NOTITARDE, Valencia, 08 de Julio de 2012
Jesús es rechazado en su tierra (Mc. 6, 1-6)
Pbro. Lic. Joel de Jesús Núñez Flautes
El evangelio de este domingo nos presenta a Jesús asistiendo a la sinagoga de su pueblo natal, donde fue a predicar la Buena Noticia del Reino de Dios; pero no pudo hacer allí muchos milagros, ya que la gente, aunque sentía admiración por sus palabras, lo vieron como un simple hombre, como "el hijo del carpintero, el hijo de María…", conocían de su origen humano y por eso no le hicieron caso. Sin embargo, Jesús sanó algunos enfermos y se asombraba de la incredulidad de sus coterráneos.
Si bien los evangelios no pretenden hacer una autobiografía o historia de la vida de Jesús, sino que expresan la fe de la comunidad cristiana primitiva (Iglesia naciente), aquí Marcos nos presenta la humanidad de Jesús, su condición de verdadero Hombre, reconocido por sus propios contemporáneos, nacido de María, pero que al mismo tiempo es Dios verdadero en medio de los hombres. Fue lo que no supieron reconocer aquellas personas que lo vieron, les faltó la mirada profunda de la fe, no fueron capaces de comprender que a quien tenían delante de ellos, al que vieron crecer en su comunidad es el Enmanuel, el Mesías y Redentor de la humanidad, el Nazareno, como lo llamarán después la gente.
Jesús se presenta en medio de su comunidad como un creyente, como un profeta y como Dios y Hombre verdadero, pero los suyos lo rechazaron, no lo reconocieron, como lo dice San Juan en su evangelio (Jn.1, 10-11). Él como cualquier judío de su tiempo va el sábado a la sinagoga de su pueblo, va a rendirle alabanza a su Padre Dios y en nombre de Él hablar a los suyos para que reconocieran que el Reino de Dios ha llegado al mundo y para que conviertan sus corazones al amor de Dios. Como profeta Jesús anuncia la Palabra de Dios, es más, se presenta en medio de los suyos como la Palabra misma del Padre y Palabra definitiva (Jn. 1, 1.14); aquel que en nombre de Dios viene a salvar y rescatar a la humanidad perdida, que viene a crear fraternidad, a formar comunión por el amor y también como profeta denuncia el pecado, señala la incredulidad de la gente, deja ver que a Dios se le descubre en lo cotidiano, en lo sencillo, en las tareas de cada día, que camina y habla en medio de nosotros, que nos da sus signos; pero como aquella gente se imagina a un dios sólo de eventos espectaculares, de grandes signos, no es capaz de descubrirlo en la dinámica de la vida diaria; su fe depende de prodigios maravillosos y no tienen una fe de confianza total en el Dios verdadero, de someterse a su voluntad divina y de estar abiertos a los signos que pueda mostrar en los eventos de la existencia. El Dios revelado en Jesús sin dejar de ser el Dios de los milagros (para eso Jesús hizo milagros, para que reconocieran su poder divino y entendieran que los tiempos mesiánicos se habían inaugurado con su persona), es el Dios que irrumpe en la historia humana, cercano, amigo de los hombres, encarnado, que comparte toda la realidad humana, menos el pecado, sin embargo, carga con sus consecuencias; que se hace samaritano de los pobres, desvalidos, marginados y muestra sobre todo el amor que es el lenguaje que toda persona puede entender. Jesús verdadero Dios y verdadero Hombre muestra a sus compatriotas el verdadero rostro de Dios que es amor.
Jesús como profeta, al verse rechazado por los suyos no se desanima, no se acobarda; sino que emprende nuevos caminos para llevar a término su misión; lleva consigo a sus discípulos, a quien hoy Marcos presenta como sus hermanos, los va instruyendo, los va educando y formando; les enseña que el fracaso, los momentos difíciles, el rechazo al mensaje de Dios, la incredulidad de mucha gente, la desconfianza por quien anuncia el evangelio, los insultos, las críticas, los juicios son parte del ministerio de la predicación, son parte del pastoreo, son una de las consecuencias de seguir a Dios, pero al mismo tiempo forma parte de la misma dinámica de la existencia humana, de la vida de todos los días y el creyente auténtico, el discípulo verdadero no se desanima, no se desalienta, sino que persevera hasta el final.
Pidamos al Señor que aumente nuestra fe, que nos ayude a reconocerle presente entre nosotros y que nos ayude como Él a ser predicadores valientes de su evangelio.
IDA Y RETORNO: El 20 de junio pasado, junto con algunas personalidades del Estado y de nuestra Ciudad, recibí la Orden Sol de Carabobo en primera Clase. Quiero agradecer hoy públicamente al Ciudadano Gobernador y a los miembros del Consejo de la Orden por esta distinción. Esto me compromete a seguir trabajando con más entrega en la misión que Dios y la Iglesia me han confiado.
Hoy, Mons. Tulio Ramírez, recibe la ordenación episcopal en Caracas, pedimos a Cristo que lo haga fiel a su ministerio y le ayude en esta gran responsabilidad que Él mismo le encomienda de ser guía y pastor del rebaño que le tocará conducir como obispo auxiliar de Caracas.
Fotografía: http://noticiasrtv.com/inicio3/?attachment_id=65095
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