jueves, 4 de noviembre de 2010
bibliosismológico
EL NACIONAL - Jueves 04 de Noviembre de 2010 Opinión/9
País de sismos
EDGARDO MONDOLFI GUDAT
Moldeada por fallas antiquísimas, Venezuela salió de las manos del Creador como una geografía propensa a los terremotos. Tan propensa que dos de sus más afamados exploradores, Colón y Alejandro de Humboldt, no tardaron en percibir ese mensaje de la tierra al pisar por el oriente con tres siglos de diferencia.
Este dato, por poco atractivo que suene recordarlo, debería estar lejos de aquietarnos. Pero en realidad, y resulta natural que así sea, es más lo que suele hacerse para evitar que el terrible acento puesto sobre nuestra morfología se convierta en objeto de interés.
A ejemplo viene uno de los pocos libros que se han ocupado del tema en nuestro país. Me refiero a los Estudios sismológicos de Melchor Centeno, que vio agotada su primera edición a principios de 1940 y que sólo fue reeditado casi tres décadas más tarde, por efecto del miedo, tras el terremoto de 1967. Desde entonces, pocos han vuelto a consultar sus páginas.
Una excepción ante ese afán por olvidar que esta tierra se agita permanentemente bajo nuestros pies es el libro Si la naturaleza se opone del antropólogo e historiador Rogelio Altez, que circula recién salido de los hornos de la editorial Alfa. Frente a la jactanciosa frase de Bolívar que le brinda su título, Altez se afana en sostener que la naturaleza no sólo se opone, sino que se seguirá oponiendo. Sólo un libro como éste, dedicado a estudiar las particularidades de un país altamente sísmico, puede atrapar al lector a través de un pormenorizado recuento donde conviven la historia, la memoria y los olvidos de la sociedad venezolana cuando se ha visto sometida a semejante arbitrio.
Precisamente porque se ha tratado de un país más expuesto de lo que comúnmente se admite, el libro exhuma testimonios y papeles que ayudan a comprender los miedos oscuros que agita la naturaleza cuando asume la forma de cataclismo.
Por ello, si bien Altez recorre un amplio territorio donde 1812 y la frase de Bolívar marcan el punto más dramático de nuestra historia sísmica, no es ese su único foco de atención.
Lo que, dicho en otras palabras, se convierte en un amplio periplo donde, con riguroso afán investigativo, el autor va reconstruyendo los grandes y pequeños sismos venezolanos, junto con un tesoro de curiosas noticias procedentes de otras latitudes y otros tiempos. Si la naturaleza se opone no es una lectura para irse tranquilos a la cama; pero desvela como sólo saben hacerlo los libros fascinantes.
Ilustración: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChUEte0rPle4aqQWvgtC2-cbMkgLqA9circBtpL4H45Brra8joEVoez4W2iI7XepYl0UmMzak-Gn7P0kuWpbtoVUYlj14NAbr2m5g-rKdooEgYSqPAHIeDshrrBMEmiCoqw232HNY8nqX/s1600/CAMPO.jpg
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