavelibro, como institución, se sumará a todas las iniciativas de ferias independientemente de donde vengan a través de la participación de los agremiados para lograr la más amplia difusión de la lectura en el país. Las ferias son una gran vitrina del libro, pero el día a día de la industria lo hacen los libreros y tenemos que entender que son ellos los que tienen el contacto diario con el lector.
--¿Cuál es el papel que desempeña Cavelibro en estos momentos? --En torno al libro han surgido experiencias interesantes.
En Cavelibro creemos en la profesionalización del sector y en crear espacios de diálogo entre los subsectores, pues siempre hay diferencias de criterio entre estos. Considero que este tipo de iniciativas promovidas por una institución como la nuestra siempre darán origen a propuestas interesantes.
Gestiones con Cadivi. Hasta mediados de 2010, Diéguez fue miembro de la comisión especial para lograr la reincorporación de los libros a la lista de bienes prioritarios para recibir divisas de Cadivi.
El 3 de marzo de 2008 apareció en Gaceta Oficial la resolución número 38882 del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio, que obliga a las empresas de la industria editorial a pedir una certificación de insuficiencia o de no producción nacional para conseguir los dólares necesarios para traer libros del exterior. Las consecuencias fueron graves para un mercado que, en el año 2005, no llegaba a los 200 millones de dólares anuales y en el cual más de 85% correspondía a las importaciones que se realizan principalmente de España, Colombia, México y Argentina.
Las cifras suministradas corresponden a un estudio del sector que fue hecho en el año 2007 por el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, una institución adscrita a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación y la Cultura.
Diéguez señala que uno de los objetivos de la junta directiva que preside es actualizar las estadísticas del sector. Cavelibro acaba de presentar un estudio al Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio en el que señala que el certificado de no producción no se necesita en un mercado pequeño como el editorial, integrado por empresas que en su mayoría tienen más de 25 años de fundadas.
--¿Por qué la importación de libros continúa dependiendo de las solicitudes de certificados de no producción? --Desde la creación de las provisiones de Cadivi, los libros ocupan la lista número uno de bienes prioritarios. Lo que pasa es que antes no teníamos que solicitar el certificado de no producción nacional e insuficiencia y ahora lo piden. Esto se debe a que dos empresas que no eran del sector usaron el código arancelario del libro para traer otro tipo de material al país e hicieron que las solicitudes de divisas, de la noche a la mañana, se incrementaran a 1,5 millardos de dólares al año.
--¿Es decir, que aumentaron de 200 millones a 1,5 millardos de dólares en 12 meses? --Sí, más de 700%. Hasta principios de 2008, Cadivi funcionaba bien; pero cuando los funcionarios se dieron cuenta de los abusos de estas dos empresas que no tenían que ver con el sector editorial, en lugar de aplicarles una sanción a esas compañías, perjudicaron al resto de nuestros agremiados.
--¿En qué aspectos ha enfocado la comisión especial de Cavelibro las discusiones con el Milco? --Apostamos por la eliminación del certificado de no producción. El libro es un bien prioritario y por ello debe de tener el sitial que le corresponde. Nos hemos reunido con los organismos competentes. En este caso, el Milco, que es el despacho que procesa el certificado de no producción. La comisión se creó el año pasado para tratar todo lo que tenía que ver con Cadivi, pues en aquel momento los pagos a nuestros agremiados tenían un retraso considerable debido a una demora en la emisión del certificado por parte del ministerio.
--¿Con cuánto tiempo de retraso se obtienen ahora las divisas? --Cuando se instrumentó el certificado de no producción se nos solicitó que, basados en el histórico Cadivi, presentáramos los presupuestos de divisas que necesitaríamos para 2009 y 2010. Como aún no se había desarrollado la tecnología necesaria para la rápida asignación de los dólares, los técnicos del Milco nos aprobaban un porcentaje mucho menor al solicitado.
Debido a que las empresas no estaban recibiendo lo suficiente para subsistir, muchas comenzaron a inflar las cantidades. Entonces, en Cadivi y el ministerio empezaron a preguntarse, de nuevo, cuánto demandaba el sector. Ya casi no hay retrasos, salvo en el caso de las importaciones desde Colombia. Cavelibro pertenece a una mesa sectorial que existe en Cadivi, que constituye un espacio en el que se manifiestan las inquietudes que tiene el sector, lo cual nos permite responder oportunamente a los agremiados con problemas para importar. La situación se ha corregido, pues hemos tratado de hacer entender a las autoridades que el libro no es un bien que se puede cualificar como un tornillo.
Fotografía: Henry Delgado
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